i n i c i o
— ¡¿Por qué Alain?! ¡¿Qué acaso no piensas en lo que "esa persona" le hará a los Pokémon?!— exclamaste totalmente pálida, la actitud de el mencionado provocó que tu mala actitud.
Este mantenía un rostro ceñido, no sabía cómo es que tú te habias enterado de la situación, o mejor dicho aún, tus pensamientos iban más allá de lo que el pensaba, debido a que entre muchas personas sabias que él tenía comunicación con Lyssandre y tú sabías lo que él planeaba hacer. Tener relaciones con aquella persona no llevaba a nada bueno y tu lo descubriste de la peor manera, no querías que Alain también estuviera gravemente involucrado, no querías que pasara por lo mismo.
— Esta situación ya no es de tu incumbencia— afirmó el de cabellos azabaches, lo que provocó que tus orbes se abrieran un poco más de lo habitual. Él nunca te había llamado de aquella manera y ahora, solo lograste observar como es que su mandíbula se apretaba en ciertas ocasiones.
— Posiblemente estas en lo cierto. Pero, como tu amiga estoy realmente preocupada por ti— tus orbes expresan total terquedad en el asunto, no estabas dispuesta a dejarlo tranquila. — hay otras formas de superarse, quizás pueda ayudarte y...
— No soy amigo de nadie. Ni mucho menos de una niña como tú— irrumpió Alain, dejándote desconcertada por unos segundos. Estabas en tu límite por lo que solo bajaste la mirada lentamente.
El que solo te viera de esa manera provocó que un nudo en la garganta apareciera en menos de segundos, Alain era un gran amigo y junto con Mairin habían tenido varias experiencias, unas cuantas que tu sola no hubieras logrado. Así que durante esos meses tu amistad hacia Alain se había convertido en algo más, aunque ahora te habías dado cuenta de que la única persona que había sentido algo más eras tú, en esos momentos te sentías una completa tonta por pensar que aquel chico te daría una oportunidad.
— Nuestros caminos son distintos, yo estoy buscando ser él mas fuerte y a tu lado me será imposible hacerlo— habló directamente Alain, sus palabras simplemente se habían clavando en tu pecho como si fueran flechas, la cuales terminaron por destruir cada parte de tu corazón.
Con sus palabras te había quedado claro que el no quería seguir a tu lado, por lo que tendrías que irte o él se iría.
Durante los pocos días en los que había estado contigo unas sensaciones nuevas habían atacado al de cabellos azabache, aquellas sensaciones se volvían cada vez más constantes y no sabía que podría ser al respecto, quizás solo estaba enfermo al menos esos eran sus pensamientos. Además cabe de mencionar que cuando el trío de amigos habia mantenido un encuentro con el campeón de Hoenn, Steven Stone, una amargura lo coarcomia desde dentro, cada vez que te veía reír junto a él. Fue allí cuando él se había dado cuenta de que no quería estar en el mismo lugar que tú porque hasta él sabía que terminaría por hacerte daño.
Lamentablemente sus palabras no eran las mismas que él pensaba decirte para no hacerte daño, sin embargo hasta para Alain aquella palabras habían sido totalmente difíciles de pronunciar, sus pensamientos negativos le habían ganado, él estaba seguro de que estarías mejor sin él y esta decisión sería la mejor para los dos.
— Entiendo, fue lindo pensar que tenían un amigo— murmuraste en voz baja, lo que ocasionó que Alain presionará aún más su mandíbula—. Solo quiero decir, que me equivoqué al pensar que serías una buena persona— formulaste observandolo a los ojos, donde Alain se había percatado de varias lágrimas juntándose por aquella parte.
Finalmente aquello había terminado por destruir lo que quedaba en el corazón de él, no había estado preparado para dejarte ir, simplemente lo estaba pensado por si las cosas se volvían un poco más peligrosas para ti y para Mairin pero, todo había ocurrido por su culpa, tú habías escuchado una llamada y justo cuando pensaste que no era nada importante el había pronunciado el nombre de aquella persona.
Simplemente ambos se estaban haciendo daño casi sin saberlo, sin saber sus sentimientos.
Aún teniendo la mirada de Alain sobre ti, comenzaste a tomar tus cosas colocandolas en una mochila, estabas apunto de romper el llanto pero, tu orgullo no te impedía perder nada más, ya lo habías perdido todo allí. Una vez que nunca le dirigiste la palabra a aquella persona, juraste que nunca ibas a volver a tener ningún contacto con él, nunca.
Cuando tomaste aquella mochila con tus pertenencias, tu mirada se había centrado en la Pokémon que se encontraba frente a ti. Con su simple mirada te daba a entender que estaba apoyándote sobre todas las cosas, así que dijiste tu mano hacia su cabeza para darle unas pequeñas caricias. Diste un gran suspiro para después avanzar un poco lejos de donde se encontraban acampando.
— ¿Te irás?
Una pequeña de cabellos pelirrojos con un sombrero verde había aparecido frente a tu rápidamente, ella se encontraba junto a su Pokémon Chespin, con la mirada totalmente decaída debido a lo que acaba de escuchar en su discusión.
— Si— respondiste bajando la mirada para parpadear un par de veces, querías que las lágrimas se fueran. — esto no es una despedida, te visitaré, tenlo por seguro— la intentaste animar generando una de tus más grandes sonrisas, incluso Mairin sabía que estabas intentando darlo todo en aquella falsa sonrisa.
— Entonces estaré esperándote (T/N)— Mairin había alzado sus brazos en tu dirección, tomándote entre ellos en un cálido abrazo, no dudaste en corresponder.— te quiero amiga.
— Y-yo aún más— finalizaste tratando de ignorar aquel nudo en la garganta que no te dejaba hablar.
Tú Pokémon se encontraba a tu lado cuando tus psos se habian vuelto cada vez más rápidos, querías desaparecer de la vista de ambos porque fue allí cuando tus lágrimas comenzaron a descender de tus orbes hasta tus mejillas, en un descenso silencioso. Leafeon, tu Pokémon había enredado una rama de su cuerpo a tu mano para que tomara en cuenta que el estaría contigo hasta en tus peores momentos.
Esta sería tu primera experiencia con el amor y simplemente había terminado en un gran desastre.
──────────────
Tus orbes en color azul ahora eran cubiertos por unas cortinas en color amatista animado, un color que habías pensado que se veía bien en ti, así que por ello una media sonrisa se escabulló en ti tras ver el resultado final en tu gran espejo, causaba algo de comezón pero, la sensación era soportable
— (T/N), cinco minutos— anunció una mujer un poco más grande que tu. Ella poseía lentes, una cabellera de de tamaño medio de un color rubio y unos orbes zafiro. Ella ejerció una sonrisa.
— Claro, Sam— la observaste por el reflejo de el gran espejo que estaba frente que ti, la nombrada solamente asintió.
Había pasado una semana completa de lo sucedido, tenias una semana sin ver a aquella persona que rompió tu corazón en menos de segundos. Solo habías llegado frente a la de cabellos rubios, quien quería saber el porqué de tu situación, Sam estaba enterada de que te habias tomado un tiempo libre para viajar junto al trío, por lo que no sabía mucho al respecto. Tu mirada viajó hacia tu lado izquierdo, observando una melena artificial de color pelirrojos con rulos marcados en ella.
Tomaste aquellos cabellos falsos para colocarlos sobre una malla que se encontraba tomando tus cabellos reales, por lo que comenzaste a comprarlos para que diera una apariencia real. Sonreíste frente a aquel espejo, pero aquella sonrisa no emitía ningún sentimiento por lo que tu Pokémon te llamó, a su manera.
— ¿Qué pasa Leafeon?— cuestionaste hacia la Pokémon, quién se mantenía con un rostro lleno de preocupación. — recuerdas que tengo dos personalidades ¿cierto? Justo igual que tú— colocaste un moño en una de sus orejas.
Tu vida al final nunca fue tan normal como esperabas que fuera, después de todo tenía que mantenerte al margen, no debían descubrir que utilizabas dos personalidades en un cuerpo o mejor dicho, no debían de descubrir a Moon en el cuerpo de (T/N). Debido a que a ti, te encantaban las batallas Pokémon, estabas en ellas desde que tuviste a un Eevee como Pokémon principal, aunque a decir verdad tú deseo más profundo era ser una artista y cuando llegaste a ser lo, no utilizaste tu nombre real debido a que si llegaba a hacerlo no podría tener una vida normal, o eso quería pensar.
Así fue como su vida privada se mezcló con su vida laboral, como si tuviera a dos personalidades en un solo cuerpo.
— Es hora Leafeon— este dió salto alegre, la función estaba por comenzar, no por nada habías decidido regresar nuevamente a los escenarios.
Así era tu vida, llena de tantos problemas y tantas cosas que debías de mantener calladas. Sin embargo, cuando habías conocido a Alain, tu vida había comenzado a tomar más sentido y la felicidad había aumentado en ti, mucho más de la tenías.
Al menos eso era antes.
Cuando la función había terminado, regresaste nuevamente hacia tu camerino en compañía de tu más grande amiga, Leafeon, aquella Pokémon que tenías desde los diez años. Ambas habían pasado por muchas cosas y podían superar un obstáculo más.
— Gracias por todo amiga, estuviste genial, te mereces un descanso— la Pokémon sonrió complacida y se colocó en tus piernas cuando habias tomado asiento.
Comenzaste a acariciar la cabeza de tu compañera, la cual adoraba cada pequeña muestra de afecto que le dabas. Tomaste una botella de agua para beberla pero, después un sonido en específico había llamado tu atención, provocando que dejaras aquella agua en su lugar. Solo que esta vez algo provocaba un revoltijo en tu estómago, como si algo malo estuviera apunto de suceder.
El sonido era de tu teléfono celular, aquello te había aturdido un poco debido a que usualmente no recibía llamadas a esa hora.
— ¿Diga?— hablaste a través de la línea telefónica, acariciando la cabeza de tu Pokémon.
— (T/N)...— llamó una voz la cual reconociste a la perfección, su voz se veía totalmente apagada como si aquel presentimiento que tuviste tomara sentido.
— ¿Qué sucede profesor?— preguntaste con temor, esperabas que él no te diera ninguna mala noticia.
— Se trata de Mairin.
Tras escuchar aquellas palabras sabias que debías de ir rápidamente a buscar a la pequeña joven de cabellos pelirrojos, pues querías que ella estuviera bien.
──────────────
Malos pensamientos habían atacado tu mente, imaginando tantas cosas que no querías ni llegar a pensar, Mairin llego a ser una persona tan importante para ti, justo como una hermana pequeña de la cual siempre deberías estar al pendiente y justo le habías prometido venir a visitarla, querías que también el pequeño Pokémon estuviera a salvo, que todo estuviera bien.
Pero de pronto un pensamiento llegó a tu mente.
No se suponía que Alain estaba al pendiente de la pequeña, el sabía que debía de estar junto a la pequeña para lo que sucediera, después de todo a ella si la quería cerca.
Después de recibir la llamada habias decidido tomar una bicicleta y aquel transporte le pertenecía a tu mánager, llamada Samantha o mejor conocida como Sam. Leafeon quiso viajar contigo por lo que la colocaste en una canasta frente a ti, la Pokémon no esta acostumbrada a estar en la PokéBall por lo que siempre estaba contigo en cualquier momento.
Fue algo casi imprevisto que te impulso a ir a la misma organización en la que te prometiste nunca ir de nuevo.
Avanzaste hacia un camino secreto, el cual le pertenecía a los asociados de la misma organización puesto que no había mucha vigilancia ni tampoco alguien que quisiera molestarte, todo debía de ser rápido y sin detener tu camino. Para cuando lograste ingresar dentro de la organización, tus orbes se habían detenido en la silueta de una persona alta con los cabellos celestes, se trataba de uno de sus amigos cercanos, Steven Stone, el campeón de la región de Hoenn. Aunque la situación ahora era crítica lo primordial era saber donde estaba Mairin y su Pokémon, así que solo te dirijiste hacia ella hasta envolverla en un abrazo reconfortante.
— ¿Qué sucedió?— cuestionaste observando a las personas que se encontraban a su alrededor.
De repente tu mirada se había detenido hacia la habitación que se encontraba frente a los espectadores, tus orbes se habían abierto mientras que la impresión estaba detallada en tu rostro. El Pokémon de Mairin, Chespie se encontraba en aquella habitación totalmente inconsciente envuelto en un aura verdosa, ahora sabias el porqué de aquella llamada.
— Enfermera Joy, ¿cómo está Chespie?— cuestionó aapresuradamente Mairin, separándose del abrazo afectuosos lo cual habías entendido.
Tu mirada había pasado hasta situarse en tu Pokémon, quien te observo de la misma manera debido a que ella también había observado dentro de la habitación.
— Su vida no corre riesgo, pero no entendemos porque aún sigue inconsciente— explicó la antes mencionada con cierta tristeza. — solo podemos esperar— agregó la enfermera para después suspirar.
Al instante las lágrimas de Mairin comenzaban a desplazarse sobre sus mejillas, su rostro estaba lleno de frustración y angustia. Nadie sabía que fue lo que en verdad sucedió en el lugar, ni cómo Mairin se encontraba sola sin la compañía de Alain, no ganabas nada estando allí y observando la situación, debías de hablar.
— ¿Qué fue lo que sucedió Steven?— cuestionaste hacia el de cabellos celestinos.
— La verdad es que no lo sé— respondió al mismo tiempo de fruncir sus labios.
Las palabras del campeón no ayudaban mucho, por lo que ahora estabas apunto de preguntarle al profesor Sycamore.
— Nosotros nos encargáremos, Mairin. No hay otras instalaciones mejores que la nuestra— aquella voz provocó que un escalofrío recorriera tu espina dorsal, sabias que estando en estas instalaciones te encontrarías con su enorme presencia. — me encargaré de que se recuperé.
— Chespie va a estar bien, ¿verdad?— cuestionó Mairin con la voz entrecortada. — ¡¿Despertará cierto?!— exclamó ahora derramando varias lágrimas.
— Sólo déjalo en nuestras manos— respondió aquella persona que llegó a llevarse toda tu confianza, Lyssandre.
──────────────
— (T/N)— justo al momento de saber el portador de aquella voz, tu ceño se había fruncido.
No querías saber nada de él, ni siquiera dirigirle la palabra. Todo estaba más que claro y aparte no había ningun asunto del que tuvieran que charlar.
— ¿Qué se te ofrece?— formulaste de mala gana, provocando una sonrisa en el mayor.
— Vamos cariño, no hay que ser tan formal— habló el mayor con un toque de sarcasmo, sus orbes se habían detenido en los tuyos.
— No te hablaré como antes— murmuraste en un tono totalmente serio, él sabía que ambos habían quedado en malos términos.
— Lo sé— te observó de reojo para después enredar sus cabellos en sus dedos, el mayor trataba de pensar en ciertas palabras que lo ayudaran a mantener una conversación contigo.
— Solo ve directo al grano Lyssandre— le pediste lo más amable posible, lo cual aún así se había escuchado de mala manera.
— ¿Qué acaso no puedo conversar deliberadamente con mi única hija?— preguntó con cierta presion sobre sus hombros, al menos trataba de hablar contigo pero aquel rostro de inespresividad le provocaba una sensación en el estómago.
— Sin embargo, que yo recuerde mi padre me abandonó hace años— apretaste tus labios tratando de no pronunciar nada más al respecto.
Era cierto después de todo Lyssandre, el dueño de las empresas de su mismo nombre, era tu progenitor, un padre que te había abandonado desde hace muchos años atrás. Un padre de familia que dejó a su família cuando aún ella era joven, desde ese momento habias tenido un gran rencor hacia tu padre, tanto así que nunca hablabas de él.
— Era muy joven en ese momento, no sabía que hacer— respondió bajando la mirada un tanto avergonzado.
Para Lyssandre había sido una gran sopresa ver a su única hija por todo Kalos acompañada de Alain, la persona que le había dado la piedra de la megaevolucion. Sus trabajadores le habían dado la noticia por lo que el desde entonces había estado preparando algo que decir, ya que como lo habías dicho, ambos no se veían desde hacía mucho tiempo.
— Ajá, simplemente lo dejaste así y no trataste de regresar para enmendar tus errores. No sabes por las cosas que tuvimos que pasar mamá y yo— el mayor trató de pronunciar algo, pero lo habías irrumpió. — da igual— te escogiste de hombros y suspiraste, no debías dejar que la molestia no te consumiera. — ahora solo quiero que cuides de Mairin y Chespie, es lo único que pienso decirte.
──────────────
— (T/N)— te llamo tu mánager, Sam, por lo que decidiste observarla a los ojos.
— ¿Qué sucede?— preguntaste mientras la observabas en la esquina de la puerta de entrada a tu camerino, tus manos se encontraban en tus oídos tratando de quitarte unos aretes llamativos que ayudaban a la vestimenta.
— Aún tienes trabajo— anunció la de cabellos rubios, por lo que tu sorpresa se extendió en todo tu rostro.
— ¿Qué? pero si ya terminé con el concierto— agregaste con una notable confusión, se suponía que solamente se trataba del concierto en sí y nada más.
— Se trata de alguien en especial, ¿recuerdas al campeón de Hoenn?— preguntó elevando sus cejas, así que comenzaste a colocarte nuevamente los cabellos falsos así que la observaste en el reflejo del espejo.
— ¿Steven Stone?— preguntaste, a lo que ella asintió. — ¿por qué simplemente no me llamo?— tu mirada observo sus orbes zafiros, por lo que ella solo se encogió de hombros.
La curiosidad ataca tu cuerpo, no sabías quien eres la otra persona que se encontraba con el campeón, aunque solo esperabas que no se tratara de alguien que no te agradaba en absoluto. La de cabellos rubios había tomado su bolso de mano el cual se encontraba en el perchero de tu camerino, dejándote desconcertada por su acción.
— ¿Qué haces?— le preguntaste antes de que ella se dirigiera hacia la salida.
— Me voy— respondió con cierta obviedad.
— ¿No estarás conmigo?— le preguntaste con cierta confusión.
— (T/N) es un conocido tuyo, todo estará bien— formuló de forma pacífica, por lo que la miraste con un semblante serio. — además dejé a mi Axew solo en casa— sonrió de manera incómoda. — suerte.
— Como digas— murmuraste de mala gana al momento de observar el suelo.
Minutos después te encontrabas frente a la puerta de la sala VIP, lugar en donde se encontraría uno de tus amigos esperando tu presencia de forma silenciosa. Steven no sabía cómo actuar frente a ti si se encontraba otro espectador, por lo que trataría de llamarte por tu nombre artístico.
Mantenías tus orbes en color amatista, los cuales habían observado a ambas personas que estaban en aquel lugar. Una sensación de sorpresa se encontró en tu semblante debido a que una de esas personas se trataba de Alain, la persona que te había robado el corazón para después mencionar que los dos al final nunca tuvieron un lazo que los uniera.
Debías de actuar de forma profesional puesto que eras una artista y el no sabias que debajo de la peluca y aquellos pupilentes se encontraría la misma persona, es decir tu.
— Hola— pronuciaste de manera animada y educada a la vez, ahora mantenías en seudónimo de Moon— mi representante me ha informado que quieren hablar conmigo— respondiste con una sonrisa la cual fue devuelta por uno de ellos.
No podías negar que los mismos sentimientos de antes te carcomian y pedían salir de ti, a decir verdad tú estabas igual. Estabas feliz por Alain, quien se encontraba bien pero, triste porque con tan solo observar su rostro sabias que él no quería verte nunca más.
— Moon. Debemos hablar sobre un tema en específico— anunció él de cabellos celestinos, por lo que su mirada viajó hacia la persona que se encontraba a su lado.
— ¿De que exactamente?— observaste al de cabellos celestinos de una forma curiosa.
El mayor del lugar observó al de cabellos azabache, Steven no planeaba hablar si él se encontraba en el lugar o simplemente esperaba a que mencionaras que él sabía acerca de tu identidad. Alain simplemente te observó de manera curiosa, desde el primer momento en el que escucho tu voz una sensación de familiaridad lo había atacado, algo que nunca le ocurría cuando conocía a una nueva persona.
Alain observó a Steven de reojo, por lo que solo se dedico a entender a través de su mirada, él se dirigió hacia la salida por si mismo, puesto que sabía que tocarían temas privados.
— Se trata de Lyssandre— murmuró una vez que Alain había abandonado el lugar, lo dijo cuando decidiste observar la puerta de salida cuando Alain había cruzado aquella puerta.
— ¿Qué es lo que hizo ahora?— tu voz se escuchó en el mismo tono, pero de una manera frustrada.
— Tengo una sensación de que lo está manipulando con la situación de Mairin— explicó el campeón de Hoenn, refiriéndose a Alain.
— ¿Cómo dices?— presionaste tus labios con impresión.
— Lyssandre lo envió conmigo para que investigará mis movimientos, o al menos eso es lo que había escuchado. ¿Sabes acerca de la Megaevolucion?— rápidamente habias asentido ante aquella pregunta. — según lo que escuché, Lyssandre planea comprobar el sistema de energía de la megaevolución para despertar a Chespie.
— ¿Eso es algo bueno o malo?— te dignaste a preguntar.
— ¿Cómo crees que esta consiguiendo esa energía?— mordiste el interior de tus mejillas. — Alain esta teniendo muchas batallas con la megaevolucion, lo más seguro es que utilice esa energía para investigar la megaevolucion e incluso tratar de utilizarla a su favor.
Al mismo tiempo habías sentido un revoltijo en tu estómago, lo que provocó que tu mano se dirigiera hacia aquella parte. No podías cree que tu padre fuera capaz de hacer algo como eso para incluso querer aún más información acerca de la megaevolucion, aprovecho muy bien la situación y lo admitiste, pero eso ya era algo descabellado.
— ¿Cómo es que te enteraste de esto?— tomaste uno de tus dedos para morderlo.
— La verdad es que tenía a alguien investigando en ese lugar— nuevamente la sopresa habia aparecido en tu rostro.
— No vuelvas a escuchar esas conversaciones— añadiste justo al momento de interrumpirlo. — pero gracias por la información, después de que me enteré que él trabajaba para Lyssandre traté de que él cambiara de opinión, pero no se lo tomó muy bien.
— Había llegado a una conclusión de que sucedió algo entre ustedes ya que dejé de verlo sin tu compañía— expusó el Steven, cambiando su semblante a uno serio. — ¿él no sabe que eres "ella"?
— No, no lo sabe— tus palabras salieron rápidamente de tus labios, Steven negó la cabeza. — solo quiero que permanezca de esta forma ¿si?— él de cabellos celestes asintió.
— Por lo visto aún así sigues preocupada por él— afirmó Steven con una sonrisa, refiriéndose a Alain. Un suspiro había sobresalido de tus labios.
— Así es— respondiste sin pensar, lo que provocó que varios segundos después tus mejillas se colorearan. — solo un poco.
──────────────
— Ahora, espero que ya estés lista— pidió tu mánager mientras posaba un mechón de su cabello sobre su oreja. — entraste a la Liga Pokémon, al menos esta vez espero que la ganes— bromeó con una sonrisa provocando que tu sonrieras.
— Se vale soñar ¿no?— al instante Sam río. — para ser te sincera nunca he ganado esa Liga, ni viajando en diferentes regiones— admitiste con un semblante de lástima, ahora la mayor ejerció una carcajada. — no te burles, los contrincantes son fuertes— le pediste luego de haber escuchado la sonora carcajada, por lo que te habías avergonzado de haber dicho eso en voz alta.
— Es que es gracioso que lo pongas de esa manera— explicó tu mánager mientras retiraba una lágrima que estaba apunto de recorrer su mejilla. — lo siento.
— No te preocupes, al menos me queda como práctica— le restaste importancia.
— Ya verás como es que esta vez si puedes ser capaz de ganarla— pronuncio Sam con entusiasmo, el cual aumento más tu confianza. — por cierto ¿ya elegiste a tus Pokémon?— asentiste ante aquello.
— No tengo más, además ellos han estado conmigo mucho tiempo— le explicaste a lo que ella sonrió enternecida.
— Leafeon, Lucario, Sharpedo, Altaria, Audino y Zoroark, ¿faltó alguien más?— una sonrisa apareció en tu rostro.
— No, ninguno— respondiste al instante.
— Eso es bueno ya que casi la mayoría puede megaevolucionar— afirmó la mayor.
— Aunque sólo tengo una Lucarita y Audinita— al poco después alzaste tu collar, una piedra llaveel cual fue un regalo por parte de Diantha, la actual campeona de Kalos.
— Solamente puedes utilizar uno en batalla— asentiste ante aquello— ¿vas a entrar a la Liga de último momento?
Recuerdas entrar a las Ligas de las regiones justo cuando ya tienes a tu poder todas las medallas de los gimnasios, por lo que las personas e incluso los líderes de los gimnasios se han quedado pasmados cuando ven que una famosa había entrado a su gimnasio en un modo incógnito.
— Es que eso ya se volvió una completa costumbre— agregaste después de una pequeña risa.
──────────────
— ¡No quería utilizar esto, pero no me has dejado elección!— sostuviste mientras tus cabellos pelirrojos se amontonaban en tus hombros de forma ondulada lo que significa que estabas como Moon. — ¡Lucario, es hora!— aquel Pokémon dió una mirada de confianza hacia ti. — Escucha mi corazón ¡Piedra llave!— de aquella piedra sobresalió un luz resplandeciente que se acercó hacia la Lucarita de Lucario.
— ¡Esto está al rojo vivo! La cantante Moon nos ha mostrado como es que se hace una batalla Pokémon a su manera. ¡A decir verdad! Nadie se esperaba el siguiente movimiento. La famosa Moon ha hecho una esplendida función llamando a Mega Lucario a la escena, ¿qué más nos va a mostrar esta joven talentosa?
Escuchaste al presentador pronunciar aquellas palabras con un gran entusiasmo por la batalla que estabas teniendo con uno de los participantes, a penas era tu primer encuentro el cual te había orillado a utilizar la megaevolucion. Lo que significa que los demás encuentros no serían tan fáciles como llegaste a pensar.
— ¿Una megaevolución?— cuestionó tu contrincante con un semblante pasmado, debido a que jamás llegó a pensar que la dulce cantante utilizaría un movimiento tan fuerte con aquel.
— Recuerda jamás subestimar a tu contrincante— formulaste con una gran sonrisa. — ¡Vamos por el ataque final Lucario!— exclamaste para observar al Pokémon, quién asintió ante lo que mencionaste. — ¡Utiliza terremoto!— de un momento a otro el estadio en donde ambos se encontraban comenzaba a moverse sin control, Lucario habia aprovechado aturdir a su enemigo por lo ahora solo le dio un golpe final.
— ¡Lucario es el ganador! Lo que significa que la gran Moon gana. ¡Quien hubiera pensado que esa cara tan inocente mostraba unos grandes dotes para las batallas!
Comenzaste a acercarte hacia tu Pokémon, la arena en donde ambas estaban estaba partida a la mirad debido a el movimiento que había hecho Lucario, pero menos te había importado ya que esperbas que tu Pokémon estuviera bien.
— ¡Moon ha demostrado ser un fuerte rival en la Liga, por lo que no debería ser subestimada!
— ¡Muchas gracias!— agradeciste hacia el publico por aquellas honradas palabras, aunque tus mejillas se habían colorado debido a lo avergonzada que estabas. — también gracias a tí, Lucario, cuando lleguemos te daré muchos Pokelitos— este dio una media sonrisa totalmente agradecido.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top