Debo resaltar que me gustaría que avisarán de un error para poder editarlo jeje

Disfruten!

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-Otra vez...otra vez...,Bocón. Hiccup destruyó el quinto horno de la semana- En pleno atardecer, resonó en el lugar la fuerte voz del jefe de la aldea.

-Como olvidarlo, si yo estaba ahí- la frustración que presentaba no parecía afectar a su compañero rubio- por un segundo sentí que iría a Helheim para tener una cita con Loki-

-No entiendo la necesidad de ese niño por crear "inventos", que lo unico que hacen es destruir la poca paciencia que me queda-

-solo quiere ayudar...tú sabes que él no es como los otros chicos de su edad. Sólo quiere integrarse. Matar unas cuantas cosas...o a unas cuantas personas, pero a su modo-

- tiene 15!!...cuando yo tenía su edad...-

-hay, no de nuevo-

-Bocón!..cuando yo tenía su edad, mi padre me dijo que rompiera una roca con la cabeza..-

-no le decían Harry el loco?-

-..y yo no lo pensé, no. Cuando estuve frente a la roca le di un gran golpe con la cabeza y esta se resquebrajó...mi padre tenía razón- al ver la cara de cansancio de su amigo sólo lo ignoró y siguió adelante- cuándo le dije a Hiccup que golpeará una roca, me dio un discurso de por qué no era posible y construyó una especie de maquina rompe rocas que terminó rompiendo la roca y quemando, de alguna forma, toda la aldea-

-hay que darle credito....rompió la roca-

-Dragones!!!- exclamó uno de los vikingos vigilantes de la aldea, alertando al Jefe y a su compañero rubio.

***

Esta era su oportunidad. La oportunidad de encajar. Conseguir la aprobación de su padre y..tal vez conseguir una novia.

A sus 15 años, Hiccup ya era un experto con la forja, la manufactura, la cocina y la mecánica en general. Capaz de crear cualquier cosa que se le ocurriera. Un verdadero talento segun su "tío" Bocón, a la hora de ayudarle a equipar a la aldea entera, un verdadero dolor de cabeza, según su padre,...y una abominación para el resto de la aldea.

Podría decirse que Hiccup era un inventor adelantado a su época. Con una curiosidad competente con el mismísimo espíritu que entrega regalos en Snoggletog. Claro que sus inventos no eran del agrado de los demás. Entonces, ¿por qué seguir intentándolo? El lo tenía muy claro, queria demostrar que podía encajar. Lo sabía...sabía que su padre estaba decepcionado de como era él y eso que había intentado cambiar...solo que no funcionó como lo esperaba, por eso debía seguir insistiendo con lo que era bueno. No era fuerte. No era fiero. No era el mejor de los vikingos y eso incluso él lo notaba, pero quería seguir intentándolo.

Estaba claro que nunca iba a ser como los otros chicos de su edad. Astrid y los demás sólo piensan en matar cualquier cosa que se entrometiera en su camino. Ellos si eran guerreros de verdad. Pero era Astrid la que sobresalía de entre todos, la más cercana a matar un dragón, según comentarios de los más experimentados de la aldea...incluido su padre.

Y por eso...el gran último intento...el invento que lo arreglaría todo. Justo esta noche...con su nuevo invento, lograría lo que ningún otro vikingo se atrevería a pensar...cazar y matar un Furia Nocturna.

-Dragones!!- comenzó.....cubrió su creación hasta el momento exacto en el que pueda usarlo.

-Hiccup, a la herrería rápido...es luna llena!!!- Bocón le gritó a Hiccup y este solo asintió y corrió para situarse en su posición habitual, para entregar las armas a los guerreros que las necesiten- es el día muchacho...la luna presenciará una verdadera batalla-

Claro que él no se quedaría por siempre en un solo lugar. A la menor distracción de Bocón, Hiccup se escabulló entre los habitantes, que corrían de un lado a otro enfrentándose a las fieras bestias que destruían y quemaban todo a su paso.

Esquivando el peligro y la muerte inminente, como si fuera algo normal de cada día, el chico castaño se acercó a un pequeño risco junto con la máquina en la que ha estado trabajando, todos los días desde inició el año.

Mirando en dirección de la luna, que brillaba en todo su esplendor, esa noche, él apuntaba y rogaba por un blanco....solo una sombra...solo una señal...una oportunidad. Como si sus suplicas hubieran sido escuchadas, una sombra que surcaba los cielos nocturnos y que era difícilmente distinguido por la luz de la luna....un Furia Nocturna..o al menos eso parecía. Una bestia que se camufla con la oscuridad, eso era lo que dijo su padre.

-¿por qué no haces nada? rapido...rapido...muevete!!!- se gritaba a sí mismo ante el congelamiento que tuvo al apreciar la figura negra. Y su cuerpo reaccionó, jalando la palanca, que desprendió una especie de flecha, hacía su objetivo, el cual no se detenía.

Un sueño..parecia un sueño..-Le di....le di!!!!- pero y ahora qué hacía...¿cuál era el próximo movimiento?...estaba claro, no existía una continuación para su plan...no pensó que llegaría tan lejos.

Se obligó a sí mismo a reaccionar, por segunda vez en la noche, se levantó y corrió con todo lo que tenía a su hogar. La batalla ya había terminado..así que no creía realmente que su ausencia hubiera sido notada-piensa...piensa Hiccup-

Primero, no comentarlo con nadie. Segundo, obtener lo necesario para ir a buscar al dragón. Finalmente, tratar de no morir haciendolo. No debía decírselo a nadie...debía ser su logro, por eso no lo pensó dos veces antes de adentrarse en el bosque, oscuro por la noche.

***

Estaba aburrido...muy aburrido. había volado toda la noche persiguiendo a ese dragón tan negro como la noche, que al igual que los humanos no parecían verle absolutamente.

Debía seguir volando. Y es que, de alguna forma sentía que si seguía a ese dragón sus preguntas serían contestadas.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el choque del dragón contra él. Una especie de red lo terminó atrapando junto con el dragón negro. ¿Que sucedía?¿Cómo una simple red podia detenerlo a él, como un espíritu y al dragón, como una bestia increíblemente fuerte y temible?. No lo sabía.

Intentó zafarse, pero era inútil. Trató de congelar las cuerdas de hierro, pero no parecían ser afectadas por sus poderes ¿Qué clase de monstruo malvado pudo haber creado esto?

Cayendo estrepitosamente contra el suelo, chocando contra los arboles del lugar, derribándolos en el proceso, todo se volvió negro.