Nunca pretendió ser un Santo

Draco miro por la ventana de su cabina en el expreso a  Hogwarts, en un principio pensó en sentarse junto con sus compañeros o con Cédric pero por alguna razón se encontró así mismo sentándose en una de las cabinas vacías evitando a sus conocidos.

Este año a diferencia del anterior en que improviso la mayoría del tiempo, tenía un plan, y una parte de su cabeza — que sonaba extrañamente como su Papá — le decía que debía sentir culpa, pero no estaba segura del porque.

¿Por condenar a su profesor a una muy segura muerte?

¿Revivir a un genocida y probablemente liberar un monstruo en la escuela?

¿Engañar a dicho genocida para obtener sus propios objetivos?

Esto le recordaba el tiempo durante el cual su abuela se enfermo, sabía que en teoría debería sentir culpa, tristeza o incluso satisfacciónDios sabía que la mujer merecía todo lo que recibió después de él infierno al que sometio su vida entera — pero en su lugar había nada.

No nada como cuando no experimentas ninguna emoción en particular, sino nada, como en un vacío en el que sus pensamientos y emociones desaparecían sin aviso de ser encontrados de nuevo.

El vacío reemplazo el miedo y soledad que sintió la mayoría de su vida hasta la fecha, a la incertidumbre sobre su futuro, la resignación de que ese era su destino y lo merecía — A pesar de que no entendía bien el porqué ¿Acaso estar viva era algo tan malo? — 

La nada era raramente cómoda y a la vez extraña.

Aquello le hizo cuestionarse varias veces si era una clase de psicópata y su abuela tuvo la razón todo el tiempo y si era de hecho un monstruo, una aberración.

Un fenómeno.

Oh si tan solo su abuela pudiera ver en qué se convirtió.

Un suave hormigueo debajo de su piel la saco de sus pensamientos, y noto que el aire era más pesado, cargado con magia, desde el accidente en el armario cada vez que pensaba en su abuela, en su infancia pasada esa sensación se levantaba en su interior como un animal — Un depredador — al acecho.

No era desagradable si debía ser honesta, de hecho la consideraba algo placentera — Le daba seguridad, poder —

— Está bien. — Murmuró asegurandose a si mismo o a lo que residía en su sombra cuando prestaba la atención correcta.

Dejo los pensamientos de un pasado que estaba escrito en piedra y en su lugar se concentró en el futuro que estaba haciendo con su propia mano, en su amistad con Cédric y como si Draco tenía algo que decir al respecto duraría 110 años como Sodoma y Gomorra, el aire se volvió más suave y ligero, volviendo a como solía ser.

Y Draco no debía olvidar, cada paso que daba tenía un propósito superior, ya no era su propia sobrevivencia la que estaba en la línea, de aquí en más no podía dudar, ni dejarse llevar por cosas tan mundanas como la culpa.

Ahora tenía una misión, una familia a la que proteger, y Draco sé llenaría las manos con sangre si era lo que tomaba para mantenerle a salvó.

El rojo siempre le quedó bien de todas formas.

.

— ¿Emocionado por nuestro  segundo año? — Preguntó Justin a su lado y Draco sonrió suavemente.

— Solo un poco. — contesto usando su voz porque era una ocasión especial.

Sus amigos tan solo comenzaron a conversar sobre sus veranos y las clases, mientras Draco veía el castillo.

Este sería un año interesante.

.

— Draco. — Alguien le llamo y reconoció la voz de Hermione por lo que se giró en su lugar. — ¿Has visto a Harry y Ron? Los busque en el tren pero no los pude encontrar.

— Me vine solo. — Contesto de forma sincera elevando una ceja, sabía que había un evento antes del inicio del primer año, pero su hermano nunca le dio detalles, tan solo se quejó sobre una varita rota y un árbol asesinó.

— Estoy algo preocupada por ellos. — Murmuró la niña pareciendo ansiosa.

— De seguro solo están algo retrasados. — Sugirió Cédric que por supuesto estaba junto a Draco en cuanto llegaron al gran salón.

— Juro que si nos hacen perder puntos el primer día los matare — Amenazó ahora con una mueca de irritación y Draco sé lo concedía, la niña tenía sus prioridades en línea.

Cuando el auto volador apareció golpeando al sauce boxeador Draco casi tiene un aneurisma ahí mismo, al menos le sirvió de recordatorio de algo que había estado olvidando.

Los niños eran pequeñas mierdas.

.

— Son una desgracia para la especie humana.  — Dijo Draco una vez que los profesores soltaron a los infractores y al menos tuvieron la decencia de parecer apenados al respecto.

— Pensamos que era un buena idea en el momento. — Murmuró Ron como si eso debía excusar conducir un auto volador a la tierna edad de 12 años sin licencia, claramente la selección natural Darwiniana no aplicaba en su caso.

— ¿En qué mundo eso es una buena idea? — Preguntó Justin y Dios bendiga su sentido común al menos no todos los niños en esta escuela estaban condenados.

— Estábamos algo desesperados por perder el tren. — Argumentó Harry y Draco decidió que prefería su sueño de belleza a lidiar con la estupidez humana en su más puro estado.

— Los estaré vigilando. — Dijo Zacarías por Draco porque si, ahora todos sus amigos sabían lenguaje de señas y las palabras del tejón fueron la clave para que todos los tejones vieran de forma acusativa a los leones antes de irse.

Draco solo esperaba que con algo de suerte su primer día de clases estuviera libre de niños con cero sentido de autopreservacion, al menos por un par de horas.

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Notas: quería en este capítulo reflejar un poco más como Draco se sentía con todo dando también a conocer más de su pasado, por si algunos aún no se dan cuenta de lo que Draco tuvo que hacer en su vida pasada y lo cual lo hace más moralmente gris.

Gracias por sus comentarios y amor, y mañana les aviso que subiré la primera parte del especial Yandere.

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