✾| dieciocho
Kim Taehyung
Tomé mi vaso y bebí el poco de soju que quedaba. Estaba realmente impactado por lo que estaba presenciando. Pasé dos de mis dedos por el tabique de mi nariz, bajé la cabeza y traté de no ser tan obvio de que me divertía tanto al verla. Elevé un poco la cabeza, abrí los ojos y ahí estaba ella, junto a Hoseok tratando de bailar como Bruno Mars.
—¿Por qué no vas con ellos? —Decía Namjoon después de dejar su copa en la barra y sentarse a mi lado.
La verdad, prefiero verla desde aquí. Ya la había tenido cerca, tenerla a esta distancia y ver cómo se movía, cuándo daba vueltas bajaba las manos para que su vestido elegante no se elevara, como separaba sus labios para hacer que cantaba junto a Hoseok, como se acercaba a él con una sonrisa tan notoria de que se estaba realmente divirtiendo. Desde ese día en el que fuimos a la torre N Seúl, no la había visto tan llena de energías, podría decir que ahora parece más cómoda, tan ella.
Separé mi vista para ver a Jin, este estaba discutiendo con Yoongi, al parecer estaba borracho.
—Yo creo...—El borracho de Jin parecía tener hipo y le costaba hablar. No olvidemos que su rostro es un 'poco' rojo.
—Te está afectando las copas.
—Nada de eso.
Jin se levantó del asiento y empezó a bailar, parecía un robot descompuesto. Era más que obvio que se había pasado. Jimin lo ayudó a sentarse ya que estaba a punto de caerse. Yo, por mi parte le di una última mirada a Abril, la música había cambiado y era algo lenta. Esos dos parecían los reyes de la pista, creía que solo Jimin hacía el mejor baile contemporáneo sin moverse mucho, pero me equivocaba.
Estaba en el baño, creo que he tomado demasiados líquidos. Al acabar, lavé mis manos y mojé un poco mi rostro. No había tomado mucho, pero quería permanecer sobrio un buen rato ya que Abril estaba con nosotros y debía cuidarla. Salí del baño y al mismo tiempo, una chica salió del baño de al lado.
Era Joy. Teníamos tanto tiempo que no charlábamos. Recuerdo la primera vez que tuvimos una charla, solo era un 'hola y un adiós', éramos buenos amigos. No me di cuenta y nos quedamos mucho tiempo en este pasillo. Me despedí de ella y regresé con los demás.
Mi cuerpo se detuvo en cuanto miré a una chica tomándose una copa llena de bebida. Abrí mis labios, enarqué las cejas y miré a Jungkook que era el único que apenas controlaba la situación, este encogió los hombros y señaló a Namjoon.
—Abril ¿Qué haces?
Esta dejó de llenar de nuevo la copa al escuchar mi voz. Se tomó de nuevo lo que había dentro y se levantó torpemente de su asiento. Namjoon ofreció su brazo para que ella se sostuviera. Por lo visto viene donde mí. Caminé hasta ella con grandes estancadas, parecía que se caería. Sus manos se pasaron torpemente por mi torso y sus piernas tambaleaban al caerse. Suspiré hondo. Pasé mis manos por su espalda, para tener la seguridad de que no se caería.
—Te —Su cabeza se hundió en mi pecho, abrazándome fuerte— Te extrañé —Acaricié su cabeza, con delicadeza, pero ella la levantó mirándome. Bajé la mirada para verla. Sus ojos parecían soñolientos, sus pómulos rojos y sus labios formaban una línea haciendo que desaparecieran— Eres tan guapo.
Me quedé paralizado sin hacer ningún movimiento. Estaba ebria, totalmente ebria. Desvié la mirada hacia los demás, para que me dieran la explicación. Namjoon se había acostado en el sofá, Yoongi no pensaba decirme nada, Jungkook esperaba a que otro hablara, Hoseok apenas venía de la pista, Jin ya no era él y obligue a Jimin a hablar.
—Lo que pasó fue...
Lo que pasó fue que Abril obligó a Namjoon a que bailara y él le dijo que sí lo hacía, ella bebiera una copa fuerte de vino, problema es que Nam aceptó. Y después del vino tomó soju, que es más fuerte. Abril jamás a tomado, ser retada por algo es atractivo para ella, pero esto era pasarse.
Puse una de mis manos en mi rostro, esto era demasiado. Era seguro que Dahyun estaría más o menos igual, la que cuidaría era Abril, ahora me tocaba cuidarla a ella. La pequeña ebria tomó esta misma mano y la atrapó entre las suyas, haciendo que la mirara.
—No les creas, solo mienten —Acaricié su cabello para calmarla un poco. Me soltó y rasgó sus ojos —Tengo sueño taetae.
Puso su rostro en mi pecho de nuevo. ¿Taetae? Mi pecho se llenó, ningún gesto apareció en mi rostro, solo pude aceptar el abrazo que al parecer ella me daba. Acaricié de nuevo su suave cabello. Apoyé mis mentón en su cabeza.
—Creo que lo mejor será que la lleves a donde vive, Taehyung —Dijo Yoongi cansado.
—Oye... la fiesta sigue y no quiero irme a casa ahora —Separó su rostro de mi pecho para mirarlo—, Eres un...aguafiesta, un niño amargado —Ella le sacó la lengua para luego voltearme a ver.
—¿Te llevo afuera para que tomes aire? —Dije y ella asintió.
—Espera...tengo...que despedirme —Se comenzó a lanzar a todos los chicos para despedirse.
Tome su bolso que estaba en el asiento. Me adelanté ya que ella parecía entretenida despidiéndose de todos del lugar. Detuve mi paso en el pasillo hacia afuera, giré sobre mis talones y la miré que venía casi arrastrándose, hasta el punto de casi caerse. Literalmente, iba colgándose de mi brazo.
Quería salir por el estacionamiento, pero para eso, pasé por una parte que estaba al aire libre. El aire estaba muy fresco aunque estuviéramos en verano y era agradable.
—No te duermas Abril, aún no.
Dije al sentir como se tropezó por qué volvió a cerrar sus ojos. Me detuve. Estaba cansado, sería más fácil cargarla en mis brazos y llevarla hasta el coche, pero no lo veía conveniente. Giré la cabeza para buscar donde sentarnos, hasta mirar unas bancas verdes al lado del camino.
La dejé que se sentara y luego lo hice yo, colocando su bolso en mis piernas. Ella no hacía nada, su mirada estaba en sus manos. Estiré mi brazo y discretamente pasé su cabello atrás de su espalda, para que su pecho quedara libre y no sintiera calor. Cuándo hice eso, la cadenita que colgaba en su cuello se hizo notoria.
—Me duele mucho aquí —Señaló su pecho cuándo me alejé de ella—, esa canción de antes me recordó a alguien.
—¿Por qué? —Ella miró al cielo— ¿Hablas de Before The Sun Sets? No creí que sabrías tan rápido el coreano.
—Ya lo sé. En verdad no lo sé, pero siento que extraño a alguien. Como dice la canción No sabía que sería nuestro último adiós, ¿en verdad podemos ser capaces de saber cuándo es la última vez que miramos a alguien?—Sus lágrimas empezaron a llenar sus mejillas carmesíes, se habían puesto así por el vino. Me preocupé mucho al volver a verla de esa manera.
—No llores, dime que es lo que sientes —Toqué su hombro. Me acerqué más a ella e hice que me mirara.
—Soy patética y tengo miedo. Me gustaría saber qué es lo que siento, me gustaría volver a ver a esa persona que extraño.
—¿Estás confundida por algo? —Ella asintió.
—No tiene importancia explicarlo ¿Podrías abrazarme? —Asentí. La tomé en mis brazos mientras ella parecía sollozar de nuevo.
Era la primera vez desde que la conocí que la abrazaba de esta manera. El olor a alcohol proveniente de ella combinado con su perfume, impregna mis fosas nasales, era algo adictivo de oler. Sus manos se aferraron más a mi cuerpo, hasta el punto de apretar mi camisa. Por mi parte, solo la escondí en mi pecho, rodeándola con mis brazos. Casi por inercia, volví a dejar mi mentón en su cabeza sin parar de acariciar su espalda.
—Está bien tener miedo alguna vez, pero jamás pienses que eres patética porque eres alguien especial. A pesar de que una persona que amamos tanto se haya ido de nuestra vida, es inevitable tener la certeza de saber si volverá algún día.
Abril soltó mi cuerpo. Con algo de enojo, empezó a limpiar su lagrimas y yo le ayudé. Era una gran amiga que había conseguido este tiempo, era verdad, es muy especial para mí. Ese día, verla tan vulnerable, hacía que mi cuerpo se sintiera de la misma manera, quisiera alejar todas aquellas preocupaciones que la abundan y verla sonreír de esa manera en que lo hacía hace unas horas, esa manera en la que es ella. Alejé mis manos de su rostro. Su fina nariz, sus pestañas con algún rastro de lágrimas, sus mejillas coloradas, la manera en la que limpiaba una lágrima exagerada que había llegado hasta su cuello, sus ojos hechos un cristal y sus labios que parecían arder en fuego, eran tan perfectos y brillaban al momento de que pasaba saliva por ellos.
—¿Estoy borracha cierto? —Llamó mi atención y la miré a sus ojos. Asentí — ¿Tú también?
—He tomado un poco, pero estoy bien.
—A mi no puedes engañarme, creo que estás muy triste y quieres ocultarlo —Entrecerró sus ojos y bufó— Eres algo gruñón a veces, no entiendo porque me sonríes tan estúpido y luego me miras tan distante.
No dije nada y miré hacia otro lado. Mi cuerpo se tensó en el momento en que su cuerpo estaba cerca del mío, en donde su mano se puso en mi pierna. La miré, su rostro estaba tan cerca del mío. Tragué saliva en seco y mis labios se entreabrieron. Sus dos manos se posaron en mis dos hombros y las mías temblaban. Estaba paralizado analizando su rostro, las diminutas pecas por encima de sus pómulos eran atractivos, si no estuviera así nunca los hubiera visto. Suspiré un poco nervioso en el momento en que su vista bajó a mis labios, ahora una de sus manos se había posado en mi rostro y ya no miraba mi labios, ahora los suyos y los míos empezaban a rozarse. No sabía qué hacer, nuestras respiración estaban juntándose, algo en mí me decía que no pasaba nada si dejaba que hiciera lo que quería, pero en eso, su otra mano se enredó en mi cuello y juntó nuestros labios.
Sus ojos se habían cerrado, yo los mantenía abiertos sorprendido por lo que estaba haciendo. Abril me estaba besando, era mi mejor amiga y por más que mi mente lo repetía, algo me decía que abriera mis malditos labios y siguiera con el beso. Sin dudarlo, coloqué una de mis manos en su espalda alta, en dónde estaba libre para el roce de mis dedos fríos. Cuando sintió el tacto, abrí mis labios y atrapé los suyos. Sus manos juntas pasaron por mi cuello, su cuerpo se acercó más al mío. No era nada asqueroso, había bebido, así que era una combinación de soju en nuestras bocas, algo provocador para el momento.
Sí, estaba besando a mi mejor amiga y no pude detenerlo.
Abril Anderson
¡Santo Dios!, de la pequeña ventana que había en la habitación estaba entrando luz que hizo que me despertara. Abrí los ojos con pesadez y unas náuseas increíbles se presentaron. Me senté en la cama y sostenía mi cabeza con las manos, sentía que me daba vueltas, sentía que la propia habitación daba vueltas. No sé que había pasado, pero odiaba esta sensación. Mientras procesaba todo, Peyton dio un golpe en la puerta y para mí fue muy fuerte.
—Al fin despiertas.
—Dahyun... ¿Dónde está ella? —Dije entre dientes, estaba molesta.
—Salió a comprar.
—¿Cómo llegué aquí? Estaba en...
—¿Por qué bebiste? Llegaste totalmente ebria, más que Dahyun, pero tú, sabes que no puedes beber.
—Lo sé, pero fue un accidente.
Luego de escuchar los reclamos de Peyton y sus advertencias que decían los doctores, la eché de la habitación y me fui al baño. Me miré en el espejo, parecía una bruja, el poco maquillaje de mi rostro estaba regado. Quité mi ropa y me dediqué a relajarme.
Salí de mi habitación para ir a la pequeña cocina. Agarré agua y tomé mis pastillas. En la entrada de nuestra magnífica suite, tomé mis zapatillas de correr y me las puse. Sería mi propio suicidio, pero quería salir un rato, talvez en el camino compraría algo. No quise seguir escuchando a Peyton hablar y salí rápidamente.
Corrí y corrí tanto hasta que me detuve para recuperar el aliento y luego sentarme un rato. No recuerdo nada de anoche, solo cuando dije que tomaría una copa. Recosté mi cuerpo, ¿Qué habrá pasado? Mi mente se despejó al escuchar mi móvil, al tenerlo en el brazalete deportivo, sentí como la música se detuvo, lo saqué y noté que alguien me llamaba.
▪︎Kim Taehyung▪︎
—Buenos días.
¿Cómo amaneciste?
—¿Me viste ayer?
—Solo escuché
su risa.
▪︎︎Kim Taehyung▪︎
—Tranquila, estabas muy ebria.
¿No recuerdas nada?
Despegué el móvil de mi oreja y junto con mi mano lo dejé en mis piernas. No puede ser, no puedo creerlo. Había besado a Taehyung, lo tenía pegado a mi cuerpo y creo que reaccionó y me separó de él, ahí llegaron las chicas y me trajeron a casa. Qué vergüenza, qué tonta, ¿por qué? No puede ser. Volví a tomar el móvil esperando que él siguiera ahí.
—¿Podemos vernos?
▪︎Kim Taehyung▪︎
—¿Mañana?
—No ¿podría ser hoy?
—Luego de unos segundos
él contestó.
▪︎Kim Taehyung▪︎
—A las 12 en el parque
cerca de tu universidad.
Volví a dejar mi teléfono en mi brazalete. Expulsé un gran suspiro. Me levanté de ahí y empecé a correr hasta las habitaciones.
Debía ser esto cosa del otro mundo, extraño y nada creíble. Nada más llegar, me metí al baño para tomar una ducha, a parte de estar limpia de todo el sudor, hizo que me relajará un poco, pero no pude evitar recordar todo una y otra vez, lo había besado, nuestros labios... ¡Qué rabia! Lo peor que la maldita sensación, no era capaz de recordarla.
Lo que faltaba el día de hoy, Dahyun.
—¡¿Qué hiciste qué?!
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