Celos

Tipo de historia: Shonen-ai / solo romance

Pedido de: yodo_cm

No. Palabras: 4117

Parejas secundarias o implícitas: Denki x Namida, BoruDenki.

Nota: ¡¡¡VOTEN 🌟y COMENTEN !!! que me mato despierta hasta las cuatro de la mañana escribiendo para ustedes y nada les cuesta dejar su estrellita 🌟, que este mundo necesita IwaDenki y yo estoy dispuesta a dárselos, pero quiero mis estrellitas 🌟

•~ 🌼 ~•

Un año y poco más de relación era lo que llevaban el joven Kaminarimon e Iwabee Yuino.

Denki tenía trece, seguía tan bajito, dulce, amable, a veces un poco torpe, seguía siendo tan lindo como siempre. Tenia una sonrisa tan dulce y linda que cualquiera que la viera se enternecería con ella, tiene unos ojos oscuros y grandes, con una mirada dulce, una personalidad amable y cariñosa, estar con él era amarlo y adorarlo, era el chico más lindo con el que alguien podría estar.

Dulce, tierno, adorable, cualquier sinónimo de esas palabras encargaban perfectamente en él, simplemente, Denki es la persona por la que cualquiera se enternecería y encariñaría al instante.

Y el Yuino amaba todo eso. Iwabee, pese a ser un poco tosco, fuerte y aparentar ser rudo, era una persona que se enternecía y sonrojaba fácilmente, incluso podía llegaba a llorar por muchas cosas; del enojo, de la vergüenza, de emoción.

Iwabee es un hombre sentimental, y eso lo adoraba Denki, ambas personalidades juntas, como pareja, encajaban perfectamente, Denki siendo tan lindo e Iwabee siendo tan emotivo, eran y son un amor de personas juntos.

Cuando Denki lloraba por obra del moreno, este no puede evitar sentirse la peor persona del mundo por hacer llenar de lágrimas unos ojos tan lindos como los de Denki, inclusive, llegaba a llorar con él por lo mal que se sentía, hasta ese punto Iwabee era de sentimental.

Cuando le hacen llorar a Denki, o lo lastiman, o lo insultan, Iwabee se vuelve un caos, poco o nada le importa que lo reprendan una semana o más, él es un hombre intenso, y pelearse para él no es razón de miedo, es fuerte, sabe que puede ganar una pelea, y por defender a Denki, da todo de sí, y pobre del que le haga algo a su joven pareja.

Cuando Denki hace una linda cara, un lindo gesto, una linda acción, el corazón de Iwabee se vuelve loco, late tan fuerte, que su pecho duele un poco por ello, es agradable de sentir, a veces se enternece tanto, que llega un punto en el que simplemente no puede evitar abrazar con todas sus fuerzas al menor, quiere llenarlo de besos, e inclusive morderlo al sentir que podría estallar de amor si no se lo demuestra tanto como le es posible.

Iwabee tiene dieciséis, tres años mayor que Denki, a ninguno de los dos le importa, a nadie le importa realmente, pero ese echo provoca cosas en ambos.

El joven Kaminarimon siente cosas extrañas, un amor tan intenso, una fascinación que no sabe describir por todo lo que es Iwabee, su corazón late fuerte, su rostro se vuelve por completo rojo, a veces tiembla al sentirlo tan cerca. Para Denki, Iwabee es alguien genial y fascinante, y a su vez, alguien tan lindo y dulce con él. Denki está enamorado de él de la forma más pura y sincera que puede existir.

Tres años mayor, a ese hecho nadie le toma importancia, a ninguno de los que saben de su relación le importa, se ven y se tratan tan lindo, que lo único que piensan de ellos es que podrían dar diabetes de verlos ser tan melosos.

A nadie le importa, excepto a Iwabee.

Denki nunca ha mencionado algo al respecto de la diferencia de edad, a él realmente no le importa, solo ve a Iwabee como un chico estupendo, por el que tiene toda la suerte del mundo al tener a alguien que lo quiere y se preocupa tanto por él.

Iwabee no siempre piensa en ello, en la diferencia de edad, sólo son tres años, pero teniendo dieciséis y Denki trece, en ese punto de sus vidas sí es notoria la diferencia.

—Ne~ Ne~ Denki-kun, necesito ayuda con esto, ¿podrías explicarmelo? —preguntó amablemente Namida mostrándole al azabache una herramienta ninja.

—¡Oh! ¡Claro! —exclamó alegremente el menor parándose junto a la chica, mientras que ella se le acercaba para ver detalladamente lo que hacía.

—Le preguntaría a Sumire, pero ahora está muy ocupada —comentó haciendo un gesto tristeza.

—Está bien, siempre que necesites algo yo puedo ayudarte —le ofreció dulcemente el menor, sonriendo tímidamente ante su cercanía.

—¿De verdad? Ah, que bueno tener a alguien tan gentil como Denki-kun de amigo —se alegró la menor con ternura tomando las manos del susodicho, y a su vez, tomando la herramienta ninja que sostenía este.

Denki se limitó a reír como respuesta, para luego comenzar a explicarle a Namida el funcionamiento del arma.

Iwabee estaba consciente de que a todos les agradaba Denki, su personalidad e inteligencia eran motivo de que todos se le acercaran y disfrutaran de su compañía, no era extraño que invadieran su espacio personal, Denki era demasiado amable como para alegar a alguien, no era raro que incluso lo abrazaran, usualmente eran las chicas las que lo hacían, tal vez al saber que Denki gustaba de Iwabee, por tener preferencia por los chicos y ser tan lindo físicamente, ellas se sentían más cómodas abrazándole a él que a cualquiera del grupo.

Pero a él le molestaba, no podía evitar sentir coraje al ver como se le acercaban sin pudor alguno.

¿Porqué no podían mantener su distancia como lo hacían con cualquier otro chico? ¿Porqué tenían que ser tan cariñosas únicamente con él?

Namida era quien más invadía su espacio, era quien más confianza tenía para ser linda y amable con él. Iwabee no podía evitar pensar, que ella podría hacer buena pareja con Denki. Ella era como Denki, serían una pareja de los más adorable, él pensaba, que de no estar con Denki, tal vez este se fijaría en ella.

A veces a Iwabee, le gustaría que Denki saliera con Namida tan solo para dejarlo tener una relación normal, con una chica, una chica de su edad, con quien no tendría que ocultar su relación de todo mundo.

A veces Iwabee se sentía egoísta, porque quería a Denki solamente para él, lo quería demasiado como para dejarlo ir y hacer una vida normal con alguien más.

Esos pensamientos, le llevaban a sentirse celoso, le llevaban a tener miedo de que un día Denki se aburriera de él y lo dejara por alguien más, tenía miedo de que todos esos tratos tan lindos de Namida lo alejaran de él.

Denki era una cosita preciosa que definitivamente daban ganas de abrazarlo, pero él tenía pareja, tenía a Iwabee, ¿porqué ellas no lo tomaban en cuenta y respetaban eso?

Tal vez Iwabee se lo tomaba muy a pecho pensando así, tal vez no debía prestarle importancia a eso de ese modo, pero valla que sentía ganas de apartarlas e incluso intimidarlas un poco para que lo dejaran en paz.

•~ 🌼 ~•

—Ah~ que carita tan linda~ —exclamó efusiva Wasabi, tomando entre sus manos las mejillas del Kaminarimon, apretándolas un poco para abultarlas— ¡tan lindo! De verdad, Denki, a veces me dan ganas de meterte en un frasco y guardarte en mi bolsillo para siempre verte —dijo enternecida mientras abrazaba con un poco de brusquedad al menor aprisionándolo contra su pecho— ¡pero! —exclamó soltándolo de golpe, para luego abrazar de igual forma a Namida— definitivamente no eres tan lindo como mi dulce Namida —afirmó tomando entre sus manos la cabeza de la chica y llenarle de besos el rostro.

—Ah~ Wasabi-chan basta~ —pidió con vergüenza la menor tratando de apartar a la chica.

Denki se limitó a reír divertido por la escena, mientras acomodaba sus lentes en su lugar. Posando su mirar en el moreno detrás suyo, viéndole de reojo tímidamente y con un pequeño sonrojo, le sonrió ampliamente y con ternura, provocando que Iwabee se sonrojara y su corazón diera un brinco por tan lindo gesto del menor.

A veces a Iwabee le gustaría hacer eso con Denki en público, le gustaría abrazarlo y llenarlo de besos tal y como lo hacían las chicas, a ellas nadie las veía raro ni las juzgaba, eran chicas, entre ellas era normal hacer eso, ni siquiera la gente pensaría que son pareja o algo así, simplemente creerían que son muy amigas y que estaban jugando.

Si un chico hiciera eso con otro, todos los voltearían a ver y murmurarían cosa, juzgándolos y asqueandose por lo inapropiado de su comportamiento. Por ello, ambos se tenía que limitar a intercambiar miradas cómplices, sonreírse a la distancia, y a veces, muy difícilmente, tomarse de la mano por debajo de la mesa cuidando que nadie los viera.

Wasabi era quien más lo trataba así, quien más lo abrazaba y molestaba cariñosamente invadiendo su espacio personal, llamándole por cosas lindas y demás.

Tal vez era por el pequeño choque que tenía con la chica, pero Iwabee detestaba que ella hiciera eso, de no estar en público, la apartaría y enfrentaría, incluso muchas veces estuvo tentado a hacerlo. Wasabi era como él, un poco tosca y con una personalidad imponente, le llamaría la atención por todo lo que le molestaba que hacía con Denki, pero sabía que harían una escena y que Denki lo reprendería por tratar de enfrentarse a una chica.

Tenía celos del como lo trataba, tenía celos de lo cariñosa que ella podía ser con Denki y él no. Sentía un nudo en la garganta del coraje que tenía al saber que no podía hacer nada al respecto.

•~ 🌼 ~•

A Denki le gustaban los chicos, podría decirse que él era el único plenamente homosexual del grupo.

Mitsuki solo tenía ojos para Boruto, ningún chico o chica lo provocaba mínimamente, no había ningún sentimiento especial que otra persona más que Boruto le provocara, nadie más que ese rubio llamaba la atención de Mitsuki.

Boruto amaba a Mitsuki, era la única pareja que alguna vez había tenido, sin embargo, gracias a lo indecoroso que era Inojin, en una ocasión que les mostró una revista de chicas provocativas, Boruto inevitable se avergonzó de lo que vio, incluso le llamó un poco la atención, así que, amaba a Mitsuki, pero las chicas también lo provocaban.

Lo mismo iba para Shikadai, Inojin e Iwabee, las revistas de chicas eran llamativas en ese ámbito para ellos, pero eso no quitaba que solamente quisieran a sus respectivas parejas, aunque gracias a esas "investigaciones", habían descubierto que Shikadai tenía un especial interés en los femboys.

Mientras que Denki, por su inocencia, lo único que esa revista le provocó fue pena, incluso se negó a verla por lo incómodo que se sentía, tal vez todavía Denki no tenía interés en lo sexual ni nada parecido, pero simplemente, ninguna chica lo atraía en cualquier sentido.

Sí, a Denki le gustaban los chicos.

Hasta ese día, solamente dos habían llamado su atención, e Iwabee estaba consiente de ello, uno era él, su actual pareja, mientras que el otro, para sorpresa de nadie, era Boruto.

Nadie más que él y Metal sabían de ello, y ese afecto había desaparecido desde hacía mucho, mucho tiempo. Pero cada que Denki le sonreía tiernamente a Boruto, cada que este lo abrazaba por el hombro, cada lo felicitaba muy alegremente por algún logro, Iwabee sentía celos.

Sentía algo removerse dentro suyo cada que los veía juntos, se sentía un poco molesto cada que pensaba en ello, se sentía mal, cada que pasaba por su mente, la idea de que tal vez, Denki aún sintiera algo por ese rubio.

A diferencia de con las chicas, con las quien solo se molestaba y encelara por sus tratos.

Con Boruto había otro sentimiento implícito en sus celos.

Era complicado de describir, pero... Iwabee se sentía triste por ello, se sentía mal, se sentía impotente al saber que no podía hacer nada con esa amistad que tenia Denki con el rubio, estaría muy mal que dijera algo de ello, se vería mal que sus celos llegaran a ese punto. Sabía que no tenía porque sentirse así, Denki lo quería a él, se lo demostraba cada minuto de cada día, y la relación de Boruto y Mitsuki era preciosa, era razón de burla el solo pensar que Boruto dejaría a Mitsuki por absolutamente cualquier persona.

Pero Iwabee se sentía mal.

Verlo sonreirle, verlos felices, a veces no le importaba, pero otras, tenía tanto miedo de que Denki aún sintiera algo por él, que incluso quería llevárselo consigo para cuidar que nada pasara entre ellos.

Sabía que estaba mal, estaba consiente de ello, era ridículo que pensara así, pero a Iwabee simplemente le molestaba. Detestaba ser celoso, detestaba sentirse posesivo, detestaba sentir que alguien mejor que él podría llegar y quitarle lo mejor que alguna vez le hubiera pasado en su vida.

Pero siempre se guardaba todo eso, sólo sonreía y dejaba que sus celos pasaran en silencio, no quería molestar a Denki, debía entender que este era una persona linda, y que la gente siempre lo vería con lindos ojos, eso estaba bien, así sabía que Denki era feliz por lo bien que lo trataban los demás, y pensando en eso, Iwabee podía controlar sus celos.

•~ 🌼 ~•

—Eh... Denki —le llamó el moreno, acercándose con pereza al menor, dejando caer frente suyo un libro, para luego sentarse junto a él, acercándosele para intimidarle, mirándole fijamente con esos ojos plata suyos—... Necesito tu ayuda... El tonto de Boruto no sabe explicar, así que...

—Ah, c-claro... No hay problema Kawaki, ¿qué no entiendes? —preguntó tímidamente el menor, encogiéndose en su lugar al tenerle tan cerca, posando su mirar en el libro, temeroso de la simple presencia del mayor.

—Aquí, no sé como se hace eso —apuntó al libro, acercándose un poco más al pequeño azabache, invadiendo su espacio personal.

Demasiado cerca, demasiado cerca. A Iwabee le hervía la sangre de ver la escena.

En el restaurante de comida rápida, todo el grupo de amigos había ido a descansar. Hacía tiempo que Kawaki había entrado a la academia ninja, y al igual que Iwabee, en todo lo que tenía que ver con la teoría era un fracaso, por lo que usualmente buscaba a Denki para que le ayudase.

Iwabee tenía un pique con Kawaki, un choque, una rivalidad, lo aborrecía, no solo por el que sus personalidades chocaran, Kawaki disfrutaba de molestar a Denki, todo para hacerle molestar al propio Iwabee, incluso, este creía que Kawaki sentía algo por Denki, la forma en que lo veía, la forma en que lo trataba cuando no estaba, sabía esto por verlo a la distancia y en ocasiones por encontrarlo demasiado cerca del menor.

En pleno restaurante, donde cualquiera podía verlos, Denki estaba básicamente acorralado entre el ventanal, la mesa, y Kawaki, quien estaba molestamente cerca del rostro del menor, cohibiendolo para que le explicara quien sabe que cosa.

Iwabee estaba tan enojado, quería llegar y golpearlo, quería gritarle que se alejara, le hervía la sangre de saber que no podía hacer nada o harían una escena.

Estaba tan molesto y se sentía tan impotente, que a pasos pesados y regañadientes, salió del restaurante abriendo y cerrando la puerta de golpe llamando la atención de los presentes, sentía que si seguía viendo eso no se controlaría y acabaría haciendo algo muy malo contra su semejante.

Quitándose su turbante rojo, entró a un pequeño callejón junto al restaurante. Murmuró cosas ininteligibles, se jaló los cabellos con coraje y pateó un bote de basura con tanta fuerza que calló a la mitad del callejón.

—Respira... Calmate... Calmate maldita sea... —gruñó apoyando su antebrazo en la pared, descansando su frente en él, respirando pesado tratando de tranquilizarse, pero el enojo era tal, que simplemente le era inevitable querer volver y golpearle la cara a Kawaki.

—Iwabee, ¿estás bien? —preguntó de pronto Metal al entrar al callejón con él.

—No, no estoy bien... —gruñó pesadamente sin mirarle, abriendo y cerrando el puño tentado a regresar.

—Oye, calmate, sé que ver eso te debe molestar mucho, te entiendo, cuando se le acerca así a Sarada yo me siento igual, pero si haces una escena la cosa se descontrolará —le explicó el azabache, viéndole un poco temeroso de lo imponente que se veía el moreno por lo enojado que estaba.

—¡Ya lo sé! —exclamó exaltado pateando otro bote de basura, asustando momentáneamente al menor.

—Cielos... —susurró Metal sorprendido de su tosquedad.

—Sé que no debo de actuar así... —murmuró entre dientes recargándose en la pared, bajando la cabeza y tomándola entre sus manos con pesar—... Sé que no debería enojarme así... Pero... Maldita sea... Detesto esto...

—¿Ah? —musitó confundido.

—Detesto sentirme así... Detesto ser yo el único de los dos que se molesta por esas cosas... —explicó cerrando los ojos con coraje— no sólo es con Kawaki... Cuando las chicas se le acercan... Cuando lo abrazan y... Cuando se ve tan feliz con Boruto... Siento tantas cosas... —alzando la mirada al cielo, un poco más calmado, dejó salir un largo y pesado suspiro—... Odio ser celoso... Odio comportarme así cuando me enojo... Creo que a veces... Soy un poco explosivo... Puedo controlarme cuando se trata de las chicas, pero cuando se trata de Boruto o Kawaki... No lo sé... Creo que saber que Denki quería a Boruto me hace sentir muy inseguro... Y ese maldito de Kawaki... Él es mi detonante... —dijo con fastidio frunciendo el entrecejo— ¿crees que... Soy inseguro por sentirme así?

—Yo... Creo que es normal —respondió el cejotas sonriendo tímidamente—, cuando quieres mucho a alguien no es extraño sentirte celoso cuando alguien más es tan cercano o cariñoso con él —explicó amablemente, apoyándose junto a él en la pared—, y que te enojes tanto se debe a que eres alguien muy sensible —agregó sonriente, ganando la atención del moreno—, digo, eres un chico apasionado, y supongo que tus hormonas están más alborotadas que las de nosotros por ser mayor, no es extraño que seas tan intenso cuando se trata de Denki, tú lo quieres mucho, y tienen una historia muy bonita, que tengas miedo de que llegue alguien más y te lo quite es normal.

—Normal... —repitió pensativo, subiendo su mirar al cielo— si fuera una chica, y tuviéramos la misma edad, seríamos una pareja normal, y tal vez no tendría miedo de perderlo por alguien que sí le puede dar eso.

—A Denki no le importa eso, estoy seguro que lo último que le molesta es querer una vida normal, somos ninjas, tenerte no es lo más extraño en su vida —alegó Metal convencido, logrando que Iwabee soltara una pequeña risa.

Soltando un largo suspiro, finalmente con una sonrisa en sus rostros, ambos chicos se quedaron en silencio, esperando a que el mayor de ellos se relajara por completo para volver.

—Kawaki sigue adentro —comentó Iwabee.

—Sí —afirmó metal.

—Acorralando a Denki contra la pared.

—Sí.

—Invadiendo su espacio personal.

—Sí —asintió con una pequeña sonrisa nervioso por a donde llevaba eso.

—A los ojos de todo mundo que podrían malinterpretar eso.

—... S-sí.

Pasó un par de segundo donde ninguno dijo nada, tan solo se quedaron ahí, quietos, Metal temeroso de lo que pensaba el mayor, y este, mirando el cielo sin expresión alguna.

—... Creo que iré a golpearlo —comentó separándose se la pared para salir del callejón.

—¡I-Iwabee, espera! —exclamó Metal corriendo tras el moreno.

•~ 🌼 ~•

—Denki —le llamó Iwabee, haciéndole al menor alzar la cabeza para verle, y a su ves, ganándose la mirada afilada de Kawaki—, vámonos.

—Ah... Amm... —musitó temeroso el azabache, mirando de soslayo a Kawaki, quien lo mantenía aprisionado en su asiento y que no despegaba su mirada de mala gana del Yuino.

—Él me está ayudando aquí —objetó Kawaki, viéndole intimidante a su semejante, logrando que este frunciera el entrecejo y charqueara la lengua molesto.

Metal veía atento la escena, temeroso de que uno u otro dijera algo que prendiera la chispa, y a su vez, todo su grupo de amigos observaban en silencio, especialmente Boruto, quien estaba listo para levantarse y detener lo que sea que estuviera por hacer.

—Denki —repitió Iwabee, autoritario, esperando a que el susodicho obedeciera.

—Nh... K-kawaki... —susurró el menor, captando la mirada del moreno— otro día te ayudaré, ¿está bien? —sugirió sonriendo tímida y dulcemente.

El moreno se quedó callado, observándole fijamente, estaba tan cerca, que fácilmente podría besarlo en un instante. Pero Kawaki cerró sus ojos, y suspirando, se levantó de su lugar, dejando que Denki se recorriera y se levantara, apresurándose a pararse detrás de Iwabee tomándole del brazo.

—Iwabee-kun —susurró el menor halándole—, vámonos —pidió tratando de llevárselo consigo, temiendo que en algún momento algo malo pudiese pasar.

Y mientras ambos morenos no se despegaban la mirada, Denki logró llevarse a rastras a Iwabee, saliendo finalmente del restaurante.

—Uff, eso estuvo tenso —rió Boruto aminorando el ambiente, mientras que los demás volvían a hablar de miniedades.

—Kawaki, si quieres yo podría ayudarte a estudiar —se le ofreció amablemente Sarada, captando la atención de Metal, mientras que Kawaki, con la mirada perdida en la puerta de cristal por la que la pareja se había marchado, tomó su libro, y se fue por la otra salida, dejando a Sarada sola—... Pero hasme caso, maldición... —murmuró dejando caer su cabeza abatida, haciendo una divertida expresión de llanto fingido.

Nuevamente, Metal suspiró aliviado al ver como el mayor ignoraba a la Uchiha.

•~ 🌼 ~•

—Denki... —le llamó débilmente Iwabee, quien pensante, mantenía su mirada fija en el suelo.

—Ah, ¿qué pasa? —pregutó dulcemente el menor.

—Yo... Siempre que las chicas te abrazan, siempre que te veo tan feliz hablando con Boruto... Y siempre que ese maldito de Kawaki se te acerca... Me siento celoso... —comentó con pesar, un poco avergonzado de ello, logrando que Denki le mirara con sorpresa.

—¿Celoso? Pero, si nunca has dicho nada, creí que no te molestaba... Bueno, aunque lo de Kawaki eso siempre lo he tenido claro —agregó sonriendo divertido ante la idea. Percatándose de que el mayor se había detenido, paró su caminar alzando la mirada para verle atento.

—Nunca he dicho algo al respecto, porque tú siempre te vez muy feliz con todo eso, la gente te trata bien, y eso me alegra mucho, pero a veces me molesta lo cercano que son algunos contigo, no quiero que mis... Celos, te quiten tu felicidad, no quiero controlarte ni ser posesivo, odiaría ser así, por eso me lo guardo todo... —explicó apenado, rascándose la nuca avergonzado de lo que decía— Solo quería que lo supieras.

—Ya veo... —murmuró pensante, embozando una linda sonrisa— no tienes que preocuparte por eso, Iwabee-kun es el único chico al que yo quiero, nunca te cambiaría por nadie —exclamó sonriendo de oreja a oreja, mientras un pequeño sonrojo florecía tímidamente en sus mejillas.

—No digas cosas tan lindas como esa —murmuró avergonzado el moreno, ocultando su sonrojo con una mano, apartando la mirada de las tan adorables expresiones del menor.

—Y está bien sentir celos, yo también me pongo celoso a veces —comentó ameno captando la mirada del mayor—, eres muy guapo, y más cuando no tienes turbante como ahora, si te fijas, algunas chicas te están viendo.

Sorprendido, Iwabee miró a su alrededor, percatándose de que efectivamente, alguna que otra chica lo veía sonrojada.

—Supongo que a veces me da miedo que alguna de ellas te llame la atención, después de todo, soy menor que tú, tal vez algún día te fijes en alguien de tu edad —embelesado, Iwabee parpadeó con sorpresa a lo que decía, mientras que Denki jugaba avergonzado con sus manos— pero sé que tú me quieres mucho, así que no me preocupo por eso.

—Denki... —susurró con ternura el moreno, unas ganas incontenibles de abrazarlo le azotaron, y sin poder aguantarse, tomó de la muñeca al menor llevándolo consigo al callejón más cercano, y una vez dentro, donde nadie los viese, se agachó un poco para poder envolver al menor entre sus brazos.

—Ah~ parece que ambos sentimos celos a veces, ¿no? —comentó Denki, enternecido por lo cariñoso que era Iwabee consigo.

—Soy un tonto por pensar esas cosas, pero a veces simplemente... Me da miedo perder a lo mejor que me a pasado en la vida.

—Iwabee-kun... —susurró embelesado, aferrándose al cuerpo ajeno para no soltarle.

Separándose un poco, lo suficiente para verle a la cara, Iwabee le tomó de las mejillas, atrayéndolo así mismo, para besarle con ternura, logrando que el menor sonrojara y se tensara por tan lindo acto.

—Denki —le llamó al separarse, mirándole atentamente, logrando que el sonrojo de este creciera al verle tan de cerca—... Te amo.

Los ojos ónix del pequeño azabache se iluminaron, su corazón dio un brinco emocionado, y mientras sus ojos se humedecían emocionados por escucharle, emboso una gran y brillante sonrisa.

—También te amo, Iwabee.

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