Capítulo 25
El entrenamiento en el Gimnasio Gamma estaba en pleno apogeo. El sonido de explosiones resonaba por todo el lugar, mezclándose con los gritos de esfuerzo de los estudiantes. Bakugo, como siempre, estaba decidido a mejorar y llevar sus habilidades al límite, aunque su mente estuviera dividida entre el presente y los recuerdos de las últimas semanas.
-¡AP SHOT! -gritó Bakugo, lanzando su nueva super habilidad con precisión y fuerza. La explosión fue tan intensa que hizo volar una gran roca del suelo, enviándola a toda velocidad hacia el techo.
La piedra trazó un arco en el aire, y por un momento, todo el gimnasio pareció quedar en silencio mientras seguía su curso. La trayectoria era clara: si All Might estuviera presente, observando como solía hacer en sus tiempos de gloria, la roca habría pasado peligrosamente cerca de su cabeza, o peor aún, le habría caído encima.
Pero All Might ya no estaba.
La piedra impactó en el suelo con un estruendo, rompiéndose en pedazos. Los estudiantes, sorprendidos por la fuerza del ataque, intercambiaron miradas incómodas.
Bakugo bajó el brazo, su respiración aún pesada por el esfuerzo. Sin embargo, en su rostro había una sombra de melancolía, una que trataba de ocultar bajo su habitual actitud desafiante.
Bakugo: ¡Vamos! ¿Qué están esperando? -gritó, intentando disipar el ambiente sombrío que había dejado su ataque-. ¡Sigan entrenando!
En medio del caos del gimnasio, la voz de Vlad King resonó, deteniendo el entrenamiento con un tono firme y autoritario.
-¡Suficiente, clase A! -exclamó Vlad King, entrando al gimnasio con su característica presencia imponente-. La clase B tiene reservado el gimnasio para esta tarde.
Los estudiantes se detuvieron de inmediato, recogiendo sus cosas mientras miraban a Vlad King con una mezcla de sorpresa y resignación. Bakugo, aún con la adrenalina alta, lanzó una última mirada a los escombros antes de caminar hacia los vestuarios, claramente frustrado.
-Nos vemos mañana -dijo Vlad King, volviendo su atención hacia la clase B que estaba entrando al gimnasio, preparados para su turno de entrenamiento.
Aizawa: No se te da bien calcular el tiempo, Vlad.
Monoma: ¿Lo sabian? -Dijo refiriéndose a la clase A- El examen de licencia provisional tiene un índice de suspensos del 50% ¡Todos ustedes deberían de suspender!
Kaminari: Oye, ¿ese es el traje de Monoma?
Kendo: "Como mi singularidad no es Copia, no tengo ninguna necesidad de ponerme nada excéntrico".
Kaminari: ¿Eso es no ser excéntrico?
Tokoyami: Bueno, su opinión es razonable. Como vamos a hacer el mismo examen, nuestro destino es destrozarnos unos a otros.
Aizawa: Por eso mismo la clase A y la clase B van a diferentes sitios a hacer el examen.
Monoma: ¿Eh?
Vlad King: El examen para la licencia de héroe se realiza cada junio y cada septiembre, al mismo tiempo en tres sitios distintos de todo el país. Para evitar que los estudiantes de las mismas escuelas peleen entre ellos, cada una de las academias manda a sus clases a distintas localizaciones.
Monoma: Uff.... -Dijo agradecido- ¡Que infortunio que no vayamos a poder pelear los unos contra los otros directamente! ¡Jajajaja!
Kirishima: Ha dicho "Uff", ¿verdad?
Kaminari: Me pregunto si tiene diagnosticado algún tipo de enfermedad mental...
Aizawa: Hay pocos cursos de primer año en todo el país intentando conseguir sus licencias provisionales. Lo que quiere decir, en el examen habrá gente que ha entrenado más que ustedes, con quirks que no conocen y que han estado puliendo. No es bueno que estén dándole vueltas todo el rato, pero tenedlo en mente.
-Sí, señor! -Dijeron todos-
La noche descendió sobre el campus de la U.A., y el bullicio del día dio paso a una calma tensa. Todos los estudiantes estaban ya en sus apartamentos, el eco del entrenamiento aún resonando en sus cuerpos.
La clase A estaba en sus respectivos apartamentos, cada uno lidiando con sus pensamientos y emociones en silencio. La ausencia de Izuku seguía siendo palpable, un vacío que ninguno podía ignorar. A pesar del esfuerzo por concentrarse en el entrenamiento y las tareas del día, el pensamiento de su compañero perdido pesaba sobre ellos.
En el apartamento de la clase A, los estudiantes estaban dispersos en diferentes áreas, algunos conversando en voz baja mientras otros se sumergían en sus propios pensamientos. Las chicas estaban sentadas sobre el sofá, descubriendo que Uraraka realmente estaba enamorada de Izuku.
Bakugo estaba en su habitación, sentado en la cama con una expresión de frustración en el rostro. El fracaso de sus esfuerzos por comunicarse con Izuku le pesaban. Sus pensamientos se dirigían a los momentos que habían compartido de pequeños y a las veces que había deseado poder hacer más para ayudar.
En el apartamento de la clase B, la atmósfera era diferente, pero no menos cargada. La clase B había terminado su sesión de entrenamiento y estaban relajándose, pero la preocupación por su compañera, que ahora se enfrentaba a su propia batalla, estaba presente. El contraste entre el bullicio del día y la tranquilidad de la noche subrayaba la incertidumbre que todos enfrentaban.
La noche se instalaba lentamente, trayendo consigo un silencio pesado, mientras las luces de los apartamentos se apagaban una a una, sumiendo a los estudiantes en un descanso merecido pero inquieto.
Izuku estaba acostado en su cama, en la penumbra de su habitación. El ambiente estaba tranquilo, pero su mente estaba lejos de la calma que el entorno ofrecía. Las sombras danzaban en las paredes, proyectadas por la luz tenue que se filtraba a través de las cortinas.
El pensamiento de Knuckleduster, herido y transformado en Nomu, era constante. Izuku se preguntaba si el Dr. Kyudai Garaki había tenido algo que ver con la desgracia de su antiguo aliado. Esa duda lo atormentaba, pero estaba demasiado agotado mentalmente para profundizar en ella.
La imagen de Knuckleduster en el hospital, y cómo Izuku se había sentido al dejarlo allí, le pesaba. Aun así, había algo más grande que lo atormentaba: la conexión entre el Dr. Garaki y la Liga de Villanos. Sabía que su preocupación era justificada, pero también sabía que concentrarse en eso solo le generaría más angustia. Su mente estaba en un estado de confusión y dolor, y no podía soportar la idea de agregar más dudas a su ya abrumador tormento.
Se dio vuelta en la cama, tratando de encontrar una posición cómoda mientras la inquietud seguía dominándolo. Su mente no podía dejar de recorrer los eventos recientes, los gritos de Knuckleduster, la derrota y la humillación de su propia persona frente a All For One, y la tristeza por la pérdida de All Might. Todo eso se entrelazaba en sus pensamientos, creando una red de emociones que no sabía cómo manejar.
El reloj marcaba la hora avanzada de la noche, y el silencio en su habitación solo servía para amplificar los ecos de su confusión. Izuku cerró los ojos con fuerza, tratando de escapar de sus pensamientos, pero la realidad seguía regresando con cada parpadeo. Sentía que estaba en un punto de no retorno, atrapado entre el deseo de entender la verdad y el temor de lo que podría descubrir.
La noche había avanzado y el silencio en la habitación de Izuku era profundo. De repente, un suave golpeteo en la puerta rompió la calma. Kirishima estaba al otro lado, su voz llena de energía y preocupación.
Kirishima: ¡Midoriya! -Llamó a través de la puerta- ¿Estás ahí? Traje una consola de mi casa y Kaminari también trajo algunos juegos. Pensamos en pasar un rato y queríamos saber si te unes.
Izuku, sin ganas de socializar ni de cambiar su estado de ánimo, se levantó lentamente de la cama. Se dirigió hacia la puerta y la abrió, encontrando a Kirishima con una sonrisa amistosa y la consola en las manos.
-Gracias, Kirishima, pero no estoy de ánimo para jugar -dijo Izuku con un tono cansado-. Prefiero estar solo por ahora.
Kirishima asintió con comprensión, aunque su preocupación era evidente. -Está bien, entiendo. Si cambias de opinión, estamos en mi habitación. No dudes en venir.
Izuku cerró la puerta detrás de él y se dirigió hacia el living, buscando un cambio de ambiente. Al llegar al área común del apartamento, encontró a las chicas reunidas alrededor del sofá, charlando y relajándose. Uraraka, Tsuyu y Momo estaban en medio de una conversación animada, pero al notar la presencia de Izuku, su tono se volvió más suave y sus miradas se llenaron de preocupación.
Uraraka: ¿Todo bien, De- Midoriya? -preguntó Uraraka con un tono amable.
Izuku: Sí... voy a dar una vuelta -murmuró, sin dirigirse a nadie en particular. Las chicas, inmersas en su conversación, apenas notaron su salida.
Izuku salió al pasillo y caminó hacia la salida del apartamento. El aire fresco de la noche lo recibió con una sensación de alivio. Cerró la puerta detrás de él y se dirigió hacia el pequeño patio del edificio. La luz de las farolas iluminaba tenuemente el espacio, creando sombras suaves que contrastaban con el frío aire nocturno.
Se sentó en uno de los bancos, mirando las estrellas que parpadeaban en el cielo despejado. Las preocupaciones y pensamientos que lo atormentaban se sentían más distantes en la calma de la noche. Izuku cerró los ojos, dejando que el aire nocturno lo envolviera, intentando encontrar un momento de paz en medio de la tormenta interna.
El sonido distante de las risas y charlas del grupo en el apartamento llegaba hasta él, pero en ese momento, solo quería estar solo con sus pensamientos, tratar de calmar su mente y buscar una forma de reconciliarse con el caos que sentía dentro.
Mientras miraba hacia la puerta del edificio, deseaba que alguien saliera, que se acercara y le ofreciera una palabra de aliento, un gesto de comprensión. Necesitaba desesperadamente la compañía de alguien, el consuelo de una voz amiga. Cada crujido del edificio y cada sombra en movimiento lo hacían esperar con una mezcla de esperanza y ansiedad, pero el tiempo pasaba y nadie venía.
El silencio se hacía más pesado con cada segundo que pasaba. La ciudad seguía su curso, con el ruido lejano de las calles y las risas de los otros estudiantes en el apartamento, pero todo eso parecía estar a kilómetros de distancia. La sensación de aislamiento se hacía más profunda, y el deseo de que alguien viniera a hablarle crecía como una espina en su pecho.
Izuku quería que alguien lo viera, que reconociera su dolor y la lucha que estaba atravesando. Pero, en lugar de eso, el patio permanecía desierto, y la puerta del edificio seguía cerrada. Cada minuto que pasaba sin que alguien se acercara le hacía sentir más solo, más perdido.
El sentimiento de ser invisible, de no importar lo suficiente como para que alguien viniera a buscarlo, lo abrumaba. La espera se tornaba interminable, y el deseo de ser encontrado se mezclaba con la creciente desesperanza. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, se levantó del banco, con el corazón pesado y los hombros caídos. No era sólo el frío el que sentía, sino una soledad desgarradora que parecía haberse arraigado en su ser.
Con una última mirada hacia la puerta, volvió al apartamento, arrastrando los pies, sintiendo cómo la tristeza lo envolvía aún más. El deseo de que alguien hubiera salido a buscarlo seguía resonando en su mente, dejándolo con una sensación de vacío que no podía ignorar.
Cuando el peliverde se resigno de estar afuera, de repente su teléfono vibró. Miró la pantalla y vio que era un mensaje de la oficina del director, solicitando su presencia en el despacho de inmediato. Con un suspiro cansado, se levantó del banco y se dirigió hacia el despacho de Nezu.
Al llegar a la puerta del despacho, Izuku tocó suavemente y, tras recibir un "Adelante" desde dentro, abrió la puerta y entró. Nezu estaba sentado detrás de su escritorio, con su habitual sonrisa amable, pero esta vez había una nota de seriedad en su expresión.
Nezu: Midoriya, gracias por venir -dijo Nezu, levantándose de su silla-. Por favor, siéntate.
Izuku se acomodó en una de las sillas frente al escritorio, sintiéndose algo nervioso. Nezu, con su característica actitud de ratón, tomó asiento nuevamente y comenzó a hablar con tono calmado.
-He estado pensando mucho en ti y en lo que has estado atravesando últimamente. Es evidente que has pasado por una experiencia muy dura y que estás lidiando con mucho en este momento.
Izuku asintió, su mirada fija en el suelo mientras se sentía incómodo con la conversación.
-Entiendo que te sientas abrumado, pero quería hablar contigo sobre algo importante. A pesar de tus reservas, creo que es esencial que tomes un paso adelante y consideres obtener tu licencia provisional de héroe. Esto no solo te permitirá recuperar tu sentido de propósito, sino que también te dará la oportunidad de demostrar tu valía, no solo a ti mismo, sino también a los demás.
Izuku levantó la mirada, su expresión mostrando una mezcla de duda y resistencia.
-Lo siento, director. La licencia provisional no es de mi interés en estos momentos. -Respondió Izuku- Ya no quiero seguir con todo esto.
Nezu lo miró con comprensión, su expresión seria pero alentadora.
-Lo entiendo, pero quiero que pienses en esto no solo como un desafío, sino como una oportunidad para avanzar y encontrar una manera de sanar. Todos necesitamos tiempo para recuperarnos, pero también necesitamos seguir adelante. La licencia provisional puede ser una forma de demostrarte a ti mismo que aún tienes el valor y la capacidad para ser un héroe.
Izuku suspiró, pensando en las palabras de Nezu. Sabía que había algo de verdad en lo que decía, pero el peso de la reciente tragedia y su propia inseguridad le hacían difícil aceptar la idea.
-No estoy diciendo que tengas que tomar una decisión ahora mismo -continuó Nezu—. Quiero que sepas que estamos aquí para apoyarte y que la decisión es tuya. Solo te pido que lo consideres y que tomes el tiempo que necesites para estar listo.
Izuku asintió lentamente, su mente todavía en conflicto mientras trataba de procesar la conversación. Sabía que Nezu estaba tratando de ayudarle, pero aún se sentía abrumado por la situación.
-Lo pensaré -dijo finalmente, levantándose de la silla-. Gracias por hablar conmigo, director.
Nezu asintió, ofreciéndole una sonrisa de apoyo.
—De nada, Midoriya. Tómate el tiempo que necesites y recuerda que no es mucho tiempo, el examen de las licencias es en 2 días.
Izuku salió del despacho con una mezcla de incertidumbre y determinación, sabiendo que el camino hacia adelante sería difícil pero que, al menos, no estaba solo en su lucha.
Izuku se encontraba en los pasillos de la U.A, sintiéndose atrapado en una maraña de pensamientos oscuros, cuando una idea le cruzó la mente. Había algo que necesitaba hacer, y no podía dejar que sus dudas lo detuvieran. Con una determinación renovada, cerró los ojos y usó su teletransportación.
Un instante después, se encontró en el pasillo del hospital donde estaba ingresado Kota, el niño que había sido destruido por Muscular. Avanzó rápidamente hacia la sala.
Al entrar en la sala, encontró a Mandalay sentada junto a la camilla de Kota. Mandalay levantó la vista al escuchar la puerta, sorprendida al ver a Izuku.
Izuku forzó una pequeña sonrisa y se acercó. La preocupación en sus ojos era evidente, pero trató de mantener la calma.
Izuku: No esperaba verte aquí.
El peliverde no esperaba que aún a altas horas de la noche, la heroína seguía presente.
Mandalay no le prestó mucha importancia, después de todo ella también estaba mal por lo que sucedía con Kota.
Mandalay: Eres el niño de la otra vez...
Izuku: Sí... Pasaron demasiadas cosas.
Mandalay asintió, invitándolo a sentarse.
Mandalay: All Might ha muerto, pero ha vencido a Muscular. -Dijo indiferente, sus ojos parecían estar vacíos-
Izuku: Vi las noticias, una de tus compañeras también fue secuestrada por All For One... ¿Cómo est-
Siento interrumpido por la heroína.
Mandalay: Está en rehabilitación, también fue encontrada sin un quirk, pero parece que va a salir adelante.
A lo largo de la conversación, Izuku explicó su angustia, su sentimiento de culpa por no haber podido proteger a sus seres queridos y su incapacidad para enfrentar el presente. Mandalay escuchó con atención, mostrando una empatía sincera.
-Lo que ha pasado no es culpa tuya, niño -dijo Mandalay con una voz calmada y firme-. Las cosas no siempre salen como queremos, pero eso no define quién eres ni tu valor. Lo importante es lo que haces ahora, cómo te enfrentas a estos desafíos.
Las palabras de Mandalay eran muy secas, pero aún así... conectaban con el peliverde, el cual estaba escuchando atentamente lo que decía la heroína.
Izuku miró al suelo, asimilando sus palabras. Mandalay continuó, tocando un tema importante.
-Sé que has estado luchando mucho, y entiendo que te sientas perdido. Pero hay algo que creo que podrías considerar.
Mandalay se inclinó hacia adelante, hablando con sinceridad.
-A veces, lo que más necesitamos es dar el primer paso, incluso si no nos sentimos completamente preparados. Hay que seguir adelante, el oficio del héroe es una mierda, pero también trae algunas felicidades.
Izuku pensó en las palabras de Mandalay. La idea de participar en el examen de licencia provisional no le gustaba, pues significa volver, pero la perspectiva de encontrar un sentido de propósito y de hacer algo significativo lo hizo reconsiderar.
-Lo pensaré. Gracias por hablar conmigo, Mandalay -dijo Izuku con un tono más decidido-. Necesitaba escuchar eso.
Mandalay sonrió y asintió.
-Hazlo por ti mismo, niño. Demuestra lo que eres capaz de hacer, y no dejes que el pasado te detenga. Actualmente eres el más fuerte de Japón, incluso más que All Might... Te necesitamos.
Izuku se despidió de Mandalay y, con un nuevo sentido de determinación, utilizó su quirk de teletransportación para regresar a su apartamento. Aunque todavía sentía un peso en su corazón, las palabras de Mandalay habían encendido una chispa de esperanza.
Izuku regresó a su apartamento después de la conversación. Aunque se sentía más decidido, una sensación de nerviosismo le seguía. Cuando entró, notó que su teléfono estaba parpadeando con una notificación de mensaje. Al revisarlo, vio que era un nuevo mensaje de Nezu:
-Midoriya, necesito que vengas a mi despacho de inmediato. También he llamado a Todoroki. Nos vemos pronto.
Izuku suspiró, sabiendo que no podía posponer esto. Se dirigió al despacho de Nezu con una mezcla de ansiedad y determinación. Al llegar, encontró a Todoroki ya esperando. Nezu los recibió con una sonrisa amable pero autoritaria.
-Gracias por venir tan rápido -dijo Nezu-. Como saben, escaparse del campus y romper las reglas no es algo que podamos pasar por alto. Sin embargo, he decidido que la penitencia será mínima en comparación con las circunstancias. Será un trabajo comunitario muy pequeño y de corta duración, para que puedan enfocarse en lo que realmente necesitan hacer ahora.
Todoroki asintió, mostrando una expresión de resignación y alivio. Izuku, aunque aliviado por la penitencia menor, todavía tenía en mente la conversación que había tenido con Mandalay. Se sintió más seguro de tomar el siguiente paso.
-Gracias, director -dijo Izuku-. Aprecio que la penitencia sea ligera. Después de pensarlo, he decidido que asistiré al examen de licencia provisional. Creo que es lo que necesito para recuperar parte de mi propósito.
Nezu y Todoroki intercambiaron miradas de sorpresa y alivio. Nezu sonrió y asintió.
-Me alegra escuchar eso, "Strongest". El examen de licencia provisional puede ser una excelente oportunidad para que te reencuentres contigo mismo y para demostrar tu habilidad. Estoy seguro de que lo harás bien.
Todoroki miró a Izuku con una expresión de apoyo.
-Estoy contigo en esto. Si necesitas algo, no dudes en pedírmelo.
Izuku: Gracias... -Dijo sin darle mucha importancia- Director... Quiero cambiar mi nombre de héroe "Strongest", me parece una tontería y ya no me representa en lo absoluto.
Nezu lo miró con sorpresa y comprensión.
-Entiendo, Midoriya. Pero cambiar el nombre de héroe es un proceso complicado y requiere bastante papeleo. Sin embargo, puedo ayudarte con eso si estás dispuesto a colaborar con todo el papeleo.
Izuku asintió, sintiendo un peso levantarse de sus hombros.
-Sí, lo haré. Estoy listo para hacer lo que sea necesario-.
En ese momento, Todoroki, que había estado escuchando antes de retirarse, se acercó con una sonrisa de apoyo.
Shouka: Si necesitas ayuda con el papeleo, puedo hacerlo. Mi letra es bastante legible y puedo ayudarte a que todo esté en orden.
Izuku: Gracias, Todoroki. Realmente necesito a alguien con buena letra.
Nezu, Todoroki e Izuku se dirigieron a una sala de trabajo en el edificio administrativo. Nezu preparó los documentos necesarios y explicó el proceso a Izuku mientras Todoroki se encargaba de rellenar los formularios con su impecable letra.
Izuku se sentó con ellos, revisando y firmando los papeles necesarios. Cada firma y cada dato que escribía lo acercaban un poco más a un nuevo comienzo. Mientras trabajaban juntos, el ambiente era sorprendentemente relajado, y el esfuerzo compartido les dio un sentido de camaradería.
-Todo listo -dijo Nezu finalmente-. Ahora solo necesitamos enviar estos documentos y esperar la confirmación.
Izuku, viendo el trabajo que habían hecho, sintió un renovado sentido de propósito. Su nuevo nombre de héroe estaría pronto en el registro, "Izuku Midoriya" sería su nuevo nombre de héroe, sentía que estaba tomando el primer paso hacia un futuro más auténtico.
-Gracias a ambos. No sé qué haría sin su apoyo.
Todoroki dio una leve sonrisa.
Shouka: No tienes que agradecernos. Estamos aquí para ayudarte en lo que necesites.
Nezu asintió y agregó.
-Sí, este es un nuevo comienzo para ti, Midoriya. Estoy seguro de que harás un gran trabajo, sin importar el nombre que elijas.
Con una sensación de esperanza renovada, Izuku salió del despacho junto con Todoroki, listo para enfrentar los nuevos desafíos que le esperaban.
La mañana en la U.A. estaba en pleno apogeo. Los estudiantes de la Clase 1-A se encontraban en el aula, preparándose para el día. El aula estaba llena de murmullos y risas mientras los alumnos charlaban entre sí. Sin embargo, la conversación se detuvo de inmediato cuando la puerta se abrió y en el umbral apareció Izuku Midoriya, vistiendo el uniforme de la U.A.
Uraraka: ¡Midoriya! exclamó, levantándose de su asiento con una mezcla de sorpresa y alivio.
Kirishima y Kaminari también se giraron para mirarlo, con expresiones de expectativa y un toque de preocupación.
¡Midoriya! -dijo Kirishima, con una sonrisa cálida.
Izuku los miró, su expresión neutral sin mostrar mucho de lo que sentía realmente.
-Hola -dijo con un tono plano.
Bakugo, que había estado sentado en una esquina del aula, observó a Izuku con una expresión mezcla de tensión y preocupación. Quería acercarse, pero no sabía cómo manejar la situación, así que se quedó en su asiento, eligiendo observar desde lejos.
Aizawa, que estaba en la entrada del aula, notó la llegada de Izuku. Se acercó con su actitud habitual, que en esta ocasión tenía una ligera nota de preocupación.
-Bienvenido de vuelta, Midoriya. Me alegra verte de nuevo en clase -dijo Aizawa, con un tono que intentaba ser reconfortante.
Izuku asintió sin mucho entusiasmo, su rostro mostrando una falta de emoción que no pasaba desapercibida para sus compañeros.
-Gracias -respondió simplemente.
Uraraka y los demás estudiantes intercambiaron miradas preocupadas. Aunque estaban contentos de ver a Izuku de regreso, la frialdad y distancia que él mostraba les preocupaba.
Bakugo finalmente se levantó, intentando decir algo, pero sus palabras se quedaron atoradas en su garganta. Se quedó mirando a Izuku con una mezcla de frustración y una inquietante preocupación.
Izuku, sintiendo la atención, optó por no involucrarse. Se dirigió a su asiento, dejando que la conversación y el ambiente del aula continuaran sin él. Se sentó en su lugar, tratando de parecer lo más neutral posible mientras el resto de la clase lo observaba con una mezcla de inquietud y simpatía.
Aizawa observó a Izuku con una mirada pensativa, consciente de que el regreso de su estudiante no sería fácil y que requeriría tiempo y paciencia para que se ajustara nuevamente.
El día continuó en el aula de la Clase 1-A, y a medida que avanzaba el tiempo, la atmósfera en el aula se llenaba de la rutina diaria de los estudios. Sin embargo, algo estaba fuera de lugar. Izuku Midoriya, que había regresado después de su ausencia, parecía estar completamente distraído durante la jornada académica.
Los profesores notaron la falta de concentración de Izuku durante las lecciones. Aunque había intentado seguir el ritmo de las clases, sus respuestas eran erráticas, y su rendimiento en los ejercicios era significativamente bajo. En los exámenes y en las preguntas en clase, se notaba que estaba distante, y sus respuestas eran imprecisas y desorganizadas.
Bakugo, que había estado observando todo el día, no pudo evitar notar la diferencia. Desde que lo conocía, Izuku siempre había sido el estudiante que obtenía las calificaciones más altas de la clase. Verlo ahora tan desorientado y con un desempeño tan bajo le preocupaba profundamente.
Bakugo: ¿Qué le pasa al nerd? -murmuró el peliceniza para sí mismo, mientras miraba con desdén cómo Izuku trataba de resolver un problema matemático en la pizarra, sólo para quedar estancado.
Uraraka, que estaba sentada cerca, también notó la situación. Miró a Izuku con preocupación, viendo cómo luchaba para mantenerse enfocado en las tareas, y sus ojos se llenaron de tristeza.
-Parece que realmente está teniendo problemas -comentó Uraraka en voz baja a Kirishima, quien asintió con una expresión seria.
Kirishima y Kaminari también intercambiaron miradas preocupadas. Izuku siempre había sido un pilar de estabilidad académica, y ver su desempeño deteriorado era inquietante.
Bakugo, incapaz de soportar la vista de su antiguo rival y amigo en tal estado, finalmente se levantó de su asiento y se dirigió hacia él. Su rostro estaba marcado por una mezcla de frustración y preocupación.
-¡Oye, nerd! -exclamó Bakugo, su tono era una mezcla de enojo y preocupación genuina-. ¿Qué diablos te sucede? ¡Desde que volviste no haces más que fallar en todo!
Izuku levantó la vista lentamente, su expresión era una mezcla de agotamiento y frustración. No había mucha vida en sus ojos, y la falta de entusiasmo era evidente.
-No es nada -respondió Izuku de manera plana-. Solo... no estoy en mi mejor momento.
Bakugo frunció el ceño, sin estar satisfecho con la respuesta. Sus palabras estaban llenas de una mezcla de rabia y preocupación.
-¡Eso no es una excusa! ¡Siempre te has esforzado al máximo! ¡¿Qué demonios está pasando contigo?!
Uraraka, al ver la tensión creciente, se acercó rápidamente para calmar la situación.
-Bakugo, no es el momento de presionar. -dijo Uraraka, tratando de suavizar la situación-. Tal vez simplemente necesita tiempo.
Bakugo lanzó un suspiro frustrado, pero vio la razón en las palabras de Uraraka. Miró a Izuku, sus facciones relajándose un poco, aunque todavía estaba visiblemente molesto.
-Haz lo que necesites para estar bien, pero no te olvides de lo que eres capaz de hacer -dijo Bakugo, intentando ser más comprensivo aunque su tono seguía siendo áspero.
Izuku asintió lentamente, sintiendo el peso de las palabras de Bakugo y el apoyo de sus compañeros. Aunque no tenía mucho que decir, el hecho de que sus amigos estuvieran preocupados por él le hizo sentir una pequeña chispa de consuelo.
El resto del día continuó con la atmósfera un poco más tensa de lo habitual. Los compañeros de clase intercambiaron miradas preocupadas mientras el desempeño de Izuku seguía siendo una sombra de lo que solía ser.
La tarde llegó y los estudiantes de la Clase 1-A se dirigieron al Gimnasio Gamma para su sesión de entrenamiento. La energía del grupo era alta, y el entusiasmo por mejorar sus habilidades estaba a flor de piel. Sin embargo, Izuku Midoriya, que había estado luchando con su estado emocional y físico, no compartía el mismo ánimo.
Al llegar al gimnasio, Izuku se acercó a Aizawa, su expresión cansada y decidida.
-Profesor, no quiero ir a entrenar hoy -dijo Izuku, su voz era un susurro que apenas lograba atravesar el ruido del gimnasio.
Aizawa lo miró con una expresión de cansancio y preocupación. Sabía que el joven héroe en formación estaba pasando por un momento difícil, pero también entendía la importancia de mantener la disciplina.
Aizawa: Midoriya -dijo el profesor con voz firme-, no has sido expulsado aún por tus faltas debido a tu potencial como héroe. No puedo permitirte faltar ni una sola vez más. Tienes que estar aquí y participar, al menos de manera activa en la observación.
Izuku bajó la cabeza, sabiendo que no tenía mucho que objetar. Su voluntad de seguir adelante, aunque débil, era suficiente para aceptar la decisión. Se dirigió al área de observación del gimnasio, donde se sentó y se preparó para ver el progreso de sus compañeros.
Mientras Izuku se acomodaba en una esquina, sus compañeros comenzaron a mostrar sus habilidades. Bakugo y Tokoyami eran los que más destacaban en esta sesión. Bakugo, con su nueva habilidad AP Shot, lanzaba explosiones precisas y controladas que demostraban una gran mejora en su técnica. Tokoyami, con su quirk de Dark Shadow, realizaba movimientos fluidos y potentes, combinando su sombra con movimientos acentuados y coordinados.
Izuku observaba en silencio, con el uniforme de U.A. aún puesto. A pesar de que era un uniforme escolar y no el traje de héroe, sentía que era más cómodo para él en ese momento. El traje de héroe lo había visto en muchos combates y desafíos, y en ese momento, simplemente no tenía la energía para usarlo.
La falta de su participación activa no pasaba desapercibida para sus compañeros. Notaron la forma en que Izuku se mantenía al margen, sin las habituales expresiones de entusiasmo o preocupación. Algunos de ellos, especialmente Bakugo, lanzaron miradas ocasionales hacia él mientras entrenaban, con una mezcla de frustración y preocupación.
Bakugo, aunque irritado por la aparente apatía de Izuku, no podía evitar sentirse inquieto. Había pasado mucho tiempo desde que lo conocía, y el cambio en su comportamiento le resultaba desconcertante. La preocupación por su antiguo rival y amigo crecía cada día más.
A medida que el entrenamiento avanzaba, Izuku se mantenía en su posición, observando los logros de sus compañeros sin intervenir. A pesar de su estado, la determinación en los ojos de sus amigos y la energía en el gimnasio le recordaban la importancia de no rendirse. Aunque su propia situación era complicada y dolorosa, la voluntad de sus compañeros le ofrecía una pequeña chispa de esperanza.
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