Capítulo 26 ও
Jimin intentó calmar su corazón y a su lobo interior que no paraba de mover su colita muy alegre porque Jungkook se hubiera marcado con su aroma.
Y es qué, aún no daba crédito a lo sucedido. Por ello no podía hacer otra cosa que no fuera sonreír risueño a la vez que tener sus mejillas fuertemente sonrojadas.
Aquello parecía un sueño.
Un sueño del que no querría despertar jamás, se sentía en las nubes.
Al instante un ligero suspiro enamoradizo abandonó sus belfos, no obstante salió de su ensoñación cuando le hablaron.
-Venga Park, ve a por los materiales para ayudar a Jung, que los partidos van a empezar en menos de veinte minutos. -El docente volvió a aparecer por allí emocionado de ver a todos los alumnos que se hallaban compartiendo pabellón.
Pronto el menor se reverenció levemente hacia el mismo, para rápidamente irse a ayudar a Hoseok.
-Hombre bonito, hasta que Jungkook te ha dejado en paz . -Farfulló divertido el omega puro secando varias gotas de sudor que se estaban escurriendo por su frente, ya que había estado moviendo múltiples materiales para que los alumnos pudieran comenzar con los partidos.
Mencionar que estaba sudando porque la piscina era climatizada y por ello el agua era cálida, al igual que el pabellón, que tenía una temperatura alta por ser invierno y estaba regulada en una cálida temperatura para que los allí presentes no pasaran frío.
Jimin pronto se pronunció jugueteando nervioso con sus gorditos dedos entre sí.
-Disculpa Hoseok, pero ahora mismo te compenso, e-es que he charlado demasiado con él y se me ha ido el tiempo . -Pronunció finalmente arrepentido por no haberle ayudado desde el principio.
El otro rió enternecido por la educación y pureza de alma que Jimin poseía, quitándole hierro al asunto.
-Ayyy, el amor. -Dijo suspirando el mayor para molestar al castañito.
Como acto reflejo, Jimin boqueó cual pececillo fuera del agua tras escuchar aquello.
-O-oye que no es amor, nosotros somos... -Hizo una pequeña pausa no sabiendo ni qué decir, mentir se le daba de pena y no quería ser descubierto, así que ligero dijo lo primero que se le vino a la cabeza.-, somos amigos, sí exactamente eso. -Pronunció recolocándose sus gafas en un gesto nervioso.
Como respuesta Jung sonrió de soslayo enternecido por lo mal que mentía.
Así que se pronunció de nuevo para molestarle.
-Jimin, los amigos no se besan en la boca. -Susurró con una risita traviesa.
Ahí el bajito expandió sus ojos al máximo y se atragantó con su propia saliva casi ahogándose.
-Q-qué, ¿cómo lo sabes? -Murmuró de vuelta acercándose al mayor para que sólo él le escuchara.
-Digamos que lo he escuchado antes de Jeon justo a tiempo de que finalmente le callaras. -Se sinceró, aunque se sentía un poquito mal por haber sido tan entrometido, pero no pudo resistirse a enterarse de qué tanto estaban hablando.
¿Qué le iba a hacer?, ser cotilla estaba en sus genes.
Al instante Jimin bufó y chasqueó su diminuta lengua.
-Si te has enterado tú, no me quiero imaginar cuántas personas más han podido hacerlo, por el firmamento, s-si se enteran de eso, la popularidad de Jungkook caerá empicada por mi culpa y... -Comenzó a hablar angustiado y con tanta prisa, que tartamudeó entre las palabras, no podía sepultar a Jeon en terminar siendo un marginado como él lo era.-Hoseok p-por favor no se lo digas a nadie, y-yo te prometo que te haré a cambio el trabajo de historia si quieres, te lo pido así porque no somos cercanos y sé que no estoy en el derecho de pedirte que me guardes este secreto además de q... -Jimin notó sus ojos brillar, estaba a punto de llorar por la angustia.
Aunque se calló al instante cuando recordó de nuevo que ya era demasiado tarde como para pedir aquello.
Porque Jungkook minutos antes ya se había marcado con su olor a flor y azahar para mostrar que ya le estaba cortejando.
La realización llegó a él.
Jeon no se avergonzaba ni intentaba ocultar nada, ya que había hablado sin tapujos de lo que pasó entre ellos y además se había impregnado con su aroma.
¿Entonces por qué a sí mismo le costaba tanto ser más abierto y espontáneo como el mayor lo estaba siendo?
Bueno, la respuesta era compleja.
Pero se podía resumir básicamente a que continuamente le habían tratado tan mal por simplemente ser quién era y cómo era, que temía que Jungkook sufriera también por ello al estar juntos con más frecuencia o admitiendo que quizá en un futuro serían pareja.
Lo que él no tenía ni idea era que en realidad, Jungkook había estado sufriendo en secreto todas aquellas veces que veía a otras personas insultándole y por ello a escondidas, le defendía amenazando a todos aquellos que se sobrepasaban con su persona.
Aunque por supuesto Jimin no tenía ni idea de aquello y siempre había creído que la única persona que le había defendido hasta hace semanas cuando Jeon comenzó a defenderle visiblemente, había sido Taehyung.
Tragó saliva sobrepasado, su mente era un caos en esos momentos.
¿Por qué todo tenía que ser tan difícil para él? No lo entendía.
Por otra parte Hoseok enseguida respondió.
-Park. -La voz de Jung sonó severa cuando le llamó, su ceño fruncido ante lo que había dicho el bajito.-No vuelvas a decir algo así, tú no eres un marginado, los que lo son, son aquellos que se meten contigo sin derecho alguno. Y por favor, no vuelvas a ofrecer el hacerme trabajos o algo a cambio de nada, aunque nos conozcamos de muy poco, te considero una persona muy especial y amigable, así que no te preocupes que no voy a decir nada. Te lo prometo, ¿vale? -Esta vez su tono fue suave y discreto.
-No sé qué decir, tú también eres una persona genial, brillas con tu presencia Hoseok, ¡en serio te lo digo! -Jimin exclamó emocionado tras haberse sentido apreciado por el mayor.
El mayor emitió feromonas de felicidad muy dulces que se fundieron con las florales que Jimin estaba emitiendo por haber recibido tantos elogios del mismo.
Formando así un pequeño vínculo amigable y liviano para amenizar la situación.
Tras ello, el de aroma a piña dulzona habló de nuevo.
-Venga, ayúdame con las redes por favor.
Y Jimin con una gran sonrisa en sus labios, asintió.
사랑해요
Tras un cuarto de hora, los dos terminaron sudando y acatando las distintas pautas del profesor.
El mismo que simultáneamente de estar mandando a hacer cosas tanto a Jung como a Park, no paraba de animar a sus alumnos.
Mencionando también el hecho de que el docente llevaba puesto un gorro parecido al de capitán pescanova que no se lo quitó ni por el calor que hacía.
Pronto todo comenzó y a Jimin le mandó a que arbitrara al equipo en el que estaba liderando magníficamente Jungkook contra otro equipo de otro instituto, mientras que Hoseok le tocó arbitrar a otros institutos.
No obstante, no pasaron ni diez minutos cuando ya había recibido varios comentarios que alegaban que estaba siempre pitando las faltas a favor de los de su mismo instituto, a la misma vez que él nervioso decía que no, qué incluso la semana pasada habían tenido un examen escrito de educación física sobre las reglas del voleyball acuático.
Él no estaba haciendo trampas, sin embargo pronto todos los del equipo rival se pusieron en su contra.
-¡Mentiroso!, estás haciendo trampa joder, ¡es imposible que ya haya cometido tres faltas en tan sólo cinco minutos! -Se quejó el alfa del otro equipo, y tras ello, sus compañeros de equipo le apoyaron abucheando al bajito.
Como consecuencia, Jimin sintió su pecho hundirse en un amargo sentimiento ante los abucheos, y se hizo pequeñito empuñando sin poder evitarlo las mangas de su sudadera negra con el dibujo de una margarita en el centro.
Entonces ocurrió demasiado rápido, porque Jungkook al ver la vulnerable reacción de Jimin ante el hijo de puta que no había hecho nada más que cometer faltas por ser brusco y quejarse al omega cada vez que se las pitaba, gruñó potentemente asustando a los demás.
Pronto se acercó al bravucón y le dio un empujón sobre el agua.
Tras ello el pelinegro habló alterado, sus feromonas volviéndose más notables y profundas. Madera profunda y sándalo emanando de su piel bajo su camiseta de neopreno.
Así que cuando el contricante se recuperó del empujón, se pronunció.
-¡Que no sepas jugar no es culpa de él!, discúlpate ahora mismo o te juro por el firmamento que te hundo bajo la piscina hasta que ni siquiera puedas flotar gilipollas. -Amenazó casi mostrando sus prominentes colmillos.
Y el alfa ahora totalmente asustado por no verse tan valiente ante un pura sangre, salió de la piscina huyendo de Jeon. Aunque en el proceso notó cierto olor floral en la piel del azabache, el mismo que pronto relacionó con el omega regordete.
Así que se acercó a Jimin y se inclinó levemente para seguidamente disculparse.
-¡P-perdón!, pero dile a tu alfa que se calme, no quiero morir ahogado. -Balbuceó nervioso y se fue corriendo a los vestidores para esconderse.
Fue ahí cuando Jimin se quedó totalmente en blanco cuando el alfa le dijo aquello.
Tu alfa.
-N-no es mi alfa. -Susurró para sí mismo manteniéndose en su línea, bajando en el proceso su mirada a sus cortos dedos que tenían algunos anillos finos de plata que siempre se ponía para embellecer sus manitas.
Tras ese altercado el partido pudo continuar sin más percances.
No obstante, debía admitir que aquello estaba siendo un auténtico show.
Porque ya se habían desatado más de dos peleas entre alumnos de diferentes institutos debido a la rivalidad que allí se había formado y además, en las gradas habían muchos que se estaban insultando mutuamente cuando uno de sus equipos estaba perdiendo contra los otros.
Mientras, Jimin y Hoseok continuaban siendo los encargados de arbitrar junto a los docentes allí presentes.
Y el castañito ignorando su alrededor y problemas que estaban surgiendo, se encontraba simplemente maravillado por todos los puntos que Jungkook le estaba dedicando, ya que era el mejor de básicamente todos los que estaban jugando.
-Jimin, déjame a mí seguir arbitrando, ve un momentito a las gradas para decírle a ese grupito de allí que no armen tanto escándalo. -El profesor apareció a su lado sacándole de su ensoñación.
Ante ello, el omega frunció su ceño confundido y observó al docente que con su mano señaló el lugar donde un grupito de adolescentes en las gradas no paraba de formarla y molestar.
Pero... ¿cómo iba a enfrentarse él solo a un grupo de adolescentes que estaban insultando hasta a la más mínima persona que se estaba siquiera moviendo en las gradas?
Por las estrellas, se lo iban a comer.
Así que enseguida protestó pero de forma delicada y suave.
-Pero profesor, a m-mí no me van a hacer caso, es más, estoy segurísimo de que me van a insultar, añadiendo el hecho de que yo no impongo. -Razonó ciertamente alterado abriendo sus brazos en un gesto nervioso.
No obstante el mayor sólo se dedicó a comenzar a apuntar ilusionado todos los puntos que Jungkook estaba anotando en contra de los rivales.
Por lo que no escuchó mucho al bajito.
-¡Park, por favor!, necesito ver el partido porque estoy puntuando a tus compañeros. -Exclamó el otro ya sin despegar sus ojos con orgullo de sus alumnos del equipo de fútbol, aquellos mismos que estaban moviéndose ágilmente por la piscina dejando a su instituto en un muy buen lugar.
El castaño pasó su diminuta lengua por sus pomposos labios que estaban resecos y tragó saliva sonoramente para finalmente suspirar resignado.
Terminando por obedecer al docente ante su ignoracia.
Para darse fuerzas, miró a Jungkook que ahora estaba robando el balón de volley a un beta del otro equipo, y después se dirigió de nuevo a la portería de los contrincantes.
Luego buscó a Hoseok tras los cristales de sus gafas, pero le vio ocupado conversando con un profesor de otro instituto por una falta que se había cometido en otro partido que se estaba llevando a cabo en otra de las grandes piscinas allí presentes.
Estaba completamente solo ante el peligro.
Mordisqueó nervioso su mejilla interior y terminó entrando en las gradas hasta que se acercó al grupito que más escándalo estaba formando.
El mismo que tenía a varios chicos y chicas fumando a escondidas, guardando de vez en cuando el cigarrillo electrónico que olía a vainilla en una especie de funda falsa de teléfono para no ser pillados por los profesores.
Aunque se quedó paralizado cuando entre los allí presentes, un aroma a cereza profunda con caramelo llegó a sus sentidos, divisando al instante al idílico omega que se había burlado de su olor catalogándolo como artificial en los vestuarios.
Éste estaba pintándose con parsimonia y coquetería sus delicados labios con brillo rosa, estando sentado sobre el regazo de un alfa realmente intimidante lleno de tatuajes y piercings.
No podía ser.
Pronto llevó sus diminutas manos a su espalda cuando las notó comenzar a temblar y se pronunció bajito.
No sin antes haber dado una profunda respiración, no obstante, claramente estaba asustado y se sentía demasiado pequeñito ante ellos.
-Disculpad, ¿po-podríais...? -Se quedó en silencio cuando sintió su lengua enredarse en su boca, estaba haciendo el tonto, no sabía ni porqué le había hecho caso a su profesor.
Debía de dejar de ser tan obediente.
Enseguida oprimió sus labios cuando el grupo entero se giró para verle con miradas amenazantes y gestos de total desagrado.
-¿Qué quieres gordo? -Masculló con una mueca de asco otro precioso omega que también estaba sentado en el regazo de un alfa rubio.
Tragó saliva intimidado cuando escuchó el insulto, sus labios temblaron y un escalofrío le recorrió la espalda.
Gordo.
-¿No tienes calor con la sudadera? -Esta vez habló el alfa lleno de tatuajes con un tono grave a la vez que profundo y una de sus cejas alzadas.-Pero vamos, que mejor así, porque nadie quiere ver el cuerpo de un omega gordo. -Se burló para acto seguido acariciar las delineadas caderas de su omega con aroma a cereza.
Acto seguido el omega que estaba en el regazo del mismo, le susurró algo en el oído.
-Por culpa de este, el otro pura sangre se dirigió hacia mí de manera dominante. -Murmuró contra el oído del tatuado para meter cizaña.
Entonces el mayor tras haber escuchado a su precioso omega quejarse de que ese omega con peculiar aroma a flor, había sido el culpable de que antes su omega se hubiera quejado de que en los vestuarios otro usó su voz de mando contra él, gruñó.
Jimin escuchó el gruñido y se tensó como una cuerda.
Negó con su cabeza resignándose e insultándose a sí mismo en su cabeza diciéndose mil quinientas veces lo idiota que era, debía salir de las gradas y desaparecer de allí si no quería problemas, última vez que obedecía a este tipo de cosas.
-Lo siento. -Murmulló finalmente y no dejó siquiera pasar un segundo, cuando se movió lejos del grupo.
-¿Dónde te crees que vas? -El alfa habló cabreado.-¿Cómo mierda te atreves a meter en problemas a mi omega? -Cuestionó poniéndose en pie quitando de su regazo al de aroma a cereza.
Jimin tragó saliva cuando se giró como acto reflejo y vio al mayor caminar amenazantemente hacia su persona.
Por el firmamento, tenía a un alfa que le sacaba casi dos cabezas en su contra.
Su corazón estalló en latidos desenfrenados, pero no se achantó, por ello explicó su punto de vista.
-Disculpa, p-pero él comenzó a burlarse de mí... -Una burlona carcajada salió de los labios del otro interrumpiéndole al instante.
-¿Y qué esperabas que hiciera mi omega, que te alabara por no tener ni siquiera aroma dulce?, ¿eres tonto o te lo haces?, es totalmente normal que se haya metido contigo, ese no es motivo ninguno como para que tu puto amigo usara la voz de mando en su contra, le asustastéis bastante. -Masculló para seguidamente fijarse en el cuello limpio y sin marca de Jimin.- ¿Ves?, ni un alfa tienes todavía, es... -Iba a seguir, pero se quedó en silencio cuando se dio cuenta de que los ojos del castaño se llenaron de lágrimas tras los cristales de sus prominentes gafas.
-Llevas razón, ¿vale?, ya me he disculpado dos veces, ¿contento?, pues ya está. -Terminó diciendo perdiendo los nervios y el otro entrecerró sus ojos ante el tonito rencoroso que el menor había usado.
Así que cuando le gruñó por segunda vez, el bajito dio dos pasos torpes hacia atrás y notó como su piel pronto dejó de emanar repentinamente su propio aroma floral, genial, ahora estaba completamente bloqueado.
Lágrimas desbordaron de sus ojos y todo fue peor cuando el grupito entero se levantó de las gradas para enfrentarle, sin embargo el de aroma cereza fue el único que audazmente se fijó en un detalle.
Ya que cuando el omega retrocedió asustadizo, algo cayó del interior de la manga de su sudadera.
-Déjale en paz Leesung, acepto sus disculpas. -Pronunció finamente con una falsa sonrisa amigable en sus brillantes labios.
Ante esas palabras, Jimin salió de las gradas casi corriendo y limpiándose las lágrimas con rabia, estaba harto.
Por otra parte, el esbelto omega miró al suelo y se acercó a lo que se había caído, alzando sus cejas con curiosidad al darse cuenta de que era una tirita de color celeste.
Esta estaba algo húmeda por el calor de la piscina y supo que se había caído de la piel del omega porque el calor había corrompido el pegamento.
Entonces pudo hacerse una idea de lo que aquella significaba.
-Ya sé qué vamos a hacer. -Afirmó con una amplia sonrisa traviesa.-Conmigo no se mete ni la diosa, primero callaros para no levantar más sospecha en los profesores y esperemos unos minutos a que el defectuoso baje la guardia. -Dijo malicioso.
Simplemente nadie se metía con él y se iba de rositas, menos ese omega rarito.
Pasaron diez minutos y Jungkook ajeno a todo lo que había ocurrido con su destinado, debido a que el aroma de Jimin se había bloqueado y a que la leyenda de que tener un objeto de la persona destinada, no era cierta y por tanto no ayudaba a intuir si el destinado estaba en problemas o no, fue reemplazado del partido para dar paso a otro alumno de su clase.
Ya que el profesor le felicitó y le dijo que tenía ya el diez así que ya no era necesario que continuara jugando.
Por ello salió de la piscina y frunció su ceño al percatarse de que Jimin no estaba arbitrando en ningún lado.
Joder, había estado tan absorto en el deporte que ni siquiera se había dado cuenta de que el castañito ya no estaba cerca.
-¿Dónde está Park Jimin? -Cuestionó una vez estuvo frente al docente.
-Está con Hoseok, porque acabo de enviarlos a que lleven las porterías de los partidos que ya han terminado. -Afirmó.
Jungkook asintió con su cabeza y pasándose los dedos por su pelo húmedo aligeró sus pasos hasta llegar a los vestuarios de alfas; quería ducharse para después dar encuentro a los dos omegas que estaban ayudando tanto al profesor.
Tomó sus cosas y aprovechando que estaba solo allí, rápidamente se dirigió a su taquilla para tomar lo que necesitaba y se dirigió a una de las duchas.
Por otra parte, en otro lugar del pabellón, Jimin sintió varios pasos seguirle y enseguida supo que no eran de Hoseok, ya que éste se había quedado ordenando unos materiales.
Mientras él se estaba dirigiendo de nuevo a la piscinas para tomar más y llevarlos a donde se encontraba Hoseok para guardarlos.
Sin embargo, se quedó paralizado cuando escuchó risitas y seguidamente alguien le tomó bruscamente del hombro.
Cosa que le hizo entrar en alerta y sin mirar atrás, se deshizo del agarre para presa del pánico, correr por el gran pasillo hacia cualquier sitio sin rumbo establecido.
Por tanto fue cuando vio una puerta grande que ligero entró, y sin saber qué hacer se dirigió a otras pequeñas puertas que habían dentro del lugar.
Aunque cuando su nariz fue invadida por olores a diferentes alfas, supo que estaba en los vestuarios de los mismos.
-N-no puede ser. -Murmuró con ojos grandes.
Su cuerpo comenzó a temblar y todo fue peor cuando una puerta pequeña se abrió para seguidamente sentir como una mano se ciñó en su espalda, justo en la tela de su sudadera.
Y entonces su cuerpo fue movido al interior de una de las duchas, para después ver como frente a él, la puerta de la misma se cerró rápidamente.
Iba a gritar, sin embargo una gran mano se ciñó en sus labios y entró en pánico, su respiración se aceleró a la vez que sus piernas temblaron.
Su mente estaba en blanco ante el repentino jalón y ahora no podía pensar en otra cosa que no fuera que algún alfa le había tomado para esconderle.
Tragó saliva nervioso al percatarse de las voces del grupo haciendo eco en el pasillo gritando que era un cobarde y que le habían visto entrar en el vestuario.
Se estaban acercando allí.
Simplemente estaba sin salida.
Y en problemas.
.
(Primera parte)
Maratón 2/3
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