✾| cuarenta y cuatro

Abril Anderson

—¡Ahí están!

Tiré con más fuerza mi maleta para llegar más rápido.

No quisimos salir por la puerta principal del aeropuerto, así que decidimos ir por otra salida. Los padres de Taehyung se encontraban en su coche esperándonos con una sonrisa de oreja a oreja.

El señor Hyung Shin tomó mi maleta, sin esfuerzo la subió al maletero y Taehyung hizo aquella misma acción.

—Estamos a unos minutos de casa. Si en el camino deseas ir al baño o algo, no te agobies y comunícanos.

Asentí.

Durante el camino, nos dedicamos a mirar la ciudad. No existía mucha diferencia -Seúl había mucha luz, muchas personas- aquí, parecía un tanto diferente y acogedor.

Me emocionaba saber que estaría más o menos una semana de vacaciones, aparte de que sería Taehyung, me enteré de que Dahyun estaba aquí de vacaciones con unas amigas. Quedamos para vernos, así que seguramente saldríamos mañana.

Nos adentramos a un sector donde se miraban las casas, no habían muchos edificios por aquí que digamos. Entonces, al parecer, llegamos a la casa de sus padres. Taehyung bajó primero y fue directo a bajar las maletas, mientras que yo trataba de ayudar con unas bolsas que traían, junto a la señora Seyeon.

Su casa era muy hermosa y grande. En el pasillo que me dirigía hasta el salón, se encontraba una foto, donde estaba Taehyung con sus padres y una niña.
Desempaqué aquellas bolsas, ordené un poco y después fui a buscar a Taehyung. Subía las escaleras con dos maletas.

—Espera, te ayudo.

Con torpeza, tomé una de las maletas por la parte de abajo y así subimos, hasta llegar al final de las escaleras. Sonreí algo agitada. Sus dedos traviesos jugaron en el lóbulo de mi oreja, como todo un travieso.

—Estás como un tomate y tus orejas están calientes.

—No sé que será.

Mentí. Lo que pasó es que, mientras subía las escaleras, miré una foto de él, salía algo joven y no pude evitar avergonzarme al imaginármelo a esa edad, lo tierno que sería, que si nos hubiésemos conocido antes, estaba segura de que me hubiera enamorado de él.

—Mi madre nos preparó una habitación.

—Creí que nos quedaríamos en tu habitación de joven.

Seguí sus pasos.

—No. Viví en tres casas diferentes cuándo era menor. Donde nací, con mi abuela y aquí. Tengo muchas cosas guardadas en ese lugar, no le daría la vida arreglar todo eso a mi madre.

Desempacamos y guardamos las maletas. Teníamos algo de hambre, pero el sueño me ganó y me quedé dormida esperando a Taehyung que saliera del baño.

*

La comida de la señora Seyeon era muy buena, siempre lo decía por qué era cierto. Esta noche parecía especial, había pasado mucho tiempo desde que Taehyung no pasaba tiempo con su familia. No éramos los únicos invitados, al parecer, ya que habían dos chicos jóvenes en la mesa, comiendo alegres de pasar un buen rato. Eran primos de Taehyung.

Eran buenos niños, uno tenía 13 y el otro 11. Sus historias de niños me parecían muy interesantes, aparte de que cuándo acabamos de comer, decidimos ver una película, no se cansaban de hablar y contarme algunas de sus travesuras. Estaban inquietos, jugamos unos minutos con la ayuda de consolas, luego molestamos un poco a Taehyung.

Lo mejor de todo, es cuándo quedaron dormidos, eran diferentes, se sentía la calma. Los vinieron a traer y yo fui luego la que quedó dormida en los brazos de Taehyung.

A eso de la media noche, me desperté encontrándome sola con Taehyung, seguramente sus padres se fueron a dormir. Tae se había quedado dormido también conmigo.

Me levanté, quería ir al baño.
Mientras caminaba por el pasillo, me percataba de algunos cuadros. Tae de pequeño se miraba adorable. Había una foto de los chicos, los cuales se veían muy jóvenes. Miré una foto de sus padres cuando se casaron. Luego de un rato mirando los cuadros de la pared y de la mesa me acerqué a uno; Taehyung estaba con una chica muy sonrientes mientras se abrazaban, creo que ha de ser su prima o su hermana. Me di media vuelta, pero noté algo extraño en esa chica que hizo que no me fuese del todo. Tomé el cuadro para verla de nuevo; la chica no parecía tan coreana, su cabello parecía una peluca de color negro, con un color de ojos marrones y un delineador que la hacía ver coreana. No sé si estoy alucinando, pero la ropa que lleva esa chica... se parece mucho a la que yo llevaba cuando hice aquella presentación junto a Hoshi, esa que él me mostró de hace algunos años.

Me resultó extraño todo eso. Dejé el cuadro en aquella mesa y una idea tonta pasó por mi cabeza; si no mal escuché, sabía donde estaba la antigua habitación de Taehyung, donde él guardaba sus cosas. Mi cuerpo se movía solo.

Entré sin permiso a la habitación. Me encontré con las paredes llenas de algunos posters antiguos, juguetes, cuadros. Habían dos escritorios, pero me acerqué al que estaba a un lado de la cama. Tenía unos cuatro cajones, abrí por inercia el primero; solo habían un par de cositas tiernas que seguro usaba el cuándo era joven -juguetes, videojuegos antiguos-, abrí el segundo cajón; habían un par de libros, cuadernos, pero a un lado había una cinta de fotos. La tomé entré mi mano, era un photo booth de tres fotos, con la misma chica de antes junto a Taehyung.

En cada una de las fotos hacían caras, pero en la última, salían dándose un beso. ¿Quién era ella? Mis manos empezaron a temblar inconscientemente. Siento que no debería estar aquí. Quería salir, pero en ese momento, Taehyung entró a la habitación.

*

—¿Qué haces aquí?

—Nada, solo mirando las cosas de tu habitación.

Dije suspirando, recordando lo que pasó anoche. Vaya que había sido un lío.

—No puedo creerlo, ¿qué hiciste con las fotos?

Preguntó Dahyun.

Me acomodé en el sofá, subiendo mis piernas en este. En verdad, después de eso guardé lo más pronto posible las fotos para que no se diera cuenta, no quería que supiera que espiaba su habitación, peor que la revisaba sin su consentimiento.

A penas llegamos ayer. Quería pasar unas buenas vacaciones, que fuese especial y haría lo imposible por lograrlo sin que estúpidos pensamientos pasen por mi cabeza.

—Seguro era su exnovia.

La miré. Ella no me ayudaba para nada. No tenía razón alguna para enfadarme si tenía un tipo de recuerdo que vivió con aquella chica, es decir, por todo lo que supe en su momento, su primer amor.

—¿Te imaginas que yo fuese la exnovia de Taehyung?

Había hablado en voz alta, era un pensamiento que de repente pasó por mi cabeza -Era una locura, eso jamás sería real-, no quería volver histérica.

—¿De qué hablas?

—No sé como explicarlo, es tonto, demasiado, pero por un momento pasó por mi cabeza algo. ¿Recuerdas cuando Vernon mencionó una parte de mi pasado y confirmó mi amnesia? –Dahyun asintió–, ellos también dijeron que había hecho una presentación de baile con Hoshi y no los enseñaron y todo, vale, la chica de la foto esa... tenía la misma ropa... la ropa es la misma que utilicé yo cuando hice la presentación junto con Hoshi.

Su rostro me daba a entender que estaba realmente equivocada, eso no podía real. Nunca había visto a Taehyung, nunca había venido a corea antes... aunque, aquí ocurrió mi accidente. Uh. Revolví mi cabello desesperada, quedaré loca.

La puerta principal se abrió, dejando ver la silueta de la señora Seyeon y de Taehyung ingresando en la casa. Gracias a aquello, nos alejamos de ese tema.

Me levanté del sofá al tiempo que Dahyun para ir a recibirlos. Habían ido a comprar un par de cosas, muy de mañana, así que aproveché para llamar a Dahyun.

—Hola cielo, ¿Qué tal dormiste?

Al tenerme enfrente, dejó un beso en mi mejilla.

—Creo que bien, hacía un poco de calor, por ello no acepté tu abrazo anoche.

Dije susurrando para él, este sonrió burlón.

El día transcurrió, dejando un buen tiempo. Sol, pocas nubes, cielo azul, juegos mecánicos, pasar el tiempo con la señora Seyeon y molestar a Taehyung juntas.

Persistente, eso eran mis pensamientos una y otra vez, nadando como desesperados, aturdiéndome por completo. Todo bien, pero la relajación se iba por completo. Me propuso salir esta noche, como una cita. Iba a hacer que fuese especial, tanto como lo deseaba. Quería pasar un buen rato con Taehyung, lo amaba y daría lo que fuese para que nada lo arruinara.

Enrollé sin tanto cuidado mi cabello, haciendo un moño. Ligeros mechones -delanteros- de cabello cayeron sobre mi rostro. Mi miré al espejo por última vez y di un retomé a mis labios. Maquillé un poco mi rostro.

Bajé las escaleras con mis zapatos altos en la mano y en la otra mi bolso. Cuándo alcé mi vista, al final de las escaleras se encontraba Taehyung esperando por mí, también estaban sus padres. Sentí una especie de déjà vu; tenía 12 años -dos meses antes de que Vernon se fuera de New York-, había un baile, él me había invitado y fue a nuestra casa, a pedir mi mano como un pequeño caballero; también mis padres estaban ahí, lanzando su vista hacia arriba, apreciando ese vestido rosa que llevaba; Alex haciéndome burla y molesto porque quería llevarme él; mientras que Harry, él y Grace sonrían como unos bobos, como si yo fuese su hija.

Sonreí también como una boba. Sentí algo de vergüenza por el momento. Alzó su mano cuándo llegué al último escalón.

—Te ves preciosa.

Él no quedaba atrás. Su camisa por dentro blanca y su traje azul pálido, lo hacían ver realmente hermoso y digno de admirar, debía admitirlo, me volvía loca.

—Eres demasiado.

Los pequeños cumplidos, depende de quién los recibía, siempre estaba esa sonrisita cuadrada que erizaba mi piel.

Sus padres nos hablaron, haciendo que les prestáramos atención. Nos indicaron que ellos también saldrían, irían a visitar a un familiar. Nos despedimos y emprendimos camino al sitio donde cenaríamos.

Taehyung abrió la puerta del coche, dejándome entrar. Nos íbamos en el coche de su padre.

—¿Cómo se irán tus padres?

—Yo le regalé este Volkswagen familiar a mi padre, para que trasladarse. Antes de que se lo diera, tenía otro, así que me obligó a que me llevara este.

Era muy fino la verdad. A pesar de ser de su padre, tenía la misma fragancia que el de su coche, seguro tenían los mismos gustos.

El trayecto fue tranquilo, relajado, contando la música de fondo que le daba aire melancólico al momento.

Según la forma en como íbamos vestidos, era obvio a que tipo de sitio nos dirigíamos. Nada más llegamos, un chico -era un camarero, creo- se acercó, abriendo mi puerta y haciendo que saliera del coche. Taehyung se juntó con él, dejándole las llaves del coche. Entiendo.

Tomados de las manos, ingresamos al lujoso restaurante. Un elegante recepcionista estaba en la entrada y nos rígidos a él.

—Reserva.

Dijo Taehyung. Su voz me hacía perder la razón. Aquel hombre robusto le pidió el nombre a Taehyung y solo pasaron unos segundos cuando lo encontró. No tardaron nada y un mesero nos llevó hasta nuestra mesa.

—Vaya, no recuerdo haber venido a un sitio como este.

—¿Ni con tu padre?

Negué. Lo que recuerdo, es que entre los tres hijos, el más recto era Harry, era el único el cual acompañaba a mi padre a restaurantes, mientras que era extraño que saliéramos juntos a algún sitio como este o mejor aún.

La silla fue separada de la mesa. Antes de sentarme, Taehyung me quitó la chaqueta y la dejé sobre el respaldar de la silla.

Nos trajeron la carpeta donde yacía todo el menú que ofrecían. La mesa era muy grande, me sentía separada de Taehyung. Últimamente, quería aprovechar más mi tiempo con él.

—Me encanta este lugar, he venido un par de veces con mis padres. Recuerdo que una vez dejé una recomendación, que sería más perfecto si ponían alguna canción de Chet Baker.

Era un aficionado, uno muy elegante.

No me apetecía mucho comer, así que pedí un platillo pequeño y ligero, sin ninguna entrada. Taehyung quería que comiera algo de postre, realmente se miraba delicioso, pero no me entraba nada. Mientras tanto, disfrutaba en la manera en que se saciaba con la comida. Era tan sofisticado cuándo se lo proponía. La forma en la que se volvían sus labios, era tan perfecto. Ese pelo que cubría su frente, era maravilloso, me encantaba.

Se estaba acabando su postre. Había un poco de calefacción en el sitio, pese a que estábamos casi en verano, se sentía aún algo helado él ambiento, pero por eso miraba algo caluroso a Taehyung. Se había desabotonado un botón de su camisa, dejando a la visto algo de su pecho. Podía admitir que cada vez era más atractivo, me volvía vulnerable estar frente suyo.

—Me encanta tu vestido.

Atrapé su vista en mi escote. Podríamos decir que el vestido era algo revelador; era de tirantes finos, mucho escote, ajustado de la cintura y casi suelto de las piernas.

El corazón se me saldría, su mirada y esa manera en la que remojó sus labios hizo que pensara en tantas cosas indecentes.

—¿Te gusta mi vestido?, supongo que el escote también.

—Quién lo trae puesto, sobre todo quién lo trae puesto.

Este era mi fin. Me removí en mi propio asiento, tratando de evitar una sonrisa. Tanto tiempo juntos y no podía evitar que se sintiera como si fuese la primera vez. Taehyung era un hombre que si lo miras de frente, no parecer real, repito lo que pensé en nuestra primera cita, 'Él parecía como el típico personaje de mis libros, alto, su cabello sedoso, dejando casi a la vista su frente, una apariencia indescriptible por el simple hecho que parecía perfecto, intimidante y...' Y debía admitir que me atraía tanto, que quería estar a su lado siempre.

La noche pasó, sus mejillas se estaban volviendo sonrojadas, era a causa del vino que tomábamos, seguro las mías estaban igual o peor.

Tan cómodo el momento, tan nuestro que no quería que acabara nunca. El final de una historia era tan prolongada e inédita, no sabes nunca como acabará, pero siempre existe un ideal. No puedo asegurar que tenga alguno; Si justo en este momento, me dieran la oportunidad de crear el final de mi historia, desearía que acabara aquí, sí, yo siendo feliz con alguien a quien amo, sí, él que me hace volar sin paracaídas, pero no tengo miedo a caer, por qué no me dolerá si lo tengo a mi lado.

—¿Abril? —Mi mente realmente volvió. Mis manos temblaban debajo de la mesa— De un momento a otro te pusiste pálida.

—No es nada. ¿Nos deberíamos ir ya?

Propuse con algo de calor. Él asintió levantándose de su asiento. También hice lo mismo que él, me levanté tomando mi chaqueta sin ponérmela.

Enfrente del recepcionista, había otra persona con su puesto, donde debíamos pagar antes de salir. Quise tomar algo de aire, así que salí.

Aquel viento chocó contra mi cuerpo, haciendo que tuviera escalofríos. No sé que ocurrió en ese momento, me sentí un tanto chequeada y desconcertada. Quería abrazar mi cuerpo con mis manos, pero tenía mi chaqueta, así que no pude.

Unas grandes manos atraparon mis hombros y su rostro estaba justo a mi lado.

—Dame esto —Me quitó la chaqueta para ponérmela sobre mis hombros— Vamos a casa.

Aquella persona, la cual Taehyung le había dejado las llaves del coche, se acercaba con este. Creo que Taehyung le dio propina. La puerta se abrió dejándome la oportunidad de subirme.

Quería llegar a casa y acostarme ya a dormir.

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