Chocolate +18

Tipo de historia: sexual

No palabras: 3274

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Recorriendo los pasillos del pequeño supermercado, Iwabee juntó en su canasta de compra una gaseosa de dos litros, tres bolsas de frituras y cinco barras de chocolate, mucha comida chatarra, para una larga noche, esperaba él.

Era poco a comparación de lo que usualmente compraba, pues era todo lo que alcanzaba con el dinero que le había sobrado después de comprar tres películas.

Denki odiaba que gastara dinero en él, pero sabía que "mágicamente" aparecería ese dinero en su cartera otra vez, no importaba cuanto le insistiera ni que con tan buena intención lo hiciera, Denki se negaba rotundamente a que Iwabee malgastara dinero comprándole cosas, pero el moreno ya se había acostumbrado, y así como Denki se lo hacía, "misteriosamente" ese dinero mágico en su cartera regresaba a la cartera de Denki.

Suspirando, dejó en el mostrador todo lo que llevaba, y mientras el muchacho calculaba su compra, Iwabee tomó una de las cajas de chocolate debajo del mostrador. Como portada tenía un chocolate redondo del que brotaba un líquido dorado, junto a él había una rosa, y las letras de la marca estaban en cursiva y rojo, una presentación muy elegante y llamativa como para estar en un supermercado tan simple como ese, pensó el moreno.

—Está con descuento si compra un doce de la marca de cerveza que usted guste, si le interesa —comentó el muchacho mientras guardaba las compras en una bolsa de plástico.

¿Le había llamado de "usted"? Ese tipo seguramente tenía la misma edad que él, actualmente Iwabee tenía veintiuno, ¿tan mayor se veía como para que le llamara de "usted"?

Tal vez porque tenía el cabello suelto y despeinado o porque estaba vestido con lo que usaría para dormir, no negaría que parecía malviviente, pero definitivamente, Iwabee no se veía tan mayor como para que le llamase así. Sí, tal vez se había ofendido un poco.

Aunque los chocolates estaban rebajados si compraba alcohol.

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—¿Qué es esto? —preguntó curioso el pequeño azabache al sacar de la bolsa un empaque blanco.

—Chocolate, venía con descuento si compraba cerveza, así que aproveché —respondió ameno Iwabee mientras introducía en el reproductor de dvd la película.

—Casi nunca bebes —le reprendió mirándole fijamente mientras abría la caja—, no planeas acabarte las latas en un rato, ¿verdad? —cuestionó tomando uno de los chocolates para comerlo.

—Claro que no —negó entre risas nerviosas mientras se sentaba a su lado en la cama—, son doce, durarán dos horas por lo menos —bromeó sonriente, aunque a Denki no le había hecho gracia y como reprimenda le golpeó el hombro—, a menos que me quieras ayudar a terminarmelas —le invitó coqueto abriendo una de las latas.

—Sabes que el alcohol no me sienta bien —negó tomando otro chocolate para comerlo de un bocado.

—Con una ya te pones muy serio, con dos te vuelves muy meloso, anda, tomate una —ofreció tendiéndole una lata—, después de todo tienes dieciocho, ya tienes edad.

—Con la soda estoy bien —negó alzando su baso de plástico.

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Lentamente, Denki comenzaba a adormecerse, sus mejillas, orejas y nariz se tornaban rojas, su mirada se nublaba, y su pecho se sentía cálido.

Dejando caer su cabeza en el hombro del moreno, captó su atención haciéndole bajar su mirar percatándose de lo rojo que estaba.

—Oe, Denki ¿estás bien? —tomándole de la barbilla preocupado, le hizo verle.

—Nh... Iwabee-kun... —susurró meloso embozando una pequeña sonrisa, a los ojos de Iwabee, una demasiado adorable, anudado a ese tono agudo en su voz al decir su nombre, no pudo evitar sentir algo removerse dentro suyo—... Chocolate...

—¿Eh? —musitó confundido.

—Iwabee-kun... Es de color chocolate —sonriente, con ese lindo rojo en todo su rostro, tomó las mejillas del moreno apretándolas entre sus manos, ¿Básicamente le había dicho negro?.

—Ah... S-sí... Oye ¿no-- —sus palabras fueron calladas por un repentino beso de su menor, beso que no le sorprendió, hasta que sintió el sabor dulce de la lengua ajena colarse en su boca— O-Oe, Denki —jadeó sonrojado al separarse.

—Bleh... No sabes a chocolate... —quejó Denki sacando la lengua asqueado.

—Espera... ¿donde están la caja?

—¿Ah? ¿Quieres? —preguntó alegremente, entregándole el empaque blanco.

Leyendo lo que venía en la pequeña caja, muy tarde Iwabee se dio cuenta que en una esquina en letras pequeñas, venía el porcentaje de alcohol que contenía cada uno.

—¡Tienen alcohol! —exclamó anonadado, y apurándose a sacar el empaque de la caja, se dio cuenta de que de veinte que eran, sólo quedaba uno.

—¿Eh? ¿solo uno? Ah~ perdón Iwabee-kun, no te dejé nada~ —lloriqueó Denki abrazándose al mayor, quien desconcertado, sólo acarició su cabeza reconfortándole.

—Ya, ya, no pasa nada... Pero no soportas el alcohol y esto tenía demasiado, seguramente mañana te--

Enmudeció de golpe al sentir una mano colarse en su pantalón.

—¡O-oye, Denki! —exclamó avergonzado, apartando la mano ajena de su intimidad.

—Quiero con... Com... Compensarte por no... No dejarte nada... —murmuró arrastrando las palabras, viendo con sus ojos cristalinos a su mayor, mirada que enterneció al moreno por tan linda que era.

—N-no hace falta, en serio, ahora tienes que--

Abriendo los ojos de par en par, vio como Denki tomaba su mano y llevaba dos de sus dedos a su boca, lamiéndolos y chupándolos lentamente, pasando su pequeña lengua entre ellos tal y como si le hiciera una... Sus mejillas brillaron en rojo ante la escena, y sintiendo un hormigueo en su virilidad por la sensación en sus dedos, rápidamente apartó la mano dejando a Denki confundido con su lengüita de fuera.

—¡Para! ¡Para! ¡Estás ebrio, no es buena idea hacerlo así! —exclamó el Yuino frunciendo el entrecejo avergonzado, provocando que Denki le mirara con asombro por unos segundos, para después, comenzar a llorar sollozando, logrando que el moreno se sintiera desconcertado por ello—, o-oye... Denki...

—¡No me grites! —exclamó entre lágrimas quitándose los anteojos, provocando que una gota de sudor bajara por la sien del mayor.

—Ne... Denki... —titubeó nervioso, dudoso del como llevar esa situación, pues era la primera vez que Denki se embriagaba tanto.

—¡No quieres tener sexo conmigo! ¡No me quieres! ¡Ya no soy un niño! ¡Solo quiero hacerte feliz y no me quieres! —gritó entre lloriqueos, tan solo logrando que Iwabee se pusiera aún más nervioso.

Pensando como callarlo, optó por dejarse llevar solo un poco, así que siguiéndole el juego, le tomó de la cabeza delicadamente y uniendo sus labios, Denki dejó de llorar, para luego corresponder el beso, volviéndolo uno húmedo al unir sus lenguas.

—Te amo... Pero no quisiera hacerlo mientras estás inconsciente —susurró contra sus labios al separarse, ganando una mirada confusa de Denki.

—No estoy dormido... Ni desmayado... Estoy coms... Consiente... Quiero hacerlo... Por favor... —pidió tiernamente colocando ambas manos en el pecho ajeno, haciéndole al moreno dudar por unos segundos.

—... B-bien... Sólo un poco... —cedió apenado recargándose en el respaldo de la cama, separando un poco las piernas dejando que Denki se acomodara entre ellas bajando su rostro cerca de su entrepierna.

—Aquí también eres de color chocolate... —comentó sonriente al bajar sus pantalones, tomando entre sus manos la erección del mayor—... Aquí... Es un poco rosa... —susurró alegre, acariciando entre sus dedos la punta.

—Ah... Para... —pidió avergonzado, a lo que Denki sonrió complacido por ello.

—¿Te vendrás si sigo hablando? —cuestionó juguetón mientras subía y bajaba su mano por todo el largo, sintiendo como palpitaba su hombría.

Apenado, Iwabee frunció el ceño, mientras que Denki, aún con el rostro por completo rojo, sonreía encantado de sus reacciones, y tentando a la suerte, decidió continuar.

—Realmente te gusta que diga estas cosas... Tu pene palpita... —comentó sonriente volviendo su mirar al miembro del mayor, mientras que este, sentía su rostro arder por lo que decía.

Introduciendo la virilidad ajena en su boca tanto como pudo, subió y bajó la cabeza lentamente, muy lentamente, tanto, que pudo sentirlo moverse dentro de su boca.

—Ah... No puedo comerlo todo, Iwabee-kun... Demasiado grande —quejó desanimado al sacarlo, y acariciando con la yema de su dedo la punta, notó que un líquido transparente comenzaba a brotar—, ah~ realmente te gusta esto...cuando termines... Puedes dejarla donde quieras, Iwabee-kun.

Pasando su lengua lentamente por el glande, se degustó con el sabor salado del presemen, haciéndole al mayor temblar extasiado, mientras su respiración se agitaba por verle y sentirle, cerrando sus puños con la sabana entre sus dedos aguantando soltar algún sonido demasiado expresivo, sentía como si su miembro se derritiera en la boca de su menor, y cada que su lengua subía y bajaba, le era difícil no terminar en ese momento.

—¿Leche con chocolate? —preguntó sonriente colocando la punta en sus labios besándole mientras le veía, culminando la paciencia del moreno, que cansado, le tomó del cabello y le hizo introducir casi toda su virilidad en su boca.

Obligándole a subir y bajar la cabeza, los oscuros ojos de Denki se humedecieron, y cerrando sus párpados, se dejó hacer por el moreno permitiéndole usar su boca a su gusto.

—Nh... Suficiente... —susurró ronco alzando la cabeza del menor, haciéndole sacar el miembro de su boca temiendo acabar dentro.

—Ah... Anda, déjala donde quieras, Iwabee-kun —sonriendo coqueto y con malicia, pasó su lengua desde la base hasta la punta, sacándole un gemido ahogado al moreno, para acto seguido, tener un pequeño espasmo al correrse.

—Maldición... —murmuró Iwabee avergonzado al ver donde había caído.

Su blanquecino y transparente esperma había terminado en su cabello, frente, mejilla y boca, escurriendo lentamente manchando un poco más del sonrojado y complacido rostro del Kaminarimon.

—... Está caliente... —susurró quedo tras tragar lo que había en su boca.

—Que lascivo... —tomando la barbilla de Denki haciéndole alzar la cabeza, se dedicó unos segundos a observar la escena, percatándose de que su entrepierna nuevamente se sentía caliente, y su virilidad volvía a palpitar culminando en otra erección.

—Toma una foto, durará más —alentó Denki juguetón al notar cuanto disfrutaba de ello.

Apenado por verse descubierto, y dudoso, el Yuino abrió la cajonera junto a su cama y sacando la cámara que había comprado hace tiempo, tomó una foto de la escena, haciéndole a Denki soltar una pequeña risa al ver que realmente lo había escuchado.

—Iwabee-kun... —susurró tímidamente, mientras que el moreno con una toallita húmeda le limpiaba el rostro.

—¿Qué pasa? —preguntó temeroso de sus intenciones, terminando de limpiarle.

—... Q-quiero... Quiero que me penetr--

—Deja de decir esas cosas —exclamó avergonzado cubriendo la boca del menor, logrando que este cerrara sus ojos alegremente.

Con una pequeña sonrisa en sus labios, tomó la mano del moreno, e introdujo tres de sus dedos en su boca, lamiéndolos, humedeciéndolos, dejándoles empapados con su saliva logrando que el Yuino suspirara tembloroso ante aquello.

Separándose para hincarse, el pequeño azabache comenzó a quitarse la ropa bajo la atenta mirada del mayor, quien observaba complacido como poco a poco más de la suave y aperlada piel de su menor quedaba expuesta, y cuando terminó de despojarse de la última prenda quedando por completo desnudo, le dio la espalda, colocando su pecho contra el colchón, arqueando la espalda y alzando la cadera regalándole una perfecta vista de su retaguardia.

—Ponlos... —tomando con una mano un glúteo, lo separó permitiéndole una mejor vista de su rosado orificio.

—Si sigues así... —hincándose detrás suyo quitándose la playera, colocó su dedo medio en la pequeña entrada de Denki— no sé si podré contenerme.

Presionando, el primer dedo entró sacándole un pequeño jadeo al menor.

—No quiero que lo hagas —susurró tímido, ahogando pequeños quejidos en su garganta al sentir el segundo falange dentro.

—Debería hacerte beber más seguido —comentó sonriente, separando sus dedos dentro buscando ese punto—, te pones muy dócil así.

—¡Ahh! —gimió por lo alto al sentir ese delicioso cosquilleo dentro suyo—... Ahí, ahí es, Iwabee-kun... Ah~

Presionando ese punto, introdujo el tercer dedo, para sacarlos y meterlos repetidas veces asegurándose de alcanzar ese lugar dentro suyo. Podía sentir el calor subiendo en su cuerpo, pues su cuello y frente sudaban, su virilidad esperaba ansiosa un poco de atención, y una pequeña sonrisa ladida adornaba sus labios al ver como Denki tenía pequeños espasmos cada que presionaba ahí, contrayéndose en su lugar, moviendo débilmente sus caderas buscando más, y dejando sin pudor alguno que sus gemidos inundaran el cuarto.

—Ya~... Ya no puedo I-Iwabee-kun... T-te necesito... —con la respiración agitada y pequeñas lágrimas al borde de sus ojos, ladeó su mirar al mayor, sabiendo perfectamente que lo provocaba.

—Bien... —sacó sus dedos y tras encontrar el lubricante en la cajonera de junto, se posicionó detrás suyo apropiadamente y tomó su miembro—... pero quiero que sepas que... —dejó una buena cantidad del líquido en su virilidad y la esparció cubriéndolo del todo—... si no caminas mañana... —colocó la punta en la entrada de su menor—... es tu culpa —y presionó.

Un pequeño grito escapó de Denki al sentir como entraba todo el grosor ajeno dentro suyo, sus lágrimas se desbordaron, y junto con espasmos, su esencia cayó en la cama al llegar al orgasmo.

—¿T-tan pronto? —cuestionó ronco sintiendo las paredes de su azabache aprisionar su virilidad, provocándole un delicioso cosquilleo ahí abajo.

—P-per... Perdón... —susurró jadeante, tembloroso, mientras pequeñas lágrimas caían por sus mejillas rojas, al igual que el sudor que bajaba por su frente y cuello.

Inclinándose para abrazarle, pegando su pecho a la espada de su menor, dejó pequeños besos en su hombro, cuello y nuca, acariciando su pecho y jugando con sus rosados botones, sacándole pequeños gemidos al menor.

—No te disculpes —susurró quedo sobre su oído, dejándole un beso debajo de este—, apenas comienzo.

Separándose, con cuidado le hizo dar la vuelva, logrando así ver su sonrojado y sudado rostro, con algunos sus cabellos negros pegados a su frente, lágrimas al borde de sus pestañas, su boca entreabierta jadeando lentamente, su aperlado pecho subiendo y bajando, su plano vientre, y su virilidad ahora esperando a ser estimulada nuevamente.

—Tan lindo... —susurró un tanto sonrojado, tomando las piernas de Denki, para colocar sus tobillos sobre sus hombros, y comenzar un pequeño y lento vaivén.

—Ah... Ah... Nh...

Suaves quejidos de dolor y placer salían del menor, quien aferrándose a las sábanas, cerró los ojos dejándose hacer por el Yuino.

Relajando sus facciones, así como Denki lo hacía, Iwabee se dedicó a disfrutar del acto, a concentrarse en lo apretado y cálido que era su menor, y lo lindos que eran sus gemidos, dulces y pausados, sonando sin censura, haciéndole sentir un escalofrío recorrer su columna.

—Ah, me gusta... Nh... C-como me lo hace, Iwabee-kun... —agudo, entreabrió sus húmedos ojos, y sonrió tímidamente, ganando la atención del moreno.

—¿Sí? —cuestionó lascivo ladeado una sonrisa, mientras aumentaba lentamente el vaivén de su cadera.

—¡S-sí! Ah... A-ah amo esto nh...

—¿Qué te gusta? —insistió con malicia, colocando ambas manos a cada lado de Denki, inclinándose, para comenzar a dar pequeñas y profundas estocadas.

—¡Ah-h! ¡Yo--! ¡Ah!

—Dime... ¿Qué te gusta? —pasando su mano por la frente ajena, apartó sus cabellos dejando al descubriendo su rostro, que sin tapujos, expresaba cuanto disfrutaba del acto— anda... Dilo, Denki...

—M-me... ¡Ahh!... Me gusta c-como ¡ah-h!... C-como se siente... Ah~... A-adentro...

Ladeando una sonrisa complacido, sintió ese hormigueo intensificarse en su virilidad, y excitado, aumentó la fuerza de sus embestidas, llegando hasta el fondo, logrando que lágrimas por el placer brotaran de su menor.

Y besándole, comenzó a acariciar todo su pecho, tocando su “busto”, su vientre, y atrapando su pene ya erecto para masturbarle, sintiendo de pronto como Denki se aferraba a su espalda, arañandole, probablemente le dejaría marcas, y decidido a no quedarse atrás, comenzó a repartir besos por su cuello, debajo de su oído, para irlos bajando hasta su clavícula, donde se aseguró de dejar un chupetón muy notorio, y pasando sus labios a su hombro, mordió con algo de brusquedad dejándole una marca de dientes.

—¡Ahh! N-no... D-duele, Iwabee ¡A-ah! Para ¡Mmh~!

Pidió entre gemidos entrecortados y rápidos jadeos, a lo que Iwabee sonrió satisfecho y tomándole por detrás de las rodillas, alzó sus piernas abriéndoselas un poco más para embestirle rápidamente, recibiendo tan sólo más rasguños ajenos, ahora dolorosos al sentir como Denki clavaba ligeramente sus uñas.

Separándose para verle por completo, fascinado por la escena tan lasciva de su menor, se sintió cerca del orgasmo, y sin contener sus gemidos, dejó de embestir para pasar a un rápido vaivén, entrando y saliendo, provocando un erótico sonido de chapoteo al choque de su cadera contra la ajena, inundando el cuarto de ese sucio sonido sordo, junto al constante golpeteo de la cabecera de la cama contra la pared, acompañado de sus propios gemidos y los agudos sonidos que soltaba su menor, provocando que su piel se erizara, y hundiéndose en el azabache, llegó al orgasmo llenándole con su semen, mientras que Denki, sumido en el placer, arqueó la espalda y eyaculó dejando su esencia en su vientre.

—Ahh... Ahh... Diablos... —jadeaba el Yuino agotado, sintiendo como su miembro palpitaba, al igual que las paredes de su menor.

Agitado, acalorado, con el sudor bajando por su frente y cuello, ató su cabello con una coleta alta, y tratando de recobrar el aliento, observó por largos segundos a Denki, quien al igual que él, estaba agotado, pues respiraba agitado, su pecho subía y bajaba, su rostro estaba rojo, sudaba a mares y el pequeño desastre en su vientre escurría por un costado manchando la cama.

—Denki... —susurró entre suspiros, llamando la atención del menor, pero no su mirar, pues el pequeño azabache solo se limitó a hacer un pequeño sonido sin abrir los ojos.

Ladeando una sonrisa risueño, tomó el rollo de papel de junto a la cama, tomó un poco, y le limpió el vientre. Con cuidado salió de él, y limpió el semen que brotaba de su pequeño orificio.

—Iwabee-kun... —murmuró medio adormilado Denki.

—¿Sí?

—Quiero un bebé...

Abriendo los ojos de par en par, Iwabee le miró anonadado, ¿había oído bien? ¿Un bebé? ¿Denki quería un bebé tan pronto?

—Estamos casados... ¿No? —susurró sonriente, abriendo los ojos para mirarle con cariño, mientras colocaba el dorso de su mano contra su boca, mostrándole el anillo de matrimonio que portaba—... Si quieres... En dos años... Podríamos tener un bebé... ¿Sí?

Un bebé, un hijo, suyo y de Denki.

Era verdad que llevaban tres meses de casados, un mes después de que Denki había cumplido los dieciocho fue la boda, y actualmente gracias a Orochimaru cualquiera podía tener hijos, así como Naruto y Sasuke, o como Kakashi e Iruka, e incluso como Suigetsu y Log, entre otros tantos, muchos ya eran padres.

Sí, un hijo, alguien que portara su sangre, desde que se decidió a que Denki fuera parte de su vida, supo que un día tendrían hijos, tal vez era algo pronto para pensar en ello, pero con un demonio, si desde que cumplieron los tres meses de novios ya pensaba en casarse con él, ¿por qué ahora que llevaban tres meses de esposos no podía pensar en formar una familia?

—... Me gusta... El nombre Daiki... —murmuró débilmente, antes de quedarse dormido.

Su corazón latía como loco, y su rostro estaba por completo rojo, no era difícil hacer que Iwabee sonrojara, y mucho menos que se conmoviera, así como ahora.

Tragando seco, se inclinó levemente sobre Denki, y tomándole de las mejillas, dejó un pequeño beso en cada una, para así, dejar un último sobre sus labios, y uniendo sus frentes suspiró con una suave sonrisa.

—Daiki será entonces...

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