Capítulo 65
Izuku se despertó solo en su habitación, bastante animado. Faltaban tres meses para terminar el primer año en la U.A., y la idea le sacaba una pequeña sonrisa. Revisó su celular y, al ver la hora, notó que estaba llegando tarde. Sin preocuparse mucho, se dio una ducha rápida, se puso el uniforme de la U.A. y se dirigió al salón de la clase 1-A.
Al abrir la puerta, se encontró con todos ya sentados, mientras Iida y Momo estaban al frente, hablando con el grupo. Apenas entró, algunos de sus compañeros lo saludaron con entusiasmo.
-¡Feliz año nuevo, Midoriya! -le dijeron.
Izuku les devolvió el saludo con una sonrisa y fue a su pupitre. Iida aprovechó para alzar la voz y dar su mensaje a todos:
-¡Feliz año nuevo! -dijo con energía.
Momo asintió y también agregó, con una sonrisa:
-¡Esperemos que sea un gran año para todos nosotros!
Izuku notaba que el ambiente estaba lleno de emoción, ya que habían sobrevivido a un primer año lleno de experiencias y desafíos. Iida tomó un papel y lo leyó en voz alta:
-Bueno, hoy empezaremos con una práctica especial. ¡Vamos al Campo Gama! -anunció, en su tono de siempre.
-Vayan a cambiarse y pónganse sus trajes de héroes -agregó Momo, motivada.
Al escuchar esto, todos comenzaron a levantarse, listos para ir a los vestuarios y cambiarse. Mientras Izuku se unía al grupo, se dio cuenta de que alguien faltaba.
-Hey, ¿y el profesor Aizawa? -preguntó, mirando alrededor.
-Tuvo algunos "inconvenientes" -respondió Bakugo- Está con ese profesor ruidoso.. Present Mic.
-¿Inconvenientes? -Izuku repitió, algo confundido.
Pero sin mucho más que hacer, decidió seguir adelante junto a sus compañeros. Con una pequeña sonrisa, pensó que después de todo, esperaba que lo último que le quedaría de primer año fuera interesante, y vaya que lo sería.
Vestidor-
En el vestidor de los hombres, los estudiantes de la clase 1-A se preparaban, cambiándose a sus trajes de héroes mientras charlaban animadamente sobre sus pasantías. Izuku se encontraba frente al espejo, ajustando las vendas negras alrededor de sus ojos, concentrado en asegurarse de que estuvieran bien puestas.
-Manual es un héroe increíble -comentó Iida, poniéndose sus guantes con su característico entusiasmo-. Me enseñó mucho sobre el control y la calma en las situaciones de rescate. Realmente sabe cómo adaptarse en medio de la acción.
Algunos de los chicos asintieron, compartiendo experiencias similares con sus respectivos mentores. Kirishima, cambiándose a su traje, intervino.
-Suena genial, Iida. Yo estuve con Fat Gum, ¡y todo fue muy varonil! aunque, claro, mucha comida estaba involucrada. Pero aprendí bastante.
Iida, escuchando con atención, se giró hacia Izuku y Bakugo, que estaban cerca.
-Oigan, ustedes dos hicieron su pasantía con Endeavor, ¿no? -preguntó, intrigado-. Es increíble que Midoriya terminará enfrentándose al líder de Humarise, pero imagino que toda la experiencia debió ser dura. Endeavor no es alguien que deje las cosas fáciles.
Izuku, terminando de acomodar sus vendas, asintió levemente.
-Fue... bastante interesante. -comentó, recordando todo lo que había pasado durante la misión.
Bakugo soltó un resoplido, cruzando los brazos mientras se apoyaba en la pared.
-Ese viejo es exigente, eso sí. No da ni un respiro, pero eso es lo que se necesita si quieres mejorar. Además, alguien tiene que poner en su lugar a esos villanos de verdad -añadió con su típica actitud egocéntrica.
Campo Gama-
La clase 1-A avanzaba por los caminos lleno de rocas del Campo Gama, con cada uno de los estudiantes ya en su traje de héroe, listos para una nueva sesión de entrenamiento. Izuku y Shouka caminaban al final del grupo, tomados de la mano, conversando en voz baja y compartiendo sonrisas discretas mientras disfrutaban del momento. Uraraka, que iba un poco más adelante, miraba de reojo sus manos entrelazadas. Aunque intentaba convencerse de que no le afectaba, algo en su pecho le hacía sentir lo contrario.
Más adelante, Bakugo frunció el ceño al ver una figura conocida esperándolos: era Ectoplasm, quien los observaba con sus múltiples clones apareciendo alrededor de él.
-Ya veo... así que tú darás el entrenamiento de héroes hoy -dijo Bakugo, en voz alta, mientras el resto de los estudiantes se detenía.
Izuku, al escuchar esto, miró a Ectoplasm, pensativo. Desde la muerte de All Might, había sido Aizawa quien se encargaba de sus clases de heroísmo y entrenamiento; rara vez faltaba, y, cuando lo hacía, generalmente había un motivo serio detrás.
-Es raro que el profesor Aizawa no esté aquí... -murmuró Izuku, pensativo, mirando la escena. Pensó en los recientes acontecimientos, las amenazas crecientes y los villanos cada vez más organizados-. ¿Qué estará sucediendo ahí afuera para que él y Present Mic tengan que ocuparse?
Después de una hora de entrenamiento intenso en el Campo Gama, los estudiantes de la clase 1-A apenas podían respirar. Ectoplasm había planteado una serie de ejercicios que desafiaban sus habilidades físicas y mentales: esquivar ataques de sus múltiples clones, lidiar con trampas dispersas y asistir a compañeros caídos en simulacros de rescate. Cada ejercicio era exigente y hacía que los estudiantes trabajaran en equipo, pero también que usaran sus quirks con precisión.
Izuku, con sus Seis Ojos bajo las vendas negras le resultaba fácil, analizaba cada movimiento y ayuda a sus compañeros a evadir los ataques sorpresivos de Ectoplasm. Su control era impecable, y aunque los ejercicios eran demandantes, mantenía una serenidad que inspiraba a sus compañeros. Bakugo, a su lado, lo miraba con una mezcla de desafío y respeto, lanzando explosiones precisas mientras murmuraba cosas como "¡Te aplastaré, nerd!". Izuku, acostumbrado a sus palabras, solo le respondía con una leve sonrisa, manteniendo su concentración.
En medio del entrenamiento, una notificación resonó por los altavoces del campo, interrumpiendo la clase. La voz de Nezu se escuchó clara y firme.
-Midoriya Izuku, por favor, dirígete a mi oficina de inmediato. Es una situación urgente, y puede que no regreses a las clases de hoy.
Izuku suspiró, resignado. No era común que lo llamaran de forma tan repentina, pero el tono en la voz de Nezu le indicaba que no había tiempo que perder.
-Será mejor que no lo hagas esperar -dijo Bakugo con una sonrisa de medio lado-. ¡No te retrases, nerd!
El peliverde simplemente sonrió, mientras miraba a su amigo.
-Sí, veré que tan urgente es la situación... ¡Nos vemos!
Izuku se acercó a Shouka, sosteniendo su mano entre las suyas mientras los demás los miraban, algunos con sorpresa y otros con sonrisas cómplices. Él le dedicó una mirada cálida y sincera antes de hablar.
-Parece que hay una emergencia... así que creo que me perderé el resto del entrenamiento -dijo
Shouka le apretó la mano suavemente y asintió con una sonrisa tranquila.
-Ve y escucha lo que tiene que decir Nezu. Yo estaré esperándote -le aseguró, mirándolo con esa confianza tranquila que siempre le transmitía.
Izuku le dio una sonrisa y, antes de separarse, le dio un beso suave en los labios. Algunos de sus compañeros soltaron murmullos de sorpresa, pero Izuku, por primera vez, no se preocupó por eso. Para él, la despedida con Shouka era algo natural, algo que no tenía que ocultar ni disimular.
-Nos vemos luego, Shouka. te contaré todo cuando termine -le dijo, sonriendo con un brillo confiado en sus ojos verdes.
Ella asintió, sin dejar de sonreír.
-Te estaré esperando, Izuku. ¡Buena suerte!
Con esa despedida, Izuku le soltó la mano, dándole una última mirada antes de girarse y caminar hacia la salida del Campo Gama en dirección a la oficina de Nezu.
Base de la Liga de Villanos-
En una base oscura y sombría, el Dr. Garaki observaba detenidamente las múltiples pantallas de seguridad ante él, iluminado únicamente por una tenue luz morada que le daba al lugar un ambiente siniestro. Cada pantalla mostraba distintos ángulos de un concurrido centro comercial, donde los gritos y el sonido de destrucción retumbaban por cada rincón. Varias criaturas aterradoras, nomus de diferentes tamaños y habilidades, recorrían los pasillos del lugar, dejando un rastro de destrucción tras ellos. Los villanos de la Liga se movían estratégicamente, sembrando el pánico y arrasando con cualquier resistencia que intentara oponerse.
En el exterior de la ciudad, los ataques orquestados por la Liga mantenían a muchas agencias y héroes ocupados. Explosiones, incendios y el ruido constante de los enfrentamientos mantenían a los héroes cercanos incapaces de abandonar sus zonas para apoyar en el centro comercial. Los refuerzos, sobrecargados de trabajo, eran escasos, y el plan de la Liga estaba funcionando exactamente como Garaki había previsto: los héroes clave de la ciudad se veían atrapados en una guerra en múltiples frentes.
De pronto, la voz profunda y ominosa de All For One resonó desde el comunicador.
-¿Es hoy el día, verdad?
Garaki giró apenas hacia el dispositivo, y su sonrisa se ensanchó.
-Sí, hoy es el día en que Izuku Midoriya será sellado, y caerá en nuestra trampa -respondió, sus palabras impregnadas de satisfacción.
-Cuéntame el plan en detalle -pidió All For One, su tono impaciente pero expectante.
-Lo he estado planificando desde que ese chico te superó en Kamino -explicó Garaki, volviendo su mirada a las pantallas-. Toda la Liga de Villanos se ha movilizado. Los nomus están preparados, los puntos de escape listos, y nuestras distracciones en su lugar. Solo necesitamos una cosa: que Izuku Midoriya pierda el control y expanda su dominio en un área abarrotada de personas.
La risa baja de All For One se escuchó en el comunicador, cargada de un siniestro entusiasmo.
-Así que, ¿simplemente debemos empujarlo hasta su límite... y después de eso, sucederá... Excelente, doctor.
-Así es, maestro. Solo es cuestión de tiempo. -añadió Garaki, saboreando cada palabra.
Oficina de Nezu-
Izuku entró en la oficina de Nezu con una expresión confiada, ajustando su traje de héroe mientras lanzaba una sonrisa. Pero apenas puso un pie dentro, notó la tensión en el ambiente. La expresión del director era de preocupación, lo que rápidamente captó su atención.
-¿Sucede algo, director Nezu? -preguntó Izuku, tratando de entender la razón de la reunión urgente.
Nezu no tardó en responder, señalando hacia una gran pantalla en la pared, que mostraba imágenes en tiempo real de la ciudad. En el monitor, varios héroes combatían con esfuerzo a lo largo de distintos sectores, enfrentándose a lo que parecían ser nomus en varios puntos estratégicos. Los héroes estaban logrando mantenerlos a raya, y parecía que la situación no tardaría en estabilizarse.
-Como puedes ver, hay múltiples ataques de nomus en distintos puntos de la ciudad -explicó Nezu, con un tono sereno pero muy serio-. Pero estos ataques son algo... inusuales.
Izuku frunció el ceño, observando las escenas con atención. Al ver que los héroes iban teniendo éxito en mantener la situación controlada, no entendía por qué lo habían llamado a él. Era raro que Nezu lo contactara con una urgencia tan específica si todo parecía bajo control.
-Entonces, ¿qué sucede? Parece que los héroes están manejando la situación bastante bien... -dijo, mirando al director con genuina curiosidad y un toque de preocupación.
Nezu asintió, cruzando las manos sobre el escritorio.
-Eso es exactamente lo que me preocupa. Este ataque parece tener el objetivo de distraer. No hay suficientes nomus como para poner en verdadero peligro a la ciudad, pero sí los suficientes para mantener ocupadas a las agencias más importantes y a los héroes cercanos.
Izuku lo miró, comprendiendo lentamente el punto de Nezu.
-Entonces, ¿cuál puede ser el objetivo de estos ataques? -preguntó, tratando de comprender el verdadero propósito detrás de todo esto.
Nezu suspiró y tocó un botón en el control de la gran pantalla. La imagen cambió, revelando un centro comercial, rodeado por decenas de nomus y villanos, bloqueando la entrada y salida. La situación era tensa, y los héroes no podían acceder a la zona debido a la cantidad de enemigos que se agrupaban en las afueras.
-Quiero que veas esto, Midoriya -dijo Nezu, en un tono bajo pero firme-. Recibimos este video hace unos minutos, y apenas lo vi, supe que tenía que llamarte... Parece que lograron hackear el sistema de la U.A. para transmitirlo y guardarlo en nuestros archivos. Mira con atención.
Nezu reprodujo el video en la pantalla. De inmediato, la imagen de un lugar oscuro y distorsionado apareció. Se escuchó la voz de All For One, profunda y burlona, resonando a través del silencio de la sala.
-¡Izuku Midoriya! -la voz de All For One era inconfundible, y la sonrisa en su tono era aterradora-. ¿Cuánto tiempo... me extrañaste?
Un escalofrío recorrió la columna de Izuku, pero su rostro permaneció serio mientras observaba con atención.
All For One se echó a reír en el video y luego continuó:
-Te necesitamos solo a ti en el centro comercial. Si no apareces... -su tono se volvió aún más oscuro- toda la gente que tenemos cautiva aquí dentro morirá. Hay muchas personas, ¿sabes? Tal vez incluso algunas caras conocidas...
La transmisión terminó, y la pantalla volvió al mapa de la ciudad. Izuku sintió cómo cada palabra de All For One resonaba en su mente. Finalmente, lo entendió.
-El objetivo soy yo, ¿verdad? -dijo, sin apartar la mirada de la pantalla.
Nezu asintió, con una expresión seria.
-Exactamente, Midoriya. Saben lo que eres capaz de hacer y quieren que salgas de la U.A. a enfrentarlos en sus propios términos. No podemos asegurar que sea seguro para ti o para los civiles en esa área. Si sales, podrías estar en peligro... y ellos parecen tener un plan específico preparado.
Izuku inspiró profundo, procesando toda la situación. Después, miró a Nezu con una sonrisa.
-Voy a ir al centro comercial. No puedo quedarme aquí mientras esos tipos que he estado buscando tanto están en ese lugar.
Nezu frunció el ceño, visiblemente preocupado
-Midoriya, entiendo tus motivaciones, pero ellos no te pondrían esta trampa sin una razón. Sabemos que eres muy fuerte... el más fuerte, pero debemos considerar que tienen algún plan pensado para ti.
-Lo sé, Director. Pero también sé que no podrán hacer nada contra mi. Confíe en mí.
Antes de que Nezu pudiera decir algo más, Izuku salió de la oficina con paso decidido. Apenas cruzó la puerta, se teletransportó directamente al sitio de la batalla.
Centro comercial-
Cuando Izuku llegó al centro comercial, la escena frente a él era un caos absoluto. Gente corría en todas direcciones, algunos buscando refugio detrás de los mostradores y otros, atrapados sin saber a dónde ir. Los gritos de pánico y el sonido de los villanos destruyendo tiendas resonaban en cada rincón.
Izuku observó todo con una mirada calculadora, usando sus Seis Ojos a través de sus vendas para analizar rápidamente el lugar y detectar las amenazas. Villanos y nomus se encontraban por todos lados, pero su atención se centró en uno de los villanos que mantenía a varios civiles arrodillados, apuntándoles con una especie de arma improvisada. Sin perder tiempo, Izuku saltó a la multitud. Gracias a su Infinito, sus pies ni siquiera tocaban a las personas; simplemente iba avanzando de cabeza en cabeza sin causarles daño alguno.
En cuestión de segundos, llegó justo detrás del villano. Sin darle oportunidad de reaccionar, Izuku lo golpeó con una fuerza brutal, un puñetazo directo en la espalda que resonó con un crujido estremecedor. El villano cayó al suelo, fuera de combate y con la columna fracturada, incapaz de moverse. Izuku se mantuvo firme, listo para enfrentar al siguiente obstáculo, mientras los rehenes miraban asombrados al héroe que acababa de salvarlos.
Izuku se dirigió a los rehenes con voz clara y firme:
-Busquen refugio y eviten a toda costa enfrentarse con los villanos... Yo me encargaré del resto.
Sin más, el joven héroe se adentró en el caos, alejándose de los civiles. Su velocidad y precisión eran impresionantes; cada villano que se encontraba era derrotado rápidamente, y, en cada esquina, lograba salvar a alguien más de quedar atrapado o herido. Sin descanso, iba de un lado a otro, manteniendo el control absoluto del campo de batalla mientras los civiles lograban escapar a zonas más seguras.
Entre los villanos, uno de ellos llevó la mano a un pequeño intercomunicador en su oído, murmurando entre dientes:
-Izuku Midoriya está aquí... tal y como usted lo planeó.
Desde el otro lado, la voz rasposa y calculadora del Dr. Garaki respondió con una sonrisa perceptible en su tono:
-Perfecto. Es hora de ejecutar el plan.
El villano asintió, y en ese instante, un grupo de nomus especialmente grandes y con rasgos nunca antes vistos comenzaron a abrirse paso entre las tiendas y las paredes, rodeando a Izuku poco a poco.
Izuku observó en silencio mientras los nomus, en vez de enfocarse en él, cambiaban de dirección hacia la multitud de civiles que intentaban escapar desesperadamente. Apretó los puños, comprendiendo el juego macabro que habían ideado los villanos: no bastaba con enfrentar a nomus; el verdadero objetivo era poner a prueba su resistencia y su espíritu, obligándolo a elegir entre proteger a los civiles o centrarse en la amenaza directa.
-¿Es en serio? -murmuró con una mezcla de frustración y determinación-. No basta con luchar... quieren que sea imposible.
Con una mirada fría, Izuku se teletransportó detrás de un nomu que estaba a punto de atrapar a un grupo de personas y, usando el Azul en su puño, lo destrozó en un solo golpe. Sin embargo, la escena apenas le dio un segundo de respiro. En cuanto destruyó al nomu, giró la vista y vio que otros dos se lanzaban sobre civiles que huían en dirección opuesta. Sin pensarlo, apareció junto a ellos y decapitó a ambos monstruos, pero no pudo evitar que la sangre del último bañara a los civiles cercanos.
-¡Lo siento! -dijo, apenas con tiempo para mirarlos antes de teletransportarse una vez más hacia otro nomu que estaba atacando.
Uno tras otro, Izuku derribaba a los nomus, cada golpe y cada teletransportación llenando el centro comercial de una brutal mezcla de esperanza y caos. Cada vez que lograba salvar a alguien, una nueva amenaza aparecía a metros de distancia. Entre más nomus aparecían el peliverde empezaba a cuestionarse una cosa...
-"¿Puedo salvarlos a todos?"
Izuku comenzó a moverse más rápido, teletransportándose entre las amenazas y destrozando a cada nomu, pero la cantidad de personas y el número de monstruos lo superaban. Cada vez que se deshacía de uno, parecía que tres más tomaban su lugar, atacando en otras partes del centro comercial. Observó a su alrededor: algunos civiles aún corrían sin rumbo, otros estaban atrapados y gritando por ayuda, mientras él intentaba proteger cada rincón de ese espacio. La realidad lo golpeó como un puño:
-"No estoy seguro de que pueda salvarlos a todos..."
Mientras tanto, en una oscura sala repleta de monitores, el Dr. Garaki observaba la masacre en curso con una sonrisa perversa. Sus ojos brillaban con una mezcla de fascinación y desdén mientras veía a Izuku salvar a los civiles uno por uno.
-Así es... -murmuró, deleitándose en cada instante de desesperación del joven héroe-. Llévenlo al límite. Que cada golpe y cada decisión le desgarren el espíritu. Hazle entender que, por mucho que se esfuerce, no podrá salvarlos a todos.
La risa de Garaki llenó el cuarto oscuro mientras veía a Izuku luchar incansablemente, consciente de que, sin importar su poder, la desesperación y la cantidad de vidas en juego harían que cada segundo fuera una tortura.
Izuku, con la vista enfocada y la adrenalina corriendo en sus venas, decapitó a un nomu de un solo golpe y de inmediato se teletransportó para hacer lo mismo con otro. Sin embargo, en cuanto levantó la cabeza, su corazón se paralizó: en lados opuestos de la escena, dos nomus estaban a punto de aplastar a civiles indefensos. Uno de ellos era una madre, abrazando a su hija y rogando que alguien la salvara, mientras que el otro era un anciano que trataba, inútilmente, de defenderse con las manos temblorosas.
Izuku apretó los dientes. No había tiempo para salvar a ambos.
Con un susurro apenas audible, se teletransportó hacia la madre y su hija, apareciendo justo a tiempo para destruir al nomu que estaba a punto de atacarlas. El golpe fue tan fuerte que el nomu se desintegró al instante, pero el alivio se disipó cuando escuchó el sonido desgarrador detrás de él. Al voltear, el segundo nomu había alcanzado al anciano y, sin piedad, lo aplastó de un solo golpe. El cuerpo cayó al suelo, inmóvil.
Izuku sintió una mezcla de impotencia y rabia consumirlo. Se teletransportó detrás del segundo nomu y lo decapitó con brutalidad, sus manos temblando de ira. Miró al suelo, el pecho oprimido.
-Lo siento... -murmuró con voz quebrada-. No pude salvarte...
Pero no podía detenerse. Miró al resto de los nomus que aún causaban caos en el centro comercial, y, apretando los puños, se prometió que no permitiría que nadie más muriera.
-Perdón por no ser capaz de salvarlos... -dijo, con una firmeza-. Pero para honrar sus memorias acabaré con esto.
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