Capítulo 24 ও

Cuando Hoseok, Jungkook y Jimin finalmente se bajaron del autobús, se dirigieron a la zona baja del vehículo y esperaron sus turnos para tomar de allí sus mochilas.

Sin embargo, al alfa pronto le dejaron pasar antes debido a que era muy querido y admirado por lo estudiantes, por ello, aprovechó también para aparte de tomar su propia mochila, tomar las de Jimin y Hoseok.

Acción que por supuesto los dos últimos rápidamente le agradecieron, y tras ello, se dirigieron hacia la gran cola que estaban formando los alumnos de su instituto.

Una vez pasados aproximadamente diez minutos donde esperaron a que poco a poco los dos institutos que estaban allí desde antes, entraran, les tocó el turno a ellos.

Mencionar que dentro del recinto varios monitores estaban supervisando a los adolescentes y profesores encargados, dando pulseritas que posteriormente les servirían para acceder a las distintas estancias del pabellón.

Acto seguido a los tres que aún estaban juntos, les colocaron una pulsera de color verde y pronto accedieron al interior.

Enseguida muchos alumnos y alumnas se fueron amontonando en los amplios vestuarios divididos por betas, omegas y alfas.

Y allí fueron dejando sus cosas en las taquillas.

Por otra parte, mencionar que momentos antes cuando Jimin hubo de separarse de Jungkook, debido a que éste último tuvo que acudir a los vestuarios de alfas, rápidamente se pegó al alegre omega como si de una lapa se tratara.

Simplemente estaba algo asustado de tener a tantos chicos y chicas a su alrededor, por ello se refugió en Hoseok al no tener a Taehyung a su lado.

Y aunque sabía que la rápida dependencia que tomaba en personas que le trataban bien, era un asunto que debía solucionar, Jimin seguía aferrándose a ella, ya que le habían hecho tanto daño en el pasado que temía mucho quedarse solo.

-¿Es la primera vez que vienes a este pabellón? -Hoseok preguntó con voz suave cuando notó a Jimin seguirle desde muy cerca, tanto que varias veces le había pisado la parte trasera de sus zapatos.

-Oh. -Jimin expresó nervioso y miró la espalda del de tropical aroma para continuar hablando.-Disculpa que te esté siguiendo, lo que pasa... -"es que no quiero quedarme solo ante toda esta multitud", quiso decir.

Sin embargo, no se atrevió a confesarse tan vulnerable.

Así que a cambio, sólo se limitó a terminar asintiendo dándole la razón al omega de brillante sonrisa.

Aceleró su paso y tomó la iniciativa de ponerse a su lado en vez de estar a sus espaldas, acción que Hoseok correspondió con una amplia sonrisa mirando ahora a Jimin que estaba a su lado.

-Llevas razón, nunca he venido, g-gracias por guiarme. -Se pronunció viendo la amplia sonrisa aperlada.

Siguieron andando unos minutos más y cuando finalmente llegaron a los vestuarios de Omegas, Jimin se tensó cuando vio a muchísimos omegas que tenían una belleza espectacular, cuerpos preciosamente delíneados a la vez que delicados y allí, una gran combinación de aromas dulces que iban desde la cereza hasta el praliné inundaban el ambiente de forma exquisita a la vez que intensa.

Por ello, cuando llegó y su aroma a flores combinado con manzanilla que curiosamente en ese momento, no poseía ni una pizca de su característica nota a vainilla, se hizo presente, causó que la mayoría de los allí presentes se giraran a verle.

Lo que provocó que su cuerpo comenzara a temblar levemente, se hiciera más pequeño sobre sí mismo y sus manos se ciñieran nerviosamente en las asas de su mochila.

Y debido a su ánimo , su aroma descargó feromonas de estrés que amargaron un poquito su olor, causando que finalmente absolutamente todos dejaran de guardar las cosas en sus casilleros y terminaran mirándole extrañados.

Tras ello, un incómodo silencio se hizo en el lugar y el castaño quiso que la tierra se lo tragase cuando los omegas allí presentes le miraron con ojos curiosos a la vez que juzgadores.

Sin embargo, cuando un delicioso olor a cereza llegó a su pequeña nariz sobresaliendo de los demás, no pudo evitar centrar su atención en aquel.

Era delicioso.

Entonces Jimin buscó con sus ojitos tras sus gafas al omega que lo poseía y se quedó totalmente embelesado por la belleza del mismo.

Era alto, delicado y su piel parecía de porcelana.

Su aroma le había dejado maravillado, era... wow, simplemente podría considerarse el olor de sus sueños.

Aquel omega olía dulce, frutal y acaramelado.

Pronto aquel se pronunció con voz muy melodiosa.

-¿Qué hace un beta con perfume artificial en los vestuarios de omegas? -Cuestionó con una de sus perfectas cejas alzada.

Por otro lado, la ensoñación de Jimin desapareció automáticamente cuando finalmente cayó en lo que aquel bonito omega que había admirado segundo atrás, había pronunciado refiriéndose a su persona.

"¿Qué hace un beta con perfume artificial en los vestuarios de omegas?"

Fue justo en ese momento cuando el castaño sintió su corazón romperse en miles de pedacitos dentro de su pecho.

Un nudo se hizo en su garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas cuando su omega interior lloriqueó ante aquellas palabras.

Su lobo sintiéndose ansioso por estar rodeado de tantos olores tan dulces.

Le habían dado en su punto débil, su aroma.

Ya que jamás había encontrado a otro omega que poseyera un olor que fuera floral, y a veces nada dulce como el de él, es qué, ni siquiera en internet venía nada al respecto.

Todo en su persona era tan peculiar... desde su celo que le llegaba dos veces al mes, hasta su aroma o constitución corporal, que siempre salía señalado.

-¿Eres un pervertido? -Cuestionó llevándose una de sus níveas manos a su pecho mirando a los demás adolescentes con una genuina sonrisa burlándose del castañito.-Fuera de aquí beta, no porque te hayas puesto ese aroma tan extraño vas a pasar por omega. -Aseguró dando un paso hacia delante, temiendo que aquel beta regordete fuera un impostor en aquellos vestuarios.

Sin embargo, pronto la voz del omega con aroma a piña y maracuyá resonó en el lugar.

-Hey, él es un omega y se llama Jimin, respeta a los demás y entiende que no todos nuestros olores deben ser dulces o afrutados. -Se pronunció defendiendo al menor que tenía sus ojos sumergidos en lágrimas tras sus gafas.

-¿Es omega? -Preguntó el de ojos verdes sonriendo ladeadamente por segunda vez mirando a los demás de su grupito.-Jamás he olido un aroma tan floral y falto de dulzor en uno, qué peculiar. -Lo último lo dijo con cierto resquicio de maldad que heló a Jimin.

Pronto éste se tragó el nudo en su garganta e intentó caer bien a los demás pronunciándose rápidamente.

Realmente quería arreglar su nefasta entrada al sitio, por elló habló casi atropelladamente.

-Y-yo... sí s-soy un omega, no es un perfume lo que llevo, es mi aroma natural y es así desde que nací, aunque de hecho cuando era pequeñito yo olía a vainilla, sin embargo cuando crecí mi olor se inclinó más a flores y... -Comenzó, sin embargo se calló cuando varias risitas resonaron en el vestuario haciendo eco.

Un eco que le caló hasta en lo más profundo de su ser.

Se guidamente sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Se estaban burlando de su aroma.

Y todo fue peor cuando escuchó a omegas de su propio instituto comenzar a bufar negando con sus cabezas pensando que Jimin les estaba avergonzando.

-¡Shhhh! -El omega de gafas y alto con aura brillante que estaba justo a su lado, siseó para silenciar las risitas de los omegas, no obstante, todos siguieron riendo esta vez con un tono más alto y soltando comentarios hirientes hacia Jimin.-Cállaos, no os burléis. -Volvió a pronunciarse esta vez con voz más profunda.

Y entonces, todos los omegas se quedaron automáticamente callados a la vez que se quedaron petrificados en sus lugares cuando se dieron cuenta de algo en los ojos de Jung.

Tras sus gafas, sus ojos estaban sumergidos en plata intensa.

Jung Hoseok era un omega puro.

-L-lo siento, no quiero problemas, eh, ni siquiera vamos al mismo instituto. -Enseguida el omega de aroma a cereza se pronunció subiendo sus manos en señal de paz y salió corriendo del vestuario. Tras él, su grupito.

-M-muchísimas gracias Hoseok. -Dijo por fin Jimin porque el mayor le hubiera defendido.

Entonces el omega mayor dejó de usar su dominio para volver de nuevo sus ojos a su normal color marrón.

Y aunque odiaba usar su dominación, había notado las pesadas feromonas tristes del menor y no podría haberse quedado de brazos cruzados.

-Lo siento por haber usado mi dominación con vosotros. -Se disculpó en voz alta y calmada inclinándose en una reverencia a los omegas allí presentes.

Y tras unos minutos, los dos terminaron de dejar sus mochilas y objetos en las taquillas que le tocaron.

Después salieron del lugar.

-Yo no sé nadar, por eso al igual que tú tampoco me he cambiado el chándal, soy más de bailar. -Confesó Hoseok.

Y Jimin asintió.

-Yo tampoco sé nadar. -Mintió.

Porque como ya se mencionó, Jimin sí sabía nadar, aún así, había mentido aquel día al profesor para librarse de venir, aún así había tenido que ir igualmente... aunque al menos gracias a Hoseok, no estaría solo.

Decir que Jimin aunque iba intercambiando alguna que otra palabra con el mayor, caminaba muy cauteloso e intentando no chocar con absolutamente nadie, debido a que tenía miedo de volver a llamar atención maliciosa.

Simplemente le gustaría desaparecer de allí y estar en su club de ajedrez lleno de tranquilidad, pero claramente aquello era imposible.

Respiró hondo tomando fuerzas y cuando a lo lejos divisó tras sus gafas a cierto alfa pelinegro, sintió la imperosa necesidad de acercarse a él.

Aunque no quiso ser demasiado obvio.

Por ello comenzó a andar tras Hoseok y cuando llegaron a la cola, se pusieron tras el alfa.

Pronto, Jungkook se giró hacia él con una genuina sonrisa ya estando cambiado a una camiseta de neupreno que dejaba intuír su atlético cuerpo y un bañador que le llegaba a las rodillas.

No obstante, algo dejó fuera de lugar a Jimin.

Demasiado.

Debido a que aparte del característico aroma a madera, cedro y ámbar del azabache, había otro impregnado en el mayor.

Jungkook olía ligeramente a cereza y caramelo.

Era justamente el mismo aroma de aquél que en los vestuarios había insinuado que era un beta y que su aroma no era apropiado.

Y por supuesto a Jimin no le molestó en absoluto que le haya dicho beta, lo que le dolió fue que se burlara de su olor catalogándolo como artificial.

Tras unos segundos, su corazón dejó de latir cuando de repente aquel omega de aroma a cereza, apareció acercándose peligrosamente a Jungkook.

Y la boca de Jimin se secó completamente cuando aquél le miró burlón.

Seguidamente dejó de mirarle para finalmente encarar al mayor y poniéndose lentamente de puntillas, depositó un suave beso en los labios de Jungkook.

Y aquello ocurrió...

Justo frente a los ojos de Jimin.

No os preocupéis, lo ocurrido al final de este capítulo forma parte de una cosita que voy a implementar en posibles sucesos omegaverse que estoy pensando, ya veréis qué ha ocurrido de verdad. 👁👄👁

Ya veréis qué ha ocurrido.

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