Capítulo 19

Izuku Midoriya, enfundado en su traje de vigilante, recorrió los tejados de Musutafu, con la mente fija en un solo objetivo: encontrar la base de la Liga de Villanos. Sabía que esta ciudad era un laberinto de sombras y secretos, pero también sabía que la Liga no se escondería para siempre. Bakugo estaba en peligro, y cada segundo que pasaba era un segundo más en el que podrían acabar con su vida.

Izuku podía moverse sin ser detectado, utilizando sus Seis Ojos para rastrear a cualquier presencia malintencionada. Buscando el menor indicio de la Liga, pero lo único que encontró al principio fueron los latidos inquietos de criminales comunes.

Su primera parada fue en un callejón donde un grupo de delincuentes discutía sobre su última fechoría. Estaban tan absortos en su conversación que no notaron la presencia de Izuku hasta que fue demasiado tarde.

-¿Qué...? ¿Quién eres tú? -balbuceó uno de los criminales al ver al joven vigilante aparecer entre las sombras.

Izuku no perdió tiempo en hablar. Con un movimiento rápido, invocó una pequeña ráfaga de su técnica "Azul", creando una fuerza de atracción que tiró de los criminales hacia él con una fuerza imparable. Los cuerpos de los hombres fueron arrastrados por el poder, golpeando el suelo y las paredes con una fuerza brutal. Uno tras otro, cayeron inconscientes, incapaces de resistir el poder de Izuku, sin embargo decidió dejar uno consciente.

Izuku: ¡¿Dónde diablos está la Liga de Villanos?!

-¿L-La Liga de V-Villanos? -Dijo asustado- ¡N-No se de que h-hablas! 

El peliverde comenzó a infligir dolor en el criminal tratando de hacer que hablara por el dolor. Tras un buen momento, donde el criminal realmente no sabía nada, decidió dejarlo inconsciente. 

Sin embargo, no se detuvo para ver los resultados. Sabía que estos criminales no tenían la información que buscaba, pero no podía arriesgarse a dejarlos libres. A cada lugar que llegaba, los criminales caían uno tras otro, sin que ninguno pudiera siquiera gritar por ayuda antes de ser derribado.

Los tejados de Musutafu eran su campo de batalla, y cada paso lo llevaba más cerca de la base de la Liga. En su camino, se encontró con pandillas que pensaban que la noche les pertenecía, pero Izuku se encargó de recordarles que estaban equivocados. Con su técnica de "Azul", los hacía colisionar entre ellos, o los lanzaba contra las paredes y el suelo, dejando un rastro de cuerpos inconscientes en su búsqueda.

Mientras más avanzaba, más se corría el rumor sobre que el peliverde se encontraba en Musutafu. La frustración comenzaba a apoderarse de él, pero sabía que no podía permitirse dudar. Musutafu estaba llena de ratas, pero tarde o temprano, daría con la guarida de la peor de ellas.

"Esta vez, no hay lugar para el error. Bakugo literalmente depende de mí."

Izuku se movía con precisión entre los tejados de Musutafu, su cuerpo exhausto pero su mente afilada como una navaja. La noche avanzaba, y aunque su entrenamiento le permitía mantener un ritmo frenético, el agotamiento se estaba acumulando. Las semanas de patrullaje sin descanso habían empezado a tomar factura en él, y cada salto y cada pelea se sentían cada vez más difíciles. Sin embargo, la promesa de salvar a Katsuki Bakugo lo mantenía en pie.

Al aterrizar en un callejón sombrío, se encontró con un grupo de delincuentes que estaban discutiendo animadamente sobre su último robo. La conversación se detuvo bruscamente cuando Izuku apareció entre las sombras. Sus ojos verdes brillaban con una intensidad que reflejaba la desesperación y determinación.

-¿Qué pasa, quién eres tú? -dijo uno de los delincuentes, su voz temblando de sorpresa y miedo.

Izuku no se tomó el tiempo para una introducción. En lugar de eso, con un movimiento rápido, invocó su técnica "Azul", atrayendo a los criminales hacia él con una fuerza implacable. Los cuerpos golpearon el suelo con estrépito, pero el vigilante no estaba satisfecho. Se acercó a uno de ellos, que estaba parcialmente consciente, y lo agarró por el cuello de la camisa.

Izuku: ¡Dime dónde está la base de la Liga de Villanos! —exigió Izuku, su voz grave y cargada de una desesperación apenas contenida.

El delincuente, temblando de miedo, trató de apartar la mirada, pero Izuku no le dio tiempo para responder. El peliverde de un fuerte golpe, lo dejó inconsciente. A pesar de su aparente brutalidad, Izuku sabía que el tiempo era esencial. No podía perder más minutos buscando a ciegas.

Izuku: Estuve patrullando durante 4 horas desde que me enteré... ¡Cada segundo es crucial! 

Mientras avanzaba por la ciudad, la fatiga comenzaba a hacerse más evidente. Sus movimientos eran más pesados, sus respiraciones más entrecortadas. A cada paso, el peso de su agotamiento se hacía más evidente. Pero Izuku no podía permitirse detenerse.

En una esquina, encontró a otro grupo de delincuentes intentando vender algunos artículos robados. Con un movimiento rápido, los atacó con su técnica "Azul", haciendo que se chocasen entre ellos, y así dejándolos fuera de combate. Se acercó al líder del grupo, que yacía en el suelo, aturdido.

-¡¿Dónde está la base de la Liga de Villanos?! -preguntó Izuku con voz cortante y con menos paciencia que antes... Aunque nunca tuvo demasiada.

El delincuente lo miró con ojos llenos de terror, su cuerpo temblando. Intentó levantarse, pero cayó de nuevo al suelo.

-No... no sé... ¡Nunca hemos ido allí! -balbuceó el hombre, su voz quebrada por el miedo.

Izuku no tuvo tiempo para debates. Con un rápido movimiento de su "Azul", el delincuente fue lanzado contra una pared, perdiendo el conocimiento. Cada vez era más difícil mantener su enfoque, pero la desesperación y la determinación seguían siendo su motor.

Continuó su búsqueda, moviéndose de un distrito a otro, encontrando más criminales y enfrentándolos con una eficiencia brutal. Sin embargo, su cuerpo comenzaba a resentir el esfuerzo. Cada golpe y cada salto se sentían más pesados, y la fatiga lo hacía cometer errores menores.

En un momento, se encontró con un par de matones en un garaje desierto. Lucharon ferozmente, pero el cansancio de Izuku comenzaba a ser evidente. Sus movimientos eran más lentos, y sus golpes no tenían la misma fuerza de antes. Sin embargo, cuando logró derribar a los criminales, se acercó al líder del grupo, que estaba tumbado en el suelo.

-¡Por favor! ¡Dime lo que sabes sobre la Liga de Villanos! -le exigió, su voz jadeante y cansada.

El criminal, con los ojos muy abiertos por el miedo, tartamudeó.

-Escucha... sé que tienen una base en el centro de la ciudad... cerca de una vieja fábrica... pero... eso es todo lo que sé, ¡te lo juro!

Izuku asintió, sintiendo que la información era valiosa. Usó su técnica "Azul" para hacer que el criminal cayera inconsciente, sin perder más tiempo. Su cuerpo estaba casi al límite, y el dolor en sus músculos le estaba diciendo que necesitaba descansar. Pero el conocimiento de que estaba cerca lo mantenía en movimiento.

Izuku: M-Maldición... -Dijo sintiendo a sus músculos fatigados- 

Se dirigió hacia el centro de la ciudad, siguiendo la información que había obtenido. La vieja fábrica se alzaba ante él, desolada y cubierta de sombras. Sabía que probablemente estaba entrando en la guarida de la Liga de Villanos, y eso significaba que la verdadera batalla estaba por comenzar.

Izuku tomó una respiración profunda, tratando de reunir las últimas reservas de energía. Su cuerpo estaba cansado, pero su determinación seguía intacta. Avanzó hacia la fábrica, sus pasos resonando en el silencio de la noche, mientras se preparaba para enfrentarse a lo que sea que la Liga de Villanos le tuviera preparado.

Mientras entraba en la oscuridad de la fábrica, su mente estaba enfocada en un solo objetivo: encontrar a Katsuki y traerlo de vuelta. No había tiempo para dudas, no había tiempo para cansancio.

Poca fue la sorpresa de Izuku, al enterarse que esa fábrica... No era realmente la guarida de la Liga de Villanos, y todo fue una gran mentira de parte del otro villano. 

Su cuerpo clamaba por descanso, sus músculos ardían con cada paso que daba, pero no podía permitirse rendirse. Sabía que cada momento contaba para Katsuki Bakugo, y el pensamiento de su amigo en peligro lo mantenía en movimiento. Se acercó a la salida de la fábrica, buscando signos de actividad. La oscuridad envolvía el lugar, y las sombras parecían moverse con vida propia.

De repente, un grupo de criminales apareció en su camino, conversando animadamente sobre sus últimas fechorías. Izuku se movió rápidamente, enfrentándolos solamente con su superfuerza derribando a los matones con unos golpes abrumadores. Uno de los criminales quedó consciente pero debilitado, intentando levantarse con dificultad.

Izuku se acercó a él, tratando de mantener la calma a pesar de su agotamiento.

-¡Dime dónde está la base de la Liga de Villanos! -dijo nuevamente Izuku, su voz cansada pero urgente.

El criminal, no le tenía miedo al peliverde.

-No... Idiota, ¿acaso piensas que te lo voy a decir? Vete al infierno. 

Antes de que Izuku pudiera hacer algo más, un vórtice de energía apareció en el aire, y de repente, una figura emergió de las sombras. Era Eraser Head, el héroe profesional Shota Aizawa, 

Aizawa observó a Izuku con una expresión seria, sus ojos afilados como cuchillas. Sin mediar palabra, extendió su mano hacia el vigilante.

Aizawa: Ya fue suficiente... Midoriya. -Dijo para anular el quirk del peliverde- 

La tensión en el aire era palpable cuando Eraser Head, Aizawa, mantuvo su mirada fija en Izuku Midoriya. El joven vigilante, exhausto y sin su Quirk, se tambaleaba ligeramente, pero su determinación seguía ardiendo en sus ojos. Aizawa sabía que no podía simplemente permitir que Izuku siguiera actuando sin control, especialmente con la amenaza de la Liga de Villanos en juego.

-Izuku Midoriya, necesitas detenerte ahora. Realmente, por tu bien. -dijo Aizawa con firmeza, su voz cargada de autoridad.

Izuku, jadeando y sintiendo la falta de sus poderes, intentó mantener la compostura. Su desesperación lo hacía más determinante que nunca.

Izuku: ¡No puedo! ¡Bakugo está en peligro! No puedo esperar a que otros hagan el trabajo -respondió Izuku, su voz temblando con la mezcla de fatiga y determinación.

Aizawa no tenía tiempo para discusiones prolongadas. Sabía que Izuku estaba en un estado frágil y podía ser una amenaza para sí mismo y para otros si no se le detenía. Con un rápido movimiento, Aizawa se preparó para inmovilizar a Izuku, intentando neutralizarlo de manera que no se hiciera daño a sí mismo ni a otros.

Izuku, aunque debilitado, no se detuvo. Intentó contraatacar con movimientos rápidos y ágiles, pero su falta de quirk lo hacía menos efectivo. Aizawa, con su experiencia y habilidades, aprovechó cada oportunidad para desarmar y someter a Izuku sin causar daño serio.

El enfrentamiento se desató en el corazón de la vieja fábrica. Aizawa esquivaba los intentos de Izuku de atacarlo, usando su agilidad y precisión para contrarrestar los movimientos del joven vigilante. A pesar de su cansancio, Izuku intentaba dar lo mejor de sí mismo, moviéndose con rapidez y agilidad, pero sus ataques carecían de la potencia que normalmente tendría con sus poderes.

-Increíble, no es el mismo Midoriya que estaba en la U.A hace unas semanas... Sus movimientos y su técnica para dar cada golpe, son realmente increíbles para tener esa edad, sin embargo, -pensó Aizawa mientras bloqueaba otro golpe. -Realmente se encuentra demasiado cansado, seguramente sea por estar en las calles por más de 2 o 3  semanas. -su mirada era dura, pero en el fondo había una preocupación genuina.

Izuku trató de mantener la ofensiva, pero cada vez le resultaba más difícil. Sus movimientos se volvían más erráticos, y el agotamiento comenzaba a nublar su juicio. Aizawa lo esquivaba con habilidad, y cada vez que Izuku intentaba acercarse, el héroe le respondía con técnicas precisas para neutralizarlo sin causar daño innecesario.

En medio de la pelea, el sonido de pasos apresurados resonó en la fábrica. Endeavor apareció en la entrada, su figura imponente destacándose en la penumbra. Observó la escena con una mezcla de sorpresa y preocupación, entendiendo rápidamente la situación. La lucha entre Aizawa e Izuku estaba claramente desequilibrada, y el joven vigilante estaba claramente en una posición difícil.

Endeavor: Hace mucho que no te veo... Mocoso. -Dijo mirando al peliverde-

Aizawa, con su quirk para borrar quirks aún activa, se detuvo momentáneamente. Izuku aprovechó el momento para retroceder, jadeando y tratando de recuperar el aliento. Su cuerpo estaba agotado, y el enfrentamiento con Aizawa había sido más desafiante de lo que había anticipado.

Endeavor, con su presencia imponente, observaba a Izuku Midoriya, quien aún se tambaleaba después de su agotador enfrentamiento con Aizawa. La determinación de Izuku era palpable, pero su cuerpo estaba al límite, y su falta de quirk lo dejaba vulnerable.

Aizawa, consciente de que la situación no podía continuar así, intercambió una mirada con Endeavor. El héroe número dos entendió la gravedad de la situación y decidió intervenir para garantizar la seguridad de todos, especialmente dado el estado crítico de Izuku.

-Endeavor, por favor -dijo Aizawa con un tono grave-, necesitamos mantener esto bajo control. Izuku está demasiado agotado para luchar. Además necesitamos neutralizarlo por ordenes de Nezu.

Endeavor asintió, pero su expresión se mantuvo firme. Sabía que Izuku estaba actuando bajo una desesperación comprensible, pero también tenía que considerar el riesgo que representaba si continuaba en ese estado.

Sin previo aviso, Endeavor se lanzó al ataque con una velocidad imponente. Su cuerpo estaba envuelto en llamas intensas mientras se acercaba a Izuku, quien apenas tenía la energía para reaccionar. Con un movimiento rápido y preciso, Endeavor realizó su técnica más poderosa, el "Jet Burn".

Las llamas envolvieron el aire, y el calor se intensificó rápidamente. Endeavor, con una habilidad impresionante, tomó la cabeza de Izuku con su mano en llamas y la presionó contra su propio cuerpo. La intensidad de las llamas era abrumadora, y el joven vigilante, incapaz de resistir el ataque, dejó escapar un grito de dolor.

Izuku trató de luchar contra el calor, pero su agotamiento y la falta de sus poderes y sobre todo el "Infinito" hicieron que fuera incapaz de defenderse adecuadamente. Las llamas de Endeavor, aunque controladas, eran lo suficientemente intensas como para dejar a Izuku inconsciente. El joven cayó al suelo, su cuerpo inerte y la cabeza descansando en una posición vulnerable.

Después de tanto tiempo, el peliverde había sido derrotado. Su cuerpo tampoco daba para más, y de un momento a otro Izuku se quedo inconsciente. 

Unas horas después, en un hospital- 

La habitación del hospital estaba en calma, con el suave zumbido de los equipos médicos como único sonido. Izuku Midoriya despertó lentamente, sus ojos parpadeando mientras se acostumbraban a la luz tenue de la habitación. El primer pensamiento que cruzó su mente fue un sentimiento de confusión y debilidad, pero pronto se dio cuenta de que estaba en un hospital. Su cuerpo estaba envuelto en vendas y su mano derecha estaba inmovilizada en una férula.

Se incorporó lentamente, sintiendo el dolor en cada movimiento, pero también una profunda sensación de alivio por estar en un lugar seguro. Al mirar a su alrededor, vio a Recovery Girl, la heroína especializada en curación, sentada junto a su cama, con una expresión de preocupación mezclada con determinación.

Recovery Girl: Joven, finalmente despiertas —dijo la heroína con una sonrisa cálida pero cansada-.  Ha pasado un tiempo.

Izuku intentó hablar, pero su garganta estaba seca y su voz salió como un susurro.

Izuku: ¿Qué pasó? -preguntó, su voz llena de preocupación.

Recovery Girl ajustó su posición en la silla y miró a Izuku con seriedad.

-Después de que Endeavor te haya derrotado, te han traído aquí... Cuando caíste inconsciente parece que tu mano derecha se rompió. -Dijo para hacer un breve silencio- Bakugo sigue siendo un tema delicado. Los héroes están haciendo todo lo posible para encontrarlo.

Izuku sintió una oleada de desesperación. Su mente se inundó con recuerdos de la última vez que estuvo consciente: su desesperada búsqueda de la Liga de Villanos, el enfrentamiento con Endeavor, y su caída inconsciente.

Izuku: ¡Maldición! -Dijo impotente- 

Recovery Girl le puso una mano en el hombro, un gesto de consuelo.

Recovery Girl: Por cierto, ya estás completamente curado. Mi quirk ha hecho su trabajo y tu cuerpo ha sanado bien. Pero quiero recordarte algo importante.

Izuku: ¿Qué es? -preguntó, su voz llena de interés.

Recovery Girl se acercó y se sentó al borde de la cama, sus ojos reflejando una mezcla de comprensión y seriedad.

-Como sabes, mi Quirk no solo sana heridas, sino que también extrae una gran cantidad de energía del cuerpo. Aunque estés curado, debes tener cuidado de no esforzarte demasiado, ya que eso puede agotar tu energía más rápidamente. Es importante que no te excedas en tus actividades hasta que te sientas completamente recuperado.

Antes de que pudiera decir algo más, Recovery Girl continuó, cambiando de tema con una nota de entusiasmo.

-Por otro lado, Momo Yaoyorozu, una de tus compañeras de la U.A., ha hecho un gran trabajo. Ella ha logrado colocar un chip rastreador en uno de los Nomus que la Liga de Villanos ha estado utilizando. Gracias a su ingenio, ahora tenemos una ubicación bastante precisa de su base.

Izuku abrió los ojos, sorprendido y aliviado por la noticia. La esperanza volvió a iluminar su rostro mientras escuchaba la información.

Recovery Girl: Ya tienes el alta chico -Dijo con una sonrisa- Unos policías vendrán cuando informe que te despertaste, pero no lo haré... Sé que puedes salvar a ese chico. 

El peliverde no se esperaba lo que acababa de escuchar, este claramente se sorprendió.

Izuku: Gracias... ¡Lo haré! -Dijo para levantarse- ¿Dónde está mi traje de héroe? 

Unos momentos más tarde- 

El peliverde, ahora con su traje de héroe, decidió dar un pequeño paseo por el hospital para estirar las piernas y despejar su mente. Caminó lentamente por los pasillos, observando las áreas de recuperación y las salas de tratamiento. La tranquilidad del hospital era un contraste marcado con la urgencia de su misión.

Mientras avanzaba por un pasillo más alejado, Izuku escuchó sollozos suaves provenientes de una sala cercana. Curioso y preocupado, se acercó y vio a una mujer, sentada en una silla junto a la ventana. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, y su rostro reflejaba una angustia profunda.

Izuku se acercó con cautela, sin querer interrumpir el momento, pero sintiendo una necesidad de ofrecer apoyo. Sin hacer ruido para no interrumpir, Izuku se acercó más y miró dentro de la habitación. Lo que vio hizo que su corazón se detuviera.

Era un niño, el niño estaba recostado en una cama de hospital, su cuerpo rodeado de equipos médicos y monitores. Su apariencia era casi irreconocible; sus músculos estaban visiblemente hinchados, deformados por un desarrollo exagerado que parecía más propio de una monstruosidad que de un niño. Su piel tenía un tono grisáceo, y las heridas en su cuerpo parecían graves y extensas.

El estado del niño era alarmante. Su respiración era entrecortada y su cuerpo estaba lleno de vendajes y tubos. 

La mujer completamente descontrolaba por la situación del niño, comenzó a gritar su nombre.

-¡Kota!, ¡Kota!- Gritaba en llanto completamente desesperada la mujer. 

Izuku sintió un nudo en el estómago y la tristeza lo envolvió. Sin querer interrumpir el momento, se acercó más y se quedó de pie al lado de la cama, observando el estado crítico del niño.

Después de unos momentos, la mujer levantó la vista y vio a Izuku de pie en la puerta. Sus ojos estaban enrojecidos y llenos de lágrimas, y su expresión reflejaba una angustia profunda.

-¿Quién eres? -preguntó con voz temblorosa, tratando de controlar su tristeza-. ¿Qué haces aquí?

Izuku, al ver la confusión en los ojos de la mujer, se dio cuenta de que no la conocía.

Izuku: Lo siento si he interrumpido algo. Mi nombre es Izuku Midoriya. Estaba dando un paseo por el hospital y escuché los sollozos. No quería interrumpir, pero al ver al niño en este estado, me preocupé.

La mujer lo miró con sorpresa, su rostro mostrando una mezcla de curiosidad y preocupación.

-¿Izuku Midoriya? -preguntó, sin reconocer el nombre-. ¿Eres ese niño de la U.A que ahora es un vigilante?

Izuku asintió, tratando de ser amable y comprensivo.

La mujer trató de recomponerse y se secó las lágrimas, aunque la tristeza seguía evidente en su rostro.

-Mi nombre de heroína es Mandalay, formo parte de las "Wild, Wild Pussycats", estuve a cargo del campamento de la U.A junto a otros héroes...  -Dijo intentando no entrar en llanto- Fuimos atacados por la Liga de Villanos, este niño se llama Kota fue atacado por el villano que anteriormente mató a sus padres. Sus heridas son graves, y su cuerpo está... destruido. Los médicos dicen que está en estado crítico. Su aspecto es casi irreconocible. No puedo entender cómo alguien puede hacerle esto a un niño.

Izuku: Yo... Lo siento, Mandalay.

Internamente el peliverde decidió pensar mientras miraba al niño.

-¿Quizás y si hubiera estado presente en el campamento... yo habría salvado a este niño?- Pensó con una punzada en su corazón. 

Unos momentos después-

El peliverde había decidido ir a la U.A a buscar a Momo, así que decidió usar su teletransportación. Al llegar a la U.A., específicamente Izuku estaba en la clase 1-A. Sabía que la U.A tenía cámaras, pero tampoco le importaba mucho.  Debía reunirse con momo por el rastreador que podría ser crucial para localizar la base de la Liga de Villanos, y necesitaba conseguirlo rápidamente.

Izuku no encontraba a los estudiantes en ningún lugar, claramente era por el horario. Ya era de noche, pero el conocía la personalidad de sus compañeros, habían 2 rastreadores... Uno lo tenían los héroes y el otro lo iban a usar para tratar de salvar a Bakugo.

El peliverde decidió teletransportarse a la entrada de la U.A, donde para su sorpresa... Se encontraban Momo, Todoroki, Iida y Kirishima. 

-¡¿Midoriya?!- Dijeron todos al unísono 

Izuku: Ha pasado tiempo...

Iida: ¡Ha pasado tiempo! -Alegre de ver a su amigo- ¿Qué haces aquí? 

El peliverde no se encontraba alegre en lo absoluto, los 4 estudiantes se percataron de este inconveniente y por ende también se pusieron serios. 

Momo: ¿Qué quieres? -Dijo con sospechas-

Izuku: Exactamente lo que tienes en las manos. -Dijo mirando el rastreador- 

Los estudiantes se negaban a dárselo por las buenas, realmente los 5 buscaban lo mismo, ¿por qué simplemente no iban todos juntos? 

Izuku: No me hagan perder mi tiempo. -Dijo serio-

Shouka: Midoriya. -Dijo decepcionada- 

Kirishima: ¡¿Qué demonios te pasa, hombre?!

Momo: ¡No puedes simplemente tomarlo así! ¡Debemos trabajar juntos!

Izuku: Lo siento, pero si ustedes no pueden actuar con la urgencia que esta situación requiere, entonces lo haré yo solo. No puedo perder más tiempo.

El peliverde en un rápido movimiento, le robó el rastreador a Momo utilizando su Azul, realmente había hecho cosas más complicadas como robar armas con la misma habilidad, por lo que no fue un problema. 

Momo: Midoriya, no podemos actuar de manera imprudente. Necesitamos planificar con cuidado para asegurar el éxito de nuestra misión.

Izuku: ¡Eso es lo que no entiendo! ¡Estamos perdiendo el tiempo! ¿No ven que estamos en medio de una crisis? La falta de acción solo está empeorando las cosas. ¿De verdad creen que pueden resolver esto con charlas y reuniones?

Kirishima visiblemente molesto se acercó a Izuku

Kirishima: ¡No se trata de no hacer nada! Estamos intentando hacer lo mejor que podemos. Tu actitud solo está creando más problemas.

El peliverde se giró hacía Kirishima, su paciencia estaba al limite

Izuku: ¿Más problemas? ¡La verdadera debilidad aquí es la indecisión y el miedo a actuar! Mientras ustedes están atrapados en debates, yo estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para salvar a nuestros amigos. Si eso significa tomar el rastreador y actuar por mi cuenta, entonces lo haré.

Momo, con lágrimas en los ojos, intentó intervenir.

Momo: ¡Midoriya, no puedes simplemente tomarlo así! ¡Debemos trabajar juntos! Esto no es solo una cuestión de actuar, es una cuestión de colaborar y apoyarnos mutuamente.

Izuku, con una mirada dura, respondió con firmeza.

Izuku: No, todos ustedes son débiles.

Todoroki, con la voz cargada de enojo, se interpuso.

Shouka: ¡Tu actitud no está ayudando! Necesitamos trabajar juntos para enfrentar esta amenaza, no pelearnos entre nosotros.

Izuku simplemente ignoró las palabras de la Todoroki, dispuesto a irse, se dió la vuelta hacía la salida de la U.A.

-¡Midoriya, para! -gritó Momo, desesperada-. ¡No te lo lleves!

Izuku, con un último vistazo de frustración hacia ellos, utilizó su habilidad de teletransportación y se alejó de ellos con el rastreador en mano.

Aunque el reencuentro del peliverde con algunos de sus compañeros de la U.A no haya sido el mejor, a este simplemente no le importó... Ahora mismo solo tenía una misión, ir hacía la Liga de Villanos.

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