La Declaración

El sol salía dando paso a un nuevo día en la gran ciudad de Great Lake City. Los cálidos rayos del amanecer entraban por la ventana de cierta chica tsundere golpeando su rostro que no se inmuto por la luz que golpeaba suavemente contra su rostro.

El sonido de los automóviles y el bullicio de los transeúntes no se hizo esperar. El departamento de la familia Casagrande lentamente iba tomando su habitual caos de la mañana. Algunos de los miembros iniciaban su mañana con bostezos, otros se levantan animados, otros tranquilos y las mascotas con un hambre feroz.

Ronalda Santiago Casagrande, la "Ronnie Anne" para los amigos y "La Mapache" por las noches de combatir al crimen. También llamado "Bingo con la familia". Aún se mantenía sumergida entre los brazos de Morfeo plácidamente pese a que ya eran casi las once de la mañana.

Los motivos de estar durmiendo hasta tarde eran varios. La primera y más obvia, es que era sábado. La segunda razón fue por los tacos al pastor que la abuela hizo de cena, lo que era de esperarse el sueño pesado. Sin contar las ganas de ir al baño en la madrugara. La tercera y más importante es que Ronnie Anne se la había pasado hasta las tres de la mañana chateando con el joven albino, bullyeado por sus hermanas. Y por las misma Ronnie Anne. Lincoln Loud.

El chico albino había conversado con Ronnie Anne sobre distintos temas. La verdad sea dicha, la mayoría de esas conversaciones eran ocasionadas por memes que se mandaban el uno al otro. Por lo que Ronnie Anne tuvo una noche muy entretenida. En realidad, todo el día de ayer fue muy entretenido, principalmente gracias a una aventura que tuvo con su mejor amiga. Sidney Chang, "La Syd" para los amigos y para las noches de damas chinas era también llamada "La chica Basura". En fin, el punto es que Ronnie y Syd habían vivido otra loca aventura en la gran ciudad que involucraba un partido de Rugby, una paloma y un anciano con un inexplicable temor por el número cuatro.

En sí, todo el día de ayer fue agotador, pero tuvo las suficientes energías para mantener una divertida y agradable conversación con el amable albino.

La chica de ascendencia latina se encontraba abrazando su almohada. La baba salía de sus labios mojando su almohada. Eso hasta que entro su madre mirando a su pequeña hija.

María negó suavemente con su cabeza mirando el aspecto desaliñado de su hija. Con una sonrisa en sus labios sacudió a su hija tratando de despertarla.

-Ronnie, querida. Despierta que tu desayuno se va a enfriar – La niña se quejo cuando su sueño fue perturbado por la constante sacudida a su cuerpo.

-Bien... ya estoy despierta... – Ronnie dijo sin siquiera abrir sus ojos. María se rio.

-Vamos dormilona que hoy es un gran día. No querrás perdértelo por estar acostada todo el día – La enfermera fue a la puerta. Se detuvo cuando volvió a echarle una mirada a su hija. – (Se parece demasiado a mi) – Al verla tallándose sus ojos, fue su señal para retirarse que su café con leche la esperaba.

Ronnie Anne por otro lado no había amanecido con el pie derecho. Sentía su brazo entumecido y un molesto dolor en su costilla. Abriendo sus ojos con leves ojeras, levanto su torso descubriendo que esa molesta incomodidad era causada por su celular con el que no se dio la molestia de ponerlo en su mesita cuando por fin termino de charlar con Lincoln, por lo que durmió aplastando el aparato.

Sobándose la costilla para tratar de alivianar un poco ese dolor. Dio un gran bostezo y volvió a tallarse sus ojos. Puso su celular en su mesita de al lado y se estiro. Sus huesos tronaron placenteramente. Con un suspiro lleno de alivió. Salió de su cama, poniéndose sus pantuflas de tigre.

Camino casi arrastrando los pies. Se rasco su cabello hecho girones. Su pijama arrugado y el sueño aun presente en sus parpados.

La casa Casagrande estaba en su caos habitual. Con el tío Carlos leyendo uno de sus libros, enfocado entre las paginas del libro. Lalo corriendo tan animado como siempre persiguiendo a Sergio que volaba por el pasillo huyendo del can. Ronnie tuvo que apartarse para evitar se atropellada por el enorme perro.

Retomando su camino a la cocina, la Santiago miro a su primo Carlitos jugar con sus juguetes en el pasillo. A sus otros primos, Carlota y Carl peleando por el secador. Ambos forcejeaban por el aparato, aunque claramente, el pequeño chico con un ego mayor a su propio cuerpo estaba en una notable desventaja por su edad. Cosa que quedo demostrado cuando Carlota se harto de seguir forcejeando con su hermanito y de un tirón le arrebato el secador.

-¡Ja, toma eso niñato! – Carlota se burló celebrando su victoria.

-¡Tsk! ¡La próxima vez no te dejare ganar! – Carl chasqueo la lengua y advirtió a su hermana para su próximo enfrentamiento.

-Lo que digas – Con eso dicho, La chica de diez y seis años le resto importancia a las palabras de su hermano y se fue a su habitación para secar su cabello.

Carl farfullo por lo bajo hasta que vio a su prima acercarse y una sonrisa se formó en su rostro. – ¡Oye Ronnie! ¿Quién gano, tú o la almohada? – Carl se burló del aspecto mañanero de su prima.

Por su parte Ronnie solo aparto al niño con ligera molestia por su burla, pero siguió derecha al baño para hacer sus necesidades, lavarse las manos e ir a desayunar. Sin embargo, antes de entrar al baño fue sorprendida por una serie de flashes provenientes de la cámara de su tía Frida.

-Oww... te ves muy adorable recién levantada, Ronnie – Frida declaro con una gran sonrisa antes de ir a colocar las nuevas fotos en el álbum familiar.

La niña de once años rodo los ojos con una sonrisa. – Otro sábado en familia – Con eso dicho entro al baño y cerró la puerta.

Luego de hacer sus lo que debía. Salió del baño y fue directo a la cocina donde su abuela se encontraba cocinando mientras que a su lado su madre se encontraba bebiendo tranquila su café.

-Buenos días – Dijo Ronnie al entrar a la cocina.

-Buenos días mija – Saludo su abuela sin darse la vuelta, concentrada en las gorditas de frijol que se encontraba haciendo de merienda.

-Tu desayuno esta en la mesa hija – Aviso su madre a lo que Ronnie fue directo a sentarse. En la mesa se encontraba esperando un delicioso desayuno compuesto de tres huevos revueltos, chilaquiles verdes y una pequeña porción de frijoles.

La chica sin más empezó a degustar su comida. Mientras lo hacía miraba la televisión. En el canal de noticias estaban dando el pronostico del clima. Al parecer iba a ser un día soleado sin muchas nubes.

-¿Dormiste bien, mija? – Pregunto la abuela Rosa pregunto a su nieta. La mujer procedió a darle cuatro gorditas sin el consentimiento de su nieta que rodo los ojos.

-Bien... eso creo – Respondió Ronnie tranquila.

-Ay sí claro, desvelarse hasta tarde hablando con tú novio lo dice todo – En ese momento apareció Carl para mirar a su prima. En el momento en que la palabra "novio" salió de la boca de su primo un intenso color carmesí ilumino el pecoso rostro de la niña latina.

-¡No es mi novio! – Replico Ronnie mirando a su primo que rodo los ojos.

-Aja, si claro, y yo soy más feo que Carlota – El tono sarcástico que utilizo para decir eso irrito a Ronnie de sobremanera que estuvo tentada a dejar su desayuno para hacer suplicar clemencia a su molesto primo.

-¿Cómo es eso que te quedaste hablando hasta la madrugada con Lincoln? – María alzo una ceja dando un sorbo a su café.

-Admito que me quede hablando hasta... - En ese momento algo hizo click en la mente de la niña. - ¡¿Cómo sabes que era con Lincoln?! – Su sonrojo sobrepaso cualquier escala de rojo.

-Hija... es demasiado evidente a quien se refieren cada que mención tú supuesto novio

-¡Él no es mi novio! – Exclamo llena de una mezcla de vergüenza y molestia.

-Como digas. Solo disfruta cuando puedas esos momentos Ronnie, disfrútalos mientras puedas... - Un aíre de nostalgia y melancolía invadió a María que se quedo mirando su taza rememorando el pasado. Carl al ver lo incomoda que se había vuelto la situación decidió hacer la técnica del padre y retirarse discretamente para ir a la tienda a por unos chicles.

Ronnie se quedo mirando a su madre sorprendida por su cambió de humor. Había pasado de estar tranquila y alegre a tener un aíre de melancolía asombroso. Rosa también se percato de la situación y se acercó a su hija.

-¿Te sientes bien, hija? – Eso rompió la burbuja de la mujer que miro a su madre.

-¿Qué?, Ah sí, estoy bien solo me quede pensando en... no importa. Se me hace tarde, necesito ir al banco. Hoy me pagan, así que nos vemos al rato – Con eso dicho, María dio un último sorbo a su café y lo coloco en el fregadero. Tomo su bolso colgando de una de las sillas y antes de irse su hija hablo.

-¿Mamá?

-¿Si?

-¿A qué te referías con eso de "disfrutarlo mientras puedas"? – Ronnie sabía que no era el mejor momento de preguntarle eso, pero en verdad no entendía a lo que se refería.

María se debatió en si interior si responderle a su hija. Luego de unos pocos segundos que parecieron minutos. La enfermera volvió a hablar. – Me refería a que el primer amor es maravilloso, solo que no dura lo que esperas – Con eso dicho y esperando haber tomado una buena decisión al contestarle a su hija. María se fue.

Ronnie se quedo en silenció. Su mente aun no procesaba las palabras de su madre. En eso Rosa intervino. – No te agüeites mija. Solo come que se están enfriando tus chilaquiles – Rosa acarició el cabello de su nieta. Solo pare después colocarle otras dos gorditas más.

Ronnie asintió y miro su plato. De pronto perdió gran parte de su apetito, pero como pudo siguió comiendo en silenció.

Cuando termino de desayunar se dirigió a su habitación para arreglar sus cosas, antes de tomarse una ducha. Su mente no estaba del todo concentrada en la simple tarea de tender la cama. Todos los pensamientos de la niña se encontraban en las palabras de su madre.

Me refería a que el primer amor es maravilloso, solo que no dura lo que esperas.

Esas palabras fueron dichas con tranquilidad, pero detrás de esa tranquilidad pudo reconocer la amarga tristeza de su madre. Otro pensamiento recorrió su mente. De inmediato fue a directo a una fotografía que colgaba de su pared. En ella se encontraban ella y toda su familia Casagrande en la actualidad. Sin embargo, ella descolgó el marco y le dio la vuelta a la foto. En la pequeña apertura se podía apreciar un trozo de otra fotografía. Con cuidado saco la foto.

Al sacarla por completo era una foto un tanto vieja. Era de cuando ella solo tenía tres años. En esa foto dañada por los años se encontraba el como era su familia antes, cuando solo eran Santiago. Ahí estaban su madre cargando a su yo de tres años mientras era abrazada por un hombre de tez morena y barba. El hombre también sonreía feliz mientras que posaba su mano en la cabeza de un Bobby de nueve años.

Ese hombre era ni más ni menos que su padre. Arturo Santiago. El cual ahora vivía en Perú.

Acarició suavemente la fotografía teniendo cuidado de no dañarla más. Un amargo sentimiento de tristeza invadió a la niña. Ella recordaba esos momentos cuando su padre aun estaba con ellos y vivían felices como una familia.

Desafortunadamente, sus padres se habían divorciado hacía años. Las cosas no acabaron bien para ninguna parte, no conocía todos los detalles de lo que había sucedido y cada que le preguntaba a Bobby, siempre cambiaba de tema.

Ella era todavía muy pequeña por lo que no era consciente de la gravedad. O al menos eso es lo que creían sus padres en aquel entonces. Ya que ella recordaba claramente las fuertes y acaloradas discusiones que sus padres tenían en la noche. Siempre la despertaban, en esos momentos ella no tuvo pesadillas en sus sueños, por que la pesadilla la vivía cada día en su casa.

La tensión entre sus progenitores era tan palpable que incluso vio afectado a cualquier invitado que venía a casa. Ella lloro muchas veces en esas noches de gritos. Afortunadamente, tenía a Bobby que le hacía compañía en esas frías y desalmadas noches de llanto.

Todo termino súbitamente cuando los gritos llegaron a un nivel más alto. La peor noche de toda su vida. Pese a ser muy chica todavía, la recordaba con claridad.

La tormenta que azotaba imparable todo el pueblo. El frío era tan claro que podías ver tu propia respiración. Su cuarto completamente a oscuras solo alumbrado por los ocasionales rayos de la tormenta. El calor de Bobby tratando de reconfortarla todo lo que podía, pero incluso él se encontraba helado. Sus suaves y nerviosas palabras que usaba para reconfortarla eran completamente opacadas por los gritos de sus padres.

Su discusión era más fuerte de lo que habían oído. Todo hasta que se escucho el sonido de platos rompiéndose y los gritos de frustración de su madre, más las constantes amenazas de su padre. Todo fue tan estremecedor que hizo que su cuerpo temblara incontrolablemente. Incluso Bobby se vio pasmado ante lo que sucedía en la sala. Los gritos no cesaron en ningún momento hasta que se escuchó el retumbante y poderoso sonido de una bofetada, más el agregado de un cuerpo cayendo pesadamente contra el suelo.

Eso callo cualquier clase de grito y solo hubo silencio. Bobby no pudo soportarlo más, se levantó y salió de la habitación para ver lo que sucedía. Ella no tuvo el valor de seguir a su hermano. Cuando dejo la puerta abierta detrás de él, una silenciosa y helada ventisca se coló dentro de su ya de por sí helado cuarto.

Se abrazo a si misma tratando de conservar todo su calor corporal. El silenció de ultratumba que había la estaba matando. Era incluso peor que los gritos de sus padres, el absoluto silenció fue cientos de veces peor. Ella no sabía cuándo fue que sus lágrimas bajaron silenciosas y temerosas.

Luego de minutos que parecieron horas. La voz de su padre resonó, pero era distinto. Ya no era la iracunda voz de antes, ahora era tan fría como la nieve y de absoluta seriedad. Su madre también hablo, pero ella ya no quería escuchar nada de eso por lo que tapo sus oídos para ya no oír lo que sucedía.

Su corazón le decía que no podría soportar lo que escucharía. No duro mucho esa conversación, poco después de solo oír voces ahogadas fue que escucho la puerta de la casa retumbar como el martillo que sentencia la pena de muerte de un criminal.

Al momento de oír eso fue que dejo de cubrir sus orejas. De inmediato se arrepintió cuando escucho el destrozado y amargo llanto de su madre.

Desde ese día su padre se fue de la casa. Nunca supo quién de los dos fue el que dio esa bofetada. Solo Bobby lo sabía, pero jamás lo comento. Mucho menos sus padres que al poco tiempo se divorciaron.

El hombre ni siquiera peleo la custodia de uno de sus hijos, simplemente los dejo a cargo de su madre y se fue.

No perdieron total contacto con él, por supuesto. Pues él siempre les hablaba en sus cumpleaños o en navidad. Esos momentos le alegraban, pero no dejaban de dar un sabor agridulce.

Ni sus abuelos y tíos quisieron hablarle de lo que sucedió entre sus padres, pero al parecer es más fuerte de lo que ella creía en esos momentos. Sin embargo, si Bobby a quien casi siempre le contaba casi todo no le decía sobre eso, mucho menos sus padres que jamás se mencionaban cada que hablaba con alguno.

Cuando su padre se marchó, María se deshizo de absolutamente todo lo relacionado a él [Exceptuando a sus hijos por obvias razones]. No dejo nada y ella alcanzo a salvar esta foto de ellos que siempre mantenía oculta de todos.

Era uno de sus tesoros más preciados que guardaba con cariño y recelo. Pero ahora con esa frase de su madre, se sentía perturbada al mirar esa foto. No entendía bien el porqué de eso. Lo que sí sabía es que de alguna manera su madre lo había relacionado a ella y Lincoln.

Pensando en eso comenzó a meditar sobre eso.

Me refería a que el primer amor es maravilloso, solo que no dura lo que esperas.

Esas palabras se encontraban en una constante repetición en su cabeza. Como un disco rayado que no para de repetir la misma estrofa una y otra vez. Golpeando una y otra vez, penetrando más en su mente.

Se visualizo a ella y a Lincoln. Luego vio a sus padres. Trato de ver en lo que ambos coincidían de alguna manera, pero nada. Con un suspiro, volvió a mirar la foto.

Sus padres lucían más jóvenes. Su madre ya no tenía esas ojeras con las que se había acostumbrado a ver, su largo y hermoso cabello negro también fue algo que llamo su atención. Luego miro a su padre, se veía en un mejor físico.

Ambos adultos parecían estar antes de sus treinta años. Parecían de veinticinco años o veinte seis años. Bastante jóvenes para lo que eran los padres de varios amigos y amigas suyos.

Recordó que la abuela Rosa le había comentado lo jóvenes que se habían casado sus padres. Según recordaba fue entre sus diecinueve años.

Con eso en mente, recordó como es que sus padres se habían conocido. Al menos, eso si lo conocía todo. Fue de las cosas que su padre le contaba con constancia cuando todavía estaba con ellos.

Según recordaba, sus padres se conocieron en la primaria cuando tenían once años. Se volvieron amigos y en la secundaria fueron pareja que duro por muchos años hasta casarse y tener dos hijos.

Me refería a que el primer amor es maravilloso, solo que no dura lo que esperas.

Otra vez las palabras de su madre volvieron a aparecer en su cabeza. Las reflexiono por un tiempo hasta que algo en su cabeza hizo click.

Me refería a que el primer amor es maravilloso, solo que no dura lo que esperas.

-Y sí... ¿Papá y Mamá fueron su primera pareja respectivamente? – Con eso las palabras de su madre comenzaban a tomar más sentido.

Me refería a que el primer amor es maravilloso, solo que no dura lo que esperas.

"El primer amor es maravilloso"

Con esas primeras palabras cobraba sentido. Y con lo segundo era un tanto contradictorio al ver que duraron muchos años hasta casarse. – Mamá quizás... no... no es posible. Conociendo a mamá, ella no es de esa clase de chicas que se ilusionan con un amor eterno. A no ser que... ¡Esa burbuja se haya roto luego del divorcio! – Era muy probable que María siempre fantaseara con que su matrimonio fuera uno perfecto donde ambos llegaran a viejos juntos.

Un primer amor hermoso y muy difícil de lograr a esa magnitud.

Lincoln vino a su mente de inmediato. Ronnie jamás lo había admitido nunca, pese a lo obvió que fuera para todos, pero a ella le gustaba mucho Lincoln.

Desde que lo conoció la primera vez le pareció lindo. Un nerd total, pero lindo y un tanto patético chico. Al conocerlo más a fondo, la chica latina termino enamorada de él. Había muchos factores que habían cautivado y flechado el corazón de la jovencita de once años, aun sí no quisiera admitirlos.

Es su primer amor.

-¿Mamá... se refiere a eso? – Con eso captado las piezas del rompecabezas se iban resolviendo solas. – ¿Acaso mamá esta insinuando que lo de Lincoln y yo no podría funcionar? – Ronnie se sentó y miro su celular. Reviso los mensajes de su conversación con Lincoln. En estos recordó algo sumamente importante que con todo lo de su madre había olvidado por completo.

Oye Ronnie, mañana voy a ir con Lori a visitarte. Tengo algo muy importante que decirte. En fin, nos vemos mañana. Que tengas buenas noches :D

Era su mensaje que le dejo cuando por fin se fue a dormir. Ella le había contestado después: "¡Genial! Supongo que veré tu bobo rostro mañana, como sea, que descanses"

Lincoln vendría hoy, muy probablemente en unas pocas horas. Ese recordatoria fue como un balde de agua helada para Ronnie Anne. De pronto todo lo que su madre le dijo cobraba más y más sentido.

"Tengo algo muy importante que decirte"

Ese mensaje le había causado un pánico tan grande que en toda su corta vida había experimentado en toda su vida. - ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! – Las maldiciones en español y en ingles no se hicieron de esperar. Recordó que ayer cuando leyó ese mensaje, lo único que pudo sentir fue emoción, pura emoción. Tanta fue esa emoción que casi se le escaparon lagrimas de sus ojos y termino por abrazar su almohada hasta quedarse dormida.

Todo porque ya sabía lo que Lincoln quería decirle. Era más que obvió para Ronnie Anne. Era obvió para todos en general.

Algo de lo que ambos niños habían negado fervientemente, pero al parecer Lincoln ya no iba a negarlo.

Se iba a confesar.

La chica latina estaba un 90% segura que eso sería lo que Lincoln querría decirle. Decirle que le gustaba.

Esos pensamientos fueron los más maravillosos en aquellos momentos. Sin embargo, ahora ese pensamiento se había vuelto en una total tortura. Un constante, penetrante y agudo dolor en su corazón.

La niña maldijo en todas las formas que conocía. En los dos idiomas que manejaba. Maldecía a su madre por haber abierto la boca.

Era egoísta y grosero. Pero si María no hubiera comentado eso, la chica morena no estaría con este conflicto en su corazón. La niña en su desesperación no podía evitar apuntar a un culpable de esa situación. Su imaginación tampoco ayudaba nada.

Su mente parecía haberse vuelto en contra de ella. Mostrándole una y otra vez las palabras de su madre, más el último mensaje de Lincoln una y otra vez. Llego un punto donde dejo de escuchar el sonido de la ciudad. Lo único que "captaban" sus oídos eran las voces de su madre y amigo albino.

Cerro los ojos mientras se cubría las orejas. Mala idea. Pues en ese momento los recuerdos de aquella fatídica noche volvieron con fuerza. Volvió a sentir el frío. Volvió a escuchar la tormenta. Volvió a sentirse indefensa y temerosa. Pero lo peor no fue eso.

Lo peor fue escucharse a sí misma y a Lincoln gritando como lo habían hecho sus padres. Eran tal cual como lo recordaba. La misma intensidad de aquella vez. Las mismas palabras que sus padres. Las mismas amenazas. Los mismos insultos.

Si la cosa era horrible, paso a jodida cuando escucho otra vez esa bofetada. El silenció fue aún peor...

Sin embargo, la voz de su madre volvió.

Me refería a que el primer amor es maravilloso, solo que no dura lo que esperas.

Un escalofrío recorrió imparable por toda su espina dorsal. Un frío de ultratumba la asalto. El impacto fue tal que aun cuando dejo de cubrirse sus oídos, aun cuando por fin abrió los ojos saliendo de esa pesadilla fueron las palabras de la persona que amaba lo que provocó que su estómago se retorciera.

Tengo algo muy importante que decirte

La bilis subió por de su estómago a su garganta a una velocidad espectacular. De un momento a otro, Ronnie Anne salió corriendo directo al baño sin importarle empujar a Carlota y Carl cuando estos estaban en otra de sus peleas.

Entro al baño y vomito en el inodoro. Fueron minutos agobiantes y asquerosos que la joven Santiago había experimentado en toda su vida.

-Oye Ronnie, ¿estás bien? – Carlota entro preocupada por el estado de su prima. Hizo una mueca de asco al ver a su prima. Pues tenía los ojos llorosos, su pijama se encontraba sucia gracias al vomito y una cara digna de una gran resaca de viernes por la noche.

-¿Tú la ves bien? – Carl respondió sarcásticamente con una mueca de asco al ver el estado de su prima.

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Luego de asearse, darle la ropa sucia a la abuela y una promesa de la misma que ya no le pondría más de diez gorditas de frijol y salsa. La latina se encontraba reflexionando acostada en su cama, ya cambiada y limpia.

Un sentimiento de ansiedad oprimía su pecho. Afortunadamente no tenía reloj de manecilla en su habitación pues el constante movimiento del segundero la volvería loca.

Ronnie Anne pese a que necesito una ducha de agua bien fría para poder calmarse, seguía ansiosa del momento en el que Lincoln llegara, seguramente acompañado de Lori.

Por más que le dio vueltas al asunto, no podía definir lo que iba a hacer. Por más que pensara no tenía idea de que hacer. Solo se encontraba recostada matando el tiempo.

-Podría hablarlo con Syd... - Tomo su celular y marco a su amiga. Tomo más tiempo del que Ronnie estaba acostumbrada a esperar cuando hablaba con Syd por teléfono, pero finalmente contesto.

-Hey Ronnie, ¿Qué ocurre? – La voz de Syd se encontraba tan energética como siempre, aunque sonara algo cansada.

-¡Hola Syd! Pues... - De pronto la mente de Ronnie se puso en blanco. No sabiendo como decir esto.

-¿Sí?

-Ehhh... es que quiero contarte algo, pero me gustaría que fuera en persona – Ronnie no se sentía segura hablando de esto en teléfono. Ahora mismo la joven latina necesitaba apoyo más físico.

-Uy... jejejeje... verás... digamos que no estoy en casa

-¿Estas fuera? ¿Dónde estás? – El corazón de Ronnie empezó a latir con fuerza y nervios.

-Es que fui a visitar con mi familia a unos familiares. El problema es que no esta nada cerca del edificio – La latina no podía creer la suerte que estaba teniendo hoy.

-No hay problema. Solo dime donde queda y voy lo más rápido que pueda. Es que en serio necesito hablar contigo en persona – Ronnie estaba segura de que podría ir rápido, hablar con Syd y luego regresar para cuando Lincoln llegara.

-Bueno, si no tienes problemas en venir pues esta bien. Es en el nor- Inesperadamente la voz de Syd se cortó. Pudo oír el grito alejado de su amiga. También escucho una respiración agitada que no pertenecía a su amiga, así como las voces ocasionales de otras personas reclamando por algo.

-¿Syd? ¿Amiga? ¡¿Sigues ahí?! – Ronnie exclamo preocupada. Como contestación, cortaron la llamada. - ¡Maldición! ¡¿Por qué mierda me está pasando esto?! – Si la cosa parecía mala. Se puso peor cuando se escucho el timbre de la puerta sonando.

-Oh no... - Espero que no fuera quien creía que sería.

-¡Ronnie Annee! ¡Llegaron Lincoln y Lori! ¡Ven a saludar! – La voz de la tía Frida destrozo cualquier esperanza de que guardaba en su corazón.

Lincoln había llegado.

Entró en total pánico. Su mente trabajó a toda máquina para pensar en un plan para hacer que Lincoln desistiera en hacer su declaración.

Pensó...caviló...y analizó...pero nada se le ocurrió. Ella no era alguien que supiera hacer planes, mucho menos improvisar algo de último minuto. Ella se dejaba llevar por las situaciones, pero si esta vez lo hacía era el fin de todo y quería evitarlo a toda costa.

Solo una cosa que le vino a la mente terminó por aceptar para ejecutar como un plan de defensa, hacer lo posible para posponer su propuesta. Hacer que desistiera hoy era imposible y ella lo sabía, lo mejor era obligarlo a posponer su propuesta para tener más tiempo para pensar en algo mejor. Sí, eso era lo que iba a hacer.

Sin embargo, eso no eliminaba los nervios que se apoderaron de ella al escuchar las palabras de su tía Frida, su miedo seguía muy presente de ella. Aunque no quería salir de su habitación tenía que hacerlo. Solo le rogaba a Dios y a la Santísima virgen que todo le saliera bien,

Rogaba con todo su ser para que todo saliera bien.

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Lincoln Marie Loud. "Lincoln" para cualquier persona que lo conozca. "Linc" para sus amigos. "Linky" para sus hermanas. Y "El chico limón" para los domingos de poker.

El joven niño de ya casi doce años se encontraba nervioso. Claro, que no demostraba esos nervios, ya que cualquiera que lo mirase lo verían sereno. La realidad era que se encontraba muy nervioso. Pues el día con el cual había practicado [Con la ayuda ocasional de Clyde o alguna de sus hermanas] durante meses era hoy.

El albino había estado planeado su confesión durante un buen tiempo. Y sin importar cuantas veces había planeado todo. Las palabras que le diría. En donde podría confesarse. Hasta había planeado el lugar a donde la llevaría a comer antes de eso. Inclusive eligió cuidadosamente la ropa que usaría.

El niño albino se encontraba vestido de una camisa de vestir anaranjada. Unos pantalones blancos, muy bien planchados por él mismo. Unos tenis "converse" rojos en los que había ahorrado por meses. Inclusive cambió su característico peinado. Se peino para atrás en lugar de a su derecha.

Se había preparado de sobremanera para este día. Aunque desde hacía tiempo que mando al diablo el nombre del plan de su confesión.

Lo malo es que sus manos le sudaban demasiado. Hacía más calor del que habían pronosticado en las noticias o solo es que era cosa del chico y sus nervios. Y por, sobre todo, la gigantesca y sospechosa sonrisa que su hermana llevaba todo el tiempo, más sus constantes miradas entre su hermano y los Casagrande.

Lincoln empezaba a arrepentirse de haberle contado su plan a su hermana mayor. Cruzando los dedos de las manos y pies. Incluso si pudiera cruzar las nalgas estaría haciendo eso también. Hoy era probablemente uno de los días más importantes de su vida y no quería arruinarlo, ni que su hermana o alguien más lo arruinase.

Ahora era el momento de la verdad.

-¡Lori, Lincoln! – La abuela Rosa saludo animadamente.

-Un gusto volverla a ver señora Casagrande – Lincoln fue el primero en saludar manteniendo su sonrisa. Pero era cada vez más difícil con su hermana siendo nada de discreta con su sonrisa.

-¡Así es, es un enorme placer volver a verlos a todos! – Lori no únicamente saludo animadamente a la abuela Rosa sino también al resto de la familia Casagrande que había ido a saludar.

-Siempre es genial volver a verte nena – Carl saludo tratando de verse "cool".

-¡Lori! ¡Rápido, ya que estas aquí, dime cuál es mejor! – Carlota apareció cargando dos vestidos. Uno rosa y otro morado.

-¡Claro, a parte que tengo que contarte algo! – Dijo Lori demasiado entusiasmada. Cosa que hizo sudar frío a Lincoln.

-Por cierto, Lori, Bobby esta trabajando en el almacén – El tío Héctor aviso a la Loud.

-¿Quién? – Pregunto Lori. Olvidándose por completo de ese nombre. La verdad sea dicha, solo quería contarle un chismesote a Carlota.

-Bobby, tú novio – Respondió el tío Héctor extrañado.

-¡Claro! ¡Mi bubosito! Lo siento, que torpe soy – Con eso dicho arrastro a Carlota a la habitación de esta última.

-Que extraño – Dijo El tío Héctor para luego encogerse de hombros y retirarse.

Carl al escuchar a las palabras de la "Diosa" Lori fue a arreglarse más.

-¿Estas hambriento, Lincoln? – Pregunto la abuela Rosa. - ¿Quieres algo de comer, mijo? – La mujer insistió.

-No gracias, señora. Ya comí. Muchas gracias

-Ay mijo, estas tan flaco. Pero bueno, si quieres algo, me sobraron unas cuantas gorditas de frijol – La abuela le guiño el ojo.

-Gracias señora, pero podría decirme dónde está Ronnie Anne, por favor – Con un sexto sentido digno de una abuela. Supo de inmediato las intenciones del muchacho. Y dio una sonrisa digna de un cómplice de un robo.

-Por supuesto, mijo. ¡Ronnie Anne, Lincoln está aquí y quiere hablar contigo! – Tras dar ese grito. La mujer le dio un guiño, un pulgar arriba y un leve susurro diciendo: "Tú puedes mijo"

Esas palabras rompieron casi totalmente la fachada de tranquilidad que llevaba. Un fuerte color carmesí invadió sus mejillas, una sonrisa torcida se formo de los nervios. Nervios que aumentaron a niveles críticos cuando Rosa se apartó y enfrente de él se encontraba la chica que le quitaba el aliento. Tanto de manera literal como metafórica.

-Ho-Hola Ro-Ronnie Anne – Lincoln se mordió la lengua para evitar tartamudear y trato con cada célula de su cuerpo volver a recobrar su compostura.

-¿Qu-Qué paso, Pa-Patético? – Ronnie Anne enterró sus uñas en las palmas de sus manos. Maldiciendo con toda su alma su tartamudeo.

Los corazones de ambos iban a mil kilómetros por segundo.

Hubo un largo e incómodo silenció entre los dos. Para el albino todas esas ideas de lo que podrían ser el inició de la conversación se esfumaron cual padre de Latinoamérica en busca de cigarrillos. Por el otro lado, Ronnie Anne no tenía ni la más mínima idea de que decir o hacer. Solo se obligo a sí misma a venir, sin siquiera pensar lo que iba a hacer.

El insoportable silenció no fue roto por ninguno de los dos, en cambió fue roto por el gran can que súbitamente se abalanzó contra el albino llenándolo de saliva con sus constantes lamidas.

-¡Jajajajaja Lalo pará! ¡Hace cosquillas! – Lincoln se rio por el cosquilleo en sus mejillas ocasionadas por la áspera lengua del canino.

Ronnie también se rio un poco. La repentina aparición de Lalo había calmado el tenso ambiente que había entre ambos niños de casi doce años.

Con ayuda de la latina, Lincoln pudo quitarse de encima al gran perro. Finalmente, el gran can se fue cuando la otra mascota de la familia Casagrande voló cerca de ellos llamando la atención de Lalo y como ya era costumbre armaron otra persecución con los constantes gritos de Sergio exclamando para dejarlo en paz.

Con esos dos fuera fue que los dos niños volvieron a estar relativamente en calma. Relativamente.

-Ehmmm... Y... ¿Qué tal va todo? – Lincoln fue el primero en tratar de hacer conversación.

-¡Bien! Bien... ¿Por qué no estaría bien? Je...je...je...je – Ronnie sintió unas grandes ganas de cachetearse sola por ser tan obvia. Ya de por sí, estaba sudando de los nervios con la mirada incomoda de Lincoln hizo que el pequeño momento de risa de antes con Lalo pasara al olvido.

-¿Qué hay de ti? ¿Cómo está todo en el pueblo? – Ronnie Anne también trato de retomar la conversación.

-Si... ¡Quiero decir! ¡Bien! Todo tranquilo como siempre jejejeje – Lincoln agradecía haberse puesto el desodorante de su padre, porque de no ser así, ahora mismo toda su camisa estaría bañada en sudor.

Otro silenció incomodo se hizo presente. Los dos niños se maldecían internamente por toda esta situación. Lincoln deseaba que su cerebro no fuera tan inútil como para apagarse y desechar todas las buenas ideas que tuvo para poder preparar este momento. Ronnie por el otro lado, maldecía, no tenía idea del que o a quien en especifico estaba maldiciendo, solo maldecía a diestra y siniestra todo el mundo por ponerla en esta situación tan incomoda.

-Oye, Soy yo o hace calor – Comento Lincoln arremangándose su camisa. El pobre muchacho se estaba sofocando de calor.

-Jejeje sí, la verdad es que sí – El albino no era el único agobiado por el calor, pues Ronalda se quito su sudadera y se la amarro en la cintura.

-Es un día muy movido en la ciudad, ¿no lo crees? – De poco a poco Lincoln iba haciéndose a la idea de lo que decir para tener una conversación más agradable con la chica que le gustaba.

-Siempre es así, hubieras visto ayer. Que la tía Frida se quedo atrapada cuatro horas en un embotellamiento – La chica latina también iba agarrando la onda. Sus pensamientos se iban despejándose, volviéndose más claros poco a poco.

Justo cuando la conversación de los dos tomaba un rumbo fue que la puerta de la habitación de Carlota se abrió. Salieron tanto prima como hermana de los dos niños que de inmediato posaron sus miradas en los dos. Las sonrisas de ambas eran exactamente idénticas. Sus miradas indiscretas y penetrantes tuvieron un efecto inmediato en los dos niños que sintieron las intensas miradas de sus respectivos familiares sobre ellos.

Tanto Lori como Carlota caminaron hasta el sofá de la sala, interrumpiendo totalmente la charla de los menores.

-¡Ah! No se preocupen, sigan charlando, nosotras estaremos sentadas en el sofá – Aviso Carlota con una sonrisa tan grande que la hacía intimidante de cierta forma.

-¡Claro! ¡Literalmente ni van a notar que estamos aquí! Solo continúen con lo suyo – Lori también tenía una sonrisa tan perturbadora como la de la Casagrande. Ambas chicas caminaron hasta el sofá donde se sentaron. Y "charlaban" sobre la nueva línea de moda que había salido la semana pasada. Todo sin quitarle la mirada a ambos niños. Inclusive escondieron sus celulares que grababan a los dos niños.

Sin embargo, los niños no eran estúpidos y pudieron darse cuenta de las acciones de las dos adolescentes. Incluso prestaron atención, dándose cuenta de que cada una estaba con su propio tema, pues lo que una hablaba la otra le contestaba con otra cosa que nada que ver.

Toda confianza que habían vuelto a agarrar los dos niños se fue al caño por tercera vez por culpa de las adolescentes metiches e indiscretas.

Lincoln deseaba con toda su alma ahorcar a su hermana por arruinar todo. Deseo que compartía con Ronnie Anne que también quería ahorcar a la ruca de su prima.

-Eh... - Cuando Lincoln iba a decir algo, fue que las dos súbitamente se callaron poniendo total atención en los niños.

Eso fue el colmo para Ronnie Anne que sentía que iba a golpearlas a ambas si pasaba un solo segundo soportando este horrible silenció.

-Patético, ¿Qué te parece si vamos al parque? – Ronnie Anne propuso una huida no dicha directamente, pero que no necesito de eso, pues Lincoln capto de inmediato su intención, cosa con la cual no se negaba en lo más mínimo.

-¡Por supuesto! Me vendría bien aire fresco y un helado – El deseo desesperado de los dos niños de escapar de las dos adolescentes chismosas era casi enfermo. En el momento de terminar de hablar, una bombilla en el cerebro de Lincoln se prendió y volvió a hablar – Te puedo invitar un helado a ti también, no te preocupes, traje mucho dinero – El albino sonrió tratando de verse calmado, pero gracias al pequeño chillido que las dos adolescentes provoco lo contrario.

-Nah, tú tranquilo, no tengo apetito, solo quiero aire fresco – Sin poder soportarlo un segundo más tomo de la mano al albino – Ven vámonos – Arrastro al albino hacía la salida. No obtuvo resistencia del chico, que camino casi a la misma velocidad que ella.

Al momento de cerrar la puerta escucharon del otro lado unos agudos chillidos de emoción y esa fue su señal para echarse a correr.

Curiosamente, ninguno de los dos soltó la mano del otro hasta que estuvieron lejos de ahí.

Se detuvieron en la entrada del parque este de Great Lake City. "El parque de los patos" era como se le llama oficialmente. Ya en la entrada los dos chicos trataron de retomar el aliento. El albino por su pésima condición física mientras que la chica lo hacía por haber respirado mal y por consecuencia obtuvo el famoso "dolor de caballo".

Luego de unos minutos de llenar constantemente sus pulmones de oxígeno, fue que por fin retomaron el aliento. Se miraron.

-Eso fue intenso – Dijo Lincoln, sintiendo que su corazón fuera a salirse de su pecho.

-Ni lo menciones – La latina estaba tan o más cansada que el albino, por alguna extraña razón.

-Al menos nos libramos de esas dos – Lincoln dio un suspiro aliviado. – Ahora solo estamos solos tú y yo – Cuando termino de pronunciar esas palabras fue que Ronnie rompió abruptamente el contacto entre sus manos y como un balde de agua helada fue que se dio cuenta que termino en la situación que quería evitar a toda costa.

Quedarse sola con Lincoln.

-S-Sí, como sea... - Trago saliva. Sintió un repentino frío azotar su piel, causando que los pelos se le erizaran y un fuerte escalofrío recorrió toda su espina dorsal.

Lincoln se vio extrañado por eso. - ¿Estas bien? – Su voz y su tono estaban cargados de preocupación. Ronnie solo chasqueo la lengua.

-¡Sí, estoy bien! – Con esa exclamación fue que entro al parque. Lincoln se quedo mirando a la chica sin saber como reaccionar. Trago saliva sonoramente esperando no haberla cagado y sí fuera así, esperaba poder arreglar todo a tiempo.

~0~0~0~

Todo este día para Lincoln Loud podía ser descrito con una sola palabra: Frustrante

El joven Loud sentía una gran frustración. El hijo de en medio del matrimonio Loud no había empezado su día con el pie derecho. Teniendo que madrugar para poder ser el primero en entrar al baño para arreglarse lo más posible [Sin exagerar] para este día.

Cuando se encontraba en la relajante ducha de agua caliente, fue que Luan entro entre risillas sin que este se diera cuenta para jalarle al inodoro ocasionando que toda esa deliciosa agua caliente fuera remplazada abruptamente por un agua helada digna de pertenecer a las regiones más frías del mundo.

El albino tenía pendiente regresarle la broma a su hermana un día de estos. La cosa no acabo ahí pues cuando salió temblando de la ducha. Se dio cuenta de la nueva sudadera que iba a usar en la que Leni se tomo la molestia de hacerle durante una semana, no aparecía por ningún lado. Se paso casi una hora buscando por toda la casa hasta que la encontró toda sucia en el patio al lado de la casa de Charles.

El Loud no tenía ni idea de como había llegado hasta ahí, pero estaba casi seguro que Lana tuvo que ver en eso. Con parte de su outfit arruinado, no tuvo más remedio que resignarse. No basto con las constantes burlas o comentarios sobre su cambió de imagen. Lincoln ignoro todo eso.

En el desayuno todo iba relativamente normal, pero todo cambió cuando las gemelas empezaron una guerra de comida. No tuvo más remedio que salir corriendo para evitar ensuciar su ropa, por lo que no termino de desayunar. Pese a ese percance, Lincoln venía preparado con su billetera donde tenía ahorrado lo suficiente como para comer algo de la comida callejera y por supuesto tenía lo suficiente como para invitarle a Ronnie Anne la comida que se le antojara o de darse el caso comer con el resto de los Casagrande, no le disgustaba la idea en lo más mínimo.

Cuando fue hora de irse, permaneció la mayoría del camino en silencio tratando de repasar su plan una y otra vez. Todo eso fue interrumpido por Lori que le obligo a contarle lo que iba a hacer. Luego de una vergonzosa conversación con su hermana mayor y de casi chocar en medio de la carretera debido a la euforia de su hermana.

Tuvo que aguantar cualquiera de los ridículos consejos de su hermana sobre como debía hacer su confesión. No había que malentender a Lincoln. Él muchacho estaría encantado por un buen consejo, pero los consejos de Lori rebasan lo ridículo. ¿Quién le aconseja a un niño de once años llevarla a un motel y hacerle la del "helicóptero"?

Dejando las ideas tontas de Lori que solo se dejaba llevar por su estado de emoción. Lejos de lo molesta que Lori se volvió, el resto del viaje fue en relativa calma. Sin embargo, con todo lo que ocurrió una vez llegaron al edificio de los Casagrande, Lincoln esperaba que las cosas no empeoraran.

Estaba muy equivocado, pues al llegar al parque de los patos junto a su enamorada luego de una retirada estratégica. Las cosas no fueron en lo absoluto como el albino lo había planeado. En primera instancia, Ronnie Anne era demasiado cortante. No importaba que tema sacaba para poder charlar a gusto, las respuestas de la latina eran sencillamente cortantes y secas.

Recorrieron todo el parque como unas tres veces, en donde la tensión no desapareció. Lincoln pudo notar perfectamente que Ronnie Anne estaba en otro planeta cuando ni siquiera parecía escuchar lo que decía.

Sin saber del porque se comportaba de esa manera, el albino no se rindió. Trato de todas las maneras que las conversaciones no murieran. Desgraciadamente, no sirve de nada cuando la otra persona no tiene interés o esta en otras cosas como para prestarte atención.

En este caso, fue aliento perdido desde la perspectiva del albino. No solo eso era lo malo. Ya que como se había hecho notar desde que amaneció, el universo estaba en contra de Lincoln Loud ese día.

No únicamente con sus constantes esfuerzos por hacer una buena charla con su enamorada que lo llevaron a nada. Pues la vida le estaba dando una buena tunda de golpes, ya que había hecho que cualquier cosa que hubiera planeado para este día fuera en vano.

Sus planes de llevarla a comer a algún lugar, se vieron arruinados cuando casi todos los establecimientos en los que había pensado estuvieron cerrados por mantenimiento. Ni si quiera pudo disfrutar del helado que se compro cuando todo un grupo de niños corrieron cerca de él, tirándole el helado. Aun con eso, fue con Ronnie a otros lugares que pensó como plan B como lo serían la pista de Skate o el Arcade. Ninguno de los dos funciono. En el primer lugar fue donde se dio un buen golpe tratando de hacer un truco que estuvo practicando para impresionar a la Santiago, tras su fracaso, no únicamente tuvo que soportar el dolor en su cabeza por no llevar casco, sino que también se llevo la humillación cuando se convirtió en el hazme reír del lugar. Afortunadamente las risas no duraron mucho cuando de improvisto llego la policía y arresto a varios adolescentes he inspeccionando el lugar. En fin, la policía termino corriendo a todos los demás de ahí.

En cuanto al Arcade la cosa no mejoro ni un poco. Pues por más que tratara de convencer a Ronnie de jugar un juego juntos, la chica decía que no le apetecía o directamente lo ignoraba. Inclusive cuando vio que eran casi las cuatro de la tarde le pregunto varias veces a Ronnie si quería algo, pues Lincoln estaba dispuesto a pagar con gusto. Ella no quiso nada. Estando bastante frustrado para ese momento, el albino por lo menos se pidió algo para comer pues se encontraba muerto de hambre.

Una vez más, la ley de Murphy actuó una vez más en contra del albino. Ya que cuando su comida estaba lista, el joven mesero se resbalo con una pizza tirada en el suelo, tirándole la charola con toda la comida al albino.

La hamburguesa de queso con doble carne que ordeno, ensucio tanto su camisa y pantalón, sin hablar del refresco grande que lo empapo por completo. Eso fue el colmo.

Absolutamente todo le había salido mal.

Sin embargo, lo peor para Lincoln no era todo lo anterior. Lo peor fue que en todos esos incidentes Ronnie ni comento ni se burlo o fue ayudarlo. Ella estaba totalmente metida en su burbuja. Cosa que tenía frustrado al albino.

Ahora mismo se encontraban de camino al edificio de los Casagrande. Ninguno decía nada. Era todo un silencio absoluto. Lincoln podía sentir su ropa pegándose a su piel de una manera bastante desagradable hasta su cabello se veía pegajoso. Más el añadido de que atraía las miradas de otros transeúntes, en su mayoría acompañado de risas o miradas de lastima.

A Lincoln le importaba un nabo todo eso. Lo que le estaba doliendo era la actitud de Ronnie Anne.

Desde que llego las cosas no fueron bien con ella. No tenía ni idea de lo que le sucedía. Todo era demasiado incómodo. Podía intuir que algo más había ocurrido con Ronnie Anne para que estuviera actuando de esa manera. Lo que sea que fuera, ya lo tenía harto. Pues solo hacía ver que todos sus esfuerzos eran en vano. Lo que le dolía en lo profundo de su alma era esa actitud de su amiga.

Todo lo que había preparado fue una perdida de tiempo hasta el momento. La latina ni parecía notar todo lo que hacía por ella. Todo el dinero que se gasto para tratar de pasar un día divertido e inolvidable con ella fueron ingresos tirados a la basura por lo mal que todos terminaban. El arreglarse fue incluso peor ya que la chica ni se percato de su cambió de atuendo, ya fuese para burlarse o para decirle cualquier otra cosa. Ya casi anochecía.

Llegaron finalmente al edificio, pero antes de que la latina abriera la puerta, Lincoln la detuvo.

-Ronnie Anne... - Menciono en un tono serio. La chica se detuvo, pero no lo miro al rostro, cosa que venía haciendo desde que salieron de su departamento. - ¡Puedes mirarme por una vez en todo el día! – Grito como nunca lo había hecho con ella. En todo lo que llevaban conociéndose, Lincoln jamás le había gritado a Ronnie Anne de esa manera. Principalmente porque Lincoln respetaba a las chicas, vivir en una casa llena de estas lo había formado de esa manera y claro esta que Ronnie Anne podría patearle el trasero fácilmente.

Ronnie Anne tembló ante el grito de su amigo. Eso por fin la hizo salir de sus pensamientos. Lo miro a los ojos. De inmediato sintió una gran presión en su pecho ya que lo que vio en la mirada de Lincoln la dejo plasmada. Eran tantas emociones mezcladas que el albino sentía en su interior, tales como; Ira, frustración, disgusto, incomodidad, miedo y desesperación.

La intensidad en la que brillaban los ojos de Lincoln dejo paralizada a la morena. Cuando por fin lo miro a los ojos fue que Lincoln soltó un gran y cansado suspiro.

-¿Qué es lo que sucede contigo?

-N-No sé de lo que – Fue interrumpida por la intensa mirada del albino.

-¡Claro que lo sabes! ¡El problema es que yo no tengo idea de el! Mis problemas en estos instantes son mis pantalones pegajosos llenos de refresco y queso. El chichón que tengo en la cabeza del golpe que me di. También y más importante, por qué mi mejor amiga se la ha pasado ignorándome durante todo el maldito día – Lincoln finalmente exploto.

Ronnie Anne se sintió como un gatito indefenso. Toda su faceta de chica ruda se esfumo por completo. Una presión casi insoportable le invadió cuando por fin le presto atención a Lincoln. Mirándolo de pies a cabeza. Vio lo mal que se veía. Era todo un desastre lo vieras donde lo vieras. Se sintió muy mal.

Lincoln la miro con una ceja levantada. – Entonces... – Espero ansioso su respuesta. Ronnie Anne solo se encogió avergonzada de si misma, más no dijo nada. Sentía un gran nudo en su garganta. Y aun no tuviera ese nudo, no tenía nada para decir. Realmente no tenía excusa alguna.

Lincoln miro decepcionado de su silenció y dio otro suspiro. – Mira... no sé que es lo que haya hecho que actuaras de esa manera, cuando no eres así en lo más mínimo. Pero... por favor. Solo escucha lo que tengo que decirte. Por favor – Pese a que Lincoln estaba muy molesto con ella, verla de esa manera le había ablandado el corazón. De alguna manera ver a esa chica que normalmente era ruda, encogerse solo por su mirada le hizo tocar su lado sensible.

Lincoln era consciente que detrás de esa actitud ruda, grosera y molesta en la mayoría de los casos. Había una linda chica que no sabía expresar muy bien sus sentimientos. Una chica amable y preocupada por sus seres queridos. Una chica que era asombrosa a su manera. La chica que le había robado su corazón, aun nunca lo hubiese admitido.

Ahora ya no lo negaría más. La idea de esta visita era por fin confesar sus sentimientos a la chica que le gustaba. Y aun cuando había tenido un día de mierda. Estaba decidido a dejar de ocultar sus emociones.

Era todo o nada...

De inmediato Ronnie supo lo que querría decirle, así que cerró los ojos.

Al percatarse de eso, Lincoln poso suavemente su mano en el cachete de la chica. El suave, delicado y un tanto pegajoso toque del albino hizo que Ronnie volviera a abrir los ojos para mirar al albino. Una vez miro esos profundos ojos azules fue que Ronnie Anne ya no pudo apartar su mirada de ellos.

-Ronnie Anne...yo...yo...-aún estaba nervioso, sus labios eran incapaces de materializar las mil y un palabras por segundo que su mente creaba. Su psique le traiciona, ya no podía ni recordar el discurso que con tanto esfuerzo había creado y memorizado al pie de la letra. Había quedado totalmente en blanco, todo por culpa del miedo que nuevamente se hizo presente y que parecía que por más que se esforzara no iba a desaparecer.

La frustración lo venció por un momento y desanimó se presentó en su semblante, pero cuando se reencontró en los ojos color jade de su amada que lo miraban expectante fue que la respuesta le llegó como una epifanía. La razón por la que nada de lo que pasó en este día salió como lo había planeado, la razón por la que no podía recordar ni una palabra de su discurso prescrito era porque esa clase de cosas no se decían con la mente, se decían con el corazón. Cuando finalmente le llegó la respuesta fue que el miedo desapareció, y ahora al ver los ojos de su amada sintió seguridad absoluta. Tomó un respiro para prepararse y habló con el corazón.

-Desde el momento en que te conocí, sabía que había algo especial en ti...en nosotros. Incluso cuando me hacías bromas, me pegabas o me insultabas, ese algo especial no se iba. Eso me confundió por mucho tiempo, no sabía qué era lo que pasaba conmigo. Pero en cuanto pasaba más tiempo contigo, cuando te conocía más y te llegaba a comprender, esa cosa especial empezó a tomar forma, hasta convertirse en un sentimiento que en ese momento desconocía qué era. Cuando te mudaste estaba feliz porque podrías convivir más tiempo con tu familia, pero...creí que eso sería todo, que tú y yo ya dejaríamos de hablarnos, algo que estaba dispuesto a hacer por tu bienestar. Pero cuando me hiciste entender que podíamos seguir llevándonos bien sin importar qué tan lejos estemos el uno del otro, fue que pude comprender ese extraño sentimiento que se presentaba cada vez que te veía, te escuchaba, o sentía tu presencia. Era...amor. Yo...no voy a mentirte, me han gustado chicas con anterioridad, pero dicen que no amas a dos personas de la misma manera, y tú fuiste quién me ayudó a saber que eso era verdad. Porque lo que siento por ti...es más intenso, es más fuerte, es más sincero. Esas chicas me gustaban, ¿pero a ti? A ti te amo. Te amo por lo que eres, por lo que me haces sentir, por lo que has hecho por mí y por lo que soy a tu lado– Lincoln hablo desde lo más profundo de su corazón. Cada palabra, cada silaba, cada cosa que decía, lo decía con el corazón. Todas las maravillas que Ronnie Anne le hacía sentir. Lo expreso en esa declaración.

La latina por el otro lado se encontró plasmada. Maravillada con cada palabra que salía de la boca del chico que más amaba en el mundo. Su corazón se derritió en una cálida sensación en su pecho. Era como tener mariposas en el estómago.

-Ronalda Anne Santiago Casagrande... ¿Quieres ser mí novia? – Finalmente saco la pregunta que desde hacía tiempo quería hacerle a esta chica tan complicada y encantadora.

Ronnie Anne no supo que decir. En su pecho sintió una explosión de fuegos artificiales, por así decirlo. Su corazón aumentó su frecuencia y con esto el bombeo de la sangre por sus venas y arterias. No era el mismo tipo de sangre que bombea a diario, esta vez en lugar de nutrientes sentía que su sangre transmitía un calor reconfortante y avivador. En este momento Ronnie Anne supo lo que era sentir que tu corazón explote de alegría. Ese fue el sentimiento más agradable que había sentido en toda su vida.

-Yo... - Iba a decir que sí. Su corazón le gritaba que dijera que sí, que lo abrazara, que lo besara. Que por favor aceptara, que dejara salir también todo lo que ella sentía por él, pero fue en ese momento cuando las palabras de su madre volvieron...

Me refería a que el primer amor es maravilloso, solo que no dura lo que esperas.

Eso destruyo toda la fantasía en cuestión de segundos. Todas las fascinantes emociones dentro de sí fueron bruscamente apagadas. Los recuerdos de aquella horrible noche regresaron más intensos que nunca. Las palabras de su madre penetrando una y otra vez la pobre mente de la niña.

Cuando por fin se olvidó de lo que la había estado atormentando durante todo el día, lo que había mantenida absorta en su mundo durante todo el día. Tratando de sacar una conclusión. Lo que sea. Solo para que ahora cuando estaba viviendo el momento más maravilloso de toda su vida fue que todos sus miedos regresaron.

Sus inseguridades la atacaron. Si aceptada la declaración de Lincoln, ¿Cuánto iba a durar?, aun si estuviera segura de llegar a casarse y formar una familia. ¿Podrían mantenerlo?

¿Qué tal si la historia de sus padres se repite en ellos? ¿Qué pasa si terminan peleados de por vida? ¿Qué pasa si se repite lo mismo que aquella noche?

En ese momento de Ronnie Anne fabricó 1500 malos escenarios posibles, entre ellos una segunda versión de esa fatídica noche y en ese momento entendió que las palabras de su madre no eran un intento de sabotaje...era una advertencia. Una advertencia de que su relación no podría funcionar. O peor...una advertencia de que ella pudiese ser la que termine por arruinar todo y heriría a Lincoln

Ronnie Anne no podría soportar herir a Lincoln. No querría, jamás se lo perdonaría. Si todo el tiempo en que estuviera juntos se viera arruinado y ella jamás pudiera volver a verlo jamás.

Ronnie no quería eso. No podría soportarlo. Ella no quería perder a Lincoln tal cual perdió a su padre. No quería perderlo. No podía perderlo. Quizás ella aparentaba ser fuerte y gracias a ellos en Royal Woods se hizo acreedora del título de la chica más dura de la escuela, pero la verdad era que detrás de ese exterior tan duro como el acero se escondía un interior que tan frágil como el cristal. Si ella llegaba a perder a Lincoln, la persona fuera de su familia más importante de su vida, se quebraría por completo y se sumergiría eternamente en un espiral de dolor, pena y tristeza. Caería en un pozo profundo de depresión del cual jamás podría salir...ni siquiera lo intentaría.

No quería que la historia se repitiera otra vez. Prefería no estar con él como pareja a perderlo para siempre por no haber podido mantener la relación. Tenía que sacrificar su amor para poder conservar su amistad. Era doloroso...pero necesario.

Cerrando los ojos y respiro hondo. Buscando tomar todo el valor posible. Intentó endurecer su corazón, pero este seguía necio con su intento de corresponder los sentimientos de Lincoln, no quería escuchar razones. Su mente se obligado a cortar la comunicación con su corazón, porque sabía que si seguía escuchando iba a terminar cediendo. Con la voz de su corazón totalmente apagada, Ronnie Anne dio su respuesta.

-Lo siento Lincoln, pero... yo no siento lo mismo por ti – Trato de ser lo más seria que podía. Sin embargo, cuando por fin lo miro al rostro todo el valor que reunió casi se rompió por completo.

La cara de Lincoln era algo que Ronnie Anne nunca olvidaría. Ver su expresión en shock fue algo que le impacto. A los pocos segundos de procesar lo que había salido de los labios de la chica que amaba su corazón se rompió en millones de pedazos. Las lagrimas salieron de sus ojos sin oposición alguna. Todo atisbo de orgullo, dignidad y valor desaparición por completo solo para ser remplazado por un agudo y horripilante dolor en el corazón. Tanto fue el golpe para Lincoln que no tuvo de otra más que sentarse en el suelo.

Ronnie Anne se sintió como la mayor basura de todo el mundo cuando miro a Lincoln. El chico había perdido cualquier rastro de energías para ser remplazado por un mar de lagrimas y dolor. Un insoportable dolor penetro su pecho, tanto fue el dolor que se tomo con fuerza el pecho tratando de apaciguar ese dolor. Fue inútil. Se mantuvo así por casi un minuto entero hasta que cerro los ojos con fuerza y trato de volver a endurecer su corazón para poder hablar con él sin romperse a llorar ahí mismo.

Se sentó a su lado. Lincoln no sollozaba, no decía nada. Solo lloraba en silenció. Su mirada perdida en el suelo tratando de lidiar de alguna manera con el dolor que lo asechaba. Ronnie Anne le palmeo la espalda en un intento de calmarlo. Sin embargo, Lincoln no dejo de llorar, pero aún con ese llanto la miro con dolor. No pidiendo una explicación del porque o algo por el estilo. Solo prestándole atención.

Una vez más, Ronnie se sintió basura humana. – Tranquilo Lincoln, en verdad lo siento. Sé muy bien que duele, pero... no quiero que esto destruya nuestra amistad. Eres mi mejor amigo y no quiero perder tú amistad. No hay nada que me gustaría que poder corresponderte, pero... es... - Las palabras y las mentiras que decía la lastimaban más a ella que a él. – No... siento lo mismo – Esas fueron las palabras más difíciles que Ronnie Anne había pronunciado en su corta vida.

Hubo un silenció de ambos. Lincoln no cambió su mirada y ella esperaba alguna respuesta de él. El albino finalmente se limpió las lagrimas y asintió con la cabeza – Lo entiendo... no te preocupes... era el riesgo de confesarse – Con esas palabras se paro ya con las lágrimas secas.

-¿Estas bien? – Ronnie se sintió como estúpida al preguntar eso.

-No... pero puedo superarlo. No te preocupes, podremos seguir siendo amigos – Esas palabras no llevaron ni una pizca de emoción. Lincoln trato de forzar una sonrisa, pero no pudo – Pero ahora... solo quiero ir a casa. Hablamos otro día Ronnie – Con eso dicho se metió dentro del edificio en busca de Lori sin esperar a Ronnie.

Ronnie permaneció en ese lugar mirando a donde Lincoln se había marchado. Cuando se quedo totalmente sola fue que pudo respirar. Sintió un gran frío recorrer su cuerpo, miro al cielo y vio que por fin el sol desapareció en el horizonte.

-Espero haber hecho lo correcto...

~0~0~0~

Horas después los dos Louds se fueron. No fue fácil. Principalmente porque aún cuando los espero afuera y se despidió de ambos. Lincoln ni le dirigió la mirada. Ahora podía entender como se había sentido Lincoln durante todo el día. Lori tampoco lo hizo sencillo, pues su mirada que antes le daba antes paso a ser una dura y fría mirada. Ella solo dijo un seco adiós. Bobby fue otra historia, pero no se puso tan melosa como solía hacerlo. El otro Santiago entendía perfectamente la situación, solo se despidió con una sonrisa que fue devuelta por su novia.

Lincoln permaneció en su burbuja. La latina miro a Vanzilla alejarse hasta perderse de su vista. Aún cuando ya se marcharon Ronnie Anne permaneció ahí mirando el horizonte. La chica en lo más profundo de su mente esperaba que Vanzilla volviera de manera desenfrenada, que Lincoln saliera de esta y con una mirada decidida le diera un apasionado beso lleno de amor. Sin embargo, esas eran solo fantasías.

Bobby se quedo un rato con ella acompañándola en silenció. Fueron unos minutos de pura tranquilidad. Las calles estaban extrañamente en silenció.

-Nini, es hora de ir a casa – Le dijo Bobby suavemente a su hermana que aun se mantenía mirando el horizonte. Ella solo asintió, casi por automático.

El casi adulto se paró y se marchó. Ronnie también lo hizo y cuando se dio la vuelta escucho el sonido de un automóvil ir en su dirección.

Su corazón se acelero con esperanza. Esperanza que murió cuando vio que el vehículo que se acercaba no era Vanzilla. Con decepción miro al vehículo estacionarse frente al edificio. Del auto bajaron los Señores Chang, pronto también bajaron las hijas del matrimonio.

La mayor al mirar a la latina corrió hacía ella.

-¡Bestie! ¡No me lo vas a creer, pero un ladrón me robo el celular cuando estaba hablando contigo! Fue todo un caos, yo, mi papá, mi mamá y mis tíos fuimos en busca del ladrón. Luego llamamos a la policía y todo eso, pero el tipo se nos escapó – Syd se acercó a su amiga contándole con cierta ansia todo lo que le sucedió. – Hoy me era un buen día hasta que paso eso. *Suspiro* En fin, eso fue la razón por la que nuestra llamada se interrumpió. Así que... - Syd por fin vio mejor a su amiga. Mejor dicho, vio su mirada totalmente apagada. De inmediato supo que algo malo había sucedo.

-Ronnie... ¿Estas bien? ¿Qué ocurrió? – Syd la tomo del hombro mirando a su amiga con preocupación. La latina en respuesta contesto con una sonrisa. No había rastro de alegría, animo o cualquier emoción en general.

-Es una larga historia...

Ronnie Anne paso casi una hora contándole a su amiga todo lo que había ocurrido. No se guardo nada. Absolutamente nada. Conto todo cual como había sucedido. Incluso sus propios sentimientos. La Santiago se estaba abriendo emocionalmente como nunca lo había hecho en toda su vida. Syd en ningún momento la interrumpió. Escucho atenta a todo lo que decía su amiga hasta que termino.

-¿Tú crees que hice lo correcto? – Ronnie pregunto. La verdad sea dicha, ella no tenía idea de sus acciones ese día.

-Bueno... - Fue complicado para Syd tratar de encontrar las palabras con las que podría ayudar a su amiga. – No puedo decirte sí hiciste lo correcto en verdad. Solo el tiempo dará respuesta a eso. Si las cosas resultan de buena manera con Lincoln, cosa que estoy segura que pasara. Ya que ustedes son demasiado unidos como para que su amistad se rompa tan fácil. Sé que podrán superar eso. Solo es cuestión de tiempo. Incluso hasta podríamos ser muy buenos amigos los tres. Pero pase lo que pase, cuentas con mi apoyo bestie – Syd le dio un corto abrazo a su amiga. Eso hizo sentir mejor a Ronnie, al menos un poco.

-Gracias Syd... menos mal y eres mi amiga – Ronnie correspondió el abrazo gustosa pues en verdad lo necesitaba.

-La vida es dura y siempre te pondrá obstáculos que debes superar. Solo recuerda que no debes afrontarlos sola ya que siempre tendrás a tu familia y amigos

-¿De dónde sacaste eso? – Pregunto Ronnie con una diminuta sonrisa, solo que esta era una sincera.

-De una galleta de la fortuna – Syd no pudo evitar reír un poco.

Ya estando acostada en su cama Ronnie Anne se la paso reflexionando sobre todo lo ocurrido. Recordó el rostro destrozado de Lincoln. También recordó las últimas palabras que Syd le había dicho.

-La vida es dura, eh... – Ronnie solo dejo que las lágrimas fluyeran libremente a través de sus ojos. – No puedo estar más de acuerdo con eso – Con esas palabras dichas, Ronnie lloro con todo el dolor de su corazón. Descargo esos llantos en su almohada que ahogaba su dolor para el resto de su familia.

La vida era dura. Y esos tres niños lo sabrían de primera mano en el futuro.

~0~

[Capítulo escrito por: Dark-Mask-Uzumaki]

{Capítulo Editado por: Regamers10}

Saben algo... pensaba que esto iba a ser corto. Como de entre 4-5 K, cuando lo escribía pensé que serían 6-7 K, pero ahora que termine me doy cuenta que solo debo cerrar mi hocico y escribir pues cada que digo una cifra SIEMPRE la termino superando xDDDDD

En fin, la verdad sea dicha, este capítulo me costo muchísimo escribirlo. Principalmente porque no estoy acostumbrado a usar a Ronnie ann o a los Casagrande en general. Pero este capítulo me vino bien para poder ir acostumbrarme a usarlos [Tampoco es que los vaya a usar mucho :b]

Y para que la gente deje de creer que odio a Ronnie ann o el Ronniecoln cuando no es cierto, solo que me gusta hacer bullying xD

Hablando de como vamos a ir escribiendo los capítulos, pues como pudieron comprobar nos vamos a ir turnando por cada capítulo. Es decir, por cada capítulo uno de los dos lo va a escribir y otro lo va a editar ya sea para mejorar, agregar o borrar.

Créanme que me viene de perlas tener a Rega conmigo pues me costaría mucho más expresar a Ronnie y como este la conoce como la palma de su mano pues ayuda bastante. Lo mismo sucederá, pero a la inversa con Syd. No por nada están viendo al que creo la secta de Syd ;3

Eso sería todo por mi parte y espero de verdad que les guste este proyecto de ambos que surgió de una conversación entre los dos del porque el Ronniecoln está muerto [¿Qué cosas no? XDDDD]. No se olviden de dejar su review con su opinión o crítica. Siendo siempre respetuosos por supuesto

¿Algo que agregar mi querido Bestie?

Claro. Primero que nada, déjame aclararte una cosa, el Ronniecoln no está muerto...agoniza, pero no está muerto. Es como una persona que sufrió un grave accidente automovilístico y ahora está en un estado de coma que podría o no despertar y lo único que queda por hacer es esperar, pues así está el Ronniecoln. Pero hey, no hay que perder la esperanza, los milagros médicos ocurren a diario. Si un hombre como Stephen Hawking que no debía pasar de los 23 años pudo vivir 78 años, entonces que el Ronniecoln sea canon no es tan descabellado, ¿no lo creen? Pero bueno, a nadie le interesa eso, lo que interesa es el mismo fic.

La verdad es que no hice tanta edición como creí que llegaría a hacer. El trabajo que hizo Darky con este capítulo fue sublime, quedé totalmente encantado con este capítulo, me dejó sorprendido. Pero sí metí mano en esto, en algunas cosas como introspecciones emocionales, uno que otro detalle por ahí, el nombre de Ronnie Anne (que él no sabe escribir, así como tampoco el de Sid XD), errores ortográficos y en especial la declaración de Lincoln. El resto fue totalmente obra suya, así que aplausos para mi Bestie, por favor.

Por último, mencionaré algo que olvidó mencionar Dark, y es que este fic será diferente a lo que acostumbran a ver. ¿A qué me refiero con esto? A que este fic tendrá un género adicional además del drama y el romance, y ese género es...el musical. Así es, habrá musicales en este fic. Aquel que me conoce sabrá que acostumbro a poner en mis obras escenas musicales, ya hasta se me dan con naturalidad. De hecho, el siguiente capítulo empezará con una escena musical para que se hagan una idea de cómo los hago.

En fin, como lo dijo mi Bestie, el próximo capítulo lo escribiré yo y él fungirá de editor. Espero que lo que haga sea tan bueno que lo que hizo Darky, daré lo mejor de mí para dejarlos encantados y/o satisfechos. Sin nada más que agregar me despido por ahora y le devuelvo la palabra a mi Bestie.

Se despide Dark-Mask-Uzumaki

Bye

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