?/? El chico del turbante rojo +18

Tipo de historia: Sexual

No. Palabras: 3440

Parejas secundarias o implícitas: MitsuBoru, BoruDenki.

Notas: Todo este escrito, es el intermedio de una historia, próximamente se publicará otro intermedio de la trama. Algo así como Bakemonogatari.

Ustedes tendrán que ordenar las partes para saber la cronología.
Una vez esté completa se ordenará oficialmente.

Para que no olviden que este libro existe.

•~ 🌼 ~•

—Entonces... Ese Boruto... ¿Se enamoró del chico nuevo? —preguntó mirando con pena al menor.

—Sí... Y a él también le gusta... —asintió con pesar sin mirarle, escondiendo su rostro entre sus brazos— no hay nada que pueda hacer... Mañana Boruto se le confesará... Ya nada importa, de todos modos... Nunca me vio como yo lo veo a él.

Iwabee, decaído ante la tristeza que emanaba el chico, suspiró sonoramente y se sentó a un lado suyo, apoyando su codo en su rodilla y su mejilla en su mano.

—Estar enamorado a de ser una joda —comentó pensativo, vacilante ante el tema del menor—, yo nunca me he enamorado y realmente no quiero hacerlo, no quisiera pasar lo que tú, y es más divertido tener sexo casual que mantener una relación con amor y esas tonterías.

—El día que te enamores cambiarás de opinión —revatió mirándole de reojo.

—El día que me enamore nevara en el infierno —bromeó pasando sus brazos detrás de su cabeza, apoyando esta en ellos.

—Sin vergüenza —susurró Denki divertido, logrando que Iwabee le sonriera de lado.

—¿Sabes? —Denki le miró curioso— Cuando me siento mal, busco a alguien con quien divertirme, creeme, te sentirás mejor una vez te hallas "liberado".

—No gracias, no soy como tú —negó desviando la mirada apenado.

—Dejaré que te diviertas conmigo —soltó levantándose del suelo con una sonrisa adornándole.

—¿A-Ah? —musitó mirándole con un notorio sonrojo y los ojos abiertos de par en par.

—Tengamos sexo ¿que te sorprende? Ya lo hemos hecho antes —insistió divertido, tendiéndole la mano para ayudarlo a levantarse.

—¡P-pero esa vez me forzaste!

—Si realmente te hubiera forzado no te habrías corrido, las veces que te toqué te habrías alejado y ahora no estarías hablando conmigo —alegó mirándole con atrevimiento—, además, se notó que lo disfrutaste.

Avergonzado y sin mirarlo, Denki tomó su mano, ya estando de pie a escasos centímetros del cuerpo contrario, colocó ambas manos en el pecho ajeno, empujándolo ligeramente para alejarlo, mientras que el moreno lo tomaba de la cintura gentilmente.

—Y-yo... No me gustan estas cosas... Hacerlo sin amor de por medio es muy bajo... —negó apartándose del mayor— lo lamento, pero no puedo hacerlo...

—Entonces... —susurró en su oído, rodeándolo de la cintura haciéndole pagarse a él, mientras lo tomaba de la barbilla logrando cruzar miradas— dejame hacerte sentir amado por un rato.

—Iwabee... —musitó embelesado, sonrojándose a más no poder ante su deseoso mirar, sintiendo el aire escapar de su pecho al ser abrazado con fuerza y sentir los labios ajenos contra su cuello.

•~ 🌼 ~•

Una vez el pequeño cuerpo de Denki se posó sobre el escritorio, Iwabee se acomodó entre sus piernas, colocándose encima suyo para besarlo debajo de su oreja, haciéndole sentir al azabache un delicioso cosquilleo en su intimidad al sentir sus labios posarse sobre su cuello, mordiendo y chupando con lascivia sin dejar marca alguna.

Desabotonando la camisa del menor, Iwabee la arrojó a algún lado del salón, bajando por su pecho repartiendo besos, tomando entre sus dientes uno de los salientes rosados de Denki, haciéndole a este soltar un pequeño gemido. Besando, chupando con fuerza, mordiendo y jugueteando con él usando su lengua, Iwabee se deleitaba con los agudos gemidos que lograba sacarle, mientras que con su mano pellizcaba y jugaba con el botón faltante, apretando el área alrededor como si de un pecho femenino se tratara.

—Ah~... Iwabee-kun... —susurró extasiado, metiendo su mano por debajo del turbante rojo del mayor, quitándolo para así jalar sus largos cabellos morrón y presionarlo contra su pecho anhelando el tacto, haciéndole al moreno sonreír complacido.

Bajando lentamente, dejando una hilera de besos por donde pasaba, se acomodó entre las piernas del menor para bajarle los pantaloncillos, y así tantear por sobre la ropa con su boca el miembro ya erecto del chico, haciéndole estremecerse y gemir entrecortado.

—¡Mmhh~!... C-creí que... Que no le hacías esto a nadie... —comentó mirándome de reojo, sonrojado hasta las orejas asombrado por lo que planeaba el mayor.

—Te dije que te haría sentir especial ¿no? —sonrió atrevido.

—Dijiste "amado" —corrigió sonriendo de lado.

—¿Una mamada no es muestra de amor?

—No tengo idea —negó riendo divertido.

Una vez la risa cesó, Iwabee prosiguió con lo suyo, acariciando la intimidad del menor por sobre la ropa blanca, besando la punta para luego bajar la ropa interior y pasar la lengua por todo el falo, haciéndole a Denki soltar un sonoro gemido, notando así como de la punta brotaba levemente un líquido transparente.

Lamiendo y chupando todo el tronco, humedeció por completo el pequeño falo, para así meterlo de lleno en su boca mientras masajeaba aquello que colgaba del miembro, logrando que el menor echara la cabeza atrás arqueándose y gimiera por lo alto al sentir como Iwabee succionaba con fuerza, subiendo y bajando en su miembro.

—¡I-Iwabee! ¡Ahg! ¡Espera, espera! —rogó jalando de sus cabellos con fuerza tratando de apartarlo.

—Ah... —jadeó sacando de su boca el pequeño sexo, limpiándose la saliva de los labios con su manga— ¿te quieres correr? —preguntó ameno, obteniendo un rápido asentimiento del menor— bueno, yo también quiero disfrutar, date la vuelta.

Tembloroso y con algo de ayuda, Denki se giró en su lugar, dejando a la vista su entrada logrando que el miembro de Iwabee palpitara emocionado ante la escena. Inquieto, el mayor frotó su dureza contra el orificio del menor, pese a tener aun puesta la ropa, la emoción le hacía estremecerse por el tacto.

—Ah~ joder... No sabes cuanto me prendes... —gruñó tomándolo de la cadera presionándolo contra él, pasando sus manos por las nalgas ajenas, apretando y gozando de cuan esponjosas eran, hasta darle una palmada en una.

—O-oye —quejó Denki ladeando la cabeza para verle.

Iwabee sonrió divertido, para luego hincarse, desabrochándose el pantalón y así liberar por fin su húmeda erección haciéndole suspirar relajado, le quitó las botas y calcetas al menor y enderezándose un poco, separó las nalgas del azabache permitiéndole ver el tan lindo y rosado orificio. Tentado, pasó la lengua por aquél músculo logrando que Denki se estremeciera y jadeara con sorpresa.

—¡No hagas eso! ¡Está sucio! —le regañó molesto ladeandose para verlo.

—Tranquilo, no importa —dijo divertido levantándose para presionar su mano contra la espalda de Denki haciéndole volver a su posición, para así volver a hincarse separando sus glúteos—... si eres , no importa —susurró por lo bajo, logrando que Denki no lo escuchara.

Lamió el contorno de la entrada y usando sus pulgares estiró el arrugado musculo, introduciendo lentamente su lengua haciéndole al propietario temblar nervioso y aferrarse a la mesa.

—N-no... Es... E-es demasiado e-extraño.. Detente... Aghh~.

—Relajate, trato de dilatarte.

Humedeció tres de sus dedos y lentamente introdujo el primero, mientras lamía entretenido aquello que colgaba debajo del falo del menor. Una vez lo creyó suficiente, introdujo el segundo dedo, separándolos en distintas direcciones dentro del apretado canal. Introduciendo el tercer dedo, comenzó a sacarlos y meterlos rápidamente, separándolos y jugando con algo de brusquedad con aquél orificio.

—I-Iwabee~... —quejó con un pequeño lloriqueo Denki, respirando con fuerza por tan extraña sensación— m-me duele... Es... Ahg... M-muy extraño, d-deten-- ¡Ahhh~! —un agudo y sonoro gemido de placer escapó de sus labios, al sentir un delicioso y fuerte cosquilleo inundarle en su interior.

—Es aquí ¿cierto? Aquí te gusta —sonrió de lado con lascivia, golpeando con sus dedos aquél punto que le hacía estremecer y gritar al menor.

Denki, girándose levemente para mirarlo, logró que Iwabee borrara su sonrisa, mostrándose sorprendido al ver la expresión en él, pues lloraba, pequeñas lágrimas resbalaban de sus ojos, cayendo por sus mejillas coloradas, y pese a no poder evitar soltar sonidos que le hacían erizar al mayor, se notaba triste, incluso molesto o decepcionado, como si aquellos tratos no los disfrutara o no fueran lo que él quisiera.

Exhaló con pesadez, sintiendo algo removerse en su interior por tal escena, Iwabee relajó su movimiento con su mano encorvándose sobre Denki, tomándolo de la nuca para acercarlo a él, y besarlo, un beso dulce, sin intensiones ajenas e indecorosas, un roce que trataba de demostrar un sentimiento que Denki podía percibir con calidez, erizandole la piel, alentándole a corresponder el beso tal y como había sido recibido, acoplando perfectamente sus labios con los ajenos, mientras aquellas lágrimas ahora resbalaban por un sentimiento que Denki no sabría descifrar.

—... Eso... ¿Porqué? —susurró con dificultad al separarse, mirando con extrañeza y un tierno sonrojo al mayor—... Nunca antes... Me habías besado.

Una dulce sonrisa se formó en los labios del moreno, acompañada de una mirada tan tierna y frágil que hizo sonrojar y embelesar al menor, logrando que sus ojos se abrieran con asombro y un brillo resplandeciera en ellos, pues nunca antes había visto esa expresión en él, lucía tan diferente.

Sacando sus dedos del azabache, Iwabee se acomodó detrás de Denki, abrasándolo por la cintura, besándole con gentileza y dulzura detrás de la oreja y por el cuello, logrando que se estremeciera gustoso del tacto, soltando pequeños suspiros temblorosos.

—Te dije que... Te haría sentir amado... ¿No? —susurró quedo en su oído, con una pequeña sonrisa que hacía derretir el corazón del menor.

—Iwabee...

Bajando su mano hasta la intimidad del azabache, buscó el placer ajeno acariciándolo en su sexo, libró otra de sus manos para tomar su propio miembro y acomodar la punta en aquél rosado orificio.

—Seré gentil... —susurró por lo bajo, mientras que Denki asentía con miedo, nuevamente tomando con fuerza el borde del escritorio.

Lentamente, se fue abriendo paso en las apretadas paredes, sintiendo como un placentero escalofrío lo recorría de pies a cabeza, mientras que Denki soltaba pequeños quejidos mordiéndose el labio, a la par que varias lágrimas resbalaban con dolor, sintiéndose desfallecer y el aire escapar de sus pulmones por la gran intromisión en él, estremeciéndose por el acto, tanto de dolor como del extraño placer al sentir aquél palpitante miembro rozar sus paredes.

Sonoros jadeos inundaron el salón una vez ambos cuerpos estuvieron unidos plenamente, mientras el calor de estos aumentaba exponencialmente.

—¿Estás... Bien? —susurró entre suspiros, haciéndole estremecer a Denki al sentir su respiración chocar contra su nuca.

—S-sí... —afirmó con un hilo de voz, buscando calmar su respiración que ahora sonaba entrecortada y pesada.

Pasó la mano por sus largos cabellos marrón que caían sobre su rostro para lanzarlos hacia atrás, y apoyó esta por sobre la cabeza de menor para mantenerse firme, comenzó a dejar pequeños besos en la nuca contraria, mientras le tocaba indecorosamente su miembro, enfocándose principalmente en el glande, que le hacía gemir por lo bajo al menor por el delicioso cosquilleo que le propinaba.

—¿Así... Te sientes mejor...? —preguntó Iwabee por lo bajo sin dejar de besarle o tocarlo, relajando lentamente sus hombros al sentir su miembro poco a poco dejar de ser asfixiado por las paredes ajenas.

—Ah~... Sí... Mmh~...

Una vez sintió el cuerpo del menor relajarse, envolvió el pequeño miembro en su mano halándolo lentamente, mientras con sumo cuidado movía sus caderas de adelante hacia atrás, sacándole pequeños quejidos al propietario del canal.

—Te acostumbraras... Con-- Ah... Concentrate en mi mano... —dijo con gran dificultad, pues lo estrecho de aquél orificio le hacía estremecer de placer, sintiéndose sofocar por el calor que le provocaba.

Con lentitud, su pene entró y salió en un movimiento pausado del apretado y sudado cuerpo del azabache, haciéndole estremecer y aumentar su calor considerablemente, nunca antes lo había hecho así con alguien, disfrutaba demasiado cuan despacio se movía, sentía su miembro derretirse, incitándole a aumentar su vaivén con efusividad, pero extrañamente, no tenía intenciones de hacerlo por ahora, quería gozar el momento y las sensaciones que le propinaba el cuerpo del menor, incluso, quería besarlo, otra vez, besarle con tanto afecto que se sentiría fuera de sí si lo hacía, pues no era propio de él besar al que le propinaba un polvo, eso le había dejado muy en claro a todos con quien tenía un encuentro, menos a Denki, nunca se lo dijo, pero estaba implícito en sus encuentros.

Era tan extraño, estaba haciendo tantas cosas con él que no se permitía con otros, tal vez quería probar algo nuevo o se sentía tan a gusto con él que quería hacerle todas esas cosas, fuera lo que fuera, gozaba demasiado sus encuentros con ese chico... Demasiado. No importaba, después de todo, sería otro polvo de muchos.

Sintió su respiración agitarse, soltando jadeos pesados mientras tomaba firmemente las caderas del menor, adentrándose lenta y sensualmente, moviendo ágilmente sus caderas con lentitud, buscando aquél punto en el menor, entusiasmado por escuchar los indecorosos gemidos del azabache.

—¡Ahh! ¡Ahí~!... I-Iwabee-kun... —rogó extasiado el menor, aferrándose al escritorio y estremeciéndose con fuerza al sentir su próstata ser estimulada.

Besando, lamiendo y mordiendo el hombro del azabache, comenzó a subir la intensidad de su vaivén, sintiendo su miembro ser apretado y el cuerpo ajeno temblar bajo suyo.

—¿Quieres... Más rápido...? —susurró ronco en su oído entre suspiros temblorosos, haciéndole al menor sonrojar con fuerza y temblar ante el tono tan intenso que soltó.

—S-sí... Ahh~... R-rápido... —pidió soltando pequeñas lágrimas, separando más las piernas y alzando un poco más la cadera, al sentir el miembro del mayor golpear aquél punto rítmicamente.

Poco a poco, le fue propinando rápidas embestidas, resonando en el salón el choque indecoroso de su ingle contra el trasero ajeno, logrando que ambos cuerpos se empaparan lentamente en sudor por el calor que emanaban.

Iwabee temía lastimarlo, pero podía sentir y escuchar como gozaba con él, los agudos gemidos que soltaba y el palpitar de sus paredes contra su miembro se lo confirmaba, pero quería más, le gustaba ser rudo, Denki ya lo había sentido así, pero ahora lo sería con su consentimiento.

—Ah... Te... ¿Te gusta Denki? Ah~~

—¡Sí! ¡Mmhh~!... M-me... Ah~ me gusta... M-mucho ahh~...

—Yo... Ah... Q-quiero hacerlo... Quiero hacerlo fuerte... —susurró lascivo contra su oído, tomándolo de la barbilla para acercarlo y que lo escuchara bien— te haré sentir bien Denki~... No voy a lastimarte...

—Iwabee~... —suspiró su nombre acompañado de un indecoroso gemido, sintiendo su cuerpo arder por las palabras ajenas.

En un ágil movimiento, Iwabee giró a Denki sin salir de su interior, apoyando así ambas manos a cada lado de la cabeza de este, volviendo a iniciar su choque rápidamente.

Los largos cabellos de Iwabee, que le llegaban por sobre el hombro, caían con gracia por los costados de su rostro, dejando que la luz que se filtraba por las ventanas, tocara su cara entre los mechones marrones, haciéndole brillar débilmente por el sudor que bajaba desde su frente hasta su cuello, perdiéndose en su camisa roja mojándola. Los oscuros ojos del moreno le veían con deseo, sus labios entreabiertos soltaban jadeos rápidos y pesados acorde al vaivén que le propinaba con su cadera, y sus mejillas sutilmente sonrojadas le decían cuanto disfrutaba el acto.

Se veía tan... Salvaje, no podría negarlo, Iwabee era endemoniadamente atractivo, entendía perfectamente la facilidad con la que encontraba un quedante. Después de todo, él era de esos tipos, que después de un polvo, no se molestaban en llamar de vuelta o mirar atrás, hacía lo que quería y se salía con la suya en cuanto a encuentros se trataba, una pareja, un relación, amar plenamente a alguien, todo eso era ridículo para él, se lo había dejado en claro, después de todo... Así era él.

—Denki...

Pequeñas lágrimas brotaron del azabache, haciéndole al mayor mirarle preocupado, posando su mano en la mejilla del menor, quitó con su pulgar las lágrimas que resbalaban, logrando que el corazón de Denki se comprimiera con dolor, pues quería todo eso sólo para él.

Lo quería a él. 

—¿Te... estoy lastimando...?

"Dejame hacerte sentir amado por un rato"

Por un rato... Sí, eso era para Iwabee, un rato, algo banal, uno de muchos...

Maldición...

Se había enamorado del peor chico en la academia y se le había entregado con una facilidad absurda... Que bajo había caído...

Salió de su ensimismamiento al sentir la mano del mayor tomarlo de nuca, acercándolo a él hasta ser besado. Un beso lo había enamorado, se sentía desfallecer por el tacto, lo quería tanto y sabía que no podía permitírselo, no era nada suyo, no era su amigo, no era su novio, no era nada para él, él mismo se estaba dejando caer en una fantasía, una que lo lastimaría mucho, y lo sabía, porque no confiaba en él.

Al separarse, quedó perplejo al ver como el Yuino, cansado del sudor y el calor que lo abochornaba, se quitaba la camisa dejando ver su bien definido pecho, haciéndole recorrer cada centímetro de esa piel acanelada con la mirada, hasta posar sus ojos en la unión de ambos cuerpos, sintiendo su rostro arder al igual que todo su ser, cubriéndose así la cara con ambas manos avergonzado por la indecorosa escena.

Una dolorosa y placentera oleada le inundó al sentir como Iwabee, tomándolo de la parte contraria de sus rodillas para presionarlas contra su pecho, le comenzaba a propinar fuertes embestidas en su canal, haciéndole gritar extasiado, incluso llegando a su limite al sentir aquél punto en su interior ser estimulado con brusquedad.

—¡Ahhh~~! ¡Dios! ¡Mmh~! ¡Iwabee~! —gimió por lo alto arqueando la espalda, echando la cabeza atrás por tan deliciosa y dolorosa sensación.

—Ahh~ Carajo... Se siente... Tan bien... —murmuró entre dientes, deleitándose con el excitado rostro del menor y lo placentero de su interior.

No duró mucho así, pues al sentir el cuerpo de Denki contraerse ante el orgasmo, sacó rápidamente su miembro del canal para vaciar su propia esencia sobre la del menor en su estómago, sintiéndose mareado por unos segundo y por completo agotado, hasta que calló rendido junto a este en el escritorio.

Sus respiraciones cansadas y el casi inaudible tic tac del reloj era lo único que se escuchaba en el salón. Denki caería dormido de no estar consiente de en donde acababa de tener relaciones. La sentía como su primera vez, un poco brusco, pero en su interior, sentimentalmente hablando, podía sentir una especie de afecto en el acto, aunque estaba seguro de que era una fantasía suya, solo había hecho eso por despecho, ese era el punto.

—Denki...

Ladeó la cabeza para posar su vista en quien le llamaba, sorprendiéndose por la cansada y dulce mirada que le regalaba Iwabee, sintiendo su corazón palpitar con fuerza y el calor subir a sus mejillas nuevamente. Pareció que su corazón escaparía de su pecho, al sentir ligeramente la mano del moreno rozar con la suya, como si la buscara.

Iwabee, con una expresión cansada y difícil de describir, apoyó una mano al costado de su cabeza colocándose un poco sobre él, mientras que con su mano libre, lo tomó de la mejilla con cariño, la acarició, pasando lentamente su pulgar por su labio inferior, mientras que un ligero sonrojo aparecía sutilmente en sus mejillas.

—... Yo te...

Sentía su rostro arder con fuerza, estaba por completo rojo, pues el palpitar desenfrenado en su pecho le hacía contener la respiración, expectante, anhelando escuchar lo que aquél sujeto estaría por decirle.

—Yo... —el semblante de Iwabee pareció entristecer, mordiéndose ligeramente el labio y desviando la mirada, olvidando por completo lo que diría— tengo algo que hacer... Será mejor que te vistas —murmuró alejándose del menor para sacar de su mochila en el suelo, papel y toallitas húmedas, limpiándose el sudor del rostro y pecho, al igual que su intimidad.

—Iwabee... —susurró en un suspiro por lo bajo, enderezándose con dificultad en su lugar, para ver con tristeza al contrario.

—¿Necesitas ayuda con algo? —preguntó con un extraño tono de seriedad mientras se colocaba la camisa, como si se quisiera mostrar desinteresado con el menor. Posó su vista en Denki, mirándolo por un segundo para volver a bajar la mirada al notar el anhelo y la tristeza en su semblante.

Era extraño, parecía que quería decirle algo, pero se había retractado en el último segundo, lo había notado perfectamente y eso lo desconcertaba por completo. Lo veía triste, algo pasaba por su mente en ese momento y lo estaba negando, se mordía la legua para no hablar, y Denki podía hacerse a la idea de que podría ser, pero sonaba a una fantasía el pensarlo, así que optó por creer que algo le afligía al moreno... y prefirió callar.

—Creo que... Necesitaré ayuda para vertirme por completo —comentó sonriendo con gran esfuerzo, fingiendo a regañadientes estar bien, pues sus adentros ahora eran un caos. Iwabee lo miró curioso, y le regresó divertido la sonrisa con cariño.

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