Las lagrimas son saladas, porque sacan todo lo que no debe estar en ti. Todo ese enojo, ese dolor, esa angustia que no deja dormir a veces.

En pequeñas gotitas disfrazadas de lágrimas te vas liberando de todo lo que te hace sufrir.

Esta bien llorar. Llora todo lo que quieras. Deja que tus ojos drenen todo lo que te esta matando y levántate en la mañana sonriente. Lista para otra batalla.

Trata de que esta vez si lo hayas sacado todo y si se quedo un poquito adentro, sácalo esta noche. Es mejor llorar toda un semana, que vivir una vida ahogada de tristezas.

No tengas miedo de llorar. Es más, alégrate que lo haces. Demuestra que tu corazón aun sigue funcionando. Aún puedes volver a sentir. Aún hay esperanza para ti. Y sonríe por eso.