1/? Algo muy incómodo +14
Tipo de historia: la primera vez.
Pedido de lollipopgirly9
No. Palabras: 6470
Parejas secundarias: ShikaJin, MitsuBoru, SasuNaru.
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¡Cuanta tensión!
Era lo que Iwabee pensaba, desde hacía días era lo único que había entre él y Denki.
Ya no podían estar sólos, actuaban distantes y tan sólo al compartir la misma habitación se sentían nerviosos, no podían verse a la cara y al cruzar miradas era inevitable que sus rostros se sonrojaran por completo.
¡Llevaban tres años saliendo desde que Denki tenía doce! Jamás se había presentado esa situación ¿Qué se suponía que debían hacer?
Desde aquél incidente, todo se había vuelto tan tenso entre ellos.
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Denki había quedado de ir a ver películas en casa de Boruto junto con todos los demás, ya que ese día Metal estaría entrenando con Iwabee como siempre solía.
Últimamente era así, cada quien por su lado, aunque era Denki el que realmente evitaba a Iwabee, se sentía tan incómodo, pero también mal por alejarse de él.
Ya eran las tres de la tarde, Denki había llegado a la casa del rubio, y apenas tocó la puerta, Boruto abrió, en sus manos traía una bolsa de palomitas.
—Hasta que llegas Denki —comentó el rubio con burla—, pasa, los demás ya están aquí.
Al llegar a la sala, Denki vio a Shikadai e Inojin en uno de los sofás individuales, Inojin sentado muy cómodamente sobre las piernas del azabache, mientras que Mitsuki, estaba sentado en el sofá más grande en el medio de la sala, frente a ellos había una gran cantidad de botanas y varias películas de distintas temáticas. Inevitablemente, Denki se sintió triste, extrañaba a Iwabee, realmente quería que éste estuviera ahí con él, así sería noche de pareja, pero al estar sólo, se sentía fuera de lugar.
—¡Denki! —saludó Inojin alegremente.
—Hola —dijo el menor con simpleza.
—¿Y dónde está Iwabee? ¿En serio no quiso venir? —preguntó Shikadai.
—Está entrenando con Metal —respondió sonriendo con esfuerzo.
—La próxima vez será —dijo Boruto, mirándole con comprensión.
Tras acomodarse en el otro sofá individual y elegir una película, apagaron las luces y disfrutaron de esta.
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Una vez terminó la primera película, que fue de comedia romántica, encendieron las luces y Boruto fue a la cocina por las pizzas para comer.
—¡Ya está aquí la comida! —dijo alegremente el rubio colocándo la pizza en la mesa del centro.
—¡Genial! Si hubieras preparado algo tú, seguro quemas la casa —comentó Inojin con burla.
—Oh, que cruel eres —dijo Boruto con sarcasmo, fingiendo estar herido.
Todos comieron mientras hablaban de temas banales, hasta que Inojin decidió preguntar lo que todos pensaban.
—Por cierto Denki, ¿hay problemas entre tú e Iwabee?
—Inojin —le reprendió Shikadai mirándole molesto por lo directo de su pregunta.
—¿Eh? No, no ¿porqué preguntas eso? —titubeó el menor, con nerviosismo.
—Se han portado muy raros los últimos días ¿pasó algo entre ustedes? —insistió el mismo rubio.
—No, no, para nada —negó sonriendo con esfuerzo, moviendo sus manos con negación frente a él.
—Ya todos nos dimos cuenta Denki —dijo Boruto.
—¿En… en serio? —preguntó con asombro el susodicho.
—¿A caso se pelearon? —preguntó Shikadai.
—No, no es eso —negó bajando su mirada con tristeza mientras jugaba con sus manos.
—¿Hizo algo que no te gustó? —preguntó Mitsuki, con su mirada neutral.
—Algo así —murmuró con vergüenza, mientras sus mejillas se teñían de rojo ante el recuerdo.
—¿Que pasó? —preguntó Boruto, con la preocupación y la comprensión en su voz.
—Es… es muy vergonzoso de contar.
—¿Trató de propasarse contigo? —preguntó Inojin con interés.
—Inojin —volvió a reprenderle Shikadai.
—¡No! Él nunca haría algo así —negó Denki con el sonrojo opacando su rostro por la vergüenza.
—Entonces ¿Qué pasó? —insistió Inojin.
—Ahg… —musitó con pena el menor, tomándose el rostro con ambas manos— es por algo que vi… les parecerá ridículo pero si me afectó mucho.
—¿Lo viste haciéndose unas--
—¡Inojin, por favor! —le regañó Shikadai, molesto y avergonzado por lo directo que era su pareja.
—… Les contaré lo que pasó —murmuró Denki, mientras jugaba con sus manos.
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En un día cualquiera, después de haber terminado las misiones de ese día, Denki e Iwabee iban a la casa del moreno como siempre solían.
Cualquiera diría que para hacer cosas indecentes, pero no, pues su relación era muy inocente, hacer ese tipo de cosas no era algo que realmente les llamara la atención, para Denki, era un tabú, puede que algún día en un futuro muy lejano quisiera tener ese tipo de interacción, pero mientras que él no diera indicios de querer, Iwabee nunca le haría ni diría nada.
Una vez ya dentro de la residencia, Denki fue a la habitación de Iwabee, mientras que éste iba a la sala a por botanas.
Denki estaba por sentarse en la cama, cuando vio lo desarreglada que estaba la misma. Sacudió la cama, acomodó las almohadas y comenzó a acomodar las colchas, él acostumbraba a meter los bordes entre el colchón y la base de la cama, al hacer esto, su mano tocó algo, su primer pensamiento fue que eran las tablas, pero se podía mover, al tomarlo y sacarlo, vio que era una revista, la portada mostraba chicos de cuerpo delgado en lencería.
Denki sonrojó por completo, iba a dejarla en donde estaba pero la curiosidad le ganaba, así que abrió levemente la revista, tan sólo para echarle un vistazo. Antes de terminar de abrirla unas hojas pequeñas cayeron de ella. Al tomarlas notó que eran fotos suyas.
Hacía buen tiempo Iwabee había comprado una cámara, normalmente le tomaba fotos a él y otras veces a ambos, pero las fotos que tenía en las manos, cualquiera diría que eran inocentes, pero por el contexto en que las había encontrado, notaba que sí se podían malinterpretar. Entre ellas, las mas llamativas eran en las que Denki estaba de espaldas y más que nada se enfocaban las piernas y las posaderas, otras en las que donde durante las misiones, al hacer mucho calor, Denki trataba de limpiarse el sudor de la cara con el borde de la camisa, dejando ver parte de su vientre, e incluso el borde de su bóxer.
¿Qué debía pensar?
¡Que vergonzoso! Estaba impresionado, tal vez hasta ofendido, nunca creyó que Iwabee lo viera de esa forma, era tan dulce con él, que era casi imposible creer que él tenía ese tipo de sentimientos por él.
—Denki ¿Quieres palomitas o dul… ces? —preguntó Iwabee al asomándose a la habitación, pero enmudeció al ver lo que su pareja tenía en sus manos.
Ambos se miraron, Denki con una expresión indescriptible mientras que Iwabee sólo lo veía con asombro. Duraron un par de segundos en silencio hasta que el mayor arrancó de sus manos la revista y fotografías, arrojándolas en su armario para así cerrar la puerta y apoyarse en ella como si tratara de evitar que salieran de ahí.
—Eso es… no es lo que… —balbuceaba el moreno, con la mirada divagando de un punto a otro y las mejillas coloradas.
Denki no decía nada, siquiera lo miraba, mantenía la vista en sus manos con una mueca en sus labios y aquél fuerte sonrojo. Iwabee estuvo por decirle algo, pero Denki se levantó, tomó sus cosas y se encaminó a la puerta.
—¡Denki, espera! —le llamó el mayor corriendo tras él.
Justo cuando abría la puerta de la entrada, Iwabee la cerró apoyando la mano por sobre la cabeza del menor, puesto que era más alto. Logrando acorralarlo entre la puerta y él.
—Denki, perdón, sé que no debería tener esas cosas pero… —decía con gran nerviosismo, mientras que Denki le seguía dando la espalda— no quiero que pienses que sólo te veo así, de hecho, esas cosas no me importan, sólo las tengo por que… ah… yo…
Denki no dijo nada, siquiera se movía ¿Qué estaría pensando? Iwabee entraba en pánico.
Entonces, Denki volvió a girar el picaporte, jalando levemente a la espera de que el mayor le permitiera el paso. Iwabee, al notar esto, apartó la mano de la puerta, dejando que Denki saliera.
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—¡Que tontería! Es lo más normal del mundo —exclamó Inojin cruzándose de brazos una vez terminó de escuchar la historia.
—Inojin —le volvió a reprender el Nara.
—¡Pero lo es! —insistió el rubio de coleta— creo que todos en esta sala ya han tenido relaciones o por lo menos se han pajeado una vez ¿O no Shikadai?
—Sí, pero no tienes que decirlo así como así —dijo con vergüenza y molestia.
—Es normal querer hacer esas cosas, y cuando se tiene pareja y el sentimiento es mutuo, no pasa nada si se comparten esas experiencias —corroboró Boruto, quien estaba recargado en el hombro de Mitsuki tomando su mano.
—Claro, escucha al chico que tuvo su primera vez a los doce —comentó Inojin con burla.
—Tú no puedes juzgarme, nuestra relación a durado mucho a diferencia de la tuya —dijo el Uzumaki mientras se abrazaba a Mitsuki, quien sólo sonreía por la situación—, y que yo sepa ustedes lo hicieron a los trece.
—Nadie dice que sólo porque Iwabee tenga pornográfica ya deban tener relaciones —explicó Shikadai volviendo al tema, pues le apenaba hablar de sus intimidades y teniendo a Inojin como pareja era difícil no avergonzarse por lo que soltaba—, es más, ni siquiera es necesario que tengan que cambiar su rutina sólo por eso, si tú no te sientes agusto, no necesitas presionarte para querer hacer esas cosas.
—No debería incomodarte la idea de que Iwabee haga esas cosas, incluso deberías estar feliz, no te presiona y espera a que estés listo para eso —dijo Boruto.
—Iwabee, como cualquier persona tiene necesidades, no lo culpes por hacer eso con tu imagen —agregó Inojin alegremente.
—Sí pero… —murmuró Denki, con el rostro colorado, hasta pareciera que salía humo alrededor suyo. Aparentemente hablar de esas cosas era muy vergonzoso para él ¿y quién lo culparía? Era el más joven e inocente del grupo.
—Solo olvida lo que viste, no veo porqué arruinar una bonita relación sólo por eso —dijo Inojin.
—Lo sé, pero… a-ahora yo también me siento así p-por él —declaró con la vergüenza por los cielos, dejando asombrados a sus compañeros, pues no esperaban que en aquella cabecita tan inocente hubiera espacio para la perversión.
—¿En serio? Eso está muy bien Denki —le alentó el rubio, sonriendo por la inocencia pérdida de su amigo.
—¡No está bien! —negó con pena el menor, tomándose los costados de la cabeza con culpa— a-ahora a cada rato tengo sueños húmedos, y cuando lo veo… n-no puedo evitar sentirme acalorado, ¡Es muy vergonzoso! ¡Es algo muy incómodo de sentir!
—Lo dices como si fuera ilegal —murmuró Inojin con fastidio, pues para él no era para tanto.
—Pues… pronto cumpliremos los dieciséis, y que yo sepa Iwabee cumplirá los dieciocho así que… —murmuró Boruto pensante.
—Ese punto no importa, a nadie le importa hoy en día —negó el Nara cruzándose de brazos.
—Si tú también te sientes así por él, creo que está bien que suban de nivel en su relación —sugirió Inojin alegremente—, la calentura es parte de la adolecencia.
—No le des esos consejos, eso es algo que ellos deben pensar sólos —le reprendió Shikadai.
—No, no, e-está bien… es que… —murmuró Denki, con una pequeña y adorable sonrisa— n-necesito consejos…
—¿Consejos? —repitió Boruto.
—Yo… En verdad quisiera hacer e-esas cosas con él, pero no sé que hacer ¡Es demasiado para mi! Ni siquiera sé como volver a hablar con él, yo soy el que lo aleja —explicó Denki abochornado.
—¡Que ternura! —bromeó Inojin obteniendo un codazo de su pareja— own, ya, ya, perdón, pero… ¡Claro que te ayudamos mi pequeño Digimon!
—Deberian tener cuidado con lo que dicen, Denki es muy inocente, cuiden sus palabras —advirtió el Nara apuntándole a Inojin y Boruto.
—Pero si Inojin es el pervertido aquí —renegó Boruto con fastidio.
—¿Pervertido? ¿Y yo qué tengo de pervertido? —exclamó Inojin fingiéndose ofendido— ¿Shikadai, soy un pervertido?
El nombrado sólo se sonrojó y cerró los ojos evitando responder la pregunta, luego con ambas manos apuntó la posición en la que estaban, pues Inojin seguía sentado sobre sus piernas. Inojin, al igual que Boruto, rieron por la situación, logrando hacer que el Nara se abochornara aún más.
—Tranquilo Denki, nosotros te ayudaremos en lo que podamos —dijo Boruto muy alegremente.
Denki suspiró con una pequeña sonrisa, aún con los cachetes rojos y con la vergüenza al cien.
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—Intenta hablar con él —le sugirió Metal mientras lanzaba un kunai a una diana.
—Lo intento, pero apenas me acerco él se aleja —explicó Iwabee repitiendo la acción de Metal, para luego suspirar con tristeza—, creo que lo arruiné… debí imaginarlo, Denki es muy inocente y ver esas cosas debieron perturbarlo, ahora debe creer que soy un pervertido.
—Denki te quiere mucho, no te va a terminar sólo por eso —comentó Metal, lanzando un kunai tras otro, todos atinando justo en el centro.
—¡Seguramente me odia! No me dirige la palabra desde que encontró esas cosas —exclamó con gran estrés, tomando su turbante para estrellarlo contra el suelo con fastidio, y así halar sus cabellos castaños con fuerza— ¡vamos a terminar, lo sé!
—Estás exagerando, Iwabee —comentó acercándose a él para darle apoyo, pues se había puesto en cuclillas mientras tiraba con fuerza de su cabello— ¡sólo necesitas determinación! ¡Demuestrale a Denki que lo amas y lograrás que todo vuelva a la normalidad! —exclamó alzando el puño con gran animo.
—… Él me odia, lo sé… debe pensar que soy un degenerado… va a terminar conmigo por pervertido… —murmuraba desanimado entre dientes, dibujando en la tierra caritas tristes.
—Cielos Iwabee, ¡no es para tanto! Ya verás que te volverá a hablar y todo estará bien —insistía Metal dándole pequeñas palmadas en la espalda a su amigo.
—I-Iwabee.
Llamó de pronto una voz asustando a los chunin, ambos voltearon a sus espaldas encontrándose a Denki. Rápidamente Iwabee se levantó del suelo con el turbante en manos. Inquieto, comenzó a sudar de los nervios, mientras que Metal veía la escena con asombro, alejándose lentamente para darle espacio a la pareja.
Denki estaba sonrojado, para Iwabee eso no era sorpresa, siempre que se veían Denki estaba rojo y actuaba con indiferencia e incomodidad con él, pobre niño, en verdad debía estar traumatizado por lo que había visto, pues la revista que había encontrado era mucho más gráfica de lo que se veía en la portada.
Denki estaba nervioso, era evidente, ambos lo estaban, Iwabee por la idea de que lo odiara y que en cualquier momento podría terminar con él, mientras que Denki…
Estaba abochornado y embelesado por el mayor, rara vez lo veía sin turbante, era realmente apuesto sin él, pues así dejaba ver los cabellos castaños que le llegaban por sobre el hombro, junto con los mechones que caían ligeramente sobre su lado derecho del rostro –derecha para quien lo viera–. Era realmente guapo cuando se dejaba a la vista el cabello, aún con el turbante puesto lo era, pues a sus diecisiete todas sus facciones se habían definido mostrándolo más maduro, igualmente su cuerpo se había tonificado y seguía siendo lo suficientemente alto como para que Denki le llegara hasta el hombro.
Bajando la vista con pena por esos pensamientos, Denki jugó con sus manos con nerviosismo y con voz temblorosa y un fuerte sonrojo, dijo.
—¿M-me acompañas a casa?… —susurró con vergüenza sin dirigirle la mirada, logrando hacer que el mayor lo mirara con asombro y dudara de sus acciones por un segundo.
—¡S-si!… si, seguro, vamos —asintió Iwabee con notorio entusiasmo. Vio de reojo a Metal quien igualmente estaba asombrado, éste alzó ambos pulgares con aprobación y sonriendo con gran alegría, a lo que Iwabee le regresó la sonrisa para así rápidamente correr al lado de Denki.
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En silencio, la pareja caminó por la calles de Konoha.
Era realmente incómodo y la tensión se sentía en el aire, guardaban la distancia uno del otro a pesar de que las calles estaban bacías por las altas horas de la noche que eran, pues al esconder su relación ellos mismos se prohibieron cualquier tipo de muestra de afecto en publico, sin embargo, siempre que tenían la oportunidad eran tan cariñosos y empalagosos como quisieran.
Denki extrañaba eso, extrañaba tomar su mano y decirle cuánto lo quería, quería que todo volviera a la normalidad, y si realmente deseaba que eso pasara, tenia que seguir los consejos que sus amigos le habían dado.
Al estar las calles completamente solas, Denki aprovecharía, así que se detuvo, haciendo que Iwabee lo imitara y lo viera con inquietud. Decidido, Denki le miró a la cara, dejando ver el sonrojo que pareciera no querer desaparecer. Se acercó a Iwabee lentamente hasta quedar frente a él, y sin previo aviso, lo abrazó.
Escondió su rostro en su pecho, aferrándose al cuerpo ajeno demostrando todo el amor y todos los sentimientos que traía cargando consigo. Iwabee lo veía con gran asombro, sintiendo al instante como su corazón latía con gran fuerza, derritiéndose por el afecto necesitado de su pareja.
—Te extraño —susurró Denki en pecho del otro, nuevamente embelesado al mayor por la ternura que desprendía— te extraño mucho… cuando te veo… me siento nervioso y triste porque siento que estamos separados… perdoname por alejarte todo este tiempo… pero es que necesitaba pensar… alejarme un poco porque quería tener en orden mis sentimientos antes de volver a hablarte… pero simplemente no puedo evitar sentirme triste cuando no estoy contigo… —muraba con la tristeza remarcada en su voz.
Aquellas palabras conmovieron al moreno en demasía, estaba perplejo, sentía su corazón resonar con fuerza en su pecho, y estaba seguro de que Denki lo escuchaba. Una pequeña sonrisa adornó sus labios, y sin poder contener más su felicidad, abrazó con fuerza al menor rodeándolo con sus brazos.
Los últimos días estaba aterrado de la idea de que Denki lo terminara por aquellas cosas, ahora todo ese temor había desaparecido, un gran peso se había levantado de sus hombros, sus únicas preocupaciones siempre fueron con respecto a Denki, él era lo único que le importaba, llevaban tanto tiempo juntos que simplemente ya no sabría como llevar su vida sin ese niño.
Saber que ya todo estaba bien, lo calmaba, sentía que teniendo a ese pequeño de anteojos entre sus brazos, su alma estaba en paz. Suspiró relajando sus hombros, apoyando su mejilla en la cabeza del menor, sonriendo como tonto enamorado.
—Te amo, Denki —susurró Iwabee, haciéndole al menor removerse entre sus brazos, aferrándose más al cuerpo ajeno—, perdón por lo que viste, fui muy grosero por tomarte esas fotos, lo lamento, no quiero que pienses que solo te veo así, en verdad esas cosas no me importan, te quiero a ti y no necesito nada de eso para ser feliz, jamás haría nada que no quisieras, esperaré el tiempo que sea necesario para esas cosas, no me importa, solo quiero estar contigo.
—T-también te amo, Iwabee... —murmuró el menor, sintiendo su palpitar acelerarse hasta quedar a la par con el del mayor— yo también quiero estar contigo, sólo quiero que todo vuelva a la normalidad... Y... E-es que... En realidad no me molesta... Q-que me hayas tomado esas fotos... —su rostro enrojeció por completo, Iwabee le miró extrañado, sintiendo como el cuerpo ajeno temblaba entre sus brazos— ... S-sé que es porque me quieres... Y e-está bien... P-porque... Y-yo... Mhh...
—¿Denki? —susurró por lo bajo el moreno, dudoso de a donde llevaba la conversación su pequeña pareja.
Denki hundió su rostro entre las ropas del mayor, ocultando tanto como le era posible su rostro, mientras su corazón se aceleraba más que el del mayor.
—Yo... T-tambien me siento a-así por ti...
Su voz era casi inaudible, pero Iwabee lo había escuchado, estaba completamente anonadado.
¿Habría escuchado bien? El pequeño niño inocente del que se había enamorado, ahora le demostraba ya no ser un niño, tal vez inocente sí, él sentía que Denki siempre lo sería, pero... ¡Demonios! Su rostro estaba rojo a más no poder, y las orejas coloradas del chico entre sus brazos le decían que estaba igual que él. Llevó una mano a su boca, emocionado en distintas formas por lo que acababa de escuchar.
—Denki... ¿Tú--
—Por favor... No me hagas repetirlo...
Su corazón se derretía, cualquier gesto de ese niño lo enamoraba, en cualquier momento le daría un infarto de ternura, ¡lo amaba tanto! Era su pequeño, su niño, ¡y lo estaba corrompiendo! Por eso nunca le demostró querer ir más allá con él, porque amaba esa parte dulce e inocente de Denki, eso era lo que lo había enganchado, y ahora estaba a un paso de quitarle la inocencia, y aunque estuviera emocionado por eso, realmente no quería profanar a ese niño, era todo para él.
—I-Iwabee-kun... —susurró con un hilo de voz, embelesado al susodicho por lo dulce que se oía su nombre al salir de aquellos labios— ¿t-te... Te quedarías a d-dormir en mi casa?...
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El edificio de Kaminarimon Company se preparaba para cerrar sus puertas a los ciudadanos comunes, la gerencia y demás trabajadores abandonaban el edificio y pronto el silencio comenzó a reinar en la noche.
Dos jóvenes, con cuidado de no ser vistos por los guardias y servidumbre, se dirigían al cuarto del menor de los dos. Tomado de la mano del moreno, Denki sacó de su bolsillo una pequeña tarjeta con la que abrió la habitación, permitiéndoles la entrada para así serrar con cerrojo la puerta a sus espaldas, mientras se quitaban los botines ninja, dejándolos junto a la puerta con nerviosismo.
Encendiendo tan solo la lampara de la mesita de noche, iluminando el cuarto con una luz tenue y agradable, ambos Chunin se sentaron en el borde de la gran cama del joven Kaminarimon.
Sus miradas se cruzaron, las manos del menor temblaban mientras que las del moreno sudaban, ambos estaban nerviosos, emocionados e inquietos por lo que tenían en mente. Querían hacer lo que pensaban, lo que sabían que el otro quería, lo que estaba por pasar, pero a la vez no, pues temían de la idea de ir muy rápido, Denki estaba muy nervioso, incluso asustado, e Iwabee nunca haría nada que Denki no quisiera, pero querían hacerlo, se amaban, era el momento perfecto, nada los detenía.
Con sus mejillas coloradas y sus labios apretados con inquietud, Denki bajó la mirada cortando aquél intenso y deseoso mirar, incitándole al mayor a acercarse cautelosa y notoriamente, lo suficiente para que los costados de sus caderas y sus hombros rozaran, inquietando más al pequeño que sostenía sus manos.
—No tenemos que hacer esto ahora, si no estás listo puedo esperar... —susurró Iwabee con cariño, apartando uno de los mechones de cabello ajeno, acomodándolo tras su oreja, permitiéndole apreciar mejor aquél colorado rostro, que tenía su mirada perdida en algún punto del suelo.
—Q-quiero hacer e-esto... —afirmó decidido el menor, cerrando avergonzado sus ojitos— d-desde hace días... Yo... N-no puedo dejar de... D-dejar de soñar... c-contigo —Iwabee le miró con asombro, sonrojándose ligeramente por las palabras de su pajera— y-y... Cuando t-te veo... No puedo evitar... P-pensar en... C-cosas... —admitió con gran vergüenza, mientras su rostro, orejas y nuca tomaban un color rojizo— e-es algo muy incómodo... Y-y yo... Pensar que tu... T-tienes esas cosas... —con gran inseguridad, Denki alzó la mirada, encarando al moreno haciéndole mirarle con sombro y vergüenza— quiero hacerlo contigo Iwabee... Quiero... Q-quiero que me toques.
Iwabee abrió los ojos de par en par, mirando con asombro al chico que tanto adoraba. Un escalofrío recorrió su cuerpo hasta centrarse en aquella zona, haciéndole abochornarse y sonrojarse en demasía, ocultando su boca con el dorso de su mano y desviando la mirada, tratando de ocultar los extraños sentimientos que desbordaba.
Estaba excitado, no había ningún eufemismo con que evitar esa palabra. Era como un sueño, básicamente una de sus tantas fantasías se estaba cumpliendo, tenía una gran oportunidad entre manos y Denki se lo estaba permitiendo, no creía que realmente estuviera pasando, hacía unos minutos temía que ese chico terminara con él y ahora estaban a nada de tener su primera experiencia juntos.
No podía pensar con claridad, pero sabía que debía tener cuidado con lo que sea que le dijera o hiciera a Denki, era tan inocente que cualquier cosa lo asustaría, temía eso y lo respetaba lo suficiente como para saber controlar esos mundanos impulsos.
Soltando un suspiro tembloroso, apartó su mano de su boca y volvió la mirada al menor. Acercando su rostro con cautela, apoyó su frente con la contraria, permitiendo que ambas respiraciones se mezclaran.
—De acuerdo... —accedió tragando saliva— no te preocupes... Te voy a cuidar.
Pasando con lentitud su mano a la nuca del menor, acercó ambos labios uniéndolos en un beso casto.
Tierno y dulce, inocente como todos los besos que se habían dado hasta ese momento. Poco a poco, Iwabee fue moviendo sus labios junto con los ajenos, acoplándolos e intensificando el tacto con sutileza, pasados varios segundos, tanteando el terreno, Iwabee lamió con sutileza el labio inferior del menor, sobresaltandolo ligeramente por el nuevo tacto. Manteniendo su mano en la nuca del pequeño azabache, soltando su otra mano, tomó su mejilla atrayéndolo mas así mismo, mientras que con su pulgar, bajaba la babilla del menor haciéndole entreabrir los labios, permitiéndole el acceso.
Con sutileza y cuidado, introdujo su lengua en la cavidad bocal del más bajo, haciéndole soltar un muy tenue gemido, sobresaltado por el húmedo tacto de ambas lenguas, provocando nuevamente un escalofrío en Iwabee al oír tan dulce sonido.
Lentamente y con lascivia para el mayor, ambas lenguas se tocaron y tantearon, probándose por primera vez, haciéndoles suspirar caliente y entrecortado, provocando un fuerte cosquilleo en la parte íntima del menor, haciéndole apartarse ligeramente rompiendo el tacto, desapareciendo el hilo de saliva que los conectaba.
—I-Iwabee-kun... —susurró jadeante y con nerviosismo, sin abrir los ojos evitando verle.
—Tranquilo... Está bien... —susurró entre pequeños suspiros, mirándole deseoso, tratando de acercarlo para continuar con el húmedo beso.
Mirándole con la vista nublada, las mejillas coloradas y los labios brillosos, Denki permitió la intromisión en su boca, esta vez un poco más intensa, pues el beso era más deseoso y la lengua del mayor se movía con intensidad, acariciando y perpetrando en cada rincón de su cavidad, provocando pequeños chasquidos al momento de separar los labios, haciéndole sentir nuevamente un cosquilleo en su intimidad, pero esta vez más fuerte provocando gran calor entre sus piernas, incitándole a frotar una contra la otra ligeramente, provocando su intimidad y al mayor que se percató de su acción.
Bajando con lentitud la mano con la que sostenía la mejilla del chico, acarició tentativo su pecho, bajando lentamente rozando sus sobresalientes por sobre la ropa, haciéndole al menor temblar y exhalar por la nariz, siguió bajando hasta llegar al borde del pantalón, donde se detuvo en su bajo vientre, separándose ligeramente para verle a la cara.
—Yo... ¿Puedo? —susurró bajo, haciéndole a Denki temblar por lo excitante que se había tornado su voz, a la par que asentía sin mirarle, para que así Iwabee continuara con el beso y bajara otro poco su mano.
Una vez palpando su intimidad, pudo percibir la humedad y calidez que emanaba de aquella zona, en donde, con cautela, acarició lentamente por sobre la ropa, sobando el tronco del miembro del menor, girando el pulgar en su glande, haciéndole a este estremecer y aferrarse con fuerza a las ropas ajenas, apretando una pierna contra la otra evitando que pudiera seguir con facilidad su tacto.
Tentado, presionó un poco más su mano, intensificando la acción y tocando mas abajo, subiendo y bajando su palma por sobre aquella zona, sintiendo como su pulgar en la glande del menor se humedecía notoriamente, haciendo que la pequeña mancha de presemen creciera al igual que la erección del chico, sobresaliendo abultada en sus pantalones azules.
—Ah... I-Iwabee —susurró avergonzado y excitado, viendo con pena la mano ajena aún sobre su erección— y-yo...
—¿Quieres que me detenga? —preguntó con voz ronca, acariciando con algo de rapidez el bulto del menor por sobre la tela, provocando que temblara y se cohibiera en su lugar, tratando de aguantar los gemidos ahogándolos en su boca.
Denki negó rápidamente, cerrando con fuerza sus ojos, avergonzado por las acciones del mayor.
Viendo que la posición actual sería conflictiva para sus acciones, Iwabee se acomodó más al centro de la cama, llevando consigo a Denki, acomodándolo de perfil a él entre sus piernas, flexionando una rodilla permitiéndole recargarse en esta y en su pecho, descansando sus piernas sobre las del mayor, separándolas lo suficiente para dejarle ver y tocar su intimidad.
Tembloroso, ocultando su rostro en la camisa ajena y abrazándolo por la espalda con una mano, separó un poco mas sus piernas al ver como el mayor volvía a dejar su mano sobre su intimidad.
Lentamente, Iwabee le quitó el cinturón y desabrochó su pantalón, bajándolo lo suficiente para dejar a la vista todo su bóxer negro, ahora con su pequeña hombría palpitante y húmeda. Frotando sobre la tela la palma de su mano por toda la extensión de la hombría del menor, observó satisfecho como Denki tiritaba y suspiraba, ahogando sus gemidos en su pecho.
—I-Iwabee... Y-yo... —murmuró inquieto sin apartar su rostro del pecho del mayor, pasando su mano libre al borde del pantalón contrario.
—Nh... Denki...
Este no respondió, tan solo se cohibió en su lugar, avergonzado por lo que quería. Al captar lo que intentaba, Iwabee lo apartó haciendo que le mirase extrañado. Embozando una pequeña sonrisa, el mayor le quitó los anteojos dejándolos sobre la mesita junto a la cama.
Iwabee lo tomó de los hombros haciéndole recortarse, para así acomodarse entre sus piernas, apoyando ambas manos a los costados de su cabeza, dejando que sus largos mechones de cabello colgaran a los lados de su rostro.
Al principio del acto, Denki se notaba nervioso por la acción, pero al ver el sereno rostro del mayor, mirándole con aquellos ojos profundamente oscuros, con sus mejillas un tanto sonrojadas, inquieto y abochornado por la situación, con los labios entreabiertos, suspirando delicadamente, logrando sentir su cálida respiración chocar débilmente contra su rostro, todo temor se desvaneció, pues podía percibir el cariño con el que lo veía, como si Iwabee lo estuviera apreciando, así como él lo estaba haciendo en ese instante con él.
Sus pequeñas manos se movieron involuntariamente y sin titubeos, rozando con la llena de sus dedos la mejillas del mayor, hasta acunar el rostro ajeno entre ellas, haciéndole a Iwabee parpadear sorprendido por su acción, para luego sonreír con ternura, y frotar su mejilla contra una de sus manos, gustoso y embelesado por el tacto.
—Te amo, Denki —susurró quedo, cerrando sus ojos disfrutando del momento.
—Te amo, Iwabee-kun.
Acortando la distancia, sus labios se encontraron con un suave rose, cálido y lleno de amor, subiendo segundo a segundo de tono, humedeciendo el tacto al unirse ambas lenguas, entrelazándose con lascivia, haciendo que el palpitar de ambos corazones se acelerara.
—¡Ah!
Un pequeño gemido escapó del menor al sentir su intimidad frotarse contra la ajena, provocando que una ola de calor lo recorriera de pies a cabeza.
La pelvis del moreno se frotaba lenta y sugestivamente contra la contraria, rozando ambos miembros haciéndoles sentir un delicioso cosquilleo en estos, uno aún con el bóxer puesto, mientras que el otro apenas se desabrochaba el pantalón, para así bajarlo un poco, tan solo para liberar la presión de este.
—Nh... Maldición... —susurró Iwabee al sentir su húmeda erección frotarse contra la del menor.
—I-Iwabee... E-esto... Yo... Ahh... —gemía delirante, moviendo involuntariamente su cadera, frotándose contra la ajena, sintiendo abochornado como su intimidad rogaba por más tacto.
Sus pelvis se movían gustosas una contra la otra, haciéndoles sentir la húmeda y cálida dureza del otro, logrando sacarles numerosos suspiros y gemidos temblorosos.
Para Denki, la sensación en su intimidad era nueva y sumamente placentera, podía sentir como su miembro y el ajeno crecían más uno contra el otro, palpitando y emanando humedad, tanto por el bochorno de la situación como por el presemen que brotaba de las puntas. Era tan nuevo, lo que hacía consigo mismo gracias a los sueños húmedos y su propia imaginación, no se comparaba a lo que estaba experimentando.
Saber que aquél chico de piel acanalada, de pecho y brazos marcados, con larga cabellera y rostro maduro, estaba encima suyo, repartiendo besos por su cuello y boca, moviendo sus caderas contra su intimidad de manera sugestiva, haciéndole sentir plenamente su miembro erecto contra el propio, le provocaba un intenso cosquilleo y calor, tan sofocador que los gemidos simplemente eran incontenibles, era una nueva experiencia que anhelaba tanto experimentar, y sólo con él, que no podía evitar sentirse sumiso y pequeño ante su tacto, incitado a ir más allá, tan solo un poco, pues ese chico, que pronto sería un hombre, lograba sacar de él los deseos más impuros e indecorosos que podían llegar a vivir en esa cabecita tan inocente que ese moreno tanto amaba. Iwabee lo excitaba.
—Ahh~ I-Iwabee-kun... Y-ya no a-aguanto ¡mmh!
—Mmh, entonces... D-dejame... Dejame intentar algo...
Iwabee se separó levemente del menor, bajando su mano a aquella zona, bajando ambos bóxer húmedos, liberando finalmente los miembros palpitantes de ambos.
Denki se llevó ambas manos a la boca, abriendo los ojos de par en par al ver el tamaño de lo que el mayor contenía en su pantalón. Más grueso, más largo, con presemen brotando de su cabeza descubierta, era por mucho más grande que el suyo.
—¡Oh, dios!
Jadeó el menor al sentir como el moreno, con una mano, juntó ambos miembros masturbandolos, jalandolos con fuerza.
Los sonoros y expresivos gemidos llenaron la habitación, Denki movía inquieto las piernas tratando de no correrse, mientras alaba con fuerza los largos cabellos de su amado.
—¡I-Iwabee! —gimió el menor antes de que el susodicho le besara deseoso en los labios, provocándole un delicioso escalofrío que lo recorrió de pies a cabeza, hasta centrarse en su intimidad y culminar en un orgasmo, manchando parte de su camisa y la mano del mayor.
Jadeante, Denki dejó caer sus manos a los costados de su cabeza, agotado, abrió levemente sus cristalinos ojos, grande fue su sorpresa al ver que el mayor masturbaba su propio miembro, hasta terminar en su mano, dejando gran parte de su blanquecina escénica en su camisa, acompañado de un ronco gemido.
Era cálido y espeso, ambas escénicas se mezclaron mientras Iwabee se dejaba caer agotado a un costado del menor, jadeando y con dificultad para recuperar el aliento.
Suspiraban entrecortado, miraban al techo y aguardaban en silencio a que sus respiraciones se regularan.
Procesaban lo sucedido. ¿Realmente habría estado bien hacerlo en ese momento? Hacía varios días no hablaban y la tensión era notoria entre ellos, hace unos minutos apenas se habían vuelto a dirigir la palabra, y pese a haber sido un lindo momento, tal vez habría sido mejor esperar.
Tanta espera para llegar a ese punto en su relación, puede que ambos quisieran que su primer tacto de ese tipo fuera en un día especial, un aniversario, un cumpleaños o un festival, pero sólo se dio.
¿Qué más daba? Cualquier momento que pasaran juntos era especial, el simple roce de sus manos los hacía sentir feliz y avergonzados, su relación había sido completamente inocente hasta ese momento, ahora estaban entrando a una nueva etapa.
La lujuria, el sentimiento era mutuo pero la falta de experiencia en ese tema para el menor y el intenso respeto del mayor hacía muy tenso el ambiente, seguramente siempre que quisieran tocar ese tema todo se volvería incómodo y bochornoso, Iwabee lo entendía, él tendría que tomar la iniciativa y estar muy atento a las expresiones del menor para cuando quisiera repetir ese momento, pero igualmente, temía que le estuviera quitando la inocencia muy pronto, pese a que Denki tenía quince años seguía siendo muy inocente.
Estaba feliz y muy emocionado, no habría que confundirse, entrar a esta etapa lo emocionaba, pero simplemente Denki era su niño, lo quería siendo inocente y lo amaría al ver hasta donde podían llegar.
—I-Iwabee...
La dulce voz entrecortada de su pareja lo sacó de su ensimismamiento. Ladeando levemente su cabeza, su mirada se encontró con la del propietario de esa voz, quien lo miraba de una forma que nunca antes él había visto.
Sus ojos cristalinos y cansados, sus mejillas rojas hasta las orejas, sus labios entreabiertos soltando pequeños suspiros, y sus negros cabellos despeinados sobre su rostro.
Su corazón dio un brinco al ver tal escena, automáticamente se giró por completo a él para abrazarlo y aprisionarlo contra su pecho, acariciando sus cabellos con cariño y besando dulcemente su cabeza.
—I-Iwabee-kun —susurró el menor contra su pecho, algo sorprendido por la acción.
—Eres muy lindo, Denki —afirmó Iwabee cerrando sus ojos, atesorando el momento y la calidez que desprendía el cuerpo del menor—. En verdad quisiera tenerte así conmigo toda la vida... ¿Quieres?
—¿Uh? ¿Qué cosa? —preguntó apartándose levemente para verle, obteniendo una dulce sonrisa del mayor.
—¿Te quedarías toda la vida a mi lado?
Denki le miró confundido por un segundo, y tras captar lo que trataba de decirle, su rostro enrojeció con gran sorpresa.
—I-Iwabee... ¿M-me estas pidiendo q-que... Me case contigo?
—Tú eres la única persona a la que e podido llegar a amar así, si te perdiera no sé que haría, y el Hokage también a comentado varias veces que quiere aprobar esa ley por eso de que se quiere casar con Sasuke —explicó muy ameno, para luego dirigir a un punto equis su mirar con nerviosismo—... Así que... Una vez que cumplas la mayoría de edad y ese tipo de bodas sean legales... ¿Te casarías conmigo?
—Iwabee... ¡Sí! Me casaré contigo.
El moreno rió enternecido, volviendo a abrazar con fuerza al pequeño entre sus brazos, mientras este le imitaba abrazándolo por debajo de sus brazos. Rato duraron así, dándose mimos muy acurrucados uno con el otro, hasta caer dormidos en un dulce y cálido abrazo.
Se complementan y a pesar de que parecen la típica pareja cliché, se amaban, simplemente eran el uno para el otro, porque juntos eran más fuertes ya que uno tenía lo que al otro le falta, juntos podían crecer y desarrollarse fácilmente en todos los sentidos, tal vez las cosas no saldrían como ellos quisieran, tal vez la vida les depare otros destinos, pero ellos harían lo imposible por estas juntos.
•~ 🌼 ~•
Este Oneshot tendrá más de una parte, mínimo dos, decidí tomarlo como un capítulo “canonico” pues me gustó como desarrollé las cosas, y como no planeo poner lemon de esta pareja en mi Fanfic principal, todos los sucesos que suceden en este oneshot serán canónicos con respecto a esa saga (que inicia con mi fanfic “MitsuBoru - Terrible confusión”)
Gracias por leer y si gustan pueden hacer algún pedido, tengo otros dos one shot muy avanzados, pero como yo nunca sé hacer solo un one shot, ese también tendrán más de una parte
¡mi imaginación no tiene límite! Mi saga empezó como un one shot sad :v ahora hasta estoy planeando como serán los otros 3 libros que le siguen al libro “ShikaJin - perdón”
Sin más que decir, gracias por leer y por votar, no olviden votar porque recuerden que hay muy pocos fanfics de estos dos y si quieren más tienen que dejar su estrellita. Sin importar cuanto me tarde en actualizar, yo lo haré.
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