La visita
Jésica
Regresé a casa a las 8 de la mañana, fue una noche muy agotadora, no creo que pueda seguir pero debo hacerlo para mantener el departamento y a mi novio. No, debería llamarlo ex novio porque ese estúpido besó a la perra de las pizzas.
Cuando llego al departamento, veo a Ian dormido en el suelo mientras abraza sus rodillas y sólo tiene la manta que le dejé anoche. Parece un lindo bebé.
Entro al departamento sin despertarlo y le escribo una nota, después de arreglar mi maleta, camino al ascensor y salgo del edificio, no sin antes dejar el desayuno en la mesada para Ian.
-Dedo deshacerme de todo. -murmuro y conduzco hacia esa casa, había pospuesto esta visita pero ya no puedo más. Y menos ahora de lo de Ian.
Teo
Respiro hondo por última vez y aprieto el botón del ascensor para ir al piso del departamento de Ian. Mientras estoy allí, repito en voz baja todo lo que le diré, tengo planeado disculparme por un comportamiento del otro día. Pero en ese instante, un mensaje llega a mi celular, lo saco de mi bolsillo y desbloqueo.
Creí que era Mike, el cual lo agendé como Mikey con una banana al lado, pero no. Sin embargo abro grande los ojos por la sorpresa, es Ian.
Ian*emoji de gatito*
-Teo, puedes venir?
Teo, ósea yo
-Hola. Quería disculparme
por lo del otro día.
Ian*emoji de gatito*
-No importa eso, te necesito, por favor ven.
Comienzo a dar saltitos de alegría, Ian dijo que me necesita. En ese momento, logro recapacitar -¿Habrá pasado algo entre Jess y él?
Teo, ósea yo
-Ya voy gatito.
-Quise escribir Ian!!!
-¿Cómo se te ocurre decirle ese apodo? -me grito en mis pensamientos. En eso, las puertas del ascensor se abren y camino por el pasillo hasta llegar a la puerta de ese departamento. Golpeo tres veces y nada, entonces decido tomar el picaporte y abrirla.
Lo primero que veo al entrar, es a Ian completamente desecho en el sillón ¿Llorando?
-Teo. -murmura poniéndose de pie para venir hacia mí rápidamente. Sin que yo lo espere, él me abraza con fuerza -Jess se fue, e-ella me dejó. -entendí en medio de su llanto.
-Tranquilo. -susurro correspondiendo el abrazo. Luego de unos minutos muy juntos, yo propongo sentarnos en el sillón para que él me explique mejor lo que sucedió -¿Cómo que se fue? ¿No lo entiendo? -pregunto confundido. Ian continúa llorando en silencio y se acuesta a mi lado, apoyando su cabeza sobre mi regazo. Claro que también me sorprendió esto.
-Anoche llamamos a la pizzería y vino una chica a entregar las pizzas. Ella me besó, bueno eso no era un beso, casi chupó mi cara por completo. Jésica vio lo que pasó y me hizo dormir en el pasillo... Después desperté y ella ya no estaba. ¡Tampoco hizo el desayuno! -me cuenta y luego comienza a llorar de nuevo.
-Y... ¿Crees que ella se fue por la pelea que tuvieron? -pregunto mientras paso mis manos por sus cabellos para calmarlo.
-S-Sí. -asiente -Me dejó, ella me dejó. -repetía una y otra vez.
-Shh... Yo estoy aquí. -murmuro dulcemente.
-Gracias Teo. -contesta mirándome con sus ojos llorosos.
Siempre estaré.
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