"Izuku Claus: Un Héroe para la Navidad".

La U.A. es un torbellino de actividad mientras los estudiantes y profesores trabajan juntos para decorar el campus para la festividad. Se escuchan risas y charlas animadas mientras cuelgan luces y colocan adornos por todas partes. Aunque algunos tropiezan con los desafíos de la decoración, el ambiente es cálido y acogedor, con todos compartiendo el espíritu navideño.

"¡Esto va a ser increíble!" exclama Izuku mientras coloca una estrella en la cima de un árbol.

Ochaco asiente con entusiasmo.

"Es como si toda la escuela estuviera llena de magia", dice.

Kaminari lucha con una maraña de luces. "¿Alguien sabe cómo se enredaron tanto estas cosas? ¡Creo que están vivas!"

Mina ríe mientras ayuda a desenredarlas. "¡Vamos, Kaminari! Necesitamos que esas luces brillen. La Navidad es sobre el trabajo en equipo también, ¿no?"

Mientras tanto, Aizawa y Present Mic observan con una sonrisa. "Al menos están trabajando juntos en algo que no sea entrenamiento", comenta Aizawa.

La festividad está en pleno apogeo, con todos disfrutando de la oportunidad de celebrar juntos antes de las vacaciones.

All Might se levanta en el escenario, su presencia imponente llena la habitación mientras dirige una sonrisa cálida a los estudiantes y profesores reunidos frente a él. Detrás de él, el árbol de Navidad brilla con luces brillantes y adornos festivos, creando un ambiente mágico.

"All right, everyone! ¡Gran trabajo con la decoración!", anuncia All Might con entusiasmo, sus palabras llenas de energía y gratitud. Los estudiantes estallan en aplausos y vítores mientras él los anima desde el escenario.

All Might hace un gesto hacia Izuku y Uraraka, llamándolos al frente. Ambos estudiantes se mueven con una mezcla de nerviosismo y emoción, listos para dirigirse a sus compañeros.

"¡Gracias, All Might!", responde Izuku, su voz llena de emoción y gratitud. "¡Es un honor estar aquí y participar en esta celebración!"

Uraraka asiente con entusiasmo, agregando: "¡Estoy tan emocionada de ser parte de esto! La Navidad es un momento especial para compartir con amigos y familiares, y estoy feliz de estar aquí con todos ustedes."

All Might asiente con aprobación mientras los estudiantes comparten sus palabras. Su rostro iluminado por la alegría y el orgullo de ver a sus alumnos mostrar un espíritu tan festivo y unido.

La sala se llena de un sentido de camaradería y emoción mientras All Might, Izuku y Uraraka comparten un momento especial en el escenario, inspirando a todos los presentes con su espíritu navideño.

Después de unas horas, Izuku se encuentra atrapado en un tráfico denso mientras intenta regresar a casa. Las luces de los automóviles brillan en la noche, reflejando los colores rojos y verdes de las decoraciones navideñas en las calles. A su alrededor, los conductores tocan las bocinas con frustración, mientras los copos de nieve comienzan a caer suavemente.

Izuku mira su reloj con preocupación. Sabe que Kota, su hijo adoptivo, lo está esperando en casa para celebrar juntos. Con un suspiro, saca su teléfono y marca el número de Kota.

Izuku: (esperando que conteste) Vamos, Kota, contesta...

Después de unos tonos, la voz joven de Kota suena al otro lado de la línea.

Kota: ¡Hola, Izuku! ¿Estás cerca de llegar?

Izuku: (con una sonrisa agridulce) Hola, Kota. Estoy atrapado en el tráfico y parece que voy a tardar un poco más en llegar. ¿Estás bien? ¿Hay algo que necesites?

Kota: (con un tono de preocupación) Estoy bien, pero estaba esperando para cenar contigo. Todo está listo y pensé que estarías aquí a tiempo.

Izuku siente una punzada de culpa, imaginando a Kota esperando ansiosamente en casa.

Izuku: (con un tono tranquilizador) Lo sé, lo sé. Lo siento mucho, Kota. Prometo que haré lo posible por llegar lo más rápido que pueda. Mientras tanto, ¿por qué no pones una película navideña para pasar el rato? Así no se te hará tan larga la espera.

Kota: (con una ligera sonrisa) Está bien, supongo. Veré "El Expreso Polar" mientras te espero. Pero apúrate, ¿de acuerdo?

Izuku: (con determinación) Claro que sí, Kota. No te preocupes, estaré ahí pronto. Gracias por ser tan paciente.

Kota: (con cariño) Está bien, Izuku. Te veré pronto. Cuídate en el camino.

Izuku: (con una sonrisa cálida) Te quiero, Kota. Nos vemos en un rato.

Izuku cuelga el teléfono y mira nuevamente el tráfico. La nieve continúa cayendo, creando una atmósfera de calma a pesar del bullicio a su alrededor. Con una profunda respiración, se arma de paciencia y continúa su camino, decidido a llegar a casa lo antes posible para compartir la magia de la Navidad con Kota.

Finalmente, después de lo que parece una eternidad, el tráfico se despeja y Izuku llega a su vecindario. La nieve ha cubierto las calles y las casas con un manto blanco, y las luces navideñas brillan en cada ventana, creando una vista acogedora y festiva. Aparca su coche frente a su casa, sintiendo una mezcla de alivio y emoción al saber que pronto estará con Kota.

Izuku se baja del coche y camina rápidamente hacia la puerta, sacudiendo la nieve de sus hombros. Abre la puerta y entra, encontrando la casa cálida y decorada con luces y adornos navideños. En el centro de la sala, Kota está sentado en el sofá, envuelto en una manta, con "El Expreso Polar" reproduciéndose en la televisión.

Kota: (levantándose rápidamente) ¡Izuku! ¡Por fin llegaste!

Izuku: (con una sonrisa cálida) Kota, lo siento mucho por la demora. El tráfico estaba terrible.

Kota corre hacia Izuku y lo abraza fuertemente.

Kota: (con alivio) No importa, solo me alegra que estés aquí ahora.

Izuku: (abrazándolo de vuelta) Yo también, Kota. Estoy muy feliz de estar en casa contigo.

Kota toma la mano de Izuku y lo lleva al sofá.

Kota: (emocionado) Ven, siéntate conmigo. Todavía queda un poco de la película, y después podemos cenar.

Izuku se sienta en el sofá junto a Kota, y los dos se acomodan bajo la manta. La película continúa, llenando la sala con su música mágica y su historia conmovedora.

Izuku: (mirando a Kota) Gracias por esperarme, Kota. Sé que no es fácil.

Kota: (con una sonrisa) Vale la pena esperar cuando es por ti. Además, ahora estamos juntos, y eso es lo que importa.

Izuku: (conmovido) Tienes razón. La Navidad es sobre estar con quienes amamos. Vamos a disfrutar esta noche, ¿de acuerdo?

Kota asiente, y los dos se sumergen en la película, compartiendo un momento de paz y felicidad en la calidez de su hogar. Afuera, la nieve sigue cayendo suavemente, envolviendo el mundo en un tranquilo silencio navideño.

Mientras Izuku y Kota están sentados en el sofá disfrutando de la película, Izuku nota un ligero olor a quemado. Al principio, lo ignora, pensando que tal vez es algo en la película, pero el olor se intensifica rápidamente.

Izuku: (olfateando el aire) ¿Hueles eso, Kota? Creo que algo se está quemando.

Kota también comienza a oler el aire y su expresión cambia a preocupación.

Kota: ¡Oh no! ¡La cena!

Izuku se levanta rápidamente del sofá y corre hacia la cocina. Al abrir la puerta, ve humo saliendo del horno y una pequeña llama comenzando a asomar. Sin pensarlo dos veces, agarra el extintor que está colgado en la pared y lo activa, apagando el fuego con una nube de espuma.

Izuku: (con voz firme mientras apaga el fuego) ¡Mantente atrás, Kota! ¡Lo tengo bajo control!

Kota observa desde la puerta, sus ojos llenos de preocupación. Izuku trabaja rápidamente, y en unos momentos, el fuego está completamente apagado. Se toma un segundo para asegurarse de que todo está seguro antes de abrir el horno.

Dentro, el pavo está completamente carbonizado, negro y humeante. Izuku suspira, dejando el extintor a un lado.

Kota: (con una mezcla de decepción y alivio) ¿Está... todo bien?

Izuku: (sonriendo tranquilizadoramente) Sí, todo está bien ahora. Pero creo que nuestro pavo no sobrevivió.

Kota se acerca lentamente, mirando el pavo quemado.

Kota: (intentando ser positivo) Bueno, al menos no nos quemamos nosotros. Y siempre podemos pedir una pizza, ¿verdad?

Izuku ríe, aliviado por la actitud positiva de Kota.

Izuku: (con una sonrisa) Tienes toda la razón. Además, lo importante es que estamos juntos. La comida es solo una parte de la celebración.

Kota: (asintiendo) ¡Exactamente! Vamos a pedir esa pizza y hacer una nueva tradición navideña.

Izuku saca su teléfono para hacer el pedido mientras Kota empieza a limpiar la espuma del extintor. Aunque la cena original no salió como esperaban, los dos se sienten más unidos que nunca, sabiendo que pueden enfrentar cualquier desafío juntos.

Izuku y Kota, todavía riéndose del desastre del pavo, deciden cambiar de táctica.

Izuku: (mientras guarda su teléfono) Parece que las pizzerías están cerradas por Navidad. ¿Qué te parece si vamos a un restaurante chino? Siempre he oído que están abiertos en Navidad.

Kota: (con entusiasmo) ¡Eso suena genial! ¡Vamos!

Ambos se abrigaron con bufandas y chaquetas, y salieron al frío invernal. Con la nieve aún cayendo suavemente, caminaron hacia el restaurante chino más cercano, disfrutando del aire fresco y las luces navideñas en el camino. Pero cuando llegaron, encontraron las puertas cerradas y las luces apagadas.

Izuku: (mirando el letrero cerrado) Vaya, parece que incluso el restaurante chino está cerrado.

Kota: (suspirando) Parece que todo el mundo está celebrando en casa. ¿Qué vamos a hacer ahora?

Izuku se rascó la cabeza, pensando rápidamente.

Izuku: (con una sonrisa) Bueno, no nos vamos a rendir tan fácilmente. Vamos a la tienda de conveniencia. Seguro que podemos encontrar algo divertido para cenar allí.

Kota: (sonriendo) ¡Buena idea! ¡Vamos!

Caminaron de regreso por la calle hasta la tienda de conveniencia del vecindario, esperando que al menos estuviera abierta. Para su alivio, las luces de la tienda brillaban acogedoramente, y el letrero de "abierto" les daba la bienvenida.

Entraron y recorrieron los pasillos, recogiendo ramen instantáneo, snacks y algunos postres. Mientras recorrían la tienda, Izuku y Kota no pudieron evitar reírse de su inesperada cena navideña.

Izuku: (con una risa) Bueno, no es el banquete tradicional, pero estoy seguro de que será memorable.

Kota: (con una sonrisa traviesa) ¿Quién necesita un pavo cuando puedes tener ramen instantáneo y helado?

Con sus compras en mano, regresaron a casa y prepararon su peculiar cena navideña. Sentados juntos en la mesa de la cocina, disfrutaron de su festín improvisado, compartiendo historias y riendo sobre el evento inesperado.

Izuku: (levantando un paquete de ramen como si brindara) Aquí está, Kota. Por una Navidad que nunca olvidaremos.

Kota: (levantando su propio paquete de ramen) ¡Por la mejor Navidad de todas!

Mientras la nieve seguía cayendo afuera, Izuku y Kota saborearon cada momento de su noche juntos, creando recuerdos que valorarían para siempre.

Después de su peculiar cena navideña, Izuku y Kota pasaron el resto de la noche disfrutando de su tiempo juntos. Pero a medida que la noche avanzaba, Izuku notó que Kota comenzaba a sentirse somnoliento. Decidió que era hora de acostarlo.

Izuku llevó a Kota a su habitación, que estaba decorada con luces navideñas suaves y un pequeño árbol en la esquina. La cama de Kota estaba cubierta con una colcha con motivos navideños, y varios peluches descansaban en la almohada.

Izuku: (arropando a Kota) Bien, es hora de dormir, campeón. Pero antes, ¿te gustaría que te lea un cuento de Navidad?

Kota: (con los ojos brillantes de emoción) ¡Sí, por favor!

Izuku se dirigió a la estantería y sacó un libro de cuentos de Navidad. Se sentó al borde de la cama de Kota y comenzó a leer en voz baja, con un tono cálido y reconfortante.

Izuku: "Era la noche antes de Navidad, y en toda la casa, no se oía ni un ruido, ni siquiera un ratón..."

Kota se acurrucó bajo las mantas, escuchando atentamente mientras Izuku continuaba con el cuento. La voz de Izuku era suave y melodiosa, llenando la habitación con la magia de la historia.

Izuku: "... cuando, ¿qué para mis ojos asombrados debería aparecer, sino un trineo en miniatura y ocho pequeños renos..."

Los ojos de Kota comenzaron a cerrarse lentamente mientras la historia avanzaba. El ambiente en la habitación era tranquilo y acogedor, con las luces navideñas parpadeando suavemente y el sonido lejano de villancicos flotando en el aire.

Izuku: "... y escuché que exclamaba, antes de desaparecer de mi vista, ¡Feliz Navidad a todos, y a todos, buenas noches!"

Izuku cerró el libro con cuidado, mirando a Kota, que ya estaba profundamente dormido. Con una sonrisa tierna, se inclinó y besó la frente de Kota.

Izuku: (en voz baja) Buenas noches, Kota. Que tengas dulces sueños.

Izuku se levantó silenciosamente y apagó la lámpara de la mesita de noche, dejando solo las suaves luces navideñas iluminando la habitación. Salió de la habitación con cuidado, cerrando la puerta detrás de él sin hacer ruido.

Mientras caminaba por el pasillo hacia su propia habitación, Izuku sintió una profunda sensación de paz y satisfacción. A pesar de todos los contratiempos del día, había terminado de manera perfecta, con él y Kota disfrutando de una Navidad que nunca olvidarían.

A medianoche, Kota se despierta sobresaltado por un ruido en el tejado. Parpadea en la oscuridad, tratando de entender qué podría haber causado el sonido. Intrigado y un poco asustado, se levanta de la cama y se dirige rápidamente a la habitación de Izuku.

Kota: (sacudiendo a Izuku) ¡Izuku, despierta! Escuché algo en el tejado.

Izuku, todavía medio dormido, se incorpora lentamente y mira a Kota con preocupación.

Izuku: (frotándose los ojos) ¿Un ruido en el tejado? ¿Estás seguro?

Kota: (asintiendo rápidamente) ¡Sí, lo escuché claramente! ¡Podría ser un asaltante!

Izuku se pone de pie de inmediato, la preocupación reemplazando su somnolencia. Se pone un abrigo rápidamente y toma una linterna antes de dirigirse a la puerta principal con Kota siguiéndolo de cerca.

Izuku: (con determinación) Quédate detrás de mí, Kota. Vamos a ver qué está pasando.

Salen al frío invernal, la nieve cruje bajo sus pies mientras avanzan. Izuku enfoca la linterna hacia el tejado y, para su sorpresa, ve un trineo y varias figuras borrosas.

Izuku: (sorprendido) ¿Qué diablos...?

A medida que se acercan, ven a una figura robusta y vestida de rojo junto a la chimenea. Sin pensarlo, Izuku levanta la voz.

Izuku: (gritando) ¡Hey tú, el del traje!

El hombre vestido de rojo, sorprendido por el grito de Izuku, pierde el equilibrio y cae al suelo con un golpe sordo, levantando una nube de nieve.

Kota: (asustado y curioso) ¡Izuku, mira! ¡Es Santa Claus!

Izuku corre hacia la figura caída, todavía en guardia. Cuando llega, ve a un hombre mayor con barba blanca, vestido con un traje rojo y blanco, que se frota la cabeza mientras se levanta lentamente.

Izuku: (ayudándole a levantarse) ¿Estás bien? No quise asustarte.

Santa Claus: (sonriendo a pesar de la caída) Estoy bien, gracias. No te preocupes, joven. Un pequeño susto nunca hace daño.

Kota se acerca, mirando a Santa con los ojos abiertos de par en par.

Kota: (emocionado) ¿De verdad eres Santa Claus?

Santa Claus: (riendo suavemente) Claro que sí, pequeño. Solo tuve un pequeño tropiezo. Es lo que pasa cuando no esperas ser descubierto.

Izuku y Kota miran asombrados mientras Santa se sacude la nieve de su traje. El trineo y los renos en el tejado son una visión surrealista, pero ambos comienzan a creer en la magia que tienen frente a sus ojos.

Izuku: (con una sonrisa incrédula) Esto es increíble. ¿Qué haces aquí, Santa?

Santa Claus: (con una sonrisa cálida) Solo estoy haciendo mis entregas habituales. Pero ahora que estamos todos despiertos, ¿qué tal si les dejo algunos regalos especiales antes de continuar?

Kota y Izuku asienten con entusiasmo, emocionados por la inesperada visita. Mientras Santa reparte algunos regalos y se prepara para seguir su camino, la noche se llena de una magia navideña que nunca olvidarán.

Izuku está parado en la nieve, observando atónito a Santa Claus frente a él. De repente, es sacudido de sus pensamientos por Kota, quien lo mira con ojos llenos de pánico y sorpresa.

Kota: (tirando de la manga de Izuku) ¡Izuku, ¿qué has hecho?! ¡Has matado a Santa!

Izuku parpadea, sacudiendo la nieve de sus ojos, y ve a Santa Claus tendido en el suelo. La realidad de la situación comienza a asentarse y siente una mezcla de incredulidad y preocupación.

Izuku: (con voz temblorosa) No, Kota, no lo maté. Sólo... sólo cayó.

Kota señala con nerviosismo al hombre vestido de rojo.

Kota: (con miedo) ¡Mira! ¡No se mueve!

Izuku se arrodilla junto al cuerpo de Santa, buscando algún signo de vida. En ese momento, su mirada se fija en una tarjeta blanca que sobresale del bolsillo del traje rojo. La saca con manos temblorosas y lee en voz alta:

Izuku: "Si algo me pasa a mí, ponte mi traje. El reno sabrá qué hacer."

Kota mira a Izuku con una mezcla de miedo y asombro.

Kota: (susurrando) ¿Qué significa eso?

Izuku da vuelta la tarjeta, leyendo la pequeña letra en el reverso, exactamente como hizo Scott Calvin:

Izuku: (leyendo) "La persona que se ponga el traje asumirá todos los deberes de Santa Claus."

Izuku y Kota intercambian miradas asombradas y confundidas, tratando de comprender la magnitud de lo que acaban de descubrir.

Izuku: (mirando el traje) Kota, creo que... tengo que ponerme el traje.

Kota: (asustado pero también emocionado) ¿En serio? ¿Te convertirás en Santa Claus?

Izuku asiente lentamente, todavía procesando todo.

Izuku: (con determinación) Sí, creo que no tenemos otra opción. Si esto es real, alguien tiene que hacer el trabajo de Santa.

Kota observa a Izuku mientras se pone el traje rojo, que sorprendentemente le queda perfectamente. A medida que se ajusta el cinturón, siente una extraña mezcla de miedo y emoción. Izuku se gira hacia Kota con una sonrisa nerviosa.

Izuku: (tratando de sonar seguro) Bueno, supongo que ahora soy Santa. Vamos a ver si el trineo funciona.

Kota asiente, sus ojos brillando con emoción y esperanza.

Kota: ¡Vamos, Santa Izuku! ¡Salvemos la Navidad!

Con Kota a su lado, Izuku se acerca al trineo y sube, tomando las riendas. Para su sorpresa, los renos reaccionan de inmediato, listos para volar. Mientras se elevan en el cielo, Izuku y Kota se dan cuenta de que están a punto de embarcarse en una aventura increíble y mágica, una noche que ninguno de los dos olvidará jamás.

Los renos llevan el trineo por el cielo nocturno, sobrevolando la ciudad. Las luces navideñas de abajo crean un paisaje brillante y festivo mientras Izuku y Kota se sujetan con fuerza, maravillados por la vista. Finalmente, los renos descienden suavemente sobre la azotea de una casa.

Kota: (mirando a Izuku con emoción) ¡Lo hicimos! ¡Estamos en una azotea!

Izuku: (sonriendo nerviosamente) Sí, pero ahora viene la parte difícil.

Izuku toma la bolsa de regalos, que sorprendentemente es más liviana de lo que esperaba, y se acerca a la chimenea. Examina la abertura y frunce el ceño.

Izuku: (frustrado) ¿Cómo se supone que debo meterme por aquí? ¡Es demasiado pequeña!

De repente, Izuku siente una extraña sensación en su cuerpo. Antes de que pueda reaccionar, se eleva ligeramente en el aire y su cuerpo empieza a transformarse. Su carne se vuelve gelatinosa, y, en un momento surrealista, comienza a deslizarse por la chimenea, como si fuera una sustancia líquida.

Izuku: (gritando mientras se desliza) ¡¿Qué está pasando?!

Kota, desde la azotea, observa con asombro mientras Izuku desaparece dentro de la chimenea.

Kota: (gritando) ¡Izuku, ¿estás bien?!

Dentro de la casa, Izuku emerge de la chimenea y vuelve a su forma normal, cubierto de un poco de hollín pero ileso. Se sacude el polvo y mira a su alrededor, encontrándose en una sala de estar acogedora decorada con motivos navideños. Se toma un momento para recuperar el aliento, aún asombrado por lo que acaba de ocurrir.

Izuku: (susurrando para sí mismo) Increíble... esto es realmente magia.

Se acerca al árbol de Navidad y empieza a sacar regalos de la bolsa, colocándolos cuidadosamente bajo el árbol. La bolsa parece no tener fondo, siempre llena de regalos, sin importar cuántos saque.

Desde la azotea, Kota se asoma por la chimenea, llamando en voz baja.

Kota: ¡Izuku, ¿estás bien allá abajo?

Izuku: (respondiendo en un susurro) Sí, estoy bien. Sólo déjame terminar aquí y volveré.

Después de colocar los últimos regalos, Izuku se dirige de nuevo a la chimenea. Siente la misma extraña sensación mientras su cuerpo se transforma y se eleva por la chimenea, regresando a la azotea con Kota.

Izuku: (sonriendo con alivio) ¡Listo! La casa está hecha.

Kota: (asombrado) Eso fue increíble, Izuku. ¡Eres realmente Santa Claus ahora!

Izuku: (riendo) Parece que sí. Vamos, tenemos muchas más casas por visitar.

Suben de nuevo al trineo y los renos despegan en el aire. Izuku, ahora confiado en su nuevo rol, se prepara para una noche llena de magia y aventuras, llevando la alegría navideña a cada hogar que visitan.

En la siguiente parada, el trineo de Izuku y Kota aterriza suavemente en otra azotea cubierta de nieve. Izuku toma la bolsa de regalos, ahora ya familiarizado con la rutina, y se acerca a la chimenea.

Izuku: (mirando a Kota) ¡Deséame suerte! Voy a hacerlo de nuevo.

Kota: (con una sonrisa) ¡Buena suerte, Izuku! ¡Tú puedes!

Izuku vuelve a sentir la extraña sensación de elevarse y volverse gelatinoso, deslizándose por la chimenea con facilidad. Al llegar al interior de la casa, recupera su forma normal y se sacude el hollín. La sala de estar está decorada de manera similar, con un árbol de Navidad brillante y luces parpadeantes.

Izuku empieza a sacar regalos de la bolsa, y una vez más, la bolsa parece no tener fondo, reponiéndose mágicamente con nuevos regalos cada vez que saca uno.

Izuku: (maravillado) Esta bolsa es increíble. No importa cuántos regalos saque, siempre hay más.

De repente, escucha un gruñido bajo y amenazante. Mira hacia un rincón oscuro de la sala y ve a un gran perro acercándose, mostrando los dientes.

Izuku: (hablando en voz baja) Tranquilo, amigo. No quiero problemas.

Recordando algo que aprendió sobre perros, busca rápidamente en la bolsa y saca un huevo de hule. Lo lanza suavemente al perro, que olfatea el juguete y empieza a morderlo, olvidándose de Izuku.

Izuku: (respirando aliviado) Eso estuvo cerca. Buen chico, sigue jugando con eso.

Izuku se apresura a colocar los regalos restantes bajo el árbol. Mientras lo hace, observa al perro, que ahora está felizmente entretenido con el huevo de hule.

Izuku: (sonriendo) Espero que disfrutes tu nuevo juguete.

Con la tarea completada, Izuku se dirige de nuevo a la chimenea. Siente la familiar transformación y es elevado mágicamente de regreso a la azotea.

Kota: (esperando ansiosamente) ¿Todo bien, Izuku?

Izuku: (sonriendo mientras se sacude el hollín) Sí, todo bien. Encontré un perro, pero le di un huevo de hule y se calmó.

Kota: (riendo) ¡Eso es genial! ¡Vamos a la siguiente casa!

Suben al trineo y los renos despegan de nuevo, volando hacia la siguiente parada en su mágica misión navideña. Izuku y Kota comparten una sonrisa, emocionados por las aventuras que les esperan mientras continúan repartiendo alegría navideña a cada hogar.

Mientras la noche comienza a dar paso al amanecer, el trineo de Izuku y Kota se dirige hacia su última parada. Las primeras luces del día comienzan a teñir el cielo de un suave tono rosado y dorado. Izuku, con una mezcla de cansancio y satisfacción, se vuelve hacia Kota.

Izuku: (sonriendo) ¡Feliz Navidad, Kota! ¡Lo logramos!

Kota: (con una amplia sonrisa) ¡Feliz Navidad, Izuku! Fue increíble.

De repente, los renos cambian de dirección y empiezan a volar hacia el Polo Norte. Izuku y Kota se agarran firmemente mientras el paisaje cambia rápidamente a un vasto desierto de hielo y nieve. A medida que se acercan, una majestuosa villa navideña emerge en el horizonte, brillando con luces festivas.

Los renos comienzan a descender suavemente, y el trineo aterriza con gracia en la nieve. Izuku y Kota miran alrededor, maravillados por el entorno mágico. Pero tan pronto como tocan tierra, los renos y el trineo comienzan a desvanecerse, dejando a Izuku y Kota solos en medio del frío ártico.

Izuku: (mirando a su alrededor) ¿Dónde estamos?

Kota: (abrazándose a sí mismo por el frío) ¿Qué pasó con los renos y el trineo?

De repente, una figura alta y esbelta aparece entre las luces. Es Bernard, el jefe de los elfos, con una sonrisa enigmática.

Bernard: (acercándose) Bienvenidos al Polo Norte, Izuku. Veo que completaste tu primera noche como Santa Claus.

Izuku: (sorprendido) ¿Bernard? ¿Qué está pasando? ¿Por qué estamos aquí?

Bernard: (con una sonrisa cálida) Los renos y el trineo cumplieron su propósito y nos trajeron a ti y a Kota aquí para recibir más instrucciones. Ahora que eres Santa, necesitas conocer tus nuevas responsabilidades.

Kota: (todavía asombrado) ¿Todo esto es real?

Bernard: (asintiendo) Sí, Kota. Todo esto es real. Y ahora, tú e Izuku tienen mucho que aprender sobre cómo ser Santa Claus y su ayudante.

Izuku y Kota se miran, todavía procesando todo lo que ha sucedido. Bernard les hace señas para que lo sigan, y juntos caminan hacia la majestuosa villa navideña. A medida que avanzan, la emoción y la anticipación crecen en sus corazones, sabiendo que están a punto de embarcarse en una nueva y mágica aventura.

Bernard: (guiándolos) Aquí, en el Polo Norte, aprenderás todo lo necesario para llevar la alegría de la Navidad al mundo. Y nosotros estaremos aquí para ayudarte en cada paso del camino.

Mientras Bernard continúa explicándoles lo que les espera, Izuku y Kota se sienten llenos de esperanza y alegría, listos para abrazar su nuevo destino como los portadores de la magia navideña.

Bernard se acerca a Kota con una sonrisa amable y le entrega una bola de nieve decorada con brillantes destellos.

Bernard: Aquí tienes, Kota. Una bola de nieve especial del Polo Norte. ¡Guárdala como un tesoro!

Kota recibe la bola de nieve con los ojos brillantes de emoción y asombro.

Kota: ¡Wow, gracias, Bernard! ¡Es increíble!

Bernard asiente con satisfacción y luego se vuelve hacia Izuku.

Bernard: Ahora, Izuku, si me sigues, tengo algunas cosas que discutir contigo.

Izuku asiente y sigue a Bernard, dejando a Kota con el otro elfo que lo lleva a la cocina. Una vez solos, Bernard se detiene y se gira hacia Izuku, con una expresión seria pero amistosa en su rostro.

Bernard: Izuku, has demostrado que tienes un corazón lleno de bondad y generosidad. Ahora que eres el nuevo Santa Claus, tienes una gran responsabilidad sobre tus hombros.

Izuku: (seriamente) Entiendo, Bernard. Haré todo lo posible para estar a la altura de este nuevo papel.

Bernard: Me alegra escuchar eso. Pero también es importante recordar que ser Santa Claus no se trata solo de entregar regalos. También se trata de difundir amor, felicidad y esperanza en todo el mundo.

Izuku asiente con solemnidad, tomando en serio las palabras de Bernard.

Izuku: Lo entiendo. Haré todo lo posible para llevar la alegría de la Navidad a todos, de la mejor manera que pueda.

Bernard sonríe, satisfecho con la determinación de Izuku.

Bernard: Eso es lo que quería escuchar. Ahora, ven conmigo. Hay mucho más que aprender y preparar antes de la próxima Navidad.

Izuku sigue a Bernard, listo para sumergirse en su nuevo papel como Santa Claus y llevar la magia de la Navidad a cada rincón del mundo.

Bernard guía a Izuku hacia una sala acogedora con una gran chimenea y estanterías llenas de libros antiguos y pergaminos. Se sientan en dos sillones mullidos junto al fuego, y Bernard saca la tarjeta que Izuku encontró en el traje de Santa.

Bernard: (mostrando la tarjeta) Izuku, es importante que entiendas completamente la letra pequeña de esta tarjeta. Te explica lo que significa ser Santa Claus y las responsabilidades que conlleva.

Bernard ajusta sus gafas y lee la letra pequeña en voz alta:

Bernard: "La persona que se ponga el traje asumirá todos los deberes de Santa Claus. Esto incluye, pero no se limita a, la entrega de regalos a los niños de todo el mundo en la víspera de Navidad, el mantenimiento del taller de Santa en el Polo Norte, y la gestión de los elfos y las operaciones navideñas. El portador del traje debe mantener el espíritu navideño vivo y difundir alegría, amor y esperanza durante todo el año."

Izuku escucha atentamente, asimilando cada palabra.

Izuku: (con determinación) Entiendo, Bernard. Acepto estas responsabilidades. Quiero hacer lo mejor posible para cumplir con el legado de Santa Claus.

Bernard sonríe con aprobación y continúa:

Bernard: Además, hay algunas cosas prácticas que debes saber. Por ejemplo, el traje y la bolsa de regalos están encantados para ayudarte. La bolsa siempre se repondrá mágicamente con regalos, y el traje te permitirá hacer cosas que normalmente serían imposibles, como deslizarte por chimeneas estrechas.

Izuku: (asombrado) Lo noté anoche. Fue increíble. Pero, ¿qué pasa con la gente que me conoce? ¿Cómo explico esto?

Bernard: (con una sonrisa) El espíritu navideño tiene su propia manera de hacer que todo encaje. La mayoría de las personas simplemente aceptarán que tú eres Santa Claus, aunque no sepan por qué. Es parte de la magia de la Navidad.

Izuku asiente, sintiendo una mezcla de responsabilidad y emoción.

Izuku: Está bien, Bernard. Estoy listo para aprender y hacer lo que sea necesario.

Bernard: (poniendo una mano en el hombro de Izuku) Sé que lo harás bien, Izuku. Ahora, hay muchas cosas que aprender y preparar. Pero no te preocupes, no estarás solo. Todos los elfos, incluido yo, estaremos aquí para ayudarte en cada paso del camino.

Izuku sonríe, agradecido por el apoyo y la orientación de Bernard. Juntos, se levantan y se preparan para empezar el entrenamiento y las preparaciones necesarias para que Izuku asuma completamente su rol como el nuevo Santa Claus.

Bernard se levanta de su silla y mira a Izuku con una sonrisa.

Bernard: (señalando el traje) Izuku, quítate el traje. Necesitamos lavarlo y prepararlo para la próxima Navidad. Yudi te llevará a tu cuarto de Santa para que puedas descansar.

Izuku asiente y comienza a quitarse el traje de Santa, sintiendo una mezcla de cansancio y alivio. Mientras lo hace, Yudi, un elfo pequeño y enérgico, se acerca con una sonrisa amistosa.

Yudi: (con entusiasmo) ¡Hola, Izuku! Soy Yudi. Te llevaré a tu cuarto para que puedas relajarte un poco.

En ese momento, Kota regresa después de haber comido algo, con una gran sonrisa y los ojos llenos de emoción.

Kota: (feliz) ¡Izuku, la comida aquí es increíble! ¡Tienes que probarla!

Bernard se vuelve hacia Kota con una sonrisa cálida.

Bernard: Me alegra que hayas disfrutado, Kota. Izuku, tienes once meses para arreglar tus asuntos personales y prepararte para la próxima Navidad. Esperamos verte de vuelta aquí el día de Acción de Gracias para comenzar con los preparativos.

Izuku, ahora sin el traje, se siente un poco más ligero pero también más consciente de la magnitud de su nueva responsabilidad.

Izuku: (serio) Entendido, Bernard. Agradezco todo el apoyo que nos están brindando. Volveré el día de Acción de Gracias listo para empezar de nuevo.

Bernard: (asintiendo) Confío en ti, Izuku. Disfruta tu tiempo y asegúrate de mantener el espíritu navideño en tu corazón durante todo el año.

Yudi hace una seña a Izuku y Kota para que lo sigan. Caminan juntos por los pasillos llenos de decoraciones festivas y el bullicio de los elfos trabajando.

Yudi: (con entusiasmo) ¡Este será tu cuarto, Izuku! Está equipado con todo lo que necesitas para descansar y recuperarte.

Izuku entra en el cuarto de Santa, decorado con motivos navideños, una chimenea acogedora y una cama grande y mullida. Kota lo sigue, explorando el lugar con curiosidad.

Kota: (maravillado) ¡Esto es increíble, Izuku! ¡Mira todas estas cosas!

Izuku sonríe, sintiendo una mezcla de paz y emoción.

Izuku: (sonriendo) Sí, es increíble, Kota. Vamos a descansar un poco y luego volveremos a casa para prepararnos para el próximo año.

Yudi se despide con una sonrisa y una reverencia.

Yudi: Descansen bien, y recuerden que siempre estaremos aquí para ayudarles.

Izuku y Kota se acomodan en la acogedora habitación, listos para tomar un merecido descanso después de su mágica y agotadora noche. Saben que tienen un año por delante lleno de desafíos y preparativos, pero también están emocionados por la aventura que les espera como los nuevos guardianes del espíritu navideño.

Después de acomodarse en la acogedora habitación, Izuku y Kota se sientan en los mullidos sillones junto a la chimenea. La calidez del fuego los envuelve y ambos empiezan a relajarse, sintiendo el cansancio de la noche mágica.

De repente, Yudi regresa a la habitación con una sonrisa radiante y una bandeja en las manos.

Yudi: (alegremente) ¡He traído algo para ustedes! Una taza de cocoa caliente, recién preparada. Es una receta especial del Polo Norte.

Izuku y Kota miran las tazas humeantes con curiosidad y gratitud.

Izuku: (sonriendo) Gracias, Yudi. Esto es justo lo que necesitábamos.

Yudi coloca las tazas en una mesita frente a ellos y se sienta en un pequeño taburete cercano.

Yudi: (con entusiasmo) Espero que les guste. Es la mejor cocoa que pueden probar. Aquí la hacemos con un toque de magia navideña.

Kota toma una taza y le da un sorbo, sus ojos se iluminan de inmediato.

Kota: (asombrado) ¡Está deliciosa! Nunca he probado algo así.

Izuku toma su propia taza y bebe un poco. El sabor cálido y dulce de la cocoa lo reconforta instantáneamente.

Izuku: (sonriendo) Es increíble, Yudi. Gracias por esto.

Yudi asiente, satisfecho.

Yudi: Es un placer. Sé que han tenido una noche larga y agotadora. La cocoa siempre ayuda a relajarse y sentirse mejor.

Izuku: (agradecido) Realmente lo apreciamos. Ha sido una noche increíble, pero también un poco abrumadora.

Yudi: (comprensivo) Lo entiendo. Convertirse en Santa Claus es un gran cambio. Pero estoy seguro de que lo harás muy bien, Izuku. Tienes un buen corazón y eso es lo más importante.

Kota asiente, aún disfrutando de su taza de cocoa.

Kota: (feliz) ¡Sí, Izuku! Serás el mejor Santa Claus.

Izuku sonríe, sintiéndose apoyado y animado por las palabras de Yudi y Kota.

Izuku: (determinación renovada) Gracias a ambos. Prometo hacer mi mejor esfuerzo para estar a la altura de este papel.

Yudi se levanta, recogiendo la bandeja vacía.

Yudi: Descansen bien, ustedes dos. Si necesitan algo más, no duden en pedirlo. Estaremos aquí para ayudar en lo que necesiten.

Izuku: (sonriendo) Gracias, Yudi. Buenas noches.

Kota: (con una gran sonrisa) ¡Buenas noches, Yudi!

Yudi se despide con una reverencia y sale de la habitación, dejando a Izuku y Kota disfrutando del cálido resplandor del fuego y el sabor reconfortante de la cocoa caliente. A medida que la noche se convierte en día, ambos se sienten más preparados para enfrentar los desafíos que vendrán, sabiendo que tienen el apoyo de sus nuevos amigos en el Polo Norte.

Izuku se despierta en su cama, sintiéndose un poco confundido por los eventos de la noche anterior. Frotándose los ojos, se sienta en la cama y mira a su alrededor, preguntándose si todo había sido solo un sueño. Abre las cortinas de la ventana y se encuentra con la misma vista de siempre: los edificios de la ciudad, el cielo azul y el bullicio de la vida cotidiana.

Izuku: (para sí mismo) ¿Fue todo solo un sueño?

Pero entonces, algo llama su atención. Mira hacia abajo y ve las siglas "SC" bordadas en su pijama, justo donde estaba el pequeño agujero que notó antes de irse a dormir. Izuku se queda sin aliento por un momento, recordando los eventos de la noche anterior.

Izuku: (sorprendido) ¡Es real!

Con una mezcla de emoción y nerviosismo, Izuku se levanta de la cama y examina su pijama con más atención. Las siglas "SC" brillan en la luz de la mañana, confirmando que lo que experimentó no fue solo un sueño.

Izuku: (emocionado) ¡Soy Santa Claus!

Una sensación de asombro y anticipación lo embarga mientras se prepara para enfrentar el día. Con una sonrisa en el rostro, se promete a sí mismo abrazar su nuevo destino y llevar la alegría de la Navidad a todos los que pueda.

Izuku baja las escaleras con cuidado, aún asimilando todo lo que había sucedido. Al llegar al primer piso, se encuentra con Uraraka en la sala de estar. Ella está acomodando algunas decoraciones que habían quedado de la fiesta de Navidad la noche anterior.

Uraraka: (mirando a Izuku con una sonrisa) ¡Buenos días, Izuku! Gracias por hablar con Kota anoche. Le ayudaste a calmarse mucho.

Izuku se detiene, sorprendido.

Izuku: (confundido) ¿Hablar con Kota? ¿A qué te refieres?

Uraraka se ríe suavemente.

Uraraka: (riendo) Sí, me dijo que tuviste una charla con él sobre la Navidad y Santa Claus. Creo que le ayudaste a ver las cosas de una manera más realista. Ya sabes cómo puede ser de fantasioso a veces.

Izuku recuerda la noche anterior y se da cuenta de que Uraraka no sabe nada sobre su aventura con Kota y Santa Claus.

Izuku: (tratando de sonar casual) Oh, claro. Me alegra que haya ayudado. ¿Está bien ahora?

Uraraka: (asintiendo) Sí, está bien. Creo que realmente necesitaba esa conversación. Siempre has sido bueno para entender a los demás.

Izuku sonríe, sintiéndose aliviado de que Kota esté bien. Pero también se siente un poco ansioso por todo lo que ha aprendido y lo que le espera.

Izuku: (sonriendo) Me alegra escuchar eso, Uraraka. Siempre es importante mantener el espíritu navideño vivo, ¿verdad?

Uraraka: (sonriendo) Exactamente. Ahora, ¿qué te parece si nos reunimos con los demás para desayunar? Seguro que hay mucho de qué hablar después de la fiesta de anoche.

Izuku: (asintiendo) Suena bien. Vamos.

Mientras caminan juntos hacia la cocina, Izuku no puede evitar sonreír. Sabe que tiene un año entero para prepararse para su nueva responsabilidad como Santa Claus y, aunque hay mucho por hacer, se siente listo para enfrentar el desafío con la ayuda de sus amigos y el espíritu navideño en su corazón.

Tres meses después, Izuku se encuentra en su baño, listo para comenzar su rutina matutina. Se siente más relajado y enérgico que nunca, aunque no puede dejar de notar algunos cambios en su apariencia. Decide pesarse en la balanza para asegurarse de que todo esté en orden.

Izuku se sube a la balanza y mira la pantalla con sorpresa.

Izuku: (frunciendo el ceño) ¿Eso es correcto?

La balanza muestra un número mucho más alto de lo que esperaba. Izuku se baja y vuelve a subirse, pensando que tal vez se había equivocado.

Izuku: (incrédulo) Esto no puede ser correcto... Debe estar rota.

Intenta ajustar la balanza y se sube de nuevo, pero el resultado sigue siendo el mismo. Empieza a preocuparse, recordando las palabras de Bernard sobre los cambios que experimentaría al convertirse en Santa Claus.

Izuku: (hablando consigo mismo) ¿Será esto parte de los cambios que mencionó Bernard?

Se mira en el espejo y nota que su cara está más redondeada y su barriga un poco más prominente. Empieza a comprender que no es solo la balanza, sino que realmente está cambiando.

Izuku: (suspirando) Supongo que esto es parte del paquete... Ser Santa Claus no es solo llevar el traje.

En ese momento, Kota golpea la puerta del baño.

Kota: (desde afuera) ¡Izuku! ¡Vamos a llegar tarde a la escuela!

Izuku: (levantando la voz) ¡Ya voy, Kota! Dame un minuto.

Izuku se da una última mirada en el espejo y se encoge de hombros, aceptando los cambios con una sonrisa. Se lava la cara y sale del baño, listo para enfrentar el día con una nueva perspectiva.

Izuku: (para sí mismo) Bueno, al menos tengo una buena excusa para comer más galletas de Navidad este año.

Con una sonrisa en el rostro, se dirige hacia la puerta, listo para llevar a Kota a la escuela y seguir con su día, mientras sigue adaptándose a su nuevo rol como el futuro Santa Claus.

En la escuela, Izuku acompaña a Kota a su salón de clases. Mientras caminan por los pasillos, Kota no puede contener su emoción y comienza a hablar con algunos de sus amigos.

Kota: (emocionado) ¡Izuku es Santa Claus! ¡Lo vi la noche de Navidad!

Los niños miran a Izuku con curiosidad y algunos incluso comienzan a reírse, pensando que Kota está inventando una historia.

Niño 1: (riendo) ¡Sí, claro! ¡Izuku es Santa Claus!

Niño 2: (burlándose) ¡Seguro, Kota! ¿Qué sigue? ¿Izuku volando con renos?

Izuku se da cuenta de la situación y se agacha para estar a la altura de Kota, sonriendo con amabilidad.

Izuku: (calmadamente) Kota, recuerda lo que hablamos. No soy realmente Santa Claus. Solo soy un tipo que se parece mucho a él.

Kota frunce el ceño, sintiéndose un poco confundido y frustrado.

Kota: (insistiendo) Pero Izuku, ¡yo te vi! ¡Hiciste todas esas cosas!

Izuku suspira, tratando de encontrar las palabras correctas para calmar a Kota sin revelar la verdad a los otros niños.

Izuku: (serio) Lo sé, Kota. Fue una noche muy especial, ¿verdad? Pero ahora estamos en la escuela y es mejor que no hablemos de esas cosas aquí. Es nuestro pequeño secreto.

Kota finalmente asiente, aunque aún parece un poco desilusionado.

Kota: (resignado) Está bien, Izuku. No diré nada más.

Izuku le da una palmada en el hombro y se levanta, sonriendo a los otros niños.

Izuku: (sonriendo) Vamos, chicos, es hora de clase. No lleguemos tarde.

Los niños asienten y se dispersan hacia sus respectivas aulas, mientras Kota sigue a Izuku, entendiendo la importancia de mantener el secreto.

Izuku: (bajando la voz) Gracias por entender, Kota. Es importante que mantengamos esto entre nosotros por ahora.

Kota: (mirando a Izuku) Está bien, Izuku. Lo entiendo. Pero aún creo que eres el mejor Santa Claus.

Izuku sonríe, tocado por la sinceridad de Kota.

Izuku: (sonriendo) Y tú eres el mejor ayudante que podría pedir. Vamos, es hora de aprender.

Con una sonrisa compartida, Izuku y Kota se dirigen al aula, listos para enfrentar un nuevo día en la escuela mientras mantienen el espíritu navideño en sus corazones.

Cinco meses después, los cambios en Izuku son notables. Su apariencia se ha transformado de manera significativa: su rostro está más redondeado, ha ganado peso, y su cabello ha adquirido un tono más claro, casi blanco. Además, su personalidad ha tomado un giro más jovial y alegre, contagiando a todos a su alrededor con su espíritu festivo.

Izuku está en la sala común de la U.A., ayudando a los demás estudiantes a decorar para una fiesta de fin de curso. Los chicos notan los cambios y no pueden evitar comentar.

Kaminari: (con una sonrisa) ¡Izuku, te ves genial! ¿Qué has estado haciendo? Parece que siempre estás de buen humor últimamente.

Mina: (riendo) Sí, ¡y te has vuelto tan bueno en decorar! Estas luces son perfectas.

Izuku se ríe, su risa profunda y contagiosa resonando en la habitación.

Izuku: (sonriendo) ¡Gracias, chicos! Solo he estado comiendo bien y disfrutando de la vida. ¿No es genial prepararnos para las fiestas?

Uraraka se acerca, notando la transformación más de cerca.

Uraraka: (curiosa) Izuku, ¿te has dado cuenta de cuánto has cambiado? Es como si fueras otra persona, pero en el buen sentido.

Izuku: (riendo) Sí, lo he notado. Supongo que todos estos cambios vienen de aprender a ser más positivo y apreciar cada momento. Además, siempre hay una razón para celebrar, ¿no creen?

Tokoyami: (con su tono serio habitual) Has adoptado un espíritu festivo que es... intrigante. Casi como si estuvieras destinado a traer alegría a todos.

Izuku asiente, complacido con el comentario de Tokoyami.

Izuku: (con una sonrisa amplia) Gracias, Tokoyami. Eso significa mucho para mí.

Mientras continúan decorando, Kota entra en la sala, emocionado por ver a Izuku.

Kota: (corriendo hacia Izuku) ¡Izuku, todos mis amigos en la escuela no pueden esperar a la próxima Navidad! Siguen hablando de lo genial que eres.

Izuku se agacha para estar a la altura de Kota, sonriendo con afecto.

Izuku: (con voz suave) Me alegra escuchar eso, Kota. La Navidad es un momento especial para todos. Y tú eres una gran parte de por qué es tan especial para mí.

Kota: (sonriendo) ¡No puedo esperar a que llegue! Vamos a tener la mejor Navidad de todas.

Los demás estudiantes observan la interacción con sonrisas, notando el cambio en Izuku pero también la bondad y calidez que siempre ha tenido.

Jirou: (sonriendo) Izuku, realmente eres como el espíritu navideño hecho persona.

Izuku: (riendo) Bueno, eso suena bastante bien para mí. ¡Ahora, sigamos decorando! Quiero que esta fiesta sea inolvidable.

Con entusiasmo renovado, los estudiantes continúan decorando, guiados por el nuevo, alegre y siempre positivo Izuku. Mientras trabajan juntos, todos sienten la magia especial que él trae a cada ocasión, anticipando las maravillosas festividades que están por venir.

Preocupado por los cambios en su cuerpo y mente, Izuku decide visitar la enfermería de la U.A. para hablar con Recovery Girl y hacerse algunos análisis y pruebas. Quiere asegurarse de que todo está bien y entender mejor lo que le está pasando.

Izuku entra en la enfermería, donde Recovery Girl está ocupada organizando suministros médicos. Ella lo mira y sonríe al verlo.

Recovery Girl: (con una sonrisa) ¡Izuku! ¿Qué te trae por aquí? No pareces herido.

Izuku: (nervioso) Hola, Recovery Girl. En realidad, quería hablar contigo sobre algunos cambios que he estado experimentando. Me gustaría hacerme algunos análisis y pruebas, si no te importa.

Recovery Girl lo examina detenidamente, asintiendo mientras escucha.

Recovery Girl: (asintiendo) Entiendo. Bueno, haremos unos análisis de sangre y algunas pruebas básicas para ver qué está pasando. Puede que haya algo más que solo un cambio en tu estilo de vida.

Izuku: (agradecido) Gracias, Recovery Girl. Realmente me preocupa que esto pueda afectar mi habilidad para ser un héroe.

Recovery Girl: (con una sonrisa tranquilizadora) No te preocupes, Izuku. Vamos a averiguarlo. Ahora, quédate quieto mientras tomo una muestra de sangre.

Recovery Girl toma una muestra de sangre de Izuku y realiza otros exámenes básicos. Después de un rato, se sienta en su escritorio para analizar los resultados. Izuku espera pacientemente, sintiendo una mezcla de ansiedad y curiosidad.

Recovery Girl: (mirando los resultados) Bueno, Izuku, parece que hay algunas cosas interesantes aquí. No veo nada que sugiera una enfermedad o problema de salud grave, pero sí hay cambios hormonales que podrían explicar tus síntomas.

Izuku: (inquieto) ¿Cambios hormonales? ¿Qué significa eso?

Recovery Girl: (reflexionando) Parece que tu cuerpo está produciendo más serotonina y dopamina, lo que podría explicar tu estado de ánimo festivo. También hay algunas alteraciones en tu metabolismo que explican el aumento de peso. ¿Has estado comiendo más dulces y golosinas últimamente?

Izuku: (río nerviosamente) Bueno, sí, he notado que tengo más antojos de cosas dulces.

Recovery Girl: (asintiendo) Eso lo explica. Pero no hay nada de qué preocuparse, solo asegúrate de mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio. En cuanto a los otros cambios, parece que están más relacionados con tu rol como Santa Claus. Tal vez haya más magia en ello de lo que pensabas.

Izuku suspira, sintiéndose aliviado pero también más intrigado.

Izuku: (sonriendo) Gracias, Recovery Girl. Me aseguraré de seguir tus consejos. Y supongo que tendré que acostumbrarme a estos cambios.

Recovery Girl: (sonriendo) Así es, Izuku. Lo importante es que te sientas bien contigo mismo y sigas siendo el héroe que siempre has sido. Y quien sabe, tal vez esta nueva parte de tu vida sea una bendición disfrazada.

Izuku: (asintiendo) Tienes razón. Gracias por todo.

Izuku se despide de Recovery Girl y sale de la enfermería, sintiéndose más tranquilo y preparado para enfrentar los cambios que vienen con su nuevo rol como Santa Claus.

Es diciembre y Izuku ya ha adoptado completamente la apariencia de Santa Claus, con una barba blanca y una figura más robusta. Llega a la casa de Uraraka y Tenya Iida, quienes no parecen particularmente felices de verlo. Con una mezcla de nerviosismo y determinación, Izuku se prepara para enfrentar la situación.

Izuku se ajusta el abrigo rojo y respira hondo antes de tocar el timbre de la casa de Uraraka y Tenya. La puerta se abre lentamente y Uraraka lo mira con una expresión de sorpresa y preocupación.

Uraraka: (cruzándose de brazos) Izuku, ¿qué estás haciendo aquí?

Antes de que Izuku pueda responder, Tenya Iida aparece detrás de Uraraka, su rostro serio y sus brazos cruzados.

Tenya: (con tono firme) Izuku, has estado actuando de manera extraña todo el año. ¿Qué está pasando?

Izuku se rasca la cabeza, su barba blanca moviéndose ligeramente. Suspira y se prepara para explicar.

Izuku: (con voz calmada) Hola, Uraraka, Iida. Sé que he cambiado mucho y entiendo su preocupación. Pero hay algo que necesito contarles, y es muy importante.

Uraraka y Tenya se miran entre sí, compartiendo una mirada de preocupación, pero asienten y se apartan para dejarlo entrar. Izuku entra en la casa, y se sienta en el sofá del salón, invitando a los demás a sentarse también.

Izuku: (seriamente) Este año he pasado por muchos cambios, tanto físicos como emocionales. Y hay una razón para eso... Fui elegido para ser el nuevo Santa Claus.

Uraraka y Tenya lo miran con incredulidad, intercambiando miradas antes de volver su atención a Izuku.

Uraraka: (sorprendida) ¿Santa Claus? ¿Izuku, estás diciendo que...?

Tenya: (interrumpiendo) ¿Qué te llevó a esta situación? Esto suena... increíble.

Izuku asiente, sabiendo que esto sería difícil de creer.

Izuku: (con firmeza) Sé que suena increíble, pero es verdad. La Navidad pasada, tuve una experiencia que cambió mi vida. Desde entonces, he estado transformándome para asumir este rol. He hablado con los elfos y estoy aprendiendo lo que significa ser Santa Claus.

Uraraka suspira y se sienta al lado de Izuku, colocando una mano en su brazo.

Uraraka: (preocupada) Izuku, esto es... mucho. Pero sé que siempre has tenido un gran corazón y quieres hacer el bien. Solo queremos asegurarnos de que estés bien.

Tenya: (más suave) Es difícil de aceptar, pero si esto es realmente lo que te está pasando, entonces queremos apoyarte. Solo queremos entender mejor.

Izuku sonríe, aliviado de que sus amigos estén dispuestos a escuchar.

Izuku: (con gratitud) Gracias, chicos. Sé que es difícil de creer, pero les aseguro que estoy bien. Solo necesito su apoyo mientras asumo este nuevo rol. Prometo que seguiré siendo el mismo Izuku que siempre han conocido, solo que ahora, con una misión adicional para traer alegría y felicidad a los demás.

Uraraka y Tenya se miran nuevamente, asintiendo.

Uraraka: (sonriendo) Está bien, Izuku. Te apoyaremos en esto. Después de todo, si alguien puede manejar algo tan increíble, eres tú.

Tenya: (con una sonrisa) Estamos contigo, Izuku. Vamos a hacer que esta Navidad sea inolvidable.

Izuku siente una oleada de alivio y gratitud mientras sus amigos aceptan su nueva identidad. Sabe que, con su apoyo, podrá enfrentar cualquier desafío que venga y llevar la alegría de la Navidad a todos los rincones del mundo.

De repente, Kota baja las escaleras y se detiene al ver a Izuku sentado en el sofá, con una expresión de asombro y curiosidad en su rostro. Izuku sonríe y se levanta para saludar a su hijo adoptivo.

Izuku: (sonriendo) Hola, Kota. ¿Cómo estás?

Kota se acerca lentamente, sin apartar la mirada de Izuku.

Kota: (asombrado) Papá, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Y por qué te ves como... como Santa Claus?

Izuku se ríe suavemente y le da una palmadita en el hombro a Kota.

Izuku: (amablemente) Bueno, Kota, hay algo que necesito contarte. ¿Por qué no te sientas conmigo?

Kota asiente con la cabeza y se sienta junto a Izuku en el sofá, sus ojos llenos de curiosidad y emoción. Mientras tanto, Uraraka y Tenya entran en la cocina para preparar algo caliente para beber, sin darse cuenta de la conversación que está a punto de tener lugar en la sala de estar.

Mientras Uraraka y Tenya están en la cocina, Izuku le explica a Kota lo que está sucediendo, sobre su nueva identidad como Santa Claus y su misión de llevar alegría a las personas en Navidad. Kota escucha atentamente, sorprendido por la revelación, pero también emocionado por la idea de que su padre esté llevando a cabo algo tan especial.

Kota: (asombrado) ¡Wow, papá, eso es increíble! ¿De verdad eres Santa Claus?

Izuku: (sonriendo) Bueno, sí, en cierto modo. Pero recuerda, siempre seré tu papá primero. Y juntos, podemos hacer que esta Navidad sea la mejor de todas.

Kota sonríe ampliamente y abraza a Izuku con entusiasmo, emocionado por la aventura que les espera. Mientras tanto, Uraraka y Tenya, sin saberlo, están a punto de descubrir la verdad sobre Izuku y su nueva identidad.

En la cocina, Uraraka y Tenya preparan las bebidas calientes, intercambiando pequeñas charlas y comentarios sobre el día. Pero de repente, Uraraka nota algo fuera de lo común.

Uraraka: (sorprendida) Tenya, ¿has notado algo diferente en Izuku últimamente?

Tenya frunce el ceño, pensativo.

Tenya: (curioso) Sí, ahora que lo mencionas... ¿Crees que algo anda mal?

Uraraka se encoge de hombros, sin estar segura de qué pensar.

Uraraka: (con una sonrisa) No lo sé, pero creo que es hora de que averigüemos qué está pasando.

Juntos, Uraraka y Tenya salen de la cocina y se dirigen hacia la sala de estar, preparados para enfrentar la sorpresa que les espera. Mientras tanto, Izuku y Kota esperan con anticipación, listos para compartir la verdad con sus amigos y familiares.

Misteriosamente, en medio de la conversación entre Izuku y Kota, Bernard, el elfo, aparece de repente en la sala, interrumpiendo el momento con una urgencia palpable en su voz.

Bernard: (urgente) ¡Es la hora! El chico debe venir conmigo ahora.

Izuku y Kota miran a Bernard, sorprendidos por su aparición repentina y el tono de urgencia en su voz. Sin embargo, antes de que puedan hacer cualquier pregunta, Uraraka y Tenya entran en la sala, buscando a Izuku y Kota.

Uraraka: (alarmada) ¡Izuku! ¿Dónde estás?

Tenya: (frunciendo el ceño) ¿Qué está pasando aquí?

Al no encontrar a Izuku y Kota a simple vista, Uraraka y Tenya comienzan a ponerse nerviosos, temiendo lo peor.

Uraraka: (preocupada) ¡Tenya, no están aquí! ¿Y si Izuku secuestró a Kota?

Tenya: (serio) No podemos descartar esa posibilidad. Debemos encontrarlos lo antes posible.

Uraraka y Tenya comienzan a buscar en la casa, revisando cada habitación en busca de alguna pista sobre el paradero de Izuku y Kota. Mientras tanto, en la sala de estar, Bernard mira a Izuku y Kota con determinación.

Bernard: (urgente) Chico, es hora de que vengas conmigo. No hay tiempo que perder.

Izuku se pone de pie, sintiendo la urgencia en la voz de Bernard.

Izuku: (decidido) Está bien, vamos.

Kota mira a Izuku con sorpresa y preocupación, sin entender completamente lo que está sucediendo.

Kota: (confundido) ¿Papá, a dónde vas?

Izuku: (tranquilizador) No te preocupes, Kota. Estaré bien. Confía en mí.

Izuku sigue a Bernard fuera de la sala, dejando a Uraraka y Tenya preocupados y confundidos en su búsqueda. Mientras tanto, Izuku se prepara para enfrentar lo que sea que le espere al lado de Bernard, listo para descubrir más sobre su nuevo papel como Santa Claus y lo que significa para él y su familia.

En el Polo Norte, Izuku, Kota y Bernard caminan por un pasillo iluminado con luces navideñas y adornos festivos. Bernard, siempre enérgico, comienza a hacer algunos pasos de baile mientras avanzan. Izuku y Kota, aunque inicialmente sorprendidos, no tardan en seguir el ritmo, riéndose y disfrutando del momento.

Bernard: (con una sonrisa) ¡Vamos, chicos! Aquí en el Polo Norte, siempre hay tiempo para un poco de diversión. Sigan mi ritmo.

Izuku y Kota intentan imitar los movimientos de Bernard, riéndose mientras dan pequeños saltos y giran.

Kota: (riendo) ¡Papá, esto es increíble! ¡Nunca había visto algo así!

Izuku: (sonriendo) Tienes razón, Kota. Es algo único. Bernard, eres un gran bailarín.

Bernard guiña un ojo y sigue adelante, llevando a Izuku y Kota a una puerta grande y decorada con motivos navideños. La abre con un gesto dramático, revelando un taller lleno de inventos y juguetes impresionantes. Dentro, Curtis, el ingenioso elfo, los espera.

Curtis: (con entusiasmo) ¡Bienvenidos, bienvenidos! Izuku, Kota, me alegra verlos. Tengo muchas cosas que mostrarles.

Curtis comienza a mostrarles los inventos que ha estado desarrollando, similares a los que Scott Calvin vio en su primer año como Santa Claus. Les enseña un trineo mejorado, juguetes de alta tecnología y herramientas para facilitar la entrega de regalos.

Curtis: (orgulloso) Aquí tenemos el nuevo y mejorado trineo. Puede alcanzar velocidades increíbles y tiene un sistema de navegación GPS para que nunca te pierdas. Y estos juguetes son los últimos en tecnología, diseñados para brindar alegría y diversión a los niños de todo el mundo.

Izuku y Kota observan con asombro cada invento, impresionados por la creatividad y la tecnología avanzada.

Izuku: (admirado) Curtis, esto es increíble. No puedo creer lo mucho que han avanzado estos inventos.

Kota: (entusiasmado) ¡Sí, papá! ¡Mira esto! ¡Es asombroso!

Curtis sonríe, satisfecho con la reacción de Izuku y Kota.

Curtis: (sonriendo) Me alegra que les guste. Todo esto está diseñado para ayudarte a cumplir con tu papel de Santa Claus de la mejor manera posible, Izuku. Y tú, Kota, eres una parte importante de todo esto. Tu espíritu y entusiasmo nos inspiran.

Bernard asiente, cruzando los brazos con una sonrisa.

Bernard: (con firmeza) Exactamente. Izuku, tienes todo lo que necesitas aquí para hacer de esta Navidad algo realmente especial. Con la ayuda de Curtis y todos nosotros, estoy seguro de que lo lograrás.

Izuku asiente, sintiéndose más confiado y preparado para su rol como Santa Claus.

Izuku: (con determinación) Gracias, Curtis. Gracias, Bernard. Haré todo lo posible para asegurarme de que esta Navidad sea mágica para todos.

Kota: (sonriendo) ¡Sí, papá! ¡Vamos a hacer que sea la mejor Navidad de todas!

Con renovada energía y entusiasmo, Izuku y Kota continúan explorando el taller, aprendiendo sobre cada invento y preparándose para la gran noche. Saben que, con el apoyo de Bernard, Curtis y los demás elfos, están listos para llevar alegría y felicidad a niños de todo el mundo.
En la agencia de Endeavor, el ambiente es tenso mientras se preparan para lo que parece ser una situación inusual. Endeavor, con expresión seria y determinada, da órdenes a un grupo de oficiales que se preparan para salir.

Endeavor: (serio) Escuchen bien, necesito que patrullen la casa de Uraraka y Tenya Iida. Hay informes de que Izuku Midoriya podría estar allí. Quiero que estén alerta y listos para actuar si es necesario.

Los oficiales asienten con seriedad, entendiendo la gravedad de la situación.

Oficial: (respetuosamente) Entendido, señor. Estaremos en camino de inmediato.

Endeavor observa mientras los oficiales se preparan para partir, su mirada reflejando una mezcla de preocupación y determinación.

Endeavor: (para sí mismo) Midoriya... no puedo permitir que cause más problemas. Tenemos que asegurarnos de que esté bajo control.

Mientras los oficiales se alejan para cumplir con sus órdenes, Endeavor se queda en la agencia, vigilando la situación y preparado para intervenir si es necesario. La tensión en el aire es palpable mientras todos se preparan para lo que podría ser un enfrentamiento potencialmente peligroso.

Izuku y Kota se suben al trineo, ambos emocionados y algo nerviosos. Izuku toma las riendas con firmeza, y Kota se sienta a su lado, mirando maravillado a los renos que están listos para despegar.

Izuku: (con voz fuerte y clara) ¡Vamos allá, chicos! ¡Es hora de empezar nuestra gran noche! ¡Dasher, Dancer, Prancer, Vixen, Comet, Cupid, Donner, Blitzen, y... Rudolph!

Los renos se preparan, sus patas traseras pateando el suelo con entusiasmo. Izuku siente una ola de energía recorrer su cuerpo mientras pronuncia los nombres.

Kota: (emocionado) ¡Papá, esto es increíble! ¿Estamos realmente volando?

Izuku: (sonriendo) Sí, Kota. Estamos a punto de volar y llevar regalos a todos los niños del mundo. ¿Estás listo?

Kota asiente vigorosamente, con los ojos llenos de asombro y entusiasmo.

Kota: ¡Sí, estoy listo!

Izuku agita las riendas y los renos empiezan a trotar, aumentando su velocidad rápidamente. En un abrir y cerrar de ojos, el trineo despega del suelo y comienza a elevarse hacia el cielo estrellado.

Izuku: (gritando con alegría) ¡Vamos, equipo! ¡Hacia nuestro primer destino, Japón!

El trineo se eleva más alto, dejando atrás el Polo Norte y volando hacia Japón. Las luces de la ciudad se ven a lo lejos mientras avanzan a través del cielo, iluminando el camino con su brillo. Izuku y Kota sienten el viento en sus rostros y la emoción de la aventura los envuelve.

Kota: (gritando de felicidad) ¡Esto es asombroso, papá! ¡No puedo creer que estemos volando en un trineo!

Izuku: (riendo) Yo tampoco, Kota. Pero aquí estamos, haciendo lo que se supone que hagamos. ¡Vamos a hacer de esta Navidad una noche inolvidable!

El trineo vuela con gracia y velocidad, acercándose a Japón, donde esperan repartir alegría y regalos a todos los niños. La noche apenas comienza, y tanto Izuku como Kota están listos para enfrentar cualquier desafío y vivir la magia de la Navidad.

El trineo se desliza suavemente sobre el tejado de la casa de Uraraka y Tenya Iida. Izuku se asegura de que los renos estén bien sujetos antes de girarse hacia Kota.

Izuku: (con una sonrisa) Kota, quédate aquí y cuida el trineo. No me tomará mucho tiempo dejar estos regalos.

Kota: (asintiendo) Está bien, papá. Ten cuidado.

Izuku asiente y agarra la bolsa de regalos, preparándose para deslizarse por la chimenea. Con un salto ágil, baja al interior de la casa, aterrizando en la sala de estar con un suave "plop". Comienza a colocar los regalos cuidadosamente debajo del árbol, disfrutando del espíritu de la Navidad que lo rodea.

Sin embargo, justo cuando está a punto de colocar el último regalo, un grupo de oficiales de policía irrumpe en la casa, guiados por Uraraka y Tenya. La sorpresa y el miedo recorren el rostro de Izuku mientras intenta explicarse.

Oficial: (con firmeza) ¡Alto ahí! ¡Quédese donde está!

Izuku levanta las manos lentamente, su gorro de Santa cayendo al suelo mientras lo hacen.

Izuku: (nervioso) ¡Esperen! Esto no es lo que parece. Yo...

Antes de que pueda terminar su frase, los oficiales lo esposan rápidamente y lo escoltan fuera de la casa. Uraraka y Tenya miran con sorpresa y confusión.

Uraraka: (preocupada) Izuku, ¿qué está pasando? ¿Qué haces aquí?

Tenya: (con seriedad) Esto no tiene sentido. ¿Por qué estabas dejando regalos?

Izuku, con una mezcla de desesperación y calma, intenta explicar mientras lo llevan a la patrulla.

Izuku: (tratando de calmarse) Por favor, escuchen. Hay una explicación para todo esto, pero necesito que me lleven a la comisaría. Les prometo que puedo aclararlo.

Los oficiales intercambian miradas antes de asentir, llevándose a Izuku en la patrulla. Mientras tanto, en el tejado, Kota espera ansiosamente, sin saber qué está ocurriendo abajo.

En la comisaría, Izuku es llevado a una sala de interrogatorios. Está sentado, con las manos todavía esposadas, cuando uno de los oficiales entra, seguido de Endeavor.

Endeavor: (mirando a Izuku con intensidad) Midoriya, ¿qué demonios estás haciendo? Necesitas explicar esto, y rápido.

Izuku: (suspirando) Endeavor, sé que esto suena loco, pero soy el nuevo Santa Claus. Estaba entregando regalos cuando me sorprendieron.

Los oficiales intercambian miradas de incredulidad mientras Endeavor frunce el ceño, claramente escéptico.

Oficial: (con tono sarcástico) ¿Santa Claus, eh? Eso es una historia bastante elaborada, Midoriya.

Izuku: (con firmeza) Sé que suena increíble, pero es la verdad. Mi hijo, Kota, está esperando en el tejado del lugar donde me arrestaron. Necesito que alguien lo traiga aquí para que esté seguro.

Endeavor, aunque todavía dudoso, asiente y envía a un oficial al tejado. Momentos después, el oficial regresa, confirmando que Kota sigue esperando en el tejado.

Oficial: (seriamente) Hay un niño en el tejado, señor. Parece estar esperando a alguien.

Endeavor observa la situación, comenzando a creer que puede haber algo de verdad en la increíble historia de Izuku.

Endeavor: (suspirando) Muy bien, Midoriya. Explícanos todo desde el principio. Si realmente eres Santa Claus, más vale que esta historia tenga sentido.

Izuku respira hondo y comienza a relatar su increíble transformación y misión, esperando que puedan comprender y aceptar la verdad de su nueva identidad como Santa Claus.

En el Polo Norte, Bernard está trabajando en la gran sala de control, monitoreando las operaciones de Navidad cuando recibe una notificación de que algo ha salido mal en Japón. Sin dudarlo, toma el control del intercomunicador.

Bernard: (con determinación) ¡Equipo de seguridad, prepárense! Tenemos una emergencia en Japón. Necesitamos rescatar a Santa y a su hijo. ¡A las mochilas yet!

Un grupo de duendes de seguridad se alinea rápidamente, equipados con mochilas jet. Bernard les da las últimas instrucciones antes de que partan.

Bernard: Primero rescaten al niño en el tejado y luego asegúrense de liberar a Santa. ¡Buena suerte!

Los duendes asienten con seriedad y, en un abrir y cerrar de ojos, despegan del Polo Norte, volando a gran velocidad hacia Japón.

En el tejado de la casa de Uraraka y Tenya Iida, Kota está empezando a preocuparse por la demora de su padre cuando de repente oye un zumbido. Mira hacia arriba y ve a los duendes de seguridad descendiendo.

Kota: (sorprendido) ¿Quiénes son ustedes?

Duende líder: (con una sonrisa tranquilizadora) Somos amigos de tu papá. Venimos a llevarte a un lugar seguro.

Kota asiente, confiando en los duendes. Lo levantan con cuidado y lo aseguran en una mochila jet antes de despegar nuevamente, dejando el tejado vacío.

Mientras tanto, en la comisaría, Izuku está sentado en su celda, preocupado por Kota y la situación en la que se encuentra. De repente, escucha un ruido sordo seguido de un alboroto en la estación. Los duendes de seguridad han llegado.

Endeavor: (levantándose) ¿Qué está pasando aquí?

Antes de que pueda reaccionar, los duendes lo rodean, trabajando con una velocidad increíble. En un abrir y cerrar de ojos, envuelven a Endeavor en cinta adhesiva y le ponen un adorno de Navidad en la boca.

Duende líder: (satisfecho) Eso debería mantenerte ocupado por un tiempo.

Los otros oficiales miran atónitos mientras los duendes se mueven rápidamente hacia la celda de Izuku. Con herramientas especiales, desbloquean la puerta y liberan a Izuku.

Izuku: (aliviado) ¡Gracias! Estaba empezando a preocuparme.

Duende líder: (serio) No hay tiempo que perder, Santa. Debemos llevarte de vuelta al trineo. Kota está a salvo y esperándote.

Izuku asiente con gratitud y sigue a los duendes fuera de la comisaría. Mientras pasan por Endeavor, Izuku le da una mirada comprensiva.

Izuku: (rápidamente) Lo siento, Endeavor. Prometo explicar todo esto más tarde.

Con eso, los duendes de seguridad y Izuku salen rápidamente de la estación, dejando a los oficiales y a Endeavor luchando por liberarse de la cinta adhesiva y los adornos navideños.

Una vez afuera, Izuku se sube a una de las mochilas jet, y junto a los duendes, vuelan de regreso al tejado donde Kota los espera. El trineo está listo, con los renos preparados para despegar.

Izuku: (abrazando a Kota) Estoy tan contento de que estés bien.

Kota: (sonriendo) Yo también, papá. ¿Estamos listos para seguir?

Izuku: (con determinación) Sí, tenemos una Navidad que salvar.

Con todos de vuelta en el trineo, Izuku toma las riendas y los renos se elevan en el aire una vez más, listos para continuar su mágica misión de entregar alegría y regalos a todos los niños del mundo.

Mientras tanto, de vuelta en la casa de Uraraka y Tenya, una conmovedora escena se desarrolla. Uraraka, sosteniendo un sobre, se acerca al fuego. Ella toma un profundo respiro antes de lanzar el sobre en las llamas.

Tenya: (confundido) Ochaco, ¿qué era eso?

Uraraka: (con una sonrisa suave) Era lo que Izuku más deseaba. Los papeles de la custodia de Kota. Lo mejor que podemos hacer por él es permitirle ser el padre que Kota necesita, sin más barreras.

Tenya asiente, entendiendo la magnitud del sacrificio y el regalo que Uraraka acaba de hacer.

En el trineo, Izuku siente una calidez en su corazón, como si supiera que algo importante ha sucedido. Con renovada determinación y alegría, él y Kota continúan su misión, llevando la magia de la Navidad a todo el mundo, sabiendo que tienen un futuro lleno de amor y familia por delante.
Izuku y Kota aterrizan suavemente en el Polo Norte en el trineo, la nieve cruje bajo los patines. Bernard los recibe con una expresión de alivio.

Bernard: ¡Bienvenidos de vuelta! Me alegra ver que todo salió bien.

Izuku: Gracias, Bernard. Pero ahora tengo que hacer algo.

Kota: (mirando a Izuku con curiosidad) ¿Qué pasa, papá?

Izuku se arrodilla frente a Kota, mirándolo con cariño y seriedad.

Izuku: Kota, has sido muy valiente esta noche, pero ahora debo continuar solo. Ser Santa Claus es una responsabilidad que debo asumir por completo.

Kota: (con tristeza) Pero, ¿por qué no puedo ir contigo?

Izuku: (abrazando a Kota) Porque es un trabajo muy importante y peligroso, y necesito asegurarme de que estés a salvo.

Bernard interviene, colocando una mano en el hombro de Kota.

Bernard: (amablemente) Kota, te prometo que estarás bien aquí con nosotros. Pero hay algo importante que debes saber.

Izuku: (mirando a Kota) Bernard tiene razón. Deberías quedarte aquí en casa con Uraraka. Ella te estará esperando, y sé que cuidará de ti hasta que pueda regresar.

Kota: (con lágrimas en los ojos) Pero, papá, no quiero estar sin ti.

Izuku: (besando la frente de Kota) Sé que es difícil, pero prometo que volveré por ti. Y mientras tanto, estarás con alguien que te quiere mucho.

El trineo se prepara para partir de nuevo, esta vez con destino a la casa de Uraraka. Al llegar, Izuku baja del trineo con Kota en brazos y camina hacia la puerta. Tocan, y Uraraka abre rápidamente, con una expresión de sorpresa y alivio.

Uraraka: (con una sonrisa) Izuku, Kota... ¡están bien!

Izuku: (sonriendo) Uraraka, necesito pedirte un favor muy grande. Debo continuar mi trabajo como Santa Claus, pero no puedo hacerlo si no sé que Kota está seguro. ¿Puedes cuidarlo por mí?

Uraraka: (sin dudarlo) Por supuesto, Izuku. Estará en buenas manos. (se vuelve hacia Kota) Ven, Kota, estarás bien aquí.

Kota: (abrazando a Izuku) Te extrañaré, papá.

Izuku: (con los ojos brillantes) Yo también te extrañaré, hijo. Pero prometo que volveré antes de que te des cuenta.

Izuku le entrega a Kota a Uraraka y les da un último abrazo a ambos antes de regresar al trineo. Los renos comienzan a moverse, y el trineo se eleva en el aire una vez más.

Izuku: (gritando mientras vuela) ¡Feliz Navidad a todos!

Mientras el trineo desaparece en el cielo, Uraraka y Kota observan desde la puerta. Kota, aunque triste, siente una nueva esperanza en su corazón.

Kota: (mirando a Uraraka) Gracias por cuidarme, Uraraka.

Uraraka: (sonriendo) Siempre estaré aquí para ti, Kota. Vamos adentro, hay mucho que preparar para cuando tu papá vuelva.

Y así, Izuku continúa su misión, sabiendo que su hijo está en buenas manos y que ha hecho todo lo posible para llevar alegría y esperanza a todos los niños del mundo. Con una sonrisa en su rostro y un corazón lleno de amor y determinación, se da cuenta de que ser Santa Claus es más que un trabajo; es una misión para llevar felicidad y esperanza a todos.

Izuku: (gritando mientras vuela) ¡Feliz Navidad a todos!

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