Capítulo O2



❛ JACK──;;
Capítulo OO2
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;;── ❱ 12 de marzo, año 51O .

Para N58 la vida misma se basaba en sobrevivir asegurándose de ser lo más fuerte posible, priorizando siempre estar en la cima, haciendo trizas a los que se atrevieran a pasar sobre su persona, un arma perfecta. Siendo de esta forma, los sentimientos debieron ser redundantes para ella, así como se lo ordenó ese quien se encargó de entrenarlos hace varios años.

''Si sientes, pierdes.'' ''Es signo de debilidad.'' ''Los sentimientos no te salvarán de la muerte''.

Por años, lo hizo. Repitió cada palabra en su cabeza como si de un mantra se tratase. Escaló hasta llegar a ser parte del grupo que no sería tratado tal cual una basura, su posición era muestra de eso, un integrante anterior de una de las cuatro divisiones de caballeros especiales, ahora parte de uno de paladines.

Sin embargo, aún no era capaz de superar la muerte de esa paladín a quien tanto admiró. Porque para N58, esa mujer de cabello negro era todo a lo que apuntaba y el único refugio que poseía, la que escuchaba sus quejas en silencio y quien la apoyó en todo lo que pudo.

Era graciosa esa relación que tuvo con esa mujer. En un principio, la de cabellera roja la odiaba a muerte, era el mayor de los obstáculos en su camino, no entendía cómo a pesar de no ser de las mejores usando sus bendiciones la oji azulada era capaz de ganarle al resto usando mayormente sus habilidades físicas, N58 fue derrotada en menos tiempo del que pensó al enfrentarla.

Fue imposible, N58 se creyó superior por usar muchísimo mejor su bendición de agua y planta, la subestimó completamente, la soberbia fue su mayor falla. Esa fue la primera de una larga serie de derrotas, cada una menos impactante y más angustiante que la anterior. Pero todo empezó con la primera, la única, con N126: su Cecil.

La fallecida Cecil era considerada una genio en lucha y manejo de armas a corta distancia, uno de los mayores talentos de su generación de caballeros especiales, anterior capitana de una división de paladines, la favorita de la Reina, de quien obedeció cada una de sus órdenes a la perfección, sin quejas, sin errores, una de sus mejores muñecas.

Sin embargo, al mismo tiempo, eran poquísimos los que le acercaban por las buenas. Era tal cual una gran montaña, inalcanzable, peligrosa. Era usual escuchar de su crueldad innata, poseedora de una mirada azulada brillante que congelaba al instante. Cecil fue siempre alguien solitaria, la culpa quizás residía por estar en esa fría y tempestuosa cima.

Es por eso que Ale no entendía, al tener esa clase de reputación y apariencia, fue de las que más la ayudó a crecer. La pelinegra se le acercó un día, cuando pensaba abandonar todo, tenía suficiente de encontrar cada vez más personas sin nombre más capaces que ella. Era mejor suicidarse a tener otros fatales destinos, no deseaba ser desechada, uno de sus peores temores.

N126 nunca sería cercana a lo que decían sobre ella. Ale era una de las pocas que podían confirmar eso sin alguna duda en su voz. ¿Cómo alguien cruel podría transmitirle una gran calidez?

''Ale, tú eres la única que se pone límites. Serás más fuerte de lo que te crees capaz.''

Ale, Ale, Ale. Ese nombre sonaba aún más bonito cuando lo decía ella, como la primera vez que lo escuchó decir a un niño en las calles, se sentía querida, única, en un lugar seguro, sin peleas, sin tener que pensar en sobrevivir ni que sería desechada, ¿es ese sentimiento el que describen en esas historias acerca de las familias? Pues entonces sería eso, N126, no, Cecil era su familia.

Por lo tanto, encontrar su cuerpo carbonizado esa inolvidable oscura y helada noche hace meses, fue demasiado doloroso. El llanto de algunos de los que fueron sus compañeros, las miradas aterradas de otros, los pobladores que se acercaron por la curiosidad. Una maldita pesadilla en el que aún teniendo a individuos alrededor, pisando tierra, sintió que todo se derrumbó, otra vez sola en ese cruel mundo.

Odió a Cecil por dejarse matar, odió a los compañeros de esta por dejarla sola, odió a los testigos que resultaron igual de inútiles, odió al repugnante Espectro que la mató, odió al imbécil del Jack por ser líder de esa organización, odió a esa muchacha de cabellera rosada cuyo nombre nunca olvidará por llevarla a ese lugar, estaba segura de eso aunque nadie lo dijese, odió a cada uno de esos nobles idiotas y odió a Irina Girikanan por no ser mejor gobernante.

Pero sobre todo, se odió a sí misma por no impedir que a quien más quería muriese. Su tristeza la llevó a la ira y la ira a la venganza, a buscar respuestas, a un culpable de su agonía.

───Por fin llegaste, creía que tendría que irme sin ti a este paso ───habló el joven noble cuando la vio parada en la puerta de su mansión. Bajó por los pocos escalones, siempre acompañado por ese guardaespaldas que cada día parecía más un secretario o niñero. Se detuvo por un momento girando a verla al notar que la pelirroja no lo seguía───. Andando, sube al carruaje, tengo que ir a una importantísima reunión.

───Es como la quinta reunión a la que asistes en la semana ───contestó haciendo lo pedido. Se subió a ese carruaje decorado finamente por fuera y dentro. Se sentó en frente del joven, mientras que el guardaespaldas iba con el cochero.

───Tengo que mantener estable mi reputación, cada una es igual de importante que la anterior. Ser noble y popular es difícil ───dijo con una suave risa.

Ale nunca entendería a ese idiota que tenía delante de ella. Un día, no le importaba lo que dijeran de él y al otro, se preocupaba por cómo hablasen de su persona. Entendía menos la lealtad que le tenía Duske Grayling a Heath Moore, ¿qué tenía de bueno servirle?. Le resultaba desagradable estar cerca, pero fue ella misma quien se puso en esa situación.

No hace tanto, por las sospechas y testigos de contacto con los Espectros, el enemigo nacional, se puso secretamente bajo arresto domiciliario a Percival Travis en su territorio, ahora constantemente vigilado, enviando a la capital a su sobrino como rehén. Heath Moore era ese familiar y al mismo tiempo el heredero del ducado, ya que su tío había decidido no tener hijos.

Por tal razón, se propuso colocar al lado del joven a un paladín con la excusa de que la familia imperial se preocupaba por la seguridad del chico, se atrevieron a mencionar que la familia entera de un duque fue asesinada hace años y no querían que la tragedia de los Schiller se repitiera. Ale es la que fue de voluntaria cumpliendo el papel de guardaespaldas y a la vez de espía, de alguien que al mínimo error que Heath o Percival cometieran, la vida del primero se eliminaría en el momento. No obstante, la existencia de un trato desconocido era lo que interferiría en los planes de Irina.

Para N58, antes de su deber, honor, todo, hasta su vida, estaba su propia venganza, lo que pensaba que le daría fin a sus interminables pesadillas e ira. No importaba nada más, ya no. Protegería a ese insoportable noble si eso la ayudaba con su meta.

Si lo pensaba bien, a pesar de todos los problemas con los que cargaba el oji gris, se veía siempre así de tranquilo como está ahora dentro del carruaje, con esa molesta sonrisa en el rostro, como si todo estuviera perfectamente bien en su vida. Se fijó en el objeto que traía en mano, en su portada notó un inconfundible gráfico de una constelación. Heath pasó página tras página hasta que alzó la mirada.

───¿Te interesa? Es un libro sobre astrología. Nombres de las estrellas, constelaciones, cosas así, ¿quieres que te lo preste un rato?

───No, está bien así.

───Si tú lo dices ───dijo encogiéndose de hombros y volviendo a su lectura.

Efectivamente era el contenido del libro el que la hizo observar fijamente, en especial la portada, esa constelación que se mostraba.

Y aunque quisiera echarle un vistazo, no se lo pediría justamente a él, no deseaba que se enterara que no sabía leer por más probable que sea que ya conozca ese dato. Decirlo con su propia boca o demostrarlo mientras ojeaba el libro era como una derrota para la de cabellera roja por muy extraño que sonara, ya que la realidad es que a los caballeros no se les enseñaba algo si no estaba estrictamente relacionado a lo que Girikanan pedía, no deseaba quedar como tonta.

Es por esto que entre los caballeros especiales que conocía y conoció, solo dos eran capaces de leer y escribir. El primero, Acker, el actual capitán de su escuadrón, quien siempre se mostró interesado en los libros, de alguna forma logró que la bibliotecaria del castillo le enseñara. La segunda, Cecil, aunque nunca supo cómo ni por qué aprendió, realmente ella no necesitaba esa habilidad y nunca mostró interés o curiosidad por las letras.

La verdad era que aunque la mayor parte de la semana la pasaba anteriormente con la pelinegra y sus otros dos molestos compañeros: Elliot y Acker ella tenía poca información acerca de qué hacía Cecil en sus días libres o cuando la perdía de vista. No pensó que fuera necesario preguntar en ese entonces, ahora se arrepentía, debió de hacerlo. De eso estaba segura, así no tendría que tener solo un único nombre bajo sospecha.

───Casi me olvido. Aún no has escogido un alias ───habló Heath rompiendo el silencio que se formó.

───Te dije que no iría a ninguna de sus misiones o lo que sea que hagan cuando se disfrazan ───respondió Ale cruzándose de brazos.

───¿No te parece divertido?

───Creo que todavía no has entendido la razón por la que decidí apoyarte y unirme a ese grupito tuyo. Si lo hice, fue porque necesito respuestas y como bien dijiste alguna vez, para conseguirlas necesito sumar puntos.

───Puedes ser más directa, aquí nadie te castigará por ser insolente o expresarte como desees.

───Lo que quiero decir es que tú y yo no somos amigos, tampoco camaradas. Yo te estoy usando y tú me usas a mí. Si me mantengo cerca tuyo, es porque espero que cometas algún error para informarlo y que me ordenen matarte. Salvarte de la muerte es un favor grande y sé que me lo pagarás como corresponde. También podría pasarte información que se maneja dentro del castillo con tal que tú encuentres a quien busco. Ese es mi motivo, no hay necesidad de buenos tratos ni de amabilidad.

Y todo lo que dijo era cierto. Necesitaba encontrar a una persona que llevaba años desaparecida oficialmente y que estaba segura que formaba parte de los Espectros. La encontraría, le sacaría toda la información que tuviera y si era en lo más mínimo culpable por lo que le sucedió a Cecil, no dudaría en acabar con su pobre existencia de la forma más dolorosa posible.

A Ale le había dejado de importar lo que pensaran de ella si es que alguien descubría que actuaba de informante. No le interesaba si perdía la vida, si le bajaban de rango o la mandaban a las minas o las fronteras, ni siquiera el ganarse el odio de sus ahora compañeros de división, quienes fueron compañeros de Cecil. Si se enteraran, probablemente antes de que su majestad decidiera su futuro, Acker no sería capaz de detener que Elliot la matara por traicionarlos, por unirse a la organización que mató a su querida amiga y ex líder de división.

───Como quieras, pero en serio deberías elegir un alias, solo por si las dudas. No es tan difícil elegir, solo di la primera cosa que se te venga a la cabeza o yo inventaré uno por ti, ¿qué te parece la gruñona roja? ¿Rubí explosivo? ¿Reina de la ira? ───proponía mientras reía por la mala cara que ponía la paladín.

Ante las tontas elecciones del chico, N58 tenía la certeza de que era mejor elegir uno ella misma en los próximos segundos o si no sería conocida con un nombre digno de un idiota.

¿Qué le habría recomendado N126 si ella estuviera viva?

''Si no puedes localizar a la Osa Menor, puedes usar aquella constelación para ubicar el norte, su nombre es...''

───Casiopea, que sea ese.

───Perfecto. Siempre ha sido un gusto negociar contigo, Casiopea.










































Segundo capítulo publicado, yeii

Como podrán haber notado, al menos al principio de este fic, los caps no estarán cronológicamente ordenados. Por lo que recomiendo fijarse en las fechas 🤠 

En esta ocasión podemos leer acerca de las motivaciones de Ale, una paladín, su venganza y que se note cuánto detesta a Heath JAJAJAJ Pero, ¿podrá de verdad encontrar a quien busca y saciar su ira? Pues lo sabrán luego, especialmente la verdad detrás de la muerte de su querida amiga😔

Hasta luego!

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