Cenizas I
Advertencia: fin del arco introductorio.
***
-Ya sueltame!...no!-
La rubia melena de la joven vikinga caía sobre su cara de forma descuidada. Con un cara llena de terror dirigió sus ojos hacía arriba. El dragón, negro como la noche, la tenía sugetada de con sus fauces mientras le amenazaba con hacerla caer del precipicio dónde la tenia cautiva.
-Por Odin...no..ah!... no!-
-Tranquila no te hará nada-
-Hiccup tú...y tu lagarto gigante están muertos...sueltenme!!-
-No puedo hacer eso, si te suelto le dirás a todos y Toothless estará en peligro-
-Él estará en peligro?....muy bien te has vuelto loco, solo sueltame!-
Por todo el pánico expresado por la rubia Hiccup no sabía que hacer....no pudo matar un dragón, por lo que deshacerse de Astrid no sería una opción.
-¿Hicc ahora qué hacemos? ¿Quieres que la lleve al polo norte con los pingüinos?-
-¿Qué es un pingüino? No espera eso no....emmn sabes, no podemos deshacernos de ella, tenemos que convencerla de que Toothless es bueno-
-¿Y ahora con quien rayos estas hablando? Muy bien lo confirmo estas demente!-
-Ya me harte-
Jack arrebató a Astrid de las garras de Toothless y se la llevó volando por encima de las nubes. El dragón miro de reojo a su jinete un poco arrepentido por perder a su rehén.
-Bien amigo, tenemos que alcanzarlos-
Ante la orden de Hiccup, el dragón extendió sus alas y se impulsó en busca del espíritu. Al llegar observaron como Jack tenia a Astrid solo sostenida de su cayado y está se veía con una cara de pánico al no saber que es lo que la mantenía en el aire.
-Jack! ¿Qué crees que haces?-
-Necesitábamos más altura, tú dragón no era muy convincente-
-Qué?...¿Jack?-
La rubia alzo la cabeza hacia arriba y la imagen borrosa que había percibido desde hace un tiempo al lado del pecoso se fue aclarando y transformando en un joven de blanca cabellera y ojos azules.
-Ahhhh!!!-
-Hicc parece que puede verme-
-Oh si eso es genial....ahora si estamos muertos-
-¿Quién eres tú?¿Hiccup quién es él?-
-Te prometo contarte todo, solo si te calmas y no huyes o tratas de lastimar a Toothless...o a Jack-
Astrid se tranquilizó al observar su clara desventaja y asintió con los ojos fijos en el castaño.
-Bien Jack nos vamos al suelo-
...
-¿Entonces...los derribaste, y obtuviste un dragón mascota y un novio?-
Cruzada de brazos y con una mirada seria. La joven vikinga observaba sentada a los tres seres delante suyo como si fueran lo más extraño que haya visto en el mundo.
-Si exactamente-
Agregó Jack con algo de orgullo provocando un sonrojo fuerte en la cara del castaño.
-No, no..eso no es cierto...bueno una parte si pero..pero-
Hiccup empezó a balbucear nervioso. Tal vez por el hecho de que la rubia los miraba amenazante o porque Jack no negó lo de ser más que simples amigos.
-Bien, guardaré tu secreto-
-que?-
Esta fue una pregunta masiva tanto de Hiccup y Jack, como de Toothless que pareciese recién haberse percatado de que es lo que está ocurriendo.
-creeme me deberás muchas cosas....además tu dragón podía comerme cuando quisiera y no lo hizo, supongo que no es tan peligroso como dicen-
-Con tal de que no abras la boca-
-jack!-
Hiccup reprendió al albino dándole un pequeño golpe con el codo.
Mientras Jack se quedaba con Toothless para hacerlo volver a su escondite. Hiccup y Astrid volvían a pie hacía la aldea.
-¿Hiccup que harás? Si te nombran para matar al dragón, no tendrás otra opción-
-Emnm si respecto a eso....huiré-
-¿huirás? Piensas escapar...de todo: tu legado y tu Padre. Tu ibas a ser el siguiente jefe de la aldea, no puedes irte así. No puedo creer que seas tan egoísta para..-
-¿Egoísta? Egoísta con un padre que me recuerda cada día que está decepcionado de mí, que no quería un enclenque como hijo. Con un pueblo que me aborrece por ser como soy. Si, no siento ningún resentimiento real por aquellos que no me valoran. Jack confió en mi...está siempre de mi lado y Toothless vale más como humano que cualquiera que viva en está aldea. Creo que entiendes de lo que hablo-
Adtrid se quedó callada y asombrada ¿Desde cuándo Hiccup tiene tanto valor y rencor? En cierto modo reflexionó sobre lo que dijo el castaño. No fue justa con él, muchas veces. Nadie lo fue. Ser diferente no era una opción en Berk, tal vez el castaño tenía una buena razón para su decisión.
Al llegar ambos a Berk pudieron notar que los vikingos estaban alterados. Todos estaban corriendo de un lugar a otro, Bocón estaba alistando armas en una bodega portátil. Astrid y Hiccup miraron al cielo, pero no había dragones ¿Qué estaba pasando?
-Chicos que hacen ahí parados, rápido debemos ayudar-
-¿Bocón que está pasando?-
-Tú padre encontró el nido del dragón, están pidiendo refuerzos...él está malherido-
'Oh no..no,no,no' pensó el castaño. Horrorizado por la imagen mental de su padre en el piso sangrando. No podía quedarse ahí parado, no mientras todos morían....¿Huir?¿Dejar todo atrás? No podía hacerlo. Pese a sus palabras anteriores no podía dejar morir gente inocente, por más vikingos que fueran.
Corriendo por el bosque, mientras se hundía en sus pensamientos y miedo, a lo lejos unos ojos viejos lo observaban. El tiempo se detenía y el bosque se extendía hasta casi parecer infinito.
-Joven Horrendous Haddok-
Deteniéndose en la penumbra, sin aliento por haber corrido en aquel bosque, aparentemente interminable, observó al dueño de la voz que lo llamaba por su nombre.
-Usted es Tot, ¿verdad?-
-Necesitamos hablar...le quiero proponer una oferta para el porvenir-
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