La visita 2
Continúe en el sillón junto a Ian, yo acariciaba su cabello, es muy suave y sedoso. Me encanta, él me encanta.
Él deja de llorar y se levanta mientras limpia sus ojos -Ya estoy un poco mejor. -susurra mirándome.
-No creo, me quedaré contigo. -niego y le sonrío.
-Esta bien. -también sonríe y me abraza de nuevo. Ian se aleja un poco y comienza a frotar lentamente su mejilla contra la mía por un momento -Voy a hacer el desayuno. -rápidamente corre a la cocina y la puerta se cierra tras él.
-Okey, Jess se fue y dejó a Ian ¿Eso significa que rompieron? -pienso seriamente.
No importa eso, Ian ahora está sólo y te necesita. -habla mi conciencia.
-Es cierto. -digo asintiendo -Mmm... pero debo hacer unas pruebas.
En eso, corro hacia la cocina y asomo mi cabeza lentamente, Ian se encuentra de espaldas mientras busca algo en el refrigerador.
Me acerco sonriendo y lo abrazo por la cintura colocándome a su lado. Quiero saber si se me rechaza o no.
-Teo. -dice un poco serio, aquí viene el rechazo. Él besa mi frente haciendo que mi corazón lata muy fuerte en este momento. ¡No me rechazó!
-¿Por qué no desayunamos? -habla sonriendo. En ese momento me imagino a Ian haciendo el desayuno todas las mañanas en nuestro departamento para desayunar juntitos.
-Claro. -contesto con un hilo de voz por lo nervioso que me encuentro, entonces me separo lentamente de él.
-Bien. -caminamos hacia la sala de nuevo y encendió el LCD para ver una película.
-¿Qué es esto? -pregunto al ver una hamburguesa o pizza, en realidad no sé lo que es.
-Una hamburpizza. -contesta Ian.
-Okey. -Yo tomo un pedazo de "eso" y está frío, no me gusta la comida fría pero voy a hacer un esfuerzo por Ian, quien me mira atentamente. Muerdo un pedazo y me arrepiento por eso porque el frío hace doler mis dientes.
Ian también come pero toma un pedazo muy grande haciendo que sus mejillas estén muy rellenas como una ardilla con nueces. Él me mira y sonríe para luego tragar y dar otra mordida.
Yo nisiquiera pude masticar el trozo que mordí, en eso, el casi rubio toma una servilleta y se acerca a mí. Demasiado. Me mira fijamente y limpia un poco de salsa de mis labios.
Eso hizo que trague rápidamente lo te tenía en mi boca -Te ensuciaste. Comes como un bebé. -se burla sonriendo.
-¡No es cierto! -chillo cruzando mis brazos.
-También haces berrinches. -agrega y suspiré. Porque tiene razón.
Pasamos todo el día mirando televisión, haciendo la limpieza y jugando mientras hacíamos bromas. Yo caí y me golpee a causa de que el piso estaba muy resbaladizo porque Ian lo había encerado. Esa fue la mejor caída de toda mi vida. Él se acercó a mi y me sostuvo entre sus fuertes brazos mientras revisaba si tenía heridas.
Luego de eso, la noche cayó rápidamente y no me di cuenta -Bueno. Nos vemos mañana. -digo caminando hacia la puerta.
En ese momento, uno de los brazos de Ian pasa sobre mis hombros y me atrae hacia él -Puedes quedarte, si quieres. -murmura y sonríe.
-¡Claro que quiero! -respondo de inmediato y luego tapo mi boca con las manos. Bajo la mirada en este momento porque estoy muy avergonzado y por encontrarme muy cerca de su rostro.
Ian suelta una risa y toma mi mentón para levantar mi mirada lentamente. Todo lo que podía pensar en ese momento es Mierda, Mierda, Mierda y beso, beso, beso.
-Basta Teo, él acaba de romper con su novia que es tu mejor amiga. -me digo en mis pensamientos.
Pero mi cerebro se desconecta cuando siento un beso de su parte en mi mejilla, muy cerca de la comisura de mis labios, no, dejó un beso sobre mi comisura y mi niño gay interior se encuentra saltando, gritando y trepando las paredes de la alegría.
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