✾| veintidós

Abril Anderson

Enrollé bien la toalla sobre mi cuerpo. Busqué lo que podía ponerme el día de hoy. No parecía que iba a hacer mucho frío. Luego de vestirme y peinarme un poco, bajé a las escaleras. Quería salir de casa un rato. Había buscado por internet lugares para visitar que estuvieran cerca de aquí. Era muy temprano, creí que todos estarían dormidos aún, pero miré a Namjoon en la cocina tomando un poco de leche.

—Buenos días. ¿A dónde vas temprano?

—Buenos días Namjoon. Cerca de aquí hay un mercado, me gustaría ir a echar un vistazo.

Le sonreí y antes de salir, coloqué mis zapatos. Pensaba irme caminando, estaba lejos, pero lo tomaré como si estuviera ejercitándome. Si lo pienso bien, me hubiera abrigado un poco. El aire mañanero de aquí es algo fresco, pero por otro lado se siente refrescante.

Después de una hora y media a paso medio caminando por la orilla de la carretera, me percaté que más personas estaban caminando. La entrada tenía un gran cartel. Me adentré un poco y ya se podía sentir el olor a comida callejera, se miraban las personas mayores chillando, risas y más cosas. Seguí caminando mirando cada puesto de venta. Por estos sitios siempre hay algún puesto que vende ropa, me gustaría ver que hay, pero terminé comprando un adorable gorro de pescador, creo que se lo daré a Yoongi.

—Buenos días, señor.

Le dije al señor mayor que al parecer vendía verduras. Este me respondió con una reverencia y siguió ordenando sus cosas.

—¿Qué es lo que deseas?

—¿Sabe si cerca de aquí hay algún local de ropa? He escuchado que hay cosas bonitas por aquí.

—Eso no te alimenta. Mejor llévate unas verduras —Él sonreía. Me sentí algo reñida.

—Está bien. Deme una bolsa de rábano y lechugas —El abuelo, mejor dicho, comenzó a buscar lo mejor que tenía. Mientras guardaba todo en una bolsa, se detuvo y me miró.

—¿Has venido antes por aquí? —Negué.

—Muchos extranjeros pasan por aquí, pero en toda mi miserable vida, solo he visto una vez esos preciosos ojos verdes como la albahaca, profundos y risueños. No creo que haya dos.

Sentí como mi rostro se sintió caliente. Mi padre era mi mayor admirador de mis ojos, pero este hombre al decir todo eso me había hecho sentir tan especial. Toqué mis pómulos avergonzada. De verdad, no recuerdo al señor, pero él insistía y comenzaba a parecerme extraño.

—¡Abuelo!

No me giré ya que sabía de quién se trataba, era más que obvio. Se colocó a mi lado e hizo una reverencia hacia el señor. Me pregunto qué hace aquí y al parecer también conoce al señor.

—Para ti vuelvo a ser Junseo-nim. Eres descarado, hasta ahora apareces —El señor, que se llama Junseo-nim, salió de su puesto y le dio una palmadita en la espalda a Taehyung y este sonrió en disculpa y avergonzado.

—Lo lamento. He tenido demasiado trabajo. Nos dieron vacaciones hasta el domingo, pero seguimos trabajando.

—¿Sabes quién es ella? —Me señaló. Sospechó que nos conocíamos por nuestras expresiones al vernos.

—Sí. Vine con los chicos junto con ella.

—Me recuerda aquella jovencita, era tan espléndida, sus ojos delicados brillaban sin necesidad de que la luz de la luna los alumbrará.

—También lo creo —Parecía nervioso. Carraspeó su garganta. El señor Junseo-nim me dio la bolsa de verduras y le pagué—. Anderson, deberíamos irnos ya.

—¿Por qué?

—Los chicos nos esperan para comer, a parte, el cielo se oscureció, parece que va a llover.

—Bien. Señor, muchas gracias por las verduras y espero verlo de nuevo.

Le sonreí y me di la vuelta para seguir a Taehyung. Me subí al coche, coloqué mi cinturón y emprendimos camino hacia la casa. Me hubiera gustado irme caminando, pero era cierto, empezó a llover y no quería resfriarme.

—Alguna vez ¿has tenido novia? —Solté. He estado comportándome como una estúpida, platicar un poco no sería malo. Parecía incomodarse por mi pregunta y decidió cambiar de tema, tampoco pude acertar preguntando algo coherente.

—¿Qué te dijo el abuelo?

—La verdad es que fue amable, aunque era muy insistente diciéndome que le recordaba a alguien.

—Está mayor, siempre habla sin pensar.

Fue lo único que dijimos. Juro que hice lo imposible por hacer algo más, pero él no ayudaba. Llegamos a la casa. Los chicos habían pedido comida.

Al terminar de comer me levanté para tirar la basura con la ayuda de Jungkook. Al regresar, me acerqué al lavado para lavar mis manos. Volteé a mi lado y miré a Taehyung que había aparecido.

—¿Te gustaría salir está noche?

—Está bien.

Para pasar la tarde, los chicos y yo fuimos al bosque y terminamos comiendo afuera. Fue divertido, yo casi termino mojada ya que había un lago y Hoseok me empujó por accidente, pero Yoongi me tomó de la mano para que no cayera. Fue algo lindo este día. Al regresar quise hacerles algo de comida, lo bueno fue que no queme nada.

Miramos una serie, pero decidí subir a mi habitación para poder cambiarme ya que saldríamos todos. Me pregunto si saldremos de nuevo a la feria o tan siquiera a cenar, seguro estará bien. Cuando bajé las escaleras, no miré a nadie. Todos estaban durmiendo en la sala, uno en el sofá y otros en el suelo.

—¿No están listos?

—Los chicos no vendrán.

—¿Solo nosotros dos? ¿Solos?

Siento como un deja vu, así como la primera cita que tuvimos según Dahyun. Si fuera así, me gustaría quedarme en casa y acostarme a dormir con los chicos en el suelo. Sin decirme nada, se acercó a la entrada y colocó sus zapatos. Suspiré e hice lo mismo que él. Salimos de casa y me coloqué a su lado.

—¿Te gustaría ir a algún lugar en específico?

—No sé. Tú has de conocerlo aquí —Cuando llegamos al coche, se detuvo y yo repetí su acción.

—Sí, sí la tuve.

—¿De qué hablas?

—Tuve una novia antes —No esperaba que me dijera eso, ya que esa pregunta se la hice esta tarde. Él tomó la manija de la puerta del coche, así poder entrar yo. No despegué mi mirada de él, se dio la vuelta y pasó por enfrente para así subirse en el asiento del conductor. Escuché como el motor del coche se encendió, y emprendimos camino a algún lugar. La fragancia que el coche esta mañana había cambiado, ahora está impregnado a su perfume y a pino, era común, pero refrescante.

—Sabes, estuve muy enamorado de ella, no podía vivir si no la tenía a mi lado, creo que me acostumbre a su presencia —Giré mi cabeza para verle. Su mirada aún estaba hacia el frente y sus manos sobre el volante. Relajé mi cuerpo y puse toda mi atención a todo lo que decía. Sí que se enamoró. Sus ojos parecían brillar al hablar de ella; se notaba feliz dejando esa expresión triste que solía tener a veces—. Ella era perfecta para mí. Recuerdo que decía tener imperfecciones, pero para mí eran perfectas.

Siento que esto ha de ser un poco complicado para él. Si tanto la amaba como dice, ¿por qué la dejó? Dejando eso de lado, se sentía reconfortante volver a hablar con él de esta manera, estaba satisfecha. Quería tomarme en serio esta plática, así que desabroché el cinturón, giré un poco mi torso y lo vi mejor. Cambié cualquier expresión de mi rostro que pudiese parecer odiosa, que se sintiera cómodo.

—¿Qué pasó con ella?

—Se olvidó de mí —Me miró de reojo por mi expresión de confusión del momento. ¿Por qué lo olvidaría? Lo obvio aquí es que sí el la amaba con tanta pasión, ella también ¿no? —Es más complicado de lo que crees. Ella solo se fue y nunca volvió. Tú, ¿Has tenido novio?

Si solo se fue, ¿Cómo es que terminaron su relación? No, seguro creyeron que habían terminado por el distanciamiento. Aunque, es decir que aquella chica que estaba con él ¿Quién era? Por otro lado, yo...¿novio?

—No, pero si me han gustado uno que otro chico —Ahí estaba otra vez, mirándome de reojo pero con una risa burlona— Te juro que es cierto, pese a que he besado alguno, no hemos llegado a ser novios.

— Pero ¿te has enamorado de alguno de ellos? —Solo negué.

—Cuándo era pequeña, creo que sí. Fue de mi mejor amigo.

Las ventanas se cerraron ya que se podía sentir el fresco de la noche. Si lo pienso bien, desde que ocurrió nuestro beso, no he dejado de pensar que fue una tonta y de más cosas. Justo ahora, no deseaba más que seguir hablando y hablando sin cansarnos. Cuándo iba a volver a sentarme bien y abrochar mi cinturón, sentí su mirada sobre mí y su voz grave, suave y delicada llenaron mis oídos.

—¿Te gusta alguien ahora? —Esperaba mi respuesta. Todo marchaba bien, tan bien. Recordé cómo me sentía hace unas semanas atrás con solo mirarlo, ahora no puedo asegurar si lo he superado o lo quiero más junto a mí — A mí sí me gusta alguien.

Lo miré. ¿Será de su ex novia? ¿La chica con la que fue a la tienda? ¿Algunas de sus amigas? Mi corazón se encendió por alguna razón. Mi mirada se fue a mis manos temblorosas, no sé en quién me estaba convirtiendo, no sé directamente quién soy. El coche dejó de moverse. Elevé mi cabeza para notar que se detuvo a la orilla de la carretera, lo único que se podía ver era las luces que emitía el coche.

—¿Qué pasa?

—Sabes, es culpa de ella.

—¿Te hizo algo?

Seguíamos con la misma conversación. Creo que quiere hablarme sobre eso. Nuestras miradas estaban conectadas, pero aún no se iban mis nervios.

—Desde que la conocí se comporta de esa manera y trata de engañar a todo el mundo. Nos hicimos unidos, casi como los mejores amigos hasta que ella me besó. ¿Sabes que hice yo? —Negué al instante. Entrecerró sus ojos. Sentí que estaba expresándose lo mejor que podía. Acabo de confirmar que habla de esa chica, la de la tienda —Lo acepté, acepté juntar mis labios con los suyos y disfrutar de aquello.

—¿Le has dicho algo? —Sonrió ladino y travieso. Como amiga, creo que enterarme de lo que le pasa es primordial.

—No he podido. Si pudiera, lo haría y también robaría su aliento con un beso sobrio.

—Ya veo... —Separé mi mirada de él, me estaba afectando a mí y a mí corazón. Saber que le gustaba una chica, que yo la había besado estando borracha, pero... —¿Quién es ella?

—Creo que la conoces. Como dije, ese día ella estaba borracha. Cuándo me besó, el sabor a soju y su fragancia, su manos rodeando mi cuello y susurrando entre dientes que hubiera dado todo por besarme, fue lo mejor que me pudo pasar y terminó de gustarme aún más.

Estaba harta de esta situación. Lleva varios días confundiéndome más de lo que estoy, no es justo que de nuevo venga y diga cosas que tienen que ver conmigo, ¿soy yo? ¿habla de mí cuándo lo besé? Tragué saliva nerviosa, está sofocándome mucho estar aquí, más cuándo su cinturón se desabrochó y se colocó igual que yo, acercando su cuerpo más al mío. Sus ojos brillaban a causa de la luz que entraba por el limpia brisas, las estrellas podían reflejarse en sus hermosos ojos saltones. Me quedé paralizada. Desde ese día no estaba tan cerca. Estaba analizando cada parte de mi rostro y me fue inevitable sonrojarme. Apreté los labios y cerré los ojos.

—¡Espera! No sigas con esto que me confunde. Necesito que seas más claro.

—No sé cómo ni cuándo sucedió —Su voz era más grave y profunda que perforaba cada parte de mi cuerpo. No puedo pensar en nada, qué quiere decir, yo le gusto, pero si fuera así ¿por qué no lo dijo antes? Mis ojos estaban perdidos en algún punto ciego que me ayudara a regresar a la maldita realidad —Mírame.

Mi cuerpo se tensó al escucharlo. Parpadeé repetidamente como si fuera un tic nervioso. Tragué saliva y visualicé su rostro más cerca del mío, sus lunares encantadores se miraban tan perfectos para la vista humana.

—Me gustaría recordarte que me dijiste eso, sobre que somos amigos —Sonreí tartamudeando. Escucharme decir eso daba asco, realmente mucho asco. No sé en qué momento sucedió, pero estaba tan cerca que si hacía un movimiento en falso hacia adelante, nuestros labios acabarían rozando. Jugué con mis manos lo cual fue un error. Sentí el calor profundo de su mano sobre las mías, las detuvo y relamió sus labios —Eres mentiroso si no somos amigos. Aparte, te vi con una chica.

—¿Joy? Es una amiga la cuál... —Se detuvo al hablar— ¿Por qué?

—Como tu amiga quería saber.

Susurré como pude. Mi corazón estallaría al ver como esbozó una gran sonrisa y río sonoramente. ¿Había dicho algo gracioso? Aquí vamos de nuevo, seguro me miraba patética.

—Me gustas mucho Abril.

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