Capítulo O4


❛ JACK──;;
Capítulo OO4
*ૢ ❱ Sshxny- 20.O3ˎˊ˗





























;;── ❱ 2O de junio, año 51O .

La vida de Axel o N356 era lo que se podía considerar normal para los de su clase. Monótona, agotadora y sin objetivos claros. Seguir órdenes a las que no encontraría sentido y matar sin importar cuán inocente fuese el individuo, no importaba y no era necesaria la opinión propia, nunca ha importado cómo piensen. La ley para los monstruos era seguir a su reina, la única, Irina Girikanan, de quien nunca podrían rebelarse directamente. ¿Cómo se podrían enfrentar a su creadora, cuando es por ella y su linaje que están vivos?

Irina era una mujer esbelta, de cabello color gris con tonalidades azules, sus ojos solo transmitían miedo y terror a quienes la miraban. Se rodeaba de riquezas en su castillo resguardado por sus fieles creaciones, vigilando personalmente cómo iba la caza de esos que le parecían repugnantes espectros. Su odio por ellos se notaba a kilómetros, la enfurecía la más mínima noticia de uno de los "logros" de esos desagradables sujetos.

Axel era una de esas fieles creaciones, ahora teniendo el título de paladín. Todos esos humanos creados artificialmente contaban con bendiciones y eran entrenados durante varios años hasta que solo un grupo llegaba a convertirse en un caballero especial. De entre los que lograban ese objetivo, unos pocos recibían el título de paladines, los más fuertes entre ellos y que cumplían las grandes expectativas. El resto de aprendices eran eliminados, los enviaban a las fronteras o eran enviados a las minas.

La división de Axel era una de las dos principales que eran formadas por paladines: la división solar. Si el rey hubiera logrado sobrevivir a su enfermedad terminal, Axel estaría ahora siguiendo sus órdenes, como era tradición. Lo normal era que la división solar sirviera al rey y la lunar a la reina. Sin embargo, actualmente la información oficial era que la lunar servía al príncipe heredero.

Solo era conocido por los nobles cercanos a Irina, pero la verdad era que actualmente ambas divisiones de paladines junto a las otras de caballeros especiales eran controladas por su majestad, no por el príncipe. Él no tenía poder dentro de ese castillo lleno de lujos y traiciones.

Axel no podía decir si eso era bueno o malo porque no le prestaba atención. Cuando aún era un aprendiz, recuerda haber visto varias veces a Bernard Girikanan y a su asesinado hermano menor. No obstante, ahora, solo sabe que el príncipe heredero sigue con vida cuando cumple el papel de su escolta en las fiestas o acontecimientos importantes a los que se ve obligado a asistir. A pesar de lo extraño que era, no sintió curiosidad por buscar la verdad, no había sentido en eso.

Los paladines o los que se quedaron simplemente con el título de caballeros especiales nunca han tenido que tener una opinión o sentimientos, no les servía para nada, de eso estaban todos seguros.

Lo que nunca admitirá que sí le molestaba era la existencia de N126. Tal vez porque desde un año en específico empezó a cambiar sin que muchos lo notaran. Detestaba que alguien que desde que apareció mostraba cero interés en las demás personas empezara a demostrar preocupación y querer proteger a esos tres que siempre le acompañaban: Ale, Elliot y Acker. Si ella era considerada la peor de los monstruos y si ella cambiaba en lo más mínimo, ¿cómo debería verse a sí mismo cuando quiere pensar que es parecido a los humanos? ¿Realmente él siempre fue igual de cruel que ella? Después de que ambos sobrevivieran a la selección siendo escogidos para diferentes divisiones de paladines, dejó de importarle, ya no era asunto suyo si no era su competencia, ya tenía su lugar asegurado por mucho que apenas alguien reconociera que es un paladín lo mirasen con desprecio o miedo.

Lo curioso era que Irina siempre, pero siempre, por alguna rara razón que nunca encontró, prefería a N126. No le guardaba rencor por eso, no interfiría en sus asuntos, no encontraba sentido a pelearse por el favor de la reina cuando en cualquier momento tendría que morir si se daba la orden, daba igual luego de la selección y el juramento. Además, los recuerdos de los que dudaba si eran suyos o no, esa pequeña voz infantil en sus sueños cuya frecuencia en la que aparecía iba en gran aumento, hacía que se sintiera incómodo ante la presencia de la monarca. Realmente, estaba dudando de todo.

"¡Axel! Prometiste que hoy jugarías conmigo, ¿dónde te metiste?"

¿Valía la pena todas esas peleas para demostrar ser el mejor?

El ardor en la herida de la mejilla que acaban de hacerle lo despertó de sus pensamientos. ¿Cómo podía distraerse al enfrentarse con el capitán de su división? N157, comúnmente llamado Byron, era rubio y de ojos carmesí, demasiado astuto para su agrado, pero de los pocos que lograba soportar sin tanto esfuerzo. Para su sorpresa, luego de realizar el ataque, se detuvo negando con su cabeza y guardando su arma, casi como decepcionado.

───¿Qué pasa? ───preguntó Axel por la confusión. Byron no era de los que se detenían así como así en una pelea.

───Eso debería preguntarte yo a ti. No voy a continuar cuando estás distraído, especialmente si tu espada está así de descuidada. Podemos continuar en el momento que vayas donde el herrero.

Axel le dio una breve mirada a su espada, tal vez tenía razón, pero no deseaba ir al herrero del castillo cuando podía ir donde otro.

───Está bien como está ───respondió mientras la guardaba.

───Es una orden, N356. No uses tu espada como excusa para ir a buscar a esa mujer herrera.

───No es lo que crees ───habló como si no le importara nada de lo mencionó. No era cierto, no la buscaba porque le agradara, un monstruo no podía tener sentimientos, solo iba porque ella tenía habilidades mejores como herrero. Sí, era la única razón.

───No importa con tal que no olvides a quién le perteneces. Me da igual lo que hagas fuera de eso. Cumplimos órdenes y vivimos solo por nuestros creadores ───dijo antes de retirarse.

Mentiroso, le quiso gritar. Estaba seguro de que no estaba de acuerdo con las palabras dichas, lo conoce mejor que nadie por ser el vicecapitán, su mano derecha. Estaba seguro de que había dejado de creer en eso hace tiempo desde que frecuenta por esa sospechosa tienda que ni idea tiene de por qué no lo ha reportado. Lo que fuera, no era asunto suyo tampoco si no interfiría con él.

No obstante, Axel se preguntaba si Byron había perdido la cabeza como él. Ambos estaban locos. Estaban encadenados y aún así se atrevían a pensar que podían hacer lo que desearan sin alguna fatal consecuencia. Los traidores son castigados con la muerte. Si no obedecían las órdenes, el juramento los obligaba a realizarlo, ya que si no lo hacían el dolor en el cuerpo era insoportable, como si el aire te faltara y el cuerpo fuese golpeado miles de veces a la vez.

No tenían salvación.

Por ello, simplemente era mejor solo seguir con esa falsa lealtad. Todos los aprendices cuando terminaban con su entrenamiento eran obligados a realizar el juramento, un antiguo ritual liderado por Irina en la iglesia. Era como cadenas en el corazón. Eso los mantenía atados. No podían ir en contra de su reina, incluso sus cuerpos llegaban a moverse solos.

Siguiendo las órdenes de su capitán, se dirigió al puesto del herrero real, un sujeto que odiaba profundamente. Era repugnante y aún más egocéntrico que todos los que conocía, pero no quería ir en contra de lo pedido por Byron, él podía transmitir miedo cuando quería. También era una bestia al fin y al cabo.

───Hazle el mantenimiento o consígueme una mejor ───dijo sin siquiera mirar a quien estaba detrás del puesto.

───Vaya, entonces me eres infiel con otro herrero y así me tratas ───habló la mujer.

Axel levantó la mirada al escuchar esa inconfundible voz sin creérselo hasta que confirmó la identidad de la joven. Ahí estaba ella con manchas en la cara de lo que parecía hollín, su cabello castaño rojizo corto y esos ojos verdes que le miraban mientras reía suavemente. Viorica Calvel era la responsable de que ocupara sus días libres en otra actividad que no sea entrenar hasta caer del cansancio.

Axel conoció a Viorica en una de sus misiones en otro pueblo. Estaba aburrido y decidió caminar un rato por los alrededores. Es entonces cuando la conoce, Viorica estaba intentando proteger a unos niños de un ataque de un jabalí furioso. Él no comprendía el por qué lo hizo, pero la salvó al encargarse del animal. Ese día cambió su vida. La mujer fue a visitarlo en lo que todavía duraba su misión para agradecerle y no hubo vuelta atrás.

Tal vez era su amabilidad o lo atenta que es lo que la mantenía pensando en ella. Quizás lo más seguro era su buen corazón lo que hizo que se sintiera atraído porque nunca antes había conocido una persona así, que no le importara cuál fuese su trabajo o lo que digan de su grupo, sino quién realmente era. Esa aprendiz de herrero había destruído tantas barreras que levantó hace bastante en tan poco tiempo que le resultaba increíble de creer.

───Viorica, ¿qué haces aquí? ───preguntó claramente sorprendido. Hasta hace unas semanas ella estaba en un pueblo alejado, no en la capital, mucho menos dentro del castillo. ¿Por qué no le había avisado de ese cambio?

───El abuelo trabaja aquí ahora, ¿no es genial? ───dijo recibiendo el arma del contrario y sacándola de la funda. Sí que su majestad no escatimaba en el armamento de sus favoritos, la calidad era completamente diferente a lo que veía usualmente allá en el pueblo donde vivió por los últimos años.

───Sí, es genial, ¿pero por qué realmente estás aquí? Tu abuelo hace buenos trabajos, pero no parecía querer un puesto así.

───Hay información que no puedo darte si aún no tienes una meta clara, no es apto para curiosos ───dijo sin rodeos.

Hace unos días que Viorica había recibido una carta de la organización de Jack, en donde estaba escrito que se le avisaría que su abuelo sería contratado como el nuevo herrero luego de que el anterior decidiera fugarse. El abuelo no era parte de los espectros, pero siendo contratado permitía a Viorica entrar libremente a la fortaleza por ser su aprendiz. Habían movido los hilos para tener nuevos ojos y oídos ahí dentro debido a que mientras más fueran, mejor para ellos.

Viorica por mucho que confiara en el paladín delante de ella, también sabiendo que nunca la delataría queriendo, no podía confundir aún más de lo que ya estaba Axel. No sabe qué le pasó, pero a veces parecía tan lejano a pesar de tenerlo al lado, como si su cuerpo siguiera ahí pero su mente en otro lado.

Hace poco ella misma le propuso unirse a los espectros, ya que creía conocer los ideales de N356, antes de que él estuviera así de perdido. Dijo que lo pensaría, desde ese momento no le volvió a mencionar el tema. Pensando en eso, se le cruzó una idea por la mente que podría relajarlos a ambos.

───Axel, ¿cuándo tienes vacaciones?

───¿Mis días libres?

───Sí, ¿crees que tengas tiempo para el festival?.

El festival que Viorica mencionaba era la celebración por el aniversario de fundación del reino hace 510 años y a su vez, del día en el que la diosa descendió hace 210 años dándoles a la realeza la forma de crear humanos que defenderían al reino bajo cualquier costo, los caballeros especiales, quienes contaban con sus bendiciones.

Era un festival que duraba una semana completa, una buena oportunidad para aumentar las ganancias de los negocios, demostrar las riquezas, tiempo para disfrutar de todo lo que habría allí, juegos, comida y música. Los más afortunados, la mayoría siendo nobles, asistían al famoso banquete y baile que se celebraba los tres últimos días. Siempre había sido una increíble experiencia para quienes podían permitirse celebrar.

───No lo sé, tendría que revisar porque normalmente ese evento requiere de mayor vigilancia. Te avisaré si puedo ───contestó───. Pero Viorica, necesito decirte algo.

───¿Qué pasa?

───No confíes en nadie aquí, incluso yo, es peligroso y nadie duda en matar. Tú sabes que soy un asesino, cumplo órdenes, no puedo ir en contra de ellas aunque lo desee, eso lo saben todos. Si pregunto algo, miénteme. Si alzo mi espada ante ti, no dudes en defenderte. Había alguien que decía que no importaba la forma en la que vivía, sino cómo moría, entonces, siento que si debo morir, prefiero que sea en tus manos y no en las de otra persona.

───No veo que hayas cumplido varias órdenes, ¿no que espectro que ven, espectro que matan?

───Es porque no fueron directas. La orden fue encontrar a los espectros, descubrir identidades y planes, Irina aún no me ha dicho que los mate apenas los encuentre o que le informe directamente en el instante que encuentre alguno, probablemente porque piensa que todos siempre le dirán hasta el más mínimo detalle y es ahí donde recién decide qué hacer con lo que se informe. Hay vacíos, es por eso que estamos de esta forma ahora. En cambio, si me dicen, "mata a Viorica Calvel, la aprendiz de Cedric", no podría hacer mucho para detenerlo. ¿Entiendes?

───Lo hago, ¿pero sabes algo? A veces siento que hablas de ti mismo como si fueras lo peor del mundo. Yo no lo creo así, tú no sirves a la reina porque así lo quisiste, te obligaron a hacerlo para sobrevivir. Eso es diferente, no eres un monstruo ni algo parecido, tú también eres humano.

Es conocido por todos de dónde salieron los caballeros especiales o los que llegaron a ser paladines. No eran humanos normales, eran creados por su majestad, criaturas que nacieron de forma artificial. Solo la realeza y los investigadores que ayudaban en el proceso sabían exactamente la forma en que se creaban, no podían permitir que nadie más se enterase de la fórmula de esas fieles armas. Esa es la razón por la cual dicen que no tienen alma y que no pueden desobedecer a sus creadores, sin ellos no tienen vida, están atados y se repite.

Sin embargo, para Viorica, Axel no era nada parecido a lo que le decían. No era alguien cruel ni disfrutaba matando, lucía tan cansado y agotado de eso que si estuviera en su poder, desearía romper esas cadenas, las cuales no se puso por decisión propia.

No obstante, Axel no estaba seguro si todo lo que pensaba Viorica de él era cierto. Dudaba de quién era, qué quería y si alguna vez hubo un quién fue. Al observar cómo ella se le quedaba mirando expectante a su respuesta, solo pudo decir lo que esperaba que dijera, temía tanto decepcionarla y que se alejara para nunca volver, que en vez de mirarlo con cariño le mirara con terror...

───Tienes razón.

Porque N356 no podía permitirse perder lo único que lo mantenía allí.





























HOLA

El resumen de hoy: todos los del castillo están mal NOOO. Te amo Byron, pero es lo que hay😔👉👈 also, sE ACERCA FIESTITAA YESS (el punto ahora es que salga todo bien esa semana, ups). También descubrimos el contenido de la carta que le dieron de tareita a Ranjit la otra vez👀 y así iremos descubriendo muchas cosas poquito a poquito... o tal vez no.

Aunque eso de que la fiestita se acerca es cronológicamente, para que lo lean en el fic falta bastante xd

Solo me queda mencionar que amo a Viorica😳 adiós JAJJA

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