✾ ‧₊˚ ‣ CAPÍTULO 35 ☀️
━━ En donde conocen a ellie 𖧧

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SEGUNDOS DESPUÉS, Harry había sido apartado de Jane, quien de repente se vio rodeada por el grupo de invitados, que en su mayoría estaba compuesto por niños menores de diez años, que se apiñaban alrededor de la niña esperando abrazos.

—¡Y tú debes ser el nuevo amigo que mencionó Flora! —la voz atronadora del hombre se volvió hacia Harry y le dio una palmada en la espalda—. Señor Winter, encantado de conocerlo. Es un chico muy afortunado.

—Oh, sé que lo soy —Harry dispuso su sonrisa más cortés en su rostro cuando el señor Winter le ofreció la mano—. Soy Harry, el amigo de Jane —tomó la mano y la estrechó, volteándose hacia una de las mujeres.

—Eva Midgens —la mujer no le ofreció la mano, pero lo abrazó, y Harry recordó a la señora Weasley cuando ella le tocó suavemente el hombro mientras se alejaba—. Y esa joven- —señaló hacia la mujer rubia de veintitantos años que intentaba evitar que Jane fuera bombardeada—, -es Annie. Si aún no te has dado cuenta, somos del Hogar Adley, de North Yorkshire.

—¿Adley? ¿Como Flora Adley? —Harry estaba algo sorprendido, no se había dado cuenta de fue adoptada por la misma mujer que le dio nombre a la casa de Jane.

—Sí, ¿no lo sabías? —Eva sonrió cuando Jane levantó a uno de los niños y lo apretó en un fuerte abrazo—. La familia Adley creó este hogar hace siglos con la esperanza de brindarles a los niños una vida mejor. Siempre se han mantenido muy involucrados en el hogar. Florence era un poco menos que los demás, ya que había estado fuera por negocios durante muchos años, pero parece que ahora se está asociando más.

—No... no tenía ni idea —Harry fue recibido por Annie cuando el señor Winter buscó a Flora, su voz fuerte sobre la charla de los invitados—. Encantado de conocerte también.

Luego, su atención volvió a Jane, que todavía estaba abrazando a uno de los muchos niños, una niña pequeña con coletas que tenía la sonrisa más grande en su rostro. Estaban hablando en voz baja sobre algo, la chica se inclinó hacia adelante para susurrarle algo al oído a Jane antes de girarse y señalar a Harry.

Jane se rió y el chico Potter sintió que sus mejillas se llenaban de calor, mostrándole una linda y pequeña sonrisa antes de reacomodar a la chica en sus brazos y susurrarle algo.

Harry sabía que no sería nada malo. De hecho, con alguien de la reputación de Jane y la forma en que la conocía nunca podría ser malo. Pero la idea de que hablaran de él lo preocupaba un poco. Lo cual era extrañamente extraño, si pensaba más profundamente en ello.

Desde que comenzó a asistir a Hogwarts, diablos, desde que Hagrid lo recogió de la casa en el mar y lo llevó al callejón Diagon, lo habían mirado y susurrado. Desde que se unió al equipo de Quidditch hasta que se rumoreó que era el heredero de Slytherin y luego cuando fue elegido campeón de los Tres Magos. Habían chismeado sobre él, se habían difundido rumores y mentiras.

Pero esto lo afectó más y se encontró acercándose un poco más para escuchar su conversación, observando cómo Jane se inclinaba y dejaba que la chica se pusiera de pie.

—¡Y encontraste mis vestidos! Recuerdo haber usado este en la fiesta de cumpleaños de mi vieja amiga Sophie —Jane sonrió mientras ajustaba uno de los diminutos lazos que adornaban los tirantes del vestido, que era de un rosa descolorido y estaba decorado con un bordado verde alrededor del dobladillo, que descoloraba la tela.

—Bonita —la niña sonrió, mientras recogía las faldas e intentaba hacer una reverencia, inclinándose hacia un lado cuando tropezó y Jane la sujetó fácilmente.

—Vaya, Ellie —la chica Everleigh sacudió la cabeza con una carcajada, poniéndola derecha y captando la mirada de Harry—. Oye, ¿quieres saludar a Harry? Es mi nuevo amigo... ¿qué pasa? —la mirada en el rostro de Ellie cambió ligeramente.

Harry sintió su corazón caer, viendo como la niña se inclinaba para murmurar algo al oído de Jane. Pero no debería haber dudado de nada, Jane era perfecta con los niños, sabía exactamente cómo lidiar con esto.

—¡Reemplazarte! ¡Oh, Ellie, nunca podría! —Jane sonrió, miró a Harry y se encogió de hombros un poco antes de volverse hacia Ellie—. ¿Por qué no vamos yo, tú, todos aquí y Harry a la mesa de la comida y tomamos algunos bocadillos? Creo que todos tendrán hambre, ¿no? Y es el momento perfecto para que todos conozcan a Harry.

Varios de los niños se animaron ante la idea de la comida y Jane se puso de pie, saliendo de la multitud de niños y alcanzando a Harry. —No te preocupes, creo que esta es su versión de ser protectora —le murmuró ella, tomando su mano y comenzando hacia el resto del jardín.

—No, lo entiendo —Harry sonrió, sintiéndose a gusto. Su viaje se detuvo momentáneamente cuando se peleó por la mano libre de la niña, y finalmente llegó al final con un niño pequeño aferrado a su costado—. Ellos realmente te aman, ¿eh?

—Soy su hermana mayor —Jane se pasó el pelo por la oreja, apartándoselo de la cara y dejando que sus dedos rozaran los distintos postizos con forma de mariposa—. Y... parece que cierta persona se está calentando contigo.

Ella asintió hacia el suelo, la mirada de Harry siguiendo la de ella. Allí, mirándolos con los ojos muy abiertos y siguiendo la sonrisa en el rostro de Jane, estaba Ellie, quien luego miró hacia Harry.

Y con mucha firmeza tomó su mano libre, mirada determinada.

La constante sonrisa en el rostro de Harry comenzaba a dolerle las mejillas.

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