Siempre
Si tuvieras que pintar una obra maestra y hablar en ella del amor ¿Qué pintarlas?
Sawamura sabia que si quisiera escribir un libro de amor, plasmaria los sentimientos que están naciendo ahora mismo entre ellos, mientras Miyuki comprende que si leyera el libro de amor escrito por Eijun, sus manos no dejarían de ojear las páginas en las que ha convertido sus más grandes anhelos.
Ahora que ambos se han dicho que se aman, no hacen otra cosa más que darse un beso, abrazarse e ir a dormir juntos.
Ambos se abrazan al contrario con todas sus fuerzas como si temieran perderse.
Las llamadas de su madre no han parado de sonar ni una sola vez en la última semana, siguen llegándole los mensajes donde le pida que vuelva a casa y que le dé otra oportunidad a Mi, que lo sigue buscando y esperando, pero Eijun decide no contestarlas.
Miyuki observa el teléfono y ve la insistencia de las llamadas, ahora el levanta el teléfono y contesta.
-¡Eijun! ¡Finalmente me contestas! ¡Vuelve a casa de una vez y has las pases con Mi!
-Lo siento, no soy Eijun, soy Miyuki.
-Ah... El tipo que vino con el la última vez, lo siento, mi hijo no es para ti.
-No, lo siento, Eijun nunca volverá con Mi, me ama tanto como yo a él y nos vamos a casar, si quieren venir a la boda...
La mujer lo interrumpe y le contesta
-No lo sueñes ¡Ya puedes decirle a Eijun que si se casa contigo se puede olvidar de esta familia!
La mujer cuelga el teléfono y Sawamura lo ha visto.
-Por eso no les he contestado.
-Lo siento, es que era tu madre y yo...
-Sé lo que te dijo, ya puedo contestarle que entonces me olvidó de la familia y me quedo contigo.
-¿Lo dices en serio?
-Nunca podría dejarte Kazuya, prefiero olvidarme de ellos, has llenado mi corazón de amor y sonrisas, llenaste mi profesión de grandes libros, pusiste cosas dentro de mi estómago, pero lo más importante, me diste todo de ti tanto como yo deseo darte todo de mi, sin explicaciones tomaste mi amor, lo único que he recibido de ti, han sido los mejores momentos de mi vida.
-Pero quisiera que nuestra boda fuera con tu familia y amigos rodeandote.
-Si ellos no quieren venir, no me importa, siempre y cuando estés aquí.
Ambos se miraron y luego Kazuya dejo que Eijun se sentará entre sus piernas, lo abrazo y lo dejó dormir en su hombro.
Dos semanas después, decidieron que ya que estarían solos en su boda, se casarían sin hacer una fiesta, solo tomarían la noche de bodas y harían un viaje a una cabaña en un bosque.
Cuando las letras fueron puestas en el acta de matrimonio, los dos se miraron con amor intenso, tanto que el juez se pregunto porque sus familias no aceptaban su unión.
-Deseo que su vida juntos sea duradera y feliz.
-Gracias.
Al final, tomaron sus cosas y subieron a la pequeña camioneta que acababan de comprar, tenían un viaje maravilloso por delante.
Si, la tan esperada luna de miel empezó con muchas sonrisas y cálidos abrazos, comieron cosas dulces y se dieron un par de besos, hasta que llegó la noche.
-¿Estas nervioso?
-Un poco...
-Eijun, no tienes que preocuparte, lo haremos despacio para que lo disfrutes tanto como yo.
Las velas, el aroma a dulces, la cama con suaves sábanas blancas, Miyuki tomó al menor y lo dejó en la cama, abrió su camisa blanca, botón a botón y lo alabo con la mirada.
Ambos se sonrojaron, Kazuya le dio un beso en los labios y recorrió su cuello con castos besos, hasta Moder suavemente su cuello y sacar un leve tenido.
-Lo... Lo siento
-No te disculpes, me gusta escucharte, saber que te gusta tanto como a mí.
Kazuya le beso las manos y luego le retiro la ropa dejándola caer al piso, Eijun también le quitó la camisa sin entender dónde había escondido todo lo que ahora podía notar, esos músculos bien formados, un beso en pezón lo sorprendió, después sintió el placer recorrer su columna cuando el mayor lo chupó suavemente.
Ahora ambos se quitaban los pantalones y se acariciaban con ternura, Kazuya abrazo a Eijun para retirarle el boxer y acarició su miembro con delicadeza haciendo temblar al castaño.
Después de algunos minutos, un dedo invasor se posicionó en la entrada de su dulce pareja para prepararlo, había colocado lubricante en su entrada y parecía estar ayudando bien, los dos se miraban, hasta la luz en sus ojos parecía contener al otro.
-Dime si te duele, si te gusta también.
-Si...
Los dedos que poco a poco aflojaron la entrada de Eijun, ya no eran suficiente, el menor estaba estirando sus manos al frente y suplicando con la mirada que le dieran lo que tanto deseaba.
El de lentes se acercó un poco más después de sacar un condón, pero Eijun se lo quito y le dijo
-No es necesario, solo somos tú y yo, nunca habrá nadie más.
Tan excitado como estaba, le sonrió en respuesta y lo empezó a penetrar con lentitud, era tan estrecho que sentía como sus paredes tallaban su glande.
Recorrer sus curvas con sus manos y esperar la indicación de que podía continuar fueron en breves segundos que parecían una fuerte tortura.
Poco después las embestidas de Kazuya aumentaron de velocidad, cambiaron de postura tantas veces como las fuerzas en sus cuerpos se los permitieron, hasta finalmente llegar a ese clímax en un orgasmo placentero.
El de lentes mordió el cuello de Eijun y depósito algunos besos en su espalda y su pecho.
-Te amo Kazuya.
-Eijun... llegaste a mi vida para llenarla de tu amor y felicidad, si te conociera de nuevo, me volvería a enamorar de ti, me enloqueces.
-Eres tiempo en mi tiempo, dicen que cuando algo no es para ti, la vida se encargará de quitartelo, y si es para ti, la vida también se hará cargo de regresar Telo, porque lo tuyo siempre vuelve a ti y lo que no lo es, jamás regresa a ti.
Pasaron 7 años desde que se casaron, llegaron a casa en su camioneta roja, con un gran perro negro y una bebé que recientemente adoptaron.
-Aya-chan, esta es tu nueva casa y este es, nuestro tan amado hogar.
Y allí estaban, los tres en una maravillosa familia unida por siempre.
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