Tierra de los Enamorados
Era innegable, había pisado en un nuevo territorio que lo aterraba, que siempre que veía gente caminando por ahí como si nada, adentrados a su vida amorosa. Siempre creyó que en el romance era solo para gente popular o apuesta, con chicas detrás, con un enrome autoestima, nunca se vio ahí.
Y sin embargo ahí estaba.
Izuku Midorya se enamoró por primera vez en su vida, era poco creíble para él ese hecho, para peor ya llevaba tiempo y apenas se había dado cuenta. Estaba tan asustado de sol pensar de su propio sentir.
No lo pueden culpar, cupido lo ha flechado cada vez que se encuentra mirando los ojos o escuchando la voz de aquella chica gravedad que lo ha salvado de romperse la nariz más de una vez.
¿Existirá algún modo de evitarlo?, ¡claro que no!
Al notar lo mucho que suspiraba fue cuando empezó a sospechar que algo en él estaba cambiando, al principio creyó que era físico, algo relacionado con su Quirk, pero al ver que todo eso estaba bien, seguía algo que lo inquietaba.
Tras tanto caminar y murmurar (porque nuestro querido brócoli no sabe pensar en voz interna), llegó a tal conclusión. Maldijo a Cupido, por más que quisiera maldecir esos ojos de chocolate, esas adorables mejillas rosas y a esa maldita sonrisa brillante y encantadora, no podía, era como si fuese hechizado.
¿Cómo es que alguien sí magia puede causar tanta magia en ti?
Era inexplicable.
En la tierra del romance, al ser un principiante, se sentía intimidado, porque aún estando ahí, desconocía por completo si la chica de sus sueños sentía siquiera lo mismo por él, pero se dio cuenta que no era el único tonto e inseguro enamorado.
En el parque, justo en un banco, se encontraba una anciana alimentando a las palomas con migajas de pan, por alguna razón, al verla, sentía que la mujer mayor estaba esperando a alguien más, la nostálgica aura que enmendaba la señora, lo estanco, algo le decía que ella también se había perdido en la tierra de los enamorados.
─Oye, joven.
Al atraparlo mirándola, le llamo la atención y le indicó que se acercara─Tú eres el muchachito que nos salvó del vagabundo de manos, ¿no?
─Eh, sí─asintió, riendo un poco por el apodo de Shigaraki.
─Eres muy chavo, la vida es demasiado preciosa como para desperdiciarla peleando─indicó en regañadientes. Izuku asintió algo nervioso─Lo sé, por eso quiero proteger la vida de los demás─respondió.
─Panflinas─protestó─muchachito, eres apenas un retoño, ¿no tienes más cosas en mente?
Izuku solo pensó en que responderle─Pues sí, eso solo me motiva más─sonrió a medias.
La mujer le pidio que se sentará─Ser un héroe es algo muy noble, sí─dijo la mayor─pero se te ve algo extraviado.
─No, no lo creo─negó educadamente.
─Niño, los ojos son el reflejo del alma, ahí solo muestras verdad─dijo─además, te me quedaste viendo como menso, algo haz de tener─le recordó.
Izuku avergonzado, le contó del aura que percibió en ella y eso le hizo pensar─Oh, con que era eso, sí que te fijas mucho en la gente─comentó─bueno, si te soy sincera, cuando vengo aquí, recuerdo a mi amado.
Izuku había acertado, ella también formaba parte de ese extraño mundo─lo conocí justo aquí, yo alimentando a las palomas, justo como ahora y él, paseando a su perro─suspiro─vengo aquí cada vez que lo extraño...
─Debió amarlo mucho...─ante su comentario, la mujer asintió con lentitud.
─Sí, durante 48 años. Izuku saboreó ese tiempo, hasta ese momento vio lo hermoso que puede ser el amor.
─Y jamás pude decírselo─también lo doloroso que llega a ser.
La mujer se volteó hacia él─Sí buscas un consejo, jovencito, toma nota de esta─ordenó con seriedad─nunca esperes un momento "especial" para decirle a alguien lo que sientes─dijo─no esperes San Valentín para decir que amas a esa persona, no esperes que sea el día de la madre o del padre para decirles que los amas o que alguien muera para ver a tu familia, hijo─cerró la bolsa donde tenía las migajas─de lo contrario será demasiado tarde.
El pelo verde recordó de inmediato de Ochako─¿Y si... ellos no sienten lo mismo?
─Eso es lo de menos─respondió la vieja molesta─Si tú quieres decirle lo que sientes, dile, muéstrale ese aprecio, pero no esperes un momento en específico, en cuanto lo digas, será El momento.
El reloj del chico sonó, pronto sería el toque de queda así que solo le agradeció y se despidió de la mujer.
Camino a los dormitorios, llegó a tiempo, la mayoría ya había ido a sus habitaciones, él planeaba cenar e ir a dormir, pero su platica con esa mujer le dejó marca, no lo iba a dejar dormir dándole vueltas al asunto si seguía sin hacer algo al respecto.
Camino al cuarto de Uraraka. Toco, algo inquieto, pensando bien en lo que iba a decir.
En cuanto abrió, se congeló por completo, ella estaba en pijamas, bostezando. Aunque al verlo, se despertó e intentó acomodarse el cabello─¿Deku?─nerviosa, vio al rededor─¿qué pasá?
Aún eran las 8 de la noche, era raro que alguien durmiera a tal hora, aunque la chica había regresado a sus pasantías y quizá hoy volvió muy cansada, comenzó a recapacitar si era buena idea confesarse ahora que Uraraka probablemente teniente muchas cosas en la cabeza.
─¿Deku...?
Si, una muy mala idea.
─Tierra llamando a Deku...
No tenían tiempo para siquiera algo así.
─Me gustas.
Ese corto susurró traicionero salió sin que lo deseara, la contraria se congeló─¿Qué acabas de... ?
─Me gustas─repitió, agachó la mirada con nerviosismo─tengo... estos sentimientos románticos por ti... ─específico─sé que es repentino, de la nada decírtelo─rasco su nuca─tenía que decírtelo.
─Ay Dios─pudo apreciar cómo la contraria, sonrojada, ocultó su rostro entre las manos y se agachó, haciéndose bolita en el suelo. ─¿Uraraka?
Ambos estaban demasiado demasiados nerviosos como para proseguir. Tímidamente Izuku también se agachó─Lo siento mucho sí esto...
─No es eso─aún escondida, respondió la chica─es que en verdad no esperaba esto─cruzó sus brazos encima de sus rodillas, mostrándose sus ojos, la anciana tenía razón cuando dijo que los ojos son el reflejo del alma, porque en su mirada de chocolate lo reveló todo, ella también se había extraviado en la tierra del romance. Por culpa de él.
Se sentía tan estúpidamente afortunado y enamorado, y ella también.
Bendito sea cupido por haberlo flechado con aquella hermosa chica que también la habían flechado con él. Que maravilloso puede llegar a ser el amor. Porque en esa tierra de enamorados solo existían ellos.
*
No sé, quería actualizar, pero me daba flojera editar los demás borradores, así que sin lentes y a la 1am me puse a madre con jazz de fondo.
Fuck, oír jazz a la hora de escribir esta chingón, no lo había hecho antes, en fin, es de madrugada, ahora son como las 2, y perdón si este shot está raro o fumadote, pero extrañaba hacer Izuocha por aquí, ahora que mha terminará pronto.
Espero les haya gustado, perdón de nuevo si hay errores ortográficos o algo sin sentido, no traigo mis lentes porque no los hallo xD, así que ando ciega, espero tengan una hermosa madrugada, mañana, tarde o noche.
Recuerden que ustedes son personas maravillosas y preciosas,
no dejen que nadie les diga lo contrario.
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