episodio 1 : ¡"El Retiro de Bruce Wayne"

La noche en Gotham está oscura y silenciosa, una calma inquietante que solo se interrumpe por el eco de los pasos de Bruce Wayne mientras regresa de su última misión como Batman. La ciudad ha sido su campo de batalla durante décadas, pero algo en su cuerpo y mente le dice que ya no puede seguir. Su espalda está encorvada por el dolor, sus músculos doloridos después de una pelea difícil contra un nuevo grupo de criminales, y el peso del tiempo parece haberle pasado factura. El traje de Batman, que una vez representó esperanza y miedo en igual medida, ahora es un recordatorio de lo que ya no puede hacer.

Bruce entra al Baticueva, la fría luz de las pantallas iluminando su rostro cansado. Alfred, como siempre, está allí, esperándolo. El fiel mayordomo mira a Bruce con preocupación, sabiendo que algo está mal, más allá de las heridas visibles.

Bruce (con voz grave y cansada):
"Alfred... esta es la última vez."

Alfred frunce el ceño, dando un paso hacia Bruce mientras quita su capa y la cuelga de la silla. El mayordomo no necesita preguntar más. Ha visto los signos. Bruce ha estado al borde de la quiebra durante años, pero nunca lo había expresado tan abiertamente.

Alfred (con suavidad):
"¿Está seguro de esto, señor? Gotham necesita al Caballero Oscuro."

Bruce (mirando las pantallas de la Baticueva, sus ojos reflejando la ciudad en caos):
"Gotham... necesita algo más. No puedo seguir siendo el mismo Batman. He fallado en muchas cosas... en muchas personas. Es tiempo de... dejarlo."

Bruce da una pausa, como si estuviera luchando con sus propios pensamientos. Después de un largo momento, se dirige hacia su escritorio, donde una carpeta llena de informes está abierta, mostrando fotos y registros de posibles sucesores.

Bruce (deteniéndose frente a la carpeta, con una determinación renovada):
"Voy a necesitar que vayas a Japón, Alfred. Hay alguien allá... alguien que podría ser el digno sucesor. Se llama Izuku Midoriya."

Alfred lo mira con sorpresa, pero sin incredulidad. Ha aprendido a confiar en el juicio de Bruce, incluso cuando parece no tener sentido.

Alfred (pensativo):
"¿Un joven de Japón, sir? ¿Qué lo hace digno de llevar el manto?"

Bruce (con una ligera sonrisa triste):
"Lo vi en acción. No tiene poderes, pero tiene algo que muchos héroes carecen... coraje, voluntad. Es lo que más se necesita para ser Batman."

Bruce se toma un momento para mirar la ciudad a través de las ventanas de la Baticueva, su mente llena de recuerdos de todos los años luchando contra el crimen. Sabe que ha llegado el fin de su ciclo, pero el legado de Batman debe continuar.

Bruce (con voz firme):
"Te necesito allí, Alfred. Encuentra a Izuku Midoriya. Prepáralo. Gotham no puede esperar más."

Alfred asiente, entendiendo la gravedad de la misión. Sabe que la transición no será fácil, pero si hay alguien capaz de llevar el manto del Caballero Oscuro, es ese joven.

Alfred (con una pequeña sonrisa):
"Haré lo que sea necesario, señor."

Bruce asiente lentamente y, por un breve instante, cierra los ojos, como si finalmente pudiera dejar ir el peso de los años de lucha. Aunque Gotham siempre tendrá una parte de él, es momento de pasar la antorcha.

Al día siguiente, Alfred Pennyworth ya se encuentra en el aeropuerto de Japón, con su característico porte serio y su maletín en mano. La luz del sol de la mañana ilumina su rostro mientras observa el bullicio de la terminal. Sabía que esta misión no sería fácil. Buscar a un sucesor para Batman, alguien digno de tomar el manto de uno de los héroes más grandes del mundo, no es tarea sencilla. Y menos cuando el joven en cuestión, Izuku Midoriya, no es un héroe tradicional.

Con un suspiro, Alfred ajusta su traje y comienza a caminar hacia la salida, buscando un medio de transporte que lo lleve a su destino. Su investigación le había indicado que Izuku vivía en una ciudad cercana a la U.A., la famosa academia para futuros héroes, y Alfred sabía que encontrar al joven sería solo el primer paso de una larga y compleja transición.

Conforme avanza por las calles de Japón, Alfred observa la ciudad: las luces de neón, el bullicio de los transeúntes, el vibrante contraste entre la modernidad y la tradición. Todo parece tan lejano de Gotham. Pero, aunque la atmósfera es distinta, algo le dice que la esencia de los grandes héroes se encuentra en todos los rincones del mundo.

Al llegar frente a la Academia U.A., Alfred se detiene. La majestuosa estructura se alza ante él, un lugar donde la próxima generación de héroes es formada. Alfred observa con atención el ajetreo de los estudiantes que entran y salen, algunos en uniforme, otros con expresiones decididas. Sabe que este es el lugar donde Izuku podría estar, si es que la información que Bruce le dio es correcta.

Alfred (murmurando para sí mismo):
"Así que este es el hogar del futuro de los héroes... y, quizás, del futuro Batman."

Con determinación, Alfred entra al campus. La enorme entrada de la U.A. le parece un símbolo de lo que está en juego: el futuro del mundo, de la justicia, de Gotham. Si encuentra a Izuku aquí, será solo el comienzo de una nueva fase en la vida del joven.

Alfred camina por los pasillos de la academia con paso firme, preguntándose cómo un joven sin poderes podría ser considerado para ser el Caballero Oscuro, pero sabe que Bruce no se equivocaría. Con su experiencia, Bruce siempre había reconocido el verdadero valor de un hombre no por lo que podía hacer, sino por lo que estaba dispuesto a hacer por los demás.

Finalmente, se encuentra con Aizawa, el maestro de la U.A., quien parece ser la persona indicada para guiarlo hacia Izuku.

Alfred (con voz suave pero autoritaria):
"Disculpe, soy un asociado de Bruce Wayne. Necesito hablar con Izuku Midoriya."

Aizawa (mirando a Alfred con cierto escepticismo, pero reconociendo la seriedad en su tono):
"¿Bruce Wayne? Viene desde lejos, ¿eh? Lo tengo en cuenta. Izuku no es un estudiante común... pero venga, le llevaré."

Alfred asiente, sintiendo que la misión está tomando forma. Pronto conocería al joven que podría ser el próximo Batman.

Alfred camina por los pasillos de la U.A., siguiendo a Aizawa, quien lo lleva hacia donde se encuentra Izuku. Sin embargo, cuando llegan a las puertas del despacho de Nezu, el sonido de voces altas y tensas llega a sus oídos. La atmósfera dentro de la U.A. parece estar cargada de tensión, algo que no pasa desapercibido para el mayordomo británico.

Nezu (con tono severo):
"¡Izuku Midoriya! Has traicionado la confianza de esta escuela. Tienes poder, y en lugar de usarlo para el bien, has desobedecido nuestras órdenes repetidamente. Ya no podemos permitir que sigas siendo un estudiante aquí."

Izuku (con la cabeza agachada, su voz rota por la angustia):
"No... ¡Yo solo quiero ayudar! ¡Nunca quise traicionar a nadie!"

El joven parece estar a punto de explotar en lágrimas, pero se esfuerza por mantenerse firme, mirando a Nezu y All Might, quienes lo observan con decepción.

All Might (mirándolo con dolor en los ojos):
"Izuku... No lo entiendo. Fuiste un símbolo de esperanza. Pero tus recientes acciones... me han mostrado que ya no eres digno de portar el poder que te fue otorgado."

Izuku da un paso atrás, sintiendo como si todo se estuviera desmoronando a su alrededor. Los recuerdos de sus esfuerzos por seguir el legado de All Might y de cómo se sacrificó para proteger a los demás parecen ahora una cruel burla. Nunca imaginó que llegarían a este punto.

Nezu (con firmeza):
"Esto es lo mejor para todos. El One For All es demasiado peligroso en las manos equivocadas. Así que, por el bien de todos... te quitaré lo que te fue dado."

Izuku (con horror):
"No... ¡Por favor! ¡No me quites eso! ¡Es lo único que tengo para proteger a los demás!"

Pero, a pesar de sus súplicas, Nezu activa el dispositivo que anula el One For All, el poder que Izuku había heredado de All Might. Un resplandor brillante rodea a Izuku mientras siente cómo el poder le escapa, dejándolo vacío, frágil y vulnerable.

Izuku (agarrándose el pecho, como si hubiera perdido parte de sí mismo):
"¡Nooo...!"

Con su Quirk despojado y su corazón roto, Izuku cae de rodillas al suelo, incapaz de comprender lo que acaba de ocurrir. La misma habilidad que le dio esperanza y propósito ha sido arrebatada de él, dejándolo más solo que nunca.

Aizawa (observando en silencio, con una expresión de desaprobación):
"Fue la decisión correcta... No puedes seguir siendo parte de esta escuela si no puedes controlar lo que te define."

Alfred, que había presenciado toda la escena desde la puerta, no dice nada por un momento. Sus ojos observan al joven caído, sintiendo la desesperación en el aire. Sabe que esta no es la situación para entrar de inmediato. Sin embargo, al ver el sufrimiento de Izuku, su resolución se fortalece.

Finalmente, Alfred se adelanta, rompiendo el silencio con una voz firme y calmada.

Alfred (con autoridad):
"Disculpen la interrupción, pero creo que hay algo más importante que discutir aquí. El joven Midoriya no es un traidor. Lo que ha pasado no ha sido culpa suya. Yo vengo de parte de alguien más... alguien que cree en él, aún cuando otros no lo hagan."

Nezu (mirando con desdén a Alfred):
"¿Quién es usted para intervenir en nuestra decisión? Este asunto está cerrado."

Alfred (con una mirada fija y tranquila):
"Mi nombre es Alfred Pennyworth. Y mi misión es encontrar al sucesor de alguien muy importante... alguien que dejó un legado mucho más grande que cualquiera de los errores que creen haber visto aquí."

Alfred se acerca a Izuku, agachándose a su nivel. El joven lo mira confundido, aún temblando por la reciente pérdida de su poder.

Alfred (suavemente):
"Joven Midoriya... mi nombre es Alfred. Y aunque puede que no lo sepas, Bruce Wayne, el hombre detrás de Batman, ha estado observándote. Él cree en ti. Cree que eres el futuro. Y ha llegado el momento de que tomes el manto que te ha sido ofrecido."

Izuku, aunque agotado y emocionalmente roto, mira a Alfred con una mezcla de incredulidad y esperanza.

Izuku (entre sollozos):
"¿Yo? ¿Por qué... por qué alguien como yo?"

Alfred (con una ligera sonrisa triste):
"Porque el verdadero heroísmo no está en los poderes que posees, sino en lo que decides hacer con ellos... o en lo que decides hacer cuando ya no los tienes."

Izuku, aún con las manos temblorosas por la reciente pérdida del One For All, se levanta lentamente. El peso de la situación lo aplasta, pero algo en las palabras de Alfred despierta en él una chispa de determinación. Aunque aún se siente débil y vulnerable, no puede ignorar la posibilidad que le ha sido ofrecida.

Con la cabeza agachada, pero con una nueva resolución, Izuku sigue a Alfred hacia la puerta del despacho. Ni Nezu ni All Might lo detienen, ya que ambos están demasiado enfocados en lo que creen que es el final de su carrera como héroe.

Izuku (en voz baja, con la mirada fija al frente):
"¿Realmente puedo ser... como Batman?"

Alfred (mientras camina a su lado, con una voz calmada y autoritaria):
"No se trata de ser como Batman, joven Midoriya. Se trata de ser alguien que se levanta, incluso cuando todo parece perdido."

Izuku asiente, aunque todavía no está completamente convencido de si puede cumplir con semejante legado. Pero algo en su interior le dice que, quizás, este es su destino, y que tiene la oportunidad de aprender y crecer de una manera que nunca imaginó.

Al llegar a la salida de la U.A., la atmósfera es diferente. Los estudiantes que antes estaban llenos de esperanza y sueños ahora parecen estar muy distantes. Las luces del atardecer comienzan a pintar el cielo con tonos anaranjados y morados, simbolizando el fin de un capítulo en la vida de Izuku.

Izuku (con una leve sonrisa triste, mientras mira atrás):
"Todo lo que he hecho... ¿Realmente fue suficiente?"

Alfred (con voz firme, mirándolo con respeto):
"Lo que has hecho es valioso, pero el futuro aún te espera. El viaje no termina aquí."

Con esas palabras, Alfred y Izuku caminan hacia la entrada del campus, donde un coche de lujo los espera. La carretera hacia el aeropuerto es larga y silenciosa, pero Izuku sabe que su vida está a punto de cambiar para siempre. El aeropuerto está al frente, y el vuelo a Gotham City está cerca.

Cuando finalmente llegan al aeropuerto de Japón, el bullicio de los pasajeros y el sonido de los aviones despegando parecen un recordatorio de que el mundo sigue su curso, mientras que Izuku y Alfred se preparan para abordar el avión. Izuku observa el vuelo que lo llevará al lugar que no solo es su futuro, sino también el de una nueva misión: ser el sucesor de Batman.

Izuku (con tono bajo, casi para sí mismo):
"Voy a darlo todo... No sé cómo, pero... debo hacerlo."

Alfred (con una leve sonrisa en su rostro, como si estuviera orgulloso del joven que ahora está bajo su cuidado):
"Eso es todo lo que necesitas, Midoriya. Vamos, Gotham nos espera."

El avión despega con destino a Gotham City, y con él, comienza un nuevo capítulo en la vida de Izuku Midoriya, quien ahora tendrá que aprender a ser más que un héroe. Tendrá que ser el Caballero Oscuro.

El avión aterriza en Gotham City en plena noche, con una tormenta cubriendo la ciudad con una mezcla de lluvia y neblina. Desde la ventanilla, Izuku observa la oscura silueta de la ciudad, muy distinta a Musutafu. Aquí no hay héroes con brillantes trajes ni reconocimiento público. Solo sombras y crimen.

Alfred lo guía hasta un lujoso auto negro, el cual los lleva directo a la Mansión Wayne. A medida que avanzan por las calles de Gotham, Izuku nota los callejones peligrosos, los edificios en ruinas y los grafitis que marcan territorios de bandas criminales.

Izuku (pensando):
"Esto es diferente a casa... Aquí los villanos no están en prisión de máxima seguridad... Aquí gobiernan las calles."

Finalmente, tras un largo viaje, las puertas de la Mansión Wayne se abren, revelando una gigantesca y elegante propiedad que parece sacada de otro tiempo. Izuku baja del auto, aún con su ropa desgastada por la expulsión, sintiéndose fuera de lugar. Pero antes de que pueda decir algo, una figura emerge de las sombras del umbral de la mansión.

Bruce Wayne, vestido con un traje negro y un largo abrigo, lo observa con ojos fríos y calculadores. Su presencia es abrumadora. Izuku siente un escalofrío, como si el hombre frente a él pudiera verlo completamente, leer su pasado, sus miedos y sus dudas.

Bruce (con voz grave y firme):
"Alfred me ha hablado de ti. Izuku Midoriya... Has perdido tu poder, tu futuro, y fuiste traicionado por aquellos en los que confiabas."

Izuku baja la mirada, aún sintiendo el peso de su fracaso.

Bruce (continúa):
"Pero lo que perdiste no es lo que te hacía fuerte. Lo que importa es lo que decidas hacer ahora. Si estás aquí, significa que estás dispuesto a renacer. Y para eso... tendrás que ser destruido primero."

Izuku siente un escalofrío ante esas palabras, pero antes de que pueda responder, Bruce da media vuelta y entra en la mansión. Alfred le hace un gesto para que lo siga.

Izuku (pensando mientras entra a la mansión):
"No sé qué me espera... pero no voy a rendirme."

Desde el primer día, Izuku comprende que el entrenamiento de Bruce Wayne no es nada parecido a lo que vivió en la U.A. No hay discursos motivadores ni compañeros de equipo. Solo dolor, disciplina y un maestro que no acepta excusas.

Bruce lo lleva al Batibunker, un espacio secreto bajo la mansión con equipos de entrenamiento, armas y tecnología avanzada. Cada día es una prueba de resistencia extrema:

Entrenamiento físico: Bruce lo somete a sesiones de combate mano a mano contra él mismo y contra simulaciones de enemigos. Izuku aprende diferentes artes marciales: Judo, Krav Maga, Keysi, Ninjutsu, Boxeo y Kickboxing. Cada golpe recibido le recuerda lo lejos que está de ser un verdadero luchador.

Sigilo y estrategia: Bruce le enseña a moverse en las sombras, a evitar ser detectado y a usar la oscuridad a su favor.

Entrenamiento psicológico: Bruce lo somete a sesiones en las que lo obliga a enfrentar sus miedos más profundos. Lo lleva a Arkham Asylum solo para que sienta la presencia de los criminales más peligrosos del mundo.

Inteligencia y detección: Alfred lo entrena en habilidades de detective, enseñándole a analizar pistas, leer expresiones faciales y anticipar movimientos enemigos.

Durante estos dos años, Izuku es destrozado y reconstruido una y otra vez, hasta que su cuerpo y mente se vuelven algo completamente nuevo.

Ya no es Izuku Midoriya, el niño rechazado de la U.A.. Ahora es alguien que se ha forjado en la oscuridad, con una voluntad inquebrantable y un propósito claro.

Después de dos años de entrenamiento, una noche Bruce lo lleva a un edificio abandonado en los suburbios de Gotham. La única luz es la de la luna y las farolas parpadeantes.

Bruce (mirándolo con seriedad):
"Hoy es la última prueba. Vas a enfrentarte a un grupo de criminales de verdad. Están armados. Son peligrosos. Y no tendrás ayuda."

Bruce lo observa por un momento más, y por primera vez en dos años, una ligera sonrisa cruza su rostro.

Bruce:
"Ve y demuéstrame que estás listo."

Izuku se cubre el rostro con una máscara negra y salta del tejado hacia la oscuridad de Gotham.

Esa noche, un nuevo vigilante nace.

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