⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 21 ⟢

ʜᴏᴍʙʀᴇ sᴀʙɪᴏ ᴛᴏᴍᴀ sᴜs ᴘʀᴏᴘɪᴀs ᴅᴇᴄɪsɪᴏɴᴇs. ʜᴏᴍʙʀᴇ ɪɢɴᴏʀᴀɴᴛᴇ sɪɢᴜᴇ ʟᴀ ᴏᴘɪɴɪᴏ́ɴ ᴘᴜ́ʙʟɪᴄᴀ.

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Im Yeon Sun

     —¿Y cómo haremos para que te dejen ir? Es decir, estás castigada y sin auto, Yeonnie —Recordó mi prima poniendo el freno de mano, habíamos vuelto a casa luego de un arduo día en la universidad.

     —Quizás tendré que olvidar ese encuentro —Dije desanimada, había olvidado por completo que estaba castigada y aún así, tenía pensado ir y ganar esa apuesta que me estaba costando mi libertad.

     —¿Y perder esa oportunidad? —Negó con su cabeza abriendo la puerta del auto— Yo me encargo —La ví tomar su bolso estilo cartera y salir del auto con una gran sonrisa.

     Imite su acción y salí tras ella cerrando la puerta detrás de mí, temía por lo que saldría de su boca y los medios que utilizaría para obtener un de mi padre.

     —¿Qué harás, Seo? A veces asustas —Pregunté a penas la alcancé, con esos tacones caminaba más rápido que yo.

     —Ya verás —Me guiñó un ojo divertida y sacando las llaves de mi casa, abrió la puerta, revelando a mi padre junto a mi hermanito.

     Posiblemente, ambos estarían hablando de tareas y por la felicidad que irradiaban sus rostros podría deducir que les había ido bien en su salida de padre e hijo. Desde que me castigaron papá se encargaba de llevar y traer a Jaewoo, además de llegar cocinando y hacer algunos quehaceres, no quería contratar ninguna ayuda doméstica.

     —¡Sunnie! —Jaewoo salió disparado a saludarme, como ya había dicho, ese enano era mi vida y cada día me daba más motivos para ser feliz.

     Por lo menos a él le alegraba mi presencia.

     Papá hizo un movimiento voluntario con su cabeza para saludarme, cosa que ignoré por completo, estaba aún muy molesta con él por llamarme prostituta cuando sólo salí a tomar una malteada con el ser más insoportable e inquebrantable del planeta tierra.

     —Lamento la intervención, pero quería preguntarte algo tío —Seoyeon salió al ataque y luego de cerrar la puerta principal se acercó al sofá donde se encontraba mi papá.

     —Tienes toda mi atención —Dejó de lado su teléfono celular y la miró atentamente.

     —¿Qué posibilidades hay de que Yeon Sun salga este viernes? —Inició de forma directa y el mal presentimiento me albergaba.

     —Ninguna —Respondió seco, cruzando sus piernas, una encima de la otra con cara de pocos amigos.

     —Por favor, tío. —Insistió— Prometo traerla a la hora y avisarte en todo momento, limpiaré la casa y haré los deberes necesarios para que la dejes ir... —Hizo un leve puchero y agitó sus largas pestañas— Por favor, tío... También deseó ir —A veces mi prima podía ser tan convincente.

     —¿En dónde será la supuesta fiesta? —Alzó una ceja, esperando una respuesta.

     —En casa de un amigo cercano, a dos calles de aquí, tío —Respondió con naturalidad, mientras Jaewoo estaba aferrado a mi cuerpo.

     —¿Cómo se llama su amigo?

     Me tensé al oír esa pregunta. Todo el plan se había ido por un caño, ¿Ahora qué persona iba a inventar?

     —Jeon... —Abrí los ojos como platos, intentando rebobinar el apellido que había dado— Jung Kook.

     Iba a matarla, ¿Cómo se le ocurre dar su nombre? ¿Y si mi padre recordaba a su hermano menor o lo conocía?

     —¿Casualmente, ese chico no tiene un hermano menor llamado Jeon Junyeon?

     Maldije en mis adentros, Seoyeon iban a hacer que nos descubrieran y nos castigaran por andar con un chico que vivía en un barrio peligroso.

     —¡No! —Dije por impulso, ganandome todas las miradas posibles.

     Mi prima me reprendía con su mirada y mi padre solo entreceraba los ojos para saber que tramaba.

     —Ella sólo quiso decir que no, ya sabe, a Yeon Sun le cuesta superar su ruptura con Namjoon —Soltó como si fuese cierto.

     Mi cuerpo se relajó cuando el semblante de mi padre había cambiado a uno más tranquilo.

     —¿Quienes irán?

     —Amigos de la universidad —Respondió Seo como si fuera un juego de preguntas y respuestas, mientras más rápido ganabas más puntos.

     —¿Quién las llevará?

     —Si me lo permite, pensaba llevar el auto de Jae prestado.

     —Bien. —Hizo una pausa aumentado el suspenso de la conversación— Las quiero a ambas a las dos de la mañana, las estaré esperando en casa, justo en éste sofá —Se señaló él mismo y siguió con su teléfono celular, posiblemente agendando citas.

     —¡Sí, señor! —Expresó mi prima con entusiasmo.

     Lo había logrado.

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     Vestido largo de color rosado gold, escote en "v" y unos tirantes finos para unir la pieza, aquella acentuaba perfectamente mis curvas, me hacía ver más alta y esbelta; cabello peinado y recogido una increíble cebolla, junto a un pasador dorado que no permitía que algunos de mis cabellos rebeldes arruinaran mi look.

     Unos tacones negros complementaban mi vestido y unos accesorios en dorado me hacía ver elegante, y claro, resaltaba mi maquillaje y mis mechas californianas rosadas.

     Me miré en el espejo luego de terminar mi maquillaje sencillo y natural, sintiéndome algo insegura, jamás había asistido a una fiesta donde no tuviesen código de vestimenta.

     —¿Tu que opinas, Cookie? —El hermoso cachorro me miraba desde abajo, mientras mordía un calcetín, posiblemente de JaeBum, aún no sabía cómo lo había obtenido— Lo sé, está muy escotado. —Bajé a su altura con cuidado y besé tiernamente su cabecita— Te portas bien, no quiero sorpresas al llegar a casa.

     Me dí la vuelta, intentando mantener mi compostura y no arrepentirme en el último momento, ¿Y si hacía el ridículo? O algo incluso peor, ¿Y si mi padre se enteraba que Cookie existe? No iba a perdonarmelo nunca.

     Salí de la habitación con los nervios de punta y la cabeza revuelta, comenzaba a sentirme mal.

     Era ahora o nunca.

     Bajé las escaleras con cuidado, los tacones de aguja negros altos podían ser mortales y más si me llegara a enredar con el vestido, perdiendo el equilibrio, descendiendo por las escaleras, acabando de la pero forma en el suelo.

     —¡Oh por Dios! —Chilló mi prima examinandome de arriba hacia abajo y viceversa.

     Mi prima tenía un vestido de lentejuelas azules, cinco dedos más arriba de las rodillas, de mangas largas y ni hablar de su cuello en "v", era magnífico. Lo acompañó con accesorios rosados y un lindo bolso de mano, cabello suelto y uñas perfectamente arregladas, el blanco era su color.

     —¿No crees que estoy muy formal? —Dí una vuelta en mi lugar, haciendo que el vestido se moviera.

     —No. —Me dió otra hojeada, aprovechando que los hombres que vivían en la casa se encontraban disfrutando de una rica cena en Domino's pizza— ¡Estás radiante! —Expresó con entusiasmo— Si no sales con un novio de ese lugar, definitivamente, no hay hombres. —Me guiñó un ojo y me alcanzó mi teléfono para irnos— ¿Estás lista?

     Tomar mi teléfono y sonreírle fue más que suficiente para hacerle entender que estaba lista, más que preparada para atacar y salir victoriosa.

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J. Jung Kook

     —Te veo más animado, ¿Qué hiciste? —Se acercó YoonGi con un vaso lleno de un líquido transparente, precisamente no era agua, si no, ese vodka que tanto le encantaba tomar en las fiestas a las que íbamos.

     —¿Qué te hace pensar eso? —Reí con cierta falsedad— Soy el Jung Kook de siempre —Alcé mis hombros sin importancia, tomando aquel ron que contenía el vaso de vidrio que tenía entre mis dedos.

     —El Jung Kook de siempre tiene la vista pegada al culo de Yuna que está en la pista y en vez de hacer eso, tienes los ojos pegados en la puerta principal. —Puntualizó— Entonces, ¿A quién esperas? —Preguntó sin rodeos, bebiendo lo poco que quedaba en su vaso.

     —¿Yo? —Reí ésta vez burlesco— A nadie, YoonGi. Ya empiezas a imaginar cosas —Evadí el tema.

     Negarlo sería estúpido de mi parte, sí esperaba a una chica, pero era a la prima de la chica fresa que intentaba llamar mi atención.

     —Créeme, puedes engañar a Yuna con tus palabrerías baratas, pero no a mí. Dime a quien esperas —Insistió golpeando el vaso de vidrio contra la barra de madera, haciéndole señas al cantinero para que le sirviera otro trago.

     —Vine con Yuna, ¿Por qué esperaría a alguien más?

     Odiaba mentirle en la cara a mi mejor amigo, pero no tendría otra opción, lo menos que quería era que Jung se enterara del poco contacto que tenía con Yeon Sun.

     —Porque Yuna no es suficiente para tí. Ella te ama, pero tú no sientes lo mismo por ella y esa sería la razón por la cual esperarías a alguien —El cantinero relleno su vaso y tomó un sorbo de él.

     —A Seoyeon —Solté una verdad a medias, también esperaba a Yeon Sun.

     —¿A la prima de la chica fresa? —YoonGi se veía asombrado, no esperaba que realmente me relacionara con ella.

     —Se llama Yeon Sun —Corregí, sólo yo podía llamarla chica fresa, nadie más tenía ese derecho.

     —Esa misma.

     —Su prima me parece caliente —Y no mentía, pero no las había invitado por eso, yo era un hombre de palabra y si le dije que la invitaría a una fiesta, lo haría.

     —Es peligroso que estén en un barrio como este —Miró de reojo a todas las personas que bailaban de forma pegada en la pista, mientras “Te acuerdas” de Sech y Arcángel sonaba de los altavoces.

     —No llamarán la atención, lo prometo.

     —¿También viene Yeon Sun la caliente? —Abrió sus ojos como platos y sabía que la había cagado, ¿Y si Jung se atrevía a venir?— Eres un imbécil. Se nota que ambas jamás han estado en un lugar como este —Objetó. Quizás era cierto, pero ¿A quién le importaba?

     —Relájate, jamás las hubiese invitado si supiera que algo malo podría pasarles.

     Yo no podría asegurar su seguridad, pero tendrían una noche que jamás olvidarían.








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