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Taehyun

No quería que esto pasara pero Jungkook no parecía querer dejarme ir solo a la casa. No tenía miedo de andar solo por la calle, además, tampoco quería molestar a mis hermanos ya que hoy era viernes y aunque siempre me complacían en lo que le pidiera ellos hoy se estaban divirtiendo y no quería ser una carga si podía llegar solo a casa.

Mis manos estaban ligeramente agarrando sus hombros, y cada vez que le sentía moverse a la izquierda o a la derecha se pegaba un poco más a mi y eso me provocaba un revoloteo en el estómago.

— Detente aquí. —hablé y él se detuvo con calma.

— ¿Vives aquí? —estaba sorprendido.

— Em.. eh si. —rasqué mi nunca.

Maldito tartamudeo.

— ¿Nam y Jin hyun son tus hermanos? —pregunto curioso.

Asentí. El portón sonó y uno de mis hermanos salió. Namjoon, quien nos miraba curioso.

Mordí mi lengua y me puse mas nervioso. El sabe lo mucho que Jungkook me gusta, y lo saben Jin y Jimin, pero el moreno en especial tiene la lengua suelta y eso me provoca un ataque de paranoia momentánea.

— ¿Jungkook? —Namjoon levantó una ceja y sus labios mostraron una sonrisa burlona.

Carajo.

— Hola hyun. —Jungkook salido levantando su mano.

— No sabía que eras amigo de Jungkook también. —señaló al azabache y me miró.

¿Soy amigo de Jungkook?

No. No soy su amigo, solo es el presidente de mi clase quien me a traído a casa solamente por preocupación.

¿Preocupación Taehyun? Tsk, engáñate, deja de ignorar las acciones de Jungkook que ya las sabes. Me mordí la lengua otra vez por lo que me acaba de pasar por la mente. Mi subconsciente, aveces lo odio tanto.

— Yo.. bueno tengo que entrar. — caminé hasta Jungkook mientras me quitaba la chaqueta de cuero y se la aventé —, gracias Jeon.— no esperé respuesta y pasando por lado de mi hermano me adentré a la casa.

Cuando me adentré a nuestro hogar pude ver a Jimin sentado en el suelo, jugando junto con Jin. Seguramente estaban a nada de comenzar una pelea, siempre era así.

— Estoy en casa. —anuncié y Jin se volteó para verme.

— Has llegado un poco tarde Tata. —me escrutó con la mirada.

Quité mi mascarilla dejándola en mi mano y mis zapatos, los cuales sustituí por unas pantuflas de andar dentro que siempre estaban perfectamente acomodadas en la entrada de nuestra casa.

— Me he quedado para un proyecto. —respondí mientras dejaba la mochila en el sofá temporalmente para después subir a mi habitación.

— Bien. —dijo y volvió al juego. —¿Estas hambriento?

— Si.

— Puedes ir al baño a ducharte, te prepararé algo enseguida. —me levanté del sofá.

Caminé hasta Jin y le besé la cabeza, en una forma de agradecimiento. Él dejó el juego por unos segundos y me miró con el cariño que siempre lo hace, me sonrió y yo le devolví el gesto.

— Ve, anda. —me hizo un ademán con uno de sus brazos para que me fuera al baño y yo no respondí nada más solo seguí a mi habitación.

Entré y dejé la mochila en mi escritorio, y me senté en este también. A pesar de que había sido un día estresante, después de tener a Jungkook a mi alrededor me sentí mejor.

Y eso que siempre se muestra curiosos ante mi rostro, y que cuando se me acerca me tenso y me pongo nervioso, y tartamudeo. Y odio tartamudear.

Pienso un poco en lo que me dijo en el salón de prácticas y se me hincha un poco el pecho, pero me pasan ideas negativas a la cabeza y se me quitan enseguida.

Prosigo a quitarme todo el uniforme para quedarme solamente en bóxers y acomodarlo en el lugar que es para el y es cuando todo sucede.

La puerta de mi habitación se abre de golpe mostrándome a un Jungkook que cae al piso y se queja por el repentino trompicón.

¡Carajo! ¿Que mierda hace aún aquí?

Mi mascarilla. ¿Dónde está? ¡¿Donde está la puta mascarilla?!

La encuentro al lado de la mochila y me la colocó con urgencias. Para cuando el se levanta ya tengo mi rostro cubierto y aunque tengo que cubrir más partes de mi cuerpo para sentirme cómodo, tener mi cara sin mostrar es al menos un alivio.

— ¿Tú.. tú.. jung.. kook? ¡Vete, vete, y no me mires! —chillé.

Se quedó mirándome. Se sacudió la ropa y noté sus mejillas sonrojadas. Se miró a él y volvió la vista a mis ojos, se mordió el labio nervioso.

— Perdóname. No quería... —comenzó a decir pero lo detuve.

— ¿Que haces aún aquí? Sal..sal de mi habitación. ¡Ahora!

Estaba casi por tener un ataque de ansiedad.

Dios mío, ¿cómo es posible este suceso?

Me temblaban las manos y mi piel se estaba erizando ante su presencia. Se volteó respiré un poco porque era señal de que se iba, entonces fijé mis ojos en su espalda, en su trasero. En su cuello y finalmente en el brazo de los tatuajes.

Se veía tan sexy.

Mis pensamientos se detuvieron al verle cerrar la puerta y no salir.

¿Que mierda?

— Jeon. —advertí y lo miré molesto.

Me quedé mudo al sentirlo cerca de mi con solo dar dos zancadas.

— Taehyun.. —susurró cerca de mi, muy cerca. Tanto que sentí el olor de su colonia embriagarme. — ¿porque te cubres? —volví a la realidad.

Me quitó la mascarilla. Mis reflejos fallaron esta vez y me tuve que quedar sin nada cubriéndome.

— Soy.. soy. —levantó la mano en la que tenía la mascarilla al ver mi intención de arrebatársela de las manos. —No me mires.—gruñí y me tapé el rostro.

Me dio la espalda y suspiré, se mantenía cerca de mi pero supongo que al verme tan incomodo lo hacía para darme un poco de privacidad ya que también iba sin ropa.

— ¿Quién te dijo feo? —preguntó.

— Ese no es tu problema Jungkook. —bramé. —. Ahora vete para que pueda superar que me has visto.

Él dio un gran suspiro y me miró por encima del hombro, levantó la mano en la que tenía la mascarilla y preguntó:

— ¿Porqué te ocultas bajo esto?

— Vete de mi habitación dije.

— Bien.. —respondió vencido.

No esperé que se volviera a cercar hacia mi, así que se me erizo la piel cuando su respiración fue a dar a mi cuello y me tensé.

Dios.. si sigue acercándose así voy a tener una erección en vez de un ataque de ansiedad por no traer la mascarilla.

— Sigo viendo la galaxia de tus ojos, no deberías de ocultar tu rostro bajo esa fea mascarilla.

Feo estoy yo, y no entiendo lo que mierda dice.

— Vete ya. —escupí tenso.

— Quiero mirarte un poco más.

Lo miré a los ojos directamente, no podía soltar ninguna palabra. Porque a pesar de ser unos ojos cual quiera yo los veía preciosos, con un mundo dentro, veía deseo, y curiosidad.

— Eres.. muy lindo. —soltó.

—Déjalo ya ve...

— Ya me iré Tae. —hizo una mueca.

Y yo también, no soportaba tenerlo cerca, me volvía loco y me entristece el hecho de que jamás seré alguien a su altura. Por mi enfermedad, nunca podré mostrarme anntel ain avergonzarme, y porque soy muy tímido.

Cubrí mi rostro con las manos y entonces el suspiró con pesadez, como si se encontrara cansado de la situación y llevo las suyas también al lugar, tocándome con suavidad.

— Hablo completamente enserio Tae. Pero yo no soy nadie que pueda hacerte ver eso—lo evalué, mirándolo con profundidad, escrutándole por completo, intentando mirar en lo más céntrico de sus ojos, buscando la mentira ante sus palabras pero no la hallé.

Me soltó rendido, porque no pronuncié nada, o quizás porque ya me había hecho ver que no mentía. Camino hasta la puerta y salió a través de esta, dejándome en completo silencio, con mi respiración agitada y mi cabeza en desorden.

¿Cómo es que no me ha dado un ataque de ansiedad ante su presencia?

¿Qué me ha pasado?

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Hello chiquitines, hay avance aquí. Pero no se apresuren. La historia de la familia Kim será explicada más adelante, con calma. Que se qué hay muchos puntos inconclusos aún.

Esto será más lento, mucho más lento. Les recuerdo que habrán 20 capítulos para esta novela, así que no hay porqué apresurarse.

Por otra parte, el trabajo de esos dos sobre el amor estará interesante, y poético. Jejejej ya no más spoilers.

Disfruten.

Muack Mucak Ann.