Como entrenar a tú dragón III

Un nuevo día se hacía presente sobre Berk y Hiccup había despertado con más energía que nunca, tal vez por el hecho de haber obtenido avances con Toothless. Si, hací decidió llamarlo desde ese momento.

El espíritu del invierno no había aparecido en toda la noche, eso le preocupaba al menor. Sin embargo, confiaba en que Jack sea lo suficientemente capaz de sobrevivir solo.

-Hiccup!-

-Bocón, estoy desayunando-

-Si lo noté, pero tengo que decirte algo muchacho-

-emm qué?-

-Cuando te cayó la bola de fuego de ese Gronckle....¿viste duendes?-

-no lo creo...-

La cara del castaño solo expresó sorpresa. Que Bocón, luego de esa corta respuesta, se fuera tan rápido como llegó también era de extrañeza para el menor.

Luego del desayuno y esa corta charla extraña. Hiccup se dirigía nuevamente al campo de entrenamiento. Tendría que tener más cuidado, ya que Jack no estaba para protegerlo esta vez.

-Estas pensando en mi pequitas?-

Había aparecido atrás del castaños de forma furtiva haciendolo caer sobre su trasero y esto último fue motivo para provocar risas al albino.

-Jack!...a dónde te habias ido? Me tenías preocupado-

El albino se sonrojo ante el comentario del menor, solo esas palabras causaban en él, un mar de emociones. Claro que no le daría la satisfacción a Hiccup y simplemente volteó la cara.

-A sí qué te preocupas por mi...-

-Claro que lo hago...eres mi amigo. A todo esto, ¿dónde has estado?-

"Amigos" esa palabra antes era suficiente para alegrar todo su día. Sin embargo, ahora era un especie de ácido que corroe su estomago

-Bueno..recuerdas que te dije que podía entender lo que decía el dragón?-

-Toothless-

-Qué?-

-Su nombre es Toothless, lo estuve pensando toda la noche-

-Está bien....estaba hablando con Toothless, ya sabes lo normal-

-qué? Estabas con él y sin mi-

Lo miró de forma acusadora y el mayor solo pudo soltar una sonrisa inocente.

-Solo quería saber por qué no te atacaba cuando tenía oportunidad-

-amm y qué te dijo?-

-nada importante....que eres una buena persona-

-eso...debo agradecerle, supongo-

Siguió, nuevamente, su camino hasta la zona de entrenamiento seguido por Jack quien caminaba junto a él.

-Hicc..-

-Dime-

-tú eres especial para mi-

Dicho esto se alejó volando muy rápido. Él castaño sorprendido por ese comentario tan fuera de lugar solo sonrió y continuo su camino. Decidió que si no lo mataban en el entrenamiento sería un buen día.

***

-Preparence niños para conocer al gran Cremallerus-

La voz estruendosa de Bocón inundaba todo el campo de entrenamiento aturdiendo a cualquiera que tuviera oídos sensibles.

Hiccup estaba midiendo sus opciones. Probablemente Jack este presente así que no había problema si se arriesgaba un poco; sin embargo, él sabía que no podía dejar todo siempre en las manos del albino.

Las puertas se abrían y poco a poco un humo aparentemente tóxico inundaba la arena. Todos estaban proporcionados con cubetas. Esta vez, el reto era encontrar la cabeza del dragón que exalara la chispa, el cual si no lo detendrían usaría el gas como detonador. Cabe recalcar que los primeros en la fila eran Astrid y Snotlout. Quienes, aparentemente, eran los más calificados para acabar rápido con esto. Al menos esto pensaba Hiccup; sin embargo ambos mojaron la cabeza equivocada. Saber esto fue sencillo gracias a que una cabeza tiro a astrid contra la pared y la otra, a la que se suponía debían mojar, le mordió el trasero a Snotlout.

Los gemelos sufrieron el mismo destino al intentarlo, pero fue más por descoordinación que por otra cosa. Finalmente, solo quedaba Hiccup, debido a la renuncia del cerebrito del grupo.

-Supongo que solo quedo yo...dioses-

El dragón se acercó acechante entre la neblina. Una cabeza exhalaba el gas y la otra amenazaba con encenderla. Hiccup repasó todo lo que aprendió en su trato con Toothless. "Los dragones no atacan primero". Frente a su conclusión tiró el balde con agua al suelo, en señal de que no dañaría al dragón delante suyo. Este al dejo de prender chispas y observó curioso al joven. El gas lo cubría, ni siquiera Jack, que se encontraba espectante afuera de la jaula de hierro, sabía lo que estaba pasando.

-Creeme no soy como ellos....no te haré daño-

El castaño había alzado la mano de forma lenta y calmada, para tratar de calmar al dragón. El Cremallerus solo retrocedía ante el humano, debido a que no sabia actuar frente a esta nueva situación. Los ojos sinceros del chico le hacían dudar y sin que ninguno se diera cuenta el dragón había entrado voluntariamente en la jaula y esta por manos de Bocón se cerró al instante.

-Nunca había visto semejante intimidación hacía esas bestias desde que tu padre era joven ja!-

Hiccup no se había percatado cuando toda la niebla se había disipado. Todos lo miraban asombrados y él simplemente se puso nervioso.

-Wow él es mejor que tú, Astrid-

Se escuchó de parte de uno de los gemelos. La nombrada solo se limitó a mirar con sospecha al castaño. Este, sin embargo, estaba preocupado por lo que pasaría luego.

-Emn eso es todo?...se me hace tarde para..-

-Para qué? ¿Tarde, para qué?-

Astrid estaba furiosa, o al menos esto era lo que percibía Hiccup. Una pequeña e inesperada ventisca, apareció de repente en medio de ambos jóvenes, dando la oportunidad para que Jack se llevara cargando a Hiccup lejos del lugar.

***

Ya había pasado una semana desde el incidente con el Cremallerus. Hiccup demostró tener habilidad para "dominar" a los dragones, según Bocón. Sin embargo, toda la fama que se le estaba atribuyendo solo lo molestaba, ya que no pretendía ser el que matara al Pesadilla Monstruosa. Dragón que, hasta ese momento, yacía encerrado dentro de las jaulas subterráneas del área de entrenamiento.

La amistad que había formado con Toothless mejoraba a cada paso del tiempo. Resultó que este tenía un ala rota y solo necesitaba de un buen tratamiento y soldadura para que los huesos del imponente dragón se regeneren, pero una vez curado decidió quedarse con el castaño. Este no desaprovecharía para obtener toda la información posible sobre los dragones.

Demostrarle a su pueblo que estaban equivocados sobre esas maravillosas criaturas se convirtió en una misión personal para Hiccup.

La situación con Jack era distinta, él y Hiccup fueron descubriendo poco a poco que no podían estar separados. Jack dependía de la presencia del menor, en cierta forma era adicto a estar con él, demostrándolo en sus peleas ocasionales con Toothless por la atención del castaño.

-Mi padre regresa mañana, si la situación se mantiene igual tendré que enfrentarme al dragón...y probablemente esté obligado a matarlo delante de toda la aldea-

-Estoy seguro de que el gran amo de dragones podrá con él-

-No era eso a lo que me refería...¿quién te dio permiso de usar mi nombre de celebridad?-

La sonrisa de Hiccup era una de las cosas que Jack amaba y estaba dispuesto en decirle al castaño lo que sentía realmente; sin embargo, la duda con respecto a su vida como Jackson le dificultaba dar el siguiente paso.

El hombre misterioso, Tot, no había vuelto a aparecer delante de ellos, tal vez indicando que su presencia no era tan importante. O al menos eso era lo que pensaba Jack.

-Jack...si me eligen para matar al dragón....quiero que huyamos juntos-

-huir?-

-si, lejos de aquí.. a un lugar dónde no nos conozca nadie, nos iremos los tres-

Acarició la cabeza de su dragón, que estaba acostado cerca de su regazo. Jack solo lo observó dudoso.

-qué hay de tú familia, de tu padre?-

-eres la única familia que necesito-

Hiccup apoyó su cabeza sobre el hombro del espíritu y este correspondió abrasándolo por la cintura. Jack no podía ocultarlo, se había enamorado del menor y haría todo lo que estuviera en sus manos para que este sea feliz.

-Bien entonces nos iremos-

La cara de Hiccup se iluminó. Una vida con Jack no se le hacía una mala idea, sino todo lo contrario. Buscaría su propio camino al lado de los dos únicos seres que lo han aceptado, con sus locuras y torpezas y dejaría atrás a la gente que le había rechazado desde su nacimiento.

-Así que aquí te ocultabas todo este tiempo, Hiccup-

Ambos voltearon completamente sorprendidos, mientras que Toothless gruñía amenazante ante la nueva presencia. A espaldas una mirada azulada observaba desaprobatoriamente al castaño y pasaba su vista por una imagen borrosa en el aire que no lograba identificar.

Hiccup sabía que esto significaba peligro, Astrid era la última persona a la que quería mostrar a Toothless o a Jack. Ella hablaría, matarían a Toothless y él perdería parte de lo que amaba.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top