Capítulo 8: Invitados
¡Un total desastre!
Mi primer día de cortejos fue un total desastre. Todos buscan algo de mí; ya sea una madre sustituta para sus hijos, un adorno, o mi dote para saldar deudas. Nadie busca en mí el amor, nadie busca ser mi mejor amigo, mi media naranja. Y aunque me duela aceptarlo, perdí muchas oportunidades pues ya tengo veintidós años, y mientras más pase el tiempo se me irán acercando solo ancianos y viudos.
No hay nada bueno reservado para mí…
—¿Jane? ¿Te encuentras bien? —Mi hermano entró cuidadoso en mi habitación y me sacó de mis pensamientos tormentosos.
—Sí… Solo estoy pensando en tonterías.
—Jane, no debes preocuparte, te prometo que muy pronto encontrarás al indicado.
Suspiré, pues para las mujeres el tiempo apremia. Mientras que los hombres pueden esperar para casarse todo el tiempo que quieran, nosotras no podemos darnos ese lujo. Aunque no culpo a Theon, él ha hecho todo lo que ha estado en sus manos. Casi caemos en bancarrota por culpa de nuestro padre y mi dote se vio gravemente afectada, esa es la razón por la que no debutara antes en la sociedad.
—Erick y su madre nos han invitado a tomar el té en su casa.
—¿Ustedes son muy buenos amigos, no es cierto?
—Así es. Erick, sus hermanos y yo crecimos juntos, su propiedad queda junto a la nuestra.
—No sabía que éramos vecinos del duque y de Lizzy. —Lo miré sorprendida mientras que él volvió a sonreír.
—Le diré a Beth que venga a ayudarte a prepararte… te aseguro que vamos a pasar un rato inolvidable con los Dagger.
—¿Y si viene algún caballero a cortejarme y yo no estoy? —Volteó a verme.
—Han pasado dos días desde el primer baile, créeme que si viene alguien a visitarte hoy, es porque no eres su primera opción.
Tiene toda la razón…
Suspiré cansada, mientras que Theon me tomó delicado de las manos.
—No te preocupes, pequeña zanahoria, la temporada recién comienza y hoy en la noche habrá otro baile. Te prometo que encontraremos a un caballero digno de ti.
—¿Me lo prometes? —Sonreí.
—Te lo prometo. Ahora alístate, pero ponte algo cómodo, con los Dagger nunca se sabe —Sonrió.
—¿Qué quieres decir, hermano?
—Ya lo verás… Solo puedo decirte que sus actividades son de tu agrado.
🥀🥀🥀
Y una hora después estábamos mi hermano, tía Margaret y yo en un carruaje rumbo a la propiedad de los Dagger que, pese a ser vecinos nuestros, nuestras propiedades son lo bastantes extensas como para estar en la obligación de transportarnos en carruaje.
Nosotros vivimos en el condado de Fairytale. Los negocios y la mayoría de estas tierras le pertenecen al duque. En esta zona exclusiva situada bien al norte, según me explicó Theon, solo hay dos mansiones enormes con hectáreas de bosques a sus espaldas, y un río de aguas cristalinas, esas mansiones son: La nuestra y la de los Dagger.
En el camino solo veíamos terrenos con una fina hierba a un lado y el bosque extenso al otro. Lo único que deseaba era ver a mi nueva y única amiga; Lizzy. Ella me causó una buena primera impresión y ansío volver a conversar con ella. Mientras que el periódico me nombró “El rubí de la sociedad”, un apodo totalmente nuevo y que se debe al color de mi cabello, a Lizzy la nombraron “El diamante”, ese apodo sí que se lo tiene bien merecido, pues su rostro es tan hermoso como el de los ángeles y su gracia y refinamiento es algo admirable de ver. Ella con tan solo sonreír puede poner a sus pies a cualquier caballero, no dudo de que ya tenga un propuesta de matrimonio.
Finalmente llegamos a la mansión de los Dagger. Mi hermano fue el primero en bajar del carruaje, luego él le ofreció su mano a mi tía Margaret para ayudarla a salir, y cuando llegó mi momento de bajar, una mano, que no era la de Theon, se ofreció a ayudarme.
Nuestras miradas se encontraron al instante…
Unos ojos oscuros con tanta profundidad, una sonrisa radiante y llena de encanto y carisma. Su cabello castaño lo tenía unos centímetros más largo de lo habitual, y para evitar que le cayera en el rostro, lo tenía recogido en una pequeña coleta que le daba un aire de corsario. Él, expulsaba rebeldía por sus poros al mostrar su cabello largo y ese indicio de barba que para nada resultaban vulgar.
—¿Me permite ayudarla, milady?
—Muchas gracias, milord —Sostuve su mano sonriente y bajé con cuidado.
—Me presento, mi nombre es Gael Dagger, soy hermano menor de Erick.
Con razón sus facciones me eran tan parecidas a las del duque, solo que, mientras que Erick desborda elegancia y sofisticación con cada prenda que viste. Gael era más relajado; Vestía con una camisa blanca remangada hasta sus antebrazos perfectamente colocada dentro de sus pantalones, con un chaleco encima y unos pantalones de color gris.
—Le presento a mi madre, Charlotte —Habló el joven dirigiéndose a una señora probablemente en sus cuarentas. Su belleza era algo digno de admirar, con razón Lizzy era tan hermosa, pues sus ojos grises y su cabello dorado los había heredado de ella.
—Milady —Hice una reverencia —Gracias por la invitación.
—Oh, mi niña, es un gusto conocerte finalmente —Corrió a abrazarme y yo me quedé sorprendida, pues no tenía ni idea de que ella tuviera tantas ansias por conocerme.
—Eres sin dudas la viva imagen de tu madre y tu tía. No sabía que heredar los rasgos más hermosos de ellas fuera posible. —Agregó la amable señora.
—¿Conoció a mi madre? —La miré sorprendida y no pude evitar sonreír pues era la primera vez que alguien fuera de mi hogar me hablaba de mi madre.
—Lottie y Janet eran muy buenas amigas, más bien, eran como hermanas —Habló mi tía y abrazó a Lady Charlotte con nostalgia.
—Te extrañé tanto, Lottie —Sonrió —Ya extrañaba nuestras horas del té. —Dijo mi tía.
—¿Y Lizzy, y Lord Dagger? —Pregunté, pues en nuestro recibimiento solo estaban ellos dos.
—Lizzy ha estado abarrotada de pretendientes en la sala, y Erick está vigilándolos de cerca como un halcón. —Respondió Gael con una sonrisa ladina que dejaba ver un curioso hoyuelo en su mejilla.
—Se me parece a alguien muy conocido —Miré de reojo a Theon.
—Vamos a dentro, ya casi sale el último pretendiente de Lizzy. —Informó Lady Dagger.
Mientras que Lady Dagger, Theon y mi tía se nos adelantaron, yo me quedé rezagada viendo cada detalle de aquel sorprendente lugar: Se trataba de una gran mansión de pedrería clara, digna de un duque. Habían lilas sembradas a sus alrededores dándole un aroma fresco a todo el ambiente, y unas enredaderas llenas de flores blancas, las cuales formaban un hermoso dibujo artístico en su fachada. Una sonrisa se dibujó en mis labios al ver el hermoso lugar en el que estábamos.
—¿Le gusta vivir a las afueras de la ciudad o en el centro, milady? —Preguntó Gael mientras caminaba junto a mí.
—La verdad, he vivido toda mi vida en el campo, no me canso de repetir que esa es la vida que amo —Voltee a verlo, y noté que él me miraba con detenimiento —No hay nada que ame más que la tranquilidad, el aire puro, el silencio, leer un libro en medio de un campo de flores.
—Pues bienvenida a Fairytale, milady.
—No tenía ni idea de que visitaríamos un lugar tan hermoso y encantador —Voltee a verlo —En verdad todo aquí parece un cuento de hadas —Sonreímos.
—Este lugar fue el regalo de bodas que mi padre le hizo a mi madre…
Su padre…
—En verdad lo lamento —Me miró extrañado —Si tu hermano es el duque, es porque tu padre ya no está en este mundo.
—Así es —Suspiró —Partió hace nueve años, y aún seguimos extrañándolo como si fuese el primer día.
—Eso es señal de que era un buen padre —Lo miré a los ojos —Le sugiero que se quede con los recuerdos felices, y mantengas vivo su recuerdo.
—Gracias… Eso hago cada día. —Sonrió a boca cerrada.
Entramos en la mansión. La sala de estar era sin dudas más grande que la nuestra. Sus paredes eran de color blanco y estaban adornadas con un sin fin de cuadros.
Me pregunto si alguno de ellos fue pintado por el duque…
Los asientos eran el doble de grandes que los nuestros, y eso me hizo recordar que los Dagger son una familia numerosa; aunque hasta ahora solo había conocido a tres hermanos y a la madre.
Lizzy estaba sentada en uno de los sofás y a su lado había un joven extremadamente atractivo. Vestía con elegancia. Su cabello dorado estaba perfectamente peinado sin dejar ver un solo mechón fuera de lugar, y en sus piernas reposaba un elegante sombrero. Sus ojos verdes, miraban a Lizzy de una forma cautivadora. Erick estaba de pie detrás de su hermana, con los brazos cruzados viendo desde una distancia prudente a la pareja mientras conversaban.
—Y aquí vemos al salvaje Erick Dagger en su hábitat natural, mientras despedaza con la mirada a cada pretendiente que viene a visitar a Lizzy —Murmura Gael y eso me hace reír, si no es porque me contengo todos me hubieran volteado a ver.
—Debo confesar que mi hermano es igual —Reímos por lo bajo.
Nos sentamos en uno de los sofás más alejados, aunque aún seguíamos a la vista de todos.
—Usted es realmente hermosa... —Lo miré al instante sin decir una palabra —Debe de haber recibido muchas visitas. Tengo que confesar que si hubiera asistido al primer baile, yo también fuera uno de esos pretendientes bajo la mirada helada del vizconde Chadburn. —Susurró, y sentí cómo mis mejillas se acaloraban.
—La verdad es que no…
—¿De qué hablan? —Mi hermano me interrumpió y se sentó en medio de Gael y mío.
—De nada… solo espiamos a Erick —Sonrió —Siento pena en estos momentos por mi pobre hermana.
—Es un buen pretendiente el de tu hermana, creo que se trata de Lord Phillips Hastings, un nuevo marques en la ciudad. —Informó Theon, y los tres volteamos a ver el cortejo frente a nuestros ojos.
Una sirviente nos trajo unas tazas con té y una bandeja con galletas recién horneadas.
—Ya veremos si ese marqués pasa la prueba más difícil de los Dagger —Respondió Gael con una sonrisa maliciosa en sus labios.
—¿Qué prueba es esa? —Pregunté intrigada, mientras que Gael y mi hermano sonrieron.
—Es un juego difícil, requiere de precisión y estrategia. La verdad es que a las damas se le suele dar mal jugarlo, Lizzy es pésima jugadora y odia sudarse y estar tanto tiempo bajo el sol —Theon soltó una risa y casi se atraganta mientras bebía su té.
—No lo entiendo, milord —Arrugué mi entrecejo, pues me estaba molestando la forma en la que menospreciaba las habilidades de las damas —¿Qué juego es?
—¿Ha jugado al croquet? —Preguntó Gael, seguro de sí mismo.
Sonreí ampliamente.
—Milord, yo soy una experta jugando al croquet.
🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀
Hola, hola.
¿Qué les pareció Gael?
¿Les gustó el capítulo?
Se nos viene encima un juego de croquet bastante entretenido!!!
Pronto les pondré un apartado con los personajes que han aparecido hasta ahora.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top