Confusión
La relación de Kira con Iwaizumi había cambiado a algo un poco extraño. Los insultos se habían convertido en su forma de interactuar y más bien era como un juego.
Durante todo el primer mes Iwaizumi le había entregado su bento en las mañanas y en las noches como una ayuda en lo que le pagaban al menos dos quincenas.
Aquel día Kira estaba feliz, por fin había recibido su segundo pago. Se había matado ese mes entre turnos dobles o sustituciones cuando podía para obtener una buena cantidad de dinero en ambas quincenas y poder quedarse con buena parte de éste incluso después de pagar la renta.
Nozomi le había dado el día libre así que decidió ir al departamento de Iwaizumi, suponía que no se encontraría él en casa por el entrenamiento pero quería dar las gracias a su madre por haberle cocinado durante todo el mes.
Tocó la puerta y efectivamente fue ella quien la recibió, la hizo pasar al departamento.
Sonrió, era curioso como a pesar de que aquel cuarto era prácticamente igual que el suyo todo estaba diferente.
- Kira-chan, ¿no trabajas hoy? - preguntó aquella señora
- No, me dieron el día libre después de que me pagaron - contestó sonriendo.
- Oh, me alegra que ya te pagaran -
- Sí, es por eso que quería venir a agradecer... Sé que he dado muchas molestias en el mes con aquellos bentos... Así que quería agradecerle a usted por eso - explicó Kira.
La madre de Iwaizumi rió un poco.
- Así que eso fue lo que te dijo Hajime... - dijo aún riendo
- ¿Disculpa? -
- Me temo que no puedo llevarme aquél crédito, verás... Hajime es quien ha estado cocinando para tí - confesó.
- ¡¿EHHHHHHH?! - gritó ella de impresión.
- Supongo que tienes razón en reaccionar así. Mi hijo puede ser un poco... -
- Idiota - completó Kira sin darse cuenta de que lo dijo en voz alta así que después se disculpó.
- Bueno sí tienes razón, pero es buena persona -
- No digo que no... Solo que... Estoy confundida - admitió Kira suspirando.
- Los asuntos del corazón siempre son confusos, no te precipites - le recomendó.
- Es extraño... Es la primera vez que alguien me trata tan bien, ni siquiera mis padres... Por eso estoy en esta situación - explicó Kira con un tono un poco triste.
- ¿Por qué no me ayudas hoy a cocinar y comes con nosotros? Tal vez te ayude a sentirte mejor y es buena forma de recompensar a Hajime, ¿no crees?- propuso aquella señora con una sonrisa.
Kira sonrió también y asintió.
Ambas se dedicaron a preparar una buena comida, platicaron y escucharon un poco de música. La madre de Hajime era alguien muy fácil de estar y sentirte a gusto, así que cuando llegó Iwaizumi por poco y no lo notaron si no fuera que avisó que había llegado.
- Iwa-chaaaan - dijo Kira intentando copiar el tono de voz de Oikawa.
- Tsk... ¿Tú qué haces aquí? - contestó Iwaizumi.
- Iwa-chan, grosero. Todavía que cociné para tí... - le contestó haciendo pucheros.
- A tí no te queda hacer esas cosas, niña - comentó él de forma burlona.
- Y a tí no te queda estar todo lleno de sudor, vete a bañar que ya casi está la comida - dijo Kira apuntando su cuarto con el dedo.
- ¿Te molesta el sudor? - preguntó con curiosidad.
- Pues claro, da asco y al parecer tú continuas sudando incluso después de llegar a casa - se quejó ella sin darse cuenta de que Iwaizumi se había acercado cada vez más a ella.
Hajime la abrazó, por un segundo fue un abrazo sincero que la dejó un poco impactada pero posteriormente recurrió a restregar su sudor en ella de esa forma.
- ¡Ya! ¡Ya! ¡Qué asco! - gritó ella intentando quitárselo de encima pero él la tenía muy bien agarrada de la cintura y era mucho más fuerte que ella.
Una vez que pensó que ya había sufrido lo suficiente la soltó riendo, rió aún más después de ver cómo despeinó su cabello.
- Tu cabello - comentó señalándolo.
- ¡Ya vete a bañar porque si eso se enfría voy a estar aún más molesta contigo! - gritó ella intentando reacomodarse el cabello.
- Está bien, está bien... Tregua - dijo él mientras se iba a su cuarto.
Regresó después de unos minutos y comenzaron a comer.
- Uh, así que sabes cocinar - comentó Iwaizumi.
- ¿Eh? Claro, que no tenga para comida no significa que no sepa cocinar - dijo Kira enojada - Cocino desde muy pequeña - comentó después.
Iwaizumi no quiso preguntar, sabía que a veces le ganaba hacer aquel tipo de comentarios sin pensar y que realmente no quería hablar de eso.
- Iwaizumi-san, ¿ya empezaste a estudiar para los exámenes? - le preguntó ella cambiando de tema.
- No aún, pero pronto comenzaré - contestó él.
- Eh... Bueno... Umm... ¿Podría estudiar contigo? - le pidió.
- Claro, ¿te darán permiso de salir antes durante los exámenes? -
- Sí, me dijeron que no había problema -
- ¿A qué hora saldrás? - preguntó Iwaizumi de forma desinteresada.
- A la hora en que sales de tu práctica de voleibol - respondió ella, aquello le sonaba un poco extraño.
- Iré por tí - declaró
- ¿Se...seguro? - preguntó tartamudeando.
- Sí -
Después de comer ella se despidió, pero Iwaizumi le dijo que la acompañaría a su departamento.
- Sólo subiré las escaleras - había dicho ella.
- No importa - insistió él.
Así que la acompañó.
Kira notaba que aquello era diferente, no sabía qué había cambiado pero no era igual que siempre. Se puso nerviosa y no podía abrir la puerta de su departamento.
Escuchó que Iwaizumi se rió.
- Según yo sé, no se puede abrir poniendo la llave al revés - le comentó ayudándola a poner la llave correctamente.
- Gracias... - contestó ella un poco apenada.
- ¿Será que ahora te pongo nerviosa? - preguntó él de forma burlona.
- ¡Ja! Ya quisieras - contestó ella intentando no darle importancia.
Se despidió de él pero la detuvo un momento.
- ¿Qué quieres para tu bento mañana? - le preguntó.
- ¿Bento? Pero si ya acabó el mes... No quiero dar más problemas - dijo Kira viendo al piso.
- Haré uno último, para celebrar que ya tienes dinero - explicó.
Después de pensarlo un poco supo que quería.
- Quiero dangos - dijo sonriendo.
- ¿Dangos? - preguntó Iwaizumi con extrañeza.
- Sí, se me antojó algo dulce - explicó ella.
Él solo asintió y la dejó entrar en su departamento.
Al día siguiente le había entregado su bento como siempre, cuando llegó la hora del almuerzo lo abrió.
Quedó sorprendida, dentro del bento había una nota escrita con la letra de Iwaizumi, se podía leer :
Una familia de dangos.
Había dentro bolitas de dango sueltas de diferentes tamaños: todos tenían ojitos y una sonrisa, a los dos primeros le había realizado detalles de arrugas con un palillo , los abuelos dango; los dos que seguían eran grandes, había intentando poner un poco de rojo a uno dando a entender que era labial y el otro tenía un pequeño bigote; los últimos los había hecho un poco más pequeños.
Kira no sabía si morir de ternura o de risa, les sacó una foto antes de comerlos y guardó la nota en su cartera.
Realmente aquel chico la estaba confundiendo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top