Capítulo 14 ও

—¿No es muy temprano como para que una discoteca esté abierta? —Cuestionó Jimin mirando su reloj de muñeca.

Apenas eran las siete y media de la tarde, aún así Jimin pronto se fijó en la calle y se emocionó al ver como alrededor del pelinegro y su persona, habían muchas personas jóvenes.

Y... ¿por qué el menor estaba tan emocionado ante algo tan básico como ver a más personas de su edad?

La respuesta era fácil, ya que aunque Jimin solía salir con Taehyung, nunca solían ir a este tipo de lugares, sino que quedaban en bibliotecas para estudiar juntos o para merendar.

Pero esta experiencia de ir a lugares de marcha era totalmente nueva para el omega, tan nueva que creía que todo lo que allí pasaba eran cosas buenas, sin embargo Jungkook sabía perfectamente que las salidas nocturnas podían salirse de las manos y por ello cuidaría muy bien del omega.

Por otro lado, Jungkook sonrió de lado a la vez que metió sus manos en los bolsillos de sus vaqueros rasgados. Y pronto contestó a la pregunta que había hecho el castaño.

—Hoy es viernes, dá gracias si nos dejan entrar, en serio te digo que este día suele ser el más agitado. —Aclaró el mayor.

A lo que Jimin pasó su lengua por sus dientes delanteros y asintió, vaya que sí que habían cosas para aprender sobre el tema de salir de fiesta y demás.

Ya que él no tenía ni idea, debido a que como ya había mencionado antes, nunca había ido a una discoteca ni nada parecido.

Y su corazón se agitó lleno de felicidad cuando Jungkook tomó suavemente su mano para que no se perdiera, debido a que llegaron a la calle más transitada donde se encontraban las discotecas más concurridas de Hongdae. Aquella estaba llenísima de adolescentes y gente joven esperando por entrar a alguna de ellas.

Tras unos minutos más andando entre tantas personas, llegaron a la discoteca más concurrida del lugar, y Jeon aseguró más el agarre de la pequeña mano del omega para seguidamente ambos avanzar por la cola.

Y aunque varios alfas, omegas y betas jóvenes protestaron porque ellos se estaban colando, cuando veían de que se trataba de Jeon, todos se quedaban totalmente callados.

De hecho Jimin se sentía muy pequeñito al lado del pelinegro que todos los allí presentes parecían adorar a la vez que temer.

Realmente Jimin no sabía porqué Jungkook se estaba colando con tanta facilidad, aún así se quedó callado, ya que la cola parecía que iba a durar horas. Y aunque sonaba egoísta, dejó que el alfa hiciera lo que creyera oportuno.

Entonces el castaño salió de sus pensamientos cuando escuchó a Jungkook hablar.

—Somos dos. —Comunicó al beta que era el guardia de seguridad del lugar.

Aquel miró curioso al omega que se hallaba tras el conocido alfa que siempre solía acudir allí de fiesta. Nunca había visto a un omega tan peculiar por allí, de hecho juraría que era la primera vez que ese chico entraba allí.

Pero lo que más le llamó la atención al hombre, era que el bajo llevaba puesta una mochila escolar como si de un caparazón de tortuga se tratara, ay dios, menos mal que iba con Jeon, sino se lo comerían vivo, si es qué... ¿a quién se le ocurre llevar una mochila a una discoteca?

Aún así y por supuesto no dijo nada, ya que el omega venía acompañado del alfa apellidado Jeon que era un cliente bastante bueno debido a que gracias a él y a su equipo de fútbol, el lugar se había hecho más popular entre los estudiantes. Además de que el pelinegro y su grupo formaban las mejores fiestas organizadas que siempre ponía el lugar hasta la colcha.

Sin perder más tiempo y viendo la gran cola que había formada por ser viernes, el guardia habló.

—Jeon, sé que tú eres mayor de edad, pero necesito ver el carné de tu acompañante. —Pronunció el beta.

Al escuchar aquello, dejó de tomar de la mano a Jungkook y tiernamente giró su mochila para ponerla contra su pecho y rellenito abdomen para seguidamente colocarse las asas en sus hombros para sujetarla.

Tras ello abrió la cremallera y rebuscó entre el desastre de libros, carpetas, materiales escolares tirados en la misma y su agenda, para tras medio minuto encontrar en aquel revoltijo su cartera de color rosa con el dibujo de un conejito en el medio, y con sus mejillas sonrojadas por estar mostrando su aniñada cartera frente Jungkook, extrajo su carné.

Con una de sus manitas le tendió el documento al beta, y éste se fijó en la fecha de nacimiento del omega.

—Vale, tiene dieciocho años así que podéis pasar. —Anunció.

Al instante el mayor se apartó y dejó entrar a los dos chicos. En seguida el cataño guardó su cartera con su carné ya en su interior y se puso la mochila en su espalda justo como estaba en un inicio.

Entonces cuando cruzaron la puerta de la discoteca, el omega sintió su corazón comenzar a latir más rápido cuando de repente sus sentidos se vieron fuertemente golpeados por el aroma del lugar que era una combinación entre humo de tabaco, sudor y muchos olores combinados de omegas y alfas, además de la fuerte música que salían de bafles que parecían que en cualquier momento iban a reventar por el alto volumen.

También se impresionó al ver que todas las  personas allí presentes estaban fumando y bebiendo mientras bailaban sin control.

Jimin mojó sus labios y parpadeó cuando giró su cabeza y divisó como en una esquina del lugar un alfa estaba casi comiéndose a un omega, y no eran los únicos, ya que habían más gente besándose en medio de la pista.

Jungkook tomó su pequeña mano y le guió a la barra del lugar.

No obstante cuando el mayor se percató de miradas burlonas sobre Jimin, rápidamente emitió feromonas de advertencia bloqueando el hecho de que el omega a su lado las oliera, ya que al ser puro podía hacer ese tipo de cosas entre muchas más.

Entonces los que miraban con genuina maldad al menor, tras oler esa feromonas de advertencia, rápidamente alejaron sus vistas del de gafas para rápidamente concentrarse en ellos mismos o en huír del lugar hacia los baños para evitar problemas con el pelinegro.

A lo que Jungkook sin que se diera cuenta el castaño, mostró sus colmillos amenazantemente a los que aún seguían mirando al menor, causando que ya por fin nadie más le mirara.

Y Jimin no se dio cuenta de las miradas ni de lo ocurrido debido a que se encontraba absorto en fijarse en las luces neones del lugar, algunas titilaban al ritmo de la música y otras se mantenían fijas causando un ambiente idóneo para el lugar.

Una vez llegaron a la barra, Jungkook acercó su boca a una de las orejas del menor y le habló para que se enterara bien.

—¿Has probado el alcohol alguna vez? —Preguntó el pelinegro ajeno a lo rojo que se había puesto Jimin por la cercanía.

Sin embargo una vez Jungkook se separó pudo observar el bonito sonrojo en las mejillas de Jimin que acentuaron sus diminutas pequitas, así que no pudo evitar esbozar una sonrisa ante la preciosa imagen.

Tras ello acercó su rostro de nuevo al del otro para escuchar la respuesta.

—N-no, nunca lo he probado. —Contestó el castaño, sin embargo pronto habló de nuevo.—¡Pero realmente m-me encantaría hacerlo! —Exclamó emocionado.

A lo que Jungkook rió entre dientes por lo tierno que era el castañito.

—Entonces si es tu primera vez, será mejor que te pida un malibú con zumo de piña, porque un chupito u otro alcohol más fuerte te puede sentar mal. —Razonó el pelinegro.

Tras ello el mayor pidió dos cubatas, uno para Jimin de lo que ya había dicho y otro para él de ron con cola.

Pronto Jungkook pagó los dos vasos invitando así a Jimin y le pasó el vaso al menor, tras ello ambos caminaron hasta una esquina del lugar y allí formaron su pequeña burbuja donde tan sólo eran ellos dos.

—Qué voy. —Avisó Jimin y entonces llevó su vaso a sus labios para probar así por primera vez el alcohol bajo la mirada expectante de Jungkook.

Fue ahí cuando el sabor del zumo de piña y el malibú se abrió paso en sus papilas gustativas.

Y no midió mucho el primer trago, ya que bebió un cuarto del vaso del tirón debido a que estaba sediento.

Y sin duda alguna le había gustado, ya que se esperaba algo amargo como muchos decían que el alcohol era, no obstante aquella bebida combinada estaba realmente buena.

Volvió a pegar otro sorbo y cuando sintió una agradable sensación que le hizo cosquillas en el cerebro, o algo parecido, habló entusiasmado.

—¡Qué ricooooo! —Exclamó finalmente.

A lo que Jungkook pasó su lengua por sus dientes delanteros viendo que Jimin estaba poco a poco dejando atrás su tímida actitud, para dar paso a una más juguetona.

—Sabía que te gustaría, de hecho ese fue el primer cubata que yo probé, es dulce pero no en demasía. —Contestó el alfa a la vez que bebió el ron cola que estaba en su vaso.—Aún así no bebas tan rápido, porque luego el efecto del acohol te puede subir más fuerte. —Avisó.

—Tranquilo, y-yo controlo. —Aseguró sonrojado porque el alfa de sus sueños se estaba preocupando por él.

Entonces Jungkook esbozó una media sonrisa.

—Claro, tú controlas, a ver las tonterías que haces cuando te suba. —Dijo divertido.—El que avisa no es traídor Jimin. —Comunicó.

A lo que Jimin frunció su ceño.

—Soy fuerte, p-puedo con este vaso y más. —Aseguró haciéndose el valiente para impresionar al azabache.

A lo que Jungkook se pronunció.

—Ya veremos. —Dijo simple dándole otro sorbo a su ron-cola.

Tras unos minutos, Jimin aprovechó para preguntar algo que le inquietaba mucho, necesitaba saber si a Jungkook realmente le agradaba los olores que no eran dulces... ya que su olor como omega no lo era.

Y no supo de dónde sacó la valentía, pero pronto habló acercando su rostro al del otro para que le oyera mejor. Lo que no sabía es que Jungkook como alfa puro que era, tenía la capacidad de anular la alta música y sólo escucharle a él, aún así el mayor no dijo nada porque... le agradaba la cercanía del menor.

Así que haciéndose el tonto, el alfa se inclinó un poco más para escuchar a Jimin.

—Oye Jungkook... ¿a ti q-qué tipo de aromas te gustan en los omegas? —Cuestionó algo cohibido por la pregunta tan íntima que le había hecho.

Aún así quería saber si a Jungkook sólo le atraían los olores dulces... y aunque el lobo del mismo fue a buscar su aroma cuando estaba en celo y se coló en su habitación como él le había contado, Jimin tenía un lío muy grande en su cabeza y necesitaba salir de dudas.

Además de que Jimin pensó que cuando al pelinegro le mordieron la mano, esa mordedura sería de su destinado, sin embargo ahora que sabía que había sido él el causante se retractaba a la idea, ya que su omega interior no le decía que Jungkook era su destinado, sólo le encantaba el olor de Jungkook y todo lo que el mayor era... sin embargo no se veía siendo lo suficiente como para ser su destinado.

Entonces cuando Jeon escuchó esa pregunta, sonrió de lado y se inclinó más para ahora acercar lentamente sus labios a la oreja del bajito para que le escuchara bien sobre la altísima música del lugar.

—Me gustan que huelan a manzanilla, flor de azahar y vainilla. —Dijo con voz grave.—Y que no sean muy dulces porque sino me empalagan. —Concluyó para ahora mirarle de frente.

Entonces los ojos de Jimin se expandieron en demasía y su corazón comenzó a latir fuertemente dentro de su pecho.

—¡Uy!, p-pues yo huelo así. —Soltó el omega con emoción, su boca funcionando más rápido que su cerebro.

Por ello abrió más sus ojos tras sus gafas cuando Jungkook rió.

¿Había sido una indirecta?

Bueno, una indirecta... había dicho justamente su olor.

Espera.

¿Cómo?... de verdad al pelinegro le gustaba justamente su aroma con todas sus notas y la falta de extremo dulzor que poseía. ¿Acaso estaba soñando?

Pronto el bajito se pronunció nervioso.

—¿Q-qué?, ¿de verdad?, es una broma, ¿no?, por favor no j-juegues con esos temas Jungkook, ahora d-dime la verda- —Jimin se calló cuando Jungkook le miró a los ojos.

—Te lo he dicho en serio Jimin, tu aroma es el único que ha conseguido llamar mi atención. —Se sinceró con sus mejillas levemente sonrojadas por la confesión hacia su destinado.

Fue ahí cuando Jimin tragó saliva sonoramente y ante la emoción que sentía, no supo de qué otra forma ahogarla que no fuera bebiendo más de su cubata sintiendo la piña hacerse con su sentido del gusto.

Tras ello, ambos se terminaron sus vasos y acudieron a la barra para beber más, entonces en esa ronda Jimin pagó.

Y la camarera que era una beta les invitó a un chupito de vodka a cada uno.

Jungkook lo bebió como si de agua se tratase, sin embargo Jimin arrugó su nariz cuando sintió su garganta y estómago arder.

Pronto para quitarse el sabor bebió de su segundo cubata que era igual al anterior y casi ronroneó de gusto cuando la piña hizo desaparecer el mal sabor amargo del chupito.

En seguida Jungkook también bebió de su propio vaso y en ese momento una canción subida de tono comenzó a resonar a todo volumen en la discoteca.

Pronto ambos volvieron a la misma zona tranquila de antes y comenzaron a hablar de cosas triviales a la vez que siguieron bebiendo.

Jungkook iba bien de alcohol ya que estaba acostumbrado a beber, pero Jimin ya estaba comenzando a dejar atrás su timidez para dar paso a una actitud más extrovertida.

Tras unos minutos más, Jimin dio otro trago a su vaso y se puso de puntillas para acercar sus abultados labios color cereza a una de las orejas de Jungkook.

—No sé s-si es porque es la primera vez que he bebido... pero te confieso que me gusta bailar. —Susurró con su melodiosa voz, aún así Jeon le escuchó perfectamente gracias a su desarrollado sentido auditivo.—Suelo bailar escondido en mi cuarto, pero... m-me gusta bailar música subida de tono c-como la que está sonando ahora. —Murmuró y después se alejó a la vez que rió como si no hubiera confensado aquello tan íntimo a Jeon.

Como si no le hubiera dicho al alfa de sus sueños que le gustaba bailar canciones calientes como la que estaba sonando ahora, pero en la privacidad de su habitación.

—Jimin... —Jungkook pronunció su nombre notando sus labios secarse.—Creo que se te ha subido el alcohol de repente. —Anunció mojando esta vez sus labios cuando notó como el menor se separó de él y le miró con cierto brillo pícaro en sus ojos.

—Aguanta esto. —Jimin le pasó su vaso ya vacío a Jungkook, tiró su mochila a un lado de ellos dos, y tras ello comenzó a bailar como tan bien sabía.

Ya que aunque a Jimin no le gusta hacer deporte, sí le gustaba mucho bailar frente al espejo de su cuarto, ya que aunque no le gustaba verse desnudo, cuando estaba vestido sí que se soportaba a sí mismo, porque al bailar se inhibía tanto que todo le daba igual.

Y decir que preferentemente solía bailar canciones sucias porque le hacían sentir bonito y sensual, quitándole así momentáneamente todos sus complejos corporales, es por ello que bailar a escondidas canciones atrevidas era como una pequeña vía de escape a todas sus inseguridades.

Así que mirando fijamente a Jungkook a los ojos gracias a la valentía que el alcohol le había otorgado, comenzó a menear sus caderas con lentitud.

Y entonces la canción se cambió dando paso a una de Maejor llamada Lights down low.

A lo que Jimin sonrió suavemente, ya que esa canción la había bailado muchísimas veces en la soledad de su cuarto.

"We gon get in on."

Jimin siguió bailando.

"I know what you want."

El omega sonrió coqueto y pasó su pequeña lengua por la comisura de su labio derecho mientras contoneó sus caderas de un lado a otro de nuevo en un suave movimiento.

"So good, I see it in my dreams."

Pasó una de sus pequeñas manos por su pelo brillante para enseguida apoyarla en su cuello y alzar su cabeza a la vez que sintiéndose totalmente desinhibido, bajó su mano de su cuello a su rodilla derecha acariciando su torso cubierto por su sudadera.

Por otro lado, Jungkook sentía su corazón latir con fuerza y su respiración acelerarse tanto que su fuerte pecho subía y bajaba sin compás definido.

—J-Jimin, yo, por la diosa luna, me va a dar algo. —Jadeó cuando vio al otro mirarle con intensidad tras sus gafas sin ningún atisbo de vergüenza a la vez que seguía moviendo su cuerpo con delicadeza pero de una forma muy hipnotizante.

"Lights down low, time to get naughty."

Park se acercó al alfa y apoyó una de sus manos en uno de sus hombros para hacer algunos pasos demasiado atrayentes.

—Jimin, en serio, creo que estás bebido y no veo bien qu- —Jungkook se calló al instante cuando sintió la pequeña mano de Jimin ceñirse con suavidad en su fuerte cuello.

A lo que Jeon sintió de repente el aroma de Jimin intensificarse para exquisitamente golpear sus sentidos de forma abrumadora causando que los dos cubatas que estaba sujetando, se cayeran al suelo.

Tras ello, Jungkook sintió a su Alfa gimotear ligeramente sumiso en el interior de su pecho.

Entonces al instante el corazón de Jungkook bombeó más fuerte en su caja torácica cuando Jimin subió su rostro hacia el suyo y le miró con sus ojos destellando en plata tras sus gafas.

Por la diosa luna.

Park Jimin estaba dominándole.

Un jadeo salió de los labios del mayor cuando la pequeña mano apretó un poco en la delicada zona de su cuello y entonces ahí supo que aunque fuera un alfa puro, si se trataba de su destinado se volvía débil y maleable.

Jimin tenía poder sobre él.

—Jimin. —Masculló entre dientes.—Deja de dominarme. —Pidió contenidamente, su cordura pendiendo de un hilo en ese mismo momento, porque su orgullo de alfa no quería que la mano del menor siguiera sobre su cuello, pero por otra parte ahí estaba ese placer culpable que estaba disfrutando de la acción del bonito omega.

Entonces Jimin volvió a tener sus ojos marrones y lentamente dejó de rodear con su pequeña mano el cuello del otro.

Para seguidamente seguir bailando, sin embargo llegó a un momento donde se acercó de nuevo a Jungkook con una genuina sonrisa.

Se acercó más a él y el mayor suspiró pasando sus largos dedos por su propio pelo negro en un amago de despejarse y alejarse del omega, ya que éste no estaba en todos sus cavales.

Y entonces... la burbuja donde ambos estaban sumidos, estalló.

(Primera parte).

Dato: la primera vez que entré en una discoteca fue con mochila escolar, jjjjj. Larga historia.

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