Tormenta, frío y cálido +18

Tipo de historia: Sexual
No. Palabras: 4100
Parejas secundarias: Ninguna

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•~ 🌼~•

La tarde se vio azotada por una tormenta, el cielo estaba completamente nublado y la lluvia caía furiosa, mojando todo a su paso mientras relámpagos y truenos iluminaban y resonaban momentáneamente entre las nubes.

Con prisa, ambos jóvenes se adentraron en una casa abandonada de entre las tantas que había en aquél pequeño pueblo, el lugar estaba desamueblado pero en muy buen estado, parecía que no hace mucho habían abandonado la residencia.

Empapados hasta lograr dejar un gran charco en la entrada, se quitaron los botines ninja sentándose en el escalón de esta antes de indagar más en el lugar.

—Está muy oscuro —murmuró el menor con cierto miedo volteando a ver sus espaldas, observando temeroso la densa oscuridad en aquél pasillo.

—Jum, pese a que hace un rato había sol, ahora está tan nublado que no se ve nada aquí —comentó el moreno levantándose del piso, adentrándose lentamente en el pasillo hasta que resbaló estrepitosamente golpeándose la cabeza.

—¿Estás bien, Iwabee? —le llamó Denki preocupado, gateando hasta él para evitar caer.

—S-sí, creo que me caí por el agua que estoy dejando —rió apenado palpando el charco en el suelo.

—¿Deberíamos quitarnos la ropa? Hace mucho frío —preguntó incómodo pasando sus manos por su pecho, viendo como la tela de su camisa se pegaba a su piel de lo húmeda que estaba, permitiendo ver como sus “botones” sobresalían gracias al frío.

—A-ah... Sí, hay que dejar que se seque, ya encontraremos algo con que calentarnos —asintió con vergüenza al percatarse de aquello, desviando la mirada ligeramente sonrojado, mientras se volvía a poner de píe y ayudaba al menor a levantarse.

Una vez lograron acostumbrarse a la oscuridad, vagaron por el pasillo hasta llegar a la sala, el piso estaba alfombrado y había una puerta corrediza de cristal que daba a una terraza de madera, desde donde se podía acceder al patio trasero.

Quitándose las prensas superiores quedando tan solo en bóxer, Iwabee tomó la ropa y la dejó colgar en una cuerda en la terraza que servía de tendedero donde la lluvia no la mojaba.

Entrando de vuelta en la sala, observó atento como Denki se soltaba su cabello, deshaciendo aquella coleta estilo samurái que siempre llevaba.

Avergonzado, se sentó a dos metros suyo sin dejar de pasear sus ojos por aquél fino cuerpo del menor, que pese a tener dieciséis años, seguía sin una musculatura notable, sin embargo, era evidente que se cuidaba pues era delgado. Viéndolo de reojo, se percató de que así como estaba, hincado en el piso alfombrado cepillando su cabello con sus manos, parecía una chica, sin busto pero con una piernas y posaderas muy semejantes a las de una mujer.

—Waa~ que frío —tiritó Denki abrazándose a si mismo.

—Ya pasará —murmuró flexionando su pierna para apoyar su codo en esta y su mejilla en su mano, cerrando los ojos tratando de ignorar el físico del menor.

Denki, temblando del frío, posó su mirar en el moreno, parecía no importarle la tan baja temperatura, ni siquiera se abrazaba a si mismo o se hacía bolita ¿era el único que tenía frío? Iwabee habría de ser muy cálido como para inmutarse. Con esa idea en mente, a gatas se acercó a él llamando su atención, para así, sentarse entre sus piernas dándole la espalda, apoyando la propia en el pecho ajeno, tomándolo de los brazos para que le rodeara con ellos.

—Tenía razón, eres muy cálido Iwabee —sonrió a gusto, acomodándose en su lugar pegándose más al mayor.

Sentía su cara arder y su temperatura corporal subir notoriamente gracias al menor, completamente acalorado, rogó que su cuerpo no reaccionara, pues a tanto estímulo no creía que la posición actual fuera la mejor para una reacción de aquella zona.

Rato pasó así, respirando con calma y divagando mentalmente tratando de controlarse. Denki presentaba una grave amenaza a su cordura, física y emocional, se sentía completamente atraído al menor, tenía tantas fantasía que se sentía un completo degenerado, pues Denki tenía dieciséis recién cumplidos y él dieciocho y muchos, siendo mayor, se sentía culpable por aquellos pensamientos ya que no eran recientes, llevaba años viendo con esos ojos al menor, y las hormonas le jugaban trucos muy sucios al verle. Recordaba que cada que Denki usaba ese traje unipieza verde, se sentía completamente acalorado y al llegar a casa le era inevitable fantasear y gozar con aquella imagen.

Tenía tantas ganas de tocarlo en ese mismo instante, estaban semidesnudos y demasiado juntos, se sentía explotar y temía despertar aquello por lo que imaginaba, ahora tenía una gran oportunidad pero tomarla era lo último que se permitiría hacer, jamás abusaría de Denki, lo quería, lo amaba, pero ahora se planteaba mandar todo al diablo y confesarse de una forma demasiado subida de tono.

—¿No... No te incomoda esto? —preguntó Iwabee, logrando que Denki negara pagándose más a el.

—Inojin dice que este tipo de cosas se pueden hacer para estrechar la amistad —respondió sonriendo inocente.

—Inojin dice muchas cosas... —murmuró cerrando los ojos con vergüenza y molestia.

•~ 🌼 ~•

La lluvia sonaba con fuerza, desde su lugar podía ver como el patio se inundaba y la intensidad de la tormenta era tanta que hasta se veía blanca.

—No parece que deje de llover pronto —susurró Iwabee, mirando con asombro el agua.

Al no obtener respuesta, bajó la mirada, sorprendiéndose al ver que Denki dormía dejando caer su cabeza sobre su hombro. Suspirando resignado, siguió observando atento la figura contraria.

Detenidamente paseó su mirar por el cuello ajeno, bajando por su pecho hasta su estómago, sintiendo su rostro arder al posar su mirar en la intimidad del menor, apartando la vista de aquella tentativa zona, siguió observando detenidamente los salientes rosados en el pecho ajeno, avergonzado por lo que pensaba, exhaló caliente percatándose de que contenía la respiración.

—Denki... Denki... —le llamó bajo corroborando que estuviera dormido.

Incómodo y con la culpabilidad bañandole gracias a lo que planeaba, tragó saliva armándose de valor e ignorado aquella vocesita que le maldecía por estar a punto de, básicamente, abusar de su mejor amigo. Cuidando no despertarlo, libró uno de sus brazos de su agarre, pues Denki le mantenía con sus manos abrazándole.

Tentado, acercó lentamente su mano al botón rosado del menor, tocándole con la punta de su dedo, moviéndolo ligeramente, sintiendo su intimidad calentarse y su rostro sudar ante el tacto. Suspirando cálido, tomó el pequeño sobresaliente entre sus dedos, pellizcándolo con cuidado y halándolo, jugando delicadamente con él, disfrutando el tacto con lentitud, pues sabía que no tendría otra oportunidad.

Con el sudor bajando por su frente, exhaló nuevamente, para luego contener la respiración, mientras pasaba delicadamente sus dedos por el pecho del menor, bajando hasta llegar a su vientre bajo, donde se detuvo en el borde del bóxer, y mordiéndose el labio expectante, pasó la punta de su dedo por toda la extensión de la intimidad ajena. Tragando saliva, tocó el glande, sobresaltándose al ver que Denki suspiraba delicadamente, seguía dormido, pero el tacto pareció provocarle.

Tentado, volvió a tocarle, esta vez presionando ligeramente su dedo, pasándolo en círculos sobre la punta de la intimidad contraria, sorprendiese al captar un muy sutil sonido salir de Denki, como un quejido.

—Maldición... —susurró con un hilo de voz, mordiéndose encontré interior de la mejilla al percatarse de que su propio miembro ya estaba reaccionando.

Inhalando y exhalando tratando de calmarse, volvió su mirar a la intimidad del menor, extendiendo su mano para palpar toda el área, masageando la zona con delicadeza, cuidando no presionar mucho para no despertarle, apretando ligeramente y delineando la intimidad, bajando poco más la mano hasta apretar aquello que colgaba debajo del pequeño falo, degustando cuan suave eran para subir nuevamente y pasar su pulgar en círculos por el glande, sorprendiéndose levemente al sentir algo de humedad, no por el agua, era algo pegajoso, en una muy pequeña cantidad, que había brotado de la punta.

—Ah...

Apartó la mano rápidamente al escucharle. Mirándole con atención temiendo haberlo despertado, vio como Denki se removía en su lugar, encorvándose al frente mientras tallaba sus ojos somnoliento. Sintió su rostro sonrojarse por completo cuando Denki se giró levemente para verlo, se veía cansado, sus mejillas estaban coloradas y sus labios entreabiertos, probablemente no tenía ni idea de lo que le hizo, pero por el sonrojo en su rostro supuso que lo había sentido entre sueños.

—Iwabee-kun... —susurró bajo, logrando que el susodicho le mirara extraño.

Escucharle había provocado algo en Iwabee, probablemente eran las hormonas o el deseo o simplemente ya estaba cansado de estar rodeado de tantas tentaciones que había optado por mandar todo al diablo y confesarse de la forma más subida de tono posible.

Tomándolo de la cabeza, se le aproximó cortando toda distancia uniendo sus labios, quedándose así un par de segundos, sin inmutarse ninguno de los dos hasta que Iwabee cortó el tacto, separándose ligeramente para verle a los ojos, mirando con intensidad aquellos ojos ónix que le veían perplejos.

—Esto es demasiado... Ya no lo soporto... —susurró ronco, afilando la mirada con molestia, para besarle nuevamente, esta vez con intensidad, buscando desesperado el tacto ajeno hasta hacerle recortarse para acomodarse sobre él entre sus piernas.

—I-Iwabee~ —quejó Denki separándose del beso, tan solo para que el contrario lo intensificara invadiendo su cavidad con su lengua, perpetrando cada rincón de su boca degustando la unión, mientras podía sentir como su respiración agitada chocaba contra su labio superior, notando cuan excitado estaba.

—Juegas mucho conmigo... Ya estoy cansado... —jadeó con fuerza mientras bajaba sus besos al cuello del menor, mordiéndolo y lamiéndolo buscando dejar su marca en aquella blanquecina piel— soy un hombre... También tengo deseos... No puedes acercarteme así sin ropa esperando que me controle... Porque ya me he controlado demasiados años como para seguir aguantando...

Succionado con fuerza hasta dejar una marca, bajó sus labios hasta unos de los botones del menor, mordiéndolo y lamiéndolo, succionado logrando sacarle gemidos al propietario, provocando que su propia intimidad reaccionara ante el sonido.

—E-espera-ah~... Iwabee~ Mmhh —quejó al sentir cuan brusco pellizcaba uno de sus pezones, y tembló con miedo al ver como sus labios bajaban por su abdomen hasta el borde de su bóxer, el cual Iwabee quitó rápidamente de un jalón— ¡Ahh~ e-eso no! ¡Ah-ahh! —gritó extasiado en cuanto su intimidad se halló en la boca ajena, echando la cabeza atrás al sentir tan nueva y excitante sensación le bañaba en su miembro.

—Me gustas... Te amo... Te amo tanto Denki —susurró entre jadeos pesados subiendo a sus labios para besarle, mientras le masturbaba rápidamente acomodándose mejor entre sus piernas—... Dejame hacerte mio... Dejame tomarte...

—¡I-Iwabee!... Y-yo... ¡Ahhh~ Mmhhh~!

Sentía su cuerpo arder ante tan nueva experiencia, su miembro chorreaba y tan solo por el tacto que le propinaba en su intimidad ya se sentía desfallecer, pues nunca antes había experimentado consigo mismo, así que aquél roce le era completamente nuevo y embriagador.

Lo gozaba, en verdad que sí, y no había nadie mas a quien le dejaría hacerle tal cosa, quería más y le permitirá llegar tan lejos como quisiera.

—¡Sí, agh!... Has... Has lo que quieras... ¡Mhh! —aceptó abrazándole con fuerza pegándolo más a él.

Abriendo los ojos de par en par con sorpresa, Iwabee sonrió de lado, complacido ante la respuesta.

—Te haré sentir bien Denki, lo prometo... —susurró ronco en su oído, mientras pasaba rápidamente su pulgar por el glande del menor, haciéndole estremecer y quejar con placer.

Besándole y uniendo sus lenguas, logrando ahogar los gemidos entre ambas bocas, Iwabee alzó una de las piernas de Denki colocándola contra su pecho, permitiéndole mejor acceso a aquél orificio, para así, aún besándole, colocar tres de sus dedos entre el acalorado beso,  humedecidolos hasta dejarlos viscosos por la saliva, y así bajarlos hasta aquél arrugado músculo, introduciendo el primer dedo logrando que Denki quejara y se aferrara a él.

Jugando con su interior hasta que quedase suelto, introdujo el segundo separándolos dentro, metió el tercero una vez lo creyó flojo, sacándolos y metiéndolos varias veces, fingiendo pequeñas embestidas buscando aquél punto del que había leído, movió con brusquedad sus dedos hasta que Denki arqueó su espalda rompiendo el beso, soltando un agudo y sonoro gemido denotando que lo había encontrado.

Sonriendo con atrevimiento, le besó y mordió sus botones mientras seguía hurgando en su interior, tocando y frotando aquél punto, dejando que Denki le arañara y gimiera por lo alto, separando más sus piernas buscando más tacto.

Creyéndolo suficiente, sacó sus dedos acomodándose bien entre las piernas ajenas, alzándolas para colocarlas sobre sus antebrazos, tomando así su miembro y frotando la punta contra aquél orificio.

—Te dolerá... Así que puedes morderme si quieres —se acomodó sobré él, permitiéndole abrazarle y hundirse en el hueco entre su cuello y hombro.

—Está bien... Yo... Estoy feliz de poder hacer esto contigo... Iwabee-kun... —susurró quedo Denki, sonriendo embelesado aferrándose al cuerpo del mayor, logrando que este sonriera cual tonto enamorado por tan dulce hablar, para así, hundirse lentamente en su estrecho canal, sacándole un par de lágrimas al instante y haciéndole morderle aferrándose con fuerza a él.

—Ah~... Carajo... —gruñó extasiado al sentir como aquellas paredes le apretaban envolviendo su miembro, haciéndole delirar acalorado, introduciéndose tan afondo como le fue posible, hasta que Denki sollozó con dolor arañandole la espalda, alertándole de cuanto sufría—... Denki ¿estás bien?

—S-sí... Ahg...

Cerraba con fuerza sus ojitos, derramando grandes lágrimas denotando dolor, se sentía desfallecer, aquella intromisión era demasiado para él, sentía que se rompería si se movía o le heriría adentro por lo menos, realmente no era placentero, dolía como no se podría imaginar, pese a sentir su cuerpo arder gracias a que Iwabee ahora formaba parte de sí de una forma tan íntima, disfrutando de él y de su tacto, no se sentía capás de soportarlo más, no lo aguantaría.

—Tranquilo... Tienes que relajarte... —susurró con temor ante su llanto, pensando como ayudarle. Entendía que si se movía solo lo empeoraría, así que posando su mirar en aquél miembro rogando por ser atendido, se lamió la mano lubricandola para tomarlo y jalarlo, haciéndole a Denki jadear complacido, gimiendo bajo ante el tacto, sintiendo notoriamente como sus paredes se relajaban dejando de estrangular su miembro—... parece que... Te sientes mejor.

—S-sí... Mmhh~... Me gusta...

Poco a poco aquél estrecho canal se iba relajando, y Denki comenzaba a estremecerse tanto de miedo como de placer, tratando de concentrarse sólo en el tacto que se le daba en su intimidad. Exhalando con pesadez, Iwabee se acomodó mejor sobre aquél pequeño cuerpo, apoyando el antebrazo por sobre la cabeza ajena para mantenerse firme, mientras que su mano, librándola de aquél trabajo manual, la pasó por debajo de la cadera del menor, alzándolo levemente para tomar una mejor postura.

—Me moveré ¿está bien?

Denki asintió levemente, no muy convencido, cerrando con fuerza sus ojos mientras le abrazaba por sobre los hombros buscando mejor agarre.

Lentamente, Iwabee comenzó un movimiento de vaivén con su cadera, entrando y saliendo con cuidado de no lastimarlo, logrando sentir como el cuerpo ajeno temblaba adolorido, mientras sus paredes nuevamente le aprisionaban sacándole pequeños gemidos ahogados. Sitió su piel erizarse al sentir el estrecho orificio contraerse sobre su miembro, halándolo al salir y sofocándolo al entrar, haciéndole aumentar el ritmo hasta propinarle al menor pequeñas estocadas sacándole sonoros gemidos de doloroso placer. No estaba lubricado y sabía que el dolor no aminoraría hasta ya rato, así que debía ignorar su quejidos y lágrimas, con suerte el dolor pasaría a segundo plano y podría terminar pronto para usar su propia esencia como lubricante.

Movió su cadera en círculos sin detener su vaivén, buscando nuevamente aquél punto que había tocado previamente, no tardó mucho en encontrarlo, pues el gemido agudo que soltó Denki le era prueba de ello. Sonrió orgulloso embistiéndole ahí, viéndose complacido por los sonoros gemidos que le provocaba.

Dejando un poco de lado el temor de herirlo o lastimarlo, comenzó a darle cortas y rápidas embestidas, golpeado su glande contra la próstata ajena, soltando pequeños gruñidos, extasiado por el interior tan apretado que le envolvía, sintiendo el cuerpo del menor aferrarse más a él, abrazándole por la cintura con las piernas buscando mayor placer, mientras los lujuriosos gemidos y jadeos resonaban en aquél cuarto, acompañándose poco a poco por un lascivo y sucio sonido de chapoteo al choque de ambas húmedas pieles, sintiéndose ambos delirar por tan erógenas y nuevas sensaciones gracias al choque de sus intimidades.

Se sentían ahogar en calor y explotar en cualquier momento, la fricción del falo contra las paredes, buscando el placer del otro les hacia sentir una calidez diferente en sus adentros, pues el acto no sólo era una muestra de la lujuria contenida, expresándose de forma baja tan sólo para aminorar el deseo ajeno, el tacto del otro sobre su cuerpo les era extasiante, los besos fogosos les robaban el aire y la unión de sus cuerpos que les hacía estremecer y gritar cual dos amantes desesperados, todo aquello era una muestra de devoción al otro, pues se estaban entregando y el calor inicial fácilmente lo habrían podido detener, evitando llegar hasta donde estaban, pero el afecto era mutuo, tanto que ahora compartían más que una simple amistad.

—¡Ahh~! ¡Ah~! ¡Iwabee~! ¡N-no aguanto! ¡Mmh! ¡V-va ah-h salir! —gritó con desespero apretando con fuerza al mayor contra él.

—Haslo... ¡Y-yo...! ¡Agh! —sintió una corriente eléctrica recorrer su espalda hasta enfocándose en su intimidad al sentir el apretado canal contraerse en su miembro.

La blanquecina esencia calló en el vientre del menor, mientras la ajena le llevaba con fuerza filtrándose levemente del orificio arrugado. Exhausto, Denki se dejó descansar sobre el piso alfombrado, reposando sus brazos a sus costados y liberando del agarre al mayor al dejar de abrazarle por la cadera con las piernas, sintió un extraño y algo doloroso vacío al momento en que el mayor salió de él, sin darle importancia, se concentró en calmar su respiración y recobrar la compostura, sintiéndose pegajoso por el sudor y la esencia que poco a poco escurría de su interior hasta el alfombrado suelo.

Abrió los ojos con pesadez al sentir como Iwabee le tomaba de la cintura, haciéndole girarse apoyando su pecho y mejilla izquierda contra el piso, mientras el mayor le alzaba la cadera, sintiendo una punzada en esta por el acto.

—No es... suficiente... —murmuró ronco entre jadeos, tomando su miembro e insertándolo de una estocada en el canal del menor, sacándole un grito de dolor y un par de lágrimas— solo un poco más... Solo un poco...

—D-duele... —quejó bajo, mientras su labio inferior temblaba, sus manos se aferraban al alfombrado y varias lágrimas se le desbordaban.

—Tendré cuidado... —le susurró al oído tomándolo con una mano de la frente, llevándole algunos cabellos para atrás, mientras que con la otra le sujetaba firme la cadera, apoyando un poco de su peso sobre él.

Entrando y saliendo con lentitud, soltó suspiros temblorosos al sentir cuan fácil se movía en su interior, frotándose sin resistencia contra sus paredes, ahora húmedas y pegajosas por su semen.

Bajó un poco la mirada a las posaderas del menor, observando atento como aquellas redonditas nalgas se apretaban contra su vientre bajo al entrar en él y como se relajaban al salir, sonrió gustoso de la escena, enderezándose para tomar con ambas manos la cadera del menor, y así ver con lascivia como su grosor entraba por aquél orificio, para salir con una fina capa de su esencia.

Sintió un escalofrío recorrerlo al ver como usando sus pulgares, separaba ambos mofletes pudiendo ver mejor como su miembro entraba en el orificio, haciéndole jadear y aumentar gradualmente la velocidad, soltando un par de gemidos por tan indecorosa sensación le propinaba en su parte baja, mientras los gemidos del menor y el chapoteo del choque de sus pieles nuevamente le inundaban los oídos.

Encorvándose un poco al frente y mordiéndose el labio, se encargó de embestirle con fuerza, moviendo su cadera y la contraria rítmicamente para que el impacto fuera más intenso, dejando salir sin pena alguna sus propios gemidos mientras que los del menor se volvían gritillos de placer, haciéndole sonreír con lujuria en cuanto sus paredes le volvieron a apretar, sin duda era lo que más le gustaba, la sensación de cuan apretado estaba y como asfixiaba su miembro al insertarlo, sentía su pene palpitar al igual que aquellas paredes que le envolvían, en verdad nunca había sentido tal placer en su vida, Denki era el único que le podría hacer sentir así, y gozaba en demasía cada sensación que le provocaba ese chico, lo disfrutaba y quería hacerle al menor disfrutar tanto como él.

Bajando un poco el vaivén de su cadera, volvió a abrazarlo por la cintura con un brazo, tratando de no dejarle caer todo su peso, mientras bajaba una mano a su intimidad, masturbandola con fuerza llenándose la mano del presemen que brotaba. Pasando su mano por del pecho del menor, le hizo alzarse apoyándose en sus antebrazos, para así, apoyar su frente en el hombro ajeno mientras con su mano libre le apretaba el seno, pellizcando y jugando un poco con uno de sus rosados botones.

Se estremeció al sentirse cerca del clímax, aumentando notoriamente su vaivén embistiendole.

—¡Ahh~! ¡Iwabee~! ¡Me vengo, me vengo! ¡Ahhh~!

Siquiera pudo responder cuando sintió su mano empaparse de semen y en consecuencia, las paredes ajenas contraerse en su miembro haciéndole delirar hasta eyacular en su interior con fuerza, mordiendo el hombro del menor ahogando un sonoro gemido.

Exhausto y empapado en sudor, salió del menor sentándose detrás suyo, observando gustoso como este se dejaba caer en el suelo de lado, mientras de aquél orificio rosado brotaba su esencia, bajando lentamente por sus glúteos hasta manchar el alfombrado. Jadeante, sonrió de lado para pasarse la mano por el cabello para alzarlo hacia atrás, pero se detuvo al percatarse de lo que traía en ella, haciéndole sonrojar ligeramente por lo interesante del contraste entre su tono de piel y la blanquecina esencia del menor en su mano. Tentado, lamió un poco de esto degustándolo con lascivia, volviendo su mirar al agitado y muy cansado cuerpo del menor.

Se sentía temblar de lo agotado que estaba, pero eso no le evitó acercase a Denki y acomodase a su espalda para abrazarlo por la cintura, olfateando su cabello sonriendo cual tonto enamorado.

—Te amo... Denki —susurró bajo, cerrando los ojos para dormir por fin, con la lluvia incesante como fondo.

—Te amo, Iwabee-kun...

Parpadeó sorprendido, pues suponía que el menor dormía, sintiendo así una calidez inundarle en sus adentro por tan dulces palabras, en verdad amaba a ese chico, y por nada en el mundo lo dejaría ir de su lado, estaba dispuesto a darlo todo por él, sin duda, agradecía plenamente la tormenta de ese día.

—Iwabee —le llamó Denki moviéndolo ligeramente del rostro.

—¿Uh?... —quejó adormilado sin mirarle.

—Iwabee, despierta —insistió con más fuerza.

—Ah~... ¿Qué pasa? —murmuró frunciendo el entrecejo molesto, aún sin abrir los ojos.

—¡Iwabee!

•~🌼~•

—¡¿Qué?! —exclamó molesto levantándose de golpe.

Parpadeó somnoliento mirando a los lados, abriendo los ojos de par en par al ver que seguía en aquél pasillo oscuro, vestido por completo y a su lado, Denki le miraba consternado, con pequeñas lágrima al borde del llanto, mientras de fondo podía escuchar la incesante tormenta fuera de la casa.

—Ah~... Por fin despiertas... Estaba tan preocupado... —susurró Denki con una pequeña sonrisa mientras se secaba las lágrimas.

—¿Qué... Qué pasó? —preguntó por completo confundido, sintiendo de pronto una fuerte punzaba en la parte trasera de su cabeza, obligándolo a tomarse esta, percatándose de que una venda lo envolvía a la altura de la frente.

—Debes tener más cuidado, te resbalaste con el agua que ibas dejando y te golpeaste la cabeza, no sabía que hacer y sangrabas un poco —explicó el menor con la molestia y preocupación remarcadas en su rostro—, me asusté mucho, no despertabas, ¡cielos! En verdad tengo que estudiar ninjutsu médico.

—Ah... Ya... Ya veo... —susurró decepcionado mirando la poca sangre que manchaba su mano.

—Pero ¿estás bien? ¿Te duele algo? Tienes muy mala cara.

Cerró el puño con impotencia, entrecerrando la mirada con tristeza, mordiéndose el labio molesto ante el recuerdo, maldiciendo a sus adentros por cuan cruel sueño le jugaron. Posando su mirar en el menor, notó que este temblaba de frío, y armándose de valor, le abrazó con fuerza oprimiendolo contra su pecho.

—Estoy bien...

—... Iwabee... —murmuró Denki confundido, correspondiendo preocupado el abrazo del mayor—... Oye... Tú... Eres muy cálido... ¿Lo sabías?

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