Un excelente día
N/A: Hola chicos, aquí les habla su amigo regamers10...o bueno, quizás me gané algunos enemigos debido a mi tardanza XD. Pues sí, yo era responsable de traerles este cap, y como ven me tardé más de lo previsto para traérselos. De forma seria, me disculpo por hacerlos esperar tanto, pero espero que entienda que entre mis responsabilidades y a veces mi falta de motivación se me complicado este cap. Espero que para la próxima no los haga esperar tanto como estas veces, haré lo posible para que sea así.
En fin, dejando eso de lado, empecemos con el 4to capítulo de esta historia. Por si se les olvidó, en el capítulo pasado nos quedamos con que Lincoln invitó a Sid a salir y esta quedó muy impactada por ello. ¿Qué respuesta le dará Sid a Lincoln? ¿Y cómo responderá Ronnie Anne ante esto? Quédense para averiguarlo.
Sin nada más que agregar, disfruten el capítulo.
Un excelente día
—Ronalda Anne Santiago Casagrande, ¿quieres ser mi novia? — fue lo que dijo al final de su declaración, la cosa más hermosa que le han dicho a la joven Santiago.
No sabía por qué, pero estaba de regreso en esa noche. La noche en la que rechazó a su mejor amigo. Al primer chico quería ser su amigo, el único que vio más allá de su capa áspera y tosca y vio la chica frágil y cariñosa que se resguardaba dentro, al único chico...de quién se había enamorado.
El primer amor es algo maravilloso, solo que no dura lo que esperas.
Esas fueron las palabras que la hicieron despertar de la tonta ilusión en la que vivía. La verdad era que Ronnie Anne había estado enamorada de Lincoln desde que lo conoció, aún, cuando lo negaba fervientemente cada vez que lo preguntaban o insinuaban, y cuando escuchó esa hermosa declaración de amor que le hizo Lincoln sintió que ya nunca podría ser tan feliz como en ese entonces. Ese fue el momento en que sintió su corazón llenarse completamente de amor. Pero esas palabras le advirtieron que esa felicidad era efímera, que después de que se acabase ese tiempo de alegría lo que vendría sería dolor y desgracia para ambas partes.
Cuando esas palabras llegaron a su mente, diversos escenarios del futuro se formaron. En algunos duraban solo un mes juntos, en otros un año, y en muy pocos lograban superar el año y llegar a más allá, pero al final el resultado era el mismo. Cuando terminaba el tiempo de felicidad, los problemas llegaban entre los dos. Las discusiones, las peleas, los gritos...los golpes, todo se volvía parte de la relación de ambos hasta que terminaba por desplazar lo bueno. Y al final los dos se separaban y nunca más se volvían a hablar. Tal y cual ocurrió con sus padres.
Ella no quería terminar así, no quería perder a la persona más importante de su vida, no lo soportaría. Por eso, su mente le gritaba que tenía que rechazarlo, por mucho que le doliera. Si alegaba que no le correspondía, podría ser más manejable la situación de ambos. Podrían seguir estando juntos, aun cuando solo sean amigos. Eso era la mejor opción que tenía para poder seguir siendo parte de su vida.
Iba a hacerlo...pero no lo hizo. Algo se había presentado. Algo que tomó control sobre ella y se negó a rechazarlo. Tampoco quería aceptarlo. No sabía lo que era, pero ese algo extraño no quería ni rechazar su declaración ni aceptarla. Lo que quería hacer era preguntar algo que la ha estado molestando por un tiempo.
—Tú... ¿De verdad piensas eso de mí?
Resulta ser que aquello que había tomado control de su habla era su inseguridad. Desde que él se volvió su amigo no dejaba de preguntarse por qué estaba con ella. Él era maravilloso, era un chico atento, bondadoso, sensible, paciente y atractivo. En cambio, ella solo era molesta, gruñona, burlona, tosca, agresiva, etc. Solo veía en sí misma cosas malas, razón por la cual está segura de que todo terminaría mal, pero aún, así él decía amarla.
—A pesar de todo lo que te he hecho, de todos los insultos y golpes que te he dado, y de haberte ignorado en todo el día, ¿tú de verdad piensas eso de mí?
La morena sentía una presión en el pecho y un nudo en la garganta. Sus emociones estaban floreciendo, se veía que le estaban afectando. Sentía que iba a llorar, así que puso todo su esfuerzo para evitarlo. De todas formas, bajó la cabeza, para evitar que él la viera por cómo en verdad es, una niña triste e insegura que es muy ingenua en temas del amor y que tiene tan mala opinión de sí misma. Sin embargo, al sentir la mano de Lincoln en su cara volvió a levantar, y se encontró con los hermosos ojos azules de su amigo y con su radiante sonrisa que le transmitía tranquilidad.
—Lo único que has hecho por mí es alegrarme el día con tu presencia, revitalizar mi espíritu con tu alegría contagiosa, y...enamorarme cada vez más con tu sonrisa.
Ya no importaba el esfuerzo que hiciera, sus lágrimas empezaron a desprenderse de sus ojos. No era tristeza lo que sentía y, sin embargo, había comenzado a llorar en silencio.
—Ronnie Anne – continuó Lincoln tomando delicadamente su mano – No te preocupes por eso. No importa todas esas cosas malas que hayas hecho, ni siquiera lo que me pasó hoy. Lo que importa es cómo me haces sentir. El que estés tan preocupada por mí demuestra que eres una buena persona. Tú me has enseñado que no hay que juzgar a las personas sin conocerlas, y desde que te conocí me di cuenta de que eres la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida.
Las palabras de Lincoln aumentaban la sensibilidad de la muchacha, reflejándose en su rostro empapado de lágrimas que se tornaba cada vez más colorado.
—¿En verdad piensas todo eso de mí?—preguntó con las voz quebrada.
—Sí, absolutamente—afirmó Lincoln con certeza.
—Entonces...entonces...yo...
Ahora era su corazón quien se hacía escuchar, pidiendo vehementemente que se entregara a él. Ahora... ni siquiera su mente le cuestionaba eso. Con las palabras de Lincoln, había ganado la suficiente confianza para que todo su ser apoyase la idea de ser su novia... y así lo iba a hacer.
—¡SÍ QUIERO SER TU NOVIA! – gritó consumida por la alegría y se lanzó a sus brazos para darle un beso en los labios.
La acción tomó por sorpresa a Lincoln inicialmente, pero pronto se recobró y correspondió el beso. Los dos sentían el amor fluir entre sus labios. Era cálido y reconfortante, como una tibia frazada que los calentaba en una noche fría de invierno. Anteriormente se habían besado, dos veces para ser más exactos, pero esta vez pudieron expresar a plenitud todo lo que sentía el uno por el otro. Fue como sacarse un peso de encima, y ahora los dos podían ser verdaderamente felices estando bajo la compañía del otro.
Rompieron el beso para recuperar el aire. Se miraron con un sonrojo. Y al ver la cara rojiza del otro, no pudieron evitar reír. Les parecía lindo ver a su ser amado sonrojado, pero también sentían la alegría desbordar dentro de ellos. Después de tantas altas y bajas, al fin profesaron ese amor que sentían y podían estar juntos sin preocupación alguna. Tanta era la alegría que sintió que Lincoln tomó por las caderas a Ronnie Anne y la levantó al aire y empezó a dar vueltas, al igual que en una cursi película romántica. Normalmente Ronnie Anne lo hubiera golpeado por ese atrevido movimiento, pero en realidad ella disfrutaba poder estar bajo los brazos del albino y disfrutar de ese bello momento entre los dos. Su mundo estaba dando muchas vueltas, y al fin sentía que podía ser feliz.
Pero...
Las vueltas no cesaban. Dejó de ser divertido y pidió que la bajaran, ahí fue cuando se dio cuenta que ya no estaba Lincoln. Sin embargo, seguía girando, a la vez que la iluminación y el mundo en el que estaba se desvanecían, como si un agujero negro hubiera consumido al mundo excepto a ella.
Ahora se encontraba cayendo a un vacío infinito de oscuridad. La mexicana estaba aterrada, pasó de vivir el momento más bello de su vida a caer en la infinita oscuridad. No sabía que era más aterrador, si caer infinitamente en la oscuridad profunda o descubrir que en realidad no es infinita. Cualquiera de los dos casos era suficiente para hacerla gritar.
De pronto, en medio de esa oscuridad una luz se manifestó bajo sus pies, y un molesto sonido chirriante hizo acto de presencia. No entendía qué era lo que pasaba, pero no podía dejar de gritar. Se estaba acercando peligrosamente a la luz y no quería saber qué había detrás de ella, ya sea el más allá o algo más aterrador. El sonido paulatinamente aumentaba su intensidad y la estaba volviendo loca. Era una tortura para ella.
La luz se acercó hasta estar a tan solo unos metros de ella. No podía hacer nada para evitar ser tragada por la luz, así que cerró los ojos y esperó a que su destino le mostrara lo que tenía preparado para ella.
/
—¡Bueeeeenos días, mis soles! ¡Aquí está su presentadora favorita para...!
Tanto la radio como el despertador fueron destrozados cuando la adolescente dueña del cuarto los golpeó sin medir su fuerza. La dueña del cuarto era Ronnie Anne Santiago, quien había despertado con un humor de perros. No recordaba qué fue lo que había soñado, solo recordaba las emociones que todavía seguían presentes en su cuerpo. Por lo que sentía, había tenido el sueño más feliz de su vida...y ese maldito despertador lo arruinó todo.
Quería maldecir a todo el mundo y a sí misma por no haberlo apagado en la noche, pero luego recordó que lo activó porque hoy era lunes y tenía que ir a la escuela. Suspiró con fastidio al recordar esto y se sentó en la cama para estirar el cuerpo mientras soltaba un cansino bostezo.
Sintió la cara algo húmeda. Se pasó la mano por la cara y encontró el rastro de lágrimas que había dejado entre sueños. Ahí fue cuando lo recordó. Soñó con aquella noche, esta vez con un resultado diferente. Un resultado irreal.
—(Suspiro) Otra vez – murmuró con algo de tristeza. Había sido muy hermoso...demasiado, por eso estaba triste, porque sabía que nunca pasaría.
Pero no era momento de hundirse en la autocompasión, hoy era día de clases y no podía dejar plantada a su amiga en sus caminatas habituales a la escuela. Se levantó con pesar y estiró el cuerpo para quitar toda la pereza mañanera, luego se dirigió al baño para lavarse.
Estando en el baño, empezó por lavarse los dientes como lo hacía usualmente en las mañanas. Duró un minuto haciendo esta tarea. Al terminar, se quedó mirándose en el espejo. Notó que su rostro se veía un poco más largo que lo usual, también que sus ojos estaban ligeramente rojos y lacrimosos. Era evidente que todo era producto de aquel sueño, quién diría que algo tan hermoso sería algo tan perjudicial para el rostro. Además, ella vio que sus ojos denotaban insatisfacción, como si no fuera feliz con su vida. Ella sabía por qué estaba así, pero no quería pensar en ello, tenía una familia que la amaba y buenos amigos, no había razón para sentirse insatisfecha. Así que, para alejar esos pensamientos, se enfocó en la única cosa a la que debía tener prioridad en este momento.
—Tengo que comprar un nuevo despertador.
*Toc* *Toc* *Toc*
Ronnie Anne fue sacada del trance en el que inconscientemente se había metido gracias al llamado de la puerta.
—¡Ronnie Anne! ¡¿Quieres apurarte?! ¡Este cuerpo varonil no se mantiene por sí solo! – se quejaba Carl detrás de la puerta.
—¡Ya voy! – replicó con histeria, su primo se volvía cada vez más molesto cuando necesitaba del baño para "masculinizarse", o como sea que le llame ese pequeño.
Sin más tiempo que perder, cerró la llave del lavamanos y procedió a bañarse. A partir de aquí no hubo más distracciones, se bañó, se vistió en su cuarto, desayunó con su familia y se preparó para irse.
—¡Ya me voy! – avisó Ronnie Anne estando en la puerta.
—¡Adiós mija, que te vaya bien! – la despidió su abuela desde la cocina.
Al salir del departamento de su familia, lo primero que vio fue a la hermanita de su mejor amiga, Adelaide, caminando a paso de tortuga con la vista clavada al celular.
—Oh, ah... hola, Adelaide – saludó la morena con nerviosismo a la chica, quien solo gruñó en respuesta.
Aun cuando sucedió hace un par de días, parece que todavía seguía resentida por aquello. O tal vez solo se trataba de su ya acostumbrada amargura mañanera. Pensaba que no estaría mal intentar platicar un poco con ella.
—¿Cómo amaneciste?
—Bien, ya que nadie entró al baño mientras lo usaba.
Eso lo aclaró todo, seguía molesta por lo del incidente del baño. Bueno, por experiencia ya sabía que era inútil hablar con ella si seguía resentida por algo, así que lo mejor sería esperar a que las cosas se enfriaran un poco para hacer un nuevo de llevarse bien con ella... o al menos que no sea tan ruda con ella.
—Oye, ¿y Sid?
—Salió más temprano a la escuela.
Aquella respuesta pasmó a la morena. Si bien, algunas veces una de las dos salía más temprano por algún motivo, siempre se avisaban por teléfono. Cuando confirmó que no había recibido un mensaje al respecto, tuvo que preguntar el motivo de aquello.
—¿Qué? Pero... ¿por qué se fue sin mí?
—¿Yo que voy a saber? No soy su madre. Pregúntale a ella – dijo Adelaide cortando el tema de forma grosera y apuró el paso para alejarse de Ronnie Anne.
La chica del cabello azabache suspiró pesadamente. La hermana de Sid tenía una actitud muy cansina, y ahora que ambas están en malos términos pues su actitud en torno a ella estaba mucho peor.
—Por favor, díganme que no era tan mamona como ella a su edad – comentó por lo bajo, hastiada.
Dejando atrás el tema de Adelaide, Ronnie Anne envió un mensaje a Sid preguntando por qué no le avisó que iba a salir más temprano. Después de enviar el mensaje, no tuvo más remedio que emprender su camino a la escuela sola. No estaba emocionada por la idea de caminar sola, al menos, no el día de hoy, justamente cuando más necesitaba alejarse de sus pensamientos hasta que desaparecieran. Cuando llegó a la acera y su recorrido finalmente dio comienzo, sus pensamientos la atacaron, eran fragmentos aleatorios del sueño que tuvo.
—¿Por qué volví a soñar con eso? – se preguntó a sí misma en voz baja.
Cabe aclarar una cosa importante, desde aquel momento en el que tuvo que rechazar a Lincoln se presentaron sueños de aquel suceso en escenarios diferentes. Las palabras cambiaban y también las reacciones, pero al final los dos terminaban. No se necesitaba ser un genio para saber el motivo de los sueños, un deseo oculto de un final feliz con la persona que más amaba.
El problema era que ya no tenía esos sentimientos por Lincoln, estaba segura de ello. Pasaban tiempo juntos y hablaban juntos por teléfono, pero ya no sentía esas así llamadas "mariposas" en el estómago y ya no se sonrojaba cuando había un roce entre ambos o cuando le decía un pequeño halago. No es que lo hiciera a propósito, pero debía admitir que no era correcto para ambos que siguiera teniendo esos sentimientos. No supo cuando fue, pero un día entendió que ya no gustaba de él, solo veía como un buen amigo, el cual podría conservar por mucho tiempo para su alivio. Cuando entendió esto, la frecuencia de esos sueños disminuyó progresivamente hasta que ya se olvidó de ello.
Por eso era bastante extraño que ese sueño haya regresado después de tanto tiempo, no había motivos para que regresara. Tal vez fue culpa de esa estúpida película de romance que vio el viernes, por eso no le gustaba ver esas películas, la ponían muy rara y algo susceptible. Aunque eso no terminaba de explicar todo. Quizás como ya tenía 15 años empezaba a sentir que necesitaba conseguirse pareja, después de todo a esa edad ya era lo normal. Pero ella no se sentía desesperada por buscar pareja ni mucho menos estaba interesada en alguien. Por ahora, prefería seguir soltera y disfrutar de la compañía de sus amigos.
Hablando de sus amigos, revisó su teléfono a ver si Sid le había respondido, pero solo la dejó en visto. Aquello la preocupó, una cosa era irse sin ella, pero dejarla en visto era mucho más extraño. Algo raro le pasaba, lo podía intuir. Sentía como si le ocultara algo. Pero peor aún, sentía que hoy algo malo iba a pasar, sin saber si tenía relación con lo de Sid.
No podía hacer nada si ella ignoraba sus mensajes, le preguntaría al llegar a la escuela. Justo cuando guardó su celular, vio debajo de sus pies un billete de 20$ tirado en el suelo. Eso era mucho dinero considerando que estaba tirado en la calle y, para su buena fortuna ella, era la primera persona en encontrarlo. Miró a sus alrededores, no había nadie transitando la calle en ese momento. Sonrió triunfante y tomó el billete. Ahora tiene 20$ para gastar a su antojo, una buena forma de reivindicar lo pesada que fue la mañana.
/
No pudo encontrarse con Sid antes de clase, por lo que tuvo que esperar a que iniciaran las clases para poder verla. Lo malo es que como estaban en clase no podían hablar. Además de eso, se veía nerviosa y evitaba hacer contacto con ella, algo bastante anormal en su forma de ser. Estaban en la primera clase del día, la clase de Literatura. Faltaba bastante para el almuerzo y si esto seguía así la incertidumbre le carcomería el cerebro. Sea como sea tendría que buscar respuestas en ese instante.
—Psssst, Sid – llamaba la mexicana a su amiga asiática, pero era ignorada.
—Oye, Sid – seguía llamando, pero seguía sin tener respuesta.
—¿Qué pasó en la mañana? ¿Por qué no me respondiste?
La castaña abrió el libro para fingir que estaba concentrada en la clase, pero Ronnie Anne no caería en un truco tan tonto.
—¿Qué pasa contigo? ¿Por qué me estás ignorando? – preguntó nuevamente ligeramente, pero Sid seguía ignorándola.
Si había algo que odiaba Ronnie Anne era ser ignorada, ergo, su molestia aumentó tras no obtener respuesta.
—¡Sid, ya deja de ignorarme! – exclamó en voz baja, pero con mayor fuerza.
—¡Señorita Santiago!
La suficiente como para que el maestro escuchara y tuviera que regañarla. Ronnie se sobresaltó al principio, luego los nervios se presentaron en ella.
—Eh, ¿sí maestro?
—Si no está interesada en la clase es que ya conoce del tema, ¿verdad?
—Bueno, yo...
—En ese caso dígame, ¿a cuál novela y autor pertenece el siguiente pasaje?: "Alguien debió de haber calumniado a Josef K., porque sin haber hecho nada malo, una mañana fue detenido".
Al principio, Ronnie Anne creyó que estaba perdida y que sería humillada frente al salón por no saber, pero cuando escuchó atentamente el pasaje narrado sintió un gran alivio interno, pues ella sabía a quien le pertenecía.
—Es...de la novela de Frank Kafka, "El Proceso"
Ciertamente el maestro no esperaba que respondiera bien a su pregunta, pero mentiría si dijera que, a pesar de que le salió el tiro por la culata, no estaba complacido por ello.
—Bien, muy bien. Al fin alguien que sí leyó los libros que les mandé – dijo el maestro si perder la oportunidad de recriminar a sus demás alumnos – Muy buena tu respuesta, Santiago. Pero, aunque te hayas leídos los libros no tienes por qué estar distrayéndote en clases. Que no vuelva a repetirse, por favor.
—Sí, profe.
Ronnie Anne se sentó nuevamente y el profesor prosiguió impartiendo su clase. Ronnie Anne se sintió orgullosa de sí misma por haber respondido bien a la pregunta y esa felicitación de su profesor, a pesar de que seguramente sus compañeros estarían hablando mal de ella por ello, pero poco le importaba cuando había demostrado su superioridad ante ellos. Infló el pecho de forma pretenciosa y volteó a su lado para presumirle a Sid, pero ella estaba volteada al lado contrario para no verla.
Definitivamente había algo raro con Sid, ella no suele ser así. Pero por más que quisiera indagar en el asunto, no podía hacer nada en medio de una clase. Resignada, solo le quedó esperar a la hora del almuerzo para poder acercarse a ella, así que por ahora debía atender la clase.
/
Finalmente, la hora del almuerzo había llegado, era el momento de actuar para Ronnie. Lo primero que hizo al salir del salón fue ir a por Sid, quien estaba caminando por el pasillo distraídamente. La morena aprovechó la distracción de la asiática para llegar hasta ella desapercibidamente.
—Sid – Ronnie Anne posó la mano sobre el hombro de la asiática, causando que se estremeciera – Vamos, dime, ¿qué te está pasando hoy?
—Eh...
Sid estaba sudando a cántaros, y parecía ser que buscaba una salida de esta situación. La encontró con su compañera de clases, Jessie.
—¡Hey, Jessie! – saludó Sid a la muchacha en cuestión mientras se le acercaba – Hola, amiga, ¿todo bien?
—Ah...sí – respondió Jessie un poco extrañada por la súbita aparición de Sid.
—Oye, cuéntame otra vez esa hilarante historia
—¿Cuál historia?
Las dos se alejan a la cafetería, dejando a una frustrada Ronnie Anne incapaz de hablar con su mejor amiga.
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En la cafetería, Ronnie Anne intentó aprovechar la conmoción para poder acercarse a Sid, pero su amiga no se despegó de aquella chica con la que evidentemente se juntaba para no tener que hablar con ella. Le era muy frustrante no poder entender la extraña actitud de su Bestie, ella a veces hacía cosas raras sin motivo, pero esto era diferente a su comportamiento.
Sin más remedio, fue con su bandeja en mano a sentarse con sus demás amigos en la mesa.
—Hey, Ronnie Anne.
—Hola chicos.
Los chicos notaron que Ronnie Anne no venía acompañada de Sid para sentarse con ellos.
—¿Dónde está Sid? —preguntó Nikki.
—Está con su nueva amiga.
La morena señaló a la mesa donde se encontraban Sid y aquella chica. Sid al notar la mirada de los chicos, empezó a reírse como para disimular frente a ellos.
—¡Jajajajaja! Qué graciosa historia.
—Pero si yo no he dicho nada.
Los chicos regresaron la mirada a Ronnie Anne.
—¿Por qué está sentada allá? —preguntó Casey.
—Esperaba que alguno de ustedes me dijera. Ha estado actuando rara todo el día y me ha estado evitando todo el día.
—Ay no, ¿qué hiciste?
—¡No hice nada! —se defendió Ronnie Anne.
—Vamos, tuviste que hacer algo para que actuara así—argumentó—Dime, ¿te comiste su yogurt helado?
—No.
—¿Dijiste que Black Clover era aburrido otra vez? —dijo Sameer.
—¡No!
—¿Tomaste una fotos de sus pantis mientras estaba distraída?
Todos en la mesa miraron con la ceja levantada a Casey por lo que dijo.
—¿Qué? Eso pasa.
La respuesta provocó que Nikki y Sameer se arrimaran a los extremos de la mesa.
—Ya se los dije, no hice nada para que actuara así.
—Mmmmm...¿no tendrá que ver el que hayamos patinado sin protección el fin de semana?
Los chicos se quedaron pensando aquello tenía algo que ver con el extraño comportamiento de Sid y si en verdad aquello había sido una mala idea,
—¡Nah!
Pero lo descartaron de inmediato.
—Pero en serio, estoy preocupada por lo de Sid—comentó Ronnie
—Relájate, RA. Ya sabes que Sid a veces actúa...bueno, muy Sid. Se le pasará en un día o dos—aseguró Nikki para tranquilizarla.
—Sí, quizás tengas razón.
Ronnie optó por zanjar el tema de momento y comer de su almuerzo para tranquilizarse. Sin embargo, notó que en la bandeja había algo raro.
—¿Y esto?
Los chicos voltearon a ver lo que estaba viendo Ronnie Anne que tanto le llamó la atención. Se suponía que era un brownie, pero era demasiado grande como para serlo. Al ver el tamaño descomunal del alimento, Sameer cayó en cuenta de lo que era.
—¡No inventes! ¡¿Es lo que creo que es?!
—¿Qué?
—¡Es el legendario coloso de Brownie!
—¿Eh?
Ronnie Anne levantó la ceja por el extraño término que usó su amigo.
—Dicen que solo una vez al año la escuela reparte un brownie tan grande como para saciar a una persona por todo un día.
—Hm, curioso.
—¿Puedes darme un poco, por favor?
—Mmmmm...no.
—¡Anda, solo un poco, por favor!
—Dime una cosa, si tú lo tuvieras y yo te pidiera, ¿me lo compartirías?
—...no—admitió el regordete.
Y con esa respuesta, Ronnie Anne disfrutó de su brownie sin remordimiento.
/
Al terminar la escuela, Ronnie Anne salió de la institución en dirección a su casa. En la salida vio a Sid acompañando a esa tal Jessica a su casa, aunque esa chica parecía muy incómoda por su presencia. La latina decidió ignorar eso y seguir su camino a casa.
En el trayecto vio un pequeño quiosco. Al verlo se le antojó comprarse una bebida, así que fue a pedir una lata de refresco.
—¿Quiere participar en nuestra rifa? Por 5$ más tienes la oportunidad de ganar uno de estos fabulosos premios.
El vendedor le mostró un cartel de la promoción que mostraba los 3 premios. El primer lugar le llamó mucho la atención, ya que se trataba de una nueva consola portátil. Aquello la animó para participar.
—Está bien, le entro.
Ronnie Anne le dio el dinero al señor y este procedió a girar un bombo de bingo para iniciar la rifa. Una bolita salió de entre el bombo, era de color verde con un pequeño círculo blanco en medio que tenía el número 3.
—¡Felicidades, se ha ganado el 3er premio!
Si bien estaba feliz de ganar, también estaba algo decepcionada por no ganarse la consola.
—Genial, ¿qué gané? —preguntó sin mucho ánimo.
—¡Se ha ganado un moderno despertador con radio integrado!
El hombre sacó de debajo del estante el despertador, el cual era exactamente el mismo que tenía Ronnie Anne antes de romperlo. Ronnie Anne tuvo que hacer un gran esfuerzo para no reírse. Después de todo, sí había tenido suerte
/
Al llegar a su cuarto, Ronnie Anne se recostó en su cama boca arriba y soltó un suspiro de satisfacción. Había tenido un buen día, no, ¡un excelente día! Tuvo una buena intervención en clase, tuvo una ración extra de postre en el almuerzo de la escuela, encontró dinero suelto en la calle y ganó en un sorteo un nuevo despertador para reemplazar el que había roto en la mañana, claro que, el hecho de que Sid la estuvo evitando por lo que resto de clases le restaba unos cuantos puntos, pero luego de esa escapada que hizo luego de la clase de literatura decidió mejor dejarla sola por ahora. Al fin y al cabo, con tal excelente día que tuvo, sentía que nada podía robarle su alegría el día de hoy... pero estaba equivocada.
Unos toqueteos provenientes de la ventana de su cuarto le hicieron interrumpir su descanso. Levantó su cabeza y vio a su mejor amiga Sid pidiendo entrar desde la ventana. Ahora que recordaba, sentía intriga por saber el extraño comportamiento de Sid de hoy. Pensaba esperar a mañana para despertarse temprano y confrontarla directamente antes de ir a la escuela, pero esto cambiaba sus planes para mejor.
Se levantó de su cama y fue hasta su ventana para abrirle a su amiga.
—Sid – soltó Ronnie tras abrir la ventana.
—Hola, Ronnie Anne.
La asiática procedió a entrar a la habitación de su amiga.
—¿Qué haces aquí? – preguntó Ronnie Anne.
—Bueno, yo...quería hablar contigo sobre algo importante.
—Ah, ok. ¿De qué se trata?
—Pues...bueno...no sé si lo notaste, pero la verdad es que hoy estuve evitándote.
—¿En serio? No me había dado cuenta, estaba concentrada en la historia hilarante de Jessica – dijo la morena sarcásticamente.
—Jejeje... sí... es muy buena esa historia, ¿no? – Sonrió torcidamente, pero retomo el punto. – La cosa es que así fue. Yo lo siento mucho por haberte hecho eso, pero...no podía verte en ese momento. Hay algo que debo decirte.
—Está bien, ¿qué sucede?
—Este...
Sid se sienta en la cama de Ronnie Anne para sentirse cómoda mientras habla. Ronnie Anne se sienta también.
—Se trata de...lo que quiero decir...que... ¡agh, no puedo! – exclamó Sid consumida por sus nervios tapándose la cara con sus manos.
—(Suspiro) Si es tan importante solo dilo sin rodeos, no necesitas pensarlo.
—Es que...es un tanto delicado – Abrió un poco sus dedos dejando a uno de sus ojos ver a su mejor amiga.
—Bueno, no importa, es mejor decirlo rápido que quedarse con la duda, así que mejor habla.
Tomando nota del consejo de su amiga, Sid dio un respiro y se preparó para emitir sus palabras. O así lo esperaba, pero, nuevamente fue incapaz de decirlo.
—Lo siento, no puedo, tengo miedo – las cuáles hicieron hastiar a Ronnie al punto de hacerle golpear su frente – Es que yo...creo que mejor debo preguntarte algo antes de decírtelo.
—Está bien, solo pregunta y di de una vez lo que querías decirme – Dijo mientras rodaba los ojos.
—Pero primero promete que serás sincera conmigo.
—Sí, sí, como sea, lo prometo.
—Bien. Lo que quiero preguntarte es...
Sid adopta una actitud seria y mira directamente a los ojos a Ronnie Anne, algo que le estaba dando mala espina.
—¿Tú...sigues enamorada de Lincoln?
Con la seriedad que expresaba su mueca, Ronnie Anne jamás se imaginó que realizaría tal pregunta, y por supuesto que se pasmó por ello.
—¡¿EEEHHHHH?! – expresó sorprendida y con un ligero rubor en sus mejillas.
—Que si todavía estás enamorada de Lincoln – repitió Sid.
—¡Pero...¿qué...por qué...?! ¡¿A qué viene eso?! – preguntó Ronnie Anne apenada por responder esa pregunta.
—Solo responde la pregunta, por favor. Yo...de verdad necesito que me respondas con sinceridad.
Ronnie Anne se calmó cuando percibió la sinceridad en las palabras de Sid, aunque todavía no se encontraba del todo dispuesta.
—Tú... ¿de verdad necesitas que te responda?
—Por favor. Es importante.
Ronnie Anne realmente no le gustaba hablar de sus sentimientos, pues ese era un área que no manejaba nada bien y en realidad era bastante torpe con todo lo relacionado a ellos. Pero la necesidad de su amiga pesaba más que sus dudas e inseguridad, por lo que pasó sobre ellos para responder con honestidad a la pregunta.
—(Suspiro) Está bien. Para ser honesta contigo, fue muy duro cuando pasó lo de...ya sabes, eso. No quería perderlo, y si él y yo nos hacíamos pareja todo hubiera acabado mal, había muchas contras. Y creí que después de eso ya no podríamos ser amigos, pero tal como dijiste con el tiempo todo se solucionó y ahora siento que somos más cercanos que antes. Además, ya no he vuelto a pensar en él como antes, y aunque muy de vez en cuando tengo sueños raros con él, me ha pasado con otros chicos así que no tiene importancia en realidad. En resumen y para responder tu pregunta...yo diría que no, ya no estoy enamorada de él – explicó Ronnie Anne dejando salir una parte de sus profundos pensamientos.
Cuanto más lo pensaba, más se convencía de que tomó la decisión correcta. Ella y Lincoln se habían vuelto más cercanos con el tiempo, sin necesidad de interacción romántico de por medio, solo dos buenos amigos que se apoyaban el uno al otro en las buenas y en las malas. Estaba segura que de haber sido pareja las cosas hubieran terminado mal a estas alturas, más tomando en cuenta los obstáculos. Por esto y más, Ronnie Anne ya no se arrepentía de haber rechazado a Lincoln pese a los momentos duros que vivieron por un tiempo. Sentía que ya había superado su enamoramiento con Lincoln.
—Uff... jaja, en serio me alegra oír eso. Ya me siento mucho más relajada ahora. Bueno, ya que no te molesta, lo que te quería decir era que ¡Lincoln me invitó a salir!
¿O no?
Cuando Ronnie Anne escuchó el mensaje que vociferó su amigo, por un momento sintió que el tiempo y el espacio que la rodeaba se detenían mientras su mente procesaba dicho mensaje.
—¿Qué? – emitió con voz débil y en shock.
—Lo sé, muy loco, ¿no? Él estaba como "¿quieres salir conmigo?" así con nervios y todo, y yo estaba como "¿Quéeeee?" así tipo en shock.
—Pero...pero... ¿cuándo él...? – trataba de preguntar la latina, no pudiendo hacerlo por completo debido al shock en el que estaba.
—Ayer antes de despedirnos. Me pidió hablar con él a solas antes de irse y me invitó a salir. Y bueno, quizás yo ya tenía una pequeña intensa fijación en él – admitió Sid sonrojada – pero no quería causar problemas así que mejor te pregunté por si acaso. Pero qué bueno que no tienes problemas, ¿verdad?
Sin que Sid se diera cuenta, mientras hablaba Ronnie Anne bajaba lentamente la cabeza hasta tener sus ojos mirando directamente a su cama. Cuando lo notó, se preocupó porque su amiga parecía estar de bajos ánimos.
—¡Por supuesto que no, amiga!
Pero era todo lo contrario, estaba muy feliz por escuchar aquella noticia. La sonrisa de la castaña se ensanchó al ver la mueca alegre de su amiga e instintivamente comenzó a abrazarla.
—¡Oh, estoy tan feliz! ¡No puedo esperar para mi cita! – decía Sid llena de alegría, tras lo cual rompió el abrazo – ¿Qué ropa debería usar? ¿A cuál restaurante deberíamos ir? Es más, ¿siquiera deberíamos ir a un restaurante? A mí no me molesta, pero no sé si sea lo más adecuado para una primera cita. ¿Quizás al cine? Pero la comida allí es muy cara. ¿Tal vez al parque? ¿A una feria? No lo sé, ¿tú qué opinas, Ronnie?
—Eh...sabes bien que no sé de esas cosas – dijo apenada.
—¡Ya sé! Le preguntaré a Adelaide. Ella está muy metida en eso de las redes sociales, algo debe saber sobre citas. Bueno amiga, me alegra mucho saber que estás bien con esta cita.
—Yo estoy feliz por ustedes, espero que les vaya bien.
—La cita será en unos días, pero igual gracias. En fin, iré con Adelaide a ver si puede ayudarme. Nos vemos mañana, amiga.
—Adiós, Sid.
Después de la mutua despedida, Sid se retiró de la habitación desde la ventana. Sin querer, dejó la ventana abierta, por lo que Ronnie tuvo que levantarse a cerrarla.
—Sid y Lincoln, ¿eh? Bueno, ya me esperaba que el tonto buscara pareja en algún momento, pero no esperaba que fuera Sid. Aunque viendo que esos dos se habían vuelto cercanos últimamente supongo que era cuestión de tiempo – era lo que pensaba Ronnie en el transcurso que tuvo desde que se levantó hasta que cerró la ventana. Luego regresó a su cama y se sentó en el borde.
—De hecho, este es el mejor escenario que me pudo haber tocado. Tenía miedo de que, si consiguiera una chica, el muy idiota dejaría de hablarme, pero con Sid ya no tengo que preocuparme por eso. Y ciertamente los dos hacen una linda pareja.
Ronnie Anne levantó la mirada al techo mientras reflexionaba y esbozó una ligera sonrisa.
—Sí. Creo que esto es lo mejor para todos. No...sin duda lo es.
Y en tanto ella seguía en esa posición, unas gotas de agua caían hacia sus manos pegadas a sus piernas. Podría ser una gotera que comenzaba a formarse en el techo del cuarto.
—Entonces... ¿por qué?
Pero la realidad era otra. A medida que las gotas seguían cayendo y Ronnie Anne bajaba el rostro, se podía constatar que aquellas gotas de agua se trataban de lágrimas que se le escapaban a la joven Santiago.
—¿Por qué duele tanto?
Y esas lágrimas que desprendía inconscientemente provenían del dolor que sentía su corazón. Por más que intentaba contenerse, o cuanto intentaba borrar el rastro, las lágrimas no dejaban de salir. El dolor que sentía era tan grande que perdió control de sus emociones y su ser fue invadido por una gran tristeza que expresaba en forma de los cristales acuosos que se rompían al caer en la superficie...al igual que su corazón.
—No lo entiendo – pensaba mientras se encontraba obligada a cubrirse la boca para contener los sollozos que involuntariamente comenzaba a salir – Sabía que esto iba a pasar y...me preparé para esto. Se supone que...es lo mejor – trataba de convencerse a sí misma para apaciguar el dolor, pero no daba resultado.
—Yo sé que...serán felices juntos – siguió insistiendo en ver el lado bueno para aliviar su dolor
—Ellos serán felices...ellos serán...ellos... – sin embargo, no todo era dolor lo que se encontraba. Había un sentimiento que también se encontraba alojado dentro y que había estado creciendo hasta ahora. No lograba identificarlo, ya que el palpitante dolor dentro de su pecho se lo impedía, pero lo que sea que fuera ese sentimiento, le hacía querer y con Sid y decirle que rechazara esa cita. Que sí de verdad eran amigas lo haría sin dudar.
Por un momento se levantó dispuesta a seguirla, pero en el momento que miro su reflejo en su ventana, y vio lo patética que se veía, su razón retomo el control. Se estaba dejando llevar por sus impulsos y deseos egoístas que terminarían por destruir la amistad entre las dos o incluso entre los 3. Eso era lo último que quería. No soportaría perder a sus dos grandes amigos.
Sabía que no podía ni debía hacer nada para sabotear esa relación, pero dentro de su ser se encontraba una gran llama de voluntad que se encendió en su pecho. No podía dejar que aquello destruya lo que tanto le costó formar, así que tuvo que usar su fuerza para extinguir ese fuego y todo rastro de lucha dentro de ella. Esto le generó una gran frustración que la orilló a lastimar sus manos golpeando el marco de la ventana. Lo consiguió, pero además de dolor sentía mucha frustración dentro de sí. Se encontraba abrumada por tantas emociones que ya no sabía qué pensar, por lo que optó por dejarse llevar por la tristeza y acostarse en su cama para dormir.
No obstante, el sueño era muy difícil de conciliar gracias al dolor que sentía. Así que tomó la almohada que usaba para dormir para sacar de su pecho toda la tristeza y el dolor que sentía en ese momento, algo que duraría hasta altas horas de la noche.
La verdad detrás de este suceso, es que Ronnie Anne había mentido. Ella jamás había superado lo de Lincoln. Ella todavía estaba enamorada de Lincoln, y por eso era que su corazón estaba experimentando el peor dolor que podía sentir.
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Bueno, ¿qué les pareció el capítulo? ¿Valió la pena la espera o fue decepcionante a más no poder? Cual sea tu opinión por favor déjala en los comentarios para poder mejorar a capítulos futuros. No tengan pena en comentar, que cualquier comentario es bien recibido. PD: No válido para reviews que solo quieren que actualicemos, esas por favor guárdenselas para Banghg.
Como pudimos ver, Ronnie Anne tuvo un día muy bueno. Le fue bien en clases, tuvo un hermoso sueño (aunque se lo interrumpieron XD), tuvo un postre extra, encontró dinero, y hasta pudo reponer el despertador que había roto en la mañana. Pero al final nada de eso importó, pues terminó la noche sintiendo un gran dolor en el corazón.
A partir de ahora deberá enfrentar una situación que tarde o temprano tendría que encarar, pero no sabe si está lista para ello. ¿Qué pasará con Ronnie a partir de ahora? ¿Lincoln y Sid podrán llevar su relación a un nuevo nivel? Todo eso y más en el próximo capítulo de It's a Hard Life...o en su defecto, en los siguientes xd. En fin, ahora los dejo con mi Bestie.
Por mi parte, no tengo mucho que comentar, el capítulo estuvo bastante bien, aunque bueno, hayamos tardado en escribirlo, pero bueno, yo solo corregí unas cosas, agregue unas cuantas cosas y ya estaría. Así que los honores de este capítulo se los dejo a rega (aunque haya tardado meses en escribir 5k :b)
Bueno, sin nada más que decir, nos despedimos.
Bye Bye.
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