La dulce fragancia que envolvía el cuello de Miyuki era el símbolo de que esta declaración no era un sueño, el tiempo pasaba en su realidad casi como el susurro de sus oraciones en la soledad de su habitación, aquellas que le daban a Sawamura un segundo para dejar salir su profundo anhelo por tener una pareja con la cual compartir su tiempo.

-Sawamura Eijun es una persona especial, no me necesita para ser feliz, pero ha elegido compartir conmigo la persona que ya es.

La madre de Eijun se quedó paralizada por la declaración de "no me necesita para ser feliz".

-Escucha Narumiya Mei, cuando una persona no es feliz, nadie mas te puede dar la felicidad. Si buscas volver con Eijun sólo porque piensas que regresando con él serás feliz, te aseguro que no será así, estás vacío y alguien vacío no tiene nada que ofrecer.

-¿Quién te crees que eres para hablarme así?

-¿Por qué parece que realmente viniste a buscarlo para huir del dolor de perder a alguien?

El joven rubio se quedó en su lugar con la mano extendida a Eijun, estaba atónito porque parecía que ese joven castaño podía leer su mente, su vida, su forma de actuar, sus verdaderas intenciones. Algunas lagrimas se deslizaron debajo de los dorados ojos de Sawamura, las pequeñas perlas brillantes eran pesadas.

-Siempre quise preguntarte si me habías dejado porque no me amabas, porque te habías cansado de mi o si todo esto fue porque había alguien más de por medio. Ahora entiendo lo que Kazuya me dice siempre "no preguntes lo que no quieras saber". Si hubo o no alguien más, no quiero saberlo, sólo vete de mi vida.

-¡Eijun!

-No Narumiya, no digas nada, mejor vete.

-Si había alguien más, lo conocí poco antes de la boda.

-¡Te dije que no quería saberlo!

Ahora en vez de ser perlas eran ríos silenciosos pero perturbadores en sus mejillas, el suave contacto en su cadera lo mantenía en pie.

-Si te fuiste con él aunque lo conociste poco antes de la boda, significa que no me amabas, lo siento... Kazuya tiene razón, yo no puedo llenar el vacío por ti, aunque lo intentase, jamás podría.

-Cada palabra de amor que te dije fue sincera.

-Ese es el mayor problema, jamás me dijiste una palabra de amor, creo que todo esto sucedió porque quise forzar una relación que no era para mi. Me gustabas y creí amarte, te di lo mejor de mi esperando que me regresaras de alguna forma el amor que te daba, ahora lo sé... tú nunca fuiste para mi, cuando forzas algo lo único que consigues es lastimarte, ya sea con la ropa, los zapatos o las relaciones. En todo esto entendí también que cuando das amor no esperas nada a cambio, ni siquiera el que te correspondan, mi amor con Kazuya es así.

-No puedo entender nada de lo que estas diciendo.

-Cuando algo como esto pasa y no aprendes, se convierte en una constante en tu vida.

¿Qué pasaría si la ecuación tuviera una división infinita? Se convierte en un ciclo de repetición sin fin, casi como si estuvieras decidido a vivir el mismo patrón lo que te resta de vida.

La cálida mano de Eijun se entrelaza con los firmes dedos de Kazuya unos segundos antes de que se despidan de su familia. El silencio que se cierne sobre los dos es un poco incomodo, pero siguen caminando tomados de las manos hasta que el mayor se detiene y se quita la bufanda que lleva para enredarla en el cuello de su amante.

-Está bien Eijun, si no me amas esta bien, si tampoco quieres casarte conmigo lo entenderé, por eso no pongas esa cara de agonía. Cuando dijiste que el verdadero amor no espera nada a cambio, entendí que lo decías para mi, me alegra haber recibido una respuesta tan directa a mi propuesta.

-Yo lo siento Miyuki, de verdad quería intentar salir contigo, pero... parece que aún no puedo dar un paso como ese.

Ahora es el turno de Kazuya de retener las lagrimas que se forman en sus ojos cubiertos por sus gafas para disminuir la visión.

-Ahora podemos soltarnos las manos y ser simplemente amigos... Eijun, me gustaría no preguntar porque tengo miedo de saber.

-No lo sé, no se si aún lo quiero o si estoy dispuesto a perdonarlo y regresar con él.

-Entiendo...

Cuando llegaron a casa, las luces se encontraban apagadas, Eijun salió a ver las estrellas para despejarse un poco, mientras Kazuya se sentaba al filo de su cama, su corazón se estaba partiendo en mil pedazos conforme más avanzaba el tiempo, aquella declaración le había dolido más que nada.

Las maletas que estaban escondidas detrás de su ropero, parecían hacerle una oferta tentadora, casi como si lo impulsaran a tomar una decisión de la cual no habría vuelta atrás. El sonido insistente de las puertas de madera hizo que Eijun saliera de su ensoñación y bajara sólo para ver a Miyuki guardando su ropa en las maletas.

-¿Qué haces?

-No puedo quedarme, no estaremos bien si seguimos compartiendo el mismo espacio.

-No... por favor no...

La petición ahogada en la garganta de Sawamura, se vio mas frustrada cuando el cielo tomó posesión de sus ojos para presentar una tormenta.

-Esto no es justo para mi y lo sabes.

-No huyas por favor, te ruego que no lo hagas.

-Escucha Ei... Sawamura, te prometo que volveré cuando me sienta mejor, esta es nuestra casa hasta que alguno de los dos decida irse para empezar una nueva vida, me tomaré esas vacaciones que dejé pendientes y respiraré un poco de aire puro visitando a un amigo mío.

La chamarra de piel en color café claro que usaba el joven de lentes era fría hasta que se vio cubierta por los brazos de Eijun que se aferraba a su abdomen, con la cabeza pegada a su espalda,

-No Kazuya, no dije que tú no huyeras, le hablaba a mi corazón.

-¿Qué significa eso?

-Quiero decir que estoy asustado, tengo miedo de enfrentar el amor, pero te amo y si quiero casarme contigo, sólo me aterroriza repetir la misma historia.

Kazuya se volteó y le dio un beso a Eijun con mucha ansiedad, por un momento de verdad creyó que el menor no lo amaba y ahora sentía mucho deseo de besarlo, abrazarlo y continuar aquello que dejaron pendiente cuando sonó el teléfono.

*********

Hola a todos

Parece que hubo algunos problemitas para que leyeran este capítulo, me enteré hace rato que no se veía el capítulo, pero aquí está.

El próximo capítulo es el último y muy pronto estará listo.