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Taehyun

Casi me da un ataque de pánico al ver lo cerca que estaba de Jungkook de mi. Yo siempre fui un alumno que se ocultaba bajo las sombras, tenía muy poco amigos porque solía ser juzgado por ser tan callado, y raro.

No todos aceptaban que la mayoría del tiempo estuviera con algo que me tapara el rostro, aunque en Corea era algo bastante normal, pero se us, era una Ava en época de invierno, para protegerse de las bajas temperaturas, por lo demás era una locura traerlo puesto cuando hacía calor. Mis hermanos estaban acostumbrados, y a veces pululaba sin ella en la casa pero eran muy pocas veces.

Estamos en segundo año y hasta el momento jamás el chico más popular de toda la escuela se había dirigido a mi de forma única. Nunca me había mirado solamente a mi entre la multitud y a pesar de eso verle desarrollarse tan bien con cada tarea que se le daba y cumplirla al cien me hacía suspirar y estar orgulloso de él.

Porque si, claro que me gustaba. Pero yo era muy pendejo para siquiera susurrarle un "hola". Tampoco estaba seguro del rumor esparcido sobre él y si me atrevía siquiera a dirigirle la palabra y me decía cosas feas la pasaría mal después.

Por esa razón elegí mi bienestar y quedarme en las sombras donde era invisible ante todo el mundo.

Ahora estaba en la cafetería de la escuela, me estaba cansando de la maldita máquina expendedora porque no funcionaba.

Pegué una patada al aire y me recosté al lado de esta, resignado,vencido. Bufé enojado.

Bien, a comerse el sándwich sin algo para beber.

— Estás haciéndolo mal, la patada es a la máquina, no al aire. —mis ojos se movieron para enfocar al que me había hablado.

Otra vez Jungkook.

¿Es.. hablas conmigo? —pregunté cómo un idiota.

Estaba claro que no era con nadie más porque el lugar estaba casi vacío y a nuestro alrededor no habían nadie más.

— Si Tae. —su voz aterciopelada me erizó la piel y las manos dentro de mis bolsillos comenzaban a sudar. Él pateo la esquina izquierda de la expendedora y la bebida salió.

— Ah, era eso. —me sonrió y tendió si mano con la bebida.

— Aquí tienes. —asentí y agarre la bebida.

— Gracias Jungkook. —respondí y el siguió fajado con la máquina para sacar un jugo de manzana para el.

— Vamos a una mesa. —propuso y yo negué.

De ningún modo me quitaría la mascarilla en un lugar donde transitan personas, y mucho menos frente a Jungkook.

— En realidad no comeré esto ahora. Yo.. no tengo hambre.

— Está bien, entonces acompáñame. —también negué.

— Me.. me tengo que ir ahora Jungkook.

No dejé que tratara de interponerse ante mi y salí de allí con el jugo en una mano y el sándwich de jamón en la otra. Iría directamente al salón de danza, donde se encontraba mi mejor amigo.

Allí podría comer en paz porque sabía que estaba seguro, Jimin me conoce desde que éramos niños así que no tengo problema en que me vea el rostro.

Caminé a paso apresurado hacia el ala de arte de la escuela, cerciorándome de que el azabache no me siguiera.

Con mis nudillos toqué la puerta y escuché a Jimin desde dentro decirme que entrara.

— He llegado. —dije.

— Ven, siéntate a mi lado. Estoy de descanso ahora. —asentí y me senté a su lado frente al espejo de la sala de prácticas.

Mi amigo me escrutó con la mirada y se pasó una de sus manos por las hebras rubias que formaban su flequillo.

— Estoy bien. —aseguré y él asintió ante lo que dije.

— Estarás bien, solo tienes que estar seguro de ti mismo. —ahora lo miré yo, pero no directamente, sino a través del espejo.

— Me da miedo, me da miedo que me sigan diciendo feo. Porque lo soy. —me quité la mascarilla.

— No eres feo, Taehyun.

— Si lo soy.

— Eres lindo. —afirmó murándome con seriedad.

— Soy tú mejor amigo, de una forma u otra estás acostumbrado a verme. No es lo mismo. Igualmente que mis hermanos.

— No Tae, no es así.

— ¿Ya viste como tiene la piel Jin? ¿Y Nam? Soy el patito feo de la familia.

— ¡Deja ya de decir esas barbaridades! Mírate a ese puto espejo. —señaló el cristal frente a nosotros.

Lo hice, y no hubo nada que cambiara al verme.

— No lo entiendo. —comenté.

El suspiró cerrando los ojos en una acción de coger paciencia y calmarse. Parecía no encontrar el método o la x palabras exactas para hacerme cambiar de parecer.

— Se que sufres de distrofia mental, y no sé como jodidos hacerte ver que todo está en tu cabeza. Pero eres precioso, el miedo lo debes perder tú, de nada sirve que vayas a terapia si no practicas lo que hablas con tu doctor.

Negué.

— No sirve de nada Park, pero gracias. —desenvolví el sándwich para comenzar a comerlo.

— Solo trabaja en ti, se ira.. yo se que se irá Tae. —asentí y le miré mientras masticaba el pan.

— Es difícil... —él acarició mi espalda y frotó su mano de arriba abajo para reconfortarme.

Le di un sorbo a mi bebida y volví a morder el sándwich.

—Lo sé. Para mi no fue fácil presentarme por primera vez ante la gente tampoco. También he tenido miedo, y nunca se los comenté.. pero Tae, yo sufría ataques de ansiedad.

Abrí los ojos con sorpresa.

— Tú...

— Si Taehyun-ie. Yo también tuve miedo alguna vez de mostrarme a la gente. Pero ahora ya pasó, deberías de comenzar a abrirte un poco más al mundo. —sonreí con amargura. Sé que no voy a poder nunca superar eso. Mi pasado me atormenta y ni puedo dormir bien. Pero le diré que si con un asentimiento de cabeza para que esté tranquilo . —Terminemos de comer. Tienes clase en diez minutos y yo también.

Solo me quedaban dos clases y la verdad se me hicieron demasiado aburridas como para quedarme, así que una ventaja de ser un alumno fantasma era que jamás se me notaba en las clases, y además por alguna extraña razón nunca habían faltas en mi expediente.

Caminé un poco por las calles de Seúl, con la mascarilla puesta y las asas de mi mochila agarradas por mis manos.

Me agradaba hacer caminatas en el trayecto a casa. Mis hermanos siempre me preguntaban como era que llegaba antes que ellos pero en realidad la razón era que algunas veces mi aburrimiento era tan grande que me perdía de las clases para volver a mi habitación.

De todas formas mi hermano Namjoon era destacado y podía ayudarme con cualquier duda que me surgiera además de que era de un grado mayor que el mío y el de Jimin, así que posiblemente aunque no fuera su carrera se sabría cualquier ejercicio de los que tenía que responder.

Aunque me insistían en que les esperara pero yo prefería caminar y así liberar el estrés que me provocaba la escuela y llegar a casa con la paz arremetida en mi cuerpo y mente.

Mi celular notificó un mensaje y cuando miré unos segundos me percaté que era el grupo de la familia, bueno, mis hermanos y un Jimin que había insistido en que lo metieran porque según él ya era de la familia.

Jimin-shi:
¿El viernes se hará noche de juegos?

Seokjin hyun:
Si, viene Jungkook.

Mi corazón se desbocó, tendría que hacer lo de siempre. Evitarlo o mirarlo a escondidas tras las puertas de mi casa.

Por suerte JungKook no sabía que mis hermanos eran mis hermanos, jamás me había visto en casa y como no me gustaba mostrar mi rostro no había ninguna foto expuesta en la sala de la casa.

Le había visto dormir un par de veces y me parecía muy tierno. Cruzaba sus pies al dormir y sus brazos muchas veces sostenían su cabeza. También sus labios estaban separados y provocaba un leve silbido al dormir.

Namu:
Jin, yo dudo que le ganes esta vez a Jungkook.

Seokjin hyun:
Cállate, algún día le ganaré. Quizás sea este viernes.

Jimin-shi:
JAJAJAJA algún día hyun.

Yo:
¿Dónde están ustedes?

Seokjin hyun:
Yo en la cafetería, el profesor de matemáticas no asistió y nos despidieron temprano.

Namu:
Yo terminé un examen y estoy bajando a la cafetería para recoger a Jin. ¿Te esperamos?

Yo:
No, tengo cosas que hacer después de clases iré más tarde, nos vemos en casa. Gracias

Jimin-shi:
¿Me esperan a mi? Yo me puedo ir ya.

Namu:
Termina tus clases Jimin.

Sonreí ante eso, seguramente había un Jimin bufando por la respuesta de Nam, bloqueé la pantalla de mi celular e ignoré los demás mensajes. Era posible que fueran mensajes de Nam riñendo a Jimin por quererse saltar las clases y Jin solo ponía que tenía hambre o que necesitaba cremas para el cuidado de su piel y así.

Antes de llegar a casa pasaría por alguna tienda de conveniencia y me comería algo ligero hasta esperar a mis hermanos para que hicieran algo de cena y hacer tiempo para que ellos pensaran que había salido no hace mucho de clases.



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Estoy tratando con toda la imaginación que llega a mi para hacer una historia KookV digna, así que aún estoy aprendiendo de ello.

Un besito Ann

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