capitulo 5

Rui Ayaki, emocionado por tener a Kota a su lado, decidió compartir con él algunos de sus fetiches de una manera que, aunque inusual, se basaba en la idea de la aceptación y el vínculo familiar. Se sentaron en un rincón de la fortaleza, lejos de las miradas curiosas de Douma y Akaza.

—Mira, Kota —dijo Rui, levantando algunas bragas de colores brillantes que había traído. Su voz era juguetona, como la de un hermano mayor que muestra algo divertido—. Estas son muy cómodas y puedes usarlas como quieras. Es solo una forma de expresarte.

Kota miró las prendas con curiosidad, sin comprender del todo, pero intrigado por la confianza que Rui le mostraba. Rui, disfrutando del momento, decidió que lo mejor era hacerlo un poco más divertido.

—¿Ves? No hay nada de malo en experimentar un poco con lo que te gusta —continuó Rui, mientras le mostraba cómo ponérselas sobre su ropa. Douma, que había estado observando con una ceja levantada, no pudo evitar reírse.

—Rui, realmente has hecho un trabajo único aquí —dijo Douma, entre risas—. Este pequeño tiene un futuro brillante por delante, con esos... intereses.

Akaza, que estaba más enfocado en lo serio de la situación, se quedó mirando a Kota, sintiéndose algo confundido por la escena. Sin embargo, también notó que había algo de camaradería en el aire.

—No lo entiendo, Rui —dijo Akaza, rascándose la cabeza—. Pero si esto lo hace feliz, supongo que está bien.

Rui asintió, satisfecho. No solo había encontrado una forma de expresar su propia identidad, sino que también estaba creando un ambiente en el que Kota podía sentirse libre. La idea de tener una "familia demoníaca" verdadera parecía estar tomando forma, y no permitiría que nadie, ni siquiera sus propios compañeros demonios, le quitaran eso.

—Recuerda, Kota —dijo Rui con una sonrisa—, no importa lo que digan los demás. Lo importante es que te sientas tú mismo. ¡Ahora, vamos a divertirnos!

Kota, con una mezcla de timidez y emoción, decidió probarse una de las tangas que Rui le había mostrado. Se miró en un pequeño espejo que había en la fortaleza, sintiéndose un poco extraño, pero a la vez curioso por cómo se veía. Rui, al verlo, sonrió con orgullo y alegría.

—¡Te queda genial, Kota! —exclamó Rui, saltando de felicidad—. ¡Eres un verdadero modelo!

Monoma, Shinso y Senjuro, que estaban observando desde un lado, también se sintieron contagiados por la alegría del momento. Monoma se rió, mientras apuntaba con el dedo hacia Kota.

—¡No puedo creerlo! ¡El pequeño Kota está adoptando el estilo de Rui! Esto es increíblemente divertido de ver.

Shinso, aún un poco confundido, pero con una sonrisa en el rostro, se unió a la broma.

—¿Y quién diría que el demonio Rui Ayaki tendría un hermano pequeño con tanto estilo? ¡Me encanta!

Senjuro, aunque algo tímido, se sintió aliviado al ver que Kota estaba feliz y disfrutando de su nueva familia.

—Lo importante es que todos se sientan cómodos y aceptados, ¿verdad? —dijo Senjuro, tratando de ser el voz de la razón.

Rui se acercó a Kota, abrazándolo con fuerza.

—Exacto, Kota. Esta es nuestra familia, y aquí todos podemos ser nosotros mismos sin miedo a ser juzgados.

Kota, sintiéndose más seguro y amado que nunca, comenzó a sonreír, disfrutando de la atención y el apoyo de sus nuevos amigos. La escena se volvió más ligera y divertida, mientras Rui, Monoma, Shinso y Senjuro seguían animándolo, creando un ambiente lleno de risas y aceptación en medio de la fortaleza demoníaca.

—¡Vamos a hacer una pasarela! —gritó Rui, entusiasmado—. ¡Kota, tú serás la estrella del espectáculo!

Todos estallaron en risas, y Kota, sintiéndose verdaderamente especial, se unió a la diversión, disfrutando de su nueva vida entre sus amigos demoníacos.

Título: Amor en la Feria

Mahoro y Katsuma llegaron emocionados a la feria, ansiosos por disfrutar de los juegos y las luces brillantes. Mientras caminaban por uno de los pasillos, Mahoro notó algo inusual a lo lejos.

—Katsuma... ¿esos son Rui y Kota? —preguntó, señalando hacia un escenario improvisado.

Al acercarse más, vieron a Rui Ayaki, en bragas, y a Kota, en tanga, bailando Pole Dance con energía y gracia. Las luces brillaban sobre ellos, haciendo que los movimientos de ambos fueran aún más llamativos. La música vibrante llenaba el aire, y tanto Rui como Kota parecían estar disfrutando al máximo el momento.

Katsuma, al ver a Kota, sintió que sus mejillas se ponían rojas al instante. Era la primera vez que experimentaba algo tan intenso. Su corazón latía con fuerza, y no podía apartar la mirada de Kota.

—¿Qué te pasa, Katsuma? —preguntó Mahoro, notando lo extraño que estaba actuando su hermano.

—Yo... yo... creo que... —Katsuma balbuceó, incapaz de encontrar las palabras adecuadas—. Me... me gusta Kota.

Mahoro abrió los ojos con sorpresa, pero luego esbozó una sonrisa comprensiva al ver lo enamorado que parecía su hermano menor.

—Vaya, Katsuma, parece que te has enamorado por primera vez —dijo ella con una risa suave—. Bueno, eso es algo especial, ¿no?

Katsuma asintió tímidamente, sin poder dejar de observar a Kota. Cada vez que Kota sonreía o se movía, Katsuma sentía que su corazón latía aún más fuerte.

—Es... es increíble —susurró Katsuma—. Nunca había sentido algo así antes.

Mahoro, divertida por la situación, le dio un suave empujón a su hermano.

—¡Tal vez deberías decirle algo, entonces! Aunque, con esa tanga, no sé si puedas concentrarte lo suficiente.

Ambos rieron, mientras Katsuma, aún sonrojado, continuaba observando a Kota con un brillo nuevo en sus ojos.

Douma, riéndose mientras observaba la situación, comentó con tono burlón:

—¡Vaya, parece que ese niño, Katsuma, se ha enamorado de Kota! —dijo, señalando al ruborizado Katsuma—. Quién sabe, tal vez pronto será el nuevo hermanito de Rui Ayaki y Kota.

Rui Ayaki, al escuchar a Douma, le lanzó una mirada amenazante mientras seguía bailando. Aunque la idea no le molestaba, no estaba dispuesto a tolerar las bromas excesivas de Douma.

—Cuidado con lo que dices, Douma —advirtió Rui, todavía moviéndose con gracia alrededor del poste—. Si te sigues burlando, podrías ser tú el que termine con más que solo un dolor en la entrepierna.

Kota, que también había notado a Katsuma mirándolo fijamente, sonrió con timidez, pero continuó su danza, consciente de que su nuevo amigo estaba observando. Mientras tanto, Monoma, Shinso y Senjuro observaban la escena con una mezcla de diversión y curiosidad, disfrutando del espectáculo mientras seguían siendo parte de esta peculiar y extraña familia.

—Parece que nuestra familia sigue creciendo —comentó Monoma con una sonrisa irónica.

Shinso asintió, manteniendo una postura relajada, mientras Senjuro sonreía suavemente, contento de que Kota pudiera ser feliz en ese ambiente a pesar de todo lo que habían vivido juntos.

Douma, entre risas, agregó:

—Bueno, si sigue así, nuestra "familia demoníaca" será la más grande y excéntrica de todas. ¡Qué interesante se está poniendo esto!

Rui soltó una risa baja, aceptando lo inevitable, pero aún manteniendo su postura protectora hacia Kota.

Akaza, con una expresión seria y los brazos cruzados, comentó:

—Otro más cayendo en los fetiches de Rui Ayaki... Esto ya es ridículo.

Kokushibo, observando la situación con sus múltiples ojos, expresó un tono más curioso:

—Interesante... Este chico, Katsuma, parece haber sido influenciado rápidamente. Es intrigante ver cómo los lazos emocionales y las peculiaridades de Rui Ayaki se extienden incluso a los más jóvenes.

Rui Ayaki, al escuchar los comentarios, simplemente sonrió con confianza, sin mostrar ninguna preocupación por las críticas. Kota, por su parte, continuaba disfrutando de su tiempo en la feria, ajeno a las opiniones de los demonios de alto rango. Mientras tanto, Katsuma seguía observando a Kota, fascinado y ligeramente sonrojado por su recién descubierto interés.

—Todos tienen algo que aprender, incluso de mis... peculiaridades —dijo Rui, riendo levemente, mientras abrazaba a Kota con orgullo.

Douma, aún riéndose, miró a Akaza y Kokushibo:

—¡Vamos, no sean tan aguafiestas! Si algo ha demostrado Rui es que puede convertir cualquier cosa en una experiencia... única.

Akaza suspiró, pero no dijo nada más, mientras Kokushibo seguía observando con una mezcla de interés y desaprobación.

Mahoro, con una sonrisa traviesa y un brillo burlón en sus ojos, se acercó a Katsuma.

—¿Mira quién se ha enamorado? —dijo, tratando de contener la risa—. ¡El pequeño Katsuma se ha rendido ante el encanto de Kota! ¿Te gusta, eh?

Katsuma, visiblemente sonrojado, intentó esconder su rostro tras su mano, pero no pudo evitar sonreír mientras miraba a Kota, quien estaba disfrutando de la atención y la música en la feria.

—¡Cállate, Mahoro! No es eso —respondió Katsuma, pero su nerviosismo solo alimentaba la burla de su hermana.

Rui Ayaki, observando la escena desde la distancia, no pudo evitar reírse ante la interacción entre los dos hermanos. Se sintió un poco orgulloso de que Kota tuviera una conexión tan genuina con alguien, incluso si eso significaba que Katsuma se estaba enamorando de él.

—Parece que Kota tiene un nuevo admirador —dijo Rui, con un tono juguetón—. ¿Qué te parece, Kota? ¿Te gusta tener fans?

Kota sonrió ampliamente, disfrutando de la atención, mientras Mahoro seguía burlándose de su hermano, sabiendo que estos momentos eran parte de crecer. A pesar de la atmósfera de diversión, Rui se sintió satisfecho de ver cómo su familia se unía y crecía en su propia manera.

Kokushibo observó la escena con interés, su mirada fría y calculadora reflejando la profundidad de su pensamiento.

—Con cada nuevo miembro que se une a la familia de Rui Ayaki, se vuelve más complicado para los héroes y cazadores de demonios acercarse a ellos —comentó, su voz grave resonando en el aire—. Rui se volverá aún más violento si intentan hacerles daño.

Douma, que estaba cerca, sonrió de manera sutil, disfrutando de la idea de la creciente familia demoníaca.

—Exactamente, Kokushibo. Mientras más vínculos forjen, más feroces se volverán. Rui está dispuesto a arriesgarlo todo para proteger a sus hermanos, y eso lo convierte en un enemigo formidable —agregó Douma, su tono casi juguetón—. Me pregunto qué harán esos héroes cuando se encuentren con la ira de Rui.

Akaza asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

—La lealtad y la protección que siente por su familia lo impulsarán a niveles aún más peligrosos. Ya no será solo un demonio en busca de venganza; se ha convertido en un guardián —dijo Akaza, su expresión seria—. Tendrán que tener cuidado con cómo manejan esto, porque Rui no se detendrá ante nada para defender lo que ha creado.

Kokushibo miró hacia Rui, quien seguía interactuando con Kota y los demás, y esbozó una pequeña sonrisa.

—Así es, lo que ha formado aquí es más que una simple familia. Es un lazo que, si se rompe, podría desencadenar una violencia que todos temerán enfrentar. Será fascinante ver cómo se desarrolla esta historia.

Douma se rió suavemente, sus ojos brillando con una mezcla de diversión y astucia.

—Tienes razón, es fácil para nosotros movernos en el territorio de Rui Ayaki. Después de todo, él es un favorito de Muzan, y eso nos proporciona un grado de protección —dijo Douma, estirando su cuerpo con una confianza que casi rozaba la arrogancia—. Rui lo considera un padre que nunca tuvo, lo que hace que su lealtad a Muzan sea aún más fuerte.

Kokushibo asintió, recordando las complejidades de la relación entre Rui y Muzan.

—La devoción de Rui hacia Muzan puede ser una gran ventaja para nosotros, pero también es una doble espada. Si en algún momento siente que su familia está en peligro, su lealtad podría volverse peligrosa para cualquier que intente amenazarlos —reflexionó Kokushibo, su voz grave llena de advertencia.

Akaza se cruzó de brazos, pensando en las posibles repercusiones de esta familia unida.

—Debemos tener cuidado de no subestimar a Rui. Aunque su lealtad a Muzan es un arma a nuestro favor, su capacidad para hacer daño es igualmente formidable. Él ha demostrado que es capaz de actuar sin piedad cuando se trata de proteger a los que ama —advirtió Akaza, sus ojos fijos en Rui, quien seguía disfrutando del momento con Kota y los demás.

Douma sonrió de nuevo, pero esta vez había un destello de malicia en sus ojos.

—Eso es lo que lo hace interesante. La verdadera diversión estará en ver cómo Rui maneja esta nueva familia y lo que hará si alguien se atreve a lastimarlos. Es un juego peligroso, y me gusta jugar con fuego —dijo Douma, su risa llenando el aire mientras los otros demonios intercambiaban miradas, sabiendo que, aunque Rui Ayaki había encontrado su lugar en este mundo, el futuro siempre sería incierto.

El ambiente en la fortaleza se tornó tenso mientras los demonios reflexionaban sobre el pasado de Rui Ayaki. La revelación de que Rui, en su forma humana como Izuku Yagi, había llamado "padre" a Muzan por primera vez al ser convertido en demonio resonó en la mente de todos.

Kokushibo, con su mirada penetrante, continuó hablando.

—Esa llamada de "padre" no fue solo un momento de debilidad. Fue un acto que selló un vínculo entre Rui y Muzan. Algo que lo transforma en un arma poderosa, pero también en un punto vulnerable —explicó Kokushibo, su voz resonando en la oscuridad de la fortaleza.

Douma, al escuchar eso, sonrió con malicia.

—Lo que hace que esta dinámica sea aún más interesante es cómo Rui puede utilizar esa conexión. Si siente que Muzan lo traiciona, o que su familia corre peligro, esa conexión podría volverse en su contra. No olvidemos que él tiene un temperamento explosivo —dijo Douma, disfrutando de la idea de un posible conflicto.

Akaza, manteniendo su tono serio, añadió:

—Esa relación entre ellos podría llevar a Rui a tomar decisiones drásticas. Es un equilibrio delicado que, si se rompe, podría resultar en un caos que ninguno de nosotros quiere enfrentar.

Mientras tanto, Rui, ajeno a las discusiones estratégicas a su alrededor, estaba disfrutando de su tiempo con Kota y los demás, sintiendo una felicidad que nunca había experimentado como humano. La lealtad que sentía hacia Muzan era fuerte, pero su vínculo con Kota y su nueva familia lo hacía sentir más poderoso que nunca.

—Muzan, aunque despiadado, le ha dado algo que nunca tuvo: un sentido de pertenencia —pensó Rui, mientras sonreía y reía con los nuevos miembros de su familia, sin darse cuenta de las sombras que se cernían sobre ellos.

Kokushibo, Douma y Akaza continuaban observando, reconociendo que, aunque Rui había encontrado un nuevo camino, el futuro siempre traería desafíos inesperados.

En la sala de estrategia de la U.A., Nezu y los héroes profesionales se reunieron para discutir la creciente amenaza que representaba Rui Ayaki y su nuevo territorio, donde había formado una familia de demonios. El ambiente era tenso, cargado de preocupación y determinación.

—No podemos subestimar a Rui —comenzó Nezu, su voz grave resonando en la sala—. Ha logrado crear un vínculo poderoso con Monoma, Shinso, Senjuro y el recién convertido Kota. Su familia demoníaca es más que una simple unión; es un símbolo de su fuerza y determinación.

All Might, con el rostro marcado por la preocupación, se inclinó hacia adelante.

—Lo sé, Nezu. Rui ha mostrado un nivel de violencia que nunca antes habíamos presenciado. Su capacidad para matar a Muscular sin piedad es una clara señal de que no dudará en hacer lo mismo con nosotros si siente que su familia está amenazada.

Inko, visiblemente afectada por la situación, intervino.

—¿Por qué se ha desviado tanto? No era así cuando era Izuku. Tenía un corazón lleno de bondad. ¿Qué ha pasado para que se convierta en este demonio?

Endeavor, con su típica actitud seria, cruzó los brazos.

—No podemos permitir que la nostalgia nuble nuestro juicio. Rui ha tomado decisiones que lo han llevado por este camino oscuro. Debemos prepararnos para enfrentar no solo a él, sino también a sus nuevos aliados. Ellos lo ven como un líder, y eso es peligroso para nosotros.

Mirko, impaciente, asintió y añadió:

—Lo que necesitamos es un plan. No podemos dejar que la familia de Rui se expanda más allá de su territorio. Debemos actuar antes de que adquieran más poder y fortalezcan su posición.

Aizawa, con su mirada seria, hizo una pausa para considerar las palabras de todos.

—Si bien es cierto que Rui es ahora una amenaza significativa, también debemos considerar la posibilidad de tratar de llegar a él. Tal vez aún haya un destello de la persona que conocimos. Podríamos intentar hacerle ver que su camino de destrucción no le llevará a la paz que busca.

Nezu reflexionó sobre las palabras de Aizawa.

—Es un riesgo, pero podría ser nuestra única opción. Si podemos acercarnos a Kota, Monoma, o incluso a Shinso y Senjuro, podríamos encontrar una manera de acercarnos a Rui y hacerle ver las consecuencias de sus acciones.

Todos asintieron, conscientes de que cada decisión que tomaran podría significar la diferencia entre la vida y la muerte, no solo para ellos, sino para el futuro de la humanidad.

—Comencemos a elaborar un plan —declaró All Might, tomando el liderazgo—. Debemos unir fuerzas y prepararnos para lo que venga. ¡No dejaremos que la oscuridad prevalezca!

Tomioka se puso de pie, con una mirada seria en su rostro. El silencio en la sala se volvió denso mientras todos se giraban hacia él.

—Se equivocan al pensar que Rui Ayaki está simplemente en el camino de la destrucción —comenzó, su voz firme—. Lo que ha creado es algo más profundo. Rui protegerá a sus seres queridos a toda costa. Monoma, Shinso, Senjuro y el recién convertido Kota son su familia ahora, y él no dudará en atacar a cualquiera que considere una amenaza, ya sea héroe, cazador, pilar o incluso villano.

La tensión aumentó en la sala. All Might intercambió miradas con Inko y Endeavor, quien frunció el ceño, pensativo.

—Lo entiendo, Tomioka —dijo All Might—. Pero eso hace que su poder sea aún más peligroso. La protección que siente por su familia puede transformarse en una rabia destructiva.

—Exactamente —agregó Endeavor, cruzando los brazos—. Si Rui es capaz de matar a Muscular sin piedad, no se detendrá ante nada. Su amor por ellos lo ha vuelto más fuerte, pero también más incontrolable.

Tomioka asintió, comprendiendo la preocupación de sus compañeros.

—Eso significa que debemos tener cuidado. Necesitamos un enfoque más estratégico. No podemos simplemente enfrentarlo con fuerza bruta, o nos arriesgamos a perder más de lo que podemos permitirnos.

Nezu, siempre calculador, intervino:

—Si Rui está tan decidido a proteger a su familia, quizás deberíamos encontrar una manera de involucrar a Monoma, Shinso, y Senjuro en nuestra estrategia. Podríamos intentar hablar con ellos, hacerles entender las implicaciones de la situación.

Mirko, sin embargo, no pareció convencida.

—Pero, ¿y si eso falla? ¿Y si se ponen del lado de Rui y atacan a los héroes? No podemos darnos el lujo de ser complacientes.

Aizawa, siempre pragmático, habló:

—No se trata de ser complacientes. Se trata de entender que Rui ha cambiado. Si hay alguna posibilidad de redimirlo, debemos intentar aprovecharla. La comunicación y la negociación pueden ser nuestras mejores armas en este momento.

Tomioka miró a sus compañeros, considerando sus palabras.

—Entonces, debemos actuar rápido. Si podemos contactar a su familia, tal vez podamos hacerles ver que hay una salida que no implique el conflicto. Pero tenemos que hacerlo con cuidado; la situación es delicada.

Con un nuevo sentido de urgencia, todos comenzaron a planificar sus próximos pasos, conscientes de que lo que estaba en juego era más grande que ellos mismos. La familia de Rui Ayaki podría ser la clave para cambiar el rumbo de la batalla, pero también podría ser el motivo de su destrucción.

Mirko frunció el ceño mientras escuchaba a Tomioka. La idea de Rui Ayaki, un demonio, tenía sus propias reglas de combate, la dejó desconcertada.

—¿Estás diciendo que Rui no ataca a niños, bebés, ancianos, ni a familias? —preguntó, su tono cargado de incredulidad—. Eso suena demasiado... benévolo para un demonio. ¿Por qué haría eso?

Tomioka asintió, comprendiendo su escepticismo.

—Lo que parece es que Rui ha desarrollado un código propio. Él se enfoca en aquellos que considera verdaderamente malvados: villanos, héroes corruptos, acosadores y malas influencias. Tal vez, en su mente, ha decidido que el verdadero enemigo no son los inocentes, sino aquellos que les hacen daño.

—Eso es muy arriesgado —intervino Aizawa—. Aunque tenga ese código, su poder sigue siendo inmenso. Si se siente amenazado o acorralado, no dudará en actuar.

—Lo sé, pero debemos reconocer que tiene un lado que lo protege —dijo Mirko, todavía en desacuerdo—. No puedo confiar en un demonio, sin importar qué. La violencia siempre está a la vuelta de la esquina con ellos. Si su familia o sus amigos son atacados, se volverá contra nosotros.

All Might se cruzó de brazos, pensativo.

—Sin embargo, hay algo que aprender aquí. Si Rui realmente protege a su familia y a los inocentes, eso podría ser una debilidad que podríamos explotar.

Mirko suspiró, sintiéndose conflictuada.

—No me malinterpreten; no estoy diciendo que debamos dejarlo libre. Solo creo que debemos ser estratégicos. No podemos subestimar a Rui Ayaki, ni a su lealtad a su nueva familia.

Nezu asintió, su mente trabajando a toda velocidad.

—Eso significa que debemos acercarnos a esta situación con precaución. Tal vez podamos averiguar más sobre su familia y sus lazos. Si podemos comunicarnos con ellos, tal vez podríamos encontrar una forma de persuadirlo.

Tomioka concluyó:

—Por ahora, sigamos vigilando a Rui Ayaki y su grupo. La familia puede ser nuestra mejor oportunidad para evitar un conflicto directo. Pero no perdamos de vista que, a pesar de sus restricciones, sigue siendo un demonio con un gran poder.

Tamayo miró con preocupación a Yushiro, su rostro reflejando la seriedad de la situación.

—Sí, Rui Ayaki y su familia han establecido su territorio y, con la protección de Muzan, se están volviendo cada vez más difíciles de manejar —respondió Tamayo—. Es un problema que necesitamos abordar con cuidado.

Yushiro asintió, consciente de la influencia que Rui podía tener sobre otros demonios y sobre la situación en general.

—Muzan siempre ha tenido sus favoritos, y parece que Rui es uno de ellos. Si se siente amenazado, no dudaría en usar su poder para protegerlo, lo que complica aún más las cosas para nosotros.

Izumi, que había estado escuchando en silencio, finalmente intervino.

—Lo que me preocupa es cómo afectará esto a los cazadores de demonios y a aquellos que buscan detener a Muzan. Rui podría ser un obstáculo considerable, especialmente si se pone en su camino.

Tamayo miró a Izumi con una mezcla de compasión y determinación.

—Debemos ser astutos. No solo se trata de Rui, sino de cómo interactúa con los demás. Si su familia lo respalda y él se convierte en un aliado poderoso, podría ser nuestra oportunidad para infiltrarnos en el círculo de Muzan. Tal vez Rui pueda ser persuadido para unirse a nuestra causa, especialmente si se siente amenazado por los cazadores de demonios.

Yushiro se cruzó de brazos, reflexionando.

—Pero, ¿cómo logramos eso? Rui tiene un fuerte vínculo con su nueva familia, y cualquier intento de manipulación podría hacer que se vuelva contra nosotros. Necesitamos un enfoque más delicado.

Izumi respiró hondo, sintiendo la presión de la situación.

—Quizás deberíamos investigar más sobre su familia y sus lazos emocionales. Si entendemos lo que realmente significa para él, tal vez podamos encontrar un camino para convencerlo de que no somos sus enemigos.

Tamayo asintió, sintiéndose un poco más esperanzada.

—Es un buen comienzo. Necesitamos trabajar juntos para encontrar una solución que no solo evite un enfrentamiento, sino que también aproveche cualquier debilidad en la estrategia de Muzan.

Los tres compartieron una mirada decidida, sabiendo que el camino por delante sería complicado, pero necesario para restaurar el equilibrio y detener a Muzan Kibutsuji.

amayo observó la muestra de sangre de Rui Ayaki con una mezcla de esperanza y determinación.

—Estoy logrando crear una cura para Nezuko —dijo, ajustando sus gafas—. La sangre de Rui tiene propiedades únicas que podrían ser clave para devolverle su humanidad. También estoy desarrollando un veneno que podría debilitar a Muzan, lo que sería un gran avance en nuestra lucha.

Yushiro frunció el ceño, su mirada intensa.

—Pero no debemos olvidar lo que Rui Ayaki es ahora. No piensen que lo curaremos. Él se ha convertido en un demonio y ha encontrado un nuevo propósito y una nueva familia. No lo haremos volver a ser lo que era.

—Exactamente —confirmó Yushiro, su tono firme—. Rui merece justicia por lo que le hicieron. Ustedes, Inko, Toshinori e Izumi,

Inko, Toshinori e Izumi se miraron entre sí, la incredulidad reflejada en sus rostros. La clase 1A, que había estado escuchando en silencio, también se mostró atónita por las palabras de Yushiro.

—¿Cómo puedes decir eso? —preguntó Inko, su voz temblorosa—. Rui es nuestro hijo. Aunque haya cambiado, sigue siendo parte de nuestra familia.

—¿Familia? —replicó Yushiro, su mirada penetrante—. ¿De verdad piensan que Rui podría volver a confiar en ustedes después de lo que le hicieron? No solo lo abandonaron, sino que lo maltrataron. Ha encontrado su lugar con aquellos que lo valoran y lo respetan.

Toshinori, conocido como All Might, intentó intervenir.

—Lo sé, cometimos errores. Pero lo que necesitamos ahora es encontrar una manera de ayudarlo, de traerlo de vuelta. Él todavía es parte de nosotros.

Izumi, con lágrimas en los ojos, añadió:

—Nunca quise que Rui sufriera. Si tan solo pudiera hablar con él, explicarle cuánto lo amamos...

—No se trata solo de amor —interrumpió Tamayo, manteniendo su enfoque en su trabajo—. Se trata de lo que él ha elegido ser ahora. Rui ha formado su propia familia, y no dudaría en protegerla a toda costa.

—¿Y qué hay de Kota? —preguntó alguien de la clase 1A, alarmado—. Rui lo convirtió en demonio. ¿Eso no les preocupa?

Inko se llevó las manos a la cabeza, angustiada.

—¡No puedo creer que hayamos llegado a esto! ¿Cómo podemos detenerlo?

Yushiro observó a Inko con compasión, pero también con firmeza.

—Si quieren salvar a Rui, deben estar preparados para enfrentarlo como es ahora. No como el niño que solía ser, sino como el demonio que ha elegido proteger a su nueva familia. Su vínculo con Muzan solo lo fortalece.

Las palabras resonaron en el aire, y la tensión creció en la sala. La clase 1A sabía que debían tomar decisiones difíciles, y las repercusiones de sus acciones pasadas se sentían más que nunca.

Tamayo asintió, su expresión decidida.

—Es cierto. Nuestro objetivo debe ser liberar a Rui Ayaki, Monoma, Shinso, Senjuro y Kota del control de Muzan. No podemos permitir que sean marionetas en su juego.

Yushiro, con una mirada grave, continuó.

—Pero para lograr eso, debemos entender que Rui, aunque se ha convertido en un demonio poderoso, no es el verdadero enemigo. La verdadera amenaza son Muzan y las seis Lunas Superiores. Ellos son quienes los mantienen atados y los obligan a seguir un camino de violencia y destrucción.

Tamayo miró a los héroes y a la clase 1A.

—Debemos unir fuerzas. Si trabajamos juntos, podemos encontrar una manera de enfrentarlos. No solo debemos preocuparnos por Rui, sino por todos los inocentes que sufren a causa de Muzan y All For One.

All Might, con una expresión de determinación, respondió:

—Entonces es un plan. Primero, debemos fortalecer nuestras habilidades y estrategias. No solo enfrentaremos a Muzan, sino también a la Liga de Villanos. Necesitamos estar listos para cualquier cosa.

Izumi, con el corazón pesado, pero esperanzada, añadió:

—Si Rui y los demás pueden ser liberados, quizás puedan ayudarnos a luchar contra Muzan. Sabemos que tienen el potencial para cambiar.

La clase 1A, asintiendo con firmeza, se preparó para la batalla que se avecinaba. Se dieron cuenta de que no solo luchaban por Rui, sino por un futuro donde todos pudieran vivir sin miedo.

Yushiro, mirando a todos con seriedad, concluyó:

—Recuerden, nuestro mayor desafío será enfrentar no solo a los demonios, sino también a las decisiones y errores del pasado. Si queremos tener éxito, debemos actuar como una verdadera familia, apoyándonos mutuamente en esta lucha.

Zenitsu estaba sentado en un rincón, mirando videos en su teléfono, disfrutando de un momento de tranquilidad. Sin embargo, cuando la pantalla mostró a Rui Ayaki en bragas y a Kota en tanga bailando Pole Dance, su reacción fue explosiva. Con un movimiento rápido, escupió la bebida que estaba tomando, mojando a Mineta en la cara.

—¡¿Qué demonios es esto?! —exclamó Zenitsu, su rostro rojo como un tomate, mientras trataba de cubrirse los ojos con las manos, tratando de procesar lo que había visto.

Mineta, sorprendido y empapado, gritó:

—¡Oye! ¡¿Por qué me escupiste?! ¡Eso no es justo!

Los héroes pro, junto a Yushiro y Tamayo, se giraron hacia Zenitsu, boquiabiertos ante su reacción. All Might frunció el ceño, intentando no reírse, mientras Inko y Izumi intercambiaban miradas de sorpresa.

—No puedo creer que esto esté sucediendo —dijo Tanjiro, tratando de mantener la calma, aunque su rostro también mostraba un leve sonrojo.

La clase 1A y 1B miraban la escena con asombro. Algunos reían suavemente, mientras que otros se preguntaban cómo Zenitsu podía reaccionar así ante una situación tan inesperada.

—¿De verdad viste eso? —preguntó Bakugo, con una expresión entre divertida y sorprendida—. Solo tú podrías hacer algo así, Zenitsu.

Zenitsu, todavía avergonzado, intentó justificar su reacción:

—¡No es mi culpa! ¡Fue... fue un shock visual!

—Bueno, eso es un espectáculo que no esperaba ver hoy —añadió Yushiro, mientras Tamayo miraba la escena con una mezcla de sorpresa y diversión.

La situación, aunque extraña, rompió el hielo entre todos, provocando risas y comentarios sobre lo que había ocurrido. Zenitsu, aunque avergonzado, no pudo evitar reírse de la locura de la situación.

Zenitsu, aún recuperándose de su vergüenza, exclamó con entusiasmo:

—¡No lo van a creer! ¡Vi a Rui Ayaki en bragas de Izumi y a Kota en tanga bailando Pole Dance en una feria! ¡Y lleva más de un millón de me gusta!

La habitación quedó en completo silencio mientras todos procesaban lo que acababan de escuchar. Los ojos de los héroes pro se abrieron como platos, y un murmullo de sorpresa recorrió a la clase 1A y 1B.

All Might se frotó la frente, tratando de mantener su imagen de héroe.

—¿De verdad estás hablando en serio, Zenitsu? —preguntó, claramente incrédulo.

Inko miró a su hijo Izumi con preocupación, sus cejas fruncidas.

—¿Eso es lo que hacen los demonios ahora? —musitó, sintiéndose algo incómoda.

Izumi, en un estado de shock, se quedó sin palabras, sus mejillas ardiendo de la vergüenza.

—¿Cómo es posible que algo así esté en internet? —interrogó Tanjiro, tratando de comprender cómo un espectáculo así había llegado a volverse viral.

Yushiro, en un intento por aportar algo de sentido a la situación, comentó:

—Rui Ayaki definitivamente está desafiando las normas sociales, y eso puede ser una declaración de su libertad como demonio.

Tamayo asintió, aunque no pudo evitar reírse un poco.

—Es cierto, y esto puede complicar aún más las cosas para los héroes y cazadores de demonios. —dijo, observando cómo la atención de todos se centraba en Zenitsu.

Bakugo, siempre rápido con sus comentarios, se cruzó de brazos y dijo:

—¿Qué demonios? ¿Ese tipo realmente piensa que puede hacer lo que quiera?

Mineta, aún empapado y sorprendido, gritó:

—¡Eso es increíble! ¡Quiero ver esos videos!

—¡No hay manera de que eso sea algo normal! —protestó Izumi, aún aturdida por la noticia.

La atmósfera se tornó tensa pero cómica a la vez, con todos los presentes intentando digerir la increíble revelación que Zenitsu había traído a la mesa.

Mineta, incapaz de contener su emoción y perplejidad, soltó una risa nerviosa y dijo:

—¡Tengo que admitir que el cuerpo de Rui Ayaki se ve caliente con esas bragas!

Se giró hacia sus compañeros, sus ojos brillando con un aire de admiración y confusión.

—Lo vi cuando era Izuku antes de convertirse en Rui Ayaki, usando las bragas de Izumi. ¡Estaba caliente antes de ser demonio, pero ahora está aún más caliente!

Los demás lo miraron con sorpresa y un poco de desaprobación.

Bakugo, con su habitual actitud, le lanzó una mirada de desdén.

—¡Deja de babear, pervertido! —gritó, cruzándose de brazos. —Rui no es alguien a quien deberías estar mirando de esa manera.

Izumi se sonrojó aún más, apretando los puños.

—No puedo creer que estés hablando así de Rui, ¡es un demonio!

Tanjiro, siempre el pacificador, intervino.

—Mineta, creo que deberías enfocarte en cosas más importantes. Rui Ayaki tiene su propia familia y responsabilidades.

Yushiro, aunque algo divertido, comentó:

—Es interesante cómo las percepciones pueden cambiar. Rui ha pasado por mucho, y su forma actual refleja su lucha y evolución.

Tamayo asintió, tratando de desviar la conversación.

—Es verdad, pero debemos tener cuidado de no caer en la superficialidad. Rui ha encontrado su lugar, y eso es lo que realmente importa.

En medio de la tensión, Zenitsu, aún emocionado por la situación, añadió:

—¡Pero lo más loco es que lleva más de un millón de me gusta! Eso es un éxito total.

La conversación tomó un giro extraño, pero todos sabían que, en el fondo, Rui Ayaki y su evolución como demonio seguían siendo el tema principal. La familia y los vínculos que había formado se mantenían en el centro de sus pensamientos, y la atención a sus acciones seguiría siendo crucial en los tiempos venideros.

Muzan, con su habitual aire de autoridad, se dirigió a Nakime mientras observaba la extraña estructura del Castillo del Infinito. Las paredes de madera y los pasillos que parecían desvanecerse en la nada le recordaban la naturaleza caótica y aterradora del lugar.

—Has hecho un buen trabajo al traerlos aquí —dijo Muzan, señalando a Tomura, Kurogiri, Toga, Dabi, Spinner, Stain y Magne, quienes estaban visiblemente asombrados por el entorno.

Tomura miró a su alrededor, aún tratando de adaptarse a la surrealista experiencia.

—¿Qué es este lugar? —preguntó, incapaz de ocultar su asombro.

Kurogiri, siempre sereno, observó la estructura con interés.

—Es una dimensión alternativa. Su naturaleza es bastante inusual, lo que permite a los demonios interactuar con ella de formas que desafían la lógica.

Toga, sin poder contener su entusiasmo, saltó en el lugar.

—¡Es increíble! ¡Es como un sueño! —exclamó, emocionada por la oportunidad de explorar un castillo tan extraño.

Dabi se cruzó de brazos, su expresión entre intrigada y despectiva.

—Todo esto es raro. ¿Qué planeas hacer aquí, Muzan?

Muzan se volvió hacia ellos, su mirada fría y calculadora.

—Este lugar será fundamental para nuestros planes. Con el Castillo del Infinito, podemos movernos entre dimensiones y atacar a nuestros enemigos desde múltiples frentes. La capacidad de cambiar el entorno a voluntad nos da una ventaja inigualable.

Stain, siempre crítico, frunció el ceño.

—¿Y qué hay de los cazadores de demonios? ¿No crees que tendrán un plan para contrarrestar esto?

Muzan sonrió, una expresión que no presagiaba nada bueno.

—Siempre habrá quienes se opongan a nosotros. Pero con este castillo y la lealtad de cada uno de ustedes, no solo dominaremos esta realidad, sino que también acabaremos con aquellos que se atrevan a interponerse en nuestro camino.

Magne, aún asimilando la situación, preguntó:

—¿Y Rui Ayaki? ¿Qué papel jugará él en todo esto?

—Rui ha encontrado su familia y ha formado lazos significativos, lo que lo hace más peligroso —respondió Muzan, su voz suave pero llena de amenaza. —Sin embargo, su lealtad podría ser nuestra ventaja. Dependerá de cómo gestionemos nuestras interacciones con él.

Mientras el grupo reflexionaba sobre sus palabras, Nakime tomó su biwa, lista para demostrar su poder sobre el castillo. Las paredes comenzaron a vibrar y a cambiar, y las habitaciones se reconfiguraron a su voluntad.

—Prepárense para una nueva fase en nuestra lucha. Este castillo será nuestro bastión, y nadie podrá detenernos.

La determinación se reflejó en los rostros de los presentes, cada uno sintiendo la emoción y la presión de lo que vendría. La alianza entre los demonios y la Liga de Villanos había tomado una nueva dirección, y la batalla por el futuro estaba a punto de comenzar.

El ambiente en la fortaleza del Castillo del Infinito se volvió tenso cuando Nakime teletransportó a Douma, quien apareció con una expresión de satisfacción mientras devoraba una pierna de mujer. La escena era grotesca y, a pesar de la naturaleza demoníaca de todos presentes, causó una ola de desagrado entre la Liga de Villanos.

Douma, ajeno a la incomodidad que estaba generando, sonrió con desdén mientras masticaba, disfrutando del sabor de su macabro tentempié.

—¡Ah, Nakime! Este lugar tiene un aroma delicioso —dijo Douma, mirando a su alrededor con ojos brillantes, completamente despreocupado por la presencia de sus compañeros.

Sin embargo, Akaza, que había estado observando con creciente enojo, no pudo contenerse más. Se acercó a Douma y, con un movimiento rápido, le propinó un fuerte golpe en el estómago que hizo que el demonio se doblara hacia adelante, soltando la pierna que estaba sosteniendo.

—¡¿Qué demonios crees que estás haciendo, Douma?! —gritó Akaza, su voz resonando con furia. —Las mujeres se respetan. No puedes simplemente tratarlas como comida.

Douma, sorprendido y aún respirando con dificultad, levantó la vista hacia Akaza, su sonrisa habitual ahora sustituida por una expresión de irritación.

—¿Y tú qué? —respondió Douma, recuperando la compostura. —Siempre tan serio. No tienes sentido del humor. La vida es corta, y comer es una parte de ello. Además, ¡estaba disfrutando!

Tomura y el resto de la Liga de Villanos observaron la escena con una mezcla de curiosidad y desdén.

—¿Es en serio? —dijo Spinner, todavía tratando de procesar lo que había visto. —No puedes comer así a la gente. Eso es... grotesco.

Toga se unió a la conversación, claramente divertida por el espectáculo.

—¡A mí me parece divertido! ¡Pero un poco de respeto no estaría mal, Douma!

Akaza se cruzó de brazos, todavía molesto.

—La violencia contra los débiles no es algo de lo que deberías presumir. Debes entender que no estamos aquí solo para causar caos sin razón. Si piensas así, estás mal.

Muzan, observando la dinámica entre sus subordinados, finalmente intervino, su tono frío y autoritario.

—Douma, te recomiendo que pienses en cómo tus acciones afectan nuestra imagen y misión. El respeto es crucial, incluso entre demonios.

Douma se encogió de hombros, dejando caer la pierna al suelo, como si no le importara lo más mínimo.

—Está bien, está bien. Prometo ser más considerado... hasta el próximo festín.

La tensión se disipó, pero el sentimiento de desconfianza quedó en el aire. Cada demonio sabía que, aunque compartían la misma causa, sus personalidades y métodos podían chocar de maneras inesperadas. La alianza que habían formado era frágil, y todos estaban conscientes de que cualquier desliz podría tener graves consecuencias en el futuro.

La atmósfera en el Castillo del Infinito se volvió aún más intrigante cuando Daki y Gyutaro, los hermanos demonio del Rango Superior 6, hicieron su aparición junto a Gyokko, quien apareció en su característica vasija.

Daki, con su elegancia habitual, sonrió mientras se acomodaba el cabello, mientras Gyutaro mantenía una postura más defensiva, observando a los presentes con desconfianza.

Gyokko, que había sido transportado en su vasija decorativa, sonrió con aire de superioridad. —Ah, qué interesante. Aquí están los nuevos aliados de Muzan. —Su voz era melodiosa, pero había un matiz de arrogancia que lo hacía sonar despectivo.

Dabi, siempre sarcástico, no pudo evitar lanzar un comentario. —Una vasija... ¿y ahora somos parte de un espectáculo de magia? Toga, ¿tú eres el genio de la lámpara? ¡Ve a pedir deseos! —Dijo con una risa burlona.

Toga, entusiasmada con la idea, aplaudió con alegría. —¡Sí! ¡Quiero un deseo! ¡Quiero poder hacer lo que quiera, cuando quiera!

Sin embargo, Gyokko, claramente molesto por el comentario de Dabi, se cruzó de brazos. —No soy un genio de vasija. No estoy aquí para cumplir deseos. —Su voz se volvió grave y amenazante. —Soy un artista y un demonio de sangre, y no toleraré la frivolidad.

Dabi se encogió de hombros, sin inmutarse ante la amenaza implícita. —Relájate, amigo. Solo bromeaba. Pero, ¿qué tienes planeado? ¿Arte de sangre o algo más? —su tono era provocador, disfrutando de la tensión que se generaba.

Gyutaro, que había estado escuchando en silencio, finalmente intervino. —No estamos aquí para entretenerlos. Venimos a cumplir órdenes y a mantener el orden. No olviden que la lealtad a Muzan es lo que nos mantiene con vida.

Toga, aún emocionada, se giró hacia Daki. —¿Y tú? ¿Tienes algún deseo?

Daki sonrió con complicidad. —Solo deseo que todos ustedes reconozcan la belleza en el caos que creamos.

El ambiente estaba cargado de expectativas, cada uno consciente de su posición en el entramado de demonios y villanos que se habían alineado bajo la sombra de Muzan. La tensión entre la Liga de Villanos y los nuevos llegados era palpable, pero también lo era la posibilidad de poderosos vínculos y alianzas. Todos sabían que en este mundo, la traición y la lealtad podían cambiar en un instante.

La llegada de Kaigaku junto a Kokushibo, la Primera Luna, provocó una ola de murmullos entre los miembros de la Liga de Villanos. Kaigaku, con su aire arrogante y una sonrisa despectiva, se sentó al lado de su maestro, quien era la representación del poder y la sofisticación demoníaca. Sus seis ojos centelleaban con una sabiduría y un peligro inigualables, dándole una apariencia aterradora y mística.

Stain, siempre observador y analítico, no pudo evitar sentir una mezcla de respeto y temor ante la presencia de Kokushibo. A medida que los ojos del demonio se movían por la sala, el Cazador de Héroes sintió que una fuerza inquebrantable emanaba de él. La fama de Kokushibo como un guerrero formidable precedía su llegada, y Stain se sintió intrigado por el poder que emanaba de su ser.

—Así que este es el famoso Kokushibo, el legendario guerrero de la noche —dijo Stain, acercándose con un aire desafiante. —He escuchado muchas historias sobre ti.

Kokushibo, con su porte sereno, observó a Stain con una mirada que parecía atravesarlo. —¿Eres el que busca la justicia a través de la sangre? —preguntó, su voz profunda y resonante. —Tus métodos son... curiosos.

Stain sonrió levemente, sintiendo que había captado la atención de uno de los más poderosos. —La justicia no siempre es amable, y a veces es necesario ensuciarse las manos. —Se detuvo un momento, mirando fijamente los seis ojos de Kokushibo. —Y tú, ¿qué opinas de la justicia? ¿La encuentras en la lucha o en la muerte?

Kaigaku se rió entre dientes, disfrutando del intercambio. —Él no busca justicia, Stain. Busca el poder y la venganza. —Se giró hacia su maestro, mostrando admiración. —Y lo hace de una manera que pocos podrían igualar.

Kokushibo desvió la mirada hacia Kaigaku, una leve sonrisa en sus labios. —El poder es un medio para alcanzar el fin, pero es el respeto lo que realmente se debe obtener.

Dabi, que había estado observando con una mezcla de interés y escepticismo, finalmente intervino. —¿Y cómo se gana ese respeto? ¿Destruyendo a los héroes o a los débiles? —dijo, su tono cargado de provocación.

—Se gana enfrentándose a los verdaderos adversarios —respondió Kokushibo, su mirada volviendo a Dabi, llena de un desafío silencioso. —No todos los héroes son dignos de ser llamados así.

El ambiente se volvió tenso mientras las palabras de Kokushibo resonaban, y cada miembro de la Liga de Villanos se dio cuenta de que estaban en presencia de alguien que no solo era poderoso, sino también estratégico y despiadado en su búsqueda de poder. La dinámica entre ellos y los demonios superiores comenzaba a tomar forma, y todos sabían que el resultado de esta alianza podría cambiar el rumbo de la batalla que se avecinaba.

La aparición de Hantengu, el Rango Superior 4, junto a sus cuatro emociones personificadas, trajo un aire peculiar a la fortaleza. Hantengu, con su aspecto frágil y temeroso, contrastaba notablemente con la imponente presencia de Kokushibo y los demás demonios. Sus clones, cada uno representando una emoción diferente, se movían a su alrededor, como si fueran sombras que reflejaban los aspectos más oscuros de su psique.

Sekido, el que encarnaba la ira, se mantuvo erguido, su mirada feroz y desafiante. Cada vez que Hantengu titubeaba o mostraba signos de miedo, Sekido fruncía el ceño, ansioso por desatar su furia. —¡Deja de temblar, Hantengu! —gritó, su voz resonando como un trueno. —No estamos aquí para jugar. Tenemos un propósito.

Karaku, el representante del placer, parecía más relajado, sonriendo mientras observaba a los otros. —Calma, Sekido. El miedo de Hantengu es lo que nos mantiene vivos. Sin él, no seríamos nada. —Su tono era despreocupado, como si todo fuera un juego, incluso cuando se trataba de su existencia como demonios.

Aizetsu, encarnando la tristeza, miraba con una mezcla de compasión y desdén hacia Hantengu. —Tu miedo es comprensible, hermano. El mundo es un lugar aterrador, y nosotros somos los que traemos el caos. Pero eso no significa que debas rendirte. —Su voz era suave, casi melancólica, como un susurro en medio de la tormenta.

Finalmente, Urogi, la representación de la alegría, dio un paso adelante, su risa resonando en la sala. —¡Vamos, Hantengu! Deberías disfrutar de este momento. Estamos rodeados de poderosos aliados. ¡Esta es nuestra oportunidad para brillar! —Su entusiasmo contrastaba con la naturaleza sombría de los otros, proporcionando un respiro ligero en medio de la tensión.

La llegada de este grupo de emociones generó reacciones diversas entre los miembros de la Liga de Villanos. Tomura los miró con curiosidad, preguntándose qué papel jugarían en su creciente conflicto con los héroes. Kurogiri, observando con su mente estratégica, pensó en cómo podrían utilizar a Hantengu y sus emociones para sus propios fines.

Dabi, siempre crítico, dijo con desdén: —¿Qué pueden hacer esos tipos? Se ven más como un circo que como un ejército.

Kokushibo, sin embargo, observaba atentamente. —No subestimes la fuerza de las emociones, Dabi. Cada uno de ellos tiene su propia forma de poder. Hantengu puede ser un cobarde, pero sus clones representan aspectos que pueden ser devastadores en combate.

Hantengu, aún temeroso, balbuceó: —No, no, por favor... no me dejen solo... —Sintió la presión de todas las miradas, y su cuerpo tembló aún más.

—¡Silencio! —gritó Sekido, mientras los otros se mantenían cerca, listos para actuar si era necesario. Hantengu podía ser un demonio temeroso, pero su valor como Rango Superior no debía ser olvidado.

El ambiente se tensó aún más, y todos en la sala sabían que, a pesar de las personalidades dispares, los peligros que acechaban fuera eran reales. La reunión de demonios y villanos era un paso más hacia la confrontación inevitable con los héroes, y cada uno de ellos debía estar listo para enfrentar sus propios miedos y las batallas que se avecinaban.

La atmósfera en la fortaleza cambió radicalmente cuando Rui Ayaki hizo su entrada, cubierto con una manta que apenas contenía su ropa interior. Monoma, Shinso y Senjuro lo seguían, luciendo camisas y shorts cómodos, mientras que Kota, con un kimono que Rui le había prestado, parecía un poco perdido en la amplia tela.

Rui, claramente un poco avergonzado, se dirigió a los presentes con una mezcla de frustración y humor. —¡Dijimos que Kota le regaló su vestimenta a Katsuma porque se enamoró! ¡Ahora tengo que prestarle mi kimono, pero le queda grande! —Su voz era un susurro de indignación mientras tiraba de la manta, tratando de cubrirse lo mejor posible.

Kota sonrió tímidamente, sus mejillas sonrojadas, mientras los demás en la sala intercambiaban miradas de sorpresa y diversión. La imagen de Rui, un demonio temido por muchos, ahora cubierto con una manta y en ropa interior, era difícil de ignorar.

Monoma, con una sonrisa burlona, no pudo evitar comentar: —Vaya, Rui, parece que has pasado de ser el temido demonio a... bueno, a esto. ¿Te gusta el look?

Shinso se rió suavemente, disfrutando de la rareza del momento. —Tal vez deberías considerar hacer de esto una nueva tendencia. La moda demoníaca.

Senjuro, con una sonrisa comprensiva, agregó: —Todos tenemos momentos de vergüenza, Rui. No te preocupes, a Kota le queda bien el kimono, aunque sea un poco grande.

La Liga de Villanos y los otros demonios observaron la escena con una mezcla de incredulidad y diversión. Douma se echó a reír, disfrutando del espectáculo. —¡Mira quién está sufriendo ahora! ¡El gran Rui Ayaki en ropa interior! Esto es lo mejor que he visto en años.

Akaza miró con desdén, aunque había un destello de diversión en sus ojos. —Esto es patético, Rui. Deberías ser más cuidadoso con tu vestimenta.

Kokushibo, con su mirada severa, observaba en silencio, pero no pudo evitar levantar una ceja ante la extraña situación.

Rui, sintiendo la presión de todas las miradas, suspiró y se encogió un poco más en la manta. —Solo... ¡dejen de reírse y enfoquen su atención en lo que realmente importa!

La risa y las bromas continuaron, pero en medio de la diversión, la tensión que rodeaba la fortaleza seguía presente. Aunque este momento parecía trivial, todos sabían que se estaban preparando para conflictos mucho más serios en el futuro. A pesar de las risas, el peligro aún acechaba, y Rui y sus amigos debían estar listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara.

La risa de Enmu resonó en la fortaleza, cortando la tensión del ambiente. —¡Mira a Rui Ayaki! ¡Con una manta! Nunca pensé que vería a un demonio tan poderoso luciendo tan... ridículo. —Se burló, disfrutando del espectáculo.

Sin embargo, Rui, ya cansado de las risas y los comentarios, no tardó en reaccionar. Con un movimiento rápido, usó su habilidad de manipulación de hilos. Delgados pero afilados hilos de seda brotaron de su cuerpo, rodeando el cuello de Enmu con fuerza.

—¿Te parece gracioso, Enmu? —dijo Rui con voz fría, tirando de los hilos, sintiendo el poder correr por su cuerpo mientras la presión aumentaba. —Te aconsejo que dejes de reírte si no quieres terminar como un simple juguete.

Enmu, sorprendido por la velocidad y la agresividad de Rui, comenzó a toser, sintiendo cómo los hilos cortantes se apretaban a su alrededor. Su sonrisa se desvaneció rápidamente, y aunque intentó mantener su aire de confianza, sus ojos revelaban un atisbo de miedo.

—¡Espera, espera! Solo estaba bromeando —se defendió, luchando por liberar su cuello.

Los demás demonios observaron con atención la escena, algunos sorprendidos por la repentina agresividad de Rui, mientras que otros como Douma y Akaza solo se reían ante la situación. Monoma y Shinso intercambiaron miradas cómplices, sintiendo que la tensión del momento había cambiado rápidamente de rumbo.

—¡Rui, suéltalo! —exclamó Senjuro, tratando de calmar la situación. —No vale la pena pelear entre nosotros.

Kota observaba con los ojos muy abiertos, un poco asustado, pero al mismo tiempo admirando la valentía de Rui al defender su honor. Rui, notando la preocupación en los ojos de Kota, aflojó un poco la presión, pero no dejó de mirarlo fijamente.

—Este es un recordatorio para todos —dijo Rui, su tono ahora más firme—. No se burlen de mi familia. No dudaré en defender lo que es mío.

Finalmente, con un último tirón de sus hilos, Rui liberó a Enmu, quien cayó de rodillas, respirando con dificultad, su cara mostrando una mezcla de alivio y humillación.

—No olvides esto, Enmu —le advirtió Rui, mientras los hilos regresaban a su cuerpo, su mirada aún fija en el demonio caído—. La próxima vez, podrías no tener tanta suerte.

La Liga de Villanos observaba con atención la escena que se desarrollaba ante ellos, sus expresiones variando entre sorpresa y diversión. La tensión en el aire era palpable, y la dinámica entre Rui Ayaki y Enmu generaba un espectáculo inesperado.

Tomura Shigaraki, cruzado de brazos, no pudo evitar sonreír al ver cómo Rui mostraba su fuerza y determinación. "Vaya, parece que ese chico tiene más de lo que se ve a simple vista", murmuró, un brillo de interés en sus ojos.

Toga, con una risita contagiosa, comentaba entre dientes: "¡Me encanta! ¡Es como una telenovela de demonios! ¡Rui está tan cool!" Su entusiasmo contrastaba con la expresión más seria de Dabi, que simplemente observaba con una ceja levantada, preguntándose si Rui sería una amenaza real o solo un demonio más en un mundo lleno de ellos.

—Este es el tipo de drama que me gusta —dijo Spinner, sintiéndose un poco más emocionado de lo habitual—. ¡Es como si Rui estuviera desafiando a todos a probarlo!

Stain, por su parte, permanecía en silencio, sus ojos fijos en Rui. "Ese es el espíritu que un verdadero guerrero debe tener", pensó, sintiendo una extraña admiración por la ferocidad de Rui, a pesar de su naturaleza demoníaca.

Magne, con una sonrisa burlona, agregó: "Así que este es el nuevo chico malo en la ciudad. Tal vez tengamos que invitarlo a nuestra pequeña fiesta, si puede manejar su temperamento".

Kurogiri, manteniendo su usual tono calmado, observaba la situación con un aire pensativo. "Interesante... Rui parece tener una conexión especial con su familia, algo que podría ser útil para nosotros", comentó, mirando a Tomura.

Mientras tanto, Enmu se recuperaba, respirando pesadamente. La Liga de Villanos pudo notar que a pesar de su debilidad, el demonio mantenía un aire de desprecio hacia Rui. La atmósfera se sentía eléctrica; la rivalidad estaba claramente a flor de piel. La Liga se dio cuenta de que estaban presenciando no solo una demostración de fuerza, sino también el surgimiento de un nuevo poder en el mundo de los demonios.

La situación era una mezcla de humor y tensión, y los villanos comprendieron que, aunque Rui era parte de la familia de Muzan, podría representar un cambio significativo en la dinámica entre ellos y el resto de los demonios, así como en la lucha contra los héroes.

"Puede que tengamos un nuevo aliado o un nuevo rival. Sea lo que sea, la historia se vuelve más interesante", pensó Tomura, mientras la atención de todos se centraba en lo que Rui haría a continuación.

En la U.A., la tensión se podía cortar con un cuchillo mientras los héroes se reunían en una sala de estrategias. Las luces estaban tenues, y el ambiente era pesado con la preocupación de lo que estaba por venir.

All Might se erguía en la cabecera de la mesa, su presencia imponente resonando en la sala. "Debemos encontrar una forma de enfrentarnos a Rui Ayaki y su familia. Su poder ha crecido de manera alarmante, y con su conexión a Muzan, no podemos permitir que se conviertan en una amenaza mayor", declaró con determinación.

Inko estaba sentada junto a él, visiblemente angustiada. "Rui no es el mismo niño que conocí. Ha cambiado. Su lealtad a Muzan es preocupante, pero también es nuestra oportunidad. Si podemos acercarnos a él, tal vez podamos salvarlo de su destino demoníaco".

Aizawa, con su mirada habitual de cansancio y seriedad, interrumpió. "Debemos ser cautelosos. Rui tiene un fuerte sentido de proteger a su familia. Cualquier intento de atacarlo podría resultar en represalias. No sólo contra él, sino contra todos aquellos que le importan".

Mirko se cruzó de brazos, mostrando su impaciencia. "Entonces, ¿qué vamos a hacer? Esperar a que se vuelva más poderoso y comience a atacar a los inocentes? Necesitamos ser proactivos. Si él y su familia son una amenaza, debemos actuar antes de que sea demasiado tarde".

Tamayo, quien había sido invitada para brindar su perspectiva como experta en demonios, habló. "Rui Ayaki ha demostrado que tiene un fuerte sentido de la familia. Si hay alguna posibilidad de que podamos usar eso a nuestro favor, debemos encontrar la manera de acercarnos a sus seres queridos. De esta forma, podríamos tener alguna influencia sobre él".

Izumi se animó al escuchar a Tamayo. "Podríamos intentar establecer un diálogo. Tal vez, si se siente amenazado, podría hacer algo impulsivo. Si logramos entender sus motivaciones y las de su familia, tal vez podamos encontrar una solución pacífica".

Bakugo, siempre el más impaciente, golpeó la mesa con su puño. "¡Diálogo! ¿De verdad crees que un demonio va a querer hablar? ¡Debemos prepararnos para luchar, no para charlar! ¡No podemos subestimar a Rui ni a su familia!"

Senjuro, que había estado escuchando atentamente, intervino. "Bakugo tiene razón en que debemos estar listos para la batalla, pero también debemos estar preparados para adaptarnos a cualquier situación. Si podemos evitar un enfrentamiento directo, sería lo ideal".

Mientras la conversación continuaba, los héroes comenzaron a formar estrategias para abordar la situación. La necesidad de actuar con rapidez y precisión se volvió clara a medida que la realidad del poder de Rui Ayaki y su familia se hacía evidente. A medida que discutían, la preocupación por el futuro de todos creció. Las decisiones que tomaran ahora podrían determinar el destino de muchos, tanto héroes como inocentes.

Nezu, con su astucia habitual, añadió: "También debemos considerar la naturaleza de los demonios. Sus debilidades son diferentes a las de los villanos comunes. Necesitamos recopilar información sobre sus habilidades y fortalezas. Cada detalle cuenta".

La reunión se alargó, y aunque había desacuerdos y diferentes puntos de vista, todos estaban unidos en un objetivo común: proteger a los inocentes y encontrar una manera de enfrentar la amenaza que representaban Rui Ayaki y su familia. La batalla entre el bien y el mal nunca había sido tan compleja, y el tiempo se estaba acabando.

Tanjiro se ajustó la banda en su frente mientras miraba a los héroes reunidos en la sala. "Los demonios atacan principalmente de noche", explicó con seriedad. "Es cuando están más activos y peligrosos. La oscuridad les proporciona una ventaja significativa".

Mirko, siempre directa, levantó una ceja. "¿Pero por qué la noche? ¿No pueden atacar durante el día también?"

Tanjiro asintió. "Esa es su debilidad. Los demonios mueren a la luz del sol. Exponen su verdadero poder solo cuando el sol se pone. La luz solar los quema completamente, lo que los hace vulnerables. Es por eso que prefieren moverse bajo la cobertura de la oscuridad. Además, el poder de las Espadas Nichirin es esencial para derrotarlos. La decapitación es una de las formas más efectivas de acabar con ellos".

Aizawa cruzó los brazos, reflexionando sobre la información. "Entonces, si podemos anticipar sus movimientos, tal vez podamos aprovechar esa debilidad. No debemos dejar que nos atrapen desprevenidos".

Mirko, sintiendo una mezcla de frustración y determinación, replicó: "Eso significa que necesitamos prepararnos para las noches de caza. No podemos permitir que se sientan cómodos. Si Rui Ayaki y su familia están bajo la protección de Muzan, debemos encontrar la manera de romper esa protección".

tomioka, que había estado escuchando en silencio, se unió a la conversación. "Tal vez podamos organizar patrullas durante la noche. Si logramos identificar su territorio, podemos establecer defensas y crear emboscadas. Si los atrapamos en un lugar donde no tengan la ventaja de la oscuridad, podríamos tener la oportunidad de enfrentarlos".

Inko, un poco preocupada, intervino. "Pero, ¿qué pasa con los inocentes? No quiero que nadie salga herido en este proceso. Debemos ser cuidadosos y considerar sus vidas también".

Tanjiro asintió, entendiendo la preocupación de Inko. "Tienes razón. La protección de los inocentes debe ser nuestra prioridad. Necesitamos un plan que minimice el riesgo para ellos, pero también que nos prepare para cualquier eventualidad".

A medida que la reunión continuaba, los héroes comenzaron a discutir tácticas y estrategias. La realidad de enfrentar a Rui Ayaki y su familia se estaba volviendo más tangible, y la necesidad de un enfoque estratégico se hizo más clara. La clave estaba en su debilidad frente a la luz del sol y el poder de las Espadas Nichirin, lo que proporcionaba un pequeño rayo de esperanza en medio de la creciente oscuridad.

Tanjiro, con la determinación brillando en sus ojos, continuó: "He eliminado demonios cortándoles la cabeza. Esa es la única forma de asegurarte de que no vuelvan a levantarse. No hay forma de encerrarlos en un lugar como Tartarus. La única solución es acabar con ellos de una vez por todas".

All Might, con su presencia imponente, asintió. "Tienes razón, Tanjiro. La lucha contra los demonios es una batalla constante, y debemos ser implacables. No podemos permitir que existan amenazas que puedan dañar a la humanidad. Cada demonio que eliminemos es un paso hacia un futuro más seguro".

Inko, preocupada por el futuro de su hijo, miró a Tanjiro y a los demás héroes. "Pero, ¿y si se llevan a los inocentes con ellos en su camino? Necesitamos una estrategia que minimice las bajas. No podemos simplemente ir a la caza sin pensar en las consecuencias".

Izumi, que había estado en silencio, intervino. "Tal vez podríamos crear un plan para rescatar a cualquier persona que esté en peligro. Si podemos identificar dónde están los demonios, podremos actuar rápido y evitar que se lastimen. No podemos subestimar la astucia de Rui Ayaki y su familia".

Tanjiro asintió. "Exactamente. La vigilancia es clave. Necesitamos conocer su territorio y sus movimientos. Si podemos anticipar sus ataques, podemos proteger a los inocentes y eliminar a los demonios sin causar más daños".

Aizawa, siempre pragmático, añadió: "Necesitamos dividirnos en equipos. Algunos deben encargarse de la defensa y la evacuación de los civiles, mientras que otros se enfocan en eliminar a los demonios. La colaboración entre héroes y cazadores de demonios es esencial".

La tensión en la sala aumentó mientras todos los presentes sabían que se acercaba una gran batalla. La idea de enfrentarse a Rui Ayaki y su familia, protegidos por Muzan, era intimidante, pero con un plan y un propósito claro, había una luz de esperanza. La lucha no solo era por la victoria, sino por la protección de todos los que consideraban valiosos.

Un cuervo, negro como la noche, voló hacia la U.A. y se posó en el hombro de All Might, quien lo miró con atención. El cuervo graznó, llamando la atención de todos los presentes. Con una voz clara y resonante, el ave entregó su mensaje: "Se ha encontrado una Luna Inferior. Es la primera en un tren. Los que irán a esa misión son Tanjiro, Inosuke, Zenitsu, Rengoku, Bakugo y Kirishima".

Tanjiro se enderezó de inmediato, su determinación palpable. "¡Debemos actuar rápido! Si se ha encontrado una Luna Inferior, eso significa que hay una gran amenaza en camino".

Rengoku, con su habitual entusiasmo, sonrió. "¡Una oportunidad perfecta para demostrar nuestro valor! ¡No podemos dejar que los demonios sigan causando terror!".

Inosuke, con su estilo desenfadado, agregó: "¡Espero que esté listo para una pelea! Quiero luchar contra ese demonio y demostrar quién es el mejor!".

Zenitsu, algo nervioso, miró a sus compañeros. "¿Y si nos atrapan? No sé si estoy listo para enfrentar a una Luna Inferior...".

Bakugo, cruzando los brazos, se rió de Zenitsu. "¡Cállate! ¡Eres un héroe ahora! ¡Deja de temerle a esos demonios y demuestra de qué estás hecho!".

Kirishima, sonriendo con confianza, apoyó a Bakugo. "Vamos, Zenitsu, tú también eres fuerte. Juntos, seremos imparables. ¡Protegamos a la gente!".

La atmósfera en la sala cambió rápidamente a una de determinación y camaradería. All Might, orgulloso de su clase, asintió. "Es una misión importante. Asegúrense de estar bien preparados y mantengan la comunicación en todo momento. La seguridad es lo primero".

Con un plan en mente y una misión clara, el grupo se preparó para enfrentarse a la Luna Inferior. La lucha por la humanidad continuaba, y cada uno de ellos estaba decidido a luchar por su causa.

Tanjiro, Nezuko, Inosuke, Zenitsu, Rengoku, Bakugo y Kirishima entraron al tren, listos para la misión. El ambiente era tenso, y todos podían sentir la presencia de la Luna Inferior que acechaba en la oscuridad.

Mientras exploraban el interior del tren, Bakugo notó una caja extraña en una esquina. "¿Qué es eso?" preguntó, frunciendo el ceño. Kirishima se acercó, curioso.

Justo en ese momento, la caja se abrió con un chirrido. Para sorpresa de todos, Nezuko salió de la caja con un bambú en su boca, mirándolos con sus ojos brillantes.

"¡Nezuko!" exclamó Tanjiro, sonriendo al ver a su hermana. "Me alegra que estés aquí".

Inosuke se cruzó de brazos, sorprendido. "¿Por qué está encerrada en una caja? ¡Eso es raro incluso para ti, Tanjiro!".

Zenitsu se tapó la boca, nervioso. "¿Es seguro tenerla aquí? ¡¿Y si se vuelve loca?!".

Rengoku rió con fuerza. "No hay necesidad de preocuparse. Nezuko está con su hermano y siempre se comporta. Además, su bambú la mantiene tranquila".

Bakugo observó a Nezuko con una mezcla de desdén y curiosidad. "¿Es en serio? ¿Una demonio y tú la llevas como una mascota?".

"¡Ella no es una mascota!" interrumpió Tanjiro, defendiendo a su hermana. "Nezuko es una demonio que protege a los humanos, y lo ha demostrado una y otra vez".

Kirishima, viendo la conexión entre Tanjiro y Nezuko, sonrió. "Es genial que tengas a tu hermana contigo. Eso es lo que realmente significa ser un equipo".

Con Nezuko a su lado y el objetivo de la misión claro, el grupo se preparó para lo que estaba por venir. El tren comenzó a moverse, y la tensión en el aire se hizo palpable, sabiendo que la Luna Inferior los esperaba en algún lugar adelante.

En un cuarto japonés tradicional, con tatamis en el suelo y decoraciones minimalistas, se encontraban Enji Todoroki (más conocido como Endeavor), Shota Todoroki y su hija Shota, quien llevaba un hermoso yukata de flores. Su padre, Enji, estaba vestido con un elegante traje negro, que contrastaba con la atmósfera tranquila del lugar. Sin embargo, la tensión era palpable, especialmente en la mirada que lanzaba Shota a su padre.

Frente a ellos estaban Maeda Yaoyorozu y su hijo Makoto Yaoyorozu, ambos mostrando una expresión de preocupación mientras miraban a Endeavor.

"Así que Rui Ayaki y su familia han establecido un territorio llamado distrito rojo," dijo Makoto, con un tono de voz que reflejaba tanto admiración como desdén. "¿Qué planes tienes para lidiar con él, Endeavor?"

Endeavor se cruzó de brazos, su expresión seria. "Shoto fue enviado en una misión para eliminar una Luna Inferior. Es crucial que los demonios no se apoderen de más territorio. Rui Ayaki es un demonio poderoso y su influencia podría complicar las cosas para nosotros".

Shota, aún con rencor en su mirada, se atrevió a hablar. "¿Y eso incluye poner en peligro a los inocentes? ¿Como siempre has hecho, padre?".

El silencio llenó la habitación, y la tensión entre los miembros de la familia Todoroki era evidente. Enji, sintiéndose presionado, se giró hacia su hija. "Lo que hacemos es por el bien mayor, Shota. No podemos permitir que demonios como Rui tengan un poder que amenace a los humanos".

Makoto, intentando aliviar la atmósfera, intervino. "Quizás deberíamos centrarnos en cómo abordar a Rui Ayaki y su familia de manera estratégica, en lugar de solo verlos como enemigos. Tal vez haya una forma de encontrar un acuerdo".

"¿Un acuerdo con demonios?" respondió Shota, alzando una ceja. "No puedo creer que estés sugiriendo eso, Makoto. Ellos son una amenaza".

"Si no actuamos rápido, lo que consideramos una amenaza puede convertirse en una realidad ineludible," añadió Maeda, mirando fijamente a Endeavor. "Lo que sea que planees hacer con Rui Ayaki, debe ser con precaución".

En medio de la tensión, Enji miró a los Yaoyorozu, reconociendo la importancia de sus palabras. "Entiendo tu preocupación, pero no podemos dudar. La seguridad de la humanidad es lo primero, y Rui Ayaki, con su poder, representa un riesgo que no podemos ignorar".

Mientras la conversación continuaba, todos en la habitación sabían que la amenaza de los demonios no era algo que se pudiera tomar a la ligera, y el futuro de su mundo dependía de las decisiones que tomaran.

Endeavor se ajustó la chaqueta mientras miraba a los presentes, su mirada intensa reflejando la gravedad de la situación. "Tanjiro, Inosuke, Zenitsu, Rengoku, Bakugo y Kirishima han sido seleccionados para la misión contra la primera Luna Inferior. Necesitamos su fuerza y habilidades para eliminar esta amenaza antes de que pueda causar más daño."

Shota asintió, pero su expresión seguía siendo de desconfianza. "¿Y qué pasa con nosotros? Shoto, Tomioka y los cazadores han ido a investigar a la posible nueva Luna Inferior. Si Rui Ayaki está tan involucrado, ¿no deberían haberse incluido en la misión principal?"

"Lastima que no podamos ir al territorio de Rui Ayaki y su familia," respondió Endeavor con un tono de frustración, mirando al suelo. "Es un lugar peligroso, y no podemos permitir que nuestra misión se vea comprometida por el entorno. Rui tiene el apoyo de Muzan, y eso complica las cosas aún más. No debemos subestimar su influencia."

Makoto, aún preocupado por la situación, intervino. "Quizás debamos considerar una estrategia diferente. Si Rui y su familia están controlando un territorio, podríamos intentar crear una alianza, o al menos entender sus motivaciones. Si podemos comunicarnos con ellos, podríamos evitar un conflicto directo."

Shota miró a Makoto con sorpresa. "¿Estás sugiriendo que tratemos de hablar con un demonio? ¿Sabes lo que son? Son una amenaza."

Endeavor respiró hondo, sintiendo la tensión en la sala. "Lo que dices tiene sentido, pero no podemos arriesgarnos a ser manipulados. Los demonios son astutos y peligrosos. Necesitamos actuar rápido y con determinación. La misión es prioridad y el tiempo no está de nuestro lado."

Mientras la conversación continuaba, los presentes sabían que cualquier error podría costarles caro. La lucha contra los demonios, especialmente contra Rui Ayaki y su familia, sería un desafío que pondría a prueba no solo su fuerza, sino también su ingenio y capacidad de adaptación en un mundo cada vez más incierto.

Endeavor sonrió con arrogancia, cruzando los brazos mientras hablaba con confianza: "Si capturamos a Rui Ayaki y a su familia, seremos reconocidos en todo Japón. La familia Todoroki y la familia Yaoyorozu se harán aún más famosas."

Shota, que estaba escuchando en silencio, apretó los puños mientras sus emociones hervían dentro de él. Odiaba cómo su padre siempre pensaba en la fama y el reconocimiento, sin importar los sentimientos de los demás. Sin embargo, mantuvo su silencio, sabiendo que enfrentarse a su padre solo aumentaría la tensión.

"Y más aún", continuó Endeavor, ignorando la creciente incomodidad de Shota, "casaremos a Shota con Makoto Yaoyorozu. Esa unión fortalecerá aún más nuestras familias."

El rostro de Shota se ensombreció aún más, su odio hacia su padre creciendo con cada palabra. Endeavor no veía a Shota como su propio hijo, sino como una herramienta para su ambición. La idea de ser usado para una alianza política y familiar lo enfermaba, pero no dijo nada. El resentimiento hacia su padre era ya un peso constante en su vida, y este nuevo plan solo aumentaba la brecha entre ellos.

Makoto, que también estaba presente, miró incómodo a Shota, sintiendo la tensión en el ambiente. Sabía que su padre, Maeda Yaoyorozu, estaba de acuerdo con la idea, pero no podía evitar sentir simpatía por la difícil situación en la que se encontraba Shota. Ambos eran víctimas de las ambiciones de sus familias, pero Makoto también se sentía atrapado, sin saber cómo responder.

Shota miró a su padre con una mezcla de odio y frustración. La misión contra Rui Ayaki parecía solo otra forma para que Endeavor se hiciera más poderoso, sin importar los sentimientos o deseos de los involucrados. El silencio en la habitación se hizo pesado, y aunque Shota no dijo nada, todos sabían que el resentimiento crecía más fuerte con cada decisión que su padre tomaba.

Makoto Yaoyorozu sonrió con arrogancia, emocionado ante la idea de convertirse en alguien famoso y poderoso. La idea de casarse con Shota Todoroki y elevar su estatus social lo llenaba de orgullo. Estaba seguro de que su nombre resonaría en todo Japón gracias a esta unión, y no podía esperar a ver cómo su familia ascendía aún más en la sociedad.

Sin embargo, bajo esa fachada de confianza y arrogancia, Makoto también sentía un creciente temor. Sabía que Rui Ayaki y su familia eran letales, y que ya habían eliminado a 30 héroes y 90 personas ricas e influyentes que intentaron invadir su territorio. Aunque soñaba con fama y reconocimiento, el pensamiento de enfrentarse a un demonio como Rui Ayaki, especialmente sabiendo que era el favorito de Muzan, lo hacía estremecer.

Makoto intentaba mantener su expresión orgullosa frente a su padre y Endeavor, pero por dentro, la inseguridad lo carcomía. "¿Qué pasa si nos enfrentamos a Rui Ayaki? ¿Y si él y su familia vienen por nosotros?", pensaba, sabiendo que no sería fácil enfrentarse a alguien con tanto poder.

La idea de ser objetivo de Rui Ayaki y su familia, sabiendo lo despiadados que podían ser, lo aterrorizaba. Había escuchado historias sobre cómo protegían ferozmente su territorio y cómo Rui Ayaki no dudaba en atacar a cualquiera que representara una amenaza para su familia o su control del distrito rojo.

Makoto mantuvo su postura arrogante, pero en el fondo, sabía que las cosas no serían tan fáciles como su padre y Endeavor creían.

Después de la intensa batalla contra Enmu, quien había fusionado su cuerpo con el tren, Tanjiro, Inosuke, Zenitsu, Bakugo y Kirishima lograron derrotarlo con mucho esfuerzo. Sin embargo, el costo fue alto. Estaban exhaustos y gravemente heridos, con huesos rotos y apenas energía para mantenerse en pie.

Justo cuando pensaban que la batalla había terminado, apareció Akaza, la Tercera Luna Superior. La atmósfera cambió al instante, y todos sintieron la poderosa y opresiva presencia del demonio. Akaza no perdió tiempo y se lanzó a la batalla contra Rengoku, quien con todo su poder intentó contener al formidable demonio.

La lucha entre Rengoku y Akaza fue feroz, con ambos peleando a una velocidad y fuerza que dejaba a los demás sin aliento. Sin embargo, a pesar del increíble esfuerzo de Rengoku, Akaza era demasiado fuerte. Finalmente, en un golpe devastador, Akaza atravesó el cuerpo de Rengoku, hiriéndolo mortalmente.

Rengoku, el Pilar de la Llama, cayó con una gran herida en su torso, una pérdida desgarradora para sus compañeros. A pesar de su inminente muerte, Rengoku mantuvo una sonrisa, recordando su misión de proteger a los inocentes y a la próxima generación de cazadores de demonios. En sus últimos momentos, animó a Tanjiro y a los demás a seguir adelante, diciéndoles que creyeran en ellos mismos y en su capacidad para derrotar a los demonios.

Tanjiro, devastado, intentó atacar a Akaza, pero el demonio escapó con facilidad al amanecer, burlándose de la incapacidad de los humanos para detenerlo. Tanjiro, enfurecido y lleno de lágrimas, arrojó su espada hacia Akaza mientras huía, gritando con impotencia.

Aunque lograron sobrevivir a la misión, Tanjiro, Inosuke, Zenitsu, Bakugo y Kirishima estaban gravemente heridos, no solo físicamente, sino también emocionalmente. La pérdida de Rengoku los dejó con un vacío profundo, y sabían que la lucha contra los demonios no haría más que intensificarse.

La noticia de la muerte del Pilar de la Llama, Rengoku Kyojuro, a manos de Akaza, la Tercera Luna Superior, llegó rápidamente a los héroes de la U.A. y a los héroes profesionales. La reacción fue inmediata y conmovedora.

All Might y los otros héroes profesionales quedaron atónitos al enterarse de que uno de los pilares más poderosos había caído en combate. La muerte de Rengoku, conocido por su espíritu inquebrantable y su valentía, fue un duro golpe. Aizawa, siempre pragmático, estaba visiblemente afectado, sabiendo que si los demonios podían derrotar a alguien como Rengoku, los estudiantes y héroes estarían en un peligro aún mayor.

Inko Midoriya y otros miembros de la U.A. también sintieron el impacto de la noticia, preocupándose aún más por el peligro que enfrentaban los estudiantes, especialmente los que habían sido enviados a la misión.

La Clase 1-A y 1-B reaccionó con tristeza y conmoción. Bakugo y Kirishima, aunque gravemente heridos, fueron recibidos con un respeto aún mayor por haber luchado al lado de Rengoku. Sin embargo, sus rostros mostraban el dolor y la gravedad de lo que habían vivido, especialmente al haber presenciado la muerte del poderoso pilar.

La muerte de Rengoku envió un claro mensaje a todos en la U.A. y a los héroes: la lucha contra los demonios no solo era peligrosa, sino que requeriría sacrificios más grandes de lo que habían anticipado. Los demonios, especialmente las Lunas Superiores, representaban una amenaza que no podía tomarse a la ligera. Akaza y las demás Lunas Superiores demostraron ser enemigos letales que pondrían a prueba a los héroes en su totalidad.

Para muchos, la pérdida de Rengoku no solo fue una tragedia personal, sino un recordatorio de que la lucha por la supervivencia contra los demonios aún estaba lejos de terminar.

Endeavor, Shota, Makoto, y Maeda Yaoyorozu estaban profundamente impactados y asustados tras enterarse de la muerte de Rengoku a manos de Akaza, la Tercera Luna Superior. Aunque Endeavor siempre había sido orgulloso y confiado en su propio poder como el héroe número uno, la noticia de que uno de los pilares más poderosos había caído lo hizo reflexionar sobre la gravedad de la situación.

Endeavor, que inicialmente había subestimado a los demonios, ahora comprendía la verdadera magnitud de la amenaza. Sabía que si Akaza podía eliminar a un pilar tan formidable como Rengoku, él mismo y los otros héroes estaban en peligro real. Este nuevo entendimiento de la situación lo llenó de temor, y aunque intentaba mantener la compostura frente a los demás, internamente estaba muy preocupado por el futuro y el poder destructivo de las Lunas Superiores.

Shota, que ya sentía un odio profundo hacia Endeavor por su trato abusivo, observaba con inquietud. Aunque estaba asustado por la noticia, su ira hacia su padre no disminuyó, sino que aumentó al ver cómo Endeavor seguía actuando como si pudiera controlarlo todo. La frialdad de Shota hacia su padre creció aún más, pues sabía que su familia no estaba preparada para enfrentar una amenaza de ese calibre.

Makoto Yaoyorozu, que al principio había sido arrogante al hablar de su futuro, quedó pálido al darse cuenta del verdadero peligro. Saber que Rui Ayaki y su familia ya habían eliminado a varios héroes y ricos le generaba un miedo profundo. A pesar de su arrogancia, ahora entendía que la fama no significaba nada si los demonios podían eliminar a los héroes más fuertes. El terror de enfrentarse a algo tan impredecible como un demonio lo hizo temblar.

Maeda Yaoyorozu, al ver el miedo en su hijo, también sintió el peso de la realidad. Sabía que su familia podía estar en peligro si decidían involucrarse más en el conflicto con los demonios. El miedo y la incertidumbre los rodeaban, sabiendo que ahora no podían confiar en que los héroes, incluso los más poderosos, podrían garantizar su seguridad.

La muerte de Rengoku sacudió a todos, y la realidad de que la lucha contra los demonios estaba lejos de ser sencilla dejó a Endeavor, Shota, Makoto, y Maeda sintiéndose vulnerables ante la creciente oscuridad que los rodeaba.



Rui Ayaki y su familia se reían, complacidos al saber que los héroes y la sociedad ahora comenzaban a comprender el verdadero poder de los demonios, especialmente tras la trágica muerte de Rengoku a manos de Akaza, la Tercera Luna Superior. Rui, envuelto en su oscuro sentido del humor, veía esto como una muestra clara de la superioridad de los demonios frente a los humanos, una advertencia para aquellos que se atrevían a subestimarlos.

La Liga de Villanos, que había sido testigo de la demostración de poder de las Lunas Superiores, estaba sorprendida. Aunque ya sabían que los demonios eran poderosos, la noticia de la muerte de un pilar como Rengoku dejó claro que incluso los héroes más fuertes estaban en peligro. Dabi, Toga, Spinner, y los demás miraban a Akaza con mezcla de asombro y respeto.

Stain, conocido por su propia perspectiva sobre lo que significa ser un verdadero héroe, habló con seriedad:
"Rengoku... sí, fue un verdadero héroe", dijo con un tono sombrío. A pesar de su desprecio por la mayoría de los héroes, Stain siempre había respetado a aquellos que luchaban y morían con honor. La valentía y sacrificio de Rengoku merecían respeto, incluso en los ojos de alguien tan implacable como él.

Mientras tanto, Rui Ayaki y su familia se regocijaban, conscientes de que la balanza del poder parecía inclinarse a su favor, mientras los héroes y cazadores se debilitaban poco a poco. Sabían que este era solo el principio de algo mucho más grande, y la caída de los héroes se sentía cada vez más inevitable.

Rui, con una sonrisa fría, veía cómo los héroes y las familias poderosas como los Todoroki y los Yaoyorozu se asustaban y empezaban a entender lo que significaba enfrentarse a los demonios. "Ahora lo saben...", murmuraba mientras sus hilos giraban entre sus dedos, "no somos una simple amenaza que pueden ignorar. Los demonios no tememos, pero ellos... están llenos de miedo."

Senjuro, Monoma, Shinso, y Kota, aunque más discretos, también compartían la sensación de control. Sabían que su poder, especialmente el de Rui, estaba más allá del alcance de los héroes. Con la risa maliciosa de Rui resonando en la habitación, la familia de demonios sentía una extraña unidad en su objetivo de dominar su territorio y protegerse entre ellos.

"Que vengan, si se atreven", dijo Senjuro, mientras veía el reflejo de su figura en la espada que llevaba. Kota, quien todavía llevaba el kimono prestado de Rui, se mantenía firme, sin mostrar miedo. Monoma y Shinso, que ahora eran parte de la familia demoníaca, intercambiaban miradas cómplices, conscientes de que habían elegido el bando correcto.

Rui Ayaki se carcajeaba, disfrutando de la idea de cómo se desarrollaban las cosas. "Qué lástima, Akaza," dijo, mientras acariciaba el hilt de su espada. "No te devoraste el cuerpo de Rengoku. Eso habría sido un espectáculo digno de ver." Su mirada se volvió fría mientras continuaba: "Pero entiendo, quizás tuviste otros planes. La debilidad humana, ¿verdad?"

Monoma, Shinso, Senjuro y Kota, todos con una mezcla de admiración y nerviosismo, escuchaban a Rui. Habían presenciado cómo este grupo de demonios había devorado a los 90 ricos que intentaron atacarlos. "Nos quedamos con su dinero y sus terrenos para Muzan," agregó Rui, una sonrisa sádica en su rostro. "Es solo una cuestión de tiempo antes de que esos idiotas humanos comprendan que su codicia solo conduce a su propia destrucción."

Senjuro, a su lado, miró a Rui con respeto, reconociendo su liderazgo. Monoma y Shinso, aunque intrigados, sentían un escalofrío ante la crueldad de lo que Rui estaba describiendo. Kota, todavía impresionado por lo que había aprendido, se aferró a la idea de que su familia ahora era parte de algo más grande.

La atmósfera en el grupo era tensa pero excitante. Sabían que sus acciones tenían repercusiones más allá de lo inmediato. Con cada demonio que caía, la influencia de Rui Ayaki crecía, y su ambición de ser un verdadero líder entre los demonios comenzaba a materializarse.

La Liga de Villanos observaba desde las sombras, intrigados por la conversación que se desarrollaba entre Rui Ayaki y su familia. Stain, con su habitual seriedad, comentaba: "Rengoku fue un verdadero héroe. Su sacrificio no será olvidado." Miró a los demás, cuestionando cómo podían considerarse villanos cuando lo que estaban presenciando era una lucha entre el bien y el mal.

Dabi, cruzando los brazos, replicó: "¿Y qué hay de eso? Es solo otra víctima en esta guerra. La muerte de un héroe no cambia nada para nosotros. Solo significa que hay un nuevo nivel de peligro."

Toga, con su risa característica, parecía encantada por el caos que se estaba desatando. "¡Eso significa más diversión! Si los héroes están heridos, será más fácil jugar con ellos."

Kurogiri, manteniendo su calma habitual, analizó la situación. "La muerte de Rengoku podría ser una oportunidad. La UA y los héroes pro están debilitados. Si Rui Ayaki está tomando control de los territorios, quizás deberíamos acercarnos a él para formar una alianza."

Tomura Shigaraki observaba con desdén, sintiendo la emoción en el aire. "¿Alianzas? Lo que necesitamos es destruir a los héroes, no unirnos a otro grupo. Pero si Rui está detrás de esto, podría ser útil. Debemos estar atentos a sus movimientos."

La tensión entre los villanos era palpable. Sabían que la situación estaba cambiando rápidamente y que Rui Ayaki, con su creciente poder, podría ser tanto una amenaza como una oportunidad. La Liga de Villanos estaba dispuesta a adaptarse y ver cómo podían usar los eventos recientes a su favor, mientras que las palabras de Rui resonaban en sus mentes, recordándoles que el mundo de los héroes y los demonios estaba en un punto de inflexión.

Rui Ayaki y su familia, junto a Monoma, Shinso, Senjuro y Kota, se encontraban en la fortaleza, contemplando los eventos recientes y cómo la muerte de Rengoku había alterado el equilibrio entre héroes y demonios. Con la determinación de afianzar su territorio y hacer frente a cualquier amenaza, Rui decidió que era el momento de actuar.

"Nakime," llamó Rui, su voz firme y clara. "Es hora de llevarnos a nuestro territorio. Necesitamos establecer nuestro dominio y proteger a nuestra familia."

Con una sonrisa enigmática, Nakime asintió y tomó su biwa. Al tocar las cuerdas, el entorno a su alrededor comenzó a distorsionarse, el aire vibrando con una energía extraña. Rui y los demás sintieron cómo la gravedad cambiaba a su alrededor, el espacio a su alrededor retorciéndose como si se estuvieran desvaneciendo en una ilusión.

Antes de que pudieran reaccionar, una serie de puertas aparecieron, abriéndose en un esplendor de luz y sombras. En un instante, Rui y su grupo desaparecieron del lugar, llevados a través de la dimensión de Nakime hacia su territorio.

Cuando finalmente aterrizaron, el ambiente cambió drásticamente. Estaban en el Distrito Rojo, un lugar vibrante y lleno de vida, pero también marcado por un aire de peligro. Las luces de neón iluminaban las calles, donde la vida nocturna bullía y se sentía la energía de un mundo que coexistía entre lo humano y lo demoníaco.

Rui miró a su alrededor, asegurándose de que todos estuvieran a salvo. "Este es nuestro hogar ahora. Aquí protegeremos a los nuestros y nos aseguraremos de que nadie se atreva a cruzar nuestras líneas."

Monoma, con una sonrisa desafiante, agregó: "Vamos a mostrarles de qué estamos hechos. No se atreverán a desafiar nuestra familia."

Shinso y Senjuro intercambiaron miradas, sintiendo la emoción en el aire. Kota, aunque un poco asustado, también sentía un impulso de valentía al estar rodeado de sus seres queridos. La familia de Rui estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara, unidos en su deseo de proteger su nuevo hogar y a cada uno de sus miembros.

La Liga de Villanos, al enterarse de esta nueva ubicación, observaba con interés. Sabían que Rui Ayaki había hecho una declaración, y el juego de poder entre héroes y demonios apenas estaba comenzando.



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #izuku#rui