Cαρ 12: Mυηdo Crυεl

Pov. Narradora
Después de enterarse de la noticia, Cloud tuvo que ir a la consulta para que le dieran unas pastillas para la ansiedad. Perdía la paciencia muy rápido, se mosqueaba fácilmente...en fin. Llegó el día en que iba a unirse el nuevo luchador, el archienemigo de Cloud.

-Vamos Cloud, no puedes estar enfadado para siempre.

-Tengo el derecho de hacerlo.

-Está bien pero al menos recíbelo con nosotros, no hace falta sonreír.

-De acuerdo, pero no prometo nada cuervo.

Salieron al patio donde ya estaban todos los luchadores. Dark Pit, obviamente, se fue al lado de Pit y le abrazó por los hombros.

-Dark, entiendo que tengas pareja pero, ¿es necesario besuquearos enfrente de todos?

-Al menos yo no tengo que espiar a nadie sin camisa para divertirme.

-¿Qué tú qué?

Máster Hand llegó y su lado llegó el nuevo luchador. Sephiroth.

-De acuerdo seré rápido. Este es Sephiroth, el nuevo luchador y si es otro espadachín.

-Encantado. Me alegro de verte Cloud.

-El sentimiento no es mutuo.

-Vale, como no quiero ver ninguna masacre, Sephiroth vas a compartir habitación con Ganondorf. Y cómo estoy cansado, Dark Pit.

-¿Qué? ¿Qué pasa conmigo?

-Hazle la visita guiada.

-Que lo haga Cloud, son del mismo universo ¿no?

-Que te den cuervo.

-Vale, como sea, Cloud hazle tú la visita y los demás volved a vuestras cosas mientras reviso que Crazy no haya quemado nada.

Y todos se fueron. Se vino un silencio incómodo hasta el peli-plata lo rompió.

-Tus amigos son muy raros.

-Te acostumbrarás. Ven, voy a enseñarte esto antes de que decida cortarme las venas.

Entraron a la mansión y Cloud le enseñaba el lugar a su némesis, mientras deseaba pegarse un tiro. Y entonces subieron las escaleras.

-Y aquí están los dormitorios. ¿Alguna pregunta, bastardo?

-Sí, ¿por qué escucho como si estuvieran estrangulando un gallo?

-Es Roy cantando en la ducha. ¿Algo más?

-¿Dónde está mi dormitorio?

-Tercera planta, pasillo cuatro, segunda puerta a la derecha.

Y se fue. Tuvo que aguantar las ganas de arrancarle la cabeza. Sentía que el estrés le recorría el cuerpo, así que el rubio pensó en algo para relajarse. A petición de Palutena, Master Hand construyó unas termas cercanas a la mansión. Una vez que llegó se quitó la ropa y se metió en una. Y tenía compañía.

-Vaya Cloud, no estás cubierto de sangre.

-Contra mi mejor juicio. Pensé que estarías con Pit dándose cariñitos.

-Y lo estábamos. Pero empezó a mordisquear me y...

-¿Te ha dejado un chupón en el cuello?

-Sí, pero se puso nervioso y se ha encerrado en la habitación.

-Definitivamente sigue pareciendo un niño.

-¿Qué tal la visita guiada?

-Como comparte habitación con Ganon, espero que me deje tranquilo.

-A ver cuánto dura.

Estuvieron un rato hablando y luego salieron de la terma. Dark Pit notó unas líneas rojas ya cicatrizadas en la espalda del rubio.

-Cloud, ¿y esas marcas?

El contrario le dio una sonrisa burlona.

-Sólo diré que Tifa es como una tigresa.

Tardó un poco en pillar la indirecta. Parece que Cloud no se anda con rodeos.

-Que suertudo eres rubiales.

El ángel oscuro se vistió y se fue a buscar a su novio para poder hablar de lo sucedido. De camino se topó con el dueño de la katana Masamune.

-Oh. Eres tú.

-Creí que era el único que va de negro.

El cuervo frunció el ceño.

-No intentes simpatizar conmigo. Nací de un objeto del inframundo y puedo sentir auras oscuras. Y la tuya me pone de los nervios, jodido pirómano.

-Así que Cloud te lo ha contado.

-Lo suficiente. No te conozco muy bien, pero por lo que me ha contado Cloud eres un desalmado.

-No sabes con quién te estás metiendo.

-Te lo diré una vez y que te quede claro cabrón. Hazle daño a mis amigos o a mi novio y no dudaré en dispararte a la cabeza.

Sephiroth no pudo evitar poner una sonrisa burlona pero se fue, no sin poner su mano sobre el hombro de Dark. El ángel, de repente, le dio un fuerte dolor de cabeza y empezó a tener alucinaciones.

Pudo ver por unos segundos a Pit gritando su nombre mientras caía al vacío y sentir como sus alas ardían. Cuando volvió a la realidad, sintió que sudaba y el corazón le iba a mil.

-Hey, ¿estás bien?

Dark Pit volvió la cabeza y vio a Cloud a su lado.

N-necesito un café...

—De acuerdo...

Ambos chicos se fueron a la cafetería tras la petición del cuervo. Allí estaba Joker, con su atuendo de camarero y sus gafas.

Oh, hola Cloud, Dark Pit.

—Hola...

—¿Estás bien Dark Pit? Parece que hubieras visto un fantasma.

—Sólo...ponme un café con leche. Lo necesito.

—Marchando. ¿Quieres uno Cloud?

—Si, pero que sea latte por favor.

—Muy bien.

Joker se fue a preparar los pedidos, mientras Dark seguía con la mirada perdida.

¿Qué te pasa amigo? Estás demasiado callado.

—Ese tipo...es un peligro. No sé cómo podré manejar esto.

—Créeme, yo opino lo mismo. Pero no podemos hacer nada. Además eres un tío duro. Seguro que puedes.

Joker llegó con los cafés y estuvieron charlando sobre temas aleatorios. Pronto se acabaron el café. El chico con gafas se dirigió hacia el cuervo.

Por cierto Dark Pit, hace un ratito Pit estuvo aquí y me pidió que te dijera que quiere hablar contigo.

—Oh, gracias Joker. Cloud te veo más tarde.

Y se fue. El rubio se quedó un rato más en la cafetería.

¿Qué te pasa? Te veo desanimado.

—Es porque Sephiroth es el culpable de mi desgracia.

—Cloud, olvídate de él. Es cierto que ni Zack, tu madre y Aeris regresarán. Pero estoy seguro de que están orgullosos de ti. Tú no le hagas caso y sigue con lo tuyo.

—Gracias Joker.

—Sin problema.

En otro sitio...

Dark Pit había llegado a la habitación que compartía con Pit para hablar con él. Obviamente cerró la puerta para evitar interrupciones.

—Pittoo, yo...—

—No digas nada Pit. No estoy enfadado contigo.—

—P-pero...y-yo...—

Fue solo cuestión de segundos. Cuando quiso darse cuenta, los labios del cuervo estaban colocados sobre los suyos. Fue suave y dulce, y se separó poco después.

Deja de hablar por favor. No me ha molestado en lo más mínimo.

—Emmm... Pittoo...¿puedo...?

—Adelante, pastelito.

Se sonrojó por el apodo. Lleno de valor, se fue acercando a su doble. Pero agachó la cabeza avergonzado y más rojo que un tomate, y terminó ocultando su rostro en el hombro de Dark, quien le daba golpecitos en la espalda.

Eres un encanto.

—C-cállate...

—Y ahora me voy a vengar~.

—¿Eh?

Dark Pit abrazó a Pit con fuerza suficiente para no lastimarlo. Y sin que el otro lo esperase, le mordió el cuello. Oh, boy.

Problema resuelto.

Pit simplemente le pegaba en el pecho con las mejillas infladas, mientras Dark Pit se reía. Menudo día.










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