Respeto por la casa de Ereki +18

Tipo de historia: Cómica

Pedido de: z_a_18

No. Palabras: 2265

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Era de tarde, la noche pronto caería, el padre de Denki aún trabajaba, la casa estaba sola, y aprovechando esto, entre caricias y gemidos inundando el cuarto de visitas, Denki e Iwabee tenían una pequeña cesión de demostración de amor.

—Nh-h... I-Iwabee-kun... Ahh... N-no pares... Ah~ —susurró entre suspiros el azabache, removiéndose en su sitio aguantando soltar sonidos demasiado expresivos.

—Eres tan lindo cuando gimes así —comentó con una pequeña risa el moreno, pasando su lengua por los rosados y pequeños pezones de su menor—... Parece que ya estás listo.

Sacando sus tres dedos del interior ajeno, se posicionó entre sus piernas, colocó una almohada debajo de la cintura ajena, y colocándose un preservativo, se masturbó un poco antes de presionar el glande contra aquél pequeño oficio y lentamente ir introduciendo su virilidad en aquella pequeña cavidad, maravillado por el sonrojado y sudado rostro de su menor, veía atento sus tan lascivas expresiones, deleitándose con sus gemidos tan agudos y expresivos.

—Ahh~... E-es... Tan.. G-grande... —susurró con dolor Denki, abriendo un poco más las piernas para darle mayor acceso a su moreno.

—Ah~... Pero mira, ya está dentro... —ronco, con la respiración entrecortada y algo agitada, ladeó una sonrisa coqueto, logrando que Denki sonrojase aún más hasta las orejas— ¿debería moverme ya?

—... S-sí, pero... Despacio... —asintió con pena el menor, observando como Iwabee tomaba sus piernas y colocaba sus tobillos sobre sus hombros, dejándolo en una posición un tanto vergonzosa, pensó él— ¡Mhh~!

—No contengas tu voz... Nadie nos oirá —entrando y saliendo en un pequeño vaivén, pidió entre jadeos, respirando con dificultad, mientras sus propios gemidos sonaban profundos y roncos al salir de su garganta.

Avergonzado, el menor se aferró a la almohada, cerrando su ojos apenado, dejando salir su voz sin filtros, sintiendo como a su cuerpo lo recorría un delicioso escalofrío al escuchar los expresivos sonidos del mayor.

Su propia voz era aguda, dulce y suave, similar a la de una chica en ocasiones, lo que provocaba que sus gemidos fueran mucho más lascivos de lo que deberían, e Iwabee disfrutaba como nunca el escucharlo.

—¡Ah! ¡Ah-h! S-se hizo... Ahh~ m-más grande, ¡ahh! —exclamó al arquear la espalda, sintiendo como las embestidas del mayor se hacían más rápidas, así como su virilidad se hinchaba dentro suyo, llenándonle por completo.

—Tu linda voz...ah... Y lo lascivo que eres... Ah-h... M-me pusieron así...

Pronto en el cuarto solo resonaban sus gemidos y jadeos, incluso, por los pasillos cerca del cuarto se escuchaban débilmente esos sucios sonidos, tanto de sus voces expresando sin vergüenza lo bien que se sentían, como del choque húmedo de sus pieles, y el rítmico golpeteo de la cabecera de la cama contra la pared, tal vez habría sido buena idea poder una almohada entre ambas.

—Ah... Nh... Oh, mierda... Ahh~

Sujetando con fuerza la pequeña cintura de Denki, sus embestidas se hicieron rápidas y rudas, atinando con cada estocada en el punto G del menor, logrando que su cabeza se echara atrás, y junto con numerosos espasmos, eyaculara de pronto dejando su semen en su estómago, apretando con sus músculos internos el duro miembro de Iwabee, haciéndole correrse con un sonoro gemido al hundirse dentro suyo.

Agitados, sudorosos, con la respiración entrecortada y temblorosa, el Yuino sintió su pene palpitar, haciéndose más pequeño poco a poco, y al abrir los ojos con cansancio, observó por largos segundos la boca entreabierta del menor, jadeando agotado tratando de recobrar el aliento, con algunos de sus cabellos negros pegados a su frente por el sudor, su pecho subiendo y bajando cansado, con sus rozados y lindos pezones duros, su semen escurriendo de su estómago hasta manchar la cama, su linda erección ahora pequeña y palpitante, y sus piernas temblorosas de las que aún mantenía sus tobillos sobre sus hombros.

—D-deja de verme... —pidió con vergüenza Denki, logrando que Iwabee sonrojara al verse descubierto.

—Quiero seguir un poco más y necesito inspiración para levantar esto —explicó con una sonrisa juguetona adornándole los labios, mientras con cuidado salía de dentro suyo, y se quitaba el preservativo del pene, masturbándose un poco para levantarlo.

Apenado, Denki se tapó el rostro, separando levemente sus dedos para ver como el Yuino se autocomplacía, subiendo y bajando rápidamente su mano, provocando ese sucio y lascivo sonido similar al de un liquido espeso ser agitado en una botella.

Así como el del moreno, el propio miembro de Denki se había puesto erecto en menos de lo esperado, así que preparándose para una segunda ronda, Iwabee se colocó otro preservativo, se posicionó sobre Denki entre sus piernas, apoyando su antebrazo a un costado de la cabeza ajena sobre la cama para apoyarse, y tomando su miembro ya duro y palpitante, lo introdujo lentamente hasta llenarlo por completo.

Agitados, se quedaron un momento así para que Denki se adaptara un poco más a la intromisión, y mientras esperaban, Iwabee repartió pequeño besos en el rostro sonrojado y sudado de su menor, mimándole con mucho cariño, provocando una pequeña sonrisa, dulce y adorable en los labios de Denki, encantado por los tan lindos tratos de su mayor.

Y cuando creyó ya estar listo para que se moviera, separó un poco a Iwabee de sí, y se escuchó como la puerta se abría.

—¡¿Denki?!

—¡¿Papá?! —exclamó aterrado el menor, mientras Iwabee más rápido de lo que se creyó los tapó a ambos con las sábanas, separándose de Denki y posicionándose a su lado en la cama.

—¡S-suegro!... D-digo, ¡Ereki-sama, esto no es--!

Tartamudeó aterrado, más pálido de lo que lo estaba el padre de Denki, quien se había quedado helado en su sitio, mudo, pero cuando había procesado lo que veía, su rostro se ensombreció, su ceño se frunció molesto e incluso la vena de su cuello se hizo visible.

—¡¡Vistanse ahora antes de que los castre!! —gritó el mayor iracundo antes de cerrar de golpe y con mucha fuerza la puerta, dejando a la pareja aterrada en la cama.

—... M-me va a matar... —susurró Iwabee, con la mirada fija en el suelo por el terror.

—R-rápido, vistete —murmuró con prisa y miedo Denki, levantándose de la cama rápidamente, para que al momento de poner un pie en el piso cayera de golpe.

—¿Denki? —exclamó preocupado, alzándose para verle.

—M-mis piernas... N-no dejan de... temblar... —susurró apenado Denki, levantándose lentamente y con mucha dificultad del suelo, pues sus piernas parecían no querer responder.

—Dios, estoy muerto, estoy muerto —murmuró halándose sus largos cabellos castaños con terror, sintiéndose culpable y ya visualizando como Ereki lo colgaría de los huevos por profanar y dejar inválido a su pequeño hijo.

—S-solo date prisa y vistete —ordenó molesto Denki, tomando la camisa y pantalón que yacían en el suelo, para arrojárselos al mayor.

•~ 🌼 ~•

—¡¡Me importa una mierda que estén casados, ésta es mi puta casa y la van a respetar!! —gritó eufórico Ereki, con el Bō de Iwabee en mano, retándoles amenazante, mientras que la pareja tan solo mantenía la cabeza baja, sentados en el borde de la cama— ¡¡No puedo dejarlos solos ni un maldito minuto porque follan como conejos!!

—S-suegro... Y-yo--

—¡¡TÚ CIERRA EL PUTO HOCICO IWABEE!! —gritó encarándolo, logrando que Iwabee se cohibiera temeroso, nadie lo hacía tener tanto miedo como Ereki lo hacía— ¡¡Tienen su propia casa ¿qué tienen que estar cogiendo en MÍ casa?!! ¡¡Si van a hacerlo tengan la descendencia de poner las cosas en su lugar!!

Tanto Iwabee y Denki sonrojaron por completo avergonzados, pues Ereki se refería al condón usado que yacía sobre la mesita de noche.

—¡¡Ahora fuera de MÍ casa, no los quiero ver en una semana!! —ordenó apuntando a la puerta, y al instante Iwabee tomó sus cosas y se levantó, pero apenas Denki dio un paso, tropezó ganando la atención de ambos mayores— ¡¡Fuera!

—¡E-es que no puedo caminar! —exclamó apenado y al borde del llanto, logrando que Iwabee palideciera y Ereki se quedara callado por un par de segundos, para que al procesar el porqué, mirara con enojo al Yuino, y este temeroso diera un paso atrás.

—¡Tú~! —masculló entre dientes el mayor, logrando que Iwabee temblara aterrado y retrocediera lentamente— ¡te cortaré el pene para que ya no dejes sin caminar a Denki!

—¡¡No, suegro, no, espere, por favor!! —rogó aterrado el Yuino echándose a correr, mientras Ereki lo perseguía por la casa alzando su Bō para golpearlo.

Denki seguía en el suelo, y sólo podía escuchar como Iwabee gritaba rogando por clemencia, así que temiendo lo peor, sólo se quedó en el suelo esperando a que se le pasara el dolor de la cintura.

—Ahm... ¿Papá?

Le llamó una voz desde la puerta, haciéndole abrir los ojos con pena, encontrando a su hijo de cabellos azabache, piel acanelada y ojos de un marrón oscuro parado en el marco de puerta, mirándole con una pequeña sonrisa preocupado.

—Ah... H-hola Daiki, ¿tu abuelo de trajo? —preguntó forzando una sonrisas aún con pena.

—Sí... ¿Golpeará a mi padre otra vez? —preguntó ladea una sonrisa burlesco, mientras acomodaba sus lentes azules en su lugar.

—Sí... Otra vez... Perdón por hacerte ver esto... —se disculpó bajando la cabeza avergonzado, mientras sus mejillas se ruborizaban y lágrimas se formaban en el borde de sus ojos, por lo apenado que estaba de la situación.

—Está bien, tengo doce, supongo que esto ya no me sorprende... —le animó cerrando sus ojos y sonriendo con cariño.

Ya iban nueve veces en total que Ereki los atrapaba en medio acto, siete de ellas estando ya casados, y cinco de estas en las que Daiki veía como Ereki agarraba a palos a Iwabee, definitivamente debían dejar de hacerlo en la casa del padre Denki aunque esta estuviera sola.

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Este es Daiki, para saber más de él visita mi libro “el blog de Nana”

Ustedes sabían que el padre de Denki se llama Ereki? No? Pues ya prendieron algo nuevo XD

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