Capítulo O6
❛ JACK──;;
꒰ Capítulo OO6 ꒱
*ૢ ❱ Shxny- 12.O4ˎˊ˗
;;── ❱ 18 de abril, año 495 .
───¡Ey, Hunter! ───escuchó que le gritaban su nombre───. ¡Los vamos a dejar atrás si se demoran tanto!
───¡Nadie va a dejarlos, Claude, solo cállate! ───gritó una voz femenina mientras le proporcionaba un golpe en la espalda. El otro se quejó cuando algunos rieron.
───Mejor dejemos al ruidoso, no nos hará falta.
Al mirar la escena, Hunter Foster era capaz de olvidar todas sus preocupaciones y simplemente disfrutar del momento. Creía firmemente que una de las mejores decisiones de su papá había sido la de mudarse a ese lugar. Por más que estuviera muy alejado de la capital, casi en los límites, en ese pueblo las personas siempre habían tratado bien a su familia y él había encontrado amigos en el orfanato de ese lugar.
El orfanato Sun Garden era manejado por unas señoras ancianas y una de las hijas de esta, pero también contaban con el patrocinio de alguien cuyo verdadero nombre desconocía, pero les había facilitado la vida. Sabía que esa persona tenía dinero y poder, incluso lo habían conocido en reiteradas ocasiones. Todos los niños de ese lugar habían sido traídos por él, salvados del destino de perecer miserablemente en las calles. Por ello, se lo agradecía y no le importaba que les mintiera sobre su identidad, había salvado la vida de sus amigos. Pensó que debía haber una razón importante detrás de eso, quizás era un noble y el hecho de que enviaba dinero regularmente a un sitio lleno de cosas de clase baja arruinaría su reputación.
Fuera lo que fuese, Hunter estaba seguro que algún día se enteraría y estaría bien con ello. Por ahora, siendo tan solo un niño de nueve años, no lo necesitaba.
Hunter y su hermana menor no eran parte del orfanato, pero pasaban la mayor parte de sus días ahí. A fin de cuentas, era el único sitio donde había niños de su edad y por fortuna se llevaban bien con ellos.
Isabelle Trick y Jordan Greenway fueron de los primeros en ser traídos hace aproximadamente tres años, solo un año después de que el orfanato abriera. Los padres de la primera fueron asesinados por no pagar una gigantesca deuda y del segundo en un lamentable accidente. El año siguiente apareció Claude Beacons, cuya madre pereció en el parto y a su padre le quitaron la vida cuando un ladrón se quiso llevar sus pertenencias. El más reciente y que llegó hace un año era Bryce Whitingale, quien hasta hace poco se negaba a hablar sobre su pasado: era un hijo ilegítimo de un noble y es ese mismo hombre quien se encargó de que su madre muriera cuando fue a implorarle que los ayude a ambos.
Hunter tampoco podía negar que su vida había sido difícil: hace dos años que no sabía nada de su mamá y probablemente, aunque su padre lo negase reiteradas veces, a estas alturas ella ya estaba muerta. Desde entonces, su papá ha quedado destrozado y él se había encargado de cuidar a su hermanita, no podía dejar que le pasase nada.
───Hunter, ¿me prestas tu tirachinas? No la romperé ───pidió Jordan señalando el objeto que traía el pelirrojo en una de sus manos.
Foster lo pensó. Su mamá siempre había sido habilidosa en las manualidades, de ahí que ella se encargara de crearles juguetes a él y su hermana. No les alcanzaba el dinero para comprar uno.
Lo que le pedía Greenway era de las pocas cosas que todavía tenía de su madre y el mismo chico no era conocido por ser exactamente cuidadoso. Su mamá no se molestaría si llegaba a perderlo o dañarlo, ¿verdad?
───Está bien, puedes devolvérmelo cuando me vaya ───dijo dándoselo.
Jordan dio saltos en su sitio mientras observaba la tirachinas en sus manos. Hacía un tiempo que quería intentar usar esa cosa, en el orfanato no tenían una y su amigo se veía genial cuando lo usaba. Él también quería verse así de genial.
Luego, posó su mirada en la niña que Hunter tenía sostenida de la mano. Esa pequeña siempre estaba con su ceño fruncido si no estaba su hermano. Una completa enojona y Jordan disfrutaba de sacarla de sus casillas, así como hacía con Bryce.
───Pequeña Foster, te apuesto a que no eres capaz de disparar tan bien como yo.
───¿Quién te ha dado el permiso de llamarme así? ───contestó enojada. Al ver cómo el peliverde se iba corriendo, se soltó del mayor y fue a perseguirlo, ese renacuajo no se iba a salvar por llamarla de esa forma, ella no era ninguna pequeña───. ¡Ya verás cómo te gano!
───¿Esos dos se llevarán así de bien porque tienen la misma edad? ───soltó la pregunta al aire Isabelle. No era la primera vez que los dos menores del grupo estaban persiguiéndose o molestando al otro.
───Los dos son bebés ───dijo Claude mientras negaba.
───Tú a veces te comportas como uno ───comentó Bryce.
Inmediatamente los dos empezaron a discutir como de costumbre. Isabelle y Hunter ni se molestaron en detenerlos porque siempre había sido inútil hacerlo.
No obstante, Hunter disfrutaba de ese momento, porque eran esos momentos en los que no tenía que pensar en nada.
───Oye, Hunter, ¿tu padre ya sabe sobre la marca de tu hermana? ───se atrevió a preguntar Isabelle.
───Sí, estamos viendo qué hacer, de alguna forma supongo que él lo presentía, pero es difícil comunicarse con él, entonces todavía no sé qué haremos.
───Seguro que todavía debe ser complicado para él, perdió a su esposa. Tranquilo, podrán solucionarlo.
───¿Y para nosotros no debería ser complicado? Perdimos a nuestra mamá ───susurró el pelirrojo. Isabelle lo miró extrañada, como si lo animara a hablar en voz alta, no había escuchado lo que acababa de decir───. No es nada.
Si buscaban culpables, por llamarlos de alguna forma, de que la hija menor de los Foster manifestara su marca, eran ellos mismos. Decidieron adentrarse en el bosque y sin querer llegaron a más allá de lo permitido. Es entonces cuando se encuentran con un animal salvaje dispuesto a atacarlos y es ella quien logra que huya.
Hunter habría deseado no llevar ese día a su hermana y así no tendría ese miedo constante de que la descubran. Conocía bien que en el pueblo más cercano quemaban a las personas malditas, como si su sola presencia fuese signo de mal augurio, temían verse perjudicados. Lo entendía, querían seguir llevado sus vidas tranquilas, pero no hacía que dejara de despreciarlos, porque personas como esas son las que obligaron a su mamá a irse y seguramente acabaron con su vida, a ella la habían descubierto y fue cuando protegió a sus hijos de un asaltador.
La culpa carcomía a Hunter Foster, él debió hacer algo para evitarlo.
───Estamos aquí para ayudarlos en lo que podemos, tú también eres parte de esta familia, por muy extraña o alocada que sea ───intentó animarlo la de orbes azules mientras posaba su mano en su hombro.
───Gracias, Isa.
Pasado el tiempo, Hunter decidió que era momento de regresar a su casa. Llamó a su hermana y ambos se despidieron de los chicos del orfanato.
Su regreso fue tranquilo. El oji verde tarareó una canción que escuchó de su madre, le servía para recordarla, era su favorita después de todo. Sin embargo, desconocía la letra, le hubiera gustado saberla.
Habían tantas cosas que no le había preguntado a su madre, temas de los que quisiera haber hablado y nunca podría hacerlo.
───Creo que algún día nos perderemos, el camino es medio confuso, no me gusta, ¿no podemos ir a vivir donde estábamos antes? ───preguntó su hermana pateando una piedra.
Su papá había decidido que era buena idea vivir adentrados en el bosque al lado del pueblo. Quizás era para estar lo más alejado posible del contacto con otras personas, desconocía su motivo. Tampoco le dio tiempo a pedir explicaciones, repentinamente le habían dicho que se mudarían y apenas alcanzó a alistar algunas de sus pertenencias.
Hunter todavía no sabía si era adecuado hablar con su hermana sobre algunas cosas. Ella seguía creyendo firmemente que su mamá se había ido para conseguir dinero y que algún día volvería. Era una bonita mentira y a él le habría gustado poder creerla.
───No te preocupes, yo me sé bien el camino de vuelta ───dijo el chico───. Además, si volviéramos, no serías capaz de encontrarte con nuestros amigos.
───Es verdad ───contestó la menor───. Hunter, si alguna vez me pierdo, ¿serás capaz de encontrarme? El bosque es bastante grande y hay muchos árboles.
───Soy tu hermano mayor y los hermanos mayores tenemos habilidades especiales, ¿sabes?
───¿Como lo que mamá hacía? ───inquirió la fémina, luego lo pensó bien───. Aunque creo que ahora también soy como ella...
───No como eso, no soy capaz de hacer lo mismo que ustedes, pero siempre voy a poder encontrarte.
───¿Lo prometes?
───Lo prometo.
Hunter alzó su meñique y lo entrelazó con el de su hermana. La menor de los Foster rio, por mucho que le entristeciera no poder ver a su mamá y no poder comunicarse correctamente con su papá, pasar el tiempo con su hermano mayor la hacía feliz. No sabría qué hubiera hecho si hubiera estado sola.
De repente, notó una liebre cerca de ellos y sonrió al cruzarse una idea por su cabeza. Eran raras las veces que podían consumir carne, su papá había dejado de cazar y el dinero no les alcanzaba para ello, pero si ella conseguía llevar al animal eso haría que los tres tuvieran una buena comida. El pensamiento la alegró.
───¡Mira, una liebre! ───exclamó la niña al señalarla. Cuando vio que se alejaba, fue rápidamente detrás de esta───. ¡La atraparé para la cena!
───¡Espera, ten cuidado! ───gritó Hunter siguiéndola.
La menor terminó por acorralar al animal. Esa liebre no se iba a escapar de ella. Haría ese truco que vio hacer a su mamá hace años. Se disculpó mentalmente con la criatura, pero era necesario para ella. La liebre ya era suya y la recogió, pero al levantar la mirada se encontró con una de las señoras del pueblo.
Ay no, Hunter y su papá le habían dicho que no debía ser vista por nadie.
Hunter al ver lo sucedido se puso delante de su hermana en pánico, no sabía qué hacer. Estaba seguro que esa señora sabía sus nombres y dónde vivían, ¿y si le decía a los demás sobre la maldición de su hermana? ¿Si se corría la voz vendrían a matarla? No podía perderla, pero tampoco tenía cómo defenderla, no iba a ser capaz de ganarle a una adulta si se le ocurría atacarla para que no dijera nada.
La señora se acercó a ellos y le dio una palmada en la cabeza a Hunter. Él la miró sin entender.
───No te preocupes pequeño, no diré nada ───dijo para después irse.
Hunter decidió que era mejor apresurarse y llegar a su casa. ¿Debería creer en sus palabras? Su papá sabría qué hacer, ¿verdad? No iba a dejar que sucediera algo, ¿no?
Llegados allí, su hermana le entregó la liebre a su padre y fue corriendo a cambiarse de ropa. Hunter observó a su padre preparando al animal y se decidió por contarle.
───Papá, de hecho, vieron a mi hermana usando su maldición ───empezó por decirle.
───No lo llames así, ella no habría querido que digas eso ───dijo molesto el adulto para la sorpresa de Hunter, ¿de verdad eso era lo primero que iba a decir?───. Dame más detalles de lo sucedido.
Hunter, a pesar de que era la primera vez viendo a su papá enfadado durante mucho tiempo, le contó lo sucedido. No recordaba cuándo fue la última vez que había intercambiado tantas palabras con él. Quizás desde que le dijo que tenía prohibido hablar sobre su madre, aunque fuese su padre el que sacara ese tema, como ahora al hacer referencia a ella.
¿Su mamá habrá pensado que era una maldición o una bendición? Nunca se lo había preguntado y ahora no tenía oportunidad de hacerlo.
Lo único que podía recordar con claridad era lo maravillado que estaba cuando su mamá usaba su don. Era parte de ella, como ahora lo era de su hermana.
───Mañana hablaré con esa señora, tú no te preocupes, no es tu culpa ───dijo al final. Luego, solo se quedaron en silencio mientras cocinaban.
De alguna forma, Hunter presentía que su padre mentía, no lo veía con intenciones de hacer algo y eso lo preocupaba.
Dejó el tema de lado al ver que su hermana volvió. No quería preocuparla. Ya la había notado triste para cuando llegaron.
La cena se realizó en completo silencio, como siempre, los dos hijos sentían que debían callar y su padre no tenía intenciones de resolver ese malentendido. Su mente había estado perdida desde el momento que perdió a su amada esposa y parecía no querer saber nada, incluso si era sobre sus hijos.
Pasó el tiempo y Hunter y su hermana ya estaban dormidos en la habitación que compartían. Su padre descansaba en la sala. La casa que tenían no contaba con suficientes cuartos para la familia, pero así estaban bien. Sí, lo estaban.
En medio de la noche, ambos se despertaron al escuchar el sonido de objetos rompiéndose.
───Hunter, ¿qué fue eso? ───preguntó la niña asustada. Si no estaba equivocada, esos sonidos provenían de donde estaba su papá y eso la aterraba. Si perdía también a su padre...
───No estoy seguro.
Los dos caminaron con cuidado en medio de la oscuridad, el pelirrojo se había olvidado de guardar una vela en su habitación y ahora se lamentaba. Hasta hace unos minutos se escuchaban ruidos, ahora solo podía escuchar los pasos de ambos. Toda la situación se le hacía extraña.
En la sala, solo pudo encontrar al cuerpo sin vida de su padre y antes de siquiera llevarse a su hermana de vuelta, sintió cómo lo alzaban y separaban a su hermana de él.
Hunter nunca había visto el rostro de esas personas que lo habían agarrado con firmeza, pero por el color rojizo en el filo del cuchillo de uno podía asegurar que ellos habían sido los que asesinaron a su papá.
───Así que la niña maldita has de ser tú, ¿verdad, pequeña? ───dijo el que sostenía a la menor, quien no había parado de llorar y mirar asustada a su hermano desde que encontraron el cadáver. Hasta hace solo unas horas él estaba vivo cenando con ellos.
───Agradece que nos encargamos de callar a la señora que vendió tu información, habrías muerto de inmediato si el pueblo vecino se enteraba ───comentó el otro mientras reía.
───Parece tener menos de ocho años, nos darán una buena recompensa por ella.
Hunter mordió el brazo del que lo había agarrado, logrando así soltarse y caer. No podía permitir que se llevaran a la persona más importante para él. Sin embargo, es el mismo hombre quien lo patea con fuerza y el golpe que había recibido al chocar con un mueble lo había obligado a escupir sangre. A duras penas logró levantarse, le dolía a horrores.
¿Cómo se suponía que iba a salvarla si ni siquiera estaba armado y no contaba con ningún tipo de entrenamiento? Pobre niño, indefenso e inútil en esa situación.
───¡Hunter! ¡Hunter! ───gritó la menor mientras pataleaba─── ¡Dejen en paz a mi hermano, basuras!
El asesino decidió desmayarla de un golpe, el sonido de su voz se le hacía irritante y tampoco podían desperdiciar su tiempo, a su vez, no tenía ganas de que esa niña también se libere y use su maldición.
───Qué ruidosa ───dijo él mientras metía el pequeño cuerpo en un saco.
───¿Qué hacemos con el otro niño? ───preguntó su compañero.
───Solo mátalo, no nos sirve, ya está grande.
Hunter no pudo hacer nada cuando sintió el cuchillo perforar su piel. Cayó y esta vez no tenía más fuerza para levantarse. Antes de cerrar los ojos, vio al par irse.
Él le había fallado.
Todo estaba en silencio. Recordó a su madre, a su padre cuando todavía les sonreía y a su hermana cantando con ella. Lo había perdido todo en unos segundos.
Cuando Hunter volvió a abrir sus ojos, para su sorpresa estaba en otro lugar, pero reconoció a los rostros que lo observaban sorprendidos.
───¡Voy a avisarles a los demás! ───exclamó el peliverde mientras corría cruzando la puerta.
El Foster reconoció la sala, era una del orfanato. Intentó levantarse, tenía que encontrar a su hermana, pero la peliazul evitó que se moviera.
───¡Isabelle! ¡¿Dónde está mi hermana?! ───preguntó él con desesperación.
La Trick no pudo pronunciar palabra alguna y hasta algunas lágrimas se asomaron en sus ojos. Bryce, al notar eso, decidió ser él quien hablara.
───No está aquí y no tenemos idea de dónde está, por ahora debes concentrarte en recuperarte, estuviste a punto de morir.
───¿De qué estás hablando? ¡Tengo que buscarla! Ella seguro está muy asustada... y completamente sola.
───Escúchame, en la madrugada Jordan recordó que no te había devuelto tu juguete y nos obligó a acompañarlo. Cuando llegamos solo estabas tú, no hay rastros de tu hermana, pero hemos estado intentando encontrarla, Claude está con los adultos en eso ───dijo el albino. Se quedó unos segundos callado dudando si continuar─── Y sobre tu papá, bueno, él...
Bryce esta vez decidió callar, no tenía el valor suficiente para decirle que su padre no tuvo tanta suerte como el pelirrojo, a él no pudieron salvarle la vida.
───Lo lamentamos mucho, Hunter ───dijo Isabelle mientras lloraba.
Hunter no tardó en repetir la acción de su amiga. Era verdad. Se la habían llevado y él no sabía dónde o para qué. De lo único que estaba seguro es que tenía que encontrarla a como dé lugar. No podía rendirse, no estaba en discusión hacerlo.
Porque eso es lo que Hunter Foster había prometido
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Espacio para llorar por Hunter y su hermana conmigo ->
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