Capítulo 78

Izuku dejó el celular nuevamente sobre la mesa, pero su mirada estaba perdida. Shouka, notando su cambio de humor, lo miró con curiosidad.

-Izuku, ¿por qué te pones tan nervioso por un mensaje de tu padre? -preguntó suavemente, apoyando su cabeza en su hombro.

Izuku suspiró profundamente y cerró los ojos por un momento.

-Es porque... no lo he visto en años.

Shouka levantó la cabeza, mirándolo con seriedad.

-Eso ya lo sabía. Pero nunca me dijiste mucho sobre él. ¿Qué pasó realmente?

Izuku apretó los labios antes de continuar.

-Shouka, cuando mi mamá murió... -Se detuvo un momento, como si las palabras fueran difíciles de pronunciar-. Ni siquiera apareció.

Shouka lo miró fijamente. Sabía lo mucho que le había dolido la muerte de su madre, y cómo había estado a su lado cuando recibió la noticia.

-¿Nunca intentó contactarte? ¿Ni antes ni después? -preguntó, aunque ya conocía parte de la respuesta.

Izuku negó con la cabeza.

-Nada. Cuando yo tenía 8 años, se fue. Nunca nos explicó por qué. Mi madre decía que estaba trabajando en el extranjero, pero nunca volvimos a saber de él. —Bajó la mirada—. Cuando mamá falleció, pensé que tal vez se presentaría, aunque fuera solo para el funeral. Pero no lo hizo.

Shouka suspiró profundamente y tomó una de las manos de Izuku entre las suyas.

-Entiendo por qué te pone así... pero, si después de tantos años te manda un mensaje, quizás hay algo importante detrás.

Izuku levantó la mirada hacia ella, sus ojos verdes reflejando confusión y enojo.

-¿De verdad crees que debería responderle?

Shouka asintió lentamente, sin soltar su mano.

-Sí. No para perdonarlo ni para darle lo que quiere, sino para saber qué es tan urgente. Aunque sea solo para cerrar ese capítulo.

Izuku suspiró profundamente y miró el celular.

-Tal vez tengas razón... pero no puedo evitar sentir que esto es solo otra excusa vacía.

Shouka lo abrazó con firmeza, acercándose a él.

-No importa lo que pase, Izuku. Si decides enfrentarlo, estaré contigo.

Izuku, aunque todavía en duda, dejó que el abrazo lo reconfortara un poco.

-Gracias, Shouka.

Al día siguiente-

El sol comenzaba a colarse por las cortinas de la habitación. Izuku abrió los ojos lentamente. A su lado, Shouka dormía tranquila, con el cabello ligeramente desordenado y una expresión relajada.

Por un momento, Izuku se quedó observándola, pensando en lo hermosa que se veía cuando no tenía el semblante serio que siempre llevaba consigo.

-Te ves tan linda cuando duermes... -murmuró para sí mismo, una leve sonrisa en sus labios.

Con cuidado de no despertarla, se deslizó fuera de la cama. Su celular estaba sobre la mesa, justo donde lo había dejado la noche anterior. Lo tomó y desbloqueó la pantalla, mirando el mensaje de su padre una vez más.

Tras un momento de duda, comenzó a escribir:

"Dime dónde y cuándo quieres verme."

Presionó "enviar" y esperó. La barra de progreso avanzó lentamente... pero luego, un mensaje apareció: "No enviado".

Izuku frunció el ceño. Su conexión parecía funcionar, pero por alguna razón el mensaje no llegaba.

-¿Qué demonios...? -susurró.

Decidiendo dejarlo por el momento, caminó hacia el baño, pensando que tal vez necesitaba despejar su mente antes de lidiar con aquello. Al encender la luz, se inclinó sobre el lavabo, dejando que el agua fría corriera antes de salpicar su rostro.

El frío le trajo un leve alivio, pero su mente seguía llena de preguntas. ¿Por qué su padre había decidido contactarlo ahora? ¿Qué podría querer después de tantos años de ausencia?

Alzó la mirada hacia el espejo, observando las gotas de agua cayendo por su rostro.

-¿Qué tan importante puede ser para que él me busque ahora? -murmuró, apretando los puños.

Apagó el grifo y tomó una toalla para secarse la cara. Tenía claro que no dejaría que esa incertidumbre lo afectara. Ahora tenía una vida que proteger y decisiones importantes que tomar, pero no podía ignorar el mensaje de su padre.

Regresó al cuarto y, antes de sentarse de nuevo, revisó su celular. La señal seguía inestable, pero decidió intentarlo una vez más.

"Reenviar mensaje."

El teléfono tardó unos segundos, y finalmente el mensaje se envió. Izuku lo observó un momento antes de dejarlo sobre la mesa otra vez.

Miró a Shouka, quien seguía profundamente dormida. Se sentó al borde de la cama y dejó escapar un suspiro.

-Supongo que tendré que esperar su respuesta.

Después de unos minutos, Izuku salió de la habitación con pasos silenciosos, cerrando la puerta con cuidado para no despertar a Shouka. Una vez en el pasillo, tomó su celular nuevamente, deslizando la pantalla hasta encontrar el contacto de Endeavor. Se detuvo un momento, dudando si era el momento adecuado para llamar, pero sabía que necesitaba información.

Marcó el número y llevó el teléfono a su oído. Apenas sonaron dos tonos antes de que la voz firme de Endeavor respondiera.

-Midoriya, ¿qué sucede?

Izuku se apoyó contra la pared, su mirada fija en el suelo.

-Endeavor, quería preguntarte sobre la situación en la mansión que mencionó Lady Nagant. ¿Qué encontraron?

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, seguido de un leve suspiro.

-Era una trampa. -La voz de Endeavor sonaba cargada de frustración-. Dentro de la mansión había un mensaje grabado por All For One. Una burla, como siempre. Dijo que este era solo el principio, que sus planes ya estaban en marcha y que nosotros estábamos perdiendo el tiempo.

Izuku apretó el puño.

-¿Y después?

-La mansión estaba llena de explosivos. Apenas tuvimos tiempo de evacuar antes de que todo volara en pedazos. Por suerte, todos salimos ilesos. Mirio, Nejire y Hawks están bien, aunque... -hubo una pausa-... Hawks parecía especialmente afectado.

Izuku frunció el ceño, intentando procesar la información.

-¿Había algo más? ¿Alguna pista sobre sus movimientos?

-Nada concreto. All For One dejó claro que lo que está por venir será más grande de lo que hemos enfrentado antes. Pero no había nada útil en esa mansión, salvo el mensaje. Fue un claro intento de distraernos.

Izuku permaneció en silencio por unos segundos. All For One siempre estaba un paso adelante, jugando con ellos como piezas de ajedrez.

-Entendido, Endeavor. Gracias por informarme.

-Midoriya. -La voz de Endeavor se suavizó ligeramente-. Cuídate. Si descubres algo, avísanos de inmediato.

-Lo haré. -Izuku cortó la llamada y se quedó mirando su celular.

Las palabras de Endeavor resonaban en su mente. All For One estaba planeando algo mayor, algo que podría cambiar el rumbo de la guerra. Y ahora, con su padre contactándolo, sentía que las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar de una manera que no le gustaba.

Se llevó una mano al rostro, dejando escapar un largo suspiro antes de enderezarse. No podía quedarse paralizado. Había mucho por hacer, y cada segundo contaba.

Izuku se dirigió al vestidor de la clase 1-A, su mente todavía dándole vueltas a la llamada con Endeavor y a las piezas que parecían acomodarse de formas inquietantes. Decidió no perder más tiempo. Se vistió rápidamente con su traje de héroe, ajustándose la venda negra sobre sus ojos y comprobando que todo estuviera en su lugar.

Con un suspiro, usó su teletransportación, su destino era el hospital donde Lady Nagant estaba siendo atendida. En un instante, desapareció del pasillo.

Cuando llegó al hospital, el lugar estaba tranquilo, con luces fluorescentes iluminando los pasillos vacíos. Recovery Girl estaba a unos metros, revisando unos papeles. Al sentir su presencia, levantó la mirada y se encontró con el héroe de verde y negro frente a ella.

-Ah, Midoriya. -dijo la anciana.

-Buenos días, Recovery Girl. Quería saber cómo está Lady Nagant.

La anciana lo observó por un momento antes de asentir.

-Sigue estable, aunque estuvo muy cerca. Puedes verla, pero no te quedes mucho tiempo. Necesita descansar.

Izuku agradeció con un leve movimiento de cabeza y pasó junto a ella, entrando en la habitación indicada.

El cuarto era pequeño y silencioso, con una única cama en el centro donde Lady Nagant descansaba. Su cuerpo estaba cubierto de vendas, dejando solo su rostro parcialmente visible. Aunque estaba conectada a varios monitores, estos mostraban signos estables, indicando que su estado no era crítico.

Izuku cruzó los brazos mientras la miraba desde la puerta, manteniendo una expresión neutral. Avanzó unos pasos, deteniéndose al pie de la cama.

-Supongo que era más fuerte de lo que aparentaba. -Murmuró para sí mismo, sus palabras apenas un susurro-. Aguantó semejante explosión y sigue viva.

Sin querer admitirlo, sintió una pizca de respeto por ella, pero lo ocultó tras su habitual máscara de indiferencia.

Dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta. No había más que pudiera hacer allí por ahora.

Izuku salió de la habitación con pasos tranquilos, cerrando la puerta tras de sí. Recovery Girl seguía en el mismo lugar, revisando unos papeles, pero él apenas le dirigió una mirada antes de sacar su celular.

El dispositivo vibró en su mano, indicando la llegada de un mensaje nuevo. Al desbloquearlo, su expresión se endureció al ver el remitente: su padre.

"Estoy tomando un vuelo a Japón. Llegaré en dos horas. Quiero que me recibas en el aeropuerto."

Izuku permaneció inmóvil, mirando la pantalla mientras procesaba las palabras. El mensaje era directo, pero la sensación de extrañeza no desaparecía. No podía recordar la última vez que había tenido una conversación significativa con su padre, y mucho menos algo tan... repentino como esto.

Su mente comenzó a llenarse de preguntas. ¿Por qué ahora? ¿Por qué después de tantos años de silencio? La muerte de su madre cruzó fugazmente por su mente, haciendo que su mandíbula se apretara.

Finalmente, soltó un leve suspiro. Decidió no analizar demasiado el mensaje por el momento. Sin pensar demasiado, escribió una respuesta breve y directa.

-👍

Con eso, guardó el teléfono en su bolsillo y se dirigió hacia la salida del hospital. Todavía tenía tiempo antes de que el vuelo llegara, pero no podía evitar sentir que algo grande se acercaba.

Izuku salió del hospital con paso firme, teletransportándose directamente a las instalaciones de la U.A. Apareció frente a los dormitorios, donde el ambiente tranquilo le permitió relajarse momentáneamente. 

Al llegar a su habitación, se sentó en su escritorio y sacó su celular. Abrió la aplicación de mensajes y buscó el contacto de Hawks. No era alguien con quien hablara demasiado, pero entendía que debía saber lo que ocurría con Lady Nagant.

Con dedos rápidos, escribió el mensaje:

"Hawks, Lady Nagant sigue viva. Está siendo atendida en el hospital. Parece estable por ahora."

Lo releyó rápidamente y, tras asegurarse de que el tono era adecuado, lo envió. Se recostó en la silla, cerrando los ojos brevemente.

Unas pocas horas más tarde-

Izuku estaba de pie en el aeropuerto, con las manos en los bolsillos de su pantalón mientras observaba el tablero de vuelos. Las horas habían pasado rápidamente desde que envió el mensaje a Hawks, y ahora, el momento que había estado posponiendo en su mente estaba a pocos minutos de ocurrir.

El avión en el que suponía que viajaba su padre estaba a punto de aterrizar. Provenía de Estados Unidos, lo que coincidía con lo poco que recordaba sobre él: su trabajo en el extranjero, las largas ausencias, las excusas que su madre le había dado cuando era niño. Pero esas explicaciones ahora parecían huecas.

Miró por la ventana de la terminal, observando las luces del aeropuerto mientras los aviones aterrizaban y despegaban. Un leve suspiro escapó de sus labios. No sabía qué esperar de este encuentro, pero su expresión permanecía neutra, casi fría.

-"¿Por qué ahora?", pensó nuevamente.

El altavoz del aeropuerto anunció la llegada del vuelo. Izuku enderezó su postura, mirando hacia la puerta de desembarque con una mezcla de cautela y curiosidad. Aunque su rostro no lo mostraba, su mente estaba llena de preguntas, y ninguna tenía una respuesta clara.

Finalmente, después de varios minutos, una figura salió de la puerta de desembarque. Era un hombre alto para la media de Japón, de aproximadamente 1.80 metros, con el cabello negro alborotado que le recordaba al suyo propio. Había algo familiar en la manera en que caminaba, en cómo giraba la cabeza para observar el lugar.

Cuando el hombre se acercó un poco más, Izuku lo observó detenidamente. Las pecas en su rostro eran inconfundibles, y aunque los años lo habían envejecido, ese era el hombre que recordaba vagamente de su infancia.

-"Es él," -pensó, su mente analizando cada detalle. -"Tal y como lo recordaba, pero... más viejo. Supongo que el tiempo lo ha tratado así."

El hombre finalmente lo vio. Sus ojos se encontraron, y por un instante, hubo un silencio abrumador entre ellos. Izuku permaneció inmóvil, sin saber si debía hablar primero o esperar a que él dijera algo.

El hombre detuvo sus pasos frente a Izuku, inclinando la cabeza ligeramente como si intentara reconocer cada detalle de su rostro. Una sonrisa cansada apareció en sus labios mientras lo miraba.

-Cuánto has crecido, Izuku. Te pareces demasiado a mí en mis días de juventud... solo que con el pelo verde y... esos ojos. Son extremadamente verdosos.

Izuku no respondió. Permaneció de pie, con su mirada fija en él, pero sin emoción aparente en su rostro. El silencio entre ellos se hizo más pesado con cada segundo que pasaba.

Hisashi soltó un pequeño suspiro, como si hubiera esperado una reacción más cálida.

-No tienes nada que decirme, ¿eh? -preguntó, aunque en su tono había un dejo de arrepentimiento.

Izuku finalmente rompió el silencio. Su voz era baja, pero cargada de una mezcla de emociones que había intentado reprimir.

-¿Por qué desapareciste por tanto tiempo? -preguntó, sin apartar la mirada de los ojos de su padre-. ¿En qué... ¡En qué estabas pensando!?

Hisashi pareció encogerse ligeramente bajo el peso de esas palabras. Bajó la vista por un momento, frotándose la nuca como si intentara encontrar una respuesta adecuada.

-Vine aquí para explicártelo, Izuku, pero no lo haré en este lugar. Es probable que estemos siendo observados de alguna manera.

Izuku lo miró, frunciendo ligeramente el ceño. La desconfianza comenzaba a asentarse en su mente, cuestionando la veracidad de las palabras de su padre.

-¿Qué quieres decir con eso? -preguntó, su tono era neutral, pero sus Seis Ojos ya estaban analizando cada rincón del aeropuerto.

Hisashi cruzó los brazos y señaló hacia el avión con un leve gesto.

-Dime, ¿viste a alguien más bajar del avión conmigo?

Izuku reflexionó por un momento, recordando los rostros de cada pasajero que había descendido antes de su padre. Ninguno de ellos parecía estar conectado con él. Finalmente, negó con la cabeza.

-No, nadie más.

Una leve sonrisa cruzó el rostro de Hisashi, pero sus ojos seguían serios.

-Exacto. Porque por la situación actual de Japón, es imposible tomar un vuelo comercial hacia este país. Las restricciones son demasiado fuertes. Pero... con algunos contactos, logré llegar aquí en este avión.

Izuku iba a preguntar algo más cuando el sonido de pasos resonó en la pista del aeropuerto. Al voltear, vio a una figura descendiendo del avión, un hombre de cabello rubio peinado hacia atrás y lentes oscuros. Izuku lo reconoció de inmediato, sus ojos se abrieron en sorpresa.

-¿David Shield? -murmuró.

El hombre se acercó con calma, su expresión seria pero con un atisbo de alivio al ver al joven frente a él.

-Hola, Midoriya... Cuánto tiempo. -dijo con un tono tranquilo, aunque había una mezcla de emociones en su voz-. Aún recuerdo cuando mataste a ese villano en I-Island.

Izuku se rascó la parte trasera de la cabeza, incómodo ante el recuerdo.

-En ese momento... -murmuró Izuku, desviando la mirada hacia un lado-. Mis pensamientos eran muy diferentes.

David asintió lentamente, cruzando los brazos mientras lo observaba con detenimiento.

-No lo dudé entonces, pero... cuando vi la muerte de All Might, -su voz se quebró ligeramente, aunque intentó mantener la compostura-, lo admito, te culpé.

Izuku no respondió de inmediato, sintiendo el peso de las palabras de David.

-Pero, después de reflexionarlo, -continuó David-, me di cuenta de que estaba siendo injusto. Eras tan solo un adolescente que había pasado por tantas cosas. Su muerte no fue tu culpa, Midoriya.

Izuku levantó la mirada, notando la sinceridad en los ojos de David.

Hisashi miró a Izuku con una expresión seria, su postura reflejando la importancia de lo que iba a decir.

-He venido por una sola razón, Izuku... -hizo una pausa, asegurándose de captar completamente la atención de su hijo-. He venido a llevarte a los Estados Unidos, más específicamente a I-Island.

Izuku frunció el ceño, sus ojos verdes brillando con confusión y una pizca de desconfianza.

-¿Qué estás diciendo? -respondió Izuku, alejándose ligeramente de su padre-. ¿Por qué querrías llevarme a los Estados Unidos?

Hisashi mantuvo su mirada fija en él, con una expresión que combinaba determinación y urgencia.

-Tengo una forma de vencer a All For One, pero para eso necesitamos ir a I-Island. Allí te explicaré todos los detalles.

Izuku retrocedió un paso, su expresión endureciéndose.

-¿Vencer a All For One? -preguntó el peliverde algo sorprendido-. Sin embargo, no puedo abandonar Japón, -respondió con voz baja pero decidida-. No en un momento tan crítico como este.

David Shield intervino, dando un paso adelante.

-Sé que suena arriesgado, Midoriya, -dijo mientras ajustaba sus lentes-. Pero esta es una oportunidad única. En I-Island no solo tenemos tecnología avanzada, tenemos algo que puede mejorar por completo tus habilidades. Algo que All For One no verá venir.

Las palabras de David lograron captar la atención de Izuku. Sus ojos se entrecerraron, pensativo.

-¿Mejorar mis habilidades? -repitió en un murmullo.

David asintió.

-Exactamente. Pero es una decisión que solo tú puedes tomar.

Izuku suspiró, frotándose la nuca mientras miraba a ambos hombres frente a él. Finalmente, levantó la mirada.

-Esperen aquí, -dijo con seriedad-. Necesito hacer una llamada antes de decidir.

Hisashi y David intercambiaron una mirada y asintieron.

-No tardaré mucho, -dijo Izuku, dando un paso hacia atrás.

Izuku se alejó del lugar, sacando su teléfono mientras caminaba hacia un rincón más tranquilo del aeropuerto. Marcó un número que conocía de memoria, y después de un par de tonos, escuchó la voz de Shouka al otro lado.

-¿Izuku? -preguntó con calma.

-Shouka, -dijo, su voz reflejando un rastro de duda-. Necesito hablar contigo sobre algo importante.

Shouka guardó silencio por un momento antes de responder.

-Dime.

Izuku le explicó rápidamente todo lo que había sucedido: la llegada de su padre, la propuesta de David Shield, y la oportunidad de mejorar sus habilidades en I-Island. Cuando terminó, su voz estaba cargada de incertidumbre.

-No sé qué hacer, Shouka. Japón está en peligro, y no quiero dejarlo en este momento. Pero si realmente puedo volverme más fuerte...

Shouka lo interrumpió con suavidad.

-Deberías ir, Izuku.

-¿Qué? -respondió, sorprendido por la firmeza en su voz.

-Shouka suspiró al otro lado de la línea.

-Japón te necesita fuerte, más fuerte de lo que ya eres. Si en I-Island tienen algo que puede ayudarte a vencer a All For One, entonces debes aprovecharlo.

-Pero si algo sucede aquí mientras estoy fuera...

-Nos las arreglaremos, -dijo Shouka con confianza-. Confío en ti, Izuku. Ve y hazte más fuerte.

El peliverde cerró los ojos por un momento, procesando sus palabras. Finalmente, asintió, aunque ella no podía verlo.

-Está bien, -respondió con calma-. Confío en ti, Shouka.

-Buena suerte, Izuku, -dijo ella, su tono lleno de determinación-. Nos vemos pronto.

Izuku colgó, guardando su teléfono mientras regresaba al lugar donde Hisashi y David lo esperaban.

-Está decidido, -dijo, ajustándose la venda negra sobre los ojos-. Vamos a I-Island.

Hisashi sonrió levemente, mientras David intento darle una palmada en el hombro de Izuku, pero el Infinito no lo dejó, pero, esto solo hizo que David sonría.

-No te arrepentirás, -dijo Shield mientras señalaba hacia al avión-. El avión nos espera.

Izuku se sentó junto a la ventana del avión, observando cómo Japón se desvanecía en el horizonte. La vista del país que había jurado proteger se hacía cada vez más pequeña, dejándolo con una mezcla de determinación e incertidumbre. Había dejado todo en manos de sus compañeros, confiando en que podían resistir mientras él tomaba esta oportunidad para fortalecerse.

El silencio en la cabina era interrumpido solo por el sonido del motor del avión. Su padre y David Shield hablaban en voz baja al frente, pero Izuku estaba sumido en sus pensamientos, mirando el paisaje que se desdibujaba bajo él.

De repente, algo captó su atención. A lo lejos, varios helicópteros se dirigían en dirección contraria. Izuku frunció el ceño, inclinándose hacia la ventana para observar mejor.

En el centro de la formación, una figura femenina se encontraba de pie sobre uno de los helicópteros, su silueta inconfundible incluso desde esa distancia.

-¿Quién...? -murmuró Izuku.

Solo fue un segundo. Ambos volaban a grandes velocidades, y el cruce entre los helicópteros y el avión duró apenas un instante. Pero en ese breve momento, los Seis Ojos de Izuku se enfocaron en la mujer.

La información de su quirk fluyó hacia él con una claridad impresionante. Era un poder que desafiaba toda lógica, una habilidad que parecía capaz de reescribir las reglas mismas de la realidad.

-¿Qué demonios...? -susurró, su mirada sorprendida.

No conocía a la heroína, pero por su porte y la formación que la acompañaba, supo que debía ser alguien importante. Un refuerzo valioso que había llegado en el momento más crítico.

Sin apartar la mirada de la figura que se desvanecía en la distancia, Izuku sintió un atisbo de alivio.

-Así que hay alguien más que viene a luchar, -pensó, recargándose en el asiento mientras el jet seguía su curso-. Tal vez, solo tal vez, las cosas estén bien si yo no estoy.

Su sorpresa por el quirk de la heroína persistía, y no podía sacarla de su mente. Aun así, decidió enfocarse en su objetivo inmediato. Si ella estaba allí para ayudar, entonces él debía asegurarse de regresar más fuerte que nunca.

Mientras Japón desaparecía completamente de su vista, Izuku cerró los ojos, preparándose mentalmente para lo que venía.

Izuku se levantó de su asiento, dejando sus pensamientos atrás, y caminó hacia donde David Shield y su padre, Hisashi, conversaban en voz baja. Ambos levantaron la mirada al verlo acercarse.

-¿Cuánto falta para llegar? -preguntó Izuku, con tono directo.

David ajustó sus lentes antes de responder.

-Alrededor de seis horas. Este es un avión estándar, no es tan rápido como otros.

Izuku asintió, aunque su expresión mostraba impaciencia.

-Seis horas es demasiado tiempo. Vamos a hacer esto más rápido.

Hisashi lo miró con curiosidad.

-¿Qué estás diciendo, Izuku?

-El avión puede seguir su curso con el piloto automático, ¿cierto? -preguntó Izuku, cruzándose de brazos.

David parpadeó, sorprendido, y respondió con cautela:
-Sí, pero... ¿qué tienes en mente?

Izuku dio un paso atrás, sus ojos verdes brillando con determinación mientras bajaba la venda negra que llevaba colgada en el cuello, cubriendo completamente sus Seis Ojos.

-Voy a teletransportarnos directamente a I-Island.

Hisashi frunció el ceño.

-Espera, Izuku. ¿Estás seguro de que eso es...

Antes de que pudiera terminar, Izuku los agarró del hombro. En un instante, el espacio se distorsionó a su alrededor. El rugido del motor del avión desapareció, reemplazado por el sonido del viento marino y un cielo completamente despejado.

David y Hisashi apenas tuvieron tiempo de procesar lo que sucedía cuando se encontraron en la plataforma principal de I-Island, el emblema del lugar visible a lo lejos. David se tambaleó un poco antes de estabilizarse, mientras Hisashi se quedó mirando a su hijo con una mezcla de incredulidad y admiración.

-¿Qué...? ¿Cómo...? -balbuceó David, claramente impresionado.

Izuku bajó la venda nuevamente, cubriendo sus ojos por completo, y respondió con calma:

-Así es más rápido.

Hisashi cruzó los brazos, evaluando a su hijo.

-Tienes habilidades más impresionantes de lo que imaginaba.

David, aún recuperándose, añadió:

-Esta es tu técnica de teletransportación... Es increíble. No pensé que pudiera hacerse de manera tan precisa.

Izuku miró a ambos, con una expresión seria.

-Ahora que estamos aquí, quiero que me expliquen todo. No quiero perder más tiempo.

David asintió, señalando hacia un edificio cercano.

-Vamos al laboratorio. Allí puedo mostrarte los detalles.

Hisashi lo siguió, manteniéndose cerca de Izuku.

-Bien hecho, Izuku. Pero asegúrate de guardar energía. Lo que tenemos preparado requerirá todo de ti.

Izuku no respondió, simplemente comenzó a caminar hacia el laboratorio con ellos, listo para descubrir lo que le tenían reservado.

Mientras caminaban hacia el laboratorio principal, Izuku rompió el silencio.

-¿Cuánto tiempo estaremos aquí? -preguntó, su tono directo, mirando a su padre y a David Shield alternativamente.

David ajustó sus lentes mientras abría la puerta del laboratorio.

-Eso dependerá de ti, Midoriya. El proceso que vamos a realizar podría tomar semanas, tal vez meses, dependiendo de tu capacidad de adaptación.

Izuku frunció el ceño, sus pensamientos girando en torno a Japón y la situación que había dejado atrás.

-No tenemos meses. Japón está en un momento crítico, no puedo quedarme aquí tanto tiempo.

Hisashi comentó algo antes de entrar al laboratorio.

-Izuku, sé que quieres volver rápido, pero lo que vamos a hacer aquí podría marcar la diferencia entre la victoria y la derrota contra All For One. Este lugar fue creado para potenciar lo mejor de los héroes, y ahora es tu turno.

David asintió, apoyando las palabras de Hisashi.

-Tenemos tecnología y métodos que no existen en ningún otro lugar del mundo. Si sigues este entrenamiento, podrías superar tus límites actuales de una manera que nunca creíste posible.

Izuku bajó la mirada por un momento, reflexionando. La urgencia de regresar chocaba con el peso de las palabras de ambos. Finalmente, levantó la cabeza, su expresión decidida.

-De acuerdo. Haré lo necesario. Pero no voy a quedarme más tiempo del estrictamente necesario.

Hisashi esbozó una ligera sonrisa, satisfecho con la respuesta de su hijo.

-Así se habla. Ahora, entremos.

David abrió la puerta del laboratorio y los condujo al interior, donde brillantes pantallas holográficas y complejos equipos tecnológicos llenaban el espacio.

Japón-

En Japón, el grupo liderado por Endeavor se encontraba observando cómo un grupo de helicópteros entraba al espacio aéreo del país. Las luces de los vehículos iluminaban el cielo nocturno, y el símbolo pintado en el fuselaje no dejaba lugar a dudas.

Mirio, quien estaba entre ellos, alzó la vista mientras una sonrisa de sorpresa se dibujaba en su rostro.

-¿Esa es...? -preguntó, aunque ya sabía la respuesta-. ¿La heroína número 1 de los Estados Unidos? ¡Star and Stripe!

Hawks, con los brazos cruzados, asintió.

-Parece que decidió venir a ayudarnos, aunque no estoy seguro de cómo logró esquivar las restricciones del gobierno de su país.

Endeavor observó en silencio, su expresión seria mientras procesaba lo que significaba su llegada. La presencia de Star and Stripe no solo era un apoyo valioso, sino también una declaración de que la lucha contra All For One estaba atrayendo la atención mundial.

-Deberíamos recibirla. -dijo Mirio, rompiendo el silencio-. Es una oportunidad única para coordinar estrategias con alguien de su calibre.

Endeavor asintió, confiando en el juicio del joven héroe.

-Ve tú, Lemillion. Explícale la situación actual y asegúrate de que entienda los riesgos.

-¡Entendido! -respondió Mirio con entusiasmo, saliendo de inmediato hacia el lugar donde los helicópteros aterrizarían.

Mientras tanto, en una ubicación desconocida, All For One se encontraba rodeado de sombras. Su risa resonaba en la penumbra, cargada de malicia.

-Así que la heroína número 1 de Estados Unidos decidió unirse a la fiesta. -murmuró, su voz cargada de sarcasmo-. ¿Qué tendrá para ofrecer esta vez?

Cerró los ojos, conectándose mentalmente con el cuerpo de Shigaraki, que se encontraba a la distancia. Las alas negras y afiladas que habían surgido como resultado de su evolución se desplegaron, cortando el aire con un chasquido mientras el cuerpo se preparaba para volar.

-Vamos a darle una cálida bienvenida. -dijo All For One, dejando que una risa fría escapara de sus labios.

El cuerpo de Shigaraki, controlado por All For One, se elevó en el aire y comenzó a volar a gran velocidad hacia la dirección de los helicópteros que traían a Star and Stripe. Las alas negras y brillantes surcaban el cielo, mientras avanzaba rápidamente, parecía imparable. Las alas lo impulsaban a una velocidad aterradora, cortando el aire y haciendo que un rugido ensordecedor acompañara su paso. La ciudad no era más que un campo de obstáculos que se desmoronaban ante él.

Un edificio de oficinas se alzó en su camino, pero no tuvo oportunidad de resistir. Shigaraki estiró su mano, y con un simple toque, el concreto comenzó a desmoronarse. Las vigas de acero crujieron y colapsaron mientras la estructura se derrumbaba sobre sí misma. Los gritos de las personas que intentaban escapar quedaron ahogados por el estruendo.

Su vista, amplificada por el quirk Search, seguía el rastro inconfundible de Star and Stripe. Podía sentir su presencia acercándose, y eso lo hacía acelerar aún más, aumentando la intensidad de la destrucción.

Un puente apareció frente a él. Sin disminuir la velocidad, atravesó el centro del puente. El impacto fue tan fuerte que el puente se desmoronó bajo el impacto.

-Los héroes siempre tratan de salvar lo que no pueden. -dijo con un tono despectivo, observando las ruinas que dejaba atrás-. Pero esta vez no habrá nada que salvar.

Un rascacielos bloqueaba su camino. Shigaraki no desvió ni un milímetro su trayectoria. Con un movimiento rápido, lanzó una ráfaga de poder hacia la base del edificio, cortándolo como si fuera papel. La torre comenzó a inclinarse lentamente, antes de desplomarse en una nube de polvo y escombros.

Los sensores de los helicópteros que acompañaban a Star and Stripe captaron la destrucción en la distancia.

Los helicópteros finalmente disminuyeron la velocidad mientras Star and Stripe, de pie en el borde de uno de ellos, observaba cómo la figura de Shigaraki se acercaba rápidamente. El humo y la destrucción que dejaba a su paso eran evidencia suficiente de su intención. Cuando finalmente se detuvo, flotando en el aire frente a ellos, sus alas negras se extendían majestuosas y ominosas, como si fueran la manifestación física de su poder.

-Vaya bienvenida. -comentó Star and Stripe, su tono lleno de ironía mientras mantenía la mirada fija en el enemigo frente a ella.

Shigaraki inclinó ligeramente la cabeza, su cabello desordenado ondeando con la brisa. Una sonrisa torcida apareció en sus labios, mientras sus ojos brillaban con una mezcla de odio y diversión.

-Así que la héroe número 1 de Estados Unidos ha venido. -dijo con una voz que parecía resonar en el aire-. ¿Has decidido sacrificarte por ellos también?

Star and Stripe mantuvo su posición firme sobre el helicóptero, su capa ondeando con fuerza mientras observaba al hombre que se detenía frente a ellos. Sus alas negras, como las de un cuervo gigantesco, batían con una fuerza que hacía temblar el aire a su alrededor. La sonrisa macabra que se dibujaba en su rostro no era fácil de ignorar.

-Tú... -dijo Star, su voz fuerte y directa, sin dejar espacio a dudas-. ¿Eres All For One?

Antes de que el hombre pudiera responder, una voz resonó desde uno de los helicópteros de apoyo, un tono lleno de urgencia y advertencia.

-¡Es Tomura Shigaraki! -gritó uno de sus compañeros, revisando sus monitores mientras lo identificaba-. Tengo entendido que desintegra todo lo que toca. Su quirk es mortal.

Star entrecerró los ojos mientras analizaba cada detalle del hombre frente a ella.

-Así que Tomura Shigaraki...

Star and Stripe dio un paso firme sobre el helicóptero, con sus ojos clavados en Shigaraki. Su mente calculaba cada posible movimiento mientras su voz resonaba con una autoridad que no podía ser ignorada.

-La atmósfera alrededor de Shigaraki Tomura... ¡desaparece! -gritó, activando su quirk New Order.

De inmediato, el aire alrededor de Shigaraki se desvaneció, formando un vacío invisible que lo dejó sin oxígeno. Shigaraki se estremeció ligeramente al sentir el cambio, sus alas aletearon con fuerza, tratando de estabilizarse. Sin embargo, la falta de atmósfera lo dejó vulnerable, dificultando incluso el uso de algunos de sus quirks.

Star and Stripe alzó una mano hacia los helicópteros que la rodeaban, su voz poderosa atravesó los cielos.

-¡Ahora! -ordenó.

Los helicópteros, preparados para el momento, descargaron un enorme rayo láser concentrado. Una luz cegadora envolvió el área donde flotaba Shigaraki, iluminando el cielo nocturno como si fuera de día. El calor y la energía del rayo eran tan intensos que incluso los pilotos tuvieron que desviar la mirada para no quedar cegados.

Desde el centro de la explosión, un rugido resonó. Shigaraki, atrapado en el ataque, desapareció entre la luz abrasadora. Las ondas de choque sacudieron los helicópteros, pero Star and Stripe no apartó la mirada. Sus ojos permanecieron fijos en el resplandor mientras evaluaba la situación.

El silencio posterior fue casi ensordecedor, pero Star no bajó la guardia. Sabía que alguien como Shigaraki no caería tan fácilmente.

Los helicópteros rodeaban a Shigaraki, cuyos ojos brillaban con una confianza casi abrumadora. La luz de los láseres había desaparecido, dejando ver su figura completamente intacta, flotando en el aire como si nada hubiera ocurrido. Su sonrisa era aterradora, una mezcla de burla y amenaza.

-¿Eso es todo lo que tienen? -dijo All For One, extendiendo los brazos hacia los helicópteros-. ¡Patético!

Arriba del helicóptero principal, Star and Stripe observaba con atención. No había rastros de daño en él, ni siquiera un rasguño. Los murmullos sorprendidos de sus compañeros resonaban en la cabina.

-No puede ser... -dijo uno de los soldados-. ¡Ni siquiera lo tocamos!

Star permaneció imperturbable, aunque su mente analizaba rápidamente la situación.

-Después de todo... -murmuró para sí misma, con una mirada afilada-. Es el "sucesor" de un villano que ni All Might pudo derrotar.

De repente, Shigaraki levantó una mano, acumulando una energía oscura que crepitaba con un poder aterrador. Era un ataque masivo, cargado con la intención de arrasar con todo a su paso.

-Star, ¡cuidado! -gritó uno de los soldados, pero ella ya estaba lista.

El ataque se lanzó con una velocidad abrumadora, una esfera de pura destrucción que rugía mientras atravesaba el cielo hacia el helicóptero principal. Pero Star no se movió; en su lugar, extendió ambas manos frente a ella, sus ojos llenos de determinación.

-Se puede agarrar. -declaró con fuerza, activando su quirk New Order.

El ataque de Shigaraki se detuvo en seco, flotando frente a ella como si hubiera sido atrapado por una fuerza invisible. La esfera oscura brillaba con energía destructiva, pero Star la mantenía firme. Con un movimiento rápido y un grito poderoso, Star redirigió el ataque hacia su creador.

-¡De vuelta para ti, Shigaraki! -gritó, lanzando el ataque de regreso con una fuerza impresionante.

La esfera oscura voló hacia el cuerpo de Shigaraki, quien apenas tuvo tiempo de esquivarla. El ataque pasó a centímetros de él, impactando en la distancia y causando una explosión devastadora que iluminó el cielo. All For One giró lentamente su mirada hacia Star, su sonrisa ahora más amplia.

-Interesante... -dijo, su tono lleno de emoción retorcida-. Esto va a ser divertido.

Star and Stripe se lanzó hacia Shigaraki con velocidad y precisión. Sus movimientos eran calculados, cada paso parte de un plan claro. Mientras los helicópteros mantenían su posición, ella ya estaba frente a él, flotando en el aire con una postura imponente.

-¡Si Tomura Shigaraki se mueve lo más mínimo, se le parará el corazón! -declaró, activando su quirk New Order con firmeza.

Por un breve instante, todo pareció detenerse. El viento se calmó y los helicópteros quedaron en completo silencio, mientras todos observaban a Shigaraki esperando el efecto. Pero entonces, Shigaraki giró lentamente la cabeza hacia ella, con una sonrisa escalofriante en su rostro.

Shigaraki comenzó a moverse, flexionando los dedos con tranquilidad. Su corazón no se detuvo. No mostró ningún signo de debilidad o reacción adversa al quirk de Star.

-¡¿Cómo es posible?! -exclamó uno de los soldados desde el helicóptero-. ¡Su quirk no está funcionando!

Star frunció el ceño mientras retrocedía levemente, evaluando la situación. Algo no cuadraba. New Order siempre había sido absoluto, y aún así, Shigaraki estaba ileso, desafiando sus expectativas.

-Al parecer... -pensó mientras mantenía su mirada fija en él-. Ya no se trata de Tomura Shigaraki. Este cuerpo está siendo controlado.

Shigaraki dejó escapar una risa grave y burlona.

-Así es, mi querida heroína número uno de Estados Unidos. Tomura ya no es más que un recipiente... -dijo, con la voz de All For One resonando a través de su boca-. Uno perfecto para mi voluntad.

Desde abajo, escondido entre la confusión, Mirio observaba cada movimiento, evaluando la situación con rapidez. Había visto la llegada de All For One y tenía que intervenir.

-¿Cómo puedo hacerle frente? -se preguntó. No puedo volar, no tengo la forma de llegar hasta allí...

Pero entonces, una idea pasó por su mente, y su cuerpo se tensó. No necesitaba volar. No cuando tenía el poder de One For All.

Activó el 100% de One For All. Ya había entrenado lo suficiente, su cuerpo estaba acostumbrado al poder, y no se dañaba al usarlo a esa intensidad. Una gran cantidad de energía recorrió su cuerpo mientras se preparaba para lo que iba a hacer. Con un movimiento brusco, saltó con una fuerza inimaginable, ascendiendo rápidamente hacia el aire.

-¡Smaash! -gritó Mirio mientras impactaba con un golpe directo al pecho de Shigaraki, o mejor dicho, al cuerpo controlado por All For One. La potencia del golpe fue tan brutal que el aire vibró con la onda expansiva, sorprendiendo a todos a su alrededor.

Star and Stripe, al ver la escena, no pudo evitar una sonrisa de satisfacción al notar algo que la dejó sin aliento. En ese instante, vio en Mirio una imagen de All Might. La misma determinación, la misma valentía. Algo en él le recordó a su viejo amigo, al héroe que había inspirado a tantas personas, incluyéndola a ella misma.

Mirio aterrizó justo encima de uno de los helicópteros, su respiración agitada pero confiada, mientras observaba a All For One, quien parecía haber quedado momentáneamente aturdido por el impacto.

-¿Aún sigues de pie? -dijo Mirio, desafiando al villano con una sonrisa en su rostro.

Star, sorprendida pero contenta con la intervención, lo observó desde el aire, reconociendo la importancia del momento. La batalla estaba lejos de terminar, pero ahora, por fin, había un atisbo de esperanza.

All For One, aunque momentáneamente aturdido, no tardó en reaccionar. Con una sonrisa cruel, centró su atención en la heroína número uno de Estados Unidos, dispuesto a acabar con ella.

-¡Tú serás la que caiga primero!- gritó, su voz llena de furia y odio mientras extendía ambas manos hacia el aire.

El ataque de desintegración fue masivo, una onda de energía desintegradora que se lanzó directamente hacia Star. Todo lo que tocaba comenzaba a desintegrarse de inmediato, y la magnitud de la fuerza detrás del ataque era aterradora.

Star, al percatarse de lo que se venía, usó su quirk New Order de inmediato. Usó su poder para solidificar el aire alrededor de ella, creando una barrera protectora. 

-El aire en frente de mi se convertirá en una poderosa barrera. 

Sin embargo, el ataque de All For One fue tan destructivo que la barrera comenzó a ceder bajo la presión.

Mirio, observando la situación, se dio cuenta de que debía hacer algo rápido. No podía permitir que Star cayera bajo ese ataque. Aunque no podía volar, sabía que podía aprovechar su poder One For All al 100% para ayudar. Sin pensarlo, hizo un gran salto hacia el aire con toda la potencia de One For All.

-¡Power!- gritó Mirio, con su puño completamente cargado, lanzándose hacia All For One a gran velocidad.

Con un golpe devastador, Mirio impactó a All For One en el costado, haciendo que el villano fuera desviado por un momento. El golpe al 100% de One For All hizo que el cuerpo de All For One fuera lanzado hacia atrás, pero para sorpresa de todos, no se detuvo. Aunque estaba dañado, All For One parecía inalterado.

All For One, con una risa macabra, se levantó rápidamente, sin mostrar signos evidentes de dolor.

-¿Realmente crees que podrías matarme con un golpe como ese?- dijo, girándose hacia Mirio con una mirada fría. -No soy tan fácil de derrotar.-

El villano miró a Mirio con un desdén claro, pero algo más se podía ver en su expresión. No estaba dispuesto a matarlo. En lugar de eso, parecía más interesado en deshacerse de Star, quien aún luchaba por mantener su barrera.

-No me interesa matarte ahora mismo.- dijo All For One, con una sonrisa cruel. -Lo que quiero es acabar con esa heroína.-

Mirio, un poco desconcertado por las palabras de All For One, rápidamente se preparó para seguir luchando, pero antes de que pudiera hacer algo más, All For One lo ignoró por completo, mirando fijamente a Star and Stripe.

Star, al ver que All For One se estaba centrando en ella nuevamente, aprovechó la oportunidad para reajustar su quirk y fortalecer su barrera.

-¡No podrás con esta barrera, All For One!- gritó Star, mientras concentraba todo su poder en la defensa.

Mirio, mientras tanto, mantuvo su posición cerca de ella, listo para intervenir en cuanto fuera necesario. Aunque All For One había desviado la atención momentáneamente, la pelea apenas comenzaba y ambos sabían que no podían relajarse.

Star and Stripe observó a All For One. Respiró profundamente y levantó una mano hacia el cielo, con una mirada llena de decisión.

-¡New Order! ¡Crearé un gigante a mi imagen que replicará todos mis movimientos!

En el aire, una figura colosal comenzó a formarse. Era una representación perfecta de Star and Stripe, hecha de energía condensada y rodeada de una brillante aura dorada. El gigante flotaba sobre ella, moviéndose en sincronía con sus propios gestos.

Mirio, aún cerca, observó la creación con asombro.

-¡Eso sí que es asombroso, Star! ¡Puedo mantenerlo distraído mientras tú te encargas del golpe fuerte!

La figura gigante alzó sus brazos, siguiendo los movimientos de Star. Su primer ataque fue una embestida directa hacia All For One. El impacto fue lo suficientemente poderoso como para romper el suelo a 200 metros bajo ellos y lanzar una onda de choque que sacudió todo a su alrededor.

All For One en el cuerpo de Shigaraki apenas tuvo tiempo de reaccionar, usando una barrera creada con varios quirks combinados para protegerse. Aun así, fue empujado hacia atrás, arrastrando sus pies sobre el terreno.

-¡Impresionante despliegue, pero no será suficiente! –gritó el villano, liberando una ráfaga de ataques quirks hacia la figura gigante.

Sin inmutarse, Star levantó un brazo, y su creación replicó el movimiento, bloqueando los ataques como si fueran meros golpes de viento.

-¡No tienes idea de lo que somos capaces, All For One! –gritó Star, avanzando hacia él. Cada paso que daba, el gigante lo replicaba con fuerza y determinación.

Mientras tanto, Mirio se movía con rapidez, utilizando su quirk para aparecer y desaparecer alrededor de All For One, obligándolo a desviar su atención.

-¡Star, voy a abrirte una oportunidad! –gritó Mirio, esquivando un ataque con facilidad y lanzándose hacia el villano, dándole un golpe directo en el costado.

All For One giró hacia Mirio con una expresión de molestia, pero en ese momento, Star aprovechó la distracción.

-¡Es hora de acabar con esto! –exclamó, guiando a su gigante para lanzar un golpe devastador desde arriba.

El impacto fue monumental, generando una explosión de energía que iluminó todo el campo de batalla.

Cuando el humo se disipó, All For One seguía en pie, aunque claramente debilitado. Su respiración era pesada, y su sonrisa confiada comenzaba a desvanecerse.

-Interesante... parece que se lo toman realmente en serio. –dijo, mirando a ambos héroes. –Pero esto apenas comienza.

Star y Mirio se prepararon para el siguiente asalto. Aunque sabían que la batalla sería larga, ambos estaban determinados a no retroceder ni un paso.

En Estados Unidos-

En las instalaciones de I-Island, Izuku se encontraba junto a su padre, Hisashi Midoriya, y el renombrado científico David Shield. Frente a ellos, un grupo de robots avanzaba rápidamente, moviéndose de manera coordinada. Sin embargo, no eran una amenaza real: estos habían sido diseñados por David para entrenar a Izuku en el uso de sus habilidades únicas.

-Midoriya, ya has demostrado un dominio casi perfecto del "Rojo" y el "Púrpura" –dijo David, con un tono serio. –Pero el "Azul"... todavía no lo usas de manera eficiente. Hay más formas de aprovecharlo que simplemente atraer cosas y aplastarlas.

Izuku, con su venda negra cubriendo sus Seis Ojos, frunció el ceño ligeramente mientras procesaba las palabras de David.

-Entiendo lo que dices, pero el "Azul" ha sido la primera habilidad que tuve –respondió. –Es irónico, ¿no? He tenido esta habilidad más tiempo que los demás, y aun así, parece que no lo uso tan bien como debería.

Hisashi, quien observaba desde un costado del campo con los brazos cruzados, intervino.

-A veces, lo que creemos que dominamos es lo que más necesita ser pulido –comentó con calma. –David tiene razón. Si aprendes a usar el "Azul" de formas más creativas, podrías resolver situaciones sin siquiera recurrir al "Púrpura".

Izuku asintió, mirando al grupo de robots que comenzaban a moverse hacia él.

-De acuerdo. Mostraré lo que puedo hacer.

David activó un nuevo programa en los robots, aumentando su velocidad y adaptabilidad.

-Recuerda, Midoriya –dijo David mientras ajustaba los controles. –No se trata solo de atraer cosas hacia ti. Usa el "Azul" para crear oportunidades, controlar el entorno y limitar los movimientos de tus oponentes.

Izuku levantó una mano, activando "Azul". Esta vez, en lugar de atraer a los robots hacia un punto central, dirigió la fuerza de atracción a los objetos del entorno, moviendo obstáculos y escombros para bloquear sus caminos. Los robots intentaron adaptarse, pero Izuku ajustó rápidamente la fuerza y dirección del "Azul" para desestabilizarlos, empujando los escombros hacia ellos de forma calculada.

David ajustó sus gafas, su expresión era de asombro absoluto.

-Es increíble... –murmuró, mientras los datos aparecían en su pantalla. –Solo con un simple consejo, ya está encontrando nuevas maneras de usarlo.

En el campo, Izuku levantaba una mano y activaba "Azul" para atraer objetos, pero esta vez no solo los aplastaba. Había comenzado a usar la fuerza de atracción para manipular múltiples elementos a la vez. Barreras improvisadas, escombros redirigidos, incluso partes de los robots eran arrancadas y reposicionadas estratégicamente para bloquear el avance de los demás.

-Está usando "Azul" como si fuera un constructor y un destructor al mismo tiempo –comentó David en voz alta, sin apartar la mirada de la pantalla. –Es monstruoso lo rápido que adapta sus habilidades.

Hisashi, observando desde un costado, sonrió levemente.

-Esa es su naturaleza –dijo el padre del peliverde. –Cuando Izuku escucha una idea que tiene sentido, no solo la aplica, la lleva más allá de lo que cualquiera esperaría.

En el centro del campo, Izuku se movía con fluidez, esquivando y atacando. Pero a pesar de los avances, algo dentro de él no se sentía satisfecho.

-David dijo que puedo hacer más... –pensó mientras desactivaba un robot al desarmarlo con un movimiento rápido de "Azul". –Entonces, ¿qué es lo que me falta?

David notó la ligera vacilación en los movimientos de Izuku.

-Es impresionante, pero aún no está en el punto que quiero –dijo en voz baja, ajustando los controles para aumentar la dificultad del entrenamiento.

Los robots comenzaron a adaptarse a los ataques de Izuku, moviéndose de manera más errática y evitando ser atrapados por la fuerza de atracción. Izuku frunció el ceño, enfocándose más.

-Todavía hay algo que no estoy viendo –se dijo a sí mismo.

David, observando cómo Izuku seguía experimentando con el "Azul" y avanzando poco a poco, decidió intervenir. Apretó un botón en la consola y apagó los robots.

-Midoriya, es suficiente por ahora –dijo a través del intercomunicador. –Es importante que descanses y proceses lo que has aprendido.

Izuku bajó la mano, y respiró profundamente. Aunque no estaba exhausto físicamente, sentía el peso mental del entrenamiento intenso. Asintió en dirección a David y salió del campo de entrenamiento hacia donde estaban él y su padre.

Al llegar a la sala de control, Izuku encontró a Hisashi esperándolo con una expresión más seria de lo habitual. David estaba a un lado, revisando datos en una tableta, pero incluso él parecía algo más callado que antes.

-Midoriya, buen trabajo ahí dentro –dijo David con una sonrisa, intentando aligerar el ambiente. –Tienes un potencial increíble. Con un poco más de práctica, dominarás el "Azul" como lo has hecho con el "Rojo" y el "Púrpura".

-Gracias, David –respondió Izuku, secándose el sudor con una toalla. Luego miró a su padre, quien permanecía en silencio. –Viejo, ¿estás bien?

Hisashi cruzó los brazos y dio un paso adelante, mirándolo directamente a los ojos.

-Izuku, hay algo que me gustaría contarte –dijo con voz seria, lo que hizo que David levantara la vista de su tableta, intrigado.

El joven se quedó quieto, notando el peso en las palabras de su padre.

-¿De qué se trata? –preguntó, sin apartar la mirada.

Hisashi tomó aire, como si estuviera reuniendo fuerzas para continuar.

-Es algo que he estado guardando desde hace tiempo. Algo relacionado con nosotros... y con tu poder –añadió, su tono dejando claro que la conversación sería importante.

David, reconociendo que este era un momento privado, apagó la pantalla de la tableta y dio un paso hacia la puerta.

-Los dejaré para que hablen –dijo con calma. –Si necesitan algo, estaré revisando los datos en el laboratorio.

Cuando David salió, el silencio en la sala se volvió palpable. Izuku miró a su padre, ahora completamente alerta.

-Papá... ¿qué es lo que quieres decirme? –preguntó, sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación.

Hisashi desvió la mirada por un instante, como si estuviera organizando sus pensamientos. Luego volvió a mirarlo, con determinación.

-Te contaré toda mi historia, Izuku –dijo finalmente, su tono grave. –Es algo que nunca he compartido contigo, ni con nadie más desde hace mucho tiempo.

Izuku asintió, sin interrumpir. Hisashi comenzó a caminar lentamente por la sala, como si cada paso lo ayudara a recordar.

-En mi juventud, yo no era un buen hombre –confesó. –No tenía rumbo, no tenía sueños... lo único que tenía era una pandilla. Éramos unos bandidos, Izuku. Salíamos a las calles, destrozábamos a cualquiera que se interpusiera en nuestro camino. Héroes, civiles, no importaba. No había piedad en nosotros.

El joven héroe escuchaba en silencio, tratando de asimilar las palabras de su padre.

-Llegó un punto en que la pandilla se volvió demasiado ambiciosa –continuó Hisashi. –No nos bastaba con robar o causar caos. Queríamos poder. Y, tarde o temprano, nuestras acciones atrajeron la atención de alguien que lo tenía todo: All For One.

Al mencionar ese nombre, la voz de Hisashi cambió. Se volvió más sombría, pero también más reverente, como si recordara algo que aún lo impactaba profundamente.

-Ese tipo... –Hisashi hizo una pausa, apretando los puños. –Era un manipulador completo. Perfecto a mi vista en ese entonces. Cuando lo conocí, no había nadie como él. Su presencia era imponente, su carisma inigualable. No necesitaba convencerte de nada; solo con escucharlo, te entregabas por completo a su causa.

Izuku sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pero se mantuvo en silencio, dejando que su padre continuara.

-Le ofrecí mis servicios, mi lealtad, mi vida... para siempre –confesó Hisashi, su mirada perdiéndose en un recuerdo lejano. –Y a cambio, me dio poder. Me permitió sentir lo que era estar por encima de los demás. La sensación de invencibilidad, de ser parte de algo más grande que tú mismo.

Hizo una pausa, mirando a Izuku directamente a los ojos.

-Matábamos héroes, Izuku. Era nuestro propósito. Y mientras lo hacíamos, All For One nos rodeaba de personas como nosotros. Villanos poderosos, cada uno con habilidades únicas, todos unidos bajo su mando. Cada día conocía a alguien nuevo, alguien igual de despiadado, alguien dispuesto a todo por el poder que él ofrecía.

Hisashi cerró los ojos por un momento, como si reviviera aquellos días.

-Era increíble... –dijo finalmente, con una mezcla de amargura y nostalgia. –Esa es la verdad, hijo. Antes de que tú nacieras, yo no era más que un villano, un peón en el imperio de All For One.

Hisashi suspiró, como si la siguiente parte de la historia fuera aún más difícil de compartir. Izuku lo observaba atentamente, el silencio pesado en la sala era casi insoportable.

-Pero todo eso cambió cuando conocí a tu madre –dijo Hisashi, su voz un poco más suave. –Fue en una fiesta, una reunión que no esperaba, pero ahí estaba ella. Inko...

Izuku frunció el ceño, sorprendido.

-No sé si lo recuerdas, pero antes, tu madre era realmente atractiva. Había algo en su sonrisa, en su forma de ser, que me atrapó al instante. –Su mirada se volvió distante, como si estuviera reviviendo aquel momento. –Al principio, ni siquiera pensaba que ella pudiera interesarse en alguien como yo. Pero con el tiempo, después de muchos intentos, me dio su contacto. Y comenzamos a salir.

Izuku se quedó en silencio, escuchando atentamente a su padre, pero una parte de él sentía que ya estaba entendiendo mejor la historia.

-Pasaron los meses, y nuestras citas se convirtieron en algo más. Me enamoré de ella, Izuku. Y lo que era aún más increíble, ella también se enamoró de mí –continuó Hisashi, con una ligera sonrisa melancólica. –Todo parecía perfecto. Era feliz, tú naciste, y todo parecía ir bien.

Su expresión se oscureció al recordar los siguientes eventos.

-Entonces... un día, le conté a tu madre mi pasado. Le conté quién era realmente, lo que había hecho, y lo que All For One me había hecho hacer. Esperaba que me rechazara, pero... en lugar de eso, ella me convenció de algo que nunca imaginé: me convenció de traicionar a All For One.

Izuku parpadeó, asimilando lo que escuchaba. Hisashi parecía estar reviviendo esa decisión, como si fuera un punto de inflexión en su vida.

-Así lo hice, hijo. No solo traicioné a All For One, sino que maté a muchos de sus hombres. No podía quedarme quieto sabiendo lo que había hecho, y sabía que si no actuaba, mi familia correría peligro. Pero All For One no perdona. Y juró encontrarme, encontrarme y matarme personalmente.

Izuku sintió un nudo en el estómago. La imagen de su padre siendo perseguido por ese monstruo le pareció aún más aterradora.

-Por eso... cambié mi nombre –continuó Hisashi, su voz ahora más firme. –Me convertí en Hisashi Midoriya, y tomé el apellido de tu madre. Necesitaba desaparecer. Y aunque intenté mantenerme cerca de ustedes, sabía que All For One tenía demasiados contactos y recursos. Estaba en todas partes, y si me encontraba, no solo me mataría a mí. Mataría a todos los que yo amaba.

Hisashi se quedó en silencio por un momento, sus ojos reflejando el peso de sus palabras. Izuku se sintió cada vez más abrumado por la revelación, pero su padre no parecía dispuesto a parar.

-Cuando despertaste tu quirk... –comenzó Hisashi, su tono más bajo ahora. –Yo... siempre deseé que fuera uno realmente fuerte. Fuerte para poder derrotar a All For One. Pero al mismo tiempo, no quería que te expusieras al peligro. No quería que tu vida fuera marcada por lo que yo había hecho.

Izuku frunció el ceño, sintiendo cómo el peso de esas palabras comenzaba a hacer sentido.

-¿Qué quieres decir, viejo? –preguntó, con cautela.

Hisashi cerró los ojos un momento, como si recordara ese instante en que vio a su hijo despertar su quirk.

-Por alguna razón, el destino decidió darte un quirk extremadamente poderoso, hijo. Un poder que... que incluso yo, en mi tiempo, jamás podría imaginar que mi hijo tendría. –Hisashi se detuvo, pensativo. –Cuando vi que tenías un quirk realmente poderoso, entendí inmediatamente que ese poder te haría objetivo de All For One. No fue hasta que su mano derecha, el doctor Garaki.. Presenció lo que tenías con 4 años, comenzaron a observarte detenidamente. Y si investigaban sobre ti, descubrirían quién era yo.

Izuku, simplemente se mantenía en silencio mirando a su padre.

-Y ahí fue cuando tomé la decisión de desaparecer por completo. No podía arriesgarme a que te sucediera algo por mi culpa. –Hisashi apretó los puños, como si reviviera ese dolor. –No quería que te expusieras a ellos. Sabía que te estaban observando, pero decidí mantenerme alejado, por miedo a que pudieran encontrarme.

Izuku comprendió lo que su padre estaba diciendo, y aunque no le gustaba la idea de que él hubiera tenido que desaparecer, entendía la desesperación detrás de esa decisión.

-Pero luego... –continuó Hisashi, con un tono más firme. –Cuando me enteré de la muerte de tu madre, algo dentro de mí cambió. Juro, hijo, que no había sentido algo tan profundo en mi vida. La ira, el dolor... fue como un fuego que no podía apagar. Desde ese momento, supe que lo único que podía hacer era vengarme de All For One, de ese maldito que destruyó todo lo que amaba.

Izuku sentía una mezcla de emociones al escuchar las palabras de su padre.

-Y entonces, después de los eventos en I-Island, tomé la decisión de contactar a David Shield. No pensaba que me aceptaría, que hablaría conmigo, pero lo hizo. –Hisashi lo miró a los ojos, como si esa fuera la última parte de su confesión. –Y ahora estamos aquí, hijo. Hemos llegado hasta este punto por las decisiones que tomamos, y lo que viene, lo enfrentaremos juntos. No tengo dudas de que puedes lograrlo. Tienes un poder increíble.

Izuku miró a su padre, confundido. Algo no encajaba en la historia que le había contado.

-Pero... algo no cuadra. –Izuku frunció el ceño, mirando fijamente a Hisashi. –¿Cómo es posible que hayas hecho todo eso con solo... escupir fuego? Eso no parece ni de cerca suficiente para lo que has vivido, para lo que has hecho.

Antes de que pudiera continuar, Hisashi lo interrumpió con una sonrisa enigmática.

-¿Cómo crees que pude hacer todo eso, Izuku? –dijo, sus ojos brillando con una intensidad peculiar. –Simple. All For One me otorgó más quirks, muchos más.

Izuku se quedó completamente sorprendido mientras veía a su padre tomar algo de su bolsillo. Era un frasco pequeño, algo que parecía como un líquido que se tiró en el cabello, de manera similar a lo que Dabi había hecho en el pasado.

El cambio fue inmediato. En cuestión de segundos, el cabello de Hisashi, que antes era completamente negro, pasó a un tono blanco canoso. Izuku, aún en shock, no pudo evitar lanzar una exclamación.

-¡Eso... eso no puede ser! –dijo, viendo con incredulidad. –Viejo... tu cabello... ¿qué es esto?

Hisashi sonrió tristemente y continuó.

-Tener más de un quirk en tu cuerpo... hace que la persona envejezca más rápido. Es una de las consecuencias que All For One nunca me dijo. Apenas tengo 44 años, Izuku. Pero, si miras mi cuerpo, mi edad física es de unos 73... –Hisashi suspiró. –Lo peor de todo es que este es solo el precio que pago por tener más poder.

Izuku, abrumado, no podía creer lo que escuchaba. En su mente, intentaba procesar todo, pero las palabras de su padre lo desconcertaban aún más.

-¡¿Qué?! –exclamó Izuku, sorprendido y sin saber cómo reaccionar. De forma instintiva, se quitó las vendas de sus ojos y, al instante, lo miró con sus Seis Ojos. Miró a su padre como nunca antes lo había hecho, y lo observó con más profundidad, buscando respuestas a las preguntas que le quemaban por dentro.

A través de sus ojos, pudo ver más detalles de su padre. Su cuerpo parecía estar irradiando energía, una energía que Izuku no había notado antes.

-¡¿Energía maldita?! -Dijo Izuku incrédulo 

Hisashi, al ver los ojos de su hijo, asintió.

-Tus ojos... –dijo, como si fuera una reflexión para él mismo. –Son un verdadero misterio. Lo que veo ahora, hijo, es que tu quirk no es solo una simple combinación. Tienes algo que no puedo entender por completo.

Izuku no podía dejar de observar a su padre mientras este continuaba.

-Poseo el quirk de escupir fuego. Ese fue el primero que All For One me otorgó, uno de los más simples. Pero ese no es más que un quirk que me dio. Mi quirk verdadero es la manipulación de energía. Puedo usarla para volverme más fuerte físicamente, para manipular mi cuerpo y aumentar mis capacidades. –Hisashi hizo una pausa, dejando que Izuku absorbiera la información. –Al parecer, la manipulación de energía y la atracción de Inko se combinaron de alguna forma para crear tu quirk. Tú... tienes una mezcla de esos poderes. Pero aún más raro, tus ojos. Esos ojos son realmente extraños.

Izuku, comenzó a pensar. La combinación de quirk de su madre y el poder de su padre, todo tenía sentido, después de todo tu quirk siempre será similar a los de tus padres, y al parecer había conseguido lo mejor de ambos quirks.

-No sé si soy capaz de comprenderlo todo, viejo... –dijo Izuku finalmente, después de un largo silencio. –Pero ahora... lo entiendo un poco mejor. Mi quirk, es la mezcla de las mejores cualidades de ambos quirks.

Hisashi asintió lentamente.

-Izuku... -dijo con una voz grave-. Todo lo que te he contado hasta ahora es solo una parte de la historia. Pero hay algo más que necesitas entender, algo crucial.

Izuku lo observó, esperando sus palabras, sintiendo que algo importante estaba por llegar.

-All For One no es solo un villano. -La voz de Hisashi se llenó de una dureza que hizo que Izuku sintiera un escalofrío-. Es un monstruo. Un manipulador absoluto. No hay nada en él que sea humano en el sentido que nosotros entendemos. Su poder va más allá de lo que cualquier ser humano podría comprender.

Izuku frunció el ceño, asimilando las palabras de su padre. Sabía que All For One era peligroso, pero no imaginaba hasta qué punto su padre había estado expuesto a esa amenaza.

Hisashi continuó, su mirada fija en los ojos de su hijo.

-Nunca, nunca subestimes a All For One. No importa cuánto crezcas o cuán fuerte te vuelvas. Él tiene el poder de hacer que te caigas, te rompas y te destruyas en un abrir y cerrar de ojos. No es un enemigo que se pueda derrotar con simpleza, no es alguien que puedas derrotar a la ligera.

En Japón-

All For One, con el cuerpo de Shigaraki, miró con una sonrisa fría a Star y Mirio. Había sido una batalla intensa, pero la paciencia del villano ya se había agotado. De repente, su expresión cambió a una de irritación y, con un movimiento brusco, habló:

-Ya estoy aburrido. Esta vez será un 2 contra 2. –dijo con voz sombría.

Extendió su mano hacia el suelo, y un portal oscuro se abrió ante él. La energía que emanaba del portal era densa y ominosa, y una figura envuelta en una capa negra comenzó a emerger del vórtice. La figura caminó en el aire con calma hacia el campo de batalla, y cuando finalmente salió del portal, todos pudieron ver quién era.

Mirio, mirando al nuevo ser que había aparecido, frunció el ceño.

-¿Quién... es él? –preguntó, sorprendido al ver al hombre de cabello blanco que estaba frente a ellos.

El hombre, de pie ante ellos con una presencia imponente, miró a Mirio y Star con una sonrisa maquiavélica. Su voz resonó con una gravedad aterradora.

-Es hora del round final. –dijo, dejando claro que estaba listo para la confrontación.

El rostro de Mirio se transformó en una expresión de horror mientras reconocía a la figura que tenía frente a él.

-¡Es el verdadero All For One! –exclamó Mirio, recordando la voz del villano-. ¡Es completamente diferente! 

All For One, ahora en su forma original, se rió suavemente, una risa que helaba la sangre.

-Tienes buena memoria, Mirio Togata. Pero no hace falta que me reconozcas, ahora estamos en el momento decisivo. –su tono era oscuro, lleno de confianza y de una amenaza.

La atmósfera se tensó aún más mientras el verdadero All For One se posicionaba frente a Star y Mirio, su presencia imponente opacando todo a su alrededor. Mirio y Star intercambiaron una mirada rápida, sabían que este era el momento decisivo.

-¡Prepárate, héroe! –gritó Star, alzando su voz sobre el ruido de la batalla. En un instante, su cuerpo gigante comenzó a moverse, avanzando con pasos pesados hacia All For One, su brazo levantado para un golpe devastador.

Pero All For One no se quedó de brazos cruzados. Con un movimiento rápido, alzó una mano y una ráfaga de energía combinada con varios quirks se disparó hacia el coloso. El impacto fue tremendo, levantando una nube de polvo y escombros.

Mirio aprovechó la distracción y, con su habilidad de permeabilidad, desapareció de la vista de All For One. Se movió a una velocidad impresionante, apareciendo en un costado del villano para intentar un golpe en su lado. Sin embargo, All For One lo anticipó y, con un rápido giro, bloqueó el golpe con una barrera energética, empujando a Mirio hacia atrás.

-¡Es increíble...! –dijo Mirio, tratando de recuperar el aliento. –No importa lo que haga, parece que todo lo que lanzamos es inútil.

-¡No te rindas, héroe! –gritó Star, a pesar de la fatiga que sentía. La gigantesca figura de Star volvió a cargar contra el villano, esta vez con un gran golpe. Pero All For One no parecía intimidado. Usó otro de sus quirks para generar una corriente de energía que desvió el golpe, enviando a Star al suelo con un fuerte choque.

All For One, aún en su forma original, se rió mientras observaba a los héroes luchar. No parecía inmutarse por la presión, pero también notaba algo extraño. Los dos cuerpos, Shigaraki y el suyo, no eran tan fáciles de controlar como pensaba.

-Es realmente difícil controlando dos cuerpos a la vez... –murmuró All For One, mientras ajustaba su postura, sin dejar de concentrarse en los héroes frente a él. –Pero ya me estoy acostumbrando. –dijo, con una sonrisa sádica, mientras una nueva ola de energía comenzaba a emanar de su cuerpo.

Star, levantándose con esfuerzo, se preparó para un nuevo ataque. Aunque la batalla estaba siendo más difícil de lo que había anticipado, no iba a rendirse.

-¡Esto no ha terminado, All For One! –gritó, su voz llena de furia. Su gigante volvió a alzar un brazo, esta vez con una fuerza aún mayor.

Mirio, por su parte, no estaba dispuesto a ceder. Su velocidad era su mayor ventaja, y se lanzó nuevamente hacia el villano, buscando una apertura para golpear.

Pero All For One, con la experiencia de siglos de combate y el poder de controlar dos cuerpos, los enfrentaba con una precisión mortal. La lucha estaba lejos de concluir, pero ambos héroes sabían que tendrían que hacer algo más allá de sus límites si querían detener a este monstruo.

La batalla se intensificaba. Star, con su clon gigante, se preparaba para atacar nuevamente. Cada movimiento de su figura colosal resonaba con fuerza, pero All For One no parecía inmutarse. Con una sonrisa burlona, levantó ambas manos y generó una enorme explosión de energía, arrojándola contra la gigante.

-¡No subestimen mi poder! –gritó All For One, mientras la onda de energía se expandía rápidamente hacia Star.

La gigante de Star levantó un brazo para bloquear el ataque, pero la fuerza de la explosión la derrapó, rompiendo el suelo bajo sus pies. A pesar de la resistencia, el golpe fue brutal, y la figura comenzó a tambalear. Star, luchando por mantener su control, apenas logró frenar la caída.

-¡Star! –gritó Mirio, dándose cuenta de que su compañera estaba siendo sobrepasada.

Mirio, sin pensarlo, se lanzó hacia All For One. Utilizando su habilidad de permeabilidad, desapareció de la vista del villano, solo para reaparecer detrás de él en un abrir y cerrar de ojos. Mirio se lanzó con un golpe rápido, directo al costado de All For One, con la esperanza de encontrar una debilidad.

Pero All For One reaccionó rápidamente, girando sobre sus talones y atrapando a Mirio por el cuello con una mano.

-¿De verdad crees que eso es suficiente? –dijo All For One, sus ojos llenos de desprecio mientras apretaba ligeramente.

Mirio luchaba por liberarse, su cuerpo atravesando parcialmente la barrera que lo sujetaba. Sin embargo, el villano no era fácil de vencer. Con un movimiento brusco, empujó a Mirio hacia el suelo, provocando que la tierra temblara al impactar.

-¡Mirio! –gritó Star, recobrando fuerzas y levantándose nuevamente, a pesar de las heridas visibles en su cuerpo gigante.

La heroína regresó a la carga, esta vez usando ambos puños para golpear directamente a All For One. Sin embargo, el villano no se quedó quieto. Usó uno de sus quirks para crear una barrera energética, desviando el ataque y empujando a Star hacia atrás.

-Esto es... aburrido –dijo All For One, sin mostrar signos de agotamiento. –Necesito algo más interesante.

Con una sonrisa sádica, sus ojos brillaron. De repente, ambos cuerpos que controlaba, el de Shigaraki y el suyo propio, comenzaron a moverse con una sincronización perfecta. Era como si ambos estuvieran peleando juntos, y la coordinación era aterradora.

All For One desató una lluvia de energía destructiva que cubrió toda la zona, atacando tanto a Star como a Mirio. La magnitud del ataque hizo que la tierra se partiera en varios puntos, y la presión fue tal que ambos héroes se vieron obligados a retroceder para evitar ser arrastrados.

-¡Es una locura! –exclamó Star, apenas logrando esquivar el ataque, pero siendo empujada por la fuerza de la explosión. –¿Cómo es posible controlar dos cuerpos a este nivel?

All For One se rió, como si el esfuerzo no fuera nada para él.

-Es difícil, pero ya me estoy acostumbrando. –dijo, mientras las ráfagas de energía seguían arremetiendo contra ellos. –Y ahora, este será el round final.

Star y Mirio se miraron brevemente, sabiendo que si no hacían algo drástico, no saldrían de esta batalla con vida. Necesitaban pensar en algo rápido para contrarrestar el poder abrumador de All For One y su control sobre dos cuerpos.

En un momento de concentración, Star dejó escapar una pequeña abertura en su defensa. All For One, rápidamente aprovechando la oportunidad, se lanzó hacia ella, su mirada fija en su objetivo. Con la habilidad de robar quirks, extendió la mano hacia Star con la intención de arrebatarle su quirk.

-¡No tan rápido! –gritó Star, reaccionando justo a tiempo.

Con una rapidez sorprendente, dio una orden a su quirk con toda la autoridad que podía concentrar.

-¡New Order! –dijo, con voz firme. –¡Mi quirk no se lleva bien con otros quirks!

En ese mismo instante, All For One detuvo su mano a nada de tocar su rostro y robarle su quirk, pues la orden que había dado Star and Stripe no lo favorecía.

Sin embargo, All For One no iba a dejar que eso pasara sin consecuencias. Recuperando rápidamente la compostura, se lanzó hacia Star con una furia renovada. Con un movimiento brutal, levantó su pierna y la estampó contra el costado de la gigante.

La patada golpeó con la fuerza de una tormenta, enviando a Star varios metros hacia atrás, derrapando por el suelo con un estruendo ensordecedor. La colosal heroína resistió el impacto, aunque su cuerpo gigantesco comenzó a tambalear peligrosamente. A pesar del daño, Star no cayó al suelo, gracias a una de las ordenes más inteligentes que había dado con su New Order.

-¡Mi cuerpo es super resistente! –ordenó, utilizando toda su fuerza de voluntad.

La resistencia aumentó al instante, y aunque su cuerpo temblaba por la brutalidad del golpe, la fuerza de la patada no la derribó. Aun así, el golpe había sido devastador, y la heroína luchaba por recuperar la estabilidad.

All For One, sorprendido por la resistencia de su oponente, se quedó observando a Star, sonriendo con una expresión siniestra.

-Interesante... –murmuró, antes de volver a lanzarse hacia ella con la intención de seguir atacando.

Mirio, observando todo esto, aprovechó el momento para intervenir y ayudar a Star. Sin embargo, sabía que la situación estaba más peligrosa que nunca. La pelea aún estaba lejos de terminar, y las probabilidades de ganar se reducían a cada segundo que pasaba.

La batalla se intensificaba, y All For One estaba cada vez más decidido a terminar con ella. Aprovechando un momento en que Mirio se desplazaba hacia él, All For One intentó atacarlo directamente, con la intención de eliminarlo de una vez por todas. Sin embargo, Mirio, con su reflejo rápido, usó su permeabilidad para esquivar el ataque.

Pero All For One no había cometido el error de simplemente golpear al aire. Al darse cuenta de la desaparición de Mirio, su mirada cambió de inmediato y, con una sonrisa cruel, dijo:

-Caíste, noveno. –El tono de su voz era frío, y parecía disfrutar de la situación. –Pensaste que iba a atacarte, pero lo que realmente quería era esto.

Con una rapidez aterradora, extendió su mano hacia el área donde Mirio había estado, pero, para su sorpresa, no hubo un golpe. En su lugar, la luz que normalmente entraba en sus ojos, esencial para su visión, desapareció. Mirio había hecho lo impensable: usó su permeabilidad en su rostro, haciendo que los rayos de luz no pudieran penetrar en sus ojos, quedando ciego temporalmente.

Mirio, tras haber recuperado su forma tangible, observó el caos a su alrededor. La batalla no se había detenido, pero algo no estaba bien. En un abrir y cerrar de ojos, vio a Shigaraki moverse a una velocidad monstruosa, tan rápida que apenas pudo reaccionar.

Antes de que pudiera hacer nada, Shigaraki controlado por All For One se abalanzó sobre él, tocando su rostro con la precisión letal. Mirio intentó moverse, pero fue demasiado tarde. Sintió la presión en su piel mientras los dedos de Shigaraki comenzaban a robarle el quirk, el One For All, y al mismo tiempo, una sensación extraña lo invadió: algo dentro de él comenzó a arder, los vestigios del poder de su quirk se activaban, pero no podía detenerlo.

Dentro del One For All-

-¿Qué está pasando? –pensó Mirio, viendo el lugar en donde estaba.

De repente, una figura oscura y temida apareció en el vasto espacio que representaba el One For All. Era All For One, con una sonrisa fría que jamás había dejado de mostrar durante su vida, mirándolo fijamente con sus ojos sin piedad.

-¿Qué? –murmuraron los antiguos portadores, sorprendidos y alarmados por la aparición de su eterno enemigo. No podían comprender cómo era posible que All For One estuviera allí.

El villano miró a los portadores con desdén, pero sus ojos se posaron en Yoichi, el primer portador del One For All. La sonrisa de All For One se amplió al ver a su hermano, y sus palabras salieron con una mezcla de nostalgia y odio.

-Cuánto tiempo, hermanito... –dijo, sus palabras cargadas de malicia.

Yoichi, al ver la aparición de su hermano en ese espacio intangible, frunció el ceño con fuerza, reconociendo al monstruo que había traído tanto sufrimiento al mundo. Sin dudarlo, los portadores restantes, activaron sus quirks  listos para pelear, se acercaron a All For One.

Los portadores de poder, cada uno con su habilidad única, avanzaron hacia el villano para defender lo que quedaba de la fuerza que había sido su vida, y en su mente, la esencia del One For All. Solo All Might y Yoichi se quedaron atrás. All Might, al no poseer un quirk en ese momento, no podía unirse a la lucha. Yoichi, por su parte, también parecía en calma, su mirada fija en su hermano.

Sin mirar a los demás portadores, All For One desvió su mirada hacia su hermano. La desesperación y la ira que sentía por él lo consumían, y su voz fue baja pero llena de amenaza.

-No me obligues a matarte de nuevo... –dijo All For One, dejando que las palabras se impregnaran en el aire.

En un giro brutal, el villano extendió su mano, comenzando a absorber todo el lugar. Un vacío absorbente comenzó a devorar a los portadores del One For All, su poder siendo succionado por la energía insaciable de All For One. Los portadores de quirks, con sus habilidades activadas, intentaron resistir, pero la fuerza de la absorción era demasiada.

Sin embargo, Yoichi, el primer portador, fue el único capaz de resistir el poder de All For One. A pesar de la inmensa presión y la oscuridad que lo rodeaba, mantuvo firme su voluntad. Sus manos se alzaron, concentrando todo su poder para bloquear la absorción, pero la lucha era descomunal.

-¡No! –gritaron los demás portadores mientras sus energías comenzaban a desvanecerse, absorbidas por el monstruo frente a ellos.

Solo Yoichi, con el resto de su fuerza, pudo mantenerse firme y resistir el poder de su hermano. Pero en su rostro, la angustia y la determinación no desaparecían. Sabía que la batalla no estaba ganada, y que aún quedaba mucho por luchar.

Fuera del One For All-

-¡New Order! –gritó, enfocando toda su energía en un único comando. –Una barrera se creará delante de Mirio Togata.

Un muro de energía se levantó entre Shigaraki y Mirio, y en el mismo instante, Star dio un poderoso golpe en la zona lateral de Shigaraki, empujándolo violentamente hacia atrás.

La fuerza del golpe y la barrera creada por New Order separaron a Shigaraki de Mirio, quien había quedado fuera del alcance inmediato de su enemigo. Mirio, atónito por la maniobra, dio un paso atrás para recomponerse, agradecido por la intervención de Star.

-¡Eso estuvo cerca! –dijo Mirio, jadeando mientras observaba a Star. –¡Gracias por salvarme!

Star, aún con la mirada fija en la escena, no perdió tiempo. Su mente rápidamente se centró en la siguiente estrategia, ya que sabía que el verdadero peligro estaba dentro del One For All. La distorsión a través del quirk de All For One era algo con lo que no podían lidiar tan fácilmente.

La heroína no perdió tiempo. Con un gesto rápido, reforzó sus músculos con su quirk New Order y se lanzó hacia Shigaraki como un meteoro. Mirio, a su lado, desapareció en el suelo utilizando su Permeabilidad, emergiendo justo detrás del enemigo para atacarlo por sorpresa.

-¡Ahora! -gritó Star, lanzando un devastador golpe hacia Shigaraki mientras Mirio buscaba sujetarlo por detrás.

Pero entonces, All For One movió el  cuerpo de Shigaraki con una velocidad inhumana, esquivando ambos ataques con una precisión perfecta. (Sensor de peligro)

-¿Cómo...? -murmuró Mirio, retrocediendo mientras la confusión se apoderaba de él.

Los ojos de Star se abrieron con incredulidad cuando vio cómo Shigaraki extendía un brazo, para que unos látigos oscuros que salieron disparados hacia ella. Antes de que pudiera reaccionar, los látigos la rodearon, atrapándola como una serpiente mortal, y con un tirón brutal, Shigaraki la atrajo hacia sí. (Látigo negro)

-Es inútil ahora. -dijo Shigaraki, o más bien All For One, utilizando un tono burlón desde el interior del cuerpo de su anfitrión. Su puño, envuelto en una energía siniestra, golpeó el abdomen de Star con una fuerza que hizo que el aire escapara de sus pulmones.

-¡Star! -gritó Mirio, horrorizado mientras trataba de acercarse.

Pero Shigaraki levantó la mano libre, y de ella surgió un relámpago que cortó el aire, obligando a Mirio a retroceder.

-Es inútil, Mirio Togata. ¿De verdad crees que puedes salvarla? -continuó Shigaraki con una sonrisa cruel.

Fue entonces cuando Mirio notó algo extraño. Los quirks que All For One estaba utilizando no parecían ser los habituales.

-¿Qué está pasando aquí? -se preguntó Mirio, mientras sus ojos seguían cada movimiento de su enemigo. Fue entonces cuando lo vio: la energía del One For All que había conocido antes, pero mucho más débil, como una sombra de lo que solía ser.

-¡No puede ser...! -dijo en un susurro, el horror grabado en su rostro.

Su mente conectó las piezas: los quirks de los antiguos portadores de One For All... ¡All For One los tenía! Todos menos uno.

-¡All For One robó todo, excepto el núcleo! -gritó Mirio, finalmente comprendiendo.

All For One controlando a Shigaraki, sonriendo con malicia, respondió:

-Tardaste demasiado en darte cuenta. Ahora, sin esos poderes, el legado de All Might no es más que un recuerdo roto.

Star, atrapada en los látigos oscuros, luchaba por liberarse mientras sus ojos chispeaban de furia.

-¡No he terminado contigo todavía! -gritó, sus músculos tensándose mientras intentaba recuperar el control de la situación.

Mirio, jadeante y desesperado, retrocedió unos pasos. Sus ojos buscaban una salida, una oportunidad para pedir ayuda. Nadie sabía que esta batalla estaba ocurriendo, y si no conseguían refuerzos, no tenían ninguna posibilidad.

Sacó su dispositivo móvil, sus dedos temblorosos mientras intentaba establecer contacto con los héroes más cercanos. Pero justo cuando estaba a punto de enviar una señal de socorro, una onda electromagnética surgió de Shigaraki, apagando por completo su comunicación.

-¿De verdad creíste que podrías llamar a alguien? -rió Shigaraki, con una voz cargada de burla. Sus ojos brillaban con la oscura presencia de All For One. -Nadie vendrá a salvarlos. Este será su cementerio.

Antes de que Mirio pudiera reaccionar, Shigaraki comenzó a arrodillarse y a levantarse sucesivamente. Nadie entendía lo que estaba haciendo, pero entonces sus piernas comenzaron a enrojecerse, vibrando con una fuerza aterradora.

-¡Está acumulando energía cinética! -gritó Star, sus ojos reflejando una mezcla de alarma y rabia.

Un instante después, con un estallido ensordecedor, Shigaraki se lanzó hacia el aire, utilizando el Fa Jin. La explosión de energía destrozó el entorno, y en un solo movimiento, dirigió una patada devastadora hacia los helicópteros que sobrevolaban la zona.

Los vehículos estallaron en pedazos, ardiendo en llamas, mientras los restos caían como meteoritos alrededor. La onda expansiva arrojó a Star y a Mirio al suelo con violencia.

-¡No! -gritó Star, levantándose con dificultad, cubierta de polvo y sangre. Mirio, tambaleándose, no podía apartar la vista de los destrozos.

Shigaraki, o más bien All For One, no se detuvo allí. Impulsándose con un segundo estallido de Fa Jin, apareció frente a Mirio, flotando a centímetros del suelo. Su rostro estaba deformado por una sonrisa de malicia pura.

-¡Dame lo que me falta del One For All! -gritó con una voz que resonó como un trueno, mientras extendía su mano hacia el héroe.

Mirio, enfurecido y decidido, sintió cómo la desesperación se transformaba en determinación.

-¡Jamás! -gritó, canalizando todo el poder del One For All que aún residía en su cuerpo. La energía crepitaba a su alrededor mientras su brazo se iluminaba con un brillo dorado.

Cargó hacia Shigaraki, lanzando un golpe directo con todas sus fuerzas. Pero Shigaraki, utilizando su velocidad amplificada, esquivó el ataque con facilidad, dejando a Mirio desbalanceado.

-¿Eso es todo lo que tienes? -se burló Shigaraki, lanzando un golpe hacia Mirio mientras la batalla continuaba, cada vez más desesperada.

Shigaraki, controlado por All For One, continuaba su ofensiva implacable. Star and Stripe y Mirio apenas podían mantenerse en pie ante la abrumadora fuerza y velocidad del enemigo. Cada intento de ataque era burlado con facilidad, cada estrategia desmoronada por su habilidad para prever movimientos y contrarrestarlos.

Mirio, jadeando, apenas podía sostener su guardia. Star, herida y con el cuerpo temblando, mantenía una mirada de feroz determinación, pero sabía que estaban al límite.

-Son débiles. Ambos. Ni siquiera merecen ser llamados héroes -dijo All For One con una voz fría y cortante. Su sonrisa era la de un depredador disfrutando de la caza.

Star intentó lanzar un último golpe, su New Order resonando en el aire, pero Shigaraki bloqueó su ataque con facilidad, atrapando su brazo con un movimiento brutal.

-Llegó tu fin, Cathleen. -La voz de All For One se mezcló con la risa sádica de Shigaraki.

-Vaya... así que sabías mi nombre. -Dijo Star and Stripe intentando defenderse, pero fue demasiado tarde.

Las uñas de Shigaraki se hundieron en la piel de Star mientras el quirk Deterioro comenzaba a activarse. Star gritó de dolor, pero su mente trabajaba con una sola misión: salvar a Mirio, sin importar el costo.

Con un último grito de desafío, usó New Order una vez más:

-¡Mirio Togata será lanzado lejos de aquí!

El quirk obedeció de inmediato. Mirio, con los ojos desorbitados, sintió cómo una fuerza invisible lo envolvía.

-¡No! -gritó mientras intentaba resistirse, pero era inútil. Antes de ser lanzado, logró ver cómo Shigaraki hundía su mano completamente en Star, el deterioro avanzando rápidamente por su cuerpo.

El dolor físico que sentía Mirio no se comparaba con el tormento de presenciar el final de su compañera.

-¡STAAAR! -rugió, extendiendo la mano hacia ella mientras su cuerpo era lanzado al horizonte como una flecha.

La última imagen que vio fue la sonrisa triunfante de Shigaraki y el sacrificio final de Star, quien permaneció desafiante hasta el último momento, asegurándose de que Mirio estuviera fuera de su alcance.

Mientras volaba, lágrimas surcaban el rostro de Mirio, mezclándose con el viento que rugía en sus oídos. Su grito resonaba en el cielo, pero su corazón sabía la verdad: estaban perdiendo esta batalla.

El cuerpo de Mirio aterrizó pesadamente en un descampado vacío, levantando una nube de polvo. Su uniforme estaba desgarrado, y su cuerpo temblaba tanto por el dolor físico como por el emocional. Se quedó tirado en el suelo, jadeando, incapaz de levantarse mientras las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas.

-No pude... hacer nada... -susurró, golpeando el suelo con el puño cerrado. Su voz era un susurro quebrado. -Perdí a Star... perdí gran parte del poder del One For All...

El eco de su grito de impotencia se perdió en el aire vacío, y el silencio volvió a envolver el lugar. Pero entonces, una voz desconocida rompió la quietud, clara y fuerte en su mente:

-¿¡Me escuchas, noveno?!

Mirio se sentó de golpe, sus ojos abiertos de par en par mientras miraba a su alrededor.

-¿Quién está ahí? ¿Qué está pasando?

-Soy Yoichi Shigaraki, el primer portador de One For All. Tenemos que hablar.

La voz resonó directamente en su mente, calmada pero con una urgencia que Mirio no pudo ignorar.

-El One For All ya no es lo que era -continuó Yoichi. -Era un quirk que se fortalecía con cada portador, pero ahora que los poderes de los antiguos usuarios han sido robados, ha regresado a su forma original, como cuando lo recibí por primera vez.

Mirio apretó los dientes, sintiendo la desesperación arañar su interior.

-Entonces... ¿ya no tengo el poder suficiente para enfrentarlo? Perdí casi todo. ¡Ni siquiera pude salvar a Star!

-No, no es tan simple -dijo Yoichi. -Aunque el One For All se ha debilitado, sigue siendo único. Si All For One logra robarlo, no se limitará a usarlo como lo haces tú ahora. El quirk evolucionará nuevamente, como si él fuera el décimo portador. Será más fuerte de lo que ha sido jamás, y con su conocimiento y su poder actual... será imparable.

Las palabras golpearon a Mirio como un mazo. Miró sus manos temblorosas, preguntándose si aún quedaba algo que pudiera hacer.

-¿Entonces qué se supone que haga? -gritó al aire, su voz cargada de frustración y dolor. -¡No puedo enfrentarlo así! ¡No soy lo suficientemente fuerte!

Hubo una pausa, como si Yoichi estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras.

-No puedes enfrentarlo solo, pero puedes defender Japón mientras encuentras una forma de detenerlo. Las cosas se pondrán mucho más feas de ahora en adelante, y dependerá de ti proteger a los inocentes.

Mirio cerró los ojos, las palabras calando profundamente en su corazón. Podía sentir la gravedad de lo que se avecinaba, el peso del futuro cayendo sobre sus hombros.

Finalmente, se levantó, sus piernas tambaleándose pero firmes.

-Si eso es lo que tengo que hacer... entonces lo haré. No importa qué tan difícil sea.

-Esa es la actitud que necesitamos, noveno -respondió Yoichi, su voz mostrando una mezcla de respeto y esperanza.

Mirio respiró hondo, secándose las lágrimas con el dorso de la mano. Su resolución brillaba en sus ojos. No podía cambiar lo que había sucedido, pero aún podía luchar por lo que quedaba.

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