Era y siempre sería una reina
De niño Draco tendría pesadillas en las que despertaría alterado y preguntando por "Papá", "Papi" o "Hunter".
En algún momento entendieron que estás personas debían ser aquellas con las que Draco compartió más tiempo en su vida pasada, su familia.
A medida que Draco fue creciendo y pareció entender mejor su situación dejó de llamar por ellos, pero Severus podía ver cómo aún a veces después de tocar el piano buscaba en alguna parte de la habitación a personas que no estaban ahí, estaba seguro que Narcissa y Lucius lo notaban también pero no decía nada al respecto porque ¿Que podían hacer? Las personas a las que Draco amo claramente no estaban en este mundo y nada que hicieran podría cambiar eso.
De alguna forma eso le hacía sentirse más cercano a Draco al crecer, ambos habían perdidos personas que no podrían recuperar y tenían que aprender a vivir con eso, incluso cuando a veces el mundo parecía demasiado para ellos y el dolor de la pérdida se sentía fresco en sus pechos.
Por eso es que cuando Draco fue un poco más mayor le dijo que si algún día necesitaba alguien con quien hablar de su perdida con alguien su puerta siempre estaría abierta para el.
— ¿Ya te calmaste? — Preguntó a su ahijada quien tomaba lentamente la taza de té que le dio.
— Si... Estoy mejor. — Contesto dándole una pequeña sonrisa cansada. — Hoy Dumbledore dio mi clase o mejor dicho me hizo darla. — Dijo haciendo una mueca — Y... Yo solía enseñarle a Hunter, cuando vi el rostro de mis compañeros... Era como verlo a él. — Murmuró apretando su agarre en la taza con su mano temblando ligeramente. — Y dolía tanto. — Confesó en una voz baja como si fuera un secreto que nadie debía saber.
— Ambos sabemos que hay días mejores que otros. — Dijo con toda la paciencia del mundo dejando su mano sobre la de la niña con suavidad notando como dejaba de temblar de a poco bajo su toque. — Mañana será otro día, y el dolor seguirá ahí, pero será más soportable.
— Eres horrible consolando a otros. — Río entre pequeñas lágrimas su ahijada. — Seguiré adelante. — Declaró limpiando su rostro de lágrimas. — Probablemente vendrían a regañarme si no lo hago. — Sonrió de forma cálida viendo a la nada por un segundo para luego ver a su Tío. — Deberías hacer lo mismo.
— Tu situación y la mía son diferentes. — Respondió soltando su mano para volver a parecer el profesor frío de siempre pero no engañaba a Doll.
— Cuando quieres a alguien no deseas nada más que su felicidad. — Hablo con suavidad y gentileza — aferrarte al pasado no le hace bien a nadie.
— Estábamos hablando de ti, no sobre mi. — Negó con la cabeza haciendo a la niña suspirar.
— ¡Quiero primos! No me vuelvo más joven ¿Sabes? — Preguntó con un aire divertido haciendo a su profesor ahogarse con su propia saliva.
— Oficialmente te has vuelto loca. — La acuso con un leve sonrojo cubriendo sus mejillas.
— si tienes problemas para conocer personas yo te puedo ayudar, era bastante buena en mi tiempo. — Suspiro de forma soñadora al recordar sus días de gloria, cuando iría de cama en cama, ah la dolce vita... Apenas y podía esperar para volver a eso.
— Eres una niña no se supone que pienses en esas cosas. — Le regaño intentando cambiar el tema.
— Oh tío Sev, no eres divertido. — Se quejó haciendo un puchero tomando uno de los dulces sobre la mesa sintiéndose más ligera que cuando llegó.
Se sentía bien tener alguien con quien contar en momentos como estos.
¿Quizás debería encontrarle pareja a su tío cómo señal de agradecimiento?
Eso sonaba como un proyecto interesante, y ahora que terminó con el ultim— oh... Cierto, aún no terminaba con su último proyecto.
— Fue encantador tener una conversación contigo Querido Tío Sev, pero recordé que tengo asuntos urgentes que atender. — dijo levantándose de su puesto tomando algunos dulces para el camino.
— ¿Y que asuntos serían estos? — Preguntó elevando una ceja.
— Oh nada muy importante, solo amenazar a un posible dictador narcisista. — Se bajó de hombros quitándole importancia para salir por la puerta sin dar más detalles dejando a un confundido Severus detrás.
— Realmente loca. — Negó con la cabeza decidiendo ignorar el último comentario por su propia sanidad mental.
.
— Me engañaste. — Le acuso Tom en cuanto Doll recordó que el chico aún estaba esperando por una explicación en la maleta de Newt con ataduras que le impidieran usar su magia o moverse mucho.
— fue mucho más fácil de lo que espere para ser honestos. — Contesto con una sonrisa dulce y gentil que no iba para nada con lo que salía de sus labios.
— ¿Porque? ¿Que es lo que quieres de mí? — fue directo al punto ya que a pesar de que la compañía era de alguna forma grata aún después de lo pasado, llevaba todo el día atado a una silla en un lugar que olía a animales, así que no podían culparlo porque su humor no fuera el mejor.
— Estaba aburrida. — Respondió apoyando su mejilla en una de sus manos sobre la mesa. — Pensé que sería un proyecto interesante.
— Me estás tratando de decir que utilizaste un objeto con magia negra que tenía el potencial de consumir tu esencia y matarte, entregaste dicho objeto a otro mago, dejando que lo matara, y reviviste al mago oscuro más poderoso del último siglo ¿Por aburrimiento? — Preguntó pareciendo estupefacto.
— Para ser justos, estoy bastante segura que Grindelwald es el mago oscuro más poderoso de los últimos cien años. — Se defendió con una sonrisa y oh ahora lo estaba provocando, Tom estaba ligeramente seguro de que no era una señal de claridad mental el que encontrara eso ¿Interesante? ¿Excitante?
Tom se recordó que está era una adulta en el cuerpo de una niña para evitar sentirse como un pedófilo.
— ¿Y la maldición que me hiciste recitar? ¿Para que era? — Preguntó evitando el tema anterior para retomarlo cuando su orgullo no se sintiera tan herido.
— Es simple. — Su sonrisa se expandió mientras un brillo ¿Malicioso? ¿Sádico? Se hacía presente en sus ojos. — La maldición se hizo para asegurar la felicidad de una novia, en este caso yo. — se señaló de forma inocente. — Si me haces feliz, nada debería pasarte.
— ¿Y si fallo en hacerte feliz? — Elevó una ceja.
— Perderás tu magia. — Contesto con ese mismo brillo de antes casi cegando lo. — Y serás uno de los muggles que tanto odias ¿No te parece poético? — Preguntó pasando una mano por su cabello.
— Tengo que decir. — Comento tomando en la información. — Eres mucho más interesante de lo que te di crédito originalmente.
— Gracias, vivo para complacer. — Sonrió para luego suspirar. — Ahora, quiero ofrecerte un trato.
— Estoy escuchando. — Respondió sabiendo que en su posición no había mucho que pudiera hacer además de eso.
— Te daré una nueva identidad para que termines tu educación en Ilvemorny.
— ¿Estados unidos? — Hizo una mueca ante la idea del país demasiado ruidoso y bruto para su gusto.
— Creo que servirá para expandir tus horizontes, y además mi querido Newt tiene amigos ahí que ayudarán a que te... Adaptes mejor. — Que lo mantendrían vigilados.
— ¿Y luego que? ¿Que pasara una vez que termine de estudiar?
— Lo que tú quieras. — Respondió con tranquilidad bajándose de hombros. — Puedes volver a intentar ser un señor oscuro, o ser un político, o un payaso la decisión es tuya.
— Tu... ¿Que? — Interrogó más confundido que nunca, eso no podía ser cierto ¿Verdad? Traerlo de vuelta para luego no pedir nada a cambio, las personas siempre querían algo, siempre.
— Ya tengo todo lo que podría querer. — Respondió de forma honesta como si pudiera leer sus pensamientos. — Además con la maldición aún si fueras a ser un señor oscuro no me tocarias a mí o a mi familia para no perder tu magia. — Añadió lo que era cierto, un buen punto, Tom no podía hacerle nada sin arriesgar el perder su magia en el proceso. — Además debo decir que estoy curiosa de ver que puedes hacer con la guía correcta. — Dumbledore podía tener buenas intenciones pero aún así a Doll le parecía que la vieja cabra no era nada más que un cobarde jugando al santo y jugando con la vida de otros mientras se mantenía en las sombras.
Doll no odiaba a ese tipo de personas, pero si le molestaban, porque era similares.
— ¿Y si me niego?
— Hay varios hechizos que pueden obligarte a hacer lo que quiero, o olvidar quien eres así que ...
— Lo llamas un trato pero en realidad no tengo opción y no ganas nada con esto.
— Suena más bonito así ¿No? — Preguntó riendo ligeramente. — Además si gano algo, un amigo. — Añadió viendo a Tom directo a los ojos. — Si disfrute nuestras conversaciones — y además Tom era ardiente, podría ser una buena inversión para su futuro.
— Yo... Lo pensaré. — Murmuró tragando saliva para nada intimidado con la intensidad de su mirada.
— Por supuesto, toma te tu tiempo. — Le concedió saboreando la victoria en su boca a pesar de que aún no todas las piezas estaban en su lugar.
Pero pronto lo estarían.
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Aclaraciones: Al principio del capítulo Severus se refirió a Doll como Draco porque en ese tiempo — su infancia — hasta donde sabe Severus Doll se identificaba como él, y lo respeta, por lo que usa el pronombre y a la vez nombre correcto.
Segundo ¿No les gustó el especial? No pude evitar notar que habían menos comentarios de los usuales así que pensé que no les gustó... Intentaré mejorar (?
Gracias por leer y comentar:
Extras:
Doll: Quiero levantarme todos los días a tu lado
Cédric: Me levantó a las seis de la mañana a calentar en la cancha
Doll: Quiero irme a dormir a tu lado todos los días.
[Si Doll estuviera en Gryffindor]
Doll: ¿Quien rompió la cafetera?
Neville: yo lo hice.
Doll: No, se que tu no fuiste.
Ron: Fueron Fred y George, claramente han estado demasiado callados
Fred: No lo hicimos!
George; Ni siquiera nos gusta el café!
Harry: Yo lo hice, solo déjame pagar por ella.
Hermione: Harry no debes tomar la culpa por otros, esta bien que aprendan a tomar responsabilidad por sus actos.
Fred: No fuimos nosotros!
Doll: *con todos discutiendo en el fondo* Yo la rompí, me quemo la mano y la destroce, deduzco que en unos diez minutos van a empezar a pelear con pintura de guerra en sus caras y varitas, muy bien las cosas se estaban poniendo demasiado tranquilas aquí.
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