2008
Sentí algunas luces cegarme, eran cámaras que me sacaban foros.
Pestañé perdido y observé mí mano. Tenía una notas. Yo estaba usando un traje negro y las personas al frente decían y preguntaban demasiadas cosas, sólo una mujer rubia estaba sentada bastante desconcertada.
Me sentí ahogado.
No pude salvarlo.
¿Qué pasó con Steve?
"D-Disculpen", salí de allí lo más rápido posible.
Caminé rápido por los pasillos sin rumbo fijo, y terminé por empezar a correr.
Quería escapar de todo.
De mí pasado, presente y futuro.
Sentí el pecho muy apretado que obligó a detenerme. Tomé esa zona fuertemente, casi queriendo sacarme el rector y así parar el dolor.
"Eres un idiota, ¿lo sabes no?", la voz de mí querida Pepper. Sonaba muy enfadada. Al parecer no pude correr lo que creí que había corrido.
No me voltee, no tenía el coraje.
Mí cuerpo tembló ante la ansiedad de tenerla allí a unos metros y no poder abrazarla como lo hice alguna vez.
Mis piernas estaban perdiendo mucha fuerza. Quería llorar. Por primera vez quería en verdad sollozar hasta desfallecer.
Ya no quería eso.
Estaba muy cansado.
"Tony-"
Ella tocó mí hombro levemente, pero por mí estado lo sentí como un potente golpe de realidad y me tambalee, casi cayendo al suelo.
"Dios, Tony, ¿estás bien?"
"No pude salvarlo... ", jadee en un susurro, más para mí mismo que para que ella lo escuchara. "A ninguno... ", susurré de nuevo tapando mí rostro con mí mano.
"Tony, ¿de qué estás hablando?"
"Debo volver a casa"
"Pero la rueda de prensa-"
No la dejé terminar y busqué la salida.
Yinsen.
Steve.
Bucky.
Era un maldito inútil, no pude salvar a ninguno de ellos.
Fui hacia mí casa y me encerré en el taller lo antes posible.
"J"
"Aquí señor"
"No quiero ver a nadie. Bloquea cualquier entrada. Necesito... Necesito estar solo"
"Claro, señor"
Y hubo silencio.
Un largo y profundo silencio.
Me agarré la cabeza fuertemente y en mí mente se escuchó el eco del grito de James al caer.
James.
Mi mejor amigo también se llama James. Rhodey, él... También cayó.
Esta vez grité yo. Tan fuerte que sentía que mis cuerdas vocales se destrozaban por cada segundo que mantenía el grito.
Recuerdos sobre recuerdos, no podía conectar todo. Sentía que mí cerebro palpitaba ante el esfuerzo que intentaba evitar.
Tomé un destornillador y puse mí mano izquierda con la palma abajo en la mesa. Apunté la punta de la herramienta a la gema directamente.
"Detente", la gema brillaba como si tuviera miedo. "Detente ahora", jadee nuevamente. La herramienta temblaba por lo fuerte que la agarraba, mí mano dolía mucho por la fuerza.
Retiré un poco el destornillador para poder tomar impulso, y acabé por lanzarlo fuertemente contra la pared. El sonido seco del golpe fue seguido por mí propio cuerpo cayendo sentado al suelo.
Estaba muy cansado.
Ya no quería seguir así. Había pasado meses, años sirviendo en la guerra, sólo para no poder detener lo que obviamente debí haber detenido.
Bucky, Steve...
Y ahora con el recuerdo de este año... Yinsen...
"Inútil, inútil, inútil, inútil, inútil", susurré para mí mismo mientras golpeaba mí nunca contra el escritorio cada vez más fuerte.
"Señor Stark-"
"Inútil, inútil, inútil... "
"Señor Stark-"
"Inútil, inútil... "
"Señor Stark. El coronel Rhodes está afuera y solicito su permiso para dejarlo entrar", observé la gema en mí mano. Ya habían dos luces encendidas. Sonreí con ironía, qué gran hija de puta. "¿Señor?"
"Ya oí. Ya voy"
Me levanté con dificultad y toqué mí nuca. Había salido un poco de sangre por los golpes que me había dado.
Busqué en la cocina algo para limpiarme mientras me dirigía hacia la puerta.
"¿Qué tal, amigo?", fingí una sonrisa tranquila.
"Debería yo preguntarte eso. ¿Qué mierda era lo que estabas pensando al decir eso?", lo miré sin responder, simplemente intenté sonreír con arrogancia, pero no funcionó. Su expresión dura cambió a una de lastima. "Pepper me dijo que parecías no estar bien"
"Estoy bien"
Él frunció el ceño y bajó la mirada. Mierda, la manga de mí chaqueta no era lo suficientemente larga, se dejaba entre-ver la gema.
"¿Qué es eso?"
"Ah, es un reloj de colección, nada muy especial", mentí mirando fugazmente mí mano y luego guardarla en mí bolsillo. "¿Sólo me venías a regañar?"
"Me preocupas... Lo que hiciste-"
"Soy Tony Stark, estaré bien", le interrumpir levantando mí mano derecha para detenerlo. "Vamos, ¿un súper héroe? Seré toda una celebridad", sonreí lo mejor que pude.
"Tony... ", suspiró muy pesado y se rascó el cuello, clara señal de que estaba estresado. "La próxima vez nos dices qué planeas. Pepper está lidiando con los medios ahora"
"Claro, claro. Gracias por avisarme", sonreí nuevamente y logré cerrar la puerta.
Me quedé allí un par de segundos. Sentí demasiada rabia, y golpee la pared con mí mano izquierda.
"¡Mierda!", sostuve mí mano. Estaba temblando y dolía como el infierno. ¿Lo peor? Habían 3 luces encendidas. "Mierda... "
"Señor, le aconsejo vendar su mano, lo más probable es que se haya roto algún dedo"
"Sí... Gracias"
No lo hice y fui nuevamente al taller, intentando recomponer mí compostura. Mí dedo índice dolía mucho, pero no tanto como para calmarme y dejarme quieto.
Debía hacer algo.
La carta.
El proyecto centinelas.
Era hora de trabajar. No tenía otra opción.
Lo primero que hice fue el proyecto. Los planos, los materiales y los nuevos movimientos dentro de la industria con el poder que tenía.
Tomé el maldito papel y lápiz y me puse a escribir. Creo que había logrado calcar lo máximo que recordaba de cuando la había leído. Busqué el símbolo de aquel templo y lo copié.
Estaba perfecto.
Cuatro luces.
Apreté los dientes y suspiré una vez más.
"J"
"¿Si, señor Stark?"
"El proyecto de los Centinelas deberá pausarse desde esta noche, y se reanudará en el 2010, el 28 de abril para ser exactos"
"Por supuesto, señor"
"Y hay que mantenerlo en secreto"
"Era de esperarse"
Sonreí con nostalgia y pasé mí mano derecha por mí rostro. Mis dedos izquierdos aún estaban adoloridos y los nudillos sangraban levemente, en verdad que me había hecho añicos la mano.
Cinco luces.
"Heh. Supongo que esto debía pasar, ¿no?", la gema empezó a brillar. "Pudiste al menos esperar que me comiera una dona"
Estaba asustado, pero ya entendí que no podía hacer nada.
Y simplemente viajé.
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