3/4 Omegaverse

Tipo de historia: omegaverse.

Parejas secundarias o implícitas: ShikaJin, KawaSara, MetalSara, MitsuBoru.

Advertencia:
Temas que pueden herir la sensibilidad del lector.

No. Palabras: 6398

DEJA TU ESTRELLA ANTES DE SEGUIR LEYENDO, ESO ME AYUDA MUCHO (*´ω`*)

•~ 🌼 ~•

La luz de la fresca mañana se filtraba por sus blancas cortinas, iluminando su rostro obligándole a despertar, abriendo lenta y casadamente sus párpados, se removió entre sus sabanas azules, percatándose que sobre ellas y debajo de ellas con él, habían numerosas prendas del Yuino.

—Un nido... —susurró quedo al percatarse de lo que había hecho.

Había olvidado el tema, pero vagamente recordaba que cuando un Omega extrañaba a su alfa, o estaba en celo y no lo tenía cerca, hacía un nido con sus ropas para tener su aroma y así sobrellevar su soledad o celo.

Nunca antes había hecho un nido, pero no pudo evitar sonreír al pensar que había dormido entre la ropa del moreno.

Levantándose de la cama, se colocó sus sandalias y salió de su cuarto, caminando por los largos y espaciosos pasillos del edificio, dispuesto a ir a la cocina.

Era el edificio de la compañía, pero era tan grande que parte de un piso tenía las suficientes comodidades para hospedarse ahí, pues su padre en ocasiones se quedaba a dormir por trabajo, por lo que tenía su cuarto, al igual que Denki el suyo propio, ambos cuartos tenían sólo lo esencial y contaban con un cuarto de baño completo cada uno, sin mencionar el pequeño armario que incluían, aunque ambas habitaciones eran muy sencillas y un tanto apagadas en comparación a lo que eran sus habitaciones en su verdadera casa.

Una vez en la espaciosa y bien equipada cocina, donde encontró a tres mujeres de la servidumbre dialogando tranquilamente apoyadas en una de las barras, Denki saludó amablemente, y se dirigió a la nevera a buscar lo que necesitaba.

Las mujeres le ofrecieron ayuda pero siendo un almuerzo que le llevaría a Iwabee, Denki se negó. No era realmente bueno cocinando, rara vez preparaba algo y en esas ocasiones era algo simple para sí mismo, Iwabee era el que tenía muy buena mano en la cocina, en sus noches especiales este le preparaba platillos elaborados, con una presentación elegante y de un sabor maravilloso.

Aún recordaba la cena que Iwabee había preparado cuando se le presentó a su padre como su alfa, Iwabee alegaba que fue su buen platillo lo que le hizo a su padre darle su bendición.

Suspirando, vio con orgullo el topper en el que había organizado la comida, con pulpos de salchicha sentados sobre una cama de lechuga, tomate y crotones, un sándwich muy elaborado, dos huevos cocidos y unas cuantas uvas. Un almuerzo infantil pensó Denki, pero era lo único que se le había ocurrido, tal vez habría sido buena idea pedirle ayuda a las de servicio.

Tras darse un baño, se vistió y con el bento que preparó, salió del edificio y caminó a paso rápido hacia la casa del moreno. Eran las nueve de la mañana, el clima era fresco pues apenas llegaba el otoño, teniendo el pelo aún húmedo Denki tuvo frío, pero nada que no pudiera soportar.

Una vez frente a la puerta de la residencia Yuino, tocó un par de veces y tras aguardar un momento, la puerta se abrió mostrando tras ella una mujer de tes morena, con cabello castaño recogido con una pinza, de rostro casi exactamente igual al del Yuino, tan solo que con rasgos más finos y maduros.

—Denki-kun, buenos días, Iwabee está en su cuarto, anda pasa —le alentó alegremente la mujer haciéndose a un lado para que el menor entrase, y así cerró la puerta a sus espaldas— ¡Iwabee, Denki está aquí! —exclamó escuchando a lo lejos un “okey” como respuesta de su hijo.

Sonriendo divertido por la efusividad de su suegra, dejó sus zapatos bien acomodados en la entrada, y adentrándose a la casa, llegó al cuarto del Yuino, donde la puerta estaba abierta, encontrándose así al mayor terminando de guardar sus cosas en su mochila de viaje.

—¡Denki! —exclamó Iwabee alegremente al verle, dejando sus cosas para abrazar a su menor con fuerza.

—Hola, Iwabee-kun —susurró dulcemente, hundiendo su rostro en el hueco entre el cuello y hombro ajeno, inhalando hondo su aroma, sintiéndose de pronto cálido y relajado al bañarse de su suave olor.

—¿Eso es mi bento? —preguntó sonriente al separarse y ver el topper que traía entre manos.

—Sip, no soy muy bueno con estas cosas, pero lo hice con mucho amor, así que si te envenenas que sepas que fue con amor —asintió contento el Kaminarimon entregándole el topper, obteniendo una risa del mayor al tomarlo.

—Una buena forma de morir entonces.

•~ 🌼 ~•

—Con cuidado, regresa sano y salvo, no te metas en problemas innecesarios y obedece a tu líder sin chistar ¿entendido? —ordenó la mujer despidiendo a su hijo en la puerta.

—Claro, claro, pero si le rompo las piernas a alguien que sepas que se lo buscó —asintió Iwabee recibiendo un pequeño golpe de su madre en el hombro, para luego ser besado en la frente por ella, y así, despedirse finalmente saliendo de la residencia.

Caminando por las calles de Konoha, la joven pareja se dirigió a Kaminari-Burger donde se encontrarían con el resto del equipo del moreno, pues aún era temprano ya que faltaban tres horas y media para la misión.

—¿Me extrañarás? —preguntó sonriente el moreno, tomando de la mano a su menor.

—Sólo te irás hasta mañana en la noche, no es para tanto —alegó con una pequeña risa, recibiendo un puchero del mayor mientras fingía llorar—. Pero sí, te extrañaré mucho... anoche te extrañé demasiado ¿sabes? —comentó con un pequeño sonrojo, obteniendo una mirada cómplice de Iwabee, y al percatarse de lo que pensaba, sonrojó por completo y negó rápidamente con la cabeza— ¡N-no me refería a eso! D-digo que... Yo... Uhm... Hice... H-hice un nido —admitió tímidamente, bajando la mirada apenado.

—¿Un nido? —repitió confundido el mayor.

—Ah, es algo que los omegas hacemos cuando estamos en celo o nos alejamos de nuestro alfa —explicó ameno—, aunque no recuerdo mucho del tema, nunca he tenido tantos problemas por ser un omega y lo estudié hace años.

—Así que... ¿Anoche estabas en celo? ¿O solo me extrañabas? —cuestionó coqueto, sonriendo con malicia mientras un pequeño sonrojo teñía sus mejillas.

—S-solo te extrañaba, no olvidé tomar mis inhibidores... Aunque supongo que también fue por estar en semana de celo —murmuró pensativo tomándose la barbilla.

—A decir verdad, yo tampoco sé mucho de los alfas, sólo lo que sé por experiencia —admitió ladeando una sonrisa, obteniendo la atención del menor—. Tengo mis astrales pero por los inhibidores nunca los he experimentado por completo, sólo el primero a los doce, fue aterrador, sentía que me derretía y me ahogaba, no podía dejar de hacer eso, pero aún así no se detenía la sensación, aunque solo duró una hora hasta que mi madre llegó con una jeringa.

—¿El celo de los alfas es aterrador? —exclamó Denki sorprendido.

—Sin eufemismos —espetó decidido a hablar sin vergüenza—, sentía que quería tener sexo, pero tenía miedo, no sabía lo que pasaba, era muy joven, mis piernas no respondían y el aire se me escapaba, era como si mi cuerpo se moviera solo porque durante una hora completa me masturbé tirado en el piso de mi cuarto y nunca acabé, ni siquiera se sentía bien, me dolía —mirando al frente, recordó los hechos con pesar, y posando su vista en su menor, suspiró—, investigué un poco del tema y descubrí que de haber tenido a un omega o beta cerca, abría abusado de él.

Asombrado, Denki abrió los ojos de par en par, sintiendo de pronto el viento frío de la mañana golpear su cara helándolo.

—Por suerte estaba en la casa, no fue hasta que mi madre llegó del trabajo que me ayudó, después de inyectarme me desmayé, cuando desperté estaba en la tina con agua fría, mi madre estaba conmigo, me explicó lo del celo y se disculpó por no haberme dicho las cosas antes —con su vista en el cielo, terminó de contar su historia—. Es aterrador pensar que aún teniéndo solo doce años, por ser un alfa, pude haber abusado de alguien... —volviendo su mirar a Denki, sonrió—, ¿cómo es el celo de los omegas?

—Ah... Es... Nh...

Iba a hablar, decir que era similar pero con la diferencia de querer ser preñado, pero cuando recordó el último celo más fuerte que tuvo, sintió un nudo en la garganta, sudor frío bajar por su frente, y las imágenes y sensaciones de esa noche le abrumaron viéndolas tan vívidas, que por un momento se sintió mareado y asqueado.

—¡Oe!

De pronto, sintió el brazo del Yuino sujetarle del pecho, percatándose de que su vista se había nublado, pues de pronto todo se volvía más nítido, y al procesar la situación, notó que sus piernas volvían a ganar fuerza, pues había estado a punto de caer de frente.

—Denki, oye, ¿estás bien? —preguntó exaltado Iwabee, haciéndole al menor alzar la mirada para verle.

—... S-sí... Estoy bien... —murmuró aún dudoso de qué había pasado.

—Casi te caes, ¿seguro que estás bien? Fue como si te quedaras dormido por un segundo —insistió preocupado, mientras que Denki se enderezaba—, ¿comiste ya algo? Estás pálido

—Ah, aún no, debió ser eso —asintió sonriente soltando una pequeña risa forzada, a lo que Iwabee se tomó la cabeza aliviado.

—Claro, como cuando un niño se desmaya en plena asamblea por no haber desayunando —corroboró en son de burla, cerrando los ojos suspirando—, anda, ya casi llegamos, te compraré una soda y algo de comer.

Mientras el moreno le llevaba de la mano a paso rápido, Denki se preguntó qué había sido eso, tal vez era buena idea retomar el estudio de su propio cuerpo, habían tantas cosas que saber, que ya había olvidado la mayoría, cosa que en un mundo así, era peligroso.

•~ 🌼 ~•

—Así que hiciste tu primer nido —exclamó alegremente Inojin, apoyando su barbilla en sus manos y sus codos en la mesa.

—Yo nunca he hecho un nido, supongo que porque no tengo ropa de Wasabi-chan en mi casa, ha de ser lindo despertar con el aroma de tu alfa —comentó Namida un tanto sonrojada, sonriendo tímidamente ante la idea.

—Si me extrañas llámame, no quisiera que te sientas mal solo por no tenerme cerca —le animó Wasabi acariciando la cabeza de su menor.

—Perdón pero... ¿Q-qué es un nido? —cuestionó Metal confundido.

—Cuando los omegas están en semana de celo o están embarazados y extrañan a su alfa, se envuelven con la ropa de su alfa para tener su aroma con ellos —explicó Shikadai ameno, para luego beber de su soda.

—Cuando un omega ya encontró a su alfa, es importante no separarse mucho tiempo o el omega se deprime y el alfa se vuelve agresivo, pero tendrían que pasar varios días para que eso pase —agregó Inojin.

—Aunque todo eso es muy leve mientras el alfa no marque a su omega, por eso Wasabi-chan aún no me marca —comentó Namida.

—Y mientras no tengan interacciones subidas de tono, no pasa nada, porque después de eso el cuerpo de ambos reconoce el olor del otro como algo necesario por las feromonas que comparten durante el acto —finalizó el Nara.

—Oh~ —exclamó Metal con asombro—, no sabía que fuera tan complejo.

—Entonces... ¿Ustedes dos ya tuvieron "interacciones subidas de tono"? —preguntó risueña Wasabi, apoyando su barbilla en su mano y su codo en la mesa, para ver con malicia a la pareja.

—¡¿Eh?! Ah... E-este... —titubeó avergonzado Denki, mientras los colores se le subían al rostro, e Iwabee le miraba a la fémina molesto y apenado.

—¡Wasabi-chan! No debes preguntar esas cosas —exclamó Namida frunciendo el ceño, a lo que la mayor rió fingiendo inocencia.

—Felicidades, ya era hora —exclamó Shikadai alzando un pulgar con aprobación.

—¡O-ometeto! —felicitó Metal aplaudiendo rápidamente, con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

—Aunque no entiendo como pudieron aguantar tanto tiempo, es difícil no ceder ante el olor de un omega —comentó Wasabi, observando curiosa a ambos chicos.

—Bueno... Creo que el que no seamos destinados tiene algo que ver con eso —comentó el Yuino sonriendo con esfuerzo.

—¡Eh! ¿No son destinados? Pero si siempre han estando juntos —exclamó con asombro Namida.

—Nosotras creímos que eramos destinadas, pero después de pasar un celo juntas supimos que no era así, pero eso no impide que nos queramos mucho —comentó sonriente Wasabi.

—Mucha información —espetó Inojin fingiendo incomodidad—, Shikadai y yo nunca supimos que eramos destinados hasta que pasamos un celo juntos, aunque Boruto y Mitsuki siempre lo supieron —agregó embozando una sonrisa risueño—, aún recuerdo como eran en la academia, desde que se vieron por primera vez no podían estar separados, apenas tuvieron la oportunidad lo hicieron como conejos.

—Eso sí es mucha información —exclamó Wasabi arrugando el entrecejo avergonzada.

—Tal vez sí lo sean, cuando lo hagan lo sabrán —comentó Shikadai ladeando una sonrisa—, y si no lo son, ¿qué más da? Es solo un "plus" como pareja.

Con una sonrisa tímida, Denki bajó la mirada al pensar en ello.

No le importaba si eran o no destinados, y si no lo fueran, prefería pensar que no tenía uno, ni él ni Iwabee, sería un gran problema de tenerlos y encontrarse con ellos, o incluso ellas.

•~ 🌼 ~•

—Cuidate mucho Wasabi-chan —pidió Namida con tristeza al abrazar a su alfa, una vez llegaron a la gran puerta de Konoha.

—Lo haré, tú también cuidate linda —asintió alegre la fémina, envolviendo con fuerza a la menor entre sus brazos.

—No seas muy estricto con ellos, te conozco y eres un dolor de muelas cuando quieres —alegó Inojin recibiendo un largo suspiro del Nara como respuesta.

—Ya sé, ya sé, por lo menos dame un beso antes de regañarme —demandó Shikadai abriendo los brazos esperando ser abrazado, a lo que Inojin rió y se le lanzó para besarle.

—¿Qué ocurre? —preguntó preocupado el Yuino al notar lo decaído que estaba Denki, pues tenía la mirada fija en el suelo y parecía más triste de lo que se esperaba.

Dando un par de pasos al frente, Denki apoyó su frente el en pecho del Yuino, y abatido, tomó con fuerza entre sus dedos la tela de la ropa ajena, a lo que Iwabee, confundido, le envolvió entre sus brazos, acariciando su cabeza tratando de reconfortarlo.

—No sé qué me pasa... —susurró débilmente contra el pecho ajeno, ganando la atención del moreno— estaba bien hace un rato... Muchas veces te vas y estoy bien con eso... Pero... No quiero que te vallas hoy... No quiero... —su voz comenzó a quebrarse y pequeñas lágrimas se formaron al borde de sus ojos, y casi desesperado, abrazó con fuerza al Yuino, aferrándose a su cuerpo.

—Denki... —susurró preocupado.

—Perdón... Estoy muy sentimental... Debe ser porque es mi penúltimo día en celo...

Ladeando una pequeña sonrisa, Iwabee se separó para verle a la cara, y con cariño, quitó con su pulgar las pequeñas lágrimas que amenazaban con caer de los ojos de su menor.

—Tranquilo, para mañana en la noche ya estaré aquí, no serán más de treinta y cinco horas las que me iré a partir de ahora —explicó con una de esas sonrisas cálidas y coquetas suyas.

—Lo sé... Pero...

Apartándose un poco, el Yuino se quitó el turbante dejando que sus cabellos castaños cayeran hasta sus hombros captando el mirar de Denki. Y con cuidado, envolvió el cuello del menor con su turbante, haciendo de este una bufanda.

—Los omegas se calman con el olor de su alfa ¿no? —cuestionó ladeando una sonrisa— con esto tal vez te sientas mejor mientras no estoy.

Encantado, las mejillas de Denki se tiñeron de rosa, y sonriente, acercó la bufanda a su nariz, inhalando el olor del moreno, sintiendo al instante su cuerpo relajarse.

—¿A ti nadie te despedirá, Metal? —preguntó Wasabi al percatarse de que Lee sólo les veía en silencio a unos cuantos pasos.

—¿E-eh? Ah... Supongo que no... —apenado, se rascó la nuca forzando una sonrisa.

—¿Y Sarada? —preguntó Iwabee al verle.

—No lo sé... Le dije que me iría pero supongo que no vendrá —serio, observando la aldea, buscó con la mirada a la Uchiha, pero no había dado indicios de que le fuera a despedir—, ¡p-pero no importa! N-no es como si fuera mi novia o algo así, es una misión como cualquiera, no tiene que venir si no quiere —exclamó sonriente.

—Ya son las doce, es hora de irnos —avisó Shikadai encaminándose a la gran puerta de Konoha, mientras que Wasabi y Metal le seguían.

Dándole un último beso en los labios a su omega, Iwabee se separó de Denki y corrió junto a los demás.

Alzando por última vez la mano, el pequeño grupo de ninjas se despidió, dejando atrás a los omegas, que con una gran sonrisa les despedían imitando su gesto hasta perderlos de vista.

Pensativo, el joven azabache tomó el turbante rojo, y bajando su mirar para verlo, lo acercó a su nariz, inhalando el suave olor a canela que desprendía, haciéndole sentir un pequeño escalofrío recorrerlo de pies a cabeza, provocando que sus mejillas se ruborizaran, y su semblante se relajara notoriamente.

—Nos vemos, Inojin-kun, Denki-kun —haciendo una pequeña reverencia, Namida se despidió, y una vez ambos chicos le imitaron, dio media vuelta y se marchó.

—Bueno, ¿qué deberíamos hacer ahora? —se preguntó Inojin tomándose la barbilla fingiéndose pensativo, captando la atención del menor.

—¿Uh?

—¿Quieres ir a comer? Mis instintos maternales me dicen que quieres hablar de algo —colocando una mano en su cintura, le miró sonriente, a lo que Denki sonrió tímidamente.

—¿Instintos... maternales? —repitió confundido.

—Chouchou dice que soy como la madre del grupo, y creo que acepto el papel, después de todo seguramente Shikadai quiera hijos en tres años —explicó alegre, a lo que Denki ladeó la cabeza risueño.

•~ 🌼 ~•

—Aún no entiendo que sentido tiene tener un piso completo como departamento en el edificio de la compañía —exclamó Inojin sentándose en la cama del menor.

Estaban en la casa de Denki, la pequeña y humilde mansión, pues Inojin alegaba que lo era, pero Denki insistía en que solo era una casa muy grande.

—No es todo el piso, solo son dos cuartos, y es más seguro aquí que en la compañía —explicó sonriente dejando junto al armario una maleta—. Además, allá es solo por si mi padre se queda a dormir por trabajo, como también es mi compañía me quedo a ayudarlo, y los cuartos de allá son pequeños, no se comparan a este.

—Sí, definitivamente no se comparan... —corroboró el Yamanaka, observando con atención el gran cuarto del menor, lleno de aparatos ostentosos y techos de unos cuantos metros.

No es que fuera una mansión, pero el hogar de Denki realmente era espacioso, y su cuarto realmente estaba muy bien amueblado y decorado.

Había visto a más de cuatro o cinco guardias de seguridad merodeando la zona, pero definitivamente se topó con más de siete empleadas del aseo desde que entró a la casa hasta que llegó al cuarto.

Ser básicamente millonario le permitía darse unos cuantos lujos, pero con la humiltad siempre primero, habría que recalcar, pues Denki nunca alardeaba de su dinero o sus posesiones, ni del hecho de que él y los hijos que tuviera vivirían plácidamente sin mover ni un dedo por todo de lo que era heredero.

—Así que... ¿Qué te preocupa mi pequeño digimon? —exclamó el rubio recostándose en la cama, apoyando su codo en el colchón y su mejilla en su mano.

—Sí... Sobre eso... —serio, comenzó a sacar la ropa de la maleta, toda era del Yuino, la que había en la compañía pues habían pasado a recogerla, y poco a poco, comenzó a acomodarla en su armario en el espacio de Iwabee— ¿como sé que encontré a mi destinado?

Sorprendido, Inojin se enderezó sentándose bien para verle atentamente.

—¿Tu... Destinado?... Ahm... —tomandose la barbilla pensativo, trató de recordar lo que sabía del tema— hay diferentes tipos de destinados según sé... Uhm... Los que lo saben apenas se ven, los que lo saben después de pasar una noche juntos... Ahm... Los que lo saben tras dar su primer beso... Y... Creo que es todo...

—Pero ¿como sé que lo encontré? ¿Como sé que es él? —girándose para verle, le miró acongojado.

—¿Porqué te preocupa?... ¿Crees... Que sea...?

—No, es imposible... O no, no lo sé... No quiero pensar que sea así —sugetando con fuerza el turbante, bajó su mirar afligido—... P-por eso te pregunto —insistió exaltado.

—... A estas alturas dudo mucho que él lo sea, te habrías dado cuenta esa noche —explicó serio, posando su vista en sus manos—, cuando encuentras a tu destinado, es como si el tiempo se parara... Es como el amor a primera vista, pero mucho más fuerte, más físico porque... Sientes que quieres estar siempre con él, si te alejas, te duele, si te rechaza, te lastimas... Si te abandona, es cuestión de días para que mueras...

—¿Morir... Sólo porque él no está contigo? —atónito, le miró asombrado.

—Te vuelves dependiente de él, pero el alfa no, él se vuelve agresivo sin el omega pero no morirá, solo vivirá con la carga de sentirse ligado a alguien —alzando la mirada, Inojin arrugó el entrecejo tenso—... Si Kawaki fuera tu destinado te habrías dado cuenta de una u otra forma, pero ya han pasado cinco años desde que lo conoces, no hay forma de que él lo sea, incluso, yo diría que Iwabee lo es.

—Pero es lo mismo con él, nunca sentí nada de eso en seis años, él no lo es —objetó Denki.

—Kawaki no puede ser porque ya lo hicieron, te habrías dado cuenta en el acto, pero con Iwabee no lo has hecho, tal vez si lo hacen sepas si es o no tu alama gemela —insistió esperanzado, a lo que Denki, con pesar, posó su mirar en el suelo—... ¿Qué ocurre?...

—... No sé que me pasa... Pero... Me siento muy extraño... Cuando pienso en Kawaki... —sorprendido, Inojin le miró consternado— ya van tres veces que cuando pienso en lo que pasó... Es como si me fuera por un segundo.

—¿Te vas? —repitó confundido.

—Como si me desmayara por un momento, siento frío y mi vista se nubla, no me doy cuenta de que pasa hasta que Iwabee me llama y me sujeta antes de que caiga —explicó al mirarle—, anoche, sentía que lo extrañaba demasiado, temblaba y me sentía ansioso, no pasó hasta que tomé una de las camisas de Iwabee —posando su vista en la maleta con la ropa, prosiguió—... Cuando desperté ya estaba hecho el nido... ¿Eso... Eso es normal?

Viéndole atento, Inojin sonrió dulcemente, ladeando su cabeza más relajado al oírle.

—Sí, es normal.

—¿Ah? ¿En serio? —exclamó con asombro Denki, notoriamente más relajado.

—Lo hiciste con Kawaki y ya empezaste a hacer cosas con Iwabee, tu cuerpo como omega reconoció a dos alfas como posibles parejas, ahora tu cuerpo trata de asimilar que con el que tuviste relaciones ya no volverá, y que con el que ya iniciaste actividad sexual es el que se va a quedar —explicó sonriente, sólo logrando que Denki le mirara confundido—, es como si... Uhm... Como si tomaras mucho café y de pronto lo dejaras y comenzaras a tomar agua, tu cuerpo se está limpiando del café con el agua y por eso estás tan ansioso, porque ahora tu cuerpo necesita más de las feromonas de Iwabee para limpiarse del todo de Kawaki.

—Entonces... ¿Necesito estar con Iwabee para calmarme? —repitió poco convencido.

—Exacto, mientras no tengas sexo con Iwabee tu cuerpo aún tomará a Kawaki como una posible pareja y mientras no te limpies de él, los desmayos y el que extrañes tanto a Iwabee seguirá hasta entonces —finalizó sonriente, haciéndole a Denki finalmente suspirar aliviado.

—Ya veo... Sólo son las hormonas por ser un omega... Que alivio —murmuró más relajado, para así, continuar guardando la ropa—, por cierto, ¿como sabes eso? No recuerdo haber leído algo similar.

—¿Recuerdas a Ryogi?

—¿El chico que se enamoró de Shikadai? —recordó volteando a verle para corroborarlo, a lo que Inojin asintió.

—Pasó algo parecido con él — sentado sobre la cama, cruzándose de piernas, comenzó a relatar—, él se enamoró de Shikadai, pero él ya me había marcado en ese entonces, pasó demasiado tiempo con él y Shikadai se volvió una necesidad para él, interferí y le presenté a Araya, resultó que eran destinados, lo supieron apenas se vieron y pese a que tuvieron relaciones, se sentía muy ansioso por no ver a Shikadai, después de una semana de mucho frutifantastico con Araya se calmó y pudo seguir su vida normalmente.

—Cielos... No sabía eso —exclamó sorprendido, cerrando el armario tras terminar de guardar todo.

—Los omegas y los alfas esconden muchas cosas interesantes, y pensar que todo es solo para tener bebés —agregó sonriente cruzándose de brazos, mientras Denki se sentaba junto suyo.

—Por cierto... Yo... —posando su vista en el suelo, hizo una mueca nervioso, haciéndole al Yamanaka mirarle preocupado— ayer... Hablé con Kawaki.

—¡¿Qué?! ¡Pero Denki, él--

—¡Lo sé, lo sé! Pero espera, dejame te explico —exclamó temeroso de su regaño, alzando las manos tratando de apaciguarlo.

—Sí te hace algo se lo diré a Boruto, esta vez no me detendrás, ¿oíste? —sentenció decidido, a lo que Denki, afligido, bajó la mirada temeroso de la idea.

—Lo sé... —asintió nervioso— Cuando nos fuimos de misión antier, pasaron cosas y bueno... Terminé estando a solas con Kawaki... No tomé mis inhibidores porque planeaba dejar que Iwabee me tomara esa noche y pues...

—¿Te llegó estando con él? —cuestionó exhaltado.

—S-sí, pero él no me hizo nada, se alejó y-y... Se disculpó por haber hecho lo que hizo la otra noche... Dijo que no quería lastimarme... Y... Creo que... Iwabee tenía razón... —con pesar, desvío la mirada pensativo.

—¿Iwabee? ¿De qué hablas?

—Desde que se conocieron... Iwabee cree que le gusto a Kawaki... Creí que solo exageraba pero... Creo que Kawaki se me confesó...

Los ojos de Inojin se abrieron de par en par, atónito, pero prefirió callar y escuchar.

—No lo dijo explícitamente pero... creo que lo dijo —inseguro, bajó su mirar— luego, en la noche, fue a verme, no hablamos mucho, solo volvió a disculparse por lo que pasó y... —un nudo en su garganta se formó al recordar lo sucedido, y su rostro palidecio al tratar de decirlo— sí... él está enamorado de mí, estoy seguro...

—Oh, dios... eso es muy malo —susurró Inojin arrugando el entrecejo consternado, captando la mirada confusa del menor—, Denki —tomándole de los hombros, le miró seriamente—, prometeme que no te acercarás a Kawaki hasta que Iwabee te haya mordido.

—Pero... ¿porqué?

—Porque no sabemos que puede hacer por querer estar contigo.

—Pero él no es ese tipo de persona, lo que pasó fue un accidente, él quería detenerse, quería ayudarme y--

—¡Escucha! —exclamó molesto el Yamanaka—, los alfas tienen las hormonas más alborotadas que los omegas, un alfa enamorado hará lo que sea para aferrarse a su omega, y mientras Iwabee no te muerda, Kawaki seguirá ligado a ti y no podrás evitar que haga una locura.

—Pero... ¿es en serio, o solo te lo inventas porque no confías en él? —le cuestionó inseguro el joven Kaminarimon.

—¿Prefieres confiar en él a confiar en mí? —preguntó exaltado, incrédulo de lo que Denki decía.

—Solo digo que... —bajando su mirar, pensativo, negó con la cabeza suavemente— no quiero juzgarlo... porque no lo conozco... y quiero creer que realmente nunca quiso hacerlo.

Abriendo los ojos de par en par, Inojin le miró atónito. Y cansado, no supo como como explicarle de otra forma que lo que decía y pensaba no estaba bien. Tal vez Inojin era el loco, tal vez estaba siendo muy duro con Kawaki, pero fuera como fuera, no iba a cambiar de postura, porque estaba convencido de que confiar en Kawaki solo ponía en riesgo a Denki, y él no lo quería escuchar, porque era demasiado indulgente.

—No puedo hacer nada para evitar que lo veas... pero si te vuelve a hacer algo, por favor, dímelo —le rogó decepcionado, a lo que Denki ladeó una pequeña sonrisa, y le quitó las manos de sus hombros amablemente.

—Eres un buen amigo, Inojin —afirmó con dulzura, con esa voz tan linda y cálida que caracterizaba a Denki.

Y sin responder, Inojin le abrazó fuertemente, porque temía por él y sentía como si tuviera las manos atadas, porque no podría hacer nada para evitar que le hicieran algo malo, podría decirle a Boruto y él no dudaría en tomar cartas en el asunto, pero Denki no quería llevar todo eso más lejos, y prefirió callar.

Si algo le sucedía a Denki, nunca se perdonaría a sí mismo, porque sabía que pudo haber hecho algo para evitarlo.

Ese día, Denki pasó la tarde con Inojin, charlando de cosas banales para olvidar el tema y despejar su mente, realmente no era algo de lo que ninguno de los dos disfrutara hablar, y hacerlo tan solo parecía perjudicar más a Denki. Más a la noche, salieron con Boruto y Mitsuki una vez ellos se desocuparon de sus misiones.

El día se fue volando de lo bien que estaba con los chicos, fue agradable ya que casi no pensó en Iwabee, pues lo extrañaba y estando en días de celo le hacía deprimirse. Y se sintió aún mejor porque no pensó en Kawaki, ni siquiera se le pasó por la cabeza hasta más entrada la noche cuando se quedó solo en casa.

Reflexionó un poco más en lo sucedido y en las palabras de Inojin.

Era tan extraño el cuerpo de los alfas y los omegas, que le sorprendía el sin fin de cosas que uno podía descubrir de sí mismo.

Por un momento se preguntó cómo sería ser un beta, alguien sin problemas hormonales, sin astrales ni parejas destinadas, tan solo las mujeres betas podían embarazarse de un hombre beta, ya que sus cuerpos muchas veces no soportaban la carga de un bebé con los atributos de un alfa. Inclusive, para los betas era complicado embarazar a una beta.

Tendría que ser difícil, pero a cambio de no tener que lidiar con lo que un omega o alfa lidia toda su vida, Denki se cuestionó si era mejor o peor ser un omega o un beta.

Aún recordaba como Metal estaba aterrado por no ser un alfa, no fue hasta los quince años que los indicios de serlo le comenzaron a surgir, temía ser un beta pues no podría ser alguien digno de Sarada, una omega de casta tan pura y de renombre, o por lo menos, no digno según los estándares que la sociedad impone.

Esa noche, tras darse una ducha, hizo un nido en su cama, se acurrucó dentro de este y no tardó mucho en conciliar el sueño, el olor a Iwabee le calmaba, pero también le hacía extrañarlo.

Envolvió una almohada con el turbante, prenda que era la que más tenía impregnado el olor al Yuino, y se acostó abrazado a ella, inhalando ese olor a canela hasta caer dormido.

°~ 🌼 ~°

Fuera de Konohagure, el equipo que comandaba Shikadai ahora descansaba en una pequeña posada, parte de la misión había terminado, al siguiente día tendrían que terminarla y con suerte, volverían para la noche.

Agotado, Iwabee se dejó caer en la cama de ese pequeño cuarto, mientras que en la cama de al lado se recostó Metal igual de cansado.

—Me duele el cuerpo... —murmuró Iwabee.

—Oh vamos, eres el más fuerte de los cuatro y ¿te duele el cuerpo? ¡necesitas entrenar más! Tu resistencia es terrible, yo estoy super fresco, ¡podría levantar un yunque! —exclamó muy animado Metal, obteniendo tan solo un suspiro del moreno.

—Extraño a Denki... —murmuró fingiendo un lloriqueo.

—Y yo extraño a Sarada pero no me vez llorando —exclamó Metal cruzándose de brazos.

—Sarada no te quiere —le recordó con malicia Iwabee, logrando que Lee sonrojara y le mirara molesto—. Pero me refiero a que... —girándose en la cama, quedó boca arriba observando el techo— realmente lo extraño... me siento ansioso.

—¿Sí? ¿Cómo ansioso? —preguntó el azabache.

—Como cuando sabes que tienes algo que hacer pero no lo haces, y sabes que cada vez tienes menos tiempo de hacerlo y te regañarán por no hacerlo —explicó muy ameno el Yuino—... siento un nudo en el estómago —murmuró tomándose la panza—, lo siento desde hace días... como si algo no andara bien...

—Mhhh... —musitó Metal, tomandose la barbilla pensativo— no soy un experto pero... seguramente se deba a Denki —comentó captando la atención del moreno—, seguramente sea porque está en celo y tú no estás cerca de él, aunque se supone que eso se comienza a sentir una vez lo marcas, así que no lo sé —explicó inseguro, rascándose la nuca soltando una pequeña risa.

Volviendo su mirar al techo, Iwabee permaneció en silencio meditándolo.

Tomó su teléfono, y frunció el entrecejo al notar que no había señal, no podía hablarle a Denki, aunque por la hora que era, seguramente ya estaría dormido.

Era verdad que se sentía muy incómodo, y Denki había estado actuando muy extraño últimamente, seguía repitiéndose que era por que el celo de Denki era diferente esta vez, que todo estaba bien, pero su alfa interno parecía que le pedía que tenía que moverse, que tenía que ir con Denki, y el que dicha sensación no fuera más que una pequeña advertencia a la que podría dejar pasar, solo le hacía removerse incómodo en su lugar.

《Todo está bien, Denki está bien》

Se repetía mentalmente, tratando de calmarse, y pensando en ello, fue como al final logró conciliar el sueño, tan solo para tener numerosas pesadillas que le despertaron en el lapso de la noche.

En esos sueños escabrosos, Denki lloraba y le gritaba aterrado, había sangre entre sus piernas y lo que parecía un coágulo de sangre en sus manos, pero al enfocar la mirada, pudo procesar lo que veía, y se trataba de un feto sin formarse.

Eso lo había despertado se golpe, hiperventilando, jadeando y sudando asustado. Esa última pesadilla había sido lo que lo sacó de la cama. Y saliendo de la posada, a las calles en la fría y oscura noche, buscó un lugar alto donde hubiera señal o tan siquiera un teléfono público.

Estaba demasiado lejos de Konohagure, había pocos postes de luz, pero por mera suerte, en ese pequeño pueblo de casas de madera y lámina, cada una separada a una distancia bastante considerable una de la otra, pudo encontrar un teléfono público.

Marcó el número de Denki y a la segunda llamada, contestaron.

—¿Bueno?... —murmuró una voz adormilada.

—Eh, hola bebé, lo siento, ¿te desperté? —preguntó el Yuino tímidamente, recargandose en el poste de luz.

—Hola amor... sí, son las... cinco de la mañana, ¿qué pasa?

—Perdón, es que... no podía dormir... tuve pesadillas y... necesitaba hablarte para asegurarme que estuvieras bien —explicó pensativo, observando a su alrededor, notando lo lúgubre que se veía el lugar por la noche, pues era un pueblo desolado y viejo.

—Sí, estoy bien... —bostezó sonoramente, provocando que Iwabee también lo hiciera— ¿qué soñaste?

—... No es nada... —negó cerrando los ojos, no quería relatarle como lo soñó desnudo, lleno de moretones y cortes mientras brotaba sangre de su entrepierna, era demasiado fuerte— no te preocupes... pero ¿como te sientes? ¿Estar tan separados cómo te ha sentado?

—Estoy bien... hice un nido y en verdad te extraño pero... estoy muy bien —se le oía muy adormilado, Iwabee notaba como hacía el esfuerzo de quedarse despierto.

—También te extraño... perdón por despertarte, solo quería escucharte, puedes volver a dormir —se despidió a regañadientes, no quería tenerlo despierto, pero esos sueños le habían revuelto el estómago y en verdad quería oírle bien.

—Está bien... te amo... descansa... sueña cosas bonitas... —murmuró con cariño Denki.

Y tras responderle algo similar, Iwabee colgó, y suspiró sonoramente, para así comenzar a caminar de vuelta a la posada.

Tal vez había sido un poco tonto caminar tanto tan solo para despertarlo y hablar apenas un par de minutos, pero al menos Iwabee ya se sentía más tranquilo, esperaba que así esas pesadillas le dejaran descandar un poco más antes de tener que levantarse para terminar su misión.

Iwabee era alguien celoso, no lo negaría pero no le enorgullecía y trataba de cambiar eso, tenía planes de vida con Denki y todo su ser le decía que debía cuidar y amar a ese chico, no eran destinados, o al menos no lo sabían aún, pero él lo amaba más que a nada, y si alguien se atrevía a tocarle un pelo, no dudaría en infringirle mucho dolor a dicha persona.

Era un alfa, que se enamoró de un omega, y como tal, si no era capaz de proteger a Denki, sentiría mucho dolor, era algo espiritual que la ciencia no podía explicar, el celo, los astrales y el actuar de un alfa y un omega tenían explicación lógica, pero esa conexión que les hacía sufrir a ambos cuando uno u otro se sentía mal, no se podía explicar, y eso era peligroso.

Porque la noche en la que Denki empezó su celo, Iwabee sintió el peor de los dolores en todo su cuerpo, como si le apuñalaran mil veces en cada extremidad, rematando el acto con pesadillas aún peores de las que había tenido esta noche.

No le tomó importancia ese día, porque nunca antes lo había experimentado, creyó que tal vez era una enfermedad y que solo pasó una mala noche.

Pero desde esa noche se sintió muy ansioso, y su necesidad de estar junto a Denki creció.

Realmente no quería tomarle importancia, pero ya era demasiado.

No lo sabía y pudo preverlo pero por dejar estas últimas señales pasar, estaba de manos atadas, ya que esa tarde volvería a sentir ese mismo dolor de hacía unas noches atrás, y no podría hacer nada para detener lo que lo provocaría.

°~ 🌼 ~°

El próximo capítulo tal vez sea el final,
Así que prepárense, que se vienen cosas feas y pura emoción de la mala.

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