Capítulo 62
En una oscura y lúgubre sala de la base de la Liga de Villanos, Hawks estaba sentado junto a los líderes de la organización. All For One y Shigaraki no estaban presentes, pero Re-Destro, Twice, Toga, Dabi y otros miembros clave observaban la reunión con atención. Re-Destro, con una postura firme, lo miró fijamente antes de hablar.
-Has captado bien el resumen de las ideas de Destro y todo lo que representa -dijo Re-Destro con un tono solemne, evaluando a Hawks.
Hawks sonrió, como si nada lo afectara.
-Les agradezco la confianza -respondió, inclinando levemente la cabeza en señal de respeto. Se levantó y, mientras se dirigía a la salida, dejó discretamente algunas de sus plumas en el marco de la puerta, asegurándose de que pudieran captar cada palabra una vez que la reunión continuara sin él.
Cuando la puerta se cerró tras él, Re-Destro cambió de inmediato su expresión relajada a una mucho más seria. Se dirigió al resto de los villanos reunidos.
-Tenemos que hablar sobre cómo capturar a Izuku Midoriya -declaró Re-Destro, con una gravedad en su voz que acaparó la atención de todos-. Ese chico es una amenaza potencial para los planes de Shigaraki, especialmente cuando en cuatro meses se espera que él destruya todo.
Twice, con su habitual energía errática, intervino rápidamente.
-¡¿Pero cómo vamos a detenerlo?! ¿Has visto lo que ese chico puede hacer? ¡Tiene un poder increíble! ¿Vamos a lanzarle todo lo que tenemos o qué?
Re-Destro asintió lentamente, su semblante pensativo.
-No lo sé. No tenemos un plan concreto aún, pero tenemos que esperar las indicaciones de los superiores. Todo depende de lo que All For One y Shigaraki decidan.
Mientras tanto, Hawks caminaba tranquilamente por los pasillos oscuros de la base, pero su mente estaba en otra parte. A través de las plumas que había dejado atrás, escuchaba cada palabra de la conversación.
-¿Cómo piensan capturar a Midoriya? -se preguntaba mientras avanzaba-. ¿Es siquiera posible?
Las palabras de Re-Destro resonaban en su cabeza. Sabía que el joven Midoriya era demasiado poderoso, incluso sabía que si todos los villanos iban contra él, seguramente el peliverde iba a ser el ganador.
Residencia Todoroki-
Después de la cena en la residencia Todoroki, Izuku y Bakugo recogieron los platos, llevándolos a donde Endeavor los estaba limpiando. Izuku, con una actitud calmada, preguntó:
-¿Dónde dejamos los platos?
Endeavor, sin voltear completamente, señaló un lugar cerca de la cocina.
-Déjenlos ahí.
Tras dejarlos, Bakugo e Izuku regresaron a la sala, donde Fuyumi y Shouka estaban teniendo una conversación privada.
-Me sabe mal que los invitados nos ayuden a recoger los platos -dijo Fuyumi, mirando a Shouka con una ligera sonrisa, intentando aliviar la incomodidad-. Pero... Shouka, ¿qué opinas de papá?
La pregunta cayó con un peso notable en la habitación. Shouka se quedó en silencio unos instantes, llevando su mano izquierda a la quemadura de su rostro.
-Considero que esta quemadura la hizo él -dijo con frialdad, pero con una carga emocional latente-. Mamá aguantó... mucho. No puedo perdonarlo por lo que le hizo a mamá. Pero ella está intentando superarlo. Sinceramente no sé qué hacer.
Fuyumi, con una expresión triste, escuchaba en silencio, comprendiendo el conflicto de su hermana. En ese momento, la puerta se abrió y Bakugo, junto con Izuku, entraron.
-¡No nos invites para ver escenas dramáticas! ¡Aún hay platos sucios! -gritó Bakugo, en su habitual tono brusco, mientras se acercaba a recoger los platos restantes.
Fuyumi, con una risa nerviosa, se cubrió la boca.
-¡Oh, lo siento mucho!
Izuku sonrió con amabilidad.
-No te preocupes. Shouka ya nos contó todo. Aunque Bakugo simplemente lo escuchó en el festival deportivo -dijo con sinceridad, sorprendiendo a Shouka-. Lo siento por no decirte en el Festival que él estaba escuchando... pero no éramos muy cercanos en ese entonces, y realmente no me importaba tu familia en ese momento.
Izuku ajustó ligeramente sus lentes oscuros, consciente de que, gracias a sus Seis Ojos, podía ver la presencia tanto de Natsuo como de Endeavor, quienes escuchaban la conversación desde diferentes extremos de la casa. Aun así, decidió continuar.
-Querida... -dijo Izuku, dirigiéndose a Shouka con suavidad-. Realmente siento que te estás preparando para perdonar a tu padre. Eres una persona muy buena, realmente. No eres como yo.
Sus palabras resonaron en la sala, mientras Natsuo, escuchando desde lejos, miraba al suelo pensativo. En otro rincón de la casa, Endeavor, que iba a entrar con el postre, se detuvo. Al escuchar la conversación, decidió no intervenir, dejando que las emociones y las palabras de Izuku y Shouka siguieran su curso.
Endeavor se dirigió en silencio a una habitación privada en lo profundo de la residencia Todoroki. El aire en la habitación era pesado, y apenas entró, encendió unos sahumerios que esparcieron un aroma suave y calmante por el lugar.
Frente a él, sobre un pequeño altar, estaba la foto de su hijo, Touya. Las llamas de las velas alumbraban suavemente, proyectando sombras sobre la imagen de un joven que alguna vez había sido parte de su vida.
Endeavor se arrodilló lentamente frente al altar, sus manos apoyadas en sus muslos, su mirada fija en la imagen de su hijo perdido. Permaneció en silencio por unos momentos, como si las palabras se resistieran a salir.
Finalmente, dejó escapar un suspiro profundo y empezó a pensar en voz baja.
-Hace mucho tiempo que tengo el mismo sueño... -murmuró-. A mi esposa y mis hijos, felices, sentados juntos en la mesa. Sin odio, sin resentimientos. Solo paz...
Su voz se quebró un poco, y su mirada se endureció mientras recordaba el doloroso pasado. Lentamente, su vista volvió a la foto de Touya, y por un momento, deseó que todo hubiera sido diferente.
-Ojalá tú también pudieras estar ahí... Touya.
El peso de la culpa y el arrepentimiento lo envolvía, como un fuego interno que no podía apagar. Touya, su hijo, era la mayor prueba de sus errores. Aunque había comenzado a reparar sus lazos con su familia, ese vacío, ese lugar en la mesa que pertenecía a Touya, siempre estaría ausente.
Afuera de la residencia Todoroki-
Natsuo, aún afectado por las palabras de Izuku, decidió salir de la casa en busca de aire fresco. Las emociones se agolpaban en su interior, y necesitaba tiempo para reflexionar sobre lo que acababa de escuchar. Las palabras de Shouka, sobre cómo se preparaba para perdonar a su padre, resonaban en su mente. No podía entender cómo ella era capaz de considerar el perdón, algo que él mismo aún no lograba.
Caminó lentamente hasta el jardín, observando las luces de la ciudad en la distancia. Sus pensamientos giraban en torno a la figura de su padre, a los años de abuso emocional que habían marcado a su familia. Se cruzó de brazos, con la mirada fija en el suelo, perdido en sus recuerdos. El viento nocturno soplaba suavemente, pero no traía consigo la paz que buscaba.
-¿Perdonar...? -susurró Natsuo, su voz cargada de duda.
Pero, sin que él lo supiera, detrás de un paredón cercano, alguien lo observaba. El hombre, con una sonrisa torcida, se ocultaba entre las sombras, sus ojos fijos en Natsuo. Era un villano que había sido encarcelado por Endeavor hace siete años, y desde entonces, se había obsesionado con la idea de que el héroe que lo había detenido terminara con su vida. Su cuerpo temblaba de anticipación, como un depredador acechando a su presa.
-Esta vez no falles... -murmuró para sí mismo, sus palabras cargadas de una oscura promesa.
Con una mano temblorosa, sacó una jeringa de su bolsillo, llena de un líquido rojo intenso: Trigger, la droga que amplificaba los quirks más allá de sus límites. Sin dudarlo, se inyectó la sustancia en su cuello, y sus ojos se abrieron de par en par mientras el poder fluía a través de su cuerpo. La sonrisa en su rostro se amplió, transformándose en una expresión de pura locura.
Natsuo, sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta de la sombra que se acercaba por detrás.
Residencia Todoroki-
Dentro de la residencia Todoroki, Izuku, Shouka, Bakugo, y Fuyumi habían terminado de recoger los últimos platos. Mientras todos ayudaban, la conversación ligera y las sonrisas de Fuyumi aliviaban un poco la tensión que se había acumulado durante la cena. Justo cuando Bakugo dejó el último plato en la cocina, Endeavor apareció por la puerta, con su presencia dominante.
-Es hora de volver a la academia -anunció Endeavor con su habitual tono serio.
Los cinco se dirigieron hacia la salida de la residencia. Izuku, como siempre, se despidió amablemente de Fuyumi.
-Gracias por la cena, Todoroki. Estuvo deliciosa. Cuídate -dijo con una cálida sonrisa, recibiendo un ligero asentimiento y sonrisa por parte de Fuyumi.
Fuyumi, con una mezcla de alivio y agradecimiento en el rostro, aprovechó la calma del momento para dirigirle unas palabras a Izuku.
-Midoriya... -dijo, con un tono suave pero sincero-. Quiero agradecerte por comprometerte con Shouka y por lo que has hecho. Sé que la has salvado en más de una ocasión.
Izuku, quien estaba pensativo, desvió la mirada hacia Fuyumi, sorprendido por sus palabras. Por un momento, no supo qué decir, quedándose en silencio mientras pensaba en todo lo que había pasado con Shouka y cómo sus vidas habían cambiado.
Después de unos segundos, sonrió con una expresión humilde, bajando ligeramente la mirada.
-Al contrario, Todoroki... -dijo, con un tono tranquilo pero lleno de honestidad-. Ella me salvó, junto a otras personas. -Levantó la vista para mirarla, su sonrisa suave reflejaba gratitud.
Shouka, a su lado, escuchaba la conversación en silencio. Aunque su actitud seguía siendo fría, era evidente que las palabras de Izuku la habían tocado de alguna manera.
-Cuídate también, Midoriya. Y cuídense ustedes también -dijo Fuyumi, despidiéndose de Shouka y Bakugo.
El grupo subió al auto de Endeavor, con el aire algo relajado. Mientras se acomodaban, Izuku se acordó de que aún tenía tareas pendientes.
-Shouka, ¿quieres hacer la tarea de inglés conmigo cuando lleguemos a la academia? -le preguntó, volteando la cabeza ligeramente hacia ella.
Shouka, con su habitual actitud fría pero afectuosa, le respondió sin pensarlo demasiado.
-Claro, Izuku. -Aunque su tono fue distante, había una leve sonrisa en sus labios.
Sin embargo, la escena no fue del agrado de Bakugo, quien estaba sentado incómodamente al lado de la pareja. Irritado por la cercanía de los dos, explotó.
-¡¿El héroe número 1 no puede tener un auto más grande? Maldita sea! -gritó molesto, moviéndose en su asiento, tratando de ganar espacio.
De repente, el conductor del auto, que hasta entonces había permanecido en silencio, se giró bruscamente con una mirada furiosa en su rostro.
-¡Cállate, mocoso! ¡¿Quién te crees que eres para gritarle a tu jefe?! -rugió, sorprendiendo a los tres estudiantes con su agresividad.
Bakugo, impactado por la reacción, frunció el ceño mientras Izuku y Shouka intercambiaban miradas sorprendidas.
El conductor, aún claramente molesto, lanzó otra pregunta mientras mantenía el control del auto.
-¡Endeavor! ¿Hace cuánto trabajas con estos mocosos? -preguntó, con un tono de incredulidad.
Endeavor, serio y tranquilo, respondió sin inmutarse.
-Es por las pasantías -dijo de manera directa.
El conductor, todavía algo exaltado, dejó escapar una risa corta.
-¡Aunque seas el número 1, no puedes librarte de esas cosas! -exclamó, soltando una carcajada que resonó en el auto.
Pero la calma se desvaneció repentinamente cuando algo extraño ocurrió. En una fracción de segundo, el auto se desvió bruscamente hacia un lado, casi chocando. Natsuo, envuelto en lo que parecían tentáculos de papel, cruzó en su camino, siendo controlado por el villano que estaba atacándolo. El conductor, con una rápida maniobra, logró esquivar el impacto, pero la situación se tornó tensa.
Shouka, al ver a su hermano en peligro, no pudo evitar gritar.
-¡Natsuo! -exclamó con preocupación evidente en su voz.
En ese instante, Endeavor no perdió tiempo. Sin pensarlo dos veces, rompió el vidrio del auto con un solo movimiento de su puño, y su cuerpo fue envuelto en llamas mientras salía volando directamente hacia el villano que controlaba a Natsuo.
-¡Déjalo! -rugió Endeavor, con su rostro encendido de furia y fuego.
El villano, al ver al héroe número 1 volando hacia él, sonrió mientras apretaba los tentáculos de papel aún más alrededor de Natsuo, desafiando la furia de Endeavor.
Endeavor se paró firme en medio de la carretera, el calor de sus llamas se intensificaba mientras miraba al villano frente a él. El aire estaba cargado de tensión, y las llamas que envolvían su cuerpo reflejaban su seriedad. Frente a él, el villano conocido como "Ending" se abrazaba a sí mismo, como si se deleitara en el encuentro.
-Endeavor... -dijo Ending con una sonrisa perturbadora-. ¿Recuerdas quién soy? -Su voz estaba llena de emoción, casi como si fuera un niño esperando aprobación.
Endeavor lo miró fijamente, su rostro permaneció impasible, pero su mente retrocedió a aquel violento incidente de hace siete años.
-Te detuve hace siete años, en un incidente violento. Tu nombre era...
Antes de que pudiera terminar, el villano lo interrumpió con una risa eufórica.
-¡Sí! ¡Sí, así es! ¡Es increíble que te acuerdes! -exclamó con una sonrisa delirante-. ¡Soy yo... Ending!
El rostro de Endeavor se volvió aún más severo. Había enfrentado a muchos villanos, pero pocos como este, cuya obsesión parecía haber crecido con el tiempo.
-Lo repetiré de nuevo... -dijo Endeavor, su voz profunda y autoritaria-. ¡Suéltalo!
Ending negó con la cabeza, su sonrisa se ensanchó mientras miraba a Natsuo, que estaba paralizado por el miedo, con una flecha de papel afilada flotando peligrosamente junto a su cabeza.
-Lo siento, Endeavor, pero tienes que entenderlo... -dijo Ending con un tono lastimero y a la vez lleno de resentimiento-. Tú tenías miles de cosas que yo jamás tendría... ¡Eres mi ídolo!
Endeavor lo miraba, su mente trabajando rápidamente en cómo neutralizar la situación sin poner en peligro a su hijo.
Ending continuó, su tono más oscuro y desafiante mientras colocaba una flecha de papel increíblemente filosa cerca de la cabeza de Natsuo.
-¡Mataré a este chico! -exclamó, sus ojos desorbitados mientras Natsuo lo miraba con horror-. Así que esta vez, no falles, Endeavor... Los héroes no matan, excepto en casos de vida o muerte, ¿verdad? -Ending rió de manera casi maníaca-. Así que, por favor... ¡mátame!
Endeavor lo observó, su cuerpo irradiando un calor aún mayor. Sabía que estaba ante una situación crítica, pero también sabía que no iba a ceder ante las provocaciones de Ending. Sin embargo... No podía moverse.
Bakugo no esperó ni un segundo. Con un rugido, cargó sus palmas y explotó una de las ventanas del auto con una poderosa onda de energía.
-¡Voy tras él! -gritó mientras se lanzaba hacia el cielo, impulsándose con sus explosiones, dejando un rastro de humo a su paso.
Shouka no se quedó atrás. Sin dudarlo, arrancó una de las puertas del auto con una ráfaga de fuego y se deslizó por la carretera, usando el hielo de sus pies para mantener una velocidad increíble. La determinación brillaba en sus ojos.
-¡No te atrevas a tocar a mi hermano! -murmuró mientras avanzaba.
Bakugo lanzó una explosión directa hacia Ending. El aire vibró con el calor de la detonación.
-¡No importa que sea invierno! -gritó, y la explosión estuvo a punto de impactar en el villano. Sin embargo, Ending, en el último segundo, logró esquivar el ataque, alejándose considerablemente de Natsuo.
Ese pequeño espacio fue todo lo que Endeavor necesitó. Viendo a Ending fuera del alcance de su hijo, el héroe número 1 reaccionó de inmediato.
-¡Es mi oportunidad! -exclamó mientras encendía sus llamas al máximo y se lanzaba hacia adelante, volando a una velocidad asombrosa-. ¡Si aumento mi velocidad ahora, lo alcanzaré!
Pero justo cuando estaba a punto de cerrar la distancia, sus ojos se cruzaron con los de Natsuo. El terror en el rostro de su hijo lo golpeó como una ola de "fuego" frío. Aquella mirada llena de horror hizo que Endeavor titubeara por un segundo. La imagen de Natsuo, paralizado por el miedo, rompió algo dentro de él. Su mente se nubló, recordando todos los errores que había cometido como padre.
Ese instante de vacilación fue suficiente para que Ending se recuperara. Retrocedió rápidamente, aprovechando la duda de Endeavor.
-¡Ustedes no me matarán! -gritó hacia Bakugo y Shouka, mientras esquivaba otra explosión de Bakugo, con una sonrisa enfermiza en su rostro.
Luego, sus ojos se posaron de nuevo en Endeavor.
-¡Tú eres... las llamas de mi esperanza! -exclamó con una mezcla de admiración y desesperación, mientras su cuerpo se estremecía de la emoción perversa.
El caos parecía alcanzar su clímax cuando Ending, con una sonrisa sádica, acercó la flecha de papel filosa peligrosamente cerca de la cabeza de Natsuo.
-Es hora de matar a este chico... ¡Mira bien, Endeavor! -gritó con entusiasmo maníaco.
Bakugo, mirando la escena con horror, susurró entre dientes:
-Maldición...
Shouka, aunque intentaba acercarse lo más rápido posible, sabía que no llegaría a tiempo. Y Endeavor... estaba paralizado, completamente congelado con una expresión de puro pánico en su rostro, incapaz de moverse mientras veía cómo su hijo estaba a punto de ser asesinado.
Justo cuando la flecha de papel estaba a un par de milímetros de atravesar la cabeza de Natsuo, algo inesperado sucedió. Una esfera de color azul apareció en el aire, muy cerca de la flecha. La flecha fue atraída por la esfera con una fuerza implacable, quedando atrapada e inmovilizada.
-¡¿Qué diablos está pasando?! -gritó Ending, completamente descolocado.
Miró hacia el auto de Endeavor y ahí lo vio: Izuku Midoriya, sin sus anteojos oscuros, con una ligera sonrisa en su rostro y una pose de manos que indicaba que él había sido el causante de aquello. Y era cierto. Izuku había usado su "Azul" para evitar el golpe mortal.
Con una sonrisa tranquila, Izuku pensó para sí mismo, observando cómo tanto Bakugo como Shouka habían reaccionado con fuerza:
-Han progresado bastante para ser solo una semana... Kacchan y Shouka ambos acumulan y después sueltan... Aprendieron bien de Endeavor.
Izuku empezó a caminar hacia Ending con una calma imperturbable, su aura irradiando confianza. Miró fijamente al villano y, con voz firme, dijo:
-No dejaré que mates a mi cuñado...
El pánico comenzó a inundar a Ending. El miedo se apoderó de él al sentir la presencia aterradora del peliverde, pero aún así, desesperado por no dejar que arruinaran su "final perfecto", lanzó una lluvia de flechas de papel filosas hacia Izuku.
-¡No arruines mi muerte! -gritó desesperado.
Pero las flechas no llegaron a tocarlo. A unos pocos centímetros del cuerpo de Izuku, todas se detuvieron, chocando contra el Infinito. Los ataques de Ending eran inútiles ante el poder del peliverde.
Izuku, sin inmutarse, siguió caminando hacia él con una expresión serena, demostrando que, mientras él estuviera ahí, Ending no tenía ninguna oportunidad.
Ending, desesperado y completamente abatido, miró a Endeavor con una expresión desquiciada.
-¡Endeavor, mátame! -gritó con fervor, abrazándose a sí mismo mientras las lágrimas caían de su rostro. Su voz se quebraba, implorando que su "ídolo" cumpliera con su deseo.
De repente, antes de que pudiera decir más, un frío gélido envolvió el ambiente. Shouka había llegado. Sus pies deslizándose sobre el hielo mientras su mano ya estaba envuelta en fuego. Izuku, quien observaba con calma, esbozó una sonrisa mientras sus ojos verdes observaban con interés. Sabía lo que iba a suceder.
Ante la mirada atenta del peliverde, Shouka, con precisión impecable, cerró su puño y usó una técnica que hacía poco había empezado a dominar: el "Jetburn". Las llamas estallaron de su puño, incinerando a Ending con una fuerza abrumadora y dejándolo completamente fuera de combate. El villano no tuvo tiempo de reaccionar antes de caer inconsciente al suelo, derrotado.
Izuku, impresionado por el progreso de Shouka, se acercó a ella mientras comenzaba a aplaudir con una sonrisa genuina en su rostro.
-Al fin lo has perfeccionado -dijo, orgulloso.
Shouka, aún con algo de hielo y llamas residuales en su cuerpo, miró a Izuku con una expresión neutral pero satisfecha.
-No es tan fuerte como el de mi padre -admitió, algo reservada.
-Está bien -respondió Izuku con tranquilidad, acercándose un poco más-. Ahora controlas mucho mejor tu lado de fuego. Eso es lo que importa.
En ese momento, Bakugo se acercó al grupo con su típico tono desafiante y una leve mueca de molestia.
-Tardaste mucho en actuar, nerd -gruñó, cruzándose de brazos.
Izuku lo miró de reojo, manteniendo su calma característica.
-Estaba viendo cuánto han progresado -contestó con serenidad, y luego añadió con una sonrisa-. Bien hecho, Kacchan. Ya no necesitas sudar para hacer explosiones potentes. Ahora simplemente acumulas y sueltas, igual que Shouka.
Bakugo, aunque seguía con una expresión de enfado, no pudo evitar sonreír levemente ante el reconocimiento.
-¡Ja! Como si no lo supiera ya -respondió, pero su tono dejaba claro que estaba satisfecho con el comentario.
Endeavor, con el corazón latiendo a mil por hora y la preocupación destrozando su rostro, corrió hacia Natsuo. En cuanto llegó junto a su hijo, lo abrazó con fuerza, casi con desesperación.
-¡¿Estás herido?! -preguntó con la voz ahogada, su mirada revisando frenéticamente a Natsuo en busca de alguna herida.
Pero Natsuo, con una expresión de profunda molestia, lo empujó con fuerza.
-¡Suéltame! -espetó, alejándose de su padre.
El silencio se apoderó del ambiente. Endeavor se quedó inmóvil, paralizado, sus manos todavía temblando ligeramente por la adrenalina. Su rostro reflejaba la mezcla de culpa y arrepentimiento.
-Lo siento... -comenzó a decir con voz baja, mirando a su hijo con dolor en los ojos-. Por un momento he pensado... Que si te salvaba desde ese momento...
Antes de que pudiera terminar, Bakugo, con su usual estilo explosivo, interrumpió sin filtro alguno.
-¡Hey, viejo! ¡"Tienen que detener un caso antes que yo"! ¡Ya lo hemos hecho y enton...!
De repente, sintió una mano en su hombro. Era Izuku, quien lo miraba con una expresión calmada pero firme. La mirada del peliverde era clara, y Bakugo entendió al instante el mensaje: "Déjalo continuar".
Bakugo, aunque molesto, respiró profundamente, desviando la mirada con una expresión de resignación. Sabía que ese no era el momento para uno de sus estallidos. Sin decir nada más, se quedó en silencio, dándole a Endeavor el espacio para seguir.
Endeavor, con los ojos fijos en Natsuo, respiró profundamente antes de hablar, sabiendo que no había una disculpa que pudiera reparar todo el daño que había causado.
-Pensaba que ya no podrías criticarme más a la cara... -dijo con la voz tensa-. Natsuo, no te pido que me creas, pero no pretendía separarlos -sus palabras eran pesadas, haciendo referencia a cómo había tratado a sus hijos, y en especial a cómo excluyó a Shouka-. Aunque admito que no tomé la responsabilidad... Es cierto que es como si yo hubiera matado a Touya.
El silencio entre ambos era denso, cargado de emociones que ninguno de los dos podía resolver fácilmente. A su alrededor, el mundo continuaba, pero para Endeavor y Natsuo, parecía haberse detenido. Sin embargo, los autos que se habían detenido debido al incidente comenzaron a impacientarse. Las personas que observaban desde lejos querían seguir con sus rutinas y responsabilidades, pero la escena del enfrentamiento aún bloqueaba la carretera.
Un señor, molesto por el retraso, gritó desde su auto:
-¡Hey, dejen pasar!
Su voz fue seguida por la de otros que se quejaban también. Entonces, alguien más lo reconoció.
-¡Ese no es Izuku Midoriya?! ¡El de las noticias! -gritó, señalando al peliverde, sorprendiendo a muchos-. ¿¡Qué diablos hace con Endeavor?! ¿¡Acaso protege a una amenaza!?
Los comentarios negativos no tardaron en aumentar, como si fueran un eco que rebotaba en las paredes de la carretera. Endeavor, aunque normalmente inmutable ante las críticas, parecía aún más enfocado en Natsuo. Mientras tanto, Izuku, con sus Seis Ojos percibiendo la creciente tensión en el ambiente, se colocó sus lentes oscuros con seriedad, consciente de cómo la situación podía descontrolarse fácilmente.
Otro conductor, molesto, gritó:
-¡Hey, acaso no lo viste?! ¡Él ha ayudado a salvar a ese chico! ¡Es un héroe!
Pero la respuesta no tardó en llegar, con otra persona lanzando un comentario lleno de desconfianza:
-¡¿Y qué?! ¡Sigue siendo una amenaza!
Antes de que la situación se saliera de control, alguien más alzó la voz:
-¡Pero la gente de la isla Nabu lo defiende! ¡Ellos afirman que Izuku Midoriya fue su salvador!
El murmullo creció mientras la multitud se dividía entre quienes defendían a Izuku y aquellos que lo veían con desconfianza, afectando el entorno aún más. Pero en medio de todo, Izuku permanecía tranquilo, esperando a que las aguas se calmaran.
Un hombre mayor, con el rostro arrugado por la vida, alzó la voz desde su auto, con rabia contenida:
-¡No entiendo por qué todos estos héroes tienen que proteger a un chico como él! ¡¿Qué pasa con la seguridad de todos?! ¡¿Qué pasa si nos ataca?!
A su lado, una joven con un móvil en mano, filmaba la escena. Hizo zoom sobre Izuku y preguntó en voz alta:
-¡¿Y si ese chico realmente está con Endeavor?! ¿No deberían estar arrestándolo? ¡Esto no parece muy heroico, ¿verdad?!
Un grupo de adolescentes, al fondo, discutían entre sí mientras miraban a Izuku:
-¿No era el tipo que estuvo en Nabu? -dijo uno de ellos, mirando al resto-. He visto las noticias... Si fue un héroe allá, ¿entonces por qué las noticias dicen tantas cosas malas de él?
Otro muchacho, menos convencido, respondió:
-¡Esos son solo rumores! ¡El chico tiene que ser peligroso! ¡Miren su actitud!
Al lado de ellos, una madre, que viajaba con sus hijos pequeños, levantó la voz mientras sostenía con fuerza la mano de su hija, asustada.
-¡¿Cómo pueden dejar a alguien así salir en la calle?! ¡¿Qué pasa si algo ocurre?! -su expresión mostraba angustia, como si temiera que Izuku pudiera causarles algún daño.
En el auto de enfrente, un hombre con gafas de sol se quedó observando a Izuku, su voz calmada pero severa:
-Esto es muy problemático, no es algo que debería permitirse. Un chico con tanto poder no debería estar en el mismo espacio que un héroe... ¡Y menos del héroe número 1!
Un grupo de trabajadores, detenidos en su camión, gritó mientras miraban a Izuku.
-¡No me importa lo que haya hecho en Nabu! ¡Este chico no es alguien que se pueda dejar libre por ahí! ¡Es peligroso!
En el otro extremo de la calle, una mujer joven, con expresión preocupada, se asomó por la ventana de su auto:
-¿Por qué le están dando tantos privilegios a ese chico? ¿Qué clase de justicia es esa? ¡Deberían arrestarlo, no dejarlo al lado de Endeavor!
Sin embargo, entre el bullicio, también se escucharon algunas voces en defensa de Izuku. Una chica de cabello corto y gafas, que se asomaba por la ventana de su coche, dijo:
-¡No sean tan ignorantes! ¡El chico salvó vidas! Si fue héroe allá, no es justo juzgarlo así solo porque lo ven con Endeavor.
Otra mujer, al volante de un coche de lujo, miró hacia el peliverde con una expresión preocupada, pero a la vez en defensa:
-Miren, no sé qué pasa exactamente, pero la verdad, si él está ayudando, no puede ser tan malo. No podemos ponernos a juzgar tan rápido.
Y otro hombre, con una camiseta con el logo de un héroe en el pecho, gritó desde su vehículo mientras se asomaba por la ventana:
-¡Es solo un chico, gente! ¡¿Cuántos de ustedes no han cometido errores en su vida?! ¡Denle una oportunidad!
A pesar de las voces a favor, la mayoría de los comentarios seguían siendo negativos y cargados de desconfianza, lo que aumentaba la tensión del ambiente. Los murmullos y las voces se mezclaban, creando un clima enrarecido, y mientras Izuku mantenía su mirada tranquila y serena, Endeavor seguía observando a Natsuo, sin saber cómo continuar.
La policía finalmente llegó, con sus luces intermitentes cortando el bullicio de la carretera. Los vehículos comenzaron a moverse nuevamente, y el tráfico se reestableció lentamente. Sin embargo, la tensión seguía presente en el aire. A lo lejos, se podían escuchar los gritos de los ciudadanos, algunos aún criticando a Izuku y Endeavor, pero la mayoría ya no podían ver la escena de cerca.
Natsuo, que había estado en silencio, comenzó a llorar, dejando caer las lágrimas mientras miraba a Endeavor. Su rostro se retorcía en una mezcla de rabia y tristeza. Entre sollozos, dijo:
-Fuyumi se veía tan contenta... -murmuró con la voz quebrada, y al instante, su dolor aumentó-. ¿Por qué... por qué tengo que cambiar? ¿Por qué tengo que seguir soportando esto?
Endeavor lo miró con seriedad, pero el dolor en su rostro era evidente. No podía responder con palabras simples, pues sabía que no había nada que pudiera decir para quitar el dolor de su hijo. Pero lo intentó:
-No quiero un perdón... -dijo, casi en un susurro-. Quiero compensárselos a todos ustedes.
Las lágrimas de Natsuo se hicieron más intensas mientras miraba a su padre. Se apartó de su abrazo, empujándolo con fuerza.
-¡¿Por qué tengo yo que cambiar?! -gritó entre sollozos-. ¡Touya me lo decía todo el tiempo! ¡No soy tan bueno como Shouka! ¡¿Cómo piensas compensarnoslo?!
Endeavor quedó en silencio por un momento, asimilando las palabras de su hijo. Sabía que no podía cambiar el pasado, y el dolor de Natsuo era algo que él también compartía, aunque lo llevaba de manera diferente.
-Tengo algo pensado... -respondió Endeavor, con una voz más tranquila pero llena de tristeza.
En ese momento, la policía se acercó a Ending, que seguía allí, llorando y gritando:
-¡Basta, Endeavor! ¡No quiero verte así! ¡No quiero perder mis esperanzas! -su voz se quebraba, mientras sus lágrimas se mezclaban con la rabia.
Los oficiales comenzaron a arrestarlo, y uno de ellos, con un tono firme, dijo:
-Este sujeto ha potenciado su quirk, lo llevaremos en la patrulla.
Endeavor miró a Ending por un momento, sabiendo que ese hombre había sido una sombra de su pasado, alguien al que había detenido hace años.
-¿Con Trigger? -preguntó Endeavor con seriedad.
El policía asintió.
-Así es, ha utilizado Trigger. Está totalmente fuera de control.
Izuku, que había estado observando todo, se acercó a Endeavor con una expresión pensativa. Sabía que los villanos como Ending no eran los únicos que podían obtener esos poderes, y que la circulación de drogas como el Trigger era algo que debía estar en la mira de los héroes.
-En mis tiempos de vigilante he visto que esa droga circula por todos lados, sobre todo en las bajas sociedades... -dijo Izuku, mirando a Endeavor con seriedad. -Ten cuidado.
Endeavor asintió, pero antes de que pudiera responder, el conductor del auto de Endeavor se acercó con una expresión preocupada.
-Te han atacado dos villanos en pocos días... -dijo el conductor, alzando la voz para que los demás lo escucharan.
En ese momento, un policía se acercó a Izuku con una mirada solemne, su tono respetuoso.
-Desde que acabaste con Overhaul líder del Shie Hassaikai, la circulación de Trigger ha reducido bastante. -El policía se inclinó ligeramente hacia adelante, mirando a Izuku con gratitud-. Gracias, de verdad.
Izuku se quedó en silencio por un momento, sorprendido por las palabras del oficial. No esperaba un agradecimiento de esa magnitud, pero al ver la sinceridad en los ojos del policía, asintió con una leve sonrisa.
-No es solo mérito mío. -dijo humildemente-. Otros héroes también han estado trabajando en ello.
El policía asintió con una sonrisa pequeña y volvió a su puesto, mientras Endeavor, Shouka, Bakugo y los demás se preparaban para regresar. Izuku se quedó pensativo, observando a su alrededor y reflexionando sobre el camino que aún tenían por recorrer.
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