✾ ‧₊˚ ‣ CAPÍTULO 10 ☀️
━━ En donde esta decidido 𖧧

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HARRY Y JANE PASARON el siguiente par de días siguiendo el mapa diligentemente, la chica Everleigh continuaba haciéndose cargo y seguía eligiendo los caminos, a menudo saltando adelante con Harry detrás, preguntándose cómo alguien podía ser tan despreocupado mientras seguía las pequeñas líneas negras, a través de un mapa.

Sin embargo, el cuarto día después de la reunión inicial de la pareja, con Harry con su camiseta y jeans habituales y Jane vestida con un vestido más largo y suelto de color azul aciano y salpicado de flores rojas y crema, el dobladillo estaba atado y rozando contra las briznas de hierba, y Harry se sintió bastante atraído por ellas; Jane decidió que dar paseos señalados para ellos por un mapa era necesariamente su actividad favorita.

—Hoy estaba pensando que podríamos hacer algo diferente —Harry había visto acercarse a Jane, el sol de la mañana ya los golpeaba y hacía que su cabello brillara de la manera más hermosa. Ella se había sentado rápidamente frente a él, con partículas de polvo parpadeantes volando a su alrededor mientras usaba la hierba como cojín, el vestido se arrugaba mientras lo hacía.

—¿Y que será eso? —respondió Harry. Se las había arreglado para sentirse un poco más cómodo y tendía a darle respuestas más largas, en solo unos días, lo cual era bastante extraño para él. Le tomó un tiempo hacerse amigo de alguien que no fuera Ron cuando comenzó en Hogwarts, obligado a socializar en un mundo donde nada tenía sentido para él, y hubiera preferido simplemente observar por un rato.

Sin embargo, Harry era el llamado 'El niño que vivió', y su incapacidad para permitir que otras personas fueran tratadas mal se había criado en su primer día en Hogwarts, y desde entonces no se le había dado la oportunidad de observar. Realmente, no debería haberlo esperado, dada su ya conocida presencia y efecto en todo el Mundo Mágico.

—Vamos a dar paseos aburridos —proclamó Jane, la frente de Harry se arrugó ligeramente por la confusión—. Me refiero a las caminatas reales, no al tiempo o la persona o la conversación... solo las caminatas. Son aburridas.

—¿Pero estamos siguiendo a los que están en el mapa? —parecía que Harry siempre no tenía ni idea de cosas como esta, y su mente estaba saltando obstáculos mientras trataba de averiguar a qué se refería Jane.

—Creo que deberíamos explorar —respondió ella, juntando las manos frente a su pecho y sentándose hacia adelante, con las palmas juntas cayendo sobre su labio. Los ojos de Harry los siguieron, tomando nota de los delgados anillos que estaban en su dedo índice y anular de su mano derecha. Varias pulseras de hilo se deslizaron por sus antebrazos con el movimiento, una de color verde salvia con un amuleto de margaritas y un par de varios colores trenzados.

—¿Solo explorar? —repitió Harry sus palabras, viendo como ella asentía ansiosamente, inclinándose aún más hacia adelante mientras lo hacía.

—¡No siempre es tan divertido seguir las reglas! Así que deberíamos salirnos del mapa, ¿sabes? —exclamó Jane—. ¡Solo ve a donde queramos! —una sonrisa creció en sus labios, floreciendo como las flores que esparcieron la hierba a su alrededor.

—Estás emocionada por estar tan temprano en la mañana —respondió Harry, ajustando sus lentes, un trozo de cinta estaba torcido alrededor del centro, y la sonrisa de Jane vaciló por un momento cuando lo notó—. Pero... es una buena idea, creo que... podríamos divertirnos.

—¿Cierto? Creo que podría ser muy divertido. Oh, y antes de que se me olvide... —Jane se quitó mochila de los hombros y la puso en su regazo, donde su mano había descansado antes—. Toma —sacó un paquete marrón atado con una cuerda—. Flora accedió a ayudarme a hornear y Angela consiguió algunos ingredientes... así que hice brioche —sonrió ella, mientras Harry desenvolvía el paquete.

—¡Me desperté temprano e hice la masa y Angela me ayudó a probarla durante el día y hoy me levanté temprano y la cociné! —continuó, mientras Harry miraba las rebanadas de brioche—. Y... bueno, no estaba segura de qué mermelada te gustaba.

—No tenías que- —Harry miró con los ojos muy abiertos mientras Jane sacaba un puñado de pequeños frascos, cada uno en diferentes tonos de rojo y púrpura.

—No sabía si te gustaba la mermelada y si te gustaba entonces qué sabor te gustaba y bueno, decidí traerlos todos —Jane se encogió de hombros, le entregó los frascos y luego sacó un cuchillo de mantequilla, pasándoselo a él también—. Come, y luego nos vamos.

Todo lo que ella dijo e hizo se combinó con esta amabilidad, y Harry se encontró mirándola con un leve asombro, sin palabras. —¡Vamos! —ella lo instó, arrastrando los pies un poco más cerca de él y tomando el paquete de sus manos, balanceando la mano debajo del papel marrón—. ¿Cuál es tu favorito? Debo decir que el de fresa y ruibarbo de Angela es mi favorito... ¿pero el que prefieras?

—Quiero la fresa y el ruibarbo, por favor —Harry encontró su voz y se las arregló para balbucear, viendo como Jane tomaba un poco del frasco y lo extendía sobre la mitad de una de las rebanadas.

—En caso de que sea demasiado, el brioche es bastante rico y mantecoso —Jane le entregó un trozo, con los ojos grises muy abiertos mientras lo miraba comerlo, chispeando de felicidad cuando Harry reaccionó, un tanto desconcertado por lo mucho que le gustaba.

—Es bueno... es realmente bueno —asintió Harry, tomando otro bocado, masticando y tragando rápidamente—. Dime, ¿no te importaría poner la mermelada en la otra rebanada?

—Por supuesto que no —la chica Everleigh se veía como si estuviera en la luna mientras untaba la confitura de ruibarbo y fresas sobre la segunda rebanada. Cuando terminó, giró la tapa de ginghan roja y blanca sobre el frasco y se puso de pie—. Viendo que te gusta tanto, me aseguraré de hacerlo de nuevo. Solo iré a lavar esto lo mejor que pueda en el río, así que te lo comes y nos pondremos en marcha.

Y ellos hicieron justamente eso.

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