El Maestro
Miedo, impotencia, inferioridad. Eso es lo que Inko siente en estos momentos, como si la mismísima muerte estuviera cerca y ella no pudiera ni siquiera moverse para escapar ¿que la hacía sentir así?
Hace unos momentos atrás, la familia Machia estaba acurrucada frente al fuego. Izuku Machia, un niño de tres años, pero de 1.15m de estatura y gran contextura, debido a su quirk de mutación aún incompleto, tez clara, de piel áspera de aspecto rocosa, grandes y brilantes ojos color esmeralda, de esponjoso y rizado cabello de color verde y cuatro adorables pecas en cada mejilla. Estaba en los brazos de su madre mientras está le leía un cuento.
-La princesa elfica le entregó la poderosa espada de Ark'ay, el Dios del ciclo de la vida y la muerte. A el líder de los Trolls como ofrenda de paz, para que así la guerra por fin acabará- con una voz melodiosa y maternal, Inko leía en voz alta para su hijo- mira ahí están. La princesa elfica y gran líder de los Trolls- dijo señalando una de las ilustraciones del libro para que su hijo la viera.
-Son como mami y papi- dijo el pequeño Izuku con entusiasmo
-Oye... yo no soy tan feo- respondió Machia, quien tenía a su amada y a su hijo entre sus gigantescos brazos.
-Nop... eres peor.... y más grande jaja- se burló Izuku para después sacarle la lengua a su padre.
Antes de que Izuku y su padre pudieran seguir con su tierna pelea, una aterradora presencia inundó sus muy desarrollados sentidos, se sentía como si un gran y poderoso depredador estuviera por atacar. Izuku, ante el miedo que le provocaba esa desconocida presencia empezó a llorar, alertando a su madre.
-¿ahora porque lloras mi bebé? Shhh shh shhh... todo está bien, mami está aqui- Inko no entendía el porque su hijo había empezado a llorar desesperadamente, así que sólo se limitó a arullarlo para que se calmara.
Al ver que sus palabras no tranquilizaban al pequeño, Inko dirigió su mirada hacia su amado para pedir su ayuda. Al voltear hacia arriba para ver el rostro de su hombre, se sorprendió al ver que este también estaba soltando lágrimas, pero estas no parecían ser de miedo como las de su hijo, estas eran de nostalgia y aparente felicidad.
-Gi-Kun ¿estas bien? ¿porque lloras?- Inko se notaba preocupada, no estaba acostumbrada a ver al hombre llorar.
-El maestro a vuelto-
Cuando el gigante pronunció esas cuatro palabras, la aterradora precensia se hizo más grande y fuerte, se hizo tan grande que porfin inundó los sentidos de Inko, esta se puso pálida. Los que tengan algún tipo de fobia, sabrán lo que es sentir angustia y miedo de forma desesperada, eso era lo que sentía Inko en estos momentos.
Por cada segundo que pasaba la precensia se hacía más fuerte. La radio de Gigantomachia se encendió y lo único que se escuchaba era estática, la luces colgantes que Inko había instalado por toda la cueva empezaron a fallar. La presión de Inko empezó a subir, provocando que un desesperante pitido inundara su sentido auditivo, no podía moverse, estaba sudando, no podía pestañear sentía que si lo hacía moriría. Con el mayor esfuerzo de su vida, busco la mirada de su amado, cuando su vista logró enfocarse no creía lo que veía. Gigantomachia en algún momento se había levantado y se quedó mirando la entrada de la cueva con una sonrisa nostálgica y aparentes lágrimas, todo esto mientras su hijo estaba ligeramente asustado y su amada temía por su vida.
La presión de Inko volvió a la normalidad, el pitido en sus oídos se detuvo, pero la precensia seguía ahí, seguía sin poder moverse. De repente una fuerte ventisca abrió la gigante puerta de madera de la entrada de un golpe, no se alcanzaba a apreciar por la oscuridad, pero se escuchaba como una terrible tormenta asotaba el bosque.
Gigantomachia empezó a caminar hacia la entrada, aún con su sonrisa nostálgica en el rostro, cuando estuvo a unos cinco metros de la puerta, se arrodilló y colocó su frente contra el suelo, todo esto ante la asombrada mirada de su amada. Inko no lo podia creer, estaba observando como su amado hombre y padre de su hijo, estaba en posición de alabanza hacia la aparente nada.
Cuando Gigantomachia se puso en dicha pose, la aterradora presencia disminuyó en gran medida, pero aún se podía sentir. Relámpagos se escuchaban en las afueras, los destellos de luz que daban estos alcazaban a entrar por el tunel principal de la cueva. Por cada minuto la tormenta empeoraba, pareciera que hasta el mismísimo cielo estaba asustado. Un relámpago más se escuchó, uno mucho más fuerte que los anteriores, este iluminó la cueva por unos segundos. Después de que el destello de luz desapareciera, Inko pudo apreciar la silueta de alguien que hace unos segundos no estaba.
Un hombre bastante alto, de contextura fuerte, vestido de un clásico traje de pingüino. El era el origen de tan aterradora aura o presencia, el había aparecido de la nada justo delante de Gigantomachia, quien aún seguía en su pose de alabanza. Inko intentó enfocar su vista para poder mirar el rostro de aquel hombre, pero antes de lograrlo, su cabeza instintivamente se agachó para mirar al suelo, era como si su cuerpo le advirtiera que por ningún motivo observada el rostro de aquel ser.
Ahora ¿como estaba Izuku? Pues el rocoso niño después de unos minutos logró acostumbrarse a la aterradora presencia, pero sus sentidos estaban alertas, esperando a que algo ocurriera. Cuando aquel gran relámpago trono, el pequeño casi suelta un grito, pero algo dentro de el le imploraba que se mantuviera en silencio, le echo una ojeada a su madre, viendo como estaba muerta del miedo... pero no hizo nada, así que sólo dirigió su mirada al ser que acaba de aparecer mágicamente y se sentó de piernas cruzadas a esperar que algo increíble pasará.
-Maestro- la voz de Machia, quien aún conservaba la misma posición, retumba por toda la cueva, se notaba mucho más serio de lo normal -es un placer precensiar su regreso-
-Gigantomachia, mi fiel amigo- su voz, su simple voz te ponía los pelos de punta, tenía un tono relajado pero cada palabra hacia eco en tu mente- diez largos años sin verte ¿como te ah tratado la vida solitaria del bosque?.
El desconocido alzó su mirada y observó a Inko y al pequeño Izuku. Inko quien aún tenía la mirada fija en el suelo, sintió el verdadero terror, no podía verlo, pero sabía que la estaba observando, como si fuera capaz de ver a través de ella, sus pensamientos, sus recuerdos... su alma. Mientras que con el pequeño Izuku, quien aún seguía sentado de piernas cruzadas, su cabello se erizo, al igual que las pequeñas raíces que sobre salían de su espalda. Estaba echo piedra... literalmente... su visión se mantenía fija en el desconocido, por la oscuridad del lugar lo único que pudo observar, fueron unos cabellos blancos.
-Pero por lo que veo... parece que no fue tan solitaria- comentó el hombre quien seguía mirando fijamente a Izuku - ¿Quienes son ellos Machia? ¿Intrusos?... ¿Comida para después?
-No Maestro... ellos... ellos son... mi familia- su voz aún seguía demostrando respeto hacia el desconocido, pero esta vez parecía un poco más nerviosa.
El desconocido se mantuvo en silencio, era imposible saber lo que pasaba por su cabeza en estos momentos, Gigantomachia quería creer que ese silencio era de asombro o de incredulidad, pero sabía que cuando se trataba del Maestro... nada es lo que parece... todo es posible con ese hombre.
El desconocido empezó a caminar hacia Inko, los pasos de sus zapatos sonaban por todo el lugar, hacían eco en tu mente, todo se mantenía en silencio, sus pasos eran lo único que podías escuchar. La presión de Inko volvió a subir, el pitido en sus oídos volvió, sus ojos estaban abiertos de par en par mirando el suelo arrodillada. Decir que en este momento temía por su vida es poco, cuando la punta de unos zapatos aparecieron en su campo de visión, pensó que era su final.
-Así que... tu familia- nada, su voz no demostraba nada, ni asombro o ningún otro sentimiento, sólo daba terror a aquellos que la escuchaban - y supongo... que está es "tu mujer".
-Así es, Maestro- Machia seguía en el mismo lugar y en la misma posición, no se había movido ni un centímetro.
El desconocido, quien estaba justo delante de la temerosa Inko, se encorvo un poco, y con sus dedos índice y medio levantó la barbilla de la mujer para mirarla a la cara. El cuerpo de Inko no mostró resistencia alguna, parecía que con un simple toque podías tirarla a suelo. Cuando el hombre levantó la mirada de Inko, ella no podía observar su rostro, una especie de manto de oscuridad lo cubría, sólo se apreciaba una rizada cabellera blanca. Era irónico que un hombre con una presencia tan tenebrosa, tuviera el cabello de un blanco tan puro.
-¿Cual es tu nombre querida?- pregunto el hombre.
-Inko... Inko midoriya... señor- la presión en Inko había bajado lo suficiente como para permitirle hablar claro.
-Midoriya... significa que no están casados-
-Es correcto, Maestro. Inko y yo, no nos hemos podido casar- respondió Machia aún en el mismo lugar.
El silencio se hizo presente, el hombre mantenía su mirada fija en el rostro de Inko, como si estuviera inspeccionando cada milímetro de ella.
-je... jeje... JAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAA~- de repente aquel ser, empezo a reirse maniaticamente, hasta su risa te daba escalofríos, y para sorpresa de Inko, tenía una sonrisa en su rostro, aunque esta no era muy confiable- Y yo que creí que nada en este mundo podía sorprenderme, ni siquiera con mis más de cien años vivo me espere algo como esto. Ya no tienen que temer.
Después de lo último, el hombre aplaudió dos veces y la presencia aterradora desapareció por completo, el fuego de la hoguera antes extinto volvió a encenderse, al igual que las luces del lugar. Inko por fin pudo respirar tranquila, estaba incrédula de lo que un sólo hombre era capaz de hacer. Y Machia al fin se levantó, dirigió su mirada hacia su amada para darle una sonrisa tranquilizadora.
-GRRRRRRRR-
Un pequeño gruñido fue lo que se escuchó después de que la luces volvieran.
-¿Mmm?- el aún desconocido "Maestro" dirigió su mirada hacia abajo al sentir una muy pequeña presión en su tobillo.
Aparente y sorpresivamente, el pequeño Izuku, quien antes estaba estático por la presión, una vez que está desparecio, se abalanzó hacia el tobillo de hombre para encargarle sus dientes. Al mismo tiempo este movía su cuerpo con desesperación, como si quisiera arrancarle un pedazo de carne al hombre.
-¿Y quien es esta... criatura?- pregunto mientras retiraba a Izuku de su tobillo, y lo sujetaba por debajo de sus rocosos brazos para levantarlo con los brazos estirados hasta su altura, y poder inspeccionarlo mejor.
-So..soy I..I..¡IZUKU MACHIA!..y..y...yo..no..¡NO TE TENGO MIEDO!- se notaba que el pequeño aún estaba aterrorizado, pero quería mostrarse fuerte ante la mirada de sus padres y del desconocido, pero lo que hizo a continuación nadie se lo espero.... Izuku había escupido en la cara del hombre que lo estaba levantando.
Machia se volvió pálido al presenciar tal acción, paso de ser un gigante de piedra a ser uno de hielo por el terror que sintió en ese momento.
-Interesante- fue lo que dijo el hombre después de un incómodo silencio. A la vez que las gotas de saliva se quemaban en su rostro hasta hacerse vapor- Dime pequeño... ¿LE TEMES A LA MUERTE?.
-En este momento... si, un poco- respondió el pequeño mientras empezaba a sudar frío.
-Me..me..dis.disculpo..por..la actitud..de..de..mi hi.hijo...¿Señor...?- Inko retiro a su hijo cuidadosamente de las manos de aquel hombre, mientras se disculpas con un notable nerviosismo y tartamudeo.
-Shigaraki, puede llamarme Shigaraki- ahora el desconocido se presentó como Shigaraki, el cual debía ser su apellido- Ya que terminamos con las presentaciones...Machia.
-¿Si? Maestro- Machia quien se había mantenido en silencio durante el pequeño incidente, seguía demostrando un gran respeto hacia su "Maestro".
-Hace un año encontré a un pequeño, su nombre era Tenko Shimura, pero ahora será conocido como Tomura Shigaraki, planeó volverlo mi sucesor y quiero que cuando llegue el momento, tú, seas su protector- explicó el Maestro.
-¿Y como sabré que el es digno? Maestro- pregunto con inseguridad el gigante. No quería que un niño cualquiera fuera el sucesor de su maestro.
-Todo a su tiempo Machia, todo a su tiempo. Además, junto con el doctor estoy iniciando un nuevo "proyecto" y necesitaré tu ayuda para conseguir ciertos recursos necesarios- enfatizó la palabra proyecto con cierto tono de misterio.
-Cuente conmigo para lo que sea, Maestro- respondió Machia mientras ponía una mano en su pecho e inclinaba la cabeza en símbolo de respeto.
-Bien. Y antes de retirarme, espero que esto de... "tu familia"... no se un inconveniente con nuestros planes- comentó con cierto tono amenazante el Maestro- Sin nada más que decir, me retiro, estaré en contacto contigo a través de la radio. Tengan una buena noche.
Todo volvió a la oscuridad durante unos segundos, y tal como el Maestro apareció, desapareció en la oscuridad. La familia estuvo en silencio durante unos minutos, procesando todo lo que había pasado de un momento a otro.
-Gi-Kun, querido... se puede saber ¡¿QUE MIERDA ACABA DE PASAR?!- Inko solía ser una persona bastante calmada y paciente, pero claramente en este momento su calma y paciencia habían desaparecido.
-El fue quien salvo mi vida cuando era un niño- el tono de voz de Machia había vuelto a la normalidad.
-¡¿ESCUCHARON ESE REMPALAGO?!- fue el grito del pequeño Izuku quien apenas había acabado de procesar todo- ¡La puerta hizo PAAAMMM y luego papá se arrodilló y el rempalago hizo TRUUUNN luego ese tipo apareció mágicamente y todo se volvio oscuro y fue como UUUUHHH y después empezó a hablar y yo escuche un PIIIIIII y mamá estaba asustada y el empezó a caminar y sus pasos sonaban como CLAP.. CLAP.. CLAP.. despues volvio la luz y yo lo mordi y hice GRRRRR despues me levanto y le escupi... casi me hago en los pantalones... pero le escupi y luego ustedes hablaron despues todo volvio a la oscuridad y el desaparecio y y y...y.....¡ESO SI QUE ES OTRA ONDA!
Después de estar casi un minuto hablando sin tomar tiempo para respirar, el pequeño Izuku se desmayó por el cansancio mental que tenía en ese momento.
-Creo que lo mejor será ir a dormir, fue un día pesado- comentó Machia mientras que con una mano levantaba cuidadosamente a su hijo para llevarlo a su habitación.
Inko simplemente lo siguió en silencio mientras terminaba de procesar todo. Lo que ella no sabía es que ese día sería el inicio de sus problemas.
Two years later :) [mira ese inglis papaaaaa]
POV Izuku
Holaa, soy yo, el prota, el "pequeño" Izuku jajaja... ¿entienden? ""Pequeño"" jeje, porque en realidad soy más grande de lo normal...jeje..je..je... ¿Arruine el chiste cierto?... Perdón, pensé que sería divertido.
Olvidando el momento incómodo. Pronto cumpliré cinco años, estoy emocionado ya quiero ver mis regalos. Actualmente ya mido 1.38m, mamá dice que en crecido mucho, mi piel es cada vez más dura, mis brazos se alargaron y parecen estar echos de un montón de rocas al igual que mis piernas, las pequeñas raíces que habían en mi espalda también crecieron y empezaron a sobresalir de mi piel, provocando que las camisas ya no me entren o se rompan. Mamá dice que parecen las raices de un pequeño árbol, pareciera que mi mutación ya está completa pero aún no hemos ido a que me revisen. Nunca eh salido del bosque, papá dice que la ciudad no es buena para nosotros.
Con respecto al hombre tenebroso, al parecer otro de sus nombres es Oru... Oru Fur Wan... o ese fue lo que yo entendí. Aveces su voz suena en la radio y papá sale mucho por las noches, es más serio y se molesta si hablamos mal de ese hombre. Y eso me pone triste porque pasa menos tiempo conmigo y con mamá. Aveces discuten por los trabajos que hace papá, justo como lo están haciendo ahora, dejen me acerco para escuchar mejor.
POV END
-¿A donde vas?- era la voz de Inko, se notaba sería y preocupada.
-El Maestro me dio un par de trabajos, no me esperes despierta- respondió Machia de forma seca.
-¿Y que? ¿Se supone que me quedé aquí sin hacer nada? ¡¿A escuchar por la radio como edificios completos son destruidos ""misteriosamente"" de la noche a la mañana?!- la voz de Inko se hiba quebrando por cada palabra que salía de su boca, mientras que pequeñas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos- ¡¿Crees que todo esto es fácil?! ¡Mitsuki se mudó hace unos meses! ¡¿Crees que fue fácil separarme de mi mejor amiga?! ¡¡NO!! ¡Pero lo aguanto por nuestra familia!
-Dijiste que no te hibas a interponer en mi trabajo- fue lo único que se dignó a responder Machia
-¡¿COMO QUIERES QUE NO LO HAGA CUANDO DESCUBRÍ QUE EL HOMBRE QUE AMO, TRABAJA PARA EL VILLANO MÁS GRANDE DEL MUNDO?!- Inko estalló a llorar mientras gritaba.
Inko no escucho ninguna respuesta de parte de Machia. Pero antes de que pudiera volver a gritarle, sintió como unos grandes, rocosos y familiares brazos la tomaban con cuidado. Intento oponerse pero no pudo, Gigantomachia la había acogido en uno de sus gigantes abrazos.
-!No quiero perderte, baka! *sniff* ¡No quiero que te termines convirtiendo en un verdadero villano y nos abandones a mi y a Izuku! *sniff* ¡No quiero escuchar por la radio como eres detenido por algún héroe!- era lo que Inko gritaba mientras daba golpes en gran y duro pecho de su amado.
-Eso jamás pasará Inko, confía en mi. A ti y a Izuku los amo demasiado como para abandonarlos- dijo Machia con un tono más calmado y reconfortante mientras abrazaba a la mujer que ama- Pero tampoco puedo decepcionar al maestro, a el le debo mi vida, fue la primera persona en darme la mano, la primera persona que me dio un significado.
Inko soltó a llorar más fuerte en el pecho de su amado, comprendiendo que no podía hacerlo cambiar de opinión, sólo le quedaba confiar en el y estar ahí para cuando lo necesitará, igual que el estaba para ella desde que Mitsuki tuvo que irse por una oferta de trabajo.
-*sniff* ¿Que te pidió que hicieras hoy? *sniff*- pregunto Inko ya más calmada.
-Tengo que robar un camión lleno de donaciones de sangre-
-*sniff* esta bien *sniff* pero sólo prometeme *sniff* prometeme que Izuku jamás se verá involucrado en nada de esto *sniff*- suplicó Inko mientras se separaba un poco del pecho del hombre para levantar la cabeza y mirarlo a los ojos.
-Lo prometo, jamás pondría a nuestro hijo en peligro- prometió Machia mié tras que con su gran pulgar acariciaba la mejilla de su mujer, para después darle un sincero, amoroso y muy extraño beso, antes de retirarse.
Inko sólo se quedó mirando la puerta de la cueva, mientras que tenía una mano en su pecho, implorando a Kami-sama que nada malo le sucediera a su hombre.
-Mami~- Izuku quien había estado medio escuchando todo desde su cuarto, decidió acercarse a su madre.
-¿Que haces despierto a esta hora rokita? Ven aquí con mamá- dijo Inko mientras se limpiaba unas últimas lágrimas y cargaba a su rocoso hijo- uuuhh ya estas más pesado jeje.
- Mami... ¿Papi es malo?- pregunto Izuku con su inocencia de un niño de 4 años.
- No hijo, tu papi no un hombre malo, puede que sus acciones no sean las más correctas. Pero te puedo asegurar que tu padre es la persona más buena y pura que jamás eh conocido- respondió Inko con total seguridad y sinceridad.
Y no mentía, en el fondo de es dura coraza que tenía Machia, había un gran corazón aún dañado por los recuerdos de su infancia, pero a pesar de eso y de sus trabajos, Gigantomachia jamás había asesinado a nadie, tal vez si dejo a varias personas en estado crítico o con extremidades amputadas... pero jamás a matado... aún.
-Ven vamos a dormir, pronto será tu cumpleaños y necesitas estar bien descansado- comentó Inko mientras se dirigía a su cuarto con su hijo aún en brazos.
-¡Si Cumpleaños!- grito emocionado el pequeño mientras levantaba los brazos.
Desde ese día las discusiones de la pareja se detuvieron. Inko comprendió que había cosas que no podía cambiar de su amado y Machia aprendió a distribuir bien su tiempo entre su familia y sus trabajos, los cuales habían ido disminuyendo, y con el cumpleaños de Izuku a la vuelta de la esquina, la felicidad de la familia había vuelto a como era antes. Pero para lástima de esta familia, sus problemas no han echo más que comenzar.
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Uuuuuffffff.... hey que tal ¿como les va? Aquí les traje el capítulo de la semana.
Y...? Como estuvo?
Lo bueno
Lo malo
Siempre leo los comentarios, por ahora son pocos pero aún así se les agradecen.
Y como siempre me disculpo si me salte algún fallo ortográfico al releer el cap ¿Te relees tus caps autor? Sip si lo hago, varias veces de echo, para buscar fallos o por si quiero agregar alguna referencia o si hubo algo que no me gusto como quedo. Etc.
Quería darle un agradecimiento especial a LA_GARGOLA quien hace unos días le dio la oportunidad de crecer más a mi historia. Se que me dijiste que no tenía que agradecertelo pero aún así me llena de ilusión hacerlo.
También quería mostrarles una cosita que hice.
Es como un pequeño plano de la cueva, ya se, es una mierda muy grande lo admito, pero me hacía ilusión mostrarlo. Lo rojo son puertas y muebles y lo verde serían las huellas de Machia y las de Inko. El resto de decoración lo dejo a vuestra imaginación.
Muestro esto, porque estoy haciendo algo mucho más genial para la historia que tal vez lo tenga terminado para dentro de unos capítulos.
Creo que no hace falta decir que la historia será bastante larga.
Actualizó todos los lunes o los martes a más tardar.
Sin más que decir. Yo me despido y que las vaya bonito.
Con cariño: El Escritor Insignificante.
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