Epílogo
Los aplausos no se hicieron esperar luego que Kyungsoo finalizara su discurso y este sonriera levemente haciendo una reverencia a la audiencia, encontrándose entre ellos, militares de los más altos rangos, algunos políticos del Ministerio de Defensa, y en los puestos de honor, los tripulantes del hoy extinto Proyecto Exo'rdium, en cabeza del General Lee; además de otros miembros que contribuyeron con el Proyecto. Todos ellos estuvieron atentos a sus palabras.
JongIn, con los ojos brillantes, producto de las lágrimas que atentaban en salir, fue el primero en ponerse de pie, aplaudiendo, cual novio orgulloso. Cuando sus miradas se encontraron, la sonrisa de Kyungsoo se extendió y sus mejillas se ruborizaron; como un reflejo de sus propias emociones. Percibió un par de miradas que le juzgaban por parte de los oficiales más conservadores de la Base, pero a él ya no le importaba las apariencias; quería vivir con libertad.
Oficialmente Kyungsoo y JongIn ya no pertenecían a las Fuerzas Aéreas de Corea; de ahora en adelante, disfrutarían de su jubilación temprana. Se retiraban con todos los honores, en un pequeño acto incluido dentro de la Gran ceremonia en homenaje a la dedicación y desempeño de los 9 protagonistas del Proyecto Exo'rdium, en un acto militar que resaltaba su coraje y tenacidad.
Fue una ceremonia al aire libre, en la cual, su pareja estuvo encargado de dar el discurso de cierre, tocando temas sobre la adversidad y sentirse desorientado, aunque siendo capaces de ir más lejos, con mentes tenaces, y lo más importante, recordando quienes éramos para brillar con luz propia. También fue una forma de cerrar con broche de oro su carrera militar.
Su discurso había tocado fibras sensibles, a JongIn aún se le erizaba la piel al escucharlo, desde la primera vez que Kyungsoo le compartió su primer avance, y luego en los ensayos finales cuando él era su único espectador. Su novio se sentía bastante nervioso al hablar ante una audiencia, JongIn lo había animado, dándole la confianza que necesitaba para ese día. Y hoy, al verlo detrás del pódium, sabía que lo había logrado con éxito. Sus palabras compartidas dejarían una huella imborrable en la Base Militar, a la que siempre habían pertenecido.
JongIn sonrió gustoso cuando su pareja regresó para sentarse su lado, tomó su mano, dándole un apretón, indicándole en aquel gesto que lo había hecho bien. JongIn observó el rostro de Kyungsoo que seguía enrojecido.
Suspiró encantado, amaba a Kyungsoo y él le traía tanta felicidad, que no podía contenerse, no podía pretender que Kyungsoo no lo afectaba en la manera que lo hacía, y estaba bien con eso. Aunque a veces, le era aún difícil salir de los esquemas que por tantos años había forjado, como una especie de escudo a su alrededor.
Su padre había sido Cabo Primero y antes de eso, su abuelo fue Teniente en la guerra de Corea; por ende, JongIn fue inculcado desde pequeño a seguir con ese linaje familiar. Nunca pensó que podía dedicarse a otra cosa, tan solo buscaba la aprobación de su padre y cuando por fin la consiguió, perdió algo mucho más valioso: su identidad.
Ocho meses atrás, con Kyungsoo, habían retomado su relación o ¿iniciado correctamente? Solo eran ellos dos, sin perturbaciones, ni cuerpos luminosos que alteraran su psiquis. Sí, al comienzo fue incómodo, no lo podía negar, especialmente porque aún sentía ciertos vacíos dejados por K41, con quien estaría eternamente agradecido por salvarlo, por permitirle ser él con todos sus colores, gamas y matices.
Definitivamente, había sido difícil para JongIn romper la máscara de frialdad e indiferencia, de finalmente aceptar sus sentimientos por Kyungsoo, aquellos que por tanto tiempo había rechazado, y que lo impulsaron a actuar como un completo imbécil. Le debía a aquel cuerpo luminoso, no solo el haberle sanado sus heridas físicas, sino, de haber desaparecido las barreras de su mente y ser libre, sin culpas que no le correspondía cargar, sin sentirse mal por finalmente expresar su verdadero ser; de amar a Kyungsoo sin ataduras.
También le agradecía a su pareja, quien, durante esos momentos complejos, fue comprensible y le dio el tiempo que necesitaba para adaptarse y recuperarse. Debido a eso, su relación solo se hizo más fuerte.
—¿Realmente estuve bien? —Kyungsoo le preguntó luego de finalizada la ceremonia, cuando el público empezaba a dispersarse. Había un rastro de incertidumbre en su voz.
JongIn sonrió tiernamente, su novio sin proponérselo, era adorable, especialmente cuando usaba su boina militar, complementando el traje militar ceremonial con todas sus insignias.
—Por supuesto, cariño. Lo hiciste muy bien, estoy orgullosos de ti. Creo que vi al General Lee derramando un par de lágrimas. —Finalizó intentando mantener su rostro serio.
En seguida, su novio rio ante su estúpida broma. Todos sabían que el General Lee era en realidad un robot... o eso decían los rumores.
—Tonto —Kyungsoo siguió riendo, empujándolo suavemente.
JongIn se acercó a su novio tomando sus mejillas entre sus manos, antes de robarle un pequeño beso, aun cuando había un par de ojos que parecían retarles.
Era la primera vez que tenían una muestra de afecto en público, siendo esta bastante pequeña. Y la piscina no contaba, porque regularmente solo estaban ellos dos y a JongIn le encantaba estar allí junto a su novio, nadando entre besos y caricias.
Kyungsoo lucía tímido, casi avergonzado, haciéndolo dudar si tal vez se había pasado.
—Supongo que está bien —susurró para sí mismo.
En seguida, Kyungsoo enrolló sus brazos sobre su cuello, acercando sus labios. JongIn no demoró en corresponder, llevó sus manos hacia la cintura de su pareja y se besaron de manera tan apasionada, que se sintió mareado por un instante. No pasó desapercibido para JongIn, el par de jadeos de personas que nunca aceptarían su relación; pero eso ya no le importaba.
—Te ves tan condenadamente caliente en ese uniforme —comentó Kyungsoo.
Su mirada oscura cargada de lujuria sobre él, le hicieron sonrojar.
—¡Yah! No digas esas cosas —JongIn alzó la voz sintiéndose avergonzado.
Kyungsoo siempre era el más directo y a veces, como en ese momento, le hacía sentir tímido.
Aunque su humor se vio seriamente afectado, cuando vio a unos metros de allí, dos rostros iguales, riendo entre ellos. Los dos vestían con prendas similares, no podía saber quién era quién.
—JongIn, no —Kyungsoo leyendo sus intenciones, le advirtió.
El más bajo, también los había visto, y aunque no lo admitiera, a él también le molestaba que Oh Sehun, el infame exnovio, estuviera allí.
Mantuvieron sus miradas unidas hasta que Kyungsoo cedió, encogiéndose de hombros.
—Está bien —suspiró—, haz lo que quieras con ellos. Yo estaré por allí. Si te metes en problemas, diré que no te conozco —advirtió con una sonrisa burlona.
—Y por eso te amo. —Dejó un beso corto sobre sus regordetes labios, antes de dirigirse donde estaban los hermanos Oh.
—¿Quién de ustedes es Oh Sehun? —preguntó con un dejo de irritación al acercarse al dúo.
Los gemelos Oh palidecieron, mirándose entre ellos. En otra situación hubiese sido cómico. Pero esta vez JongIn necesitaba específicamente a uno de ellos, aunque era consciente que el nombrado ya había recibido una paliza hacía más de un año, pero esta vez era diferente.
En seguida los dos se señalaron entre ellos.
—Es él —respondieron al unísono.
JongIn rodó los ojos, no tenía paciencia para estúpidos juegos de gemelos.
—Bueno, qué importa.
JongIn les propinó simultáneamente, un par de contundentes golpes en su vientre bajo con sus manos en puño. Los dos jadearon, inclinando sus cuerpos para proteger la zona afectada hasta terminar quejumbrosos en el prado.
—Esto es por lo del laxante y ¡por engañar a Kyungsoo! —masculló contundente mirando al par.
Aún le molestaba que Oh Sehun hubiese engañado a su amado. Le había irritado bastante cuando se enteró de esa relación.
Se alegró de ya no pertenecer a una base militar, de lo contrario, lo que acababa de hacer lo metería en serios problemas.
—Supongo que nos lo merecemos, compañero —indicó uno de ellos con su pulgar en alto, aún retorciéndose del dolor.
—Ya no soy tu compañero, idiota—respondió secamente a quien parecía ser Sehan.
—El cabello azul no te quedaba —opinó el otro hermano entre jadeos. Supuso que era Sehun.
—¡Kim JongIn! Necesitamos hablar.
El nombrado tembló al escuchar esa voz detrás de él.
—General Lee, perdón por no saludarle como corresponde —expresó Sehan todavía en el suelo. Al menos ya no se quejaba.
—Soldado Oh —bufó el General Lee negando con la cabeza—, no me haga dudar de usted, aún hay gente aquí. Qué pensarán al verlo en esta situación tan bochornosa. Póngase de pie, que apenas fue un golpe —ordenó sin una pizca de piedad—. Ah, y dónde dejó su uniforme.
—Y usted Oh Sehun, no se supone que no debe estar aquí, qué no fue una de las cláusulas del trato —inquirió severamente.
El gemelo pasó de una expresión de dolor a una de terror, e inmediatamente se puso de pie.
—Ge-geneal, perdón yo ya me iba. Adiós hermanito.
—General Lee —JongIn hizo una reverencia cuando solo quedaron ellos dos.
Era extraño verlo sonreír, pensó.
—Ven, vamos a caminar, he querido hablar contigo.
La caminata los llevó hacia uno de los jardines internos. Lo recordaba muy bien, fue allí donde se encontró con Kyungsoo ¡dos veces!
—En estos últimos meses te he visto realmente feliz, como nunca —comentó.
JongIn asintió de acuerdo con sus palabras. Se sentía más tranquilo, ya no había más conflictos en su mente.
—Así es, nunca me he sentido mejor —expresó con su vista en una mariposa azul que revoloteaba entre las flores blancas del jardín.
—Me alegra escucharlo. Tu padre estaría muy orgulloso de ti.
—¿General? —La sorpresa fue evidente en su voz temblorosa.
No esperaba escuchar, las palabras «padre» y «orgullo» en la misma oración.
—Tu padre —continuó— solía hablar tanto de ti. De lo especial que eras. Sé que nunca quisiste esto, JongIn. —Esta vez su mirada se posó sobre él.
Pestañeó repetidamente, escuchando lo que tenía por decirle. Jamás esperó que ellos se conocieran, su padre y el General Lee; y mucho menos que el mayor notara que no estaba cómodo en un lugar como ese. Todo este tiempo había pensado que nadie lo notaría.
—¿Fueron amigos? N-nunca lo supe —expresó desconcertado.
El mayor asintió con una leve sonrisa.
—La última vez que hablamos, estaba preocupado por ti —agregó. Su expresión cargada de tristeza—, él ya no te veía feliz, sabía que algo te estaba pasando.
—Yo no lo sabía —susurró negando con la cabeza—. ¿Mi padre hablaba de mí? Nunca lo mencionó. No sabía que-.
Su padre nunca fue una figura afectuosa, jamás le escuchó decir un halago dirigido a él. Cuando fue aceptado en las Fuerzas Aéreas, su padre posó una mano sobre su hombro y eso fue todo lo que obtuvo. Por lo que escuchar esto, realmente no sabía qué pensar.
—Nunca tuvo la oportunidad de hablarlo contigo —continuó—. Él quería hacerlo.
JongIn no tuvo palabras, aún recordaba la última vez que vio a su padre, durante su segundo año de carrera militar.
—Así que vive feliz, JongIn. Es lo que tu padre hubiese querido.
—Gracias General —dijo bastante emotivo.
El mayor sonrió brevemente.
JongIn se puso de pie, inclinándose en agradecimiento ante él.
—No hay de qué, hijo. Ve y regresa con tu compañero de vida.
☄🌟☄🌟☄
JongIn regresó donde había sido la ceremonia, sintiéndose mucho mejor tras hablar con el General.
Encontró a su pareja riendo animadamente junto a Yixing y Junmyeon, era bueno que este último ya hubiese dejado las muletas atrás. Había sido una recuperación lenta para que su antiguo compañero de tripulación, volviera a caminar; por suerte, había contado con Yixing, quien parece ser su sombra.
—Oh, qué bueno que regresas —dijo Kyungsoo sonriendo aliviado al verlo llegar—. No te metiste en problemas, ¿verdad? —preguntó mirando a su alrededor.
—No, solo que el General Lee estaba algo sensible —contestó sonriendo, restándole importancia al asunto.
Kyungsoo lo miró por unos segundos, de seguro comprendiendo que había algo más allí.
—Hiciste bien hace un rato. Oh Sehan nunca me ha agradado —comentó Yixing poniendo mala cara al mencionar aquel nombre.
A lo que Junmyeon a su lado, rio disimuladamente tapando su boca. El extranjero lo miró en busca de alguna explicación.
—Sehan no es el muchacho inmaduro que ustedes conocieron —justificó mirando de JongIn a Kyungsoo—, ha cambiado... un poco —agregó con duda al final.
—Y ahora lo defiendes —masculló Zhang quien negaba con la cabeza gacha.
Junmyeon rio con más gana, ante la reacción arisca de Yixing. En tanto JongIn y Kyungsoo se observaban con miradas conocedoras, a cerca de la relación de ellos.
—Por cierto, es bueno verte caminando —comentó JongIn a fin de ahuyentar aquella atmósfera incómoda.
De inmediato, Junmyeon sonrió y le dedicó una pequeña mirada a Yixing, la cual no pasó desapercibida para JongIn confirmando su sospecha.
—Sí, bueno, he tenido bastante apoyo. —Las mejillas de Junmyeon se ruborizaron al hablar.
—¡Y nos alegramos mucho, hyung!
Prácticamente Sehan apareció de la nada, apoyándose en los hombros de Junmyeon, e ignorando la mirada de JongIn, y en especial la de Yixing, que parecía ya matarlo.
—Oh Sehan, qué te he dicho de tu comportamiento —reprendió Junmyeon como una madre.
A lo que el mencionado bajó la mirada.
—Perdón —expresó cabizbajo—. Yo le debo una disculpa a JongIn, por haberle dado un laxante y no un medicamento para el dolor de estómago. Era joven e irresponsable —indicó con una expresión demasiado dolida, al punto de la exageración.
—Está bien —aceptó JongIn de mala gana con un apretón de manos.
—Y ¿Kyungsoo? —Sehan parecía bastante temeroso al dirigirse a su pareja—. Lamento lo que hizo Sehun. Yo debí haberlo detenido. Era joven e irresponsable —negó nuevamente.
—Está bien, Sehan. Solo intenta no aparecer tu cara frente a mí. No es personal —agregó lo último con una pequeña sonrisa de superioridad.
JongIn rodeó con sus brazos la cintura de Kyungsoo, sintiéndose dichoso.
—Y ahora que ya se han retirado ¿A qué se van a dedicar? —preguntó curioso Junmyeon, luego que todos quedaron callados.
JongIn y Kyungsoo compartieron una mirada cómplice.
—No lo sabemos aún —dijo su novio—. Ya lo descifraremos.
—Por lo pronto, vamos a tomar unas merecidas vacaciones —informó JongIn bastante animado.
—¿Al caribe? —preguntó Yixing.
Estaban por responderle, cuando alguien más habló en su lugar:
—Me alegra que no se hayan ido.
El General Lee apareció, junto a Minseok, Chanyeol y Baekhyun. En seguida los presentes, saludaron al mayor y los tripulantes que aparecieron en escena.
—Quisiera una foto final de ustedes nueve, para tenerla de recuerdo —dijo con su voz quebrada.
Fue allí cuando todos cayeron en cuenta que, en efecto, el siempre impasible General Lee estaba algo sensible.
Por supuesto se tomaron más de una foto juntos, también con el General Lee.
Sería el último recuerdo de lo que fue el Proyecto Exo'rdium y lo que este implicaba, a cerca de una quinta dimensión, en la que ellos tan solo conocieron una parte muy pequeña de esa basta nebulosa negra.
«¿Habría más misterios dentro de la quinta dimensión?»
JongIn no lo dudaba, pero no le correspondía ni a él, ni a sus antiguos compañeros, develar lo que había allí. Suficiente con lo que ellos mismos presenciaron.
☄🌟☄🌟☄
Cielos azules, arena dorada y un sol radiante, así los recibía ¡Hawaii! JongIn suspiró con la agradable vista del mar, desde el balcón de la habitación de hotel.
Dio media vuelta y encontró a Kyungsoo que aún dormía con solo ropa interior. Realmente era una pena que lo primero que habían hecho al llegar, hubiese sido dirigirse a la habitación para tomar una ducha y descansar, reponiéndose del jetlag; aunque esto era más para Kyungsoo, ya que no había dormido en todo lo que duró el viaje en avión.
JongIn estaba demasiado emocionado de estar en un lugar que parecía el paraíso. Aunque cualquier lugar era el cielo si estaba Kyungsoo. Soltó una pequeña risa, a veces se sorprendía por lo cursi que podía llegar a ser.
Sin tiempo que perder, JongIn se sentó casi al filo de la cama, de allí tomó delicadamente el pie derecho de Kyungsoo y empezó a repartir pequeños besos sobre su aún pálida piel. Fue ascendiendo lentamente sobre su cuerpo, así como la intensidad de sus besos fue aumentando. Cuando estuvo acariciando la piel por encima de su rodilla, fue cuando Kyungsoo empezó a quejarse entre sueños, a punto de despertar.
JongIn tuvo una mejor idea, sonrió perversamente, antes de tomar entre sus dientes, una pequeña porción de piel de sus muslos internos, y succionarla con sus labios. Escuchó un pequeño gemido, y volvió a repetir la acción en su muslo izquierdo. Barrió con su lengua la piel donde dejó su huella, y finalmente Kyungsoo despertó.
—Mmmh JongIn —dijo con voz ronca.
Lo que causó estragos en el interior de JongIn, haciendo que los movimientos con sus labios y lengua fueran más erráticos, marcando la piel cerca de su pene semierecto. Su pareja volvió a jadear elevando sus caderas en un movimiento, mientras que su mano derecha, se posaba sobre su nuca, dirigiéndolo hacia donde ambos querían.
JongIn aspiró el aroma de Kyungsoo sobre la tela, molestándolo solo un poco. En seguida, muy lentamente, le quitó la única prenda que lo separaba de su próximo festín.
Saboreó a su pareja, enredando su lengua sobre su grueso falo, deleitándose al tenerlo dentro de su boca. Ahuecó sus mejillas sobre su miembro, y en reacción, las caderas de Kyungsoo se movieron en arbitrarias estocadas; lo que le dificultó mantenerlo dentro de su boca.
Suavemente se alejó de su pene llevando sus manos sobre este. JongIn podía correrse allí mismo, con solo ver a su pareja con ojos cerrados, mejillas sonrosadas, y sus regordetes labios más rojos que nunca.
JongIn acercó sus labios sobre los de Kyungsoo, en un beso profundo sin nada de delicadezas. El de piel nívea lo besaba con fuerza, hasta dominar el beso por completo.
No quería que Kyungsoo se corriera en ese momento, así que de mala gana, debió alejar sus manos de su miembro, hasta llevarlas sobre su trasero, tomándolo con sus manos extendidas.
Kyungsoo decía su nombre entre respiraciones entrecortadas, mientras preparaba su ano. Cuando creyó que era suficiente, JongIn, se introdujo dentro de su amado, abriéndose paso entre las estrechas paredes.
Cuando el momento fue el adecuado, empezó a embestirlo con fuerza, como le pedía Kyungsoo. No se hizo rogar. Lo amaba demasiado.
Los dos alcanzaron el clímax con diferencia de segundos.
—Te amo, JongIn. Realmente te amo —dijo Kyungsoo agotado antes que sus ojos se cerraran.
—Yo también te amo, cariño —añadió con un beso sobre su hombro.
En seguida, él también se sintió cansado. Y se durmió, escuchando a lo lejos, el sonido de las olas del mar.
En la noche, decidieron hacer un picnic en la playa, para pasar un momento tranquilo. Disfrutaron de una comida ligera en medio de risas y discutiendo sus planes a futuro, ya que Kyungsoo deseaba ser escritor, mientras que JongIn quería ser agricultor.
Cuando los dos parecían ya cansados, permanecieron en silencio, refugiándose en el calor que emanaban sus cuerpos al estar juntos. JongIn admiraba el cielo nocturno lleno de estrellas y satélites. Tantas cosas que desconocían allá arriba en el universo, como estrellas en el firmamento, pensó. En eso, vio 6 estrellas que juntas formaban un hexágono en el cielo, lo que le llevó a un sinfín de recuerdos, algunos no del todo desagradables y otros, que desearía olvidar sobre esas 6 luces de una dimensión diferente.
Había algo que siempre aparecía en su mente cuando los recordaba. ¿En dónde estarán ahora? K41 quería ser humano, se preguntaba si algún día lo haría, tal vez no en este mundo.
—¿Estás pensando en ellos? —preguntó Kyungsoo observándolo detenidamente. Su pareja se encontraba sentado sobre su regazo.
—Lo hacía —dijo tranquilamente—. ¿Crees que alguna vez K41 llegue a ser humano?
Kyungsoo pareció sorprendido ante su respuesta.
—¿Quieres mi respuesta más sincera? —preguntó. A lo que JongIn asintió. —No lo creo —negó con una expresión bastante seria.
Le tomó un par de segundos retomar la palabra, en los que JongIn consideró aquella posibilidad, en la que K41 nunca sería humano.
—Pienso que ellos tienen un rol especial en este caótico universo. Son cuerpos de luz —explicó serenamente—. Es más probable que nosotros evolucionemos hasta convertirnos en luz y ascendamos a una quinta dimensión, que ellos en algún momento sean humanos —Kyungsoo lo miraba comprensivo mientras acariciaba gentilmente su mejilla.
El más bajo terminó besando sus labios en un gesto dulce que JongIn apreció.
—Ya deja de pensar en eso, cariño. —Su pareja le sonrió intentando persuadirlo—. No hay nada que podamos hacer. Solo disfrutemos de esta vida, que es la única de la que tenemos certeza.
JongIn suspiró, dándole la razón a su novio. No debía pensar más en ello; aunque él no deseaba ser una luz en otra vida; solo esperaba amar a Kyungsoo en cada oportunidad que tuviese.
Luego de una serie de pequeños besos, JongIn fijó nuevamente su vista en el cielo.
—¿Crees que haya otros universos, en el que tal vez haya otro Kyungsoo y otro yo? Sé que es tonto —JongIn ríe. Su mente había estado demasiado activa, haciendo conjeturas sobre la propia existencia que no llevaban a ninguna parte.
—Como ¿universos paralelos? —Kyungsoo lucía confundido, aunque su sonrisa seguía allí.
—Sí —afirmó—. Múltiples universos.
—Es posible. —Su expresión era pensativa, sus labios se convirtieron en un mohín por un instante. Tal vez la quinta dimensión.... —Kyungsoo hizo una breve pausa, su mente pareció quedar en blanco—. Olvídalo.
JongIn ya no deseaba ahondar más en la quinta dimensión, así que no le prestó demasiada importancia. Miró esta vez el rostro de su ser amado.
—Tal vez en otro universo, seamos Idols de K-pop ¿Te lo imaginas? —propuso entre risas. Kyungsoo rio ante su tonto comentario.
—Sería genial ser cantantes, en tanto ese Kyungsoo esté con el Jongin de su universo, no estaría mal —agregó con un encogimiento de hombros.
—También me gustaría.
—Suficiente de charla, qué tal si pasamos a los besos —propuso Kyungsoo con cierta picardía.
—Pero antes una cosa más.
JongIn se sentía nervioso, era en ese momento o nunca. Respiró profundo, ante la mirada confusa de su novio. De la cesta de picnic, sacó una pequeña caja de terciopelo con dos argollas que había comprado antes del viaje.
—Do Kyungsoo ¿Te quieres casar conmigo?
Kyungsoo ya estaba llorando asintiendo en silencio.
—¡Sí! Claro que me quiero casar contigo.
Al siguiente día se casaron en una sencilla ceremonia en la playa.
Eran felices y lo serían hasta el final de sus días.
☄
☄
Muchas gracias por llegar hasta aquí. Espero haya sido un viaje agradable. ^^
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top