Capítulo 72
En algún lugar de la base de La Liga de Villanos-
En un lugar distante del caos principal, Re-Destro aguardaba pacientemente en una sala improvisada mientras los técnicos trabajaban en sus nuevas prótesis. A pesar de su postura firme y semblante autoritario, la impaciencia se hacía evidente en el golpeteo rítmico de sus dedos contra el brazo de la silla.
De pronto, uno de los seguidores del Ejército de Liberación de Quirks irrumpió en la habitación, jadeando y con expresión de urgencia.
-¡Re-Destro!
El líder levantó la vista, su tono autoritario resonando de inmediato:
-¡¿Qué sucede?! ¡¿Ya están listas las prótesis?!
El seguidor negó con la cabeza rápidamente, intentando recuperar el aliento.
-¡No, señor! No es eso... ¡Se movió!
Todos en la sala quedaron en silencio, hasta que Re-Destro frunció el ceño, comprendiendo el significado de esas palabras.
-¿Qué...?
Acompañado por sus subordinados, salió de la sala y avanzó hacia una amplia explanada donde el imponente Gigantomachia estaba. La enorme criatura, que hasta hace poco permanecía inmóvil como una montaña dormida, ahora estaba de pie, sus músculos tensos y sus ojos brillando con intensidad.
Gigantomachia aspiró profundamente, su voz grave y retumbante resonando como un trueno:
-Huelo... al amo...
En el subterráneo-
En la cámara donde se encontraba la cápsula rota, Shigaraki Tomura se levantó lentamente del charco de líquido y cables que lo rodeaban. Su cuerpo parecía frágil y tembloroso, y su cabello blanco caía sobre sus ojos, mientras murmuraba con voz apagada:
-Tengo frío...
Frente a él, X-Less observaba con incredulidad y terror. El héroe apenas podía procesar lo que tenía frente a sus ojos: un Shigaraki renacido, pero con una presencia aún más amenazante.
-¿Tú...? ¡No puede ser! -logró balbucear X-Less antes de que Shigaraki levantara la mano y, sin siquiera mirar directamente, lo tocara con su quirk de Deterioro.
El cuerpo de X-Less comenzó a desintegrarse de inmediato, convirtiéndose en polvo que se mezcló con el líquido en el suelo. Shigaraki observó sus propias manos mientras susurraba:
-Hace tanto tiempo que no usaba este quirk... El maestro me lo había quitado para acabar con All Might...
Con movimientos lentos, se inclinó para recoger la capa de X-Less, envolviéndose en ella mientras repetía en voz baja:
-Qué frío... Hace tanto frío.
En otra parte del complejo, la batalla contra los High-End Nomu estaba alcanzando su clímax. Endeavor, con todo su poder, lanzó un Jetburn directo a la cabeza de uno de los Nomu, reduciéndolo a cenizas. La tensión en el aire se disipó un poco, y los héroes a su alrededor comenzaron a relajarse.
Aizawa, quitándose los lentes para ponerse gotas en los ojos, exhaló profundamente:
-Se acabó...
De repente, Present Mic apareció en escena, sujetando al Dr. Garaki.
-¡Lo tengo! -anunció con firmeza, atrayendo la atención de todos los presentes.
Los refuerzos llegaron poco después: Gran Torino, Ryukyu, y otros héroes irrumpieron en el lugar, sus presencias llenando de esperanza a los agotados combatientes.
-¡Estamos aquí! -gritó uno de los héroes.
-Parece que las cosas terminaron de forma pacífica...
Pero la calma fue breve. Un ruido estremecedor resonó en la distancia, seguido de un derrumbe colosal proveniente del lugar donde había estado Shigaraki. Los héroes voltearon alarmados, y lo que vieron los dejó sin palabras.
-¡¿Qué...?! -exclamó Aizawa, sus ojos bien abiertos mientras el suelo bajo ellos comenzaba a deteriorarse, como si todo lo que tocara se desmoronara en polvo.
Endeavor, paralizado, observaba la escena con incredulidad mientras el Dr. Garaki rompía en una sonrisa retorcida.
-Lo logró... ¡Tomura Shigaraki lo logró!
Gran Torino, percibiendo el peligro, se movió rápidamente, sujetando a Present Mic y al Dr. Garaki antes de lanzarse a toda velocidad fuera del área. Mientras corría, pensaba con gravedad:
-Este es el deterioro de Shigaraki... Pero se está extendiendo a cosas que no está tocando. ¿Esta es la potenciación de la que no teníamos información?
Ryukyu, en su forma de dragón, gritó hacia Aizawa:
-¡Agárrate!
Aizawa lanzó sus cintas para agarrarse al cuerpo de Ryukyu, pero un High-End Nomu, a punto de morir, lo sujetó del pie. A medida que el deterioro avanzaba hacia Aizawa, Crust intervino en el último momento, lanzando un escudo que cortó el brazo del Nomu, liberando a Aizawa.
Sin embargo, Crust no tuvo tiempo de escapar del alcance del deterioro. Su cuerpo comenzó a desintegrarse mientras lanzaba una última sonrisa de alivio hacia Aizawa, sacrificándose.
-¡Crust! -gritó Aizawa con desesperación mientras el deterioro continuaba expandiéndose implacablemente.
El caos no se limitó al complejo; el deterioro se extendió a la ciudad circundante, destruyendo todo a su paso: edificios, calles, héroes y villanos. En un instante, lo que había sido un campo de batalla se convirtió en un páramo de polvo y ruinas, mientras Shigaraki Tomura, ahora completamente despierto, permanecía en el centro del caos, envuelto en la capa que había tomado de X-Less.
En la ciudad, los estudiantes de la Clase 1-A estaban en plena tarea de evacuación. Bakugo, Shouka, Iida, y otros trabajaban coordinadamente para guiar a los civiles hacia zonas seguras. La tensión era palpable, pero nada los había preparado para lo que se avecinaba.
Un rugido ensordecedor se alzó en el horizonte, seguido de una nube de polvo que se acercaba rápidamente. El suelo temblaba, y la destrucción se extendía como una ola imparable.
Bakugo, alzando la vista, gritó con furia:
-¡¿Qué diablos?! ¡Corran, idiotas!
Sin dudar, los estudiantes comenzaron a movilizarse, ayudando a los civiles con desesperación renovada.
Shouka, con su tono firme, alzó la voz:
-¡Evacúen a todos ahora! ¡No hay tiempo que perder!
El caos se extendía, y los edificios comenzaron a desmoronarse uno tras otro mientras el deterioro avanzaba. Los estudiantes hacían todo lo posible por mantenerse en movimiento, pero la sensación de impotencia los envolvía.
Desde el cielo, Present Mic sujetaba con fuerza al Dr. Garaki, mientras Gran Torino los transportaba lejos del centro de la catástrofe.
El doctor, con una sonrisa torcida y el rostro húmedo por las lágrimas, murmuró:
-Una victoria aplastante...
Present Mic, enfurecido, apretó los dientes.
-¿De qué hablas, monstruo? ¡Mira lo que has hecho!
Garaki continuó, ignorando las palabras del héroe:
-Lo único que lamento... es que, en el deterioro, el Nomu que iba a mantener sellado eternamente a Izuku Midoriya ha muerto. Pero no importa...
Sus ojos, llenos de una mezcla de desesperación y deleite, miraron hacia el horizonte donde antes había una ciudad, ahora reducida a escombros y polvo.
-Donde había héroes, ciudades, esperanza... ahora solo queda el vacío. Los héroes se prepararon a fondo para este día, movilizaron todos sus recursos. Sin embargo...
Present Mic lo miró con desprecio, pero Garaki terminó su monólogo con una voz quebrada, casi un susurro:
-Ahora, por un milagro... o por el "Plus Ultra" que tanto alaban... Tomura Shigaraki ha despertado.
Mientras tanto, la onda de destrucción seguía avanzando, y el temor se asentaba en los corazones de todos. La batalla que creían haber ganado se había convertido en un desastre de proporciones inimaginables.
Cuando la ola de destrucción finalmente cesó, un inquietante silencio cayó sobre los escombros del hospital y la ciudad circundante. Pocos héroes del equipo de Endeavor habían sobrevivido, salvados solo por su capacidad de volar o por la rápida intervención de otros. Endeavor y Ryukyu, aunque exhaustos, habían rescatado a varios héroes, incluidos Eraserhead, Mirko, y algunos otros que habían quedado atrapados en la devastación.
El caos era palpable, y el miedo se reflejaba en los rostros de todos los presentes. Algunos de los estudiantes de la U.A., que habían estado evacuando civiles, observaban con horror el paisaje de destrucción.
Bakugo, furioso, rompió el silencio:
-¡Sellan al nerd, y miren lo que pasa! Hay que traerlo de vuelta a como dé lugar...
Una voz lo interrumpió desde detrás de él
-Yo creo lo mismo.
El grupo se giró para ver a Mirio Togata emergiendo del suelo con una sonrisa calmada pero determinada.
-¡Lemillion! ¿Qué diablos haces aquí? No estabas en el equipo de Edgeshot. -Dijo Bakugo, notablemente sorprendido.
Mirio respondió con un tono firme:
-Tuve un mal presentimiento y vine. Esto se está descontrolando demasiado. Voy a apoyar a Endeavor y a los demás para detener a Shigaraki cuanto antes.
Shouka, sin apartar los ojos de las ruinas, murmuró:
-Entonces será mejor que todos estén listos... porque esto no ha terminado.
En los escombros del antiguo hospital, Shigaraki, ahora completamente consciente y con una aura aterradora, caminaba entre los restos del laboratorio. Sus ojos, llenos de un brillo frío, se posaron en un maletín parcialmente enterrado que reconoció de inmediato. Lo abrió con cuidado, revelando su contenido: balas quirúrgicamente diseñadas para anular quirks, fabricadas gracias a la alianza temporal de All For One con los casi disueltos Shie Hassaikai tras la caída de Chisaki a manos del peliverde.
Sosteniendo una de las balas en sus dedos, Shigaraki sonrió con malevolencia.
-La herramienta perfecta para aniquilar cualquier esperanza de resistencia...
Llevó un comunicador a su boca y, con una voz tranquila pero cargada de autoridad, dijo:
-Ven, Machia. Destruyamos todo desde aquí.
Desde la distancia, un rugido estremecedor resonó. Gigantomachia estaba en movimiento, atraído por la voz de su amo. Shigaraki.
Mientras Shigaraki sostenía la bala en sus manos y daba órdenes a Gigantomachia, una ráfaga abrasadora interrumpió el silencio de las ruinas. Una red de fuego envolvió todo el lugar, atrapándolo como una trampa letal. Desde las alturas, Endeavor, con su quirk al máximo esplendor, gritó:
-¡Hell Spider!
Las llamas devoraron todo a su alrededor, intentando reducir a cenizas cualquier esperanza de escape para Shigaraki. Sin detenerse, Endeavor se lanzó hacia el suelo y descargó una poderosa llamarada directa con todas sus fuerzas.
Por un momento, pareció que el fuego había hecho su trabajo, pero entonces, entre las llamas, una mano pálida y carbonizada emergió, extendiéndose hacia él. Endeavor esquivó rápidamente, retrocediendo mientras observaba con asombro cómo el cuerpo de Shigaraki comenzaba a regenerarse a una velocidad aterradora, como si el fuego no significara nada para él.
Shigaraki, con una voz calma pero escalofriante, murmuró:
-One For All...
Los ojos de Endeavor se abrieron ampliamente al escuchar esas palabras.
-¿One For All? -repitió, su mente trabajando rápidamente para comprender lo que acababa de escuchar.
Sin previo aviso, Shigaraki impulsó su cuerpo hacia el aire con un salto impresionante, usando su recién despertado Search para localizar el quirk que mencionaba. Endeavor, reaccionando instantáneamente, se posicionó sobre él con una velocidad impresionante y gritó:
-¡No te lo permitiré!
Con un golpe potente, Endeavor estampó a Shigaraki contra el suelo.
-¡Jetburn!
Una explosión de llamas cubrió el área mientras Endeavor continuaba presionando con todas sus fuerzas.
-Lo sabía... Shigaraki ahora es una gran amenaza. ¡Tengo que detenerlo ahora mismo!
Mientras el fuego consumía todo a su alrededor, Shigaraki intentó nuevamente extender su mano hacia Endeavor. Sin dudarlo, Endeavor atrapó la muñeca del villano con su otra mano, impidiendo que lo tocara.
-¡No permitiré que me toques!
Las llamas seguían intensificándose, pero de repente, un cambio en el aire alertó a Endeavor. Una poderosa onda expansiva salió de la mano de Shigaraki, empujándolo violentamente hacia atrás. Endeavor salió volando, estrellándose contra una pila de escombros cercana, mientras el lugar volvía a llenarse de humo y caos.
Shigaraki, con su objetivo claro, comenzó a volar nuevamente hacia la dirección que señalaba su Search. Su cuerpo, regenerado por completo y reforzado, se desplazaba con una velocidad y agilidad inhumanas. Cada impulso lo acercaba más a su objetivo, mientras su mente se enfocaba únicamente en una cosa: One For All.
Endeavor, aún aturdido por la onda expansiva y el impacto contra los escombros, se puso de pie con dificultad. El humo y las cenizas cubrían su visión, pero al ver la figura de Shigaraki alejándose rápidamente, apretó los dientes con frustración.
-¡No lo permitiré! -gritó, encendiendo sus llamas al máximo y despegando hacia el cielo.
Empujando su quirk al límite, Endeavor persiguió al villano con toda su fuerza. El aire a su alrededor se ondulaba por el calor de sus llamas, y cada movimiento lo acercaba un poco más. Sin embargo, por más que se esforzara, Shigaraki era simplemente demasiado rápido. Su reciente potenciación lo había llevado a un nivel completamente distinto.
Endeavor trató de ganar velocidad, impulsándose con explosiones de fuego más intensas, pero la distancia entre ambos no dejaba de aumentar. Cada vez que parecía estar cerca, Shigaraki aceleraba, como si el aire mismo se apartara para dejarlo pasar.
-¡Maldita sea! ¡Es demasiado rápido! -gruñó Endeavor, esforzándose por no perderlo de vista mientras volaba entre los restos de edificios y columnas de humo.
Mientras tanto, Shigaraki, sin mirar atrás, murmuraba para sí mismo:
-Ya puedo sentirlo... ese quirk... será mío.
Sin que el equipo de Endeavor lo supiera, la llamada de Shigaraki a Gigantomachia desató un nuevo desastre. Mientras el equipo de Edgeshot trabajaba en las zonas cercanas, Jirou, con sus Earphone Jack conectados al suelo, detectó el temblor inusual.
Equipo Edgeshot-
Jirou: ¡Algo... viene! -advirtió con los ojos abiertos de par en par, mientras el estruendo se hacía cada vez más fuerte.
De repente, Gigantomachia emergió de la tierra con una fuerza descomunal, destrozando el terreno y arrojando escombros en todas direcciones. Los héroes quedaron paralizados al ver la imponente figura del gigante, cuya presencia eclipsaba todo lo demás. Con un rugido que estremeció el campo de batalla, Machia comenzó a correr con una velocidad sorprendente hacia donde se dirigía Shigaraki.
Mientras tanto, Mt. Lady, que se encontraba enfrentando a un villano que controlaba el hielo, giró la cabeza al sentir la enorme presencia. Al darse cuenta de la amenaza, supo que era la única con el tamaño suficiente para intentar detener al monstruo.
-¡Hey, tú! -gritó, arremetiendo contra él con todas sus fuerzas.
Pero la fuerza de Gigantomachia era abrumadora. A pesar de que Mt. Lady se plantó con toda su determinación, el gigante simplemente la arrastraba como si fuera un estorbo menor.
-¡Estaba esperándote, maestro! ¡Ahora mismo iré a tu lado! -gritaba Gigantomachia, avanzando a toda velocidad.
-¡Detente ahora mismo! -gritó Mt. Lady, esforzándose al máximo, pero el villano era simplemente demasiado fuerte.
Desde un lado, Kamui Woods, quien sujetaba a Midnight, intentó encontrar una forma de intervenir.
-¡Trata de detenerlo! -gritó desesperadamente hacia Mt. Lady.
-¡Eso intento! -respondió ella, jadeando por el esfuerzo, mientras todo el lugar temblaba bajo sus pies.
Sin embargo, Gigantomachia, como si estuviera cansado de su resistencia, la agarró con una sola mano y la lanzó como si fuera un juguete.
-¡Takeyama! -gritó Kamui Woods, observando horrorizado cómo Mt. Lady volaba por los aires y caía pesadamente entre los escombros.
Antes de que pudiera hacer algo más, una llamarada azul salió disparada de la espalda de Gigantomachia, alcanzando a Kamui Woods y quemando sus ramas. El héroe cayó al suelo, gravemente herido y sin posibilidad de moverse.
Desde su posición, Midnight pudo ver lo que ocurría. Con horror, notó las figuras familiares que estaban sobre la espalda de Gigantomachia.
-¡La Liga... está en su espalda! -pensó, mientras trataba de levantarse.
Mr. Compress, emergiendo entre las sombras, arrojó tres esferas hacia ella con un gesto teatral.
-¡Toma esto! -dijo, mientras las esferas se abrían en el aire, liberando enormes escombros que cayeron sobre Midnight, aplastándola contra el suelo.
El caos seguía extendiéndose. En medio del desastre, Midnight, herida de gravedad tras ser aplastada por los escombros, reunió toda su fuerza para comunicarse por el comunicador con Momo Yaoyorozu.
-¿Entiendes la situación, verdad? -preguntó con voz débil, pero llena de determinación.
Del otro lado, Momo, escuchando la seriedad en el tono de su maestra, apretó los labios y respondió con firmeza:
-Sí, lo entiendo.
-Tienen que dormirlo... -continuó Midnight, jadeando por el esfuerzo. Una tos le cortó las palabras, pero logró añadir- Lo dejo en sus manos.
Antes de que Momo pudiera responder, el comunicador se llenó de estática y el contacto se cortó abruptamente. Alarmada, Momo intentó restablecer la conexión, pero no obtuvo respuesta.
En el lugar donde yacía Midnight, unos villanos que seguían a Gigantomachia se acercaron a ella. A pesar de su estado, Midnight no puso resistencia. Sabía que su tiempo había terminado, pero sus estudiantes aún podían lograrlo. Los villanos con una gran sonrisa en el rostro, terminaron golpeándola con brutalidad para asegurar su eliminación.
-Esto es una pérdida de tiempo... -murmuró uno de ellos mientras la dejaban allí. La heroína murió poco después debido a la pérdida masiva de sangre.
Del otro lado, Momo respiró hondo y se centró. Sabía que no había tiempo para el duelo ni la confusión. Si Midnight había confiado en ella, debía responder con la misma determinación.
-Escuchen todos, este es el plan... -anunció con firmeza, mientras comenzaba a crear somníferos con su quirk.
Mientras tanto, en otra parte del campo de batalla, Mt. Lady, aún recuperándose de su enfrentamiento inicial con Gigantomachia, corrió hacia él nuevamente. Esta vez, con una resolución inquebrantable, se lanzó contra su pierna y se aferró con todas sus fuerzas, tratando de ralentizarlo.
-¡No me aferraba a un hombre desde la secundaria! ¡Maldición! -gritó con frustración, mientras lágrimas de enojo surcaban su rostro. La fuerza del gigante era aplastante, pero ella se negaba a soltarlo.
En otro lugar de lo que antes era una ciudad-
La escena era devastadora. El deterioro había reducido la ciudad a escombros, dejando a los héroes en un estado de shock mientras intentaban procesar lo sucedido. Desde una posición elevada, Mirio observaba la destrucción masiva y apretaba los puños con frustración.
-¡Maldición! -exclamó, con la voz cargada de impotencia-. El quirk de Shigaraki ha sido potenciado... esto es peor de lo que imaginábamos.
Cerca de él, Shouka miró el desastre con el ceño fruncido. Analizando la dirección de la destrucción, señaló con seguridad:
-¡El deterioro vino desde el hospital!
Inmediatamente, activó su comunicador, buscando contactar al equipo Endeavor.
-¡¿Están todos bien?! -preguntó, manteniendo la calma, pero sin obtener respuesta. Insistió- ¡¿Hola?! ¡¿Alguien responde?!
El silencio que recibió como respuesta fue ensordecedor. Burnin, quien se encontraba cerca, se adelantó para evaluar la situación y negó con la cabeza.
-Es inútil. -dijo con preocupación-. Han cortado las comunicaciones de alguna forma... no podemos contactarlos.
Bakugo, molesto por la falta de respuestas, dio un paso al frente.
-¡Tsk! Entonces tendremos que ir a enfrentarlo nosotros mismos. ¡No hay tiempo que perder! -exclamó, con una mezcla de determinación y enojo en la voz.
Antes de que pudiera moverse, Iida lo detuvo colocando una mano en su hombro.
-¡¿Eres tonto?! -le gritó, claramente alarmado-. ¡Nos matarán si vamos sin un plan!
Uraraka, intentando mantener la calma, apoyó las palabras de Iida.
-Tiene razón, Bakugo. No podemos simplemente lanzarnos sin pensar. ¡Shigaraki es más peligroso que nunca!
El grupo quedó en silencio un momento. Aunque las palabras de Iida y Uraraka eran lógicas, el tiempo seguía corriendo y cada segundo los acercaba más al desastre. Sin comunicaciones y con Shigaraki avanzando, el margen de error se reducía con cada instante que pasaba.
La discusión entre los jóvenes héroes se intensificaba. Bakugo dio un paso al frente, con la mirada fija en el horizonte donde la amenaza de Shigaraki era evidente.
-¡No podemos quedarnos aquí esperando como idiotas! -gritó-. ¡Si nadie hace nada, entonces yo lo haré!
Mirio, quien observaba la determinación de Bakugo, asintió lentamente antes de hablar.
-Está bien, Bakugo. Vamos tú y yo. -su tono era firme, pero sereno-. Si Todoroki quiere unirse, también puede hacerlo. Creo que tenemos lo suficiente para enfrentarlo, siempre y cuando yo esté presente.
Iida, horrorizado por la idea, levantó la voz.
-¡¿Estás loco?! -exclamó, apuntando hacia el desastre que Shigaraki había dejado atrás-. ¿Acaso no viste cómo destruyó toda la ciudad? ¡No podemos ganar contra eso!
Mirio, sin perder la calma, lo miró directamente a los ojos.
-Tal vez tengas razón... Pero observa bien, Iida. -hizo un gesto hacia los escombros que antes eran edificios y calles llenas de vida-. Es probable que los héroes que no son capaces de volar ya no estén con nosotros.
Un silencio sombrío cayó sobre el grupo al escuchar esas palabras. Mirio continuó:
-Estamos en la posición más cercana a la escena, y como héroes, no podemos ignorar la situación. ¡Debemos actuar!
Iida apretó los puños, luchando contra la frustración y el miedo que sentía.
-Yo también quiero ser un héroe... -dijo, con la voz cargada de emoción-. Así que si ustedes van, yo también iré.
Antes de que pudieran seguir discutiendo, un aire pesado y opresivo cayó sobre ellos. Shigaraki apareció en el centro del área con una gran ráfaga de viento que hizo temblar todo a su alrededor. La presión era tan intensa que parecía que los haría volar, pero no fue así.
El grupo sintió un miedo indescriptible. Era como si la sola presencia de Shigaraki comenzara a deteriorarlos desde el interior. Nadie podía moverse, paralizados por el miedo. Todos, excepto Mirio, quien logró reaccionar y se lanzó directamente hacia él.
Shigaraki observó a Mirio acercarse con una mirada fría y murmuró:
-One For All...
Extendió su mano hacia el joven héroe, quien logró notar un agujero en la palma. Sin entenderlo completamente, Mirio percibió una sensación de peligro mortal: era el All For One en las manos de Shigaraki.
Cuando parecía que Shigaraki iba a tocarlo, Mirio activó su permeabilidad, atravesando la mano extendida de Shigaraki. En un instante preciso, con todo su entrenamiento y determinación, conectó un potente golpe directo al rostro del villano.
-¡SMAASH! -gritó con todas sus fuerzas, empleando el 45% del poder del One For All.
El impacto fue demoledor. Shigaraki fue lanzado hacia atrás, su cuerpo atravesando los escombros y creando una nube de polvo mientras caía al suelo con estrépito. Mirio, jadeando, retrocedió unos pasos, preparado para lo que pudiera venir.
Los demás héroes miraban en shock, incapaces de procesar lo que acababa de suceder. Era solo el comienzo de una batalla que decidiría el destino de todos.
El cuerpo de Shigaraki se movió entre los escombros, levantándose con calma. No tenía heridas notables, como si el golpe de Mirio al 45% no hubiera significado nada para él. Su regeneración lo hacía parecer invencible, pero su postura rígida y la tensión en su rostro denotaban algo más profundo.
Antes de que pudiera contraatacar, Shouka reaccionó rápidamente.
-¡No lo dejaré moverse! -gritó, extendiendo ambas manos hacia el suelo.
Un muro de hielo monumental surgió frente a Shigaraki, envolviéndolo y dejándolo completamente inmovilizado por unos momentos. El aire a su alrededor se llenó de vapor helado, y la temperatura descendió drásticamente.
Sin embargo, en cuestión de segundos, el hielo comenzó a agrietarse. Con un movimiento seco, Shigaraki rompió el muro, liberándose de la prisión congelada. Su mirada oscura se posó sobre el grupo, pero antes de que pudiera dar un paso, su cuerpo se tensó bruscamente.
-Ah... -murmuró, llevándose una mano al pecho mientras caía sobre una rodilla.
Un dolor intenso lo atravesó, visible en su rostro. Su cuerpo, diseñado para albergar el All For One, comenzaba a mostrar signos de rechazo. La voz de Dr. Garaki resonó en su mente:
-"Necesitarás cuatro meses para que el procedimiento se complete. Cualquier interrupción podría resultar... problemática."
El despertar prematuro de Shigaraki lo estaba cobrando caro. A pesar de su resistencia y poder, su cuerpo aún no era capaz de soportar completamente la carga del All For One. Cada segundo que lo usaba lo desgarraba desde dentro, haciéndolo vulnerable de una manera que nunca antes había experimentado.
El cuerpo de Shigaraki se movía con una imponente indiferencia hacia el dolor que lo consumía internamente. Su regeneración avanzada borraba cualquier daño al instante, dejando claro que, aunque su cuerpo aún no estaba adaptado al All For One, no iba a permitir que eso lo detuviera.
Bakugo, con una mirada desafiante, se liberó de la parálisis que lo había atrapado antes.
-¡Tsk! No dejaré que ese lunático haga lo que quiera. ¡AP Machine-Gun! -gritó, lanzándose hacia Shigaraki.
Sus manos se iluminaron con pequeñas explosiones consecutivas, que salían disparadas como una ráfaga de metralla hacia el villano. Las explosiones golpeaban directamente a Shigaraki, pero este continuaba caminando como si nada.
-¿Eso es todo lo que tienes? -dijo Shigaraki, su tono frío y desinteresado.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, extendió su mano derecha hacia Bakugo, los dedos estaban llenos de la amenaza de la muerte por Deterioro.
-Lo siento, pero no estoy interesado en ti.
Bakugo apenas tuvo tiempo de reaccionar. La mano de Shigaraki estaba a punto de alcanzarlo, cuando de repente, Mirio surgió del suelo como un relámpago.
-¡No esta vez! -gritó Mirio, colocando una mano sobre el hombro de Bakugo.
La mano de Shigaraki atravesó el cuerpo de Bakugo como si fuera aire. Shigaraki se detuvo, sorprendido.
-¿Qué? -murmuró mientras giraba su mirada hacia Mirio.
El secreto radicaba en el One For All. La permeabilidad de Mirio había sido potenciada por el poder del quirk, dándole la capacidad de hacer intangibles no solo a sí mismo, sino también a cualquier parte del cuerpo de las personas que tocaba.
Aprovechando el desconcierto de Shigaraki, Mirio se impulsó con fuerza y lanzó una poderosa patada directa al rostro del villano.
-¡Smash! -gritó, conectando la patada con toda su energía.
El impacto mandó a Shigaraki a volar, su cuerpo atravesando los escombros y levantando una nube de polvo. Bakugo cayó al suelo, sus ojos llenos de frustración y, al mismo tiempo, alivio.
-¡¿Qué rayos hiciste, Lemillion?!
-Es simple, Bakugo, -respondió Mirio con una sonrisa. -Era algo que mantuve en secreto para situaciones de peligro, puedo protegerlos de ataques como ese. Pero necesitamos trabajar juntos. ¡No podremos detenerlo solos!
Shouka, desde la retaguardia, miraba la escena con cautela. Aunque Mirio había logrado conectar un golpe, sabía que no sería suficiente para detener a Shigaraki.
-Bakugo, Togata, no bajen la guardia. Este tipo no caerá tan fácilmente.
Mientras tanto, en medio del polvo levantado, Shigaraki se levantaba nuevamente, ileso y con una sonrisa más amplia en su rostro.
-Interesante... No esperaba que me sorprendieran así. Pero no se equivoquen. El resultado no cambiará.
Bakugo observaba la batalla con una mezcla de frustración y concentración. Las explosiones en sus manos chisporroteaban mientras analizaba cada movimiento.
-"Tsk. La idiota mitad y mitad y yo no podemos hacerle daño... pero espera, aunque Lemillion lo haya golpeado dos veces, ¡ni siquiera parece haberle hecho daño!"
La furia e impotencia era lo único que sentía, pero no tenía tiempo para lamentarse. Shigaraki, con una sonrisa siniestra, se lanzó hacia ellos, sus manos listas para desatar el Deterioro.
Sin embargo, su cuerpo volvió a cobrarle factura. Un dolor intenso recorrió sus músculos mientras intentaba ignorarlo, su regeneración trabajando al máximo para sostener el poder del All For One.
Aprovechando el momento de debilidad, Mirio aceleró a toda velocidad hacia él. Shouka y Bakugo miraron con asombro cómo Lemillion cargaba energía en sus piernas, impulsándose con el 45% del One For All.
Mirio, con precisión calculada, recordó las enseñanzas de All Might. A solo centímetros de impactar, ajustó su energía, incrementándola súbitamente al 70% en el momento justo.
-¡SMAASH! -gritó, conectando un golpe devastador directamente en el torso de Shigaraki.
La fuerza del impacto generó una onda expansiva que sacudió los escombros a su alrededor, haciendo que el villano retrocediera varios metros y liberando una nube de polvo que cubrió la escena.
Shigaraki se inclinó ligeramente, su respiración irregular por un instante. Una mueca de dolor cruzó su rostro, pero pronto su regeneración tomó el control, sanando cualquier daño superficial.
-Hm... eso... dolió un poco. Pero es todo lo que puedes hacer, ¿verdad?
Mirio respiraba agitadamente, sus músculos protestando por el esfuerzo repentino. Aunque había logrado causar daño, sabía que no sería suficiente.
Shouka dio un paso adelante, uniendo sus manos para preparar otro ataque de hielo, mientras Bakugo gruñía entre dientes.
-¿Ese idiota al menos logró algo? -pensó Bakugo, frustrado. -¡Maldición! Ese ataque fue notablemente más poderoso que los anteriores, pero... apenas lo hizo retroceder, ¿qué diablos podemos hacer nosotros?
El rostro de Mirio mostraba determinación pura. Sus ojos brillaban con el instinto heroico que lo había definido siempre.
-Escúchenme, ambos, -dijo mientras se preparaba para otro ataque. -Sé que esto parece imposible, pero confío en que juntos podemos encontrar la forma. No importa cuántas veces se levante, no lo dejaremos ganar.
A pesar del breve entrenamiento de Eri, el cuerpo de Mirio solo había podido adaptarse al 20% del One For All cuando recuperó su quirk. Sin embargo, en un día y medio, el instinto heroico de Lemillion y su inquebrantable fuerza de voluntad habían permitido que su cuerpo alcanzara y soportara el 45%, lo suficiente para mantenerse en la pelea contra Shigaraki.
Mirio era realmente increíble.
Shigaraki, con una expresión impasible pero cargada de intención asesina, fijó su mirada en Mirio. Su cuerpo, aún adaptándose al All For One, lo impulsó hacia adelante con una velocidad descomunal.
-Tú... eres molesto.
Extendió su mano derecha, usando ahora el All For One, intentando atrapar a Lemillion, pero este ya había desaparecido en el suelo. Con su Permeabilidad activa, Mirio se movía con agilidad, burlando cada ataque de Shigaraki.
-¡Entrégame el One For All! -Gritó con odio.
De repente, Mirio apareció detrás del villano.
-¡Toma esto! -gritó Mirio, canalizando el 70% del One For All en un golpe directo a la espalda de Shigaraki, enviándolo hacia adelante con una fuerza brutal.
El villano aterrizó, levantando una nube de polvo, pero sin perder el equilibrio. Su regeneración estaba al máximo, cerrando las heridas antes de que el daño pudiera acumularse.
-Sigues siendo un insecto... -murmuro Shigaraki, girando rápidamente y lanzándose de nuevo hacia Mirio.
El héroe evadió otro ataque, esta vez deslizándose bajo las piernas del villano y reapareciendo al costado. Antes de que Shigaraki pudiera reaccionar, recibió otro golpe, esta vez directo en las costillas.
-¡Smash! -gritó Mirio, enviándolo contra una pared de escombros.
Shigaraki gruñó, levantándose de nuevo, sus movimientos cada vez más furiosos. Con un salto, intentó aplastar a Mirio con ambas manos, pero el héroe simplemente dejó que el ataque lo atravesara, reapareciendo a unos metros de distancia.
La frustración en el rostro de Shigaraki era evidente. Cada vez que intentaba atraparlo, Mirio usaba su permeabilidad para entrar en el suelo o lo contrarrestaba con un golpe potenciado por el One For All.
-¡Eres rápido, pero no importa cuánto te muevas! -gruñó el villano, lanzándose nuevamente.
Mirio, sin perder el ritmo, utilizó su habilidad para esquivar una vez más, reapareciendo en el aire justo encima de Shigaraki.
-¡Smash! -gritó, canalizando su fuerza en una lluvia de impactos que hicieron retroceder al villano unos metros.
La pelea se extendía, con Shigaraki lanzando ataque tras ataque, y Mirio esquivándolos hábilmente mientras respondía con golpes estratégicos. Cada impacto con el 70% del One For All hacía temblar el suelo, pero la regeneración de Shigaraki seguía manteniéndolo en pie.
A pesar de la clara ventaja en movilidad de Mirio, el héroe sabía que estaba al límite. Su cuerpo aún no estaba completamente adaptado al poder que estaba utilizando, y el desgaste comenzaba a hacerse evidente.
Mientras tanto, Bakugo y Shouka observaban la batalla desde atrás, buscando una oportunidad para intervenir.
-¡Maldito sea ese bastardo regenerador! -gruñó Bakugo, frustrado al ver cómo Shigaraki seguía levantándose sin importar cuánto daño recibiera.
Shouka, por su parte, mantenía la calma, planeando su próximo movimiento.
-Togata está comprando tiempo... tenemos que aprovecharlo. -Dijo la bicolor, pero, su calma empezaba a desaparecer- ¿Cómo... cómo aprovecharemos eso?
Iida, quien había agarrado valor para participar en la batalla, activó su Recipro Burst y se lanzó hacia Shigaraki. La velocidad con la que avanzaba lo convertía en un objetivo difícil de evitar. Shigaraki, tan concentrado en Mirio, no se percató de la amenaza que se aproximaba por su espalda. Iida estaba a punto de impactarlo con una potente patada, el último golpe que necesitaban para abrirle una brecha, pero Shigaraki se movió con una rapidez desconcertante, esquivando el ataque con facilidad. Su mano extendida se dirigió directamente hacia Iida, con la intención de usar Deterioro.
Mirio, al ver el movimiento de Shigaraki, sintió cómo el pánico lo invadía. Sabía que Iida no lograría escapar a tiempo.
-¡Iida! -gritó Mirio, su voz llena de desesperación, mientras el villano ya estaba a punto de tocarlo.
Sin embargo, en ese preciso momento, un destello de fuego iluminó la escena.
Desde el borde del campo de batalla, Endeavor, con toda su fuerza, apareció a una velocidad asombrosa.
-¡Jetburn! -Gritó el héroe número uno.
El rugido del fuego envolvió a Shigaraki antes de que pudiera tocar a Iida, el golpe directo a su rostro lo hizo retroceder violentamente, con la cara completamente bañada por la llamarada azul. El poder de Endeavor, combinado con su control absoluto del fuego, hizo que Shigaraki fuera proyectado unos metros hacia atrás.
Shigaraki, aunque sorprendido por el ataque, no se dejó derrotar. La regeneración de su cuerpo empezó a trabajar de inmediato, pero el golpe le había dejado una marca, y por un instante, parecía que el villano había vacilado. Endeavor, con una mirada feroz, se posicionó entre Shigaraki y Iida, protegiéndolo.
-¡No te lo permitiré, Shigaraki! -rugió Endeavor, sus ojos brillando con determinación.
Iida, aún con el corazón acelerado, dio un paso atrás, agradecido por la intervención de Endeavor.
Mirio, recuperando la compostura tras el susto, observó cómo el cuerpo de Shigaraki se recomponía, con las marcas del ataque aún visibles.
-Eso... estuvo muy cerca. -dijo Mirio, tomando aire, mientras sus compañeros se preparaban para continuar.
-Viejo... -dijo Shouka, mirando con sorpresa a su padre, quien se mantenía firme, completamente concentrado en Shigaraki.
En ese momento, el sonido de algo volando a gran velocidad cortó el aire. Gran Torino llegó con su característico movimiento, aterrizando con una agilidad sorprendente para su edad.
-¡Gran Torino! -exclamó Mirio, alzando la voz con sorpresa al ver al experimentado héroe.
Pero la batalla no se detuvo. Desde el cielo, Ryukyu, con su imponente figura, se lanzó hacia Shigaraki, dispuesta a atacar con toda su fuerza. Su cuerpo se transformó en un majestuoso dragón, y el aire retumbó con su poder. Sin embargo, antes de que pudiera llegar a su objetivo, Shigaraki desapareció con una velocidad inhumana, esquivando el ataque sin esfuerzo, como si estuviera burlándose de ellos.
-Malditos... -murmuró Shigaraki, su rostro retorcido de rabia. Estaba perdiendo el control, y su furia se veía reflejada en cada movimiento. Con una sonrisa venenosa, decidió liberar todo el poder que aún no había utilizado.
-Voy a destruirlos a todos... -murmuró para sí mismo, mientras comenzaba a activar uno de sus quirks. Se preparaba para lanzar ondas electromagnéticas, pero al intentarlo, algo extraño ocurrió: Shigaraki no pudo.
Frustrado, se dio la vuelta, buscando la fuente de la interferencia. Allí, en la distancia, estaba Eraser Head. Junto a él, Present Mic sostenía al Dr. Garaki, el hombre clave detrás del caos que había desatado Shigaraki en el mundo. Shigaraki entendió al instante que su intento de usar esas ondas había sido borrado por Eraser Head.
-Así que tú... -empezó Shigaraki. -Borraste mi poder, Eraser Head... Eres genial.
Endeavor, sin perder tiempo, se lanzó a gran velocidad hacia su enemigo, liberando poderosas llamaradas desde sus manos, una tras otra. El aire ardía a su alrededor, y el suelo se derretía bajo la intensidad de las llamas. Shigaraki lo observaba impasible, sabiendo que no podía usar sus quirks gracias a Eraserhead, pero gracias a su fuerza y resistencia física lograba bloquear las llamaradas de Endeavor.
Endeavor se detuvo un momento, asombrado.
-¡Increíble! Tiene la fuerza física de All Might! -exclamó, reconociendo la sorprendente resistencia de Shigaraki.
Antes de que pudiera hacer otro movimiento, Shigaraki saltó al aire con una agilidad inhumana, desafiando la gravedad. Endeavor intentó contrarrestarlo con más llamaradas, pero Shigaraki, con su increíble reflejo y fuerza, bloqueaba cada uno de los ataques. La batalla se desplazaba al aire. Endeavor y Shigaraki se enfrentaban en un combate aéreo, una guerra de fuego y movimientos rápidos.
-¡HellSpider! -gritó Endeavor, usando una de sus técnicas para intentar atrapar a Shigaraki. Las llamas se lanzaron hacia el villano, pero con un movimiento fugaz, Shigaraki esquivó y se posicionó por encima de Endeavor.
Antes de que Endeavor pudiera reaccionar, Shigaraki desató una patada brutal que lo envió hacia arriba con fuerza, derribando a Ryukyu, quien intentaba interceptarlo en el aire. La fuerza del impacto fue tan grande que ambos cayeron al suelo, creando una onda expansiva que agitó el terreno.
En ese momento, Gran Torino, quien había estado vigilante, decidió actuar. Se lanzó hacia Shigaraki, pero este intentó golpearlo rápidamente. Sin embargo, Gran Torino usó su velocidad y agilidad para esquivar los ataques, gracias a su quirk Jet. Cada movimiento era una evasión impecable, pero sus contraataques no lograban causar ningún daño real, ya que Shigaraki seguía siendo imparable.
Cuando parecía que la situación se complicaba aún más, Mirio vio la oportunidad. Con un gran salto, se lanzó hacia Shigaraki, cargando el 100% del One For All. El aire alrededor de él vibraba con la energía desatada mientras descendía con fuerza sobre Shigaraki.
-¡SMAAASH! -gritó Mirio al impactar su golpe directamente en el torso de Shigaraki.
El impacto fue brutal, pero a pesar de la fuerza del golpe, Mirio sintió el dolor inmediato. Su brazo se rompió con el impacto, pero a pesar del dolor, Mirio no se detuvo. Shigaraki, que había recibido el golpe, retrocedió brevemente. Sin embargo, no tenía heridas notables.
La fuerza del golpe de Mirio, cargado con el 100% del One For All, debería haber sido suficiente para derribar cualquier enemigo, incluso el más resistente. Pero al ver cómo Shigaraki no solo se recompuso rápidamente, sino que resistió el impacto sin mostrar heridas significativas, Mirio se detuvo, atónito.
El villano estaba inhabilitado de usar su regeneración... su cuerpo parecía haber absorbido y resistido el impacto como si no fuera más que un ligero golpe. Mirio, con el rostro lleno de incredulidad, comprendió lentamente la magnitud de lo que enfrentaban. No era un simple villano.
-No... esto no es posible... -murmuró Mirio mientras observaba a Shigaraki levantarse sin apenas mostrar signos de daño.
Shigaraki, mirando a Mirio con una sonrisa de desprecio, apenas se molestó en reaccionar ante el golpe. Su cuerpo parecía haber soportado la potencia del One For All sin esfuerzo, y Mirio comenzó a comprender una verdad aterradora. Shigaraki ya no era un humano común, no era alguien que podía ser derrotado por simples golpes.
-¿Qué...? -susurró Mirio, temblando levemente al hacer una conclusión devastadora-. ¡Es un Nomu viviente!
Shigaraki, con una velocidad aterradora, se lanzó hacia Mirio. No tenía miedo de enfrentarse al joven héroe. Cada paso suyo parecía hacer temblar el suelo, y sus ojos brillaban con la malicia de alguien que ya había superado los límites de la humanidad
Mirio, aún recuperándose del impacto anterior, sabía que no podía enfrentarse con su cuerpo al poder destructivo de Shigaraki. Con el brazo izquierdo completamente roto después del golpe, su única opción era usar lo que quedaba de su fuerza y habilidad.
Shigaraki preparó su puño, dispuesto a golpearlo con todas sus fuerzas. Mirio vio el peligro a tiempo, y usando su permeabilidad, dejó que el brazo de Shigaraki atravesara su cuerpo intangible, esquivando el golpe mortal. El enemigo quedó a su lado en un abrir y cerrar de ojos, pero antes de que pudiera reaccionar, Mirio aprovechó la oportunidad.
Con un salto preciso, el rubio concentró el poder restante en su brazo sano, cargando el 70% del One For All. La energía de la transmisión recorrió su cuerpo, y con un rugido de esfuerzo, Mirio lanzó su golpe directo al rostro de Shigaraki.
-¡SMAAASH! -gritó Mirio, mientras el impacto golpeaba con toda la fuerza posible.
El golpe fue tremendo. Shigaraki fue impulsado hacia atrás por la fuerza, su cuerpo desestabilizado momentáneamente, pero, como ya era de esperarse... no fue suficiente. El villano resistió el golpe con una furia cegadora, su regeneración trabajando a toda velocidad, sanando cualquier daño.
Mirio, exhausto, intentó mantenerse en pie. Su brazo herido le dolía con fuerza, pero no podía darse el lujo de rendirse. Sabía que la pelea apenas estaba comenzando, y Shigaraki no iba a dejarlo ir tan fácilmente.
-¡¿Alguien acaso podría soportar este dolor?! -Gritó el rubio con una sonrisa al sentir el dolor de su brazo roto.
Shigaraki, apenas tambaleante por el golpe, levantó la vista, sus ojos llenos de ira. Con una sonrisa macabra, dijo:
-¿Eso fue lo mejor que tienes?
El sonido de su risa resonó en el aire mientras avanzaba, imparable. Y aunque Mirio sabía que la situación estaba fuera de control, no iba a rendirse. El héroe de Lemillion aún tenía una oportunidad, por pequeña que fuera, y no iba a permitir que la humanidad perdiera ante alguien como Shigaraki.
El aire se congeló en el instante en que Shigaraki se lanzó de nuevo hacia Mirio, listo para acabar reanudar su batalla. Pero antes de que pudiera alcanzar al joven héroe, una figura veloz cruzó el campo de batalla. Gran Torino, con la experiencia de un veterano y la determinación de un héroe que había visto demasiadas guerras, se interpuso en el camino.
-¡No te lo permitiré! -gritó Gran Torino, usando su quirk Jet para moverse con una velocidad impresionante y atacar a Shigaraki. El impacto logró desviarlo por un breve instante, pero no fue suficiente para detenerlo.
Shigaraki, enfurecido por la interrupción, reaccionó de inmediato. Con un movimiento tan rápido como letal, se lanzó tras Gran Torino en el aire. Con una precisión brutal, le propinó una patada demoledora que lo envió directo al suelo a gran velocidad, rompiendo la tierra al impactar.
El cuerpo de Gran Torino quedó inmóvil por un momento. Shigaraki aterrizó sobre él con fuerza, atravesando parte de sus órganos con el golpe. La sangre salió disparada de la boca de Gran Torino, tiñendo de rojo el polvo que los rodeaba. Su respiración se volvió débil mientras sus ojos intentaban enfocarse en la figura de Shigaraki.
En su mente, un pensamiento fugaz cruzó como un susurro:
-Shimura... Nos equivocamos.
Con ese último pensamiento, los ojos de Gran Torino se cerraron lentamente. Su cuerpo dejó de moverse, inmóvil en el suelo.
-¡GRAN TORINO! -gritó Mirio, su voz desgarrada por la impotencia y el dolor. Las lágrimas corrían por su rostro mientras el peso de su fracaso lo golpeaba con fuerza.
Sin pensarlo dos veces, Mirio dejó que la rabia y el dolor lo impulsaran. Con un poderoso salto, canalizó la energía restante en su brazo sano, lanzándose hacia Shigaraki como una bala.
-¡No te lo perdonaré! -gritó Mirio, el One For All brillando alrededor de su cuerpo mientras buscaba impactar con todo lo que tenía.
El dolor recorría el cuerpo de Mirio como un torrente imparable, pero su determinación superaba cualquier límite que su físico intentara imponer. Su brazo izquierdo ya estaba destrozado, inutilizable después del primer golpe con el 100% del One For All, pero eso no lo detuvo.
-¡No voy a permitir que sigas destruyendo todo! -gritó, sus palabras llenas de ira y tristeza.
Mirio, en un acto desesperado, canalizó nuevamente el 100% del One For All en su brazo roto, ignorando completamente el dolor abrasador que recorría cada fibra de su ser. Lanzó un golpe directo a la cara de Shigaraki, con tal fuerza que el impacto resonó como un trueno en el campo de batalla.
El brazo izquierdo de Mirio sufrió aún más, los huesos ya rotos se astillaron y los músculos se desgarraron. El dolor era insoportable, pero Mirio no se detuvo. Mientras Shigaraki salía disparado por el aire, su figura iluminada por las chispas del impacto, Mirio usó el One For All al 70% en sus piernas para impulsarse hacia él.
-¡No he terminado contigo! -rugió, alcanzándolo en pleno vuelo. Canalizando nuevamente el 70% en su brazo derecho, conectó otro golpe que resonó con fuerza, impactando el torso de Shigaraki.
El villano apenas se inmutó. Su cuerpo, un Nomu viviente, resistía el castigo su cuerpo modificado, pero Mirio no se detenía. Con cada impacto, su brazo derecho temblaba por el esfuerzo. Las lágrimas seguían corriendo por su rostro mientras la imagen de Gran Torino, inmóvil en el suelo, llenaba su mente.
-¡No me importa cuántas veces tenga que golpearte! -gritó, lanzando golpe tras golpe, cada uno con la potencia del 70% del One For All. Su cuerpo clamaba por detenerse, pero su ira y tristeza lo impulsaban más allá de sus límites.
Cada impacto resonaba con fuerza, pero Shigaraki seguía firme, mirando a Mirio con una mezcla de desprecio y curiosidad, como si analizara al joven héroe mientras este desataba su furia.
El cuerpo de Mirio empezaba a mostrar signos de agotamiento extremo. Su respiración era pesada, sus golpes más lentos, pero en sus ojos brillaba una determinación que no se apagaba.
-¡Por Gran Torino! ¡Por todos los que has lastimado! -gritó una vez más, lanzando un último golpe con todas sus fuerzas, sabiendo que su brazo derecho también estaba llegando al límite.
Mirio fue enviado a volar por un potente golpe de Shigaraki, sintiendo cómo su cuerpo retrocedía por la fuerza del impacto. Se estabilizó como pudo, respirando con dificultad mientras el dolor en su brazo roto seguía latente. Frente a él, Shigaraki sonreía de forma siniestra.
-Es la primera vez que te golpeo... héroe. -La voz de Shigaraki era gélida, calculadora. Miraba fijamente a Mirio, sus ojos llenos de una confianza perturbadora-. Te estás volviendo predecible.
Shigaraki estaba adaptándose al estilo de pelea de Mirio, sus movimientos cada vez más precisos, más calculados. Sin embargo, el villano estaba harto de pelear sin acceso a sus quirks. Su mirada se desvió hacia donde EraserHead estaba concentrado, sus ojos secos y enrojecidos, mantenidos activos gracias a la ayuda de Manual, quien lubricaba constantemente sus párpados, y Rock Lock, quien lo sostenía.
-Es hora de acabar con esto. -dijo Shigaraki, sacando la bala anti-quirk que había agarrado. En un movimiento increíblemente rápido, disparó hacia EraserHead.
La bala fue como un rayo, demasiado rápida para que alguien pudiera detenerla. EraserHead apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de sentir el impacto en su pierna. El héroe cayó al suelo, su rostro una mezcla de dolor y determinación. Sabía exactamente lo que debía hacer.
Con una precisión aterradora, sacó un cuchillo de su equipo y, sin dudarlo, comenzó a cortar alrededor del área impactada. El dolor era insoportable, pero su experiencia como héroe lo mantenía enfocado. Con un grito contenido, logró amputarse la pierna esperando que el efecto de la bala no hiciera efecto.
Pero el daño ya estaba hecho... Aizawa había perdido su quirk.
Shigaraki avanzó lentamente hacia él, una sonrisa oscura en su rostro. Miró al héroe caído, a su pierna amputada y a sus ojos que, por primera vez, no lograban mantener la concentración.
-Eres genial, EraserHead. -La voz de Shigaraki era casi burlona, un reconocimiento distorsionado de la tenacidad del héroe.
EraserHead intentó moverse, pero su cuerpo no respondía como antes. Sabía que el final estaba cerca. Shigaraki se lanzó hacia él con intención de matarlo. Desde lejos, Mirio observó la escena con horror.
-¡EraserHead! -gritó con todas sus fuerzas, impulsándose con el One For All a pesar de su agotamiento y el estado crítico de su cuerpo.
Mientras Shigaraki alzaba su mano hacia EraserHead, la distancia entre los héroes y el villano se desvanecía rápidamente. Pero, ¿llegaría Mirio a tiempo?
Mientras Mirio se impulsaba hacia Shigaraki, el tiempo pareció ralentizarse. Observaba la escena con desesperación. Su mente buscaba una solución. Algo, cualquier cosa, que pudiera detener al villano antes de que fuera demasiado tarde.
-Si tan solo tuviera algo de largo alcance... algo como un látigo, podría alcanzarlo.
El pensamiento cruzó su mente con fuerza, y, sin saber por qué, instintivamente estiró su brazo, apuntando hacia Shigaraki. En ese momento, un extraño cambio ocurrió. El mundo a su alrededor desapareció, reemplazado por un espacio oscuro. Luces doradas y brillantes se mostraban a su alrededor, como si el propio One For All hubiera despertado de su letargo.
Frente a Mirio, apareció una figura que no reconocía: un hombre sin cabello y expresión seria. Su mirada irradiaba autoridad y poder. Mirio estaba confundido, incapaz de comprender lo que estaba ocurriendo.
-¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú? -preguntó, sus ojos recorriendo el extraño lugar.
El hombre, que sostenía un látigo de energía negra, dio un paso adelante. Se trataba de Daigoro Banjo el quinto portador del One For All.
-El One For All. -Su voz era profunda y resonante. Miró a Mirio con una mezcla de respeto y preocupación-. No está listo.
Antes de que Mirio pudiera responder o entender por completo lo que sucedía, la visión se desvaneció. Volvió a la realidad, el campo de batalla regresando a su lugar. El grito de EraserHead llenaba el aire, y Shigaraki seguía avanzando hacia él con una sonrisa macabra.
Lo que había sucedido era simple, aunque Mirio no lo entendiera el no podía usar los demás quirks del One For All.
Mirio no entendía lo que acababa de pasar, pero no había tiempo para reflexionar. Antes de que Shigaraki pudiera tocar a Aizawa, una explosión resonó en el aire.
-¡No te olvides que seguimos aquí!
Bakugo apareció como un relámpago, interponiéndose entre Shigaraki y Aizawa. Una poderosa explosión estalló en el aire, forzando a Shigaraki a retroceder ligeramente, su mirada desviándose hacia el joven héroe.
La mirada de Shigaraki se clavó en Bakugo, su sonrisa burlona desapareciendo al llenarse de irritación.
-¿Así que aún te atreves a desafiarme, mocoso? -dijo con voz grave, mientras flexionaba los dedos, su postura tensa como la de un depredador listo para atacar.
Sin previo aviso, Shigaraki se lanzó hacia Bakugo con una velocidad devastadora, su intención era usar el Deterioro. Bakugo, lejos de retroceder, levantó las manos, generando una explosión en el último segundo para intentar alejar a Shigaraki.
Sin embargo, antes de que el tacto ocurriera, una poderosa onda descendió desde el cielo, de color amarillo y una fuerza arrolladora. Shigaraki, con reflejos impresionantes, esquivó el ataque justo a tiempo, girando sobre sí mismo y aterrizando con fuerza en el suelo. La onda explotó a su lado, levantando una nube de polvo y escombros.
Desde el aire, una figura se hizo visible. Su cabello azul flotaba a su alrededor como un halo, y una energía brillante emanaba de su cuerpo. Nejire Hado había llegado al campo de batalla.
-¡No voy a dejar que sigas avanzando! -gritó, sus manos extendidas mientras una nueva onda de energía comenzaba a formarse.
Shigaraki observó a la heroína con una expresión de ligera molestia, sus ojos estudiándola como si evaluara el nivel de amenaza que representaba.
-Tsk... siempre llegan más insectos.
Bakugo, sin perder tiempo, aprovechó la breve distracción para retroceder unos metros y posicionarse mejor.
La tierra comenzó a temblar con una intensidad aterradora. Cada héroe en el campo sintió el retumbar bajo sus pies mientras una gigantesca figura emergía desde el horizonte. Los árboles caían como si fueran simples ramitas, y las estructuras cercanas eran pulverizadas por el monstruo que avanzaba a toda velocidad.
Gigantomachia había llegado.
Con Mt. Lady aferrada a su pierna, intentando inútilmente detenerlo, el coloso finalmente se plantó en el centro del caos, su sombra cubriendo a todos los presentes. Su mirada se dirigió inmediatamente hacia Shigaraki, quien esbozó una sonrisa satisfecha al verlo.
-¡Llegué, amo! -rugió Gigantomachia, su voz resonando como un trueno. Su cuerpo estaba cubierto de polvo, ramas y sangre seca, pero nada parecía detenerlo.
Mt. Lady, aferrándose con sus últimas fuerzas, gritó:
-¡No dejaré que hagas lo que quieras!
Sin embargo, Gigantomachia simplemente la sacudió de su pierna como si fuera un insecto, lanzándola con fuerza hacia el suelo. Mt. Lady impactó contra el pavimento, levantando una nube de polvo, incapaz de levantarse.
Endeavor, quien ya estaba herido por el último intercambio con Shigaraki, retrocedió unos pasos al ver la entrada del coloso. Su respiración era pesada, y su cuerpo estaba cubierto de quemaduras y sangre, pero sus ojos seguían ardiendo con determinación.
-No pienso ceder, aunque me cueste la vida.
En un destello de fuego, Endeavor encendió sus llamas con toda la intensidad que le quedaba y se lanzó hacia Gigantomachia. Con un rugido feroz, lanzó un Jet Burn directamente hacia el rostro del gigante, pero el ataque apenas lo hizo tambalearse.
Gigantomachia giró su cabeza hacia el héroe número uno, sus ojos brillando con un destello peligroso.
-Tu fuego no me hará retroceder.
Antes de que Gigantomachia pudiera responder con un ataque, Shigaraki levantó una mano para detenerlo.
-Es suficiente, Machia.
El coloso se detuvo inmediatamente, quedándose inmóvil como una estatua. Shigaraki dio un paso hacia adelante, mirando con desdén a los héroes que aún estaban de pie.
-La resistencia es inútil. Este mundo está a punto de cambiar, y ustedes no tienen lugar en él.
El campo de batalla se llenó con un aire denso y caótico. En medio del enfrentamiento, Nejire Hado se lanzó al ataque contra Shigaraki, concentrando su energía en una onda espiral devastadora.
-Potencia al 100%, ¡Gring Flo...
Sin embargo, antes de que pudiera impactar, una llamarada azul emergió desde un costado, golpeándola con una potencia brutal. El fuego devoró parte de su cabello y ropa, derribándola al suelo, inconsciente.
Iida, viendo lo que sucedía, corrió con toda su velocidad hacia ella. Logró atraparla antes de que impactara contra el suelo, sosteniéndola con cuidado.
-¡Señorita Hado! -gritó desesperado, revisando su estado mientras el humo y el olor a quemado llenaban el aire.
Endeavor, herido y jadeante, observó la escena con creciente desesperación. Sentía un dolor punzante en el pecho; uno de sus pulmones estaba destrozado, y cada respiración era una tortura.
-¿Qué hago...? -murmuró, apretando los dientes mientras intentaba ignorar su debilitado estado.
De entre las sombras, una figura conocida emergió con pasos calculados. Las llamas azules comenzaron a iluminar su presencia, y una voz sarcástica resonó en el aire.
-Oh, ahí estás... -dijo Dabi, su mirada fija en Endeavor con una mezcla de desprecio y burla-. Y también tú, Shouka. Perfecto.
Shouka, viendo al villano, se tensó, sus ojos observando cada movimiento del hombre de las llamas azules. Había algo inquietante en cómo la miraba.
De repente, Dabi sacó un pequeño frasco de líquido y comenzó a derramarlo sobre su cabello. Endeavor observó la escena con un nudo en el estómago, sus ojos ampliándose mientras veía cómo el líquido revelaba la verdadera naturaleza del villano.
El cabello negro de Dabi comenzó a desteñirse, mostrando mechones de un blanco puro.
-Dabi... -murmuró Endeavor, su voz cargada de incredulidad y temor.
Dabi dejó caer el frasco vacío al suelo, su sonrisa torciéndose con crueldad.
-No me llames así.
Las llamas azules danzaron a su alrededor, iluminando su rostro mientras levantaba la mirada hacia su padre.
-Tienes un pésimo sentido del humor, viejo.
Shigaraki se detuvo por un momento, observando la escena con interés mientras Dabi extendía sus brazos, proclamando:
-Soy Toya Todoroki.
La declaración resonó como un trueno, y el silencio momentáneo fue roto solo por el rugido de las llamas azules. Shouka, al escuchar esas palabras, dio un paso atrás, procesando la revelación. Sus ojos estaban fijos en Toya, mientras una mezcla de emociones comenzaba a surgir en su mente.
Dabi dio un paso adelante, con una sonrisa cruel extendiéndose en su rostro mientras levantaba un pequeño dispositivo en su mano.
-Ah, casi lo olvido... Mi historia. Ahora mismo está siendo transmitida a todo el país.
Sus palabras cayeron como una bomba. Endeavor sintió cómo el suelo parecía desaparecer bajo sus pies. La imagen de su familia rota, de su fracaso como padre, de todos los horrores que había causado, todo eso estaba en su mente ahora.
-¿Cómo te sientes, viejo? ¿Eh? ¿El gran símbolo del heroísmo... reducido a esto? -continuó Dabi, con una carcajada que resonó en el campo de batalla-. ¡Es un espectáculo maravilloso!
Endeavor quedó inmóvil, su mente atrapada en un remolino de culpa y desesperación.
Dabi, viendo a su padre paralizado, bajó la mirada hacia Shouka, sus ojos azulados llenos de una malicia inquietante.
-Y ahora, para completar este cuadro tan hermoso... destruiré tu obra maestra.
Shouka, al escuchar eso, tensó su postura. El fuego del brazo izquierdo de Shouka comenzó a encenderse, formando un aura ardiente mientras su mirada se cruzaba con la de Dabi.
-¿Eso crees, Toya? -respondió con firmeza, encendiendo su propio fuego.
Dabi no dudó ni un segundo. Sus llamas azules se intensificaron, alcanzando un calor abrasador mientras daba un salto hacia Shouka, gritando con una voz llena de furia:
-¡Prominence Burn!
Shouka, sin retroceder, dejó que su fuego se liberara con todo su poder.
-¡Jetburn!
Ambos lanzaron sus llamaradas al mismo tiempo. El impacto de las llamas chocando llenó el aire con un sonido ensordecedor, mientras una ola de calor y luz cegadora se extendía por todo el lugar.
El suelo tembló bajo sus pies mientras las llamas de Dabi y Shouka se enfrentaban, creando un espectáculo de fuego. Shouka podía sentir el peso de la lucha, intentaba igualar la intensidad de Dabi.
Endeavor, aún inmóvil, observaba la escena. Las palabras de Dabi seguían resonando en su mente.
El choque de llamas seguía aumentando de intensidad, ninguno de los dos parecía dispuesto a ceder. Dabi sonrió de manera siniestra mientras presionaba con más fuerza.
-Eso es todo lo que tienes, hermanita. Qué decepcionante.
Shouka no respondió, enfocándose únicamente en mantener su fuego. Sabía que esta batalla no era solo por ella, sino por su familia, por su futuro, y por todo lo que representaba como heroína.
Endeavor, observaba la escena con el rostro petrificado, una mezcla de shock, culpa y desesperación reflejada en sus ojos.
Dabi notó la expresión de su padre y soltó una carcajada que resonó en el campo de batalla.
-¿Ves eso, hermanita? -dijo, señalando a Endeavor con un movimiento casual de la mano-. Míralo bien. Esa es la cara de un hombre destruido.
Shouka no respondió, pero su fuego se encendió con más intensidad, rodeándola como un escudo mientras mantenía su mirada fija en Dabi.
-¿Qué cara crees que pondrá cuando te mate? -continuó Dabi, con una sonrisa que solo aumentaba la tensión en el aire-. ¿Crees que será peor que esta? ¿O simplemente se romperá por completo?
Shouka apretó los dientes, el calor de sus llamas aumentando mientras daba un paso adelante.
-No me importa su cara, Toya, ni lo que pienses de mí. No voy a dejar que ganes.
Dabi soltó una risa sarcástica, dando un paso más cerca de Shouka.
-Eso es lo que dijo antes también, ¿no? ¡El gran símbolo del heroísmo! Pero míralo ahora... incapaz de moverse. Incapaz de protegerte.
Endeavor, todavía atrapado en su parálisis emocional, miró a Shouka y Dabi enfrentarse, sus labios temblando mientras intentaba encontrar las palabras, cualquier palabra. Pero no salía nada. La culpa y la impotencia lo aplastaban como una montaña.
Shouka, viendo que su padre no reaccionaba, se plantó firme. Sus llamas ardían más intensamente, iluminando el área mientras levantaba la cabeza hacia Dabi.
Las llamas de Dabi se elevaron más altas, su calor abrasador superando la resistencia de las llamas de Shouka por momentos, obligándola a retroceder unos pasos.
-¿Eso es todo? Vamos, hermanita, pensé que serías más fuerte que esto. -dijo Dabi, con una sonrisa torcida mientras aumentaba la intensidad de su fuego.
Shouka cerró los ojos por un instante, enfocándose. Sabía que las llamas de Dabi eran más calientes que las suyas, pero no podía retroceder. Inhaló profundamente, concentrándose en su lado de hielo. Con un movimiento rápido, liberó una ráfaga de hielo desde su mano izquierda, creando una barrera que detuvo temporalmente el avance de las llamas azules.
-¿Eso es lo que tienes? -dijo Dabi, riendo mientras destruía el hielo con un simple gesto-. Para tu mala suerte, mi cuerpo es inmune a los ataques de hielo.
Shouka aprovechó la distracción y lanzó otra ráfaga de fuego combinada con hielo, dirigiéndose directamente hacia Dabi. Esta vez, el ataque lo tomó por sorpresa, obligándolo a esquivar hacia un lado. El hielo se rompió al contacto con el suelo, pero las llamas de Shouka rozaron su hombro, quemando parte de su ropa.
-Interesante... parece que aún tienes algunos trucos que mostrar, ¿¡te los enseñó papá!? -Dijo Dabi, mirando la quemadura con una sonrisa torcida.
Ambos cargaron el uno contra el otro, sus llamas chocando en el centro como una explosión. Shouka, mezclando hielo y fuego, intentaba contrarrestar la intensidad de las llamas azules, pero cada ataque de Dabi la hacía retroceder más.
Desde un costado, Endeavor incapaz de moverse. Cada golpe, cada choque de llamas, era un recordatorio de su fracaso como padre. Quería intervenir, ayudar a su hija, pero su cuerpo no respondía.
Dabi, aprovechando su ventaja, lanzó una ráfaga de llamas hacia el suelo, causando una explosión que desestabilizó a Shouka.
-¡Prominence Burn! -gritó Dabi, liberando una explosión masiva de fuego azul directamente hacia ella.
Shouka, con su brazo derecho, creó una barrera de hielo mientras contrarrestaba con su fuego izquierdo. El impacto fue devastador, haciendo que el suelo temblara mientras una columna de vapor y cenizas se elevaba hacia el cielo.
Cuando el humo comenzó a disiparse, Shouka estaba de pie, jadeando, con quemaduras visibles en sus brazos y piernas.
-¿Eso es todo lo que tienes? -dijo, levantando la cabeza hacia Dabi, su mirada llena de determinación.
Dabi, sorprendido por su resistencia, comenzó a reír, encendiendo sus llamas nuevamente.
-Sigues de pie... Eso es interesante, hermanita. Muy interesante. Pero no durarás mucho más.
Desde el cielo, Gigantomachia rugió, y el sonido sacudió el campo de batalla, recordando a todos que la verdadera amenaza aún estaba allí. Sin embargo, ni Dabi ni Shouka desviaron su atención el uno del otro.
Bakugo y Mirio se posicionaron frente a Shigaraki, quien emanaba un aura oscura e imponente. A pesar de los esfuerzos de Eraserhead, este volvió a tener sus quirks.
-Bakugo, -respondió Mirio, mientras observaba a Shigaraki con seriedad-, este no es un rival cualquiera. No podemos ganar si no trabajamos juntos.
Shigaraki, con una sonrisa siniestra, alzó su mano derecha, y el suelo entre él y los dos héroes comenzó a desmoronarse.
-No importa cuántos sean. Todos terminarán igual. Polvo. -dijo, avanzando lentamente mientras su presencia oscura crecía.
Sin previo aviso, Shigaraki se lanzó hacia Mirio, extendiendo su mano con la intención de tocarlo. Mirio, gracias a su permeabilidad, esquivó el ataque, dejando que la energía de deterioro destruyera una sección masiva del terreno detrás de él.
-¡Howitzer Impact! -gritó Bakugo, lanzándose al aire y soltando una ráfaga de explosiones hacia Shigaraki. Las explosiones impactaron con fuerza, pero la barrera negra del All For One desvió la mayoría del daño.
Shigaraki contraatacó extendiendo una onda de energía oscura que golpeó a Bakugo, lanzándolo contra un montón de escombros.
-Molesto insecto. -murmuró, girándose hacia Mirio, quien aprovechó el momento para impulsarse hacia él con el One For All al 50%, conectando un golpe directo en su costado.
-¡SMAASH! -gritó Mirio, enviando a Shigaraki unos metros hacia atrás. Pero el villano, regenerando sus heridas casi al instante, se levantó con una sonrisa torcida.
-Eres fuerte. Pero solo un poco más que los demás. -respondió, alzando ambas manos. Una ráfaga de poder oscuro salió disparada hacia Mirio, quien usó su permeabilidad para evitar ser alcanzado.
Mientras tanto, Bakugo, recuperándose del impacto, gritó:
-¡No te olvides de mí, monstruo decrépito!
Con un movimiento ágil, Bakugo apareció a espaldas de Shigaraki, lanzando una explosión directa hacia su cabeza. Sin embargo, Shigaraki giró rápidamente, bloqueando el ataque con una barrera de energía negra.
-Molesto... pero entretenido.
Shigaraki, con un salto impresionante, se lanzó hacia Bakugo, extendiendo su mano para intentar tocarlo. Bakugo, en un acto reflejo, disparó una ráfaga explosiva al suelo para impulsarse hacia atrás, evitando por poco el contacto.
-¡AP Shot! -gritó, lanzando un disparo concentrado a la cabeza de Shigaraki. La explosión golpeó su rostro, pero cuando el humo se disipó, solo unas heridas superficiales eran visibles.
-¿Eso es todo? -preguntó Shigaraki, avanzando lentamente hacia Bakugo.
Antes de que pudiera llegar a él, Mirio volvió al ataque, esta vez aumentando el poder del One For All al 70%. Con un impulso increíble, golpeó a Shigaraki en el pecho, enviándolo al suelo.
-No te dejaremos avanzar más. -declaró Mirio, aunque el dolor en su brazo roto era evidente.
Shigaraki, en el suelo, empezó a reír.
-¿Creen que me detendrán? Apenas estamos comenzando.
De repente, Shigaraki extendió su mano y generó ondas de choque. Bakugo y Mirio apenas lograron retroceder.
-¡No importa cuántas veces lo golpeemos, este tipo no se rinde! -gritó Bakugo, preparándose para otra explosión.
-Entonces, no debemos darle oportunidad de recuperarse. -respondió Mirio, cargando hacia Shigaraki una vez más, decidido a detenerlo sin importar el costo.
Mientras Bakugo y Mirio luchaban desesperadamente contra Shigaraki, un rugido gutural resonó en el campo de batalla. Desde el horizonte, un grupo de Nomus de alta gama emergió, moviéndose con velocidad y fuerza sobrehumanas. Sus cuerpos retorcidos y sus ojos brillantes de malicia indicaban que no eran enemigos comunes.
-¿En serio más de estos malditos bichos? -gritó Bakugo, frustrado.
-No podemos manejar todo esto solos. -dijo Mirio, mientras ajustaba su postura herida.
Justo cuando las cosas parecían empeorar, una ráfaga de llamas verdes atravesó el cielo, impactando a uno de los Nomus y lanzándolo contra una pared.
-¡Llegamos para apoyar! -gritó Burnin, la heroína de fuego, mientras aterrizaba junto a ellos. Su cabello ardiente iluminaba el área como una antorcha viva.
Detrás de ella estaban Manual y Rock Lock, quienes habían auxiliado a Aizawa y ahora estaban listos para pelear.
-Bakugo, Mirio, manténganse con Shigaraki. Nosotros nos ocuparemos de los Nomus. -dijo Rock Lock, desenfundando su cuchillo de combate y preparándose para pelear.
-¡Eso es fácil de decir! -respondió Bakugo, disparando una explosión hacia un Nomu que se acercaba demasiado.
Burnin saltó hacia el frente, enfrentándose a dos Nomus al mismo tiempo. Usando su control del fuego, lanzó una serie de ataques rápidos que envolvieron a los monstruos en llamas, aunque estos parecían resistir el calor extremo.
-Estos bichos no caen fácil, pero yo tampoco. -dijo, esquivando un golpe de uno de los Nomus y contrarrestando con un chorro de fuego directo a su rostro.
Mientras tanto, Manual, con su habilidad para manipular agua, trabajaba para contener a otro grupo de Nomus que se acercaban a las zonas donde había civiles heridos. Utilizó chorros de agua para ralentizar sus movimientos y proteger a los que aún estaban siendo evacuados.
-¡Manténganse lejos de ellos! -gritó, concentrándose en mantener la presión contra las criaturas.
Rock Lock, por su parte, usó su habilidad para inmovilizar momentáneamente a un Nomu, clavando sus movimientos en el lugar suficiente tiempo para que otro héroe lo golpeara.
-Estos monstruos no paran, pero tampoco nosotros. ¡No retrocedan! -ordenó a los héroes más jóvenes que lo acompañaban.
Mientras los héroes luchaban contra los Nomus, Mirio y Bakugo continuaban su pelea con Shigaraki.
-¡Muévanse más rápido! ¡No podemos con este tipo todo el día! -gritó Bakugo a los demás héroes, mientras soltaba una explosión masiva que obligó a Shigaraki a retroceder por un momento.
-Bakugo, mantén la calma. Ellos están haciendo su parte. -dijo Mirio, aunque sabía que no tenían mucho tiempo antes de que Shigaraki desatara otro ataque masivo.
Shigaraki, rodeado por su aura oscura y con una expresión de desprecio, observó cómo los héroes luchaban por contener a los Nomus.
-Patético. No importa cuántos vengan. Al final, todos caerán. -dijo, extendiendo su mano y desatando una onda muy poderosa que obligó a todos a retroceder rápidamente.
El campo de batalla se tornaba más caótico con cada segundo, y aunque los héroes estaban decididos a resistir, el peso de la pelea comenzaba a hacerse evidente. Mirio y Bakugo intercambiaron una mirada, sabiendo que necesitaban encontrar una forma de debilitar a Shigaraki antes de que fuera demasiado tarde.
De repente, Shigaraki dejó de enfocarse en Bakugo y Mirio, girando su mirada hacia el grupo de héroes. Su sonrisa cruel se ensanchó.
-Suficiente de este espectáculo patético. Es hora de demostrar lo inútil que son.
Con un movimiento rápido, Shigaraki se lanzó hacia donde estaban Manual y Rock Lock, quienes estaban protegiendo a varios civiles atrapados en medio del caos.
-¡Cuidado! -gritó Burnin, lanzando una ráfaga de llamas para intentar detenerlo, pero Shigaraki la esquivó con facilidad.
Manual, al ver la amenaza, levantó un muro de agua en un intento desesperado por proteger a los civiles.
-¡No te dejaré pasar! -gritó, concentrándose al máximo en su habilidad.
Rock Lock, por su parte, inmovilizó varias piezas del terreno para intentar crear una barrera.
-Si quieres llegar a ellos, tendrás que pasar por nosotros. -dijo, con el cuchillo en la mano, listo para atacar.
Shigaraki, sin decir una palabra, extendió su mano hacia el suelo. En un instante, el deterioro se extendió desde sus dedos, desintegrando el muro de agua y las barreras con una facilidad aterradora. Manual y Rock Lock apenas tuvieron tiempo de reaccionar antes de que el deterioro alcanzara sus cuerpos.
-¡No! -gritó Mirio, lanzándose hacia ellos, pero era demasiado tarde.
Ante los ojos de todos, los cuerpos de Manual y Rock Lock comenzaron a descomponerse, convirtiéndose en polvo mientras gritaban de dolor. El suelo alrededor de ellos se desmoronó, dejando un vacío donde antes estaban.
Bakugo, al ver la escena, apretó los puños con furia.
-¡Maldito bastardo! ¡Los mataste!
Burnin, horrorizada, intentó avanzar, pero Mirio la detuvo, sabiendo que sería inútil enfrentarse a Shigaraki sin un plan.
Shigaraki, indiferente, simplemente miró el polvo que quedaba de los héroes y sonrió.
—¿Lo ven? Eso es lo que pasa cuando intentan desafiarme. Son insignificantes. Todos ustedes.
El impacto psicológico en los héroes fue devastador. Los civiles que aún estaban siendo evacuados comenzaron a gritar, llenos de pánico al ver cómo los héroes caían uno por uno. Endeavor, quien aún estaba recuperándose de su propio enfrentamiento, vio lo ocurrido y sintió una oleada de impotencia.
Shigaraki, ahora dirigiéndose nuevamente hacia Bakugo y Mirio, levantó su mano, listo para continuar su destrucción.
Shigaraki levantó su mano hacia el cielo, sus ojos brillando con una mezcla de furia y determinación.
-¡Machia! -rugió, su voz resonando en el campo de batalla-. ¡Destruyamos todo! ¡No dejemos nada en pie!
El gigantesco Gigantomachia gruñó profundamente, el sonido vibró en el aire como una tormenta que se aproximaba. Su colosal figura se irguió, y sus ojos brillaron con una obediencia ciega hacia Shigaraki. Los héroes y civiles que aún quedaban se paralizaron, sintiendo el miedo como una ola implacable.
-Es el fin... -murmuró un héroe, retrocediendo con las piernas temblorosas.
Mientras el caos parecía inevitable, el sonido de un helicóptero rompió el momento. Desde las alturas, una figura saltó, descendiendo con precisión al campo de batalla. Un rayo de esperanza iluminó a los presentes al ver quién era: Best Jeanist.
-¡No puede ser! -exclamó Dabi, sus ojos llenos de incredulidad y rabia-. ¡Tú deberías estar muerto!
Best Jeanist, con su impecable presencia y rostro decidido, aterrizó con elegancia, extendiendo sus fibras de acero que comenzaron a enredar a los villanos, incluyendo a Gigantomachia, sujetándolo con fuerza.
-No puedes matar el verdadero simbolismo del heroísmo. -dijo con voz firme, mientras sus fibras sujetaban a todos los enemigos cercanos-. Formemos juntos... un hilo de esperanza.
Bakugo, al ver a su mentor en las pasantías, sonrió con una mezcla de alivio y emoción.
-Al fin nos volvemos a ver, viejo.
Shigaraki intento usar algunos de sus quirks para salir de las fibras, sin embargo, su cuerpo cobró factura de nuevo y comenzó a doler, furioso al ver cómo sus planes se complicaban, gritó con un odio renovado:
-¡Machia!
Gigantomachia, obedeciendo la orden de su amo, comenzó a gruñir y a tensar sus colosales músculos. Las fibras de Best Jeanist se estiraban al máximo, vibrando bajo la presión. El gigantesco villano luchaba con toda su fuerza, sus movimientos sacudían el suelo, causando pequeñas ondas de choque a su alrededor.
-No subestimen el vínculo de un líder con su leal seguidor. -dijo Shigaraki, con una sonrisa siniestra.
Pero Best Jeanist, imperturbable, mantuvo el control sobre sus fibras, usando cada gota de su fuerza para resistir.
-Es fuerte, pero los hilos de la determinación no se romperán fácilmente.
Los héroes restantes comenzaron a reagruparse detrás de Best Jeanist, sus rostros encendidos con una renovada esperanza. Incluso Mirio y Bakugo, a pesar de estar agotados, se pusieron en posición, listos para ayudar.
Bakugo, mirando fijamente a Best Jeanist, con una mezcla de respeto y determinación, levantó la voz.
-Viejo, esperaba decirte esto primero. Mi nombre de héroe es... ¡El Dios de las Explosiones, Dynamight!
Best Jeanist lo miró por un momento, procesando el nombre. Internamente, pensó con un aire crítico: "¡Qué infantil!" Pero mantuvo su compostura, asintiendo ligeramente.
Mirio, al escuchar el nombre, no pudo evitar sonreír.
-Es un buen nombre de héroe, Bakugo. Muy humorístico.
Bakugo apretó los puños, claramente molesto.
-¡No es para dar risa! ¡Es imponente, maldito idiota!
Mientras la breve interacción entre los héroes ocurría, Gigantomachia comenzó a tensar sus músculos aún más. Sus gruñidos eran cada vez más feroces, y las fibras de Best Jeanist empezaron a crujir bajo la presión.
-¡No te dejaré escapar! -gritó Best Jeanist, aumentando su concentración para mantener a Machia bajo control.
Sin embargo, Gigantomachia estaba a punto de liberarse. En ese momento, una figura inesperada apareció en escena: Mr. Compress. Su presencia llamó la atención de todos los héroes.
-¡Es el villano que tiene sellado a Midoriya! -pensaron varios héroes al unísono al ver la inconfundible figura del villano.
Con su única mano funcional, Mr. Compress levantó su máscara levemente y proclamó con teatralidad:
-¡Prepárense para el espectáculo del gran Mr. Compress!
Con un gesto dramático, activó su quirk en su propio cuerpo, comprimiendo partes de sí mismo para liberarse de las fibras de Best Jeanist. Pese al dolor evidente, su determinación no flaqueó. Las fibras se desmoronaron, y con un giro rápido de su cuerpo, lanzó un proyectil comprimido hacia Machia, rompiendo las fibras que lo sujetaban.
-¡Machia está libre! -gritó Dabi con una sonrisa maliciosa.
El colosal villano, ahora sin restricciones, rugió con tal intensidad que el suelo tembló. Las fibras que aún quedaban sujetando a otros villanos comenzaron a ceder también, dejando a todo el grupo de la Liga nuevamente libre.
Pero en esos breves instantes de caos, algo quedó visible: una esfera brillante en las manos de Mr. Compress. Los ojos de todos los héroes presentes se fijaron en ella.
-¡Esa esfera... es donde está Midoriya! -pensaron al unísono.
Shouka, viendo la oportunidad, actuó de inmediato. Concentró todo su poder en una llamarada intensa y la dirigió directamente hacia Mr. Compress. La explosión de fuego fue tan repentina que el villano, sorprendido, soltó la esfera mientras retrocedía tambaleándose.
-¡No dejaré que se lo lleven de nuevo! -gritó Shouka, su fuego aún brillando en su mano.
La esfera rodó por el suelo, quedando expuesta ante todos. Los héroes se prepararon para actuar, pero los villanos también estaban listos para proteger lo que consideraban su carta más valiosa. La batalla por Izuku Midoriya estaba a punto de intensificarse.
La esfera que contenía a Izuku Midoriya comenzó a agrietarse, y un sonido como si se tratara de cristal quebrándose resonó en el aire. En ese momento, todos dejaron de pelear, conscientes de lo que estaba en juego. Los héroes y villanos se centraron por completo en el único objetivo: recuperar la esfera antes de que fuera demasiado tarde.
Los villanos, con desesperación en sus rostros, corrían hacia la esfera, ansiosos por evitar que Izuku fuera liberado, mientras que los héroes, llenos de esperanza, se lanzaban también con la esperanza de salvarlo.
La primera en llegar fue Burnin, quien extendió las manos hacia la esfera, logrando agarrarla, pero, Spinner, con una velocidad sorprendente, la golpeó en la cara con su cola reptiliana. El golpe fue tan fuerte que Burnin soltó la esfera, que comenzó a rodar por el suelo.
Spinner, con una sonrisa maliciosa, la recogió rápidamente y la lanzó hacia Mr. Compress.
-¡Refuérzala! -gritó Spinner, pero la esfera aún estaba en el aire cuando Shouka se adelantó. Su fuego estalló en una llamarada feroz, desviando la trayectoria de la esfera justo antes de que llegara a las manos de Mr. Compress.
La esfera, ahora desviada, parecía ir a caer directamente en las manos de Bakugo, quien estaba listo para atraparla. Pero antes de que pudiera hacerlo, Dabi, con una sonrisa cruel, apareció de la nada, interviniendo en el camino.
-¡Qué mal, hermanita! -dijo Dabi, tomando la esfera justo antes de que Bakugo pudiera alcanzarla. Miró la esfera, que comenzaba a agrietarse más, y añadió: -Estuvieron tan cerca...
Dabi observaba la esfera rota, con una expresión llena de satisfacción mientras veía cómo Mr. Compress volvía a usar su quirk. Con un movimiento rápido, comprimió partes de la esfera, reforzándola con su habilidad.
-¡Eso estuvo cerca! -dijo Mr. Compress, mientras la esfera se arreglaba de nuevo.
El campo de batalla estaba colapsando bajo la presión de la lucha, y el tiempo para salvar a Izuku parecía agotarse. De repente, Mt. Lady, que había estado inconsciente debido al daño sufrido, se levantó de golpe, intentando sumarse a la pelea y ayudar en la recuperación de la esfera. Sin embargo, su esfuerzo fue en vano. Al intentar levantarse, no pudo soportar el dolor y colapsó justo en medio del caos, cayendo muy cerca de los villanos. Este movimiento los tomó por sorpresa, pero no pudieron aprovechar el momento.
-¡¿Qué diablos?! -Gritó Mr Compress.
Endeavor, que había estado inmóvil debido al shock de ver el enfrentamiento entre su hija y su hijo, reaccionó de inmediato al ver lo que estaba en juego. Sus ojos ardían con furia renovada. Con potentes llamas en sus pies, salió disparado a gran velocidad, propinando un golpe devastador a Mr. Compress, quien soltó la esfera, que volvió a caer al suelo.
Iida, aprovechando la oportunidad, activó su Recipro Burst y corrió hacia la esfera a una velocidad impresionante, siendo el primero en llegar. Justo cuando parecía que lo lograría, Toga, con su habilidad de desaparecer a voluntad, apareció detrás de Iida y lo apuñaló con su cuchillo, haciendo que la esfera cayera al suelo.
Dabi, quien estaba más cerca que nadie, sonrió al ver la esfera cerca de su alcance
-Qué mala suerte... -Dijo con una sonrisa, extendiendo su mano haciendo la esfera.
Pero justo antes de que pudiera tocarla, Shouka, con su fuego helado, lanzó una ola de hielo, congelando por completo el área alrededor de la esfera. Esto detuvo las grietas de la esfera, pero también impidió que Dabi la tocara.
Con el muro de hielo que se alzaba entre ellos y la esfera, los villanos comenzaron a golpearlo con furia. Sin embargo, el primero en llegar y agarrar la esfera fue Shigaraki, quien rompió el hielo con facilidad y la sostuvo en sus manos, su rostro iluminado con una sonrisa maliciosa.
-Eso estuvo cerca... -dijo, mirando la esfera, claramente aliviado-. Si este malnacido salía...
De repente, un movimiento inesperado rompió la tensión: Mirio, quien había estado oculto en el suelo, surgió como un espectro. Con el One For All al 100%, activado en su brazo derecho, golpeó a Shigaraki con una fuerza descomunal. El impacto rompió su brazo y envió la esfera volando por los aires, acercándose peligrosamente al límite de su resistencia.
Mirio, con ambos brazos ahora rotos, sabía que este era su último intento. Si no liberaban a Izuku ahora, todo estaría perdido.
Con una velocidad asombrosa, Bakugo voló hacia la esfera usando sus explosiones, dispuesto a acabar con la batalla de una vez por todas. Pero antes de que pudiera alcanzarla, Dabi se impulsó con sus llamas y empujó a Mr. Compress hacia la esfera. Bakugo, sin embargo, iba a llegar primero. Pero justo cuando estaba a punto de agarrarla, Shigaraki, desde el suelo, se recompuso rápidamente. Usó el arsenal de quirks de All For One y sacó una especie de filo negro y rojo que se estiraba desde sus dedos, alcanzando a Bakugo en pleno vuelo.
El filo lo atravesó por completo, deteniéndolo en el aire, mientras Mr. Compress tomaba la delantera para alcanzar la esfera. Sin embargo, justo cuando Mr. Compress estaba a punto de tocarla, Bakugo, con la última de sus fuerzas, extendió su mano hacia la esfera y lanzó una explosión gigantesca. El impacto de la explosión envió la esfera a volar lejos, sorprendiendo a todos los presentes, héroes y villanos por igual.
-¡Sal de una vez, nerd!
Antes de que Mr. Compress pudiera siquiera acercarse para intentar reforzar la esfera nuevamente, la esfera se rompió en una explosión de luces brillantes y destellos de energía. Ante la mirada atónita de todos, la luz que emergió de la esfera era cegadora.
De repente, una figura emergió, flotando en el aire, como si el mismo cielo lo hubiera decidido liberar. Era Izuku Midoriya, liberado de su prisión, rodeado de una luz dorada que parecía emanar de su propio ser. El sol brillaba sobre él como si el universo entero lo hubiera estado esperando, y un silencio profundo cayó sobre el campo de batalla.
Izuku, con una sonrisa tranquila pero llena de fuerza, miró a su alrededor y dejó escapar unas palabras, como si no hubiera pasado el tiempo, como si todo estuviera en su control nuevamente:
-Ha pasado un tiempo.
La presencia de Izuku Midoriya era imponente, su figura flotando con una calma que contrastaba con la tensión que había reinado hasta ese momento. Los héroes, con rostros de asombro, y los villanos, en silencio y desconcierto, no sabían cómo reaccionar ante la aparición del joven. Dabi y Shigaraki, sorprendidos por la repentina liberación, sintieron cómo el terreno bajo sus pies cambiaba, como si un nuevo poder estuviera a punto de desatarse.
Mientras Shouka, Endeavor y los demás héroes observaban con esperanza renovada, los villanos parecían saber que este giro en la batalla no aseguraba nada bueno para ellos.
El aire se cargaba de una tensión notable. Shigaraki, al ver a Izuku flotando en el aire, sintió una ola de miedo recorrer su cuerpo. Los ojos de Izuku, brillantes como esmeraldas, brillaban con una intensidad sobrenatural, observando a todos desde las alturas. Había algo en su mirada, algo profundamente aterrador, que hizo que incluso el líder de los villanos dudara por un momento. Shigaraki, que había sido el que más lo temió antes de su captura, sentía ahora una ansiedad que nunca había experimentado. Izuku estaba de vuelta, y ese era un pensamiento que le helaba la sangre.
Mr. Compress, que estaba a tan solo unos centímetros de alcanzar al peliverde, se preparaba para actuar con su quirk, dispuesto a sellar a Izuku una vez más, a toda costa.
-¡Me da igual si pierdo la otra mano! -dijo con determinación, mientras extendía su mano hacia Izuku, ignorando las consecuencias. ¡Lo sellaré denue-
Pero antes de que pudiera completar su frase, algo increíble ocurrió. El peliverde hizo un movimiento tan rápido que Mr. Compress ni nadie pudieron seguirle el paso. Con una precisión mortal, Izuku decapitó a Mr. Compress.
El cuerpo de Mr. Compress cayó al suelo, su cabeza separada de su torso, mientras Izuku permanecía allí, con sus brillantes ojos fijos en Shigaraki, su voz resonando en el aire con una calma aterradora.
-No dejaré que vuelva a pasar. -dijo, sin ningún remordimiento, mientras sus ojos seguían clavados en el líder de los villanos.
El impacto de sus palabras y la feroz ejecución del movimiento hizo que todos, héroes y villanos, quedaran petrificados por un segundo. La figura de Izuku Midoriya, tan imponente y serena, era ahora el faro de esperanza para los unos y la peor pesadilla para los otros. Shigaraki, temblando de miedo, dio un paso atrás, mientras que Dabi observaba, furioso pero también sintiendo el peso de la situación.
Izuku desapareció de su posición con una rapidez que desbordó la percepción de todos los presentes. En un parpadeo, apareció detrás de Shigaraki, quien, sintiendo una presión en su espalda, dio un brinco hacia adelante, mirando aterrorizado hacia atrás.
-¡Maldición! ¡Maldición! -gritó Shigaraki, sintiendo el miedo recorrer su cuerpo al encontrarse cara a cara con el que había sido su mayor enemigo.
Con un movimiento lento y calculado, Izuku giró su cabeza, su sonrisa burlona nunca abandonando su rostro mientras lo observaba directamente a los ojos.
-Ha pasado un tiempo desde que no nos vemos, parece que ahora tienes el All For One, ¿no es así? -dijo, su voz resonando con una calma aterradora. Su tono parecía juguetón, pero los brillantes ojos verdes de Izuku transmitían una feroz determinación que helaba la sangre.
En ese momento, Shigaraki se agachó rápidamente, sus manos extendiéndose hacia el suelo con la intención de usar el quirk de deterioro para destruir todo a su alrededor, como lo había hecho en la ciudad. Sabía que si lo lograba, arrasaría con todo, héroes y villanos por igual.
-¡No dejes que toque el suelo, Midoriya! ¡O todos vamos a morir! -gritó Endeavor, con una advertencia desesperada en su voz, al reconocer la devastadora habilidad de Shigaraki.
Pero Izuku, con una frialdad aterradora, no permitió que esto sucediera. Antes de que Shigaraki pudiera tocar el suelo, una esfera de color azul surgió arriba de Shigaraki y, con una fuerza impresionante, las manos de Shigaraki fueron atraídas hacia arriba. El "Azul" de Izuku, la técnica que atraía todo hacía si misma.
-Azul... -dijo Izuku en un tono serio, su mirada fija en Shigaraki, quien luchaba por liberarse de la fuerza de atracción. -¿Qué pasa? ¿No vas a tocar el suelo? -añadió con una sonrisa que mostraba su absoluto control sobre la situación.
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